lunes, 29 de junio de 2015

UNA HISTORIA DE ESPAÑA XLVI, de Arturo Pérez Reverte - 28/6/15

Y en ésas estábamos, con el infame Fernando VII y la madre que lo parió, cuando perdimos casi toda AméricaEntre nuestra guerra de la Independencia y 1836, España se quedó sin la mayor parte de su imperio colonial americano, a excepción de Cuba y Puerto Rico.
La cosa había empezado mucho antes, con las torpezas coloniales y la falta de visión ante el mundo moderno que se avecinaba; y aunque en las Cortes de Cádiz y la Pepa de 1812 participaron diputados americanos, el divorcio era inevitable.
La ocasión para los patriotas de allí (léase oligarquía criolla partidaria, con razón, de buscarse ella la vida y que los impuestos a España los pagara Rita la Cantaora) vino con el desmadre que supuso la guerra en la Península, que animó a muchos americanos a organizarse por su cuenta, y también por la torpeza criminal con que el rey Narizotas, a su regreso de Francia, reprimió toda clase de libertades, incluidas las que allí habían empezado a tomarse.
Antes de eso hubo un bonito episodio, que fueron las invasiones británicas del Río de la Plata.
Los ingleses, siempre dispuestos a trincar cacho y establecerse en la América hispana, atacaron dos veces Buenos Aires, en 1806 y 1807; pero allí, entre españoles de España y argentinos locales, les dieron de hostias hasta en el cielo de la boca: una de esas somantas gloriosas - como la que se llevó Nelson en Tenerife poco antes - que los británicos, siempre hipócritas cuando les sale el cochino mal capado, procuran escamotear de los libros de Historia.
Sin embargo, esa golondrina solidaria no hizo verano.
En los años siguientes, aprovechando el caos español, ingleses y norteamericanos removieron la América hispana, mandando soldados mercenarios, alentando insurrecciones y sacando tajada comercial. El desastre que era España en ese momento - desde Trafalgar, ni barcos suficientes teníamos - lo puso a huevo.
Aun así, la resistencia realista frente a los que luchaban por la independencia fue dura, tenaz y cruel.
Y con caracteres de guerra civil, además; ya que, tres siglos y pico después de Colón, buena parte de los de uno y otro bando habían nacido en América (en Ayacucho, por ejemplo, no llegaban a 900 los soldados realistas nacidos en España). El caso es que a partir de la sublevación de Riego de 1820 en Cádiz ya no se mandaron más ejércitos españoles al otro lado del Atlántico - los soldados se negaban a embarcar -, y los virreyes de allí tuvieron que apañarse con lo que tenían.
Aun así, hasta las batallas de Ayacucho (Perú, 1824) y Tampico (México, 1829) y la renuncia española de 1836 (a los tres años de palmar, por fin, Fernando VIII), la guerra prosiguió con extrema bestialidad a base de batallas, ejecuciones de prisioneros y represalias de ambos bandos.
No fue, desde luego, una guerra simpática. Ni fácil.
Hubo altibajos, derrotas y victorias para unos y otros. Hasta los realistas, muy a la española, llegaron alguna vez a matarse entre ellos.
Hubo inmenso valor y hubo cobardías y traiciones.
Las juntas que al principio se habían creado para llenar el vacío de poder en España durante la guerra contra Napoleón se fueron convirtiendo en gobiernos nacionales, pues de aquel largo combate, aquel ansia de libertad y aquella sangre empezaron a surgir las nuevas naciones hispanoamericanas.
Fulanos ilustres como el general San Martín, que había luchado contra los franceses en España, o el gran Simón Bolívar, realizaron proezas bélicas y asestaron golpes mortales al aparato militar español.
El primero cruzó los Andes y fue decisivo para las independencias de Argentina, Chile y Perú, y luego cedió sus tropas a Bolívar, que acabó la tarea del Perú, liberó Venezuela y Nueva Granada, fundó las repúblicas de Bolivia y Colombia, y con el zambombazo de Ayacucho, que ganó su mariscal Sucre, le dio la puntilla a los realistas.
Bolívar también intentó crear una federación hispanoamericana como Dios manda, en plan Estados Unidos; pero eso era complicado en una tierra como aquélla, donde la insolidaridad, la envidia y la mala leche naturales de la madre patria habían hecho larga escuela.
Como dicen los clásicos, cada perro prefería lamerse su propio cipote.
No hubo unidad, por tanto; pero sí nuevos países en los que, como suele ocurrir, el pueblo llano, los indios y la gente desfavorecida se limitaron a cambiar unos amos por otros; con el resultado de que, en realidad, siguieron puteados por los de siempre.
Y salvo raras excepciones, así continúan: como un hermoso sueño de libertad y justicia nunca culminado.
Con el detalle de que ya no pueden echar la culpa a los españoles, porque llevan doscientos años gobernándose ellos solos.
[Continuará].

jueves, 25 de junio de 2015

CARTA AL JEFE DE GOBIERNO, de Méndele Becerra

Al Jefe de Gobierno de la CABA,  Mauricio Macri, y su Ministro de Educación, Esteban Bullrich:
trabajo en el Colegio 2 DE 1º "Domingo Faustino Sarmiento". Soy docente de Historia, Geografía y Educación Ciudadana. Vengo estudiando Historia, con interrupciones, desde 1998, y a partir de 2004 ininterrumpidamente.
Soy Profesor de Enseñanza Media y Superior por el ISP "Dr. Joaquín V. González", y estoy escribiendo mi tesis de Maestría en Historia en la Universidad Nacional de San Martín.
He estudiado a Karl Marx, a Milton Friedman, a Ernesto Laclau, a Tulio Halperín Donghi, a José María Rosa, a Waldo Ansaldi, a Eric Hobsbawm, a José Luis Romero, a Marcos Novaro, a Daniel Azpiazu, entre tantísimos otros.
Los sigo estudiando, a ellos y a muchísimos hombres y mujeres de una enorme capacidad intelectual que siguen reflexionando sobre nuestro pasado, algunos de ellos de mi propia generación.
El relato historiográfico en particular, y el de las llamadas Ciencias Sociales en general, se construye a partir del cruce de diferentes posturas y debates ideológicos, que van dejando, con el correr del tiempo, sustratos de "verdad", por llamarlo así. Y esos debates, muchos de ellos surgidos al calor de los conflictos sociales que nunca cesaron, han sido imprescindibles para poder conocernos como humanidad, para comprender nuestros comportamientos sociales y las esperanzas y mezquindades de diferentes grupos y procesos.
Ustedes, Ing. Macri, Lic. Bullrich, son hijos de ellos, y de la interpretación que se hace de ellos.
¿O acaso Durán Barba no considera a Adolfo Hitler "un tipo espectacular"?
¿Qué grado de ideología hay en esa frase, reproducida y banalizada hasta el hartazgo?
¿Qué ideología cargaba Hannah Arendt cuando hablaba de la banalidad del mal?
Quería preguntarles, cómo hago, como funcionario del Estado del GCBA, para enseñar las materias que enseño sin ideología.
Quería preguntarles si ustedes conocen algún tipo de didáctica especial "desideologizada", que sirva como agente neutro.
Quería preguntarles por la currícula de NES, que prescribe una formación en participación democrática, política, conciencia cívica, respetuosa a la diversidad, crítica.
¿No es acaso ideología?
¿Cómo construyo conocimiento sobre la Constitución Nacional desideologizadamente?
¿No fue un debate ideológico encarnizado el que mantuvieron Sarmiento y Alberdi al respecto?
¿No fue ideología lo que llevó al Estado nacional a sofocar los levantamientos de Felipe Varela, Chacho Peñaloza y Ricardo López Jordán?
¿Y los intereses económicos del Estado argentino en la Guerra Guasú, que masacró al pueblo paraguayo?
¿No hay ideología en la democracia con la que se come, se cura y se educa del Dr. Alfonsín?
¿No hay ideología en la más maravillosa música?
¿Y en los bombardeos del '55?
¿Y en el Cordobazo?
¿Y en un presidente de facto diciendo que los desaparecidos no están, no existen?
¿Y en las relaciones carnales que un canciller de la Nación usó para describir una relación comercial?
¿No hay ideología, acaso, cuando el Papa Francisco postula que el cristianismo nunca consideró sagrada la propiedad privada, como sí lo establece nuestra Constitución Nacional, la misma que en su artículo 2º declara que el Estado federal sostiene el culto católico, apostólico y romano?
¿No hay ideología cuando el diario La Nación se declara como una "tribuna de doctrina"?
¿O cuando el diario Clarín dijo, el 27 de junio de 2002, que la crisis - y no la represión estatal - causó dos nuevas muertes?
¿O en el diario Página/12? ¿O en 678..?
¿O en Jorge Lanata, Joaquín Morales Solá, María O'Donnell, en "Intratables"?
¿Dónde, en qué esfera de la sociedad, Sr. Jefe de Gobierno, Sr. Ministro, deja de operar la ideología, la postura ante un problema, el diagnóstico y las posibles soluciones a un tema de vivienda, de salud, financiero?
Y en definitiva, ¿por qué la escuela podría estar, en tal caso, ajena a eso?
No puedo, Sr. Jefe de Gobierno, Sr. Ministro.
Mi compromiso con el conocimiento y con la educación, mi propia formación, mi praxis y mis esperanzas, me impiden permitirles ese planteo.
Hay colegios tomados, alumnos y docentes protestando.
La educación pública, en la CABA, pero no sólo en ella, atraviesa crisis estructurales vinculadas al proceso de democratización del acceso, a la pauperización de la sociedad y, fundamentalmente, a la falta de respuestas del Estado y de la clase política a esos problemas.
En las escuelas públicas de CABA no hay WiFiEn muchas, no hay gas en pleno invierno.
Las computadoras están completamente obsoletas, con lo que la gestión administrativa se lentifica todavía más.
Las iniciativas para informatizar se hicieron de manera tan desprolija y con resultados tan perniciosos que es inevitable pensar en una política adrede, para vaciar el sistema público, y de paso organizando contratos espurios con empresas proveedoras del Estado.
Ustedes deben saber perfectamente acerca de empresas proveedoras del Estado.
Me considero un militante de la educación pública, motivo por el cual tengo fuertes críticas a la gestión PRO no sólo a nivel educativo, sino también en términos sociales.
Mis planificaciones, mis clases, mis ideas están abiertas no sólo a ustedes como mis superiores máximos dentro del sistema, sino también a cualquier miembro de la comunidad.
Los invito a venir a cualquiera de los salones donde con los alumnos construimos conocimiento, para discutir acerca del rol de la ideología en la Historia y en las ciencias - sociales y duras -, y el rol del científico como ente subjetivo.
¿O acaso la bomba atómica fue un acto neutral?
Pueden encontrarme en el Colegio 2 DE 1º "Domingo F. Sarmiento" todas las mañanas excepto los martes, y todas las tardes excepto los jueves y viernes, en Libertad 1257.
Atentamente.

Prof. Manuel Jerónimo Becerra - Ficha Censal 450.535

miércoles, 24 de junio de 2015

CUANDO YO ME VAYA, de Carlos Alberto Boaglio

Cuando yo me vaya, no quiero que llores, quédate en silencio, sin decir palabras, y vive recuerdos, reconforta el alma.
Cuando yo me duerma, respeta mi sueño, por algo me duermo; por algo me he ido.
Si sientes mi ausencia, no pronuncies nada, y casi en el aire, con paso muy fino, búscame en mi casa, búscame en mis libros, búscame en mis cartas, y entre los papeles que he escrito apurado.
Ponte mis camisas, mi sweater, mi saco y puedes usar todos mis zapatos.
Te presto mi cuarto, mi almohada, mi cama, y cuando haga frío, ponte mis bufandas.
Te puedes comer todo el chocolate y beberte el vino que dejé guardado.
Escucha ese tema que a mí me gustaba, usa mi perfume y riega mis plantas.
Si tapan mi cuerpo, no me tengas lástima, corre hacia el espacio, libera tu alma, palpa la poesía, la música, el canto y deja que el viento juegue con tu cara.
Besa bien la tierra, toma toda el agua y aprende el idioma vivo de los pájaros.
Si me extrañas mucho, disimula el acto, búscame en los niños, el café, la radio y en el sitio ése donde me ocultaba.
No pronuncies nunca la palabra muerte.
A veces es más triste vivir olvidado que morir mil veces y ser recordado.
Cuando yo me duerma, no me lleves flores a una tumba amarga, grita con la fuerza de toda tu entraña que el mundo está vivo y sigue su marcha.
La llama encendida no se va a apagar por el simple hecho de que no esté más.
Los hombres que “viven” no se mueren nunca, se duermen de a ratos, de a ratos pequeños, y el sueño infinito es sólo una excusa.
Cuando yo me vaya, extiende tu mano, y estarás conmigo sellada en contacto, y aunque no me veas, y aunque no me palpes, sabrás que por siempre estaré a tu lado.
Entonces, un día, sonriente y vibrante, sabrás que volví para no marcharme.

lunes, 22 de junio de 2015

BOKO HARAM ESTÁ TEMBLANDO, de Arturo Pérez Reverte - 21/6/15

No les llega la camisa al cuerpo, o sea.
Tienen la boca tan seca que ni salivilla les queda para mojarse el dedo cuando pasan las páginas del Corán.
Acojonados andan allí abajo, en el norte de Nigeria, sin pegar ojo, porque acaban de enterarse de la última: un juez de la Audiencia Nacional de España ha admitido a trámite una querella de la fiscalía contra Abubaker Shekau, jefe de Boko Haram: ese grupo terrorista que sale de vez en cuando en los telediarios porque secuestra niñas, y mata y viola a troche y moche, y campa por sus respetos; y como las fuerzas armadas de allí no pueden con él, o con ellos, el Boko Haram ese, y el tal Abubaker, y su puta madre, se pasan por la bisectriz tanto la legalidad de Nigeria, por llamarlo de alguna manera, como la legalidad internacional, que también tiene maneras propias.
Y como resulta que en España, como todo el mundo sabe, la Justicia está desahogada de curro, y los procesos judiciales van rápido, y los fiscales y los jueces no saben en qué entretenerse para matar el tiempo libre, y el tango que más se canta en los juzgados es el que dice que veinte años no es nada, pues se han dicho, oye, colega, ahora que tenemos unos días tranquilos en plan relax cup of café con leche vamos a montarle una querella a Boko Haram, o sea, un pifostio jurídico - taurino - musical que el nigeriano del turbante se va a ir de vareta por la pata abajo, como te lo cuento.
Que se van a enterar esos indeseables terroristas de lo que vale un peine.
Verán esos yihadistas afroamericanos de color subsahariano lo largo que tenemos, aquí, nuestro ya de por sí largo, robusto brazo de la ley.
La audaz idea, que me parece admirable en cuanto a su dimensión ética y sobre todo a sus efectos prácticos, proviene de un juez, vilmente inhabilitado de momento - maldita España ingrata, la nuestra -, cuyo nombre ustedes no adivinarían nunca: Baltasar Garzón.
Que ya se le echaba de menos en los periódicos. O por lo menos yo lo echaba.
El problema era que la percha legal para colgar el asunto, o sea, para que España se declarase competente, requería que Boko Haram hubiera causado alguna víctima española.
Pero, gracias al Cielo que todo lo provee, apareció una víctima: no una violada o asesinada o mutilada, que de eso no tenemos ahora en Nigeria, pero sí una religiosa, monja española, que al llegar los malos - estupefacta, sin duda, de que tales cosas ocurran en África - fue «víctima de una situación de acoso y coacción», pues tuvo que escapar y esconderse.
Nada menos.
Con eso, según la denuncia interpuesta por Garzón, ya tenemos víctima española que llevar al folio, y nuestra implacable maquinaria judicial puede seguir su curso.
De manera que, apreciando el asunto, un juez de la Audiencia, no me acuerdo ahora del nombre, ha admitido a trámite la querella por delitos de terrorismo y lesa humanidad.
Y a por ellos vamos, oigan. Los del turbante pueden darse por fritos.
Y ahora, como españoles sedientos de justicia internacional que somos, deléitense ustedes imaginando la escena.
Ese norte de Nigeria. Esa cabaña en un paisaje polvoriento y seco, rodeado de fosas comunes a medio llenar, donde ni el ejército nigeriano - uno de los más potentes y cabrones de África - se atreve a arrimarse.
Ese Abubaker o como se llame, el jefe de Boko Haram, o sea, esa mala bestia que está allí a su aire, violando niñas de colegio de doce años o haciendo filetes, a golpes de machete, a algún paisano que se equivocó cuando le mandaron recitar una sura coránica, o que se llama Crescencio porque fue bautizado por un misionero y resulta que es cristiano.
Y está el amigo Abubaker allí, como digo, todavía con la bragueta abierta y haciendo chas, chas, chas con el machete mientras un colega lo graba en video para colgarlo en Youtube dentro de un rato. Porque allí arrasa.
En esas anda mi primo, como digo, cuando de pronto aparece un Landrover a toda leche, envuelto en una nube de polvo, se baja un prójimo con escopeta y le dice, oye, Abubaker, tío, que la hemos pringao. Un juez del Real Madrid te ha puesto una querella que te rilas, por terrorista.
Y entonces el Abubaker se limpia la sangre de la cara - los machetes salpican mucho - y responde:
«No me jodas, Mohamed, con lo a gusto que yo había empezado el día».
Y el otro insiste:
«Como te lo cuento, jefe. Lo he leído en Twitter».
Y cuando el jefe terrorista pregunta de qué se le acusa, el colega informa:
«Por lo visto asustamos a una monja, y eso en España debe de ser la hostia».
Y entonces Abubaker, abatido, deja caer el machete, se sienta en una piedra, apoya la cabeza en las manos y dice:
«Dios mío. No voy a tener más remedio que entregarme».

jueves, 18 de junio de 2015

DIGO, LA MAZAMORRA, de Antonio Esteban Agüero

La Mazamorra ¿sabes?, Es el pan de los pobres,
la leche de las madres con los senos vacíos,
yo le beso las manos al Inca Viracocha,
porque inventó el maíz y enseño su cultivo.

Sobre una artesa viene para unir la familia,
saludada por viejos, festejada por niños,
allá donde las cabras remontan el silencio,
y el hambre es una nube con las alas de trigo.

Todo es hermoso en ella: la mazorca madura
que desgranan en noches de viento campesino,
el mortero y la moza con trenzas sobre el hombro
que entre los granos mezcla rubores y suspiros.

Si la prefieres perfecta busca un cuenco de barro,
y espésala con leves ademanes prolijos
del mecedor cortado de ramas de la higuera,
que en el patio da sombra, benteveos e higos.

Y agrégale una pizca de ceniza de jume,
la planta que resume los desiertos salinos,
y deja que la llama le transmita su fuerza
hasta que asuma un tinte levemente ambarino.

Cuando la colmes sientes que el pueblo te acompaña
a lo largo de valles, por recodos de ríos,
entre las grandes rocas, debajo de cardones
que arañan con espinas el cristal del estro.

El pueblo te acompaña cada vez que la comes,
llega a tu lado,¿sabes?,se te pone al oído
y te murmura voces que suben a tu sangre
para romper la niebla del mortal egoísmo.

Porque eres uno y todos, comiendo el alimento
de todos, en la fiesta del almuerzo tranquilo;
la Mazamorra dulce que es el pan de los pobres,
y leche de las madres con los senos vacíos.

Cuando la comes sientes que la tierra es tu madre,
más que la anciana triste que espera en el camino
tu regreso del campo, la madre de tu madre,
- su cara es una piedra trabajada por siglos -.

Las ciudades ignoran su gusto americano,
y muchos ya no saben su sabor argentino,
Pero ella será siempre lo que fue para el Inca:
nodriza de los pueblos en el páramo andino.

La noche en que fusilen canciones y poetas
por haber traicionado, por haber corrompido
la música y el polen, los pájaros y el fuego,
quizás a mí me salven estos versos que digo ...

CANTATA DEL ABUELO ALGARROBO, de Antonio Esteban Agüero - 1ra. Parte -

Padre y Señor del Bosque,
Abuelo de barbas vegetales,
Yo quisiera mi canto como torre
para poder alzarla en tu homenaje;
no el canto pequeño de la flauta
dulce, delgado, suave,
la de cantar la rosa y la muchacha,
sino el canto del mar; un canto grave,
con olores de vida y con el pulso
musical y viviente de la sangre.
Algarrobo natal. Abuelo mío.
Hace mil años la paloma trajo
tu menuda simiente por el aire
y la sembró donde Tú estás ahora
sosteniendo la Luz en tu ramaje
y la Sombra también cuando la noche
en larga lluvia de luceros cae.
Así naciste. Cuando tú crecías
la región era bosque impenetrable,
con oscuros guerreros que danzaban
junto a los juegos al caer la tarde,
y con nombres diaguitas en los ríos,
sobre todas las bestias y las aves,
en cada hierba, sobre cada cerro,
una tierra sin mapas ni ciudades,
donde dioses sedientos presidían
el cortejo y el rito de la sangre
que vertían pintados hechiceros
para aplacar las cóleras solares.
En tiempo aquel la arena numerosa
que festonea las playas litorales
ignoraba las máscaras de proa,
las amarras y el ancla de las naves,
sólo sabía de los pies desnudos
y de la huella digital del ave;
era cuando los ríos conducían
lentas piraguas sobre remos suaves
mas no la ambición del maderero
que asesina al futuro en el obraje
y convierte en silencio de moneda
la rumorosa fiesta de los árboles;
por ese entonces, mientras Tú crecías,
algarrobo natal, Señor y Padre,
la tierra nuestra en libertad vivía
hacia todos los rumbos cardinales,
desde el país del Ona y la Ballena
hasta el infierno vegetal del Cáncer,
desde el prado que el Ceibo ruboriza
a la región que señoreaba el Huarpe,
sin conocer ejidos ni parcelas,
ni muro torpe o codicioso alambre,
donde el hombre y la bestia convivían
estrechados por lazos fraternales,
y la Luna era Quilla y el Sol Inti,
el día joven y la noche grande.
Así creciste, un día y otro día,
hacia abajo y arriba, penetrante,
con las raíces cada vez más hondas
y la copa más alta y dominante,
en crecimiento que fue dura guerra
sostenida y ganada a cada instante
contra el viento del Sur y la sorpresa
del rayo azul y su puñal tajante,
contra el cierzo de julio que traía
los rebaños de nieve trashumantes,
contra la sed en el ardor de enero,
cuando gentes y plantas implorantes
alzan ojos y hojas a las nubes
por si las nubes sus entrañas abren
y la lluvia se vierte generosa
en licor de celestes manantiales.

Pero ya Tú eres lo que ahora miro
¡Algarrobo natal, Señor y Padre!
con estos ojos que el amor habita
y los otros secretos de la sangre:
un árbol rey, un árbol sólo, el Árbol
sin edad en el tiempo y en el aire,
a cuya sombra hace doscientos años
a favor de un designio inescrutable
se fundó mi casona solariega
sobre honrada simiente de linaje.

lunes, 15 de junio de 2015

ABUELOS, BATALLAS Y SABLES, de Arturo Pérez Reverte - 14/6/15

De vez en cuando saco brillo a los sables.
Cojo limpiametales y una lata de cera y me siento con uno de ellos a pulir la hoja y la vaina. Cada uno lleva cosa de media hora.
Con el tiempo reuní varios que no están mal: unos son herencias o regalos de amigos y otros los adquirí en anticuarios.
Alguno tiene para mí un significado especial, como el de cosaco de la Revolución Rusa: una buena pieza de hoja recia, que lleva el cuño de la estrella soviética.
Otro que aprecio es el sable de abordaje inglés de Trafalgar: una herramienta tosca, de hoja ancha, que sólo sirve, o sirvió, para dar tajos.
Muy lejos de las piezas elegantes que se lucían en paseos y salones.
Tengo otros sables más bonitos o historiados - uno me lo regaló el muy querido actor Sancho Gracia -, aunque mis favoritos son los de caballería, como el modelo Puerto Seguro, con el que el regimiento Alcántara cargó en Annual: hoja recta y cazoleta cerrada.
Gracias a mi amigo el pintor de batallas Augusto Ferrer - Dalmau, y sobre todo al anticuario Lluc Sala y la formidable tienda de armas originales que tiene en Olot - catalán de toda la vida, Lluc es el más joven y brillante experto en armas antiguas que tenemos en España - , he podido reunir, documentándolos bien, todos los modelos de sable de caballería que se utilizaron aquí en el siglo XIX, desde el inglés de hoja ancha de 1796 hasta los que se batieron en América y en las guerras carlistas.
Son piezas soberbias con gavilanes de bronce, que todavía te estremecen con su sonido metálico cuando se deslizan fuera de la vaina.
Herramientas perfectas en su género, fabricadas para la más bestial tarea de la que el hombre tiene memoria.
Para combatir a sablazos.
Otra de esas piezas resulta especial, no por el sable en sí - un sólido modelo francés de caballería -, sino por el lugar donde está colocado: junto a un busto de bronce de Napoleón, una medalla militar, un marco con flores secas y un viejo retrato.
En el retrato figura un anciano corpulento, con la misma medalla colgada en la solapa, fotografiado en Cartagena, España, donde la vida acabó llevándolo. Se llamaba Jean Gal y era abuelo de mi bisabuela Adela Replinger Gal.
La medalla es la de Santa Helena, concedida en 1857 a los veteranos supervivientes de las campañas del emperador; y en cuanto a las flores secas, proceden del campo de batalla de Waterloo, donde, dentro de cuatro días - 18 de junio - hará doscientos años justos, ese anciano de anchos hombros, que entonces tenía dieciséis y era granadero en un regimiento de infantería de línea, combatió durante todo el día contra los ingleses de Wellington antes de que, derrotado el ejército, deshecho su regimiento, tuviera que huir por los bosques y caminos embarrados, perseguido por la caballería prusiana.
Visité Waterloo por primera vez siendo aún muy joven, un día de llovizna y bruma gris. Fui allí con las historias familiares frescas en el recuerdo, tras haber releído algunos libros para estar a tono - aún llevaba La cartuja de Parma de Stendhal en la mochila -, y recorrí los viejos lugares de aquel campo de batalla, del paisaje que el amor de los belgas por su Historia y su memoria ha mantenido casi idéntico al de 1815.
Estuve en el camino alto, donde los cuadros ingleses resistieron las cargas de caballería y el ataque de la Vieja Guardia, en Hougoumont, donde se peleó por cada ladrillo de la casa, y en la Haie Sainte, que acabó incendiada.
Pisé la hierba mojada que pisó el abuelo y me retiré con él por el camino de Charleroi, imaginando a aquel muchacho, alistado sólo un par de meses antes, tras su primer y último combate, huyendo de los húsares prusianos que acuchillaban sin piedad a los fugitivos.
En aquel melancólico paseo de recuerdos familiares y lecturas - después tendría mis propios libros y mis propios recuerdos - me detuve conmovido bajo la lluvia que arreciaba, junto al monumento del águila herida, donde el último cuadro hizo frente a los ingleses. Quizás al granadero Jean Gal le habría gustado saber que uno de sus nietos estuvo allí, recordándolo. Y que sigue haciéndolo cada vez que vuelve a Waterloo, o cuando limpia viejos sables y piensa en los hombres singulares que los manejaron.
En chiquillos de dieciséis años que tal vez gritaron, con ellos en la mano, su miedo y su valentía en antiguos campos de batalla, cuando los hombres todavía no mataban de lejos, apretando cobardes botones, sino mirándose a los ojos, de cerca y cara a cara.
Asumiendo el riesgo y el horror de sus actos.
Próximos a la responsabilidad, la compasión y el remordimiento que ya en la vejez, al recordar, aún les arrancaban lágrimas.

miércoles, 10 de junio de 2015

PAREJAS VENECIANAS, de Arturo Pérez Reverte - 19/1/97

Nunca antes me había fijado en la cantidad de parejas homosexuales que se ven paseando por Venecia.
Los encuentras caminando por los puentes, a la orilla de los canales, cenando en los pequeños restaurantes del casco viejo.
No suele tratarse de dúos espectaculares, sino todo lo contrario: gente discreta, tranquila, a menudo con aspecto educado.
Mirando a los demás aprendes cantidad de cosas, y en el caso de estas parejas siempre me encanta sorprender sus gestos comedidos de confianza o afecto, el reparto convencional de roles que suele darse entre uno y otro, la ternura contenida que a menudo sientes flotar entre ellos, en su inmovilidad, en sus silencios.
Pensaba en todo eso el otro día, a bordo del vaporetto que cubre el trayecto de San Marcos al Lido.
Sobre la laguna soplaba un viento helado, los pasajeros íbamos encogidos de frío, y en un banco de la embarcación había una pareja, hombre y hombre, cuarentones, tranquilos.
Se sentaban muy juntos, apoyado discretamente un hombro en el del compañero, en un intento por darse calor.
Iban quietos y callados, mirando el agua verdegrís y el cielo color ceniza.
Y en un momento determinado, cuando el barco hizo un movimiento, y la luz y la gama de grises del paisaje se combinaron de pronto con extraordinaria belleza, los vi cambiar una sonrisa rápida, fugaz, parecida a un beso o una caricia. Parecían felices. Dos tipos con suerte, pensé.
Aunque sea dentro de lo que cabe.
Porque viéndolos allí, en aquella tarde glacial, a bordo de la embarcación que los llevaba a través de la laguna de esa ciudad cosmopolita, tolerante y sabia, imaginé cuántas horas amargas no estarían siendo vengadas en ese momento por aquella sonrisa.
Largas adolescencias dando vueltas por los parques o los cines para descubrir el sexo, mientras otros jóvenes se enamoraban, escribían poemas o bailaban abrazados en las fiestas del Instituto. Noches de echarse a la calle soñando con un príncipe azul de la misma edad, para volver de madrugada hechos una mierda, llenos de asco y soledad.
La imposibilidad de decirle a un hombre que tiene los ojos bonitos o una hermosa voz, porque, en vez de dar las gracias o sonreír, lo más probable es que le parta a uno la cara.
Y cuando apetece salir, conocer, hablar, enamorarse o lo que sea, en vez de un café o un bar, verse condenado de por vida a los locales de ambiente, las madrugadas entre cuerpos danone empastillados, reinonas escandalosas y drag queens de vía estrecha.
Salvo que alguno - muchos - lo tenga mal asumido y se autoconfine a la alternativa cutre de la sauna, la sala X, la revista de contactos y la sordidez del urinario público.
A veces pienso en lo afortunado, o lo sólido, o lo entero, que debe de ser un homosexual que consigue llegar a los cuarenta sin odiar desaforadamente a esta sociedad hipócrita, obsesionada por averiguar, juzgar y condenar con quién se mete, o no se mete, en la cama.
Envidio la ecuanimidad, la sangre fría, de quien puede mantenerse sereno y seguir viviendo como si tal cosa, sin rencor, a lo suyo, en vez de echarse a la calle a volarle los huevos a la gente que por activa o por pasiva ha destrozado su vida, y sigue destrozando la de chicos de catorce o quince años que a diario, todavía hoy, siguen teniéndolo igual que él lo tuvo: las mismas angustias, los mismos chistes de maricones en la tele, el mismo desprecio alrededor, la misma soledad y la misma amargura.
Envidio la lucidez y la calma de quienes, a pesar de todo, se mantienen fieles a sí mismos, sin estridencias pero también sin complejos: seres humanos por encima de todo.
Gente que en tiempos como éstos, cuando todo el mundo, partidos, comunidades, grupos sociales, reivindica sus correspondientes deudas históricas, podría argumentar, con más derecho que muchos, la deuda impagada de tantos años de adolescencia perdidos, tantos golpes y vejaciones sufridas sin haber cometido jamás delito alguno, tanta rechifla y tanta afrenta grosera infligida por gentuza que, no ya en lo intelectual, sino en lo mas elemental y humano, se encuentra a un nivel abyecto, muy por debajo del suyo.
Pensaba en todo eso mientras el barquito cruzaba la laguna y la pareja se mantenía inmóvil, el uno junto al otro, hombro con hombro. Y antes de volver a lo mío y olvidarlos, me pregunté cuántos fantasmas atormentados, cuántas infelices almas errantes no habrían dado cualquier cosa, incluso la vida, por estar en su lugar.
Por estar allí, en Venecia, dándose calor en aquella fría tarde de sus vidas.

martes, 9 de junio de 2015

AGENDA NARCO, de Santiago O´Donnell - 23/4/15

Mejor no hablar de ciertas cosas, decía Sumo, y menos en campaña electoral.

Desde hace mucho se dice que en materia de narcotráfico la Argentina es un país de tránsito. Es cierto.
Lo que no se dice tanto es que en los últimos años el tránsito, o mejor dicho la logística, ha reemplazado a la producción como eje del negocio.
En otras palabras, los que ahora mandan son los dueños de las rutas.
A nivel mundial, los dueños de las rutas de la droga son los cárteles mexicanos. Ahora son ellos quienes les compran los cargamentos de cocaína y heroína a sus antiguos jefes, los narcos colombianos, para trasladarlos a Estados Unidos, Europa y el resto del mundo, donde se la venden a las mafias locales.
El cambio de mando en el mundo de la droga es consecuencia directa de las crecientes dificultades para introducir la droga, especialmente en Estados Unidos, el principal consumidor mundial.
En los últimos 30 años los narcos han pasado del uso de aviones y lanchas rápidas partiendo de islas del Caribe, a la utilización de vías terrestres y grandes túneles en la frontera mexicana, a la adquisición de una flota de submarinos para subir cargamentos por la costa de California o el Golfo de México.
En Europa también hubo cambios desde que los mexicanos asumieron el control como consecuencia del proceso de integración regional en el Viejo Continente.
Si bien los cargamentos siguen saliendo por mar desde Colombia, Brasil y, en menor medida, la Argentina, los narcos han adoptado la estrategia de triangular la mercadería utilizando pequeños países africanos como Guinea Bissau, para aprovechar el libre acceso de los productos de esos países al mercado común de la Unión Europeo por su condición de ex colonias.
Además de asegurarse las rutas a los principales centros de consumo, los narcos mexicanos se han puesto a la cabeza de la elaboración de drogas sintéticas como el crank o cristal (metaanfetamina), que en los últimos años ha invadido el mercado estadounidense y el europeo.
Con la introducción de estos nuevos productos, el objetivo de los narcos mexicanos es no depender más de los países productores, ya que la droga sintética puede fabricarse en la bañadera de un baño ubicado en el mismo lugar donde existe la demanda.
Estos cambios a nivel mundial han repercutido en la Argentina en forma de dos fenómenos muy nocivos para la sociedad.
El primero, la violencia inédita que ha causado el negocio en estos últimos años, que ya se cobró un triple fusilamiento vinculado a un laboratorio de narcos mexicanos y varias ejecuciones de narcos colombianos, además de decenas de muertes por guerras territoriales de bandas argentinas.
El otro fenómeno es la aparición de un asesino silencioso que se propaga desde los barrios más humildes a los hogares de clase media: la epidemia del paco.
Para entender cómo esos fenómenos llegaron a la Argentina es necesario sincerarse con respecto al lugar que la Argentina históricamente ocupó en el mapa de las drogas.
Acá los narcos manejan desde hace tiempo básicamente tres negocios: el traslado, el lavado y la provisión de las sustancias químicas que hacen falta para fabricar las drogas. O si se quiere cuatro, sumando el negocio de la provisión del mercado interno.
Pero en la escala de lo que se viene hablando, ése es un negocio menor.
Con respecto al traslado, los expertos coinciden en que la Argentina es el mayor proveedor de cocaína de Australia y Sudáfrica y, como se dijo, un proveedor secundario pero no menor del mercado europeo.
Por supuesto que no se trata de cocaína fabricada acá sino traída desde Bolivia, aunque en muchos casos termina de procesarse dentro del país. Esa cocaína sale de puertos argentinos: Buenos Aires, Mar del Plata, Rosario, Zárate - Campana y los pesqueros de la Patagonia.
Esto es una obviedad: Argentina comparte amplias y porosas fronteras con uno de los únicos tres países del mundo que producen cocaína, y una amplia e igualmente descuidada frontera marítima que conecta a los países productores de cocaína (además de Bolivia, Perú y Colombia) con África y el sur de Europa.
Durante el gobierno de Menem, como parte de las relaciones carnales, la agencia antinarcóticos estadounidense (DEA) ocasionalmente entregaba algún cargamento comprado por sus agentes encubiertos: la “compra controlada” es una de la herramientas preferidas de la DEA.
Les servían los operativos en bandeja a sus jefes preferidos en las fuerzas de seguridad argentinas, para que se lucieran en los grandes titulares y en el prime time.
Mientras tanto, muy cerca del poder abrían un kiosco que estalló en el Yomagate.
En las elecciones del 2004 apareció como candidato a vicepresidente de Menem el entonces gobernador de Salta, Juan Carlos Romero. 
Además de ser una importante figura del peronismo, Juan Carlos es el heredero político y económico de su padre, Roberto Romero, también ex gobernador de Salta y sujeto de al menos tres investigaciones de la DEA.
Según documentos desclasificados por el organismo en el 2003 a pedido del periodista Rafael Saralegui, la organización de Romero padre utilizaba pistas secretas y empresas estatales para mover grandes cargamentos a Europa, Australia y Sudáfrica.
En los tiempos de Romero padre la cocaína que pasaba por la Argentina era propiedad de las familias narco de Santa Cruz de la Sierra. Pero como dijo el zar antidroga boliviano en una entrevista con este cronista, el negocio se transnacionalizó y se ha detectado la presencia de narcos mexicanos en el país, y éstos han puesto gerentes colombianos y peruanos al frente del negocio.
Con respecto al lavado, por la falta de controles financieros, la simbiosis con el paraíso fiscal uruguayo y la distancia de las grandes capitales financieras, históricamente este país ha sido un destino elegido para blanquear bienes, y los narcos no han escapado a la tendencia.
Quizás el caso más conocido es el de Amadeo Juncadella, quien fuera dueño de una cadena internacional de empresas de transporte de caudales y agencias de seguridad, Juncadella - Prosegur.
El empresario hoy retirado fue vinculado en documentos de la DEA y de la justicia estadounidense con el lavado de dinero del Cartel de Medellín en la década del ’80. Los documentos de la DEA que involucran a Juncadella lo relacionan con su ex empleado Alfredo Yabrán, que hasta su muerte en 1998 controló medio Ezeiza, medio Aeroparque, empresas de transporte, agencias de seguridad y el correo privado Oca.
Después llegó el capo del Cartel del Golfo mexicano, Amado Carrillo Fuentes, para hacer inversiones de la mano de Aldo Ducler.
A través de su financiera Mercado Abierto, en 1996 Ducler facilitó la colocación en el exterior de cientos de millones de dólares que el entonces gobernador Néstor Kirchner realizó a cuenta de su provincia con dinero de regalías petroleras.
Al año siguiente, una investigación del Servicio de Aduanas de Estados Unidos determinó que Armado Carrillo Fuentes, también conocido como “El Señor de los Cielos”, “transfirió por lo menos 11,6 millones de dólares a la Argentina a través de una cuenta del Citibank en Nueva York perteneciente a Mercado Abierto."
Por esa maniobra Mercado Abierto debió pagar una multa de cerca de un millón de dólares. Ducler fue el financista de la frustrada campaña presidencial de Palito Ortega en 1999 y antes había acompañado al cantautor como principal asesor financiero durante sus dos períodos como gobernador de Tucumán.
Según el ex jefe de Interpol en México, Juan Ponce Edmonson, en libros contables confiscados al "Señor de los Cielos" figura un aporte de U$S 210 mil a la campaña Duhalde - Ortega en las elecciones de 1999.
Ducler también fue socio del ex gobernador de Chaco Jorge Capitanich, en un emprendimiento agropecuario hasta que el entonces jefe de Gabinete de Eduardo Duhalde se desprendió de su parte del negocio en el 2002, cuando se hizo conocido el vínculo entre el alto funcionario y el notorio presunto narcolavador.
En el 2001 el senado estadounidense acusó de lavador al banquero mendocino Raúl Moneta. Según un informe del Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado de los Estados Unidos, a través del Federal Bank, Moneta realizó triangulaciones con Mercado Abierto, de Aldo Ducler, en un caso para reciclar dinero del narcotráfico, y en otro para transferir, hasta donde pudo ser probado, un millón de dólares proveniente de coimas.
Moneta reapareció en el kirchnerismo como propietario de medios afines al oficialismo y como presunto testaferro en la presunta maniobra del presidente Amado Boudou para apoderarse de la firma Ciccone Calcográfica, especializada en impresión monetaria y fuertemente endeudada con Yabrán en la década de noventa, con quien la imprenta entonces compartía varios negocios estatales, incluyendo la impresión de pasaportes, cédulas de identidad y chapas patente de automóviles.
Antes de dedicarse de lleno a la política De la Rúa fue abogado de Ocasa, empresa de logística perteneciente a Yabrán.
En su carta de despedida antes de suicidarse, Yabrán nombró como su sucesor a "H.C.", Héctor Colella, quien a su vez fue recibido meses después por De la Rúa en audiencia privada de la Casa Rosada a poco de asumir.
Colella también recibió el abrazo del papa en la Plaza San Pedro pocas horas después de que Jorge Bergoglio se convirtiera en Francisco.
Yabrán manejaba rutas, transporte, entrada y salida de mercaderías: era el rey del tránsito en el país del tránsito.
Poco antes de matarse, transfirió sus empresas a un fondo inversor con sede en las Islas Caimán llamado Grupo Exxel, encabezado por el ex Juncadella Juan Navarro. Se trata del mismo grupo inversor que poco tiempo antes había adquirido la cadena de tiendas Casa Tía. Al frente de Casa Tía estaba Francisco de Narváez, financista de la campaña Menem - Romero en 2003 y propietario de un celular que registró en 2008 llamadas del narco mexicano Mario Segovia, apodado “el rey de la efedrina”.
Ahora De Narváez está con Sergio Massa, a quien Lilita Carrió acusa de "relación con el narcotráfico" a raíz de una carta encontrada en la computadora de un narco colombiano diciendo que "el alcalde de Tigre" le había avisado que su casa sería allanada.
Con respecto a los precursores, el tema no es tan complicado: como Bolivia prácticamente no tiene industria química, el éter, la acetona y el permanganato de potasio que se usan para fabricar la cocaína en ese país provienen de la Argentina, Brasil y Chile. En los años ’90, con la colaboración de la DEA, Bolivia selló la frontera al ingreso de los camiones que transportaban los precursores, pero no pudo impedir el contrabando hormiga de pasta base fronteras afuera, por lo que los laboratorios se trasladaron a la Argentina, Brasil y Chile. Con los excedentes del proceso de fabricar cocaína llenaron de paco a esos países y también al Uruguay.
Del mismo modo, cuando los cárteles mexicanos necesitaron efedrina y seudoefedrina china e hindú para aumentar su producción de crank, y como el gobierno mexicano empezó a controlar las importaciones desde esos proveedores, no encontraron mejor manera de ingresarlo que a través de triangulaciones con la Argentina.
Acá, una pujante industria farmacéutica servía de pantalla perfecta, mientras la laxitud de los controles aduaneros facilitaba la operación.
Esa triangulación, que alcanzó trece toneladas en 2008, se cerró ese año con la firma de dos decretos presidenciales que frenaron en seco las importaciones y exportaciones de efedrina y pseudoefedrina.
Más allá de las excepciones ya apuntadas, normalmente la DEA no se interesa mucho por lo que sucede en la Argentina. No porque no esté presente el narcotráfico, sino porque lo que pasa acá no tiene mucha incidencia en los Estados Unidos. Los cargamentos tienen otro destino, el dinero lavado muchas veces viene de otro lado y los precursores que sirven para fabricar droga que también se venden lejos de Estados Unidos. Y como la DEA de algún modo marca la agenda mediática del narcotráfico internacional, a veces parece que acá no pasa nada.
Ante el espasmódico interés de la DEA y la discreción de los narcos argentinos - empresarios, abogados, políticos, autoridades aduaneras y funcionarios judiciales y policiales que se jactan de jamás tocar los cargamentos -, los sucesivos gobiernos de este país han mostrado escasa voluntad, o capacidad, para desbaratar el negocio.
Tan escasa que los dos problemas que más impactan en la sociedad, el del paco y el de la violencia, derivan del negocio que en apariencia es el más fácil de cerrar: el de la venta ilegal de precursores.
En efecto, controlar la producción y comercialización de efedrina, éter, acetona y permanganato de potasio es mucho más simple que infiltrar las mafias de los puertos y del transporte de larga distancia, o descifrar la contabilidad paralela de algunos bancos con sucursales off shore. Ni hablar de la maraña político - policial que ampara a los distribuidores locales.
Desde hace años el control de los precursores recae en la Sedronar, la secretaría de lucha contra la drogadicción, un organismo de presupuesto mínimo básicamente dedicado a la rehabilitación de adictos. Más aún, el método que emplea el Estado para supuestamente controlar los precursores parece diseñado a propósito para que no se controle nada.
Se prepara un registro que incluye decenas de sustancias que podrían servir de precursores para todas las drogas ilegales imaginables, incluyendo productos de uso diario como el alcohol etílico y el kerosene. Se empadrona a las empresas que fabrican o comercian esas sustancias, hasta llegar a un número que ya supera las trece mil empresas. Se obliga a esas trece mil empresas a llenar formularios por cada transacción que involucre a alguna de esas sustancias. Se inunda el archivo del Sedronar con esas planillas. Se pide a un grupúsculo de inspectores que revise las planillas y se da por terminado el trabajo. En vez de apuntarles a las 100 o 200 empresas que producen un altísimo porcentaje de los productos que necesitan los narcos que operan en el mercado local, o arrancar con las empresas que tienen causas judiciales porque se les registraron desvíos, todo queda envuelto en una gigantesca maraña burocrática que garantiza los resultados nulos que la secretaría viene obteniendo desde que se hizo cargo del asunto.
Desde la creación del registro durante el primer gobierno de Menem,  el único avance significativo ha sido que en vez usar planillas de papel, durante el actual gobierno el registro se informatizó, y los movimientos de mercaderías se pueden informar online. Pero es tal la laxitud del control que no cumplir no acarrea ninguna multa o sanción.
La página web del registro sólo habla de "riesgos" ("Narcotrafico, Robo y/ o Contrabando, Falsificación y/ o Adulteración") y "beneficios" ("Evitar desviación de sustancias...Garantizar la calidad y seguridad de los productos...Control en tiempo real del volumen de transacciones...")
En junio del 2009 un grupo de expertos convocados por el Ministerio del Interior para mejorar las políticas públicas vinculadas al narcotráfico y la drogadicción, propuso el traslado del registro de precursores al instituto que controla los medicamentos en el Ministerio de Salud, el Anmat. Aunque lo ideal sería que se ocupara del tema un organismo de seguridad especializado, la recomendación de los expertos era un reconocimiento que esos organismos en la Argentina no son confiables.
O sea, las fuerzas de seguridad federales no sólo no son confiables por su presunta connivencia con el narcotráfico, sino también por su probada complicidad con el crimen organizado en otras actividades ilegales como el juego y la prostitución.
En cambio el Anmat es un organismo técnico dotado y respetado, compuesto por funcionarios y especialistas de carrera, del cual no se conocen grandes casos de corrupción.
Pero la propuesta no prosperó y el comité de expertos se disolvió.
No sería la primera ni la última vez que un funcionario o especialista bienintencionado intentó sacar el registro de precursores de la Sedronar. El ex jefe de la DEA en Buenos Aires, Abel Reynoso, lo quiso hacer en los noventa, pero tocó intereses poderosos y tuvo que irse del país.
Hasta ahora siempre ganó el lobby de los narcos. Los traficantes de efedrina ejecutados en el triple crimen de General Rodríguez hace seis años habían contribuido generosamente a las campañas del oficialismo.
Por todo eso mejor no hablar de ciertas cosas, diría Sumo.
No porque todos seamos narcos, que no lo somos, ni porque no sea un tema de interés para las madres del paco, las víctimas de la violencia y la sociedad en general.
El tema interesa y estamos en campaña, pero los candidatos no hablan del tema porque hay demasiado dinero narco dando vueltas como para hacerlos callar.

sábado, 6 de junio de 2015

PELÉ 70, MARADONA 50, por Ezequiel Fernández Moores - 20/10/10


Dico, como lo llamaba la familia, se hizo lustrabotas a los siete años. 
Era hijo mayor y había que ayudar a la familia.
Pero en 1947, en los alrededores de la calle Rubens Arruda, en el pueblo paulista de Baurú, casi todos iban descalzos, igual que él.
Tuvo apenas un cliente.
A veces, la única comida que Dona Celeste, la madre, podía poner sobre la mesa era pan y un trozo de banana.
Papá Dondinho, un nieto de esclavos con ancestros en Angola o Nigeria, sufría problemas crónicos en una rodilla. Sin jugar, no recibía paga del Club Atlético Baurú.
Nueve al estilo Palermo, Dondinho jugó también en el Vasco Sao Lorenzo. Allí tenía como compañero al arquero Bilé.
José Lino, tal su nombre, no hablaba pese a que ya tenía dos años. Preocupada, mamá María Rosalina citó a las "bendezeiras".
Bili - bilu - teteia!", repitieron durante semanas las mujeres su ritual de brujería.
Hasta que el niño, por fin, dijo "bilé". Le quedó de apodo.
Dico, un hincha de Corinthians que admiraba al arquero Bilé, comenzó diciéndole "Pilé". La "i" sonaba casi como una "e".
A Dico, entonces, pasaron a llamarlo Pelé.
Al primer amigo que le dijo Pelé lo corrió para pegarle una trompada. Prefería que lo llamaran Edson, como lo bautizó papá Dondinho.
El certificado de nacimiento, en realidad, dice Edison, con " i ". Un homenaje a Thomas Alva Edison, el inventor de la bombilla eléctrica.
Tres Coracoes, el pueblo de Minas Gerais en el que Pelé nació el 23 de octubre de 1940, había recibido feliz el arribo de la electricidad pocos años antes.
Pelé, en tal caso, sonaba más agradable que "Gasolina", el apodo de connotaciones racistas que le impusieron sus compañeros mayores cuando se incorporó al Santos con apenas 15 años de edad.
Unas décadas antes, los primeros negros del fútbol brasileño blanqueaban su piel con arroz.
En los orígenes, evitaban chocar con el jugador blanco. Un cruce a destiempo autorizaba al jugador blanco a pegarle una patada a su rival negro.
A Pelé nunca le gustó el apodo de "Gasolina".
Lo confesó mucho después, porque cuando fue jugador jamás se le escucharon quejas o reivindicaciones de raza, según cuenta Angélica Basthi en el último libro sobre Pelé (Pelé, estrella negra en campos verdes).
Pelé conoció el mar al llegar a Santos. Dos años después, se subió por primera vez a un avión. Viajó a Suecia. A jugar en 1958 su primera Copa Mundial. La primera de las tres que ganó.
Tenía apenas 17 años. France-Football lo bautizó como "O Rei".
Ya campeón mundial, Pelé, sin embargo, debía mejorar su magro salario en Santos sirviéndole café, cigarrillos y bebidas a sus compañeros mayores que jugaban a las cartas en la concentración.
En 1959, Santos lo hizo jugar 103 partidos.
Se suman los que también jugó para el equipo del Ejército, en el servicio militar. La final del Campeonato Militar Sudamericano fue contra Argentina. Brasil ganó 2-1.
Pelé, harto de recibir patadas, reaccionó mal y sufrió su primera expulsión en una cancha.
Cuando en 1968, ya definitivamente famoso, el árbitro colombiano Guillermo "Chato" Velázquez osó expulsarlo en un amistoso en Bogotá, la gente reaccionó furiosa.
Pelé volvió a la cancha y el Chato a los vestuarios.
La otra gran anécdota de cuando el Santos de Pelé viajaba por el mundo fue al año siguiente. Nigeria y Biafra pararon una guerra para verlo jugar, aunque Pelé, en su libro autobiográfico ("Pelé", 2007), duda si fue cierto.
Seguía en Santos porque en 1966 Pepe Gordo, su primer representante, lo dejó en la ruina y el club lo salvó de la bancarrota.
Volvió a la selección para coronarse en México 70.
"Pra frente Brasil", se aprovechó la dictadura del general Garrastazú Médici.
Tricampeón mundial, Pelé retomó los estudios, completó el secundario y se recibió de preparador físico.
Pero volvió a quebrar en 1974.
Esta vez lo salvó Joao Havelange, a quien él había ayudado para ser presidente de la FIFA.
Tuvo que volver a las canchas. Lo hizo en el Cosmos de Nueva York, de la mano de Henry Kissinger, Pepsi, Warner y MasterCard.
Se retiró el 1 de agosto de 1977.
Hizo goles para todos los gustos. Su libro cuenta 1.283 en 1.367 partidos. Ganó 53 títulos.
En 1995 se convirtió en el primer ministro negro de Brasil. El presidente Fernando Henrique Cardoso solía llevarlo a lugares hostiles. Pelé iniciaba con anécdotas y le aflojaba a la gente. La Ley Pelé, que buscó liberar a los jugadores y poner fin a los balances secretos de los clubes, sirvió también a su empresa. Pelé, Sports & Marketing (PS&M), fue acusada de intermediar en el millonario y polémico contrato de Flamengo con ISL.
Pelé ya había vuelto a abrazarse con Ricardo Teixeira, presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF). Un año antes lo había acusado de pedirle una coima de un millón de dólares.
"Traidor", le dijo Sócrates.
Hasta Tostao, su compañero de México 70, le dijo que era "una gran decepción".
Peor fue cuando el diario Folha lo acusó en 2003 de haber cobrado una primera cuota de 700.000 dólares por la organización de un partido que debía jugarse en Argentina a beneficio de UNICEF. La culpa, se defendió Pelé, fue de Helio Viana, un nuevo socio que, según dijo, volvía a engañarlo.
"Fuera de las canchas - escribió Eduardo Galeano sobre Pelé - nunca regaló un minuto de su tiempo y jamás una moneda se le cayó del bolsillo".
Pelé cuenta que pasó los peores días de su vida cuando Edinho, su hijo que fue arquero en Santos, cayó preso en 2005 acusado de tráfico de drogas. No fue el único proceso en su contra. Su padre lo visitó una vez en el año año y medio que pasó en prisión.
"Solamente de grande percibí que mi padre nunca fue mío", dijo Edinho meses atrás a la revista Istoé.
Trabaja en la comisión técnica del Santos y su último y décimotercer tatuaje dice: "Lucharé hasta el fin".
Rose, su madre, primera esposa de Pelé, pidió el divorcio en 1978. Había nacido la tercera hija y Pelé seguía afuera de Brasil, trabajando.
En 1996, después de presentar trece apelaciones en cinco años de batalla judicial, Pelé debió aceptar el resultado del examen de ADN que estableció que él era el padre de Sandra Regina.
La mujer murió una década después, a los 42 años, de cáncer de mama. Su familia devolvió una corona de flores que Pelé envió al entierro.
Pelé sí reconoció sin trabas a Flavia Kurtz, una hija de una relación extramatrimonial que tuvo con una periodista de Río Grande do Sul.
Su relación más polémica, sin embargo, fue Xuxa.
Él tenía 41 años cuando se conocieron. Ella 16.
Como crítico, Pelé fue siempre excesivamente duro con la selección de su país. Se cruzó con Ronaldo. Romario le respondió una vez con una frase que muchos repitieron: "Pelé, callado, es un poeta".
Pelé, recibido por reyes, papas y estadistas y que eligió festejar en privado su cumpleaños número 70, el sábado, tuvo también fuertes cruces con Diego Maradona, que una semana más tarde celebrará sus 50.
En su libro, Pelé describe sus virtudes de crack y establece que "no hay comparación posible" con Maradona.
"A los genios no los comparo, los disfruto", me dice alguien que conoce a ambos y que cada tanto mira sus videos.
Pelé insistió hace una semana ante la TV de su país diciendo que Diego, además, "no es un buen ejemplo para los jóvenes".
Maradona, que lo tuvo de invitado en su programa de TV, siempre le respondió sin sutilezas en la guerra de egos. Su estilo confrontativo y sus vicios más públicos fueron duramente retratados en un artículo reciente. "Símbolo del problema argentino", "metáfora de la patología crónica de un país" y Dios intocable que contribuye "al fracaso reiterativo y doloroso que arrastra a millones de argentinos al sufrimiento".
Tan excesivo que podría haber sido escrito por Maradona.
Lo escribió un periodista renombrado (John Carlin) junto con un sicoanalista (Carlos Pierini). Pelé parece haber trazado una convivencia más armónica con la fama. "Pero para mis adentros - confiesa - siento que debo darle más espacio a Edson para reducir el que ocupa Pelé".
Su tarjeta de MasterCard, cuenta en su libro, lleva de un lado la firma de Edson Arantes do Nascimento.
Del otro, aparece él mismo haciendo una chilena con la firma de Pelé...

jueves, 4 de junio de 2015

DIATRIBA CONTRA CRISTIANO RONALDO (CR7), de Juan Villoro

Algunas razones para tenerle antipatía a Cristiano Ronaldo. 


En nuestra época, dominada por neurosis y suspicacias, entendemos la diatriba como el arte de despotricar.
En su origen, el género pretendía ofrecer una lección moral, desprovista de ánimo agresivo. Así lo ejercieron Epicteto, Cicerón y Séneca, cuyas denuncias no se dejaban tocar por las injurias.
Cristiano Ronaldo recibe insultos en todos los estadios que visita.
¿Es posible asestarle una diatriba filosófica?
Criticar a quien ha ganado el Balón de Oro con dos equipos diferentes resulta fascinante porque es fácil errar el tiro.
Su aspecto, su salario y su carácter pueden nublar la razón y elevar la bilirrubina.
Tanto él como su novia rusa se han encargado de recordarnos que su apostura causa envidia.
Estamos ante un caso de narcisismo altamente productivo.
Cuando se dispone a cobrar un tiro libre, el delantero da pasos con teatral escuela. Así sabemos que prepara algo inaudito.
Luego se detiene con las piernas abiertas en compás, como una estatua de sí mismo, en una pose que se le olvidó ensayar a Apolo.
¿Sirve esto para patear mejor?
Desde luego: Narciso se concentra llamando la atención.
El apodo de CR7 sugiere que estamos ante alguien ajeno a la condición humana: un cyborg o un arcángel, una criatura que se depila de modo diferente.
Quienes han tratado de cerca a Cristiano aseguran que se trata de un ser compasivo y algo ingenuo, cuyo único interés es el juego.
La verdad sea dicha, poco importa que se adore en el espejo o dedique su tiempo libre a acariciar cachorros.
Juzguemos al personaje por sus aventuras en el césped.
Sus gestos pueden ser chocantes, pero eso importa poco. En la cultura de masas, la vanidad funciona.
Si Mick Jagger fuera humilde, los Stones tocarían en un garaje.Ningún futbolista contemporáneo tiene el mismo potencial atlético.
La televisión es esclava de la pelota y solo muestra una zona del partido. Esto nos priva de ver los largos recorridos que algunos jugadores hacen para desmarcarse o recuperar balones. Cristiano corre con sostenida velocidad, aquilatando los consejos que Usain Bolt le dio en Inglaterra. Su potencia para rematar al arco de pierna o de cabeza recuerda a Batistuta o Bierhoff.
Además, corre con el balón dominado y hace una pausa repentina, demostrándole a su perseguidor que las consecuencias del regate están en el ortopedista.
Todo esto lo convierte en lo que la lengua alemana, tan afecta a la exactitud, denomina un Kraftpaket, un paquete de fuerza.
Juzgado con criterio olímpico, CR7 merece medalla de oro.
Pero el fútbol es mucho más que un deporte.
Su grandeza está más allá de la condición física: la picardía no se obtiene en un gimnasio.
El fútbol es el arte que perfeccionaron los pies torcidos de Garrincha, la baja estatura de Lionel Messi, el sobrepeso de Ronaldo, la mala vista de Tostao, la inmovilidad de Dino Zoff.
Sus grandes virtudes escapan a todo sistema de medida.
¿Cómo cuantificar las fintas, la intuición, el pase al hueco, la sangre fría, la colocación, la certeza de lo que hará el otro?
Cristiano entiende el fútbol como un deporte de alto rendimiento donde los récords personales sustituyen al embrujo.
Incapaz de identificarse con jugador alguno, se refleja en el objeto del deseo, el balón.
Cruyff enseñó que lo que se debe mover en un partido es la pelota.
CR7 trata de revertir esta certeza para ser más visto y codiciado que el esférico.
Olvida que participa en una de las más extrañas variantes de la vida en común.
En un mundo donde las familias son disfuncionales y las juntas de vecinos revelan la rareza de nuestros congéneres, el fútbol propone la convivencia donde hay once jugadores.
Cristiano participa como un entenado de prestigio.
Se ha vuelto famoso por no celebrar los goles en los que no interviene.
Sus logros individuales están por encima del grupo.
No en balde sus compañeros del Real Madrid lo rebautizaron como “Ansias”.
Su sed de triunfo comienza y acaba en sí mismo.
En la temporada 2011-2012 fue nominado al Balón de Oro.
Florentino Pérez no asistió al acto en Montecarlo.
En cambio, ahí estaba Sandro Rosell, presidente del Barcelona. El trofeo se lo llevó Messi. Cristiano se sintió menospreciado.
En su siguiente partido, contra el Granada, anotó dos goles y no los festejó.
Cuando le preguntaron por qué había mostrado esa apatía, dijo estar triste “por razones profesionales”.
Un futbolista estelar gana millones de euros.
Una parte de esa fortuna está destinada a garantizar su felicidad pública: ha sido contratado para transmitir alegría.
Anotar y poner cara de “huele a podrido” es tan anticlimático como insultar al público al recibir una ovación.
Todo mundo tiene derecho a deprimirse, pero Cristiano lo hizo como una afrenta laboral.
No se preocupaba por una derrota de su club, sino porque la UEFA y su presidente no lo valoraban como quería.
Al llegar al Real Madrid, el entrenador más sibilino de todos los tiempos, José Mourinho, armó un equipo en el que privilegiaba a los jugadores representados por su agente, José Mendes.
Nunca un promotor ha tenido tanto peso dentro de una entidad deportiva.
Para perfeccionar la tensión entre sus jugadores y reforzar su autoridad a través del miedo, cada cierto tiempo Mou el Terrible criticaba en público a sus favoritos o los dejaba fuera de la alineación.
Cuando el turno de maltrato le llegó a Cristiano, el portugués pateó los muebles del vestuario.
Sergio Ramos e Iker Casillas le ofrecieron su apoyo. Los capitanes del equipo habían tenido el valor de enfrentarse al tirano.
¿Qué hizo el Apolo de Chamartín?
Habló con su agente y le pidió que lo defendiera ante Mourinho.
Mendes negoció protección y el asunto quedó resuelto (para Cristiano, no para el grupo).
Cuando Marcelo se negó a firmar con Mendes, argumentando que su representante era como alguien de su familia, Cristiano le retiró la amistad que hasta entonces le profesaba y celebró en la prensa la costosa contratación de Coentrão, el peor jugador del Mourinhato, que competiría con Marcelo.
Los intereses de CR7 rara vez tienen una condición gregaria. 
Dependiendo del entrenador, esto se mitiga o empeora.
Quien desee conocer más detalles de la negra historia de Mourinho en el equipo blanco puede consultar Prepárense para perder, de Diego Torres.
El “Ansias” es un portento individualista y favorece estrategias ajenas al juego de conjunto. El peligro que genera en descolgadas o jugadas de táctica fija permite prescindir del dominio del balón.
Como los superhéroes, gana la guerra solo.
En 2014 recibió su segundo Balón de Oro y sorprendió al planeta con lágrimas de gratitud.
El gesto lo humanizó, pero se conmovía por un logro personal.
Cuando Eric Cantona escogió como la mejor jugada de su vida un pase de gol, enfatizaba la relación con los demás.
Incluso los prodigios más caprichosos requieren de los otros.
La carrera de Maradona en el Mundial de México, sorteando súbditos de la Corona inglesa, fue posible porque a su lado corría un eminente fantasma, Jorge Valdano, que en algún momento podía recibir la pelota y debía ser marcado.Criticar la apariencia, el carácter, el club o el dinero de Cristiano es una forma vulgar de la diatriba.
El formidable atleta portugués nos desafía a lograr un modo más complejo del repudio. Llegamos a un punto decisivo: ningún futbolista mejora en su compañía.
Egoísta en grado sumo, ignora la noción de dupla.
Careca se superó con Maradona y Rivelino, con Pelé. “Clodoaldo, rima de Everaldo”, escribió Vinicius de Moraes, subrayando el valor asociativo del juego.
El perfeccionamiento físico de Cristiano refleja su soledad en el campo. Los grandes hechiceros tienen cómplices y les sacan provecho a sus defectos.
La Estatua de la Libertad muestra los versos de Emma Lazarus para darle bienvenida a gente sin otro capital que su esperanza:
"Dadme a los que están cansados,

los que son pobres,
vuestras masas amontonadas
sedientas de aire puro,
los desechos miserables
de vuestra tierra superpoblada,
enviadme a esos sin patria
que la tormenta tambalea,
yo levanto mi antorcha
junto a la puerta de oro…"
Los egresados de los potreros donde bota el balón no son muy distintos.
Democrático en grado extremo, el fútbol se inventó para superar la tiranía atlética y darles una oportunidad a los que patean descalzos y superan sus limitaciones con ingenio.
Los parias que colonizaron esa tierra se llaman Maradona, Di Stéfano, Puskás, Cruyff, Pelé…

Ninguno de esos extravagantes dependió de su fuerza o su velocidad y todos hicieron mejores a los suyos.
En un oficio que autoriza a ejercer la magia, Cristiano Ronaldo solamente practica un deporte.

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