miércoles, 31 de marzo de 2021

DESAYUNO EN BEIRUT, de Arturo Pérez Reverte - 15/3/2021

Hace un sol de invierno en Puerto Banús y estoy sentado en la terraza del Salduba, mirando los barcos.
En una mesa cercana hay un hombre mayor que habla por teléfono, en árabe.
Viste bien, con maneras europeas que se ven habituales; las de quien lleva muchos años aquí.
En un momento determinado dice kus immak e ibn charmuta refiriéndose a alguien, y los dos viejos insultos levantinos, viejos como la vida, me hacen sonreír.

El hombre advierte mi sonrisa y al terminar la conversación me pregunta en esa lengua si hablo árabe.
Le respondo en español que no, que sólo conozco un centenar de frases y palabras, incluidos casi todos los buenos insultos.
Se ríe, conversamos.
Es libanés, de origen palestino.
O para ser exactos, palestino nacido en el Líbano. En un lugar llamado Tal Zaatar.

- La Colina del Tomillo -, apunto.

Se sorprende, me pregunta, le explico.
Estuve allí en 1976, durante la batalla: norte de Beirut, treinta y cinco días de combates.
Lo vi todo, o casi todo.

- ¿Con nosotros..?

- No. Esa vez me tocó estar con el otro bando.
Pero vi los muertos y los fugitivos, mujeres y niños…
A los hombres combatientes los mataron a todos.

- Yo fui uno de aquellos niños...


El Líbano, Beirut, los recuerdos comunes unen mucho, incluso tanto tiempo después.
O precisamente a causa de todo el tiempo transcurrido.
Durante un largo rato intercambiamos memoria, lugares, sensaciones.
Y acabamos tuteándonos.

- ¿Sabes lo que realmente añoro de entonces? - le confieso -. Los desayunos con manouche.

- ¿En serio?

- Completamente.
Para mí es el aroma de Oriente Medio: el de mis primeros viajes y mi juventud.

Hablamos otro buen rato sobre eso, recordando el maravilloso manouche con zaatar, tan popular allí: pan redondo y plano, con tomillo, orégano y aceite, que se come a mordiscos, enrollado y caliente.
Le cuento a mi interlocutor que ése, la chawarma y el hummus eran la alimentación habitual - nutritiva y barata - del joven reportero que yo era entonces, pero que lo mejor llegaba con el desayuno.

Según la zona de Beirut donde estuviese, el hotel Commodore en el lado musulmán o el Alexandre en la zona cristiana, salía cada amanecer a uno de los puestos callejeros donde hacían manouche, me ponía en la cola de la gente que aguardaba - a veces corría con ellos a buscar refugio cuando caían bombas demasiado cerca - y me sentaba a mordisquear mi desayuno con un café turco y un cigarrillo antes de empezar la jornada laboral.

Y quizá porque aquel Líbano se quedó en mi piel como un tatuaje, marcando el resto de mi vida y mi trabajo, todavía hoy asocio el sabor y el aroma del manouche con los años de juventud, peligro y aventura.

De todo eso y de algunas cosas más hablamos mi interlocutor, que se llama Jalil, y yo en la terraza de Puerto Banús.
Y cuando nos despedimos, se me queda mirando.

 -¿Te gustaría desayunar manouche otra vez..?

Le respondo que sí, claro.
Que conozco un par de sitios en París, uno en la rue Saint - André des Arts y otro junto a Les Halles, a los que voy temprano y espero paciente hasta que abren, calientan la plancha y me hacen uno. 

Cuando escucha todo eso, Jalil sonríe y me da una tarjeta.

- Tengo un restaurante cerca de la playa - dice -.
Ésta es la dirección. Si vas mañana a las nueve, te harán uno.
Voy a telefonear para que te lo preparen…
Yo no estaré, porque me levanto tarde.
Pero será un honor si aceptas.

El honor es mío, respondo.
Claro que acepto.

Y al día siguiente, a las nueve menos un minuto, estoy en la puerta del restaurante, situado entre Banús y Marbella.
Lo encuentro cerrado por estar fuera de temporada y pienso que he venido en vano, cuando se abre la puerta y sale un individuo sin afeitar, con cara de sueño, delantal de cocinero y cara de traficante de blancas de los años treinta.

Sin decir una palabra me hace entrar, y en una mesa cubierta con un mantel veo una cafetera de café turco y un manouche perfectamente enrollado y caliente en su envoltorio de papel.

Entonces me siento, rompo la parte superior del papel, aspiro el aroma del tomillo, el orégano y el aceite, y regreso a Beirut y a mi juventud, cuarenta y cinco años después.

A UN GENERAL, Poema de JULIO CORTÁZAR

Región de manos sucias, de pinceles sin pelo
de niños boca abajo, de cepillos de dientes

Zona donde la rata se ennoblece,
y hay banderas innúmeras, y cantan himnos.

Y alguien te prende, hijo de puta,
una medalla sobre el pecho.

Y te pudres lo mismo..!

martes, 30 de marzo de 2021

NEGLIGENCIA IMPUNE, de Juan Carlos Tealdi - 28/3/2021

Pfizer, Bullrich y la inmoralidad de exigirle a un Estado la renuncia a su inmunidad soberana


Ilustración: Kelsey Dake.


Tu inmunidad es contraria a mi impunidad

El 29 de octubre del año pasado el Senado de la Nación aprobó la ley 27.573 de vacunas contra la Covid - 19.
La norma fue tratada bajo el supuesto de algunas preocupaciones generales que tenían los laboratorios productores.
Después se supo que aquí como en otros países quien había presionado con exigencias intimidantes a los gobiernos había sido el laboratorio Pfizer.

Cuando llegó a saberse que las exigencias normativas del laboratorio alcanzaban al Congreso de la Nación para que le otorgara un marco de inmunidad a la comercialización de su vacuna, resultó claro que se trataba de una grave e inédita profundización de los aspectos inmorales que muchas veces acompañan a la producción y venta de los medicamentos.

La extrema gravedad ética de esa cuestión se veía en los condicionamientos exigidos por una corporación a un Estado soberano y en que esas exigencias fueran de una desmesura e inmoralidad nunca vista, ya que de no cumplirse negarían el acceso a un bien esencial para salvar la vida de las personas en un contexto de mortandad masiva.

El gobierno puso límites.
La ley 27.573 aclaró en su artículo 4° que las condiciones de indemnidad respecto de indemnizaciones y otros reclamos pecuniarios en favor de los productores y distribuidores de las vacunas quedaban exceptuadas cuando se tratara de maniobras fraudulentas, conductas maliciosas o negligencia.
Pero por esto Pfizer no firmó los contratos para que Argentina adquiriera su vacuna.

El ministro de Salud de entonces, Ginés González García, dijo que en las negociaciones para la firma, cuando ya había sido aprobada la ley que el laboratorio había reclamado, los directivos objetaron que las condiciones de indemnidad patrimonial quedaran exceptuadas en los casos de negligencia.
Pfizer no quería que se incluyera ese término.

Ahora, después de una reunión de Juntos por el Cambio, la presidenta del PRO Patricia Bullrich tuiteó el lunes: 
“Presidente: no tiene excusas. El Bloque de Diputados Nacionales de @proargentina está dispuesto a votar los cambios necesarios en la ley 27.573, para que nuestro país pueda comprar la vacuna de Pfizer y cualquier otra que esté disponible en el mercado”.

Acompañó su mensaje con un comunicado de su partido haciendo saber que los 54 integrantes de su bloque estaban dispuestos “a legislar en la materia para adquirir las vacunas del laboratorio Pfizer”
Y citando lo dicho por Ginés González respecto a la objeción de Pfizer a asumir responsabilidad por negligencia, manifestaron la intención del PRO de colaborar para solucionar los problemas normativos que impedían las negociaciones y tornaban imperioso revisar el articulado.


Nunca encontré en mis estudios de historia de las investigaciones médicas ningún ejemplo con este grado de entrega humillante de la dignidad, la vida y la salud de una población y de su Nación a los más inhumanos intereses mercantiles, en boca de un político con responsabilidad a escala nacional.

No se puede decir sino que hace falta ser muy desalmado para poder hacerlo.


La palabra en cuestión

Se define a negligencia en su primera acepción como la omisión de la atención debida por inacción o descuido o por acción incorrecta, inadecuada o insuficiente.
Pfizer tiene antecedentes que dan ejemplos de esa definición.

En el año 2004, esta corporación fue denunciada por la promoción de su medicamento Neurontin (Gabapentina), aprobado para la epilepsia, en una docena de otros usos como trastorno bipolar, déficit de atención, síndrome de piernas inquietas, etc.
El 90% de las recetas de Neurontin que el año anterior le habían reportado 2.700 millones de dólares en ventas, habían sido indicadas para esos usos no aprobados.
Pfizer aceptó pagar 420 millones de dólares para detener el juicio en su contra al haber omitido la atención debida a la población con sus maniobras fraudulentas.

En el año 2009 se lo condenó a pagar una multa de 2.300 millones de dólares como culpable de malas prácticas comerciales y promoción fraudulenta de sus medicamentos Geodon, Lyrica, Zyvoxy y Bextra.
Esas malas prácticas incluían la comercialización para otros usos y dosis que las autorizadas y sin señalar sus contraindicaciones tales como las enfermedades cardíacas en el caso de Bextra.
Negligencia.

La denuncia de estas prácticas fraudulentas fue realizada por un representante de ventas del laboratorio que declaró haberlo hecho por no poder seguir viviendo con sus remordimientos de conciencia ya que él y otros 3.000 representantes de ventas de Pfizer habían recibido instrucciones ilegales para la promoción de Bextra (valdecoxib).

Se les había instruido para promover entre los médicos este medicamento indicado legalmente para el tratamiento de la artritis reumatoidea y la osteartritis, para otros usos como el tratamiento del dolor severo de cualquier causa y a dosis más elevadas que las autorizadas.

Cada representante recibía 50 dólares por cada indicación de uso quirúrgico que lograba y a los médicos se los invitaba a “reuniones médicas” que se realizaban en lugares turísticos costosos, para lograr la adhesión de todos ellos a esa estrategia comercial.


El safari de las investigaciones


Yago Partal.

En 1996, durante una epidemia de meningitis en Kano - Nigeria -, Pfizer realizó investigaciones con el antibiótico trovafloxacina (Trovan), que si bien prometía ser beneficioso para el tratamiento de diversas infecciones, por otro lado se había manifestado con serios eventos adversos en niños.

La compañía no podía encontrar un número suficiente de pacientes en Estados Unidos pero los analistas de Wall Street aseguraban que si el medicamento se aprobaba, y dado sus usos potenciales, esto le reportaría a Pfizer mil millones de dólares por año.
La epidemia en el país africano aseguraba el acceso al número de probandos necesarios en el contexto de un gobierno acusado de graves violaciones a los derechos humanos.

Mientras se llevaba a cabo el estudio, un equipo de Médicos sin Fronteras trataba a los afectados con medicamentos conocidos y disponibles tales como el cloramfenicol.
Once de los doscientos niños estudiados por Pfizer murieron y un gran número de niños sufrió eventos adversos serios.
Y aunque los afectados de meningitis recibían en Estados Unidos un tratamiento rápido endovenoso, a la mayoría de los niños en Nigeria se les habían administrado formas orales que nunca habían sido probadas.

La compañía aseguró que un consejo de ética nigeriano había aprobado el experimento.
Pero el supervisor nigeriano del estudio Abdulhaid Isa Dutse afirmó que la “carta” de aprobación del estudio fue escrita un año después de la finalización del mismo y Sadiq Wali, director del Hospital Universitario Aminu Kano en el que se incorporaron los niños al estudio, aseguró que su hospital no tenía un comité de ética cuando Pfizer realizó el experimento.

La trovafloxacina fue aprobada en diciembre de 1997 y estuvo disponible en el mercado de Estados Unidos en febrero de 1998. Desde julio de ese año la FDA comenzó a recibir informes de eventos adversos de seria toxicidad hepática mientras se expendían unas 300.000 nuevas recetas del medicamento.
Finalmente la FDA anunció que la trovafloxacina sólo quedaba autorizada en modo altamente restringido.

Para entonces, treinta familias nigerianas - entre las que se encontraban las de seis niños muertos durante el experimento - habían demandado a Pfizer en agosto de 2001 por tratos crueles, inhumanos o degradantes al violar el Código de Nüremberg, los estándares de derechos humanos de las Naciones Unidas y diversos códigos internacionales de ética de la investigación.


En mayo de 2007 el estado de Kano demandó a Pfizer por 2.500 millones de dólares y en julio del mismo año el gobierno nigeriano presentó una demanda a la Alta Corte Federal reclamando al laboratorio una suma de 6.500 millones de dólares y pidiendo a la justicia que manifestara que las investigaciones no eran humanitarias ni filantrópicas, eran ilegales y tenían un fin claramente comercial.

En enero de 2008 la Corte Mayor de Nigeria emitió una orden de arresto contra ocho ex directores de Pfizer.
En abril de 2009, varios cables de la Embajada de Estados Unidos en Abuja expuestos por Wikileaks revelaban que Pfizer había contratado a un grupo de investigadores para que buscaran actos de corrupción del fiscal nigeriano Michael Aondoakaa, y los enviaba a periódicos locales a fin de presionar al fiscal para que abandonara el caso.
Con la conducta maliciosa de amenazar con nuevas revelaciones, los abogados de la corporación negociaron un acuerdo y Pfizer pagó 75 millones de dólares para evitar el juicio.


Principio de precaución

Pero no es sólo negligencia en acto la que previene la ley de vacunas.
Si no somos prudentes lo potencial puede hacerse efectivo.
Y la imprudencia es una forma de negligencia.

El 10 de septiembre del año pasado el director científico de la compañía biofarmacéutica china CanSino Biologics, Zhu Tao, declaró que el candidato a vacuna AD5 - nCOV que desarrollaban era segura.
Y en febrero la compañía informó que la vacuna había cumplido con sus criterios primarios de seguridad y eficacia sin eventos adversos graves.

En Argentina, la fase III de ese estudio fue autorizada por ANMAT el 26 de noviembre de 2020 para ser realizada por la Fundación Huésped en representación de CanSino Biologics.
Uno de los voluntarios incluidos en el mismo, hijo a su vez de un participante en la fase III de la vacuna de Pfizer realizada en el Hospital Militar Central, contrajo hace un mes el Síndrome de Guillain Barré (SGB) y todavía está afectado por esta enfermedad.
 
Aunque es de origen desconocido y de rara aparición en las vacunaciones (uno a dos casos por millón en vacunas contra la gripe), el SGB es un trastorno neurológico en el cual el propio sistema inmunitario ataca a las neuronas causando debilidad muscular y en ocasiones parálisis que en general desaparecen en algunas semanas.
Su forma grave, sin embargo, puede causar la muerte por dificultad respiratoria.

El hacernos responsables de no ser negligentes es fácil de entender por cualquier persona física o jurídica.
Por el contrario, las acciones dirigidas a imponer normas a los otros teniendo en cuenta solamente el goce propio, incluyendo el goce de la codicia, ya tienen nombre y se llaman perversiones.


Modus operandi: la soberana inmunidad de los accionistas


Soberana impunidad.

El 23 de febrero de este año, en el medio OjoPúblico de Perú se publicó el informe de un grupo de periodistas con sede en Londres acerca de las exigencias de Pfizer en Argentina, Perú y Brasil, que incluían reservas del Banco Central, edificios de embajadas y bases militares como garantías contra el costo de futuros litigios legales.
Exigían además indemnidad contra cualquier demanda civil por eventos adversos o las demoras en las entregas de los lotes, errores de fabricación o envío de vacunas incorrectas.

Esas exigencias fueron consideradas por los negociadores como chantaje, intimidación de alto nivel y abuso de poder.

La gigantesca corporación de hoy ya no es la pequeña compañía química fundada con 3.500 dólares por el inmigrante alemán Charles Pfizer y su primo Charles Erhart en 1849.


Hoy su capitalización de mercado supera los 200.000 millones de dólares, sus ventas los 50.000 millones, y sus beneficios los 15.000 millones.
Y sus propietarios son grandes fondos de inversión.



Pfizer hoy actúa con el mismo modus operandi con el que actuaron los Fondos Buitre en el pasado.
Esos fondos que el PRO se apuró a complacer con Macri y que hoy tienen en Patricia Bullrich a la portavoz de sus defensores.

Pero la necesidad imperiosa del artículo 4° frente a Pfizer y sus antecedentes de maniobras fraudulentas, conductas maliciosas y negligencia están muy claros.


Sin excusas

Pfizer consiguió el producto más deseado en el mundo entero. Siendo una empresa, su interés primario no era ni es la humanidad sino los beneficios de sus accionistas.
Nunca lo tuvimos tan claro.

Pero aunque distintos expertos proyectaron una enorme ganancia por las ventas de su vacuna, su codicia no encontró techo ni compasión alguna.

Exigió que un Estado firmara la renuncia total a su inmunidad soberana y quedara sin defensas frente al virus pandémico de un capitalismo financiero globalizado.

Y debía entregar el alma de la Nación, ese lugar en el que fraude, malicia y negligencia tienen sentido.
Debía corromperse.

Aristóteles definió a la corrupción como el cambio del ser hacia el no ser, a diferencia de la generación en tanto cambio del no ser al ser.

Ese sentido metafísico de cambio que destruye al ser de algo previamente existente, se conserva en el sentido político que le da Cicerón cuando dice (De legibus III) que la corrupción consiste en viciar las costumbres o moral ciudadana (“corrumpere mores civitatis”) y en falsificar los documentos públicos (“corrumpere tabulas publicas”).

Se aplicaba al Senado romano para decir que alguien lo había roto o destruido y su significado político permite vincularlo con la ruptura o la falta de respeto de las normas que le dan la identidad de su ser - su alma - a una comunidad y al Estado.

Señora presidenta del PRO: ¡usted sí que no tiene excusas!
Deje de trabajar para corromper al Congreso de la Nación Argentina y para humillar a su pueblo.
Recupere un poco el respeto perdido, si alguna vez lo tuvo.

¿POR QUÉ TANTO BARULLO, PEROGRULLO?, de Horacio Verbitzky - 28/3/2021


Lo que ella dijo es cualquier cosa menos original.
Ya lo había planteado Alberto Fernández durante la campaña proselitista de 2019 y en varios mensajes presidenciales, el más reciente en Almirante Brown el lunes 15, cuando anunció el plan de las mil obras públicas.
Dijo que esas obras implicarán unos 6.000 millones de dólares.

“El año que viene deberíamos pagarle al Fondo Monetario Internacional 18.000 millones de dólares, es decir tres veces lo invertido en estas obras que le están cambiando la vida a todos los argentinos.
Algunos eligen el camino fácil de endeudarse y olvidar a su gente, y nosotros elegimos el camino de discutir y pelear con los acreedores y darles seguridad y futuro a cada uno de los argetinos.
Todos están ansiosos porque arreglemos, y yo también.
Lo que no voy a hacer es arreglar a costa de los argentinos”.

https://www.youtube.com/watch?v=nQ03mDNp67Q&ab_channel=LosAndesDiario

Esa misma noche, el Ministro de Economía Martín Guzmán dijo que era necesario el acuerdo con el FMI “porque no tenemos los dólares para pagarle.
Lo que le prestó el Fondo a la Argentina durante el gobierno de Juntos por el Cambio es igual a todo lo que prestó a todos los países del mundo durante el año de la pandemia.
Esa es la magnitud del problema que tenemos, por eso necesitamos un acuerdo para refinanciar esos vencimientos”, ya que de otro modo “sería imposible implementar políticas públicas para mejorar la calidad de vida a la gente”.

https://www.youtube.com/watch?v=oYp6TTGsqhU&ab_channel=LANACION

Hasta Maurizio Macrì admitió en los últimos meses de su infeliz gobierno que no podía hacer frente a los compromisos asumidos y declaró un default parcial.
Cada uno ofreció su propia interpretación sobre las causas del fenómeno.
Pero todos coincidieron en los duros hechos: la Argentina no puede pagar las sumas pactadas y en las fechas previstas porque no tiene con qué hacerlo.

Como esta es una verdad de Perogrullo, es imprescindible una renegociación.
En su primer año, el gobierno nacional llegó a un acuerdo con los acreedores privados y sigue en trámite el arreglo con el Fondo Monetario Internacional.
Por eso habló Cristina el 24 de marzo y abrió las negociaciones Guzmán en Washington con Kristalina Georgieva y los encargados de la Argentina en el FMI.


La presencia y la ausencia

La perogrullada más bella que recuerdo la escribió Carlos Peralta en el guión de la historieta Alfie, que publicamos con el Amarillo González O’Donnell y con Juan Carlos Martelli en la única edición de la revista libro Cuadernos de Robinson C: 
“La presencia tiene algo de que la ausencia carece”.

Es lo que ocurre con Cristina.
Cuando ella dice lo mismo que Alberto o que Martín, parece que se desploma el cielo.
Para no encandilarse con el magnetismo personal de la Vicepresidenta, vale la pena reparar no sólo en qué dijo, sino también en dónde, cuándo y cómo lo hizo:
  • La deuda contraída con el Fondo Monetario Internacional, en violación a sus propios estatutos, fue una decisión política de Estados Unidos para propiciar la reelección de Macrì. La Argentina no quiere faltar a su compromiso, ningún gobierno peronista lo hizo, son los liberales los que toman deuda y los peronistas los que la pagan. Pero como el país no está en condiciones de cancelarla, la superpotencia debería realizar ahora otro gesto político, de modo que el FMI permita el repago a plazos más extensos y tasas menores que las habituales en los acuerdos de facilidades extendidas que concede.
  • Habló desde Las Flores, una ciudad del interior bonaerense de unos 25.000 habitantes, donde además de producción agrícola - ganadera hay actividad industrial, que fue fomentada con créditos a tasa negativa por los gobiernos kirchneristas de 2003 a 2015, con el objetivo de sustituir importaciones por producción local.
  • Cristina habló el miércoles 24 de marzo en la inauguración de un Espacio de la Memoria, en la ex sede policial donde estuvo secuestrado en 1977 el compañero de militancia y de vivienda de los Kirchner, Carlos Labolita, quien no reapareció. Labolita fue visto allí por penúltima vez, antes de ser entregado al Ejército, cuyos jefes de entonces fueron condenados por su desaparición. Dentro de las varias precisiones en que incurrió, hizo explícito que al producirse la ruptura entre Perón y los Montoneros, tanto ella como Kirchner se quedaron con el Presidente electo por el voto popular, lo cual refuta la vulgata según la cual el kirchnerismo es la continuación de la guerrilla por otros medios.
  • Acompañada por el gobernador bonaerense Axel Kicillof, el presidente del bloque de diputados del FdT, Máximo Kirchner, el intendente local y la compañera sobreviviente de Labolita, ubicó el golpe de 1976 dentro de una secuencia política que trazó a partir del primer peronismo. Aquel gobierno favoreció la industrialización y el empleo de calidad, proceso que Cristina sintetizó alegando que millones de trabajadores pasaron a integrar la clase media. Un proceso similar de movilidad social ascendente y sustitución de importaciones condujeron Néstor y ella en la primera década de este siglo. El primero fue derrocado por la fuerza, que Perón describió como “la razón de las bestias”. Dos décadas después, el golpe de 1976 impuso a sangre y fuego un cambio en la matriz económica y también en el sentido común de la sociedad. La decisión del Presidente Raúl Alfonsín de juzgar a los perpetradores no alcanzó a quienes los instigaron y se beneficiaron con su política, como la familia del ex Presidente Maurizio Macrì (a quien CFK aludió sin nombrarlo) cuando el endeudamiento externo que habían contraído fue endilgado a toda la sociedad. Mientras la sociedad se empobrecía, ellos se enriquecieron. Cuando llegaron al gobierno por primera vez en elecciones libres, pusieron en marcha un nuevo ciclo de endeudamiento, más gigantesco que el de la dictadura, y que hoy condiciona la vida económica y política del país.

https://www.youtube.com/watch?v=p-lHf7KLMAw&ab_channel=T%C3%A9lam


Bretton Woods, de Farrell a Perón

Vale la pena partir de ese enfoque para una comprensión de largo plazo del proceso argentino.
El FMI se creó en 1944, junto con el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, luego renominado Banco Mundial, durante una conferencia convocada por Estados Unidos, cuando el final de la guerra mundial estaba a la vista.
Su resultado fue convertir al dólar en la moneda de referencia que desplazaría al patrón oro, como eje ordenador de la economía de posguerra.

La Argentina, cuyo gobierno militar era acusado por Washington de pro - nazi, no asistió, pero el general - Presidente Edelmiro Farrell decidió adherir por decreto a los objetivos declarados en Bretton Woods.

Una vez que Perón fue elegido Presidente recibió la visita de lo que él llamó “el presidente del FMI”, quien le propuso el ingreso de la Argentina, que el gobierno declinó.

En cambio, el flamante Presidente anunció que pagaría la totalidad de la deuda externa pendiente, promesa que cumplió años después al cancelar las últimas cuotas del empréstito que el Reino Unido concedió en 1933 como parte del tratado Roca - Runciman.

El Poder Ejecutivo envió al Congreso una ley ómnibus convalidando todos los decretos dictados por el gobierno de facto, pero dos años después el Congreso anuló a pedido del Presidente el decreto de adhesión al Fondo.


La sede de la conferencia donde se creó el FMI.


Los mercaderes del templo


Pese al fuerte crecimiento económico, en los últimos años del gobierno de Perón la débil burguesía nacional se plegó sin resistencia a la visión de las fracciones hegemónicas del capital, que pugnaron por volcar el sentido común de la sociedad contra el intervencionismo estatal (que fue menor en los hechos que en el discurso) y contra los altos salarios, considerados un obstáculo para la economía, un esquema que se repetiría en forma cíclica durante décadas y hasta el presente.

La Iglesia Católica, que había sido uno de los grandes apoyos del gobierno militar y del peronismo, se volcó en su contra cuando sintió que al identificarse con el Cristo que expulsó a los mercaderes del templo y con San Martín, Perón ocupaba todos los espacios: ya fueran públicos o privados, inmanentes o trascendentes, pasados, presentes y, creía él, futuros.

Un punto de inflexión fue la reforma constitucional que comenzó a prepararse en 1948 y se promulgó al año siguiente.

En mis investigaciones en los archivos de la Conferencia Episcopal encontré la propuesta de eliminar la referencia a la soberanía del pueblo del artículo 33 y reemplazarla por “el reconocimiento del origen divino del poder”, declarar al catolicismo religión de Estado y conferir rango constitucional a la enseñanza religiosa.

Perón decepcionó esa ilusión y ese mismo año 1949, en su clase magistral ante el Primer Congreso Nacional de Filosofía, habló de la oscuridad de la Edad Media, que para la Iglesia Católica había sido una época luminosa, y encomió a la abominada Revolución Francesa, a Kant, Voltaire y Rousseau.


Domingo Mercante, Perón y Evita: una reforma que defraudó a la jerarquía católica

Cada día se hablaba menos de catolicismo y más de cristianismo. Con el agravante para la jerarquía de que las figuras de culto de ese cristianismo no eran las tres personas de la Santísima Trinidad sino las dos de la pareja presidencial, en una completa religión laica.

Eva Perón hablaba de Perón como si fuera Jesús resucitado, y Perón trató a su esposa, fallecida el 26 de junio de 1952, como a la Virgen María.
El 17 de octubre de ese año, Perón hizo leer desde los balcones de la Casa Rosada el testamento que Evita llamó Mi mensaje, y que contenía una flamígera diatriba contra la jerarquía católica, a la que acusó por “sus conciliábulos con la oligarquía” y “haber abandonado a los pobres, a los humildes, a los descamisados, a los enfermos, y haber preferido en cambio la gloria y los honores de la oligarquía”.

Esto ocurrió al tiempo que se incentivaba la disputa clasista por la distribución del ingreso y la tasa de rentabilidad del capital descendía a la mitad.
El golpe de 1955 fue eclesiástico antes que militar y con fuerte inserción internacional.
Los aviones que bombardearon a población civil desarmada en junio, y los tanques que se sumaron a la sublevación en septiembre llevaban pintado el emblema de Cristo Vence.


El flamígero mensaje de Evita contra un Episcopado que prefirió la oligarquía a los pobres.


La liberación del capital

Perón había dicho que antes de firmar un empréstito (como se llamaba entonces a la deuda externa) se cortaría una mano.
Fue una de las primeras cosas que hizo la denominada “Revolución Libertadora”, con un grupo de bancos europeos.

Al mismo tiempo derogó por decreto la Constitución Nacional, desnacionalizó los depósitos bancarios, suprimió los controles cambiarios y de comercio exterior y en el colmo del fetichismo prohibió nombrar a Perón y cantar la marcha.

Como no pudo pagar ni el primer vencimiento de ese empréstito, la dictadura del general Pedro Aramburu y el almirante Isaac Rojas y su ministro de Economía, el político de la UCR Eugenio Blanco, lo renegoció en mayo de 1956 con once países europeos, liderados por Francia, en lo que constituyó la instalación del Club de París.

Pero un mes antes, en abril de 1956, inició los trámites para ingresar al FMI, que concretó en agosto, un mes y medio después de los fusilamientos del 9 de junio, con que reprimió el malestar general por la política económica.
Hasta hoy, el Episcopado católico no ha condenado esos hechos ni pedido perdón por la parte decisiva que le cupo.

Roberto P. Verrier fue ministro de Hacienda por apenas dos meses, desde enero a marzo de 1957.
Pero le bastaron para acuñar una definición fundamental que no ha perdido vigencia pasados dos tercios de siglo.
Dijo que la Argentina era un país espléndido al que le sobraban cinco millones de habitantes.
La pugna por el destino de ese sobrante iluminó las dos décadas que pasaron desde ese golpe hasta el de la Junta de Comandantes de 1976.


Los dictadores endeudadores Aramburu y Rojas.

Entre uno y otro mediaron avances y retrocesos de las opuestas coaliciones agroexportadora - financiera e industrial - laboral, en lo que Juan Carlos Pontatiero llamó “el empate hegemónico”.

Uno de los indicadores empíricos de esta lid es la participación de los trabajadores en el ingreso, que tendía a crecer con los gobiernos electos (aún en condiciones precarias, como los radicales Arturo Frondizi y Arturo Illia) y a mermar con cada irrupción militar.

Como lo expresó Rodolfo Walsh en su Carta Abierta a la Junta Militar en 1977, “la miseria planificada de millones” se imponía “congelando salarios a culatazos mientras que los precios suben en las puntas de las bayonetas”.

La máxima violencia aplicada era necesaria para imponer ese modelo económico, agregó Cristina en Las Flores.

El ’76 fue el perfeccionamiento castrense del ’55.
La idea fue que no hubiera marcha atrás posible.

Hacia 1980, el economista Aldo Ferrer estimó que en el país diseñado por José Alfredo Martínez de Hoz (h) no había lugar para 15 millones de personas.
El número de excluidos necesarios para que funcionara el plan no cesó de crecer y cuando comenzó a morder los talones de los sectores de la clase media con capacidad de ahorro dio lugar al estallido de 2001.

Verrier rendía cuentas al dictador Aramburu y Martínez de Hoz se entendía con el dictador Jorge Videla: no había prensa libre, sindicatos legales, justicia independiente ni Parlamento.

Se gobernaba por decreto y no había límites para el sufrimiento que podía infligírsele a los disidentes.


Videla y Martínez de Hoz, bajar salarios a culatazos mientras los precios suben en las puntas de las bayonetas

Los cambios en el sentido común de la sociedad que mencionó la Vicepresidenta avalaron el segundo y el tercer ciclo del endeudamiento externo a partir de los triunfos electorales de Carlos Menem en 1989 y de Maurizio Macrì un cuarto de siglo después.
En ambos casos incumplieron sus promesas proselitistas, lo cual fomenta el perverso divorcio entre la palabra pública y los hechos y condujeron a la situación actual.

Pero la persistencia del peronismo y la huella cultural que también dejó impidieron la consolidación de los gobiernos de Fernando De la Rúa y Macrì y abrieron camino a este nuevo ciclo nacional y popular.

De su manejo de la economía y del modo en que logre estibar la carga del mayor préstamo recibido por la Argentina en su historia - y el más voluminoso concedido por el FMI a un solo país - dependerá que se consolide como una alternativa viable que rescate al país de su decaimiento, o que sume una nueva frustración de temibles consecuencias.


Desayuno en Olivos

Ayer el Presidente desayunó en Olivos con Guzmán, quien le rindió un completo informe acerca de sus gestiones en Estados Unidos. Juntos repasaron la declaración oficial del FMI al terminar las reuniones de trabajo mantenidas en la sede de la embajada argentina en Washington, un detalle a interpretar.

Según la subdirectora del Fondo para Subamérica, Julie Kozack, y el jefe de la misión para la Argentina, Luis Cubeddu, se "convino garantizar la sostenibilidad macroeconómica" y "salvaguardar la recuperación post - Covid en curso" y "hubo acuerdo en que la inflación es un fenómeno multicausal y que reducirla requiere políticas macroeconómicas consistentes y esfuerzos de coordinación para ayudar a anclar las expectativas de inflación".
También destacaron las "políticas para impulsar las exportaciones» de modo de acumular reservas.

El comunicado dice que esto prevendría «shocks externos" e incrementaría la inversión privada para el crecimiento, pero es obvio que también ayudaría a pagar las deudas.
También coincidieron en "el desarrollo continuo del mercado de capitales nacional" para financiar inversiones y fortalecer la «resiliencia macroeconómica".

Se comprende el júbilo de Guzmán: el FMI repite punto por punto sus propios conceptos.
(Lo cual contribuye a entender el exabrupto de Hebe de Bonafini en la Plaza virtual del jueves, contra ministro y Presidente, lo cual no equivale a compartirlo. Es tan insólito que el Fondo asuma el discurso de un país miembro que no es fácil procesarlo, e invita a buscar dónde está la trampa.)

Se trata, explicó Guzmán, de "un cambio radical" en la filosofía del stand-by firmado por el anterior gobierno, "según el cual la inflación se combatía exclusivamente vía política monetaria contractiva", lo que condujo a "un aumento brutal del costo del crédito y aumento de la inflación".

Por su parte, Fernández contó las gestiones por las que la Cumbre Iberoamericana del mes próximo solicitará extender a las naciones de ingresos medios (como la Argentina) el tratamiento preferencial que el Fondo ya dispuso para los más pobres, tal como se adelantó aquí y ahora.
Estas decisiones se aprobarían con el respaldo de todos los gobiernos de la región, más los de España y Portugal.
También Francia y Alemania favorecerían una prórroga del inminente vencimiento con el Club de París.

De este modo, sería posible cumplir con todos los pagos de este año, pero no los de 2022 y 2023 que llegan a la astronómica suma de 37.000 millones de dólares, y dilatar la firma de un acuerdo de facilidades extendidas.

La Asamblea del Fondo podría aprobar estas medidas en su reunión del otoño boreal, que termina el domingo 17 de octubre, una semana antes de las elecciones de medio término.
Las novedades irían en el sentido señalado por Cristina, aunque no en sus mismos términos.
El Fondo está más dispuesto a aprobar modificaciones de tipo general a sus programas, con motivo de la pandemia, que a conceder condiciones especiales a la Argentina, porque eso se interpretaría como un implícito reconocimiento a su corresponsabilidad en el desastre del macrismo, tal como postula la Vicepresidenta.
El ex viceministro estadounidense para Subamérica, Tom Shannon, dijo que en su larga carrera diplomática había aprendido que no hay que pelearse con la Argentina.
Otro de los puntos que Guzmán trató en su reunión con Kristalina Georgieva (inusualmente extensa, 2 horas 15 minutos, justo cuando se discutía la ampliación de Derechos Especiales de Giro por 650.000 millones de dólares, de los que al país le corresponderían 4.300) es que si la Argentina debiera allanarse a un acuerdo a diez años, con cuatro de gracia, se le permitiera readecuarlo en caso de que los plazos y las condiciones generales se modificaran más adelante.

Este es otro factor que le resta dramatismo a la situación.
En el peor de los casos, tal como ya ocurrió con los acreedores privados, no habría desembolsos pautados durante lo que queda del actual gobierno.
Y las renegociaciones no son mala palabra en Washington y Nueva York, sino todo lo contrario.
Lo intolerable es la situación económica del ejército de reserva de desocupados y subempleados, formales e informales, golpeados por los experimentos del neoliberalismo sobre seres vivos, a los que se suma una pandemia que no tiene visos de aflojar.

Si se arribara a esta solución, Alberto, Cristina y Guzmán celebrarían juntos.
De lo contrario, nadie olvidaría que ella advirtió que de otro modo sería imposible gobernar la Argentina.


Trompifai

Contra todo lo que se ha especulado, Fernández no estaba molesto con el discurso en Las Flores, que no siente distinto a sus propias palabras, pero sí por la presencia en primera fila del ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni.

Pocos días antes el cirujano que quisiera ser general del Ejército arrinconó contra una pared al secretario de seguridad de la Nación, Eduardo Villalba, mientras lo insultaba, y de paso destrató a la fiscal Laura Beloqui, a quien confundió con una colaboradora de Villalba.
También se encargó de denigrar ante periodistas a la ministra Sabina Frederic, tarea que no figura entre las obligaciones de su cargo pero que emprende con entusiasmo.

Para el Presidente, el problema no reside en la personalidad de Berni sino en la concepción de la seguridad que personifica: el macho duro, que pone el cuerpo, empuña el arma y promete castigo, siempre que haya cámaras y/ o periodistas en las inmediaciones.

Ese ha sido el esquema bonaerense a lo largo de las décadas, con las solitarias excepciones de los ministros Carlos Arslanián y Juan Pablo Cafiero.
Tanto Néstor como Cristina Kirchner lo fundamentaron en que la seguridad era un tema que no podía regalarse a la derecha.

Esto tiene varios riesgos:
  • parecerse demasiado a la derecha. El propio Berni ha dicho que tiene más coincidencias con Patricia Bullrich que con Frederic, lo cual es indudable;
  • alienar a las fuerzas propias que valoran el respeto a los derechos y garantías constitucionales y aborrecen los montajes aparatosos como el que se desplegó hace unos meses en Guernica, y
  • no obtener los resultados electorales apetecidos, porque no es una verdad revelada que los votantes adoren a estos Trompifai domésticos. De hecho, ni Aldo Rico ni Luis Patti consiguieron traducir en las urnas sus bravuconadas en la pantalla.


No es una verdad revelada que el electorado ame a los Trompifai domésticos.

En el caso de la búsqueda de la nena de 7 años y el abusador que se la llevó desde la Ciudad Autónoma con destino desconocido, el gobierno nacional cree que el show que Berni montó junto con su par porteño Diego Santilli, no tuvo incidencia en la detención de quien llevaba a la criatura escondida en una caja de cartón sobre el portaequipajes de su bicicleta.

En cambio la atribuye a la coordinación entre una jueza, dos fiscalas, las fuerzas de seguridad de la Ciudad Autónoma, la Nación y la provincia de Buenos Aires, y a la interpretación de imágenes de las cámaras de seguridad de cada jurisdicción, según protocolos estrictos que prescriben como actuar ante estos casos.
Esa temprana Alerta Sofía y la movilización social condujeron al hallazgo.

Fueron dos vecinas que llamaron al 911 y no la sobreactuación mediática de ambos ministros quienes permitieron encontrar a la nena y al presunto secuestrador en Luján.
De hecho, cuando agredió a Villalba, el reproche de Berni es que venía a buscar cámara, es decir el alfa y el omega de su gestión ministerial.


Ahora los intendentes

Berni planteó una relación conflictiva desde el primer día.
Al salir del Museo del Bicentenario el 10 de diciembre de 2019, luego de la jura del gabinete de ministros, Frederic y varios de sus colaboradores se quedaron charlando sobre el césped de la parte trasera de la Casa Rosada sobre un episodio que los dejó estupefactos: aun antes de asumir, Berni les comunicó que se proponía manejar las fuerzas federales que se desplegaran en la provincia.
Luego de quince meses, la cuestión sigue a los tironeos.

Berni se quejó de que la Nación enviaba esos efectivos sin informarle dónde.
Frederic replicó con un informe al gobernador Axel Kicillof detallando dónde estaba cada uno y con un cronograma de las operaciones a realizar día por día en cada municipio y/o barrio.

Berni (quien se ausenta de las reuniones de coordinación y presiona a los policías bonaerenses para que no acudan a las coordinaciones por municipio, bajo amenaza de sanción) consiguió el control de esas tropas, pero los intendentes reclaman porque ahora son ellos quienes ignoran los lugares donde se encuentran.

Luego del último show del mediático, Fernández autorizó a Frederic a coordinar esa tarea con los intendentes, labor que comenzó la semana pasada y proseguirá a paso firme.

Berni no le respondió a Frederic sino a Fernández y a quienes "se fueron y durante diez años cascotearon el espacio del que yo nunca me moví".

lunes, 29 de marzo de 2021

LOS TRES FACTORES, de Horacio Verbitzky - 21/3/2021


Si algún consenso hay en la política argentina es que el resultado de las elecciones de medio término depende de tres factores:
  • El control de la pandemia.
  • La marcha de la economía.
  • La unidad del peronismo.
A su vez, de esos comicios dependerá cómo transite su segunda mitad el gobierno de Alberto y Cristina y cómo se defina la sucesión. 

Esto explica buena parte de las movidas de la oposición, cuyos roces internos son menos feroces de lo que desearía el gobierno ya que una elección es un juego de suma cero donde unos pierden lo que los otros ganan.


Mutaciones

La evolución de la enfermedad es imprevisible, sobre todo a partir de mutaciones del virus que aumentan su contagiosidad y lo vuelven más letal.
Las peores especies detectadas provienen de Inglaterra y Brasil y ya llegaron a la Argentina.
A diferencia de la pandemia del siglo pasado, que se desplazaba en barco y ferrocarril, estas viajan en avión y en pocos días recorren el mundo.


Edvard Munch: Autorretrato con la gripe española, 1919.

Sólo se conocen dos recursos para enfrentar el mal: la vacunación y las medidas de cuidado.

En su mensaje en cadena del jueves, el Presidente Alberto Fernández encaró por primera vez el cuadro de la vacunación.
Hasta ahora los gobiernos nacional y provinciales se limitaban a pregonar los méritos del programa propio y a denostar los de la respectiva oposición.
Más allá de las anécdotas que entretienen a medios de comunicación cuyo modelo de cobertura es el de los magazines de entretenimiento y chismes, el problema universal que el Presidente abordó es que las naciones más poderosas acaparan ese bien escaso cuya producción avanza menos que las necesidades.

Dijo que la Argentina había firmado contratos por 65 millones de dosis, pero que sólo llegaron cuatro y que este no es un problema exclusivo sino generalizado en todo el mundo, por supuesto robustecido por las inequidades del mercado.
Según Fernández, sólo 15 países recibieron más del 10 por ciento de las vacunas que compraron y 18 países poseen el 88 por ciento de las vacunas.

Los países centrales resisten la propuesta de la India y Sudáfrica, apoyada por la Argentina, de suspender las licencias mientras dure la pandemia, de modo que las vacunas puedan producirse en todos los países con instalaciones aptas para hacerlo.

Este es un asunto objetivo y global, más allá del orden de las filas para vacunarse o de si a alguien le tocaron una rodilla por debajo de la mesa. Todos los gobiernos deben recalcular las previsiones semana a semana.

O país tropical está a punto de convertirse en líder mundial de estragos, lo cual demuestra que el calor no garantiza nada.
Pero el frío y la vida puertas adentro agravan el cuadro.

La restricción a los desplazamientos y los contactos sigue siendo el recurso más efectivo, allí donde sea posible implementarlo.
Esto es cada vez más difícil, como lo demostró la resistencia de los comerciantes formoseños (sin contar con el aprovechamiento por una oposición despiadada) porque pone en riesgo la subsistencia de los establecimientos y el empleo de sus trabajadores.


Brasil, nuevo eje mundial de la pandemia: 100.000 infectados y 3.000 muertos por día, y en ascenso.


Money, money, money


Que el par binario salud/ economía sea insostenible en el largo plazo, no significa que la marcha de la pandemia carezca de consecuencias económicas.
Todo lo contrario.

El gobierno nacional ostenta un asentado optimismo y busca que el virus no lo contradiga:
  • la recaudación crece desde hace un semestre por encima de la inflación, lo cual reduce el déficit por un camino mejor que el endeudamiento o la emisión;
  • esto a su vez refleja la fuerza de la reactivación, centrada en la construcción y la industria;
  • las reservas del Banco Central están creciendo al mismo tiempo que se contuvo la corrida cambiaria, y el incremento del precio de la soja también engrosará las arcas públicas;
  • la brecha entre los distintos tipos de cambio se redujo a sus niveles más bajos en un año, lo cual aleja el fantasma de una devaluación;
  • esto incrementa los depósitos en dólares y los plazos fijos en pesos ajustables;
  • el crecimiento del PIB estaría bien por encima de lo previsto en el presupuesto nacional;
  • el déficit quedaría por debajo de lo presupuestado y
  • esto le quitaría explosividad a la tradicional ancla antiinflacionaria de los años impares, la merma del ritmo de la devaluación del peso.
El ministro de Economía Martín Guzmán viajó a Estados Unidos para reunirse con fondos de inversión, y con directivos y accionistas del Fondo Monetario Internacional, con los que ya ha comenzado a sondear la posibilidad de que se dilate la firma del acuerdo de facilidades extendidas hasta después de la reunión anual de directorio (del 15 al 17 de octubre, a una semana de las elecciones de medio término, previstas para el 24).
Guzmán entiende que todo esto debería incidir en un descenso de la inflación, de modo que no exceda la pauta anual anunciada, del 29%.

Antes se producirá un vencimiento de 2.300 millones de dólares con el Club de París, que el gobierno confía en postergar por un año, sin necesidad de acuerdo previo con el Fondo, tal como ya ocurrió hace siete años.


Si la expansión del virus obligara a retroceder en la reapertura de actividades económicas, esto acentuaría los principales puntos de debate dentro de la coalición gobernante: las tarifas de los servicios públicos, el déficit fiscal y su monetización, la estabilidad cambiaria, cómo incide cada uno de estos factores sobre la inflación y ésta, a su vez, en las perspectivas electorales.


De sobremesa

Guzmán combina dos elementos poco comunes: una seguridad notoria en lo que afirma y una forma de decirlo muy calma y siempre respetuosa del interlocutor.
Lo demostró el lunes pasado en la entrevista que concedió a un periodista opositor con un nivel cultural por encima de la media. 

Carlos Pagni le preguntó por el indicador de riesgo país, cuyo alto nivel pese a la reestructuración de la deuda pública con inversores privados no permite tomar préstamos en dólares sin pagar una tasa próxima al 20%.

- No confundamos.
Nosotros somos el Frente de Todos. No somos Juntos por el Cambio.
Deuda en dólares a tasas de interés insostenibles toma Juntos por el Cambio.
El Frente de Todos busca construir el mercado de deuda pública en pesos para financiarse en la moneda propia.
Y busca resolver los problemas de la deuda insostenible, no endeudarse - le respondió Guzmán.

El mes pasado explicó su posición a la Vicepresidenta CFK, cuyo postulado de alinear salarios y jubilaciones con precios y tarifas incidió más de lo que el ministro hubiera preferido en las actitudes presidenciales y en las del resto del equipo económico.

La mesa del almuerzo en Calafate, que recién se levantó a las cinco de la tarde, quedó cubierta con las carpetas que llevó Guzmán para fundamentar sus argumentos acerca de los desequilibrios macroeconómicos como motor inflacionario.


CFK y Martín Guzmán: mano a mano.

La dificultad es que los efectos políticos de ambas posiciones no son excluyentes.
Las tarifas imposibles de pagar y los precios desbocados de los alimentos son tan dañinos para los sectores populares (y para los gobernantes que los representan) como los bruscos saltos devaluatorios.

Cómo evitar cada una de esas acechanzas se vincula con las negociaciones en curso en Washington.
Al anunciar la participación de la CGT y la CTA en un plan de viviendas, Alberto Fernández dijo que su principal preocupación eran los que necesitaban un techo, no los acreedores.
Esto es lo mismo que viene diciendo desde la campaña electoral de 2019.
Pero explicárselo en inglés a Kristalina Georgieva y/o Janet Yellen es más complicado.



En el gobierno se analizan tres hipótesis, que sintetizaremos con los nombres de sus principales creyentes:

Martín 

- La góndola del FMI sólo ofrece acuerdos de facilidades extendidas a 10 años.
La Argentina obtendría cuatro de gracia, de modo de pagar recién a partir de 2025, sin quitas de capital o intereses.
Sí se pueden discutir las condiciones que a lo largo de la historia impuso el Fondo, de modo que no sofoque el crecimiento sin el cual pagar es un sueño inalcanzable.
Aplicar nuestro programa”, sumarizan el Presidente y su ministro.

Que al Fondo le complazca esa formulación no significa que la acepte en los hechos.
Desde Michel Camdessus en adelante, el FMI repite que los gobiernos son los que deciden el camino a seguir, al mismo tiempo que les entrega la hoja de ruta aceptable para el auditor/ prestamista.

Máximo 

- Eso es imposible de cumplir.
Dada su corresponsabilidad al otorgar por razones políticas un crédito impagable y en violación a sus propias normas, el FMI debe duplicar el plazo, de modo que los pagos no excedan de 2.000 millones de dólares anuales a lo largo de dos décadas.
Más de eso dejaría al país sin dinero y sin políticas.
El Grupo Clarín eligió endilgarle esta posición, adoptada por CFK, al gobernador bonaerense Axel Kicillof, a quien la provincia no le deja demasiado tiempo como para ocuparse de la economía nacional.

Alberto

- En la reunión de octubre, el Fondo aprobaría un plan de auxilio excepcional por la emergencia sanitaria, no a la Argentina sino a todos sus miembros.
El plazo para un Acuerdo de Facilidades Extendidas se estiraría por única vez de 10 a 15 años.
Además de la anunciada expansión de los Derechos Especiales de Giro que cada miembro puede disponer de acuerdo a su capital en el Fondo, se permitiría que los países que no los necesitan los cedan a otros, a la tasa de 0,05% anual que cobra el FMI.
A la Argentina le corresponden 3.500 millones de dólares adicionales. Sumando a ellos los que le cederían México, Portugal y España, el país contaría con 15.000 millones de dólares para enfrentar sus compromisos e impulsar el crecimiento.
Está por verse cómo se llevan el optimismo de la voluntad del Presidente con el pesimismo de la razón del sistema internacional. Alberto sostuvo durante los meses del congelamiento tarifario que los aumentos a partir de marzo serían segmentados según la capacidad económica de los usuarios y que a partir del IFE y la AUH el Estado tenía los dispositivos tecnológicos que lo harían posible.
Ponía el ejemplo de Edenor, que sin más recursos que el Nosis lograba una radiografía precisa de cada cliente.
Pero cuando llegó el momento, comprobó que no podría ponerse en práctica en menos de ocho meses, el mismo escollo que enfrentó Cristina durante los ministerios de Amado Boudou y Kicillof.


A las urnas

Esta semana la unidad del oficialismo quedó sellada con la designación de las nuevas autoridades del justicialismo en la Nación, la Ciudad Autónoma y la provincia de Buenos Aires.
También jugaron a la interna los radicales de Córdoba, con el escándalo de que una semana después aún no se conocen los resultados, y hoy lo harán sus correligionarios porteños y bonaerenses.
En los tres distritos es tan arduo como poco interesante explicar las diferencias entre los distintos candidatos.
Sólo puede decirse que un bando lo orienta Enrique Nosiglia, quien apuesta las fichas que le quedan a Martín Lousteau, lo más novedoso que encontró en el más antiguo partido.

El ofrecimiento de la conducción nacional del PJ al Presidente Alberto Fernández surgió de algunos gobernadores, intendentes y funcionarios, como Juan Manzur, Juan Zabaleta y Fernando Navarro, para fortalecerlo frente a Cristina.
Pero el propio Fernández se encargó de desalentar esa fantasía.

Volvió a resistir la construcción de un presunto albertismo y promovió listas de unidad en cada jurisdicción, donde sólo queda afuera el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, porque su Frente Renovador no integra el PJ.
Esto le viene bien a él, porque lo ilusiona con una acumulación personal con proyección futura, pero también a Cristina y Alberto, dado que refuerza la idea de una coalición y la perspectiva de que se sumen otras fuerzas.

Mariano Recalde y Máximo Kirchner quedan al frente del PJ en las dos Buenos Aires, pero esto no implica un copamiento camporista. Recalde substituye al empresario de medios Víctor Santa María en la CABA, pero acompañado como vice por María Rosa Muiños, la esposa del asesor presidencial Juan Manuel Olmos, quien durante el anterior gobierno fue tan expresivo como Santa María de los acuerdos de armoniosa convivencia entre el PJ y el PRO de Horacio Rodríguez Larreta, con especialidad en el frente judicial.

Y en Buenos Aires, Kirchner encabeza una nómina donde en las cuatro ramas (política, de las ocho secciones electorales; gremial, femenina y juvenil) están representadas todas las tendencias internas, los intendentes del Conurbano y del interior, e incluso la línea del intendente de Esteban Echeverría que en un ataque de importancia recurrió a la Justicia para que impidiera la elección convocada para el 2 de mayo porque un estatuto dice que debe realizarse en diciembre, aunque nadie más que él impugna el adelantamiento.


Fernández y Kirchner, fórmulas de unidad.

Su pretensión fue rechazada en primera instancia por el juez electoral de La Plata, pero la apeló ante la Cámara Nacional Electoral.
Su argumento tiene que ver con la forestación y va acompañado por su foto con un arbolito y la consigna Yo me planto.

Santa María, quien durante meses prohibió mencionar en forma destacada a Kirchner y a su madre en el pool de medios que controla, le dio un gran despliegue a la noticia y luego le ofreció al gris opositor especializado en medios una columna de opinión para que diera a conocer su pensamiento sobre justicia social.
Es improbable que un tribunal respetuoso de las decisiones políticas tome en serio este planteo solitario con desplantes de capricho.


La ambulancia desnazificadora

Esto complica el intento de Miguel Ángel Pichetto con su denominado Peornismo Republicano, del que invitó a participar a Florencio Randazzo, Miguel de la Torre, la familia nicoleña Passaglia, Claudia Rucci, Ramón Puerta y Emilio Monzó.
La aspiración de Pichetto es recoger a los heridos por el acuerdo ya que, según Monzó, el kirchnerismo se ha radicalizado y copó el peronismo.
Por eso, él se propone participar en la interna cambiemita con su Partido del Diálogo.

Combinaciones como las que intenta Pichetto fueron moneda corriente en la historia posterior al golpe eclesiástico - cívico - militar de 1955, con distintos partidos neoperonistas.
La novedad es que hoy se intenta desde el interior de una coalición abiertamente reaccionaria y antipopular.

Entonces el objetivo era apoderarse del capital político del que Juan D. Perón había sido despojado por la fuerza, y llevar a cabo un proceso como los de desnazificación y desfascistización en Alemania e Italia de posguerra.
Los poderes fácticos que guiaron la mano castrense no entendieron que, por debajo de las apariencias, de cierta estética de masas, el peronismo de las décadas de 1940 y 1950 tuvo más afinidad con el New Deal de Franklin D. Roosevelt o el estado de bienestar de los laboristas británicos Clement Attlee y Aneurin Bevan.

Mientras Mussolini y Hitler representaron al gran capital de potencias centrales, a cuyo servicio pusieron la fuerza para someter a los trabajadores y a sus representantes políticos y expandirse sobre otras naciones, Perón emergió como reivindicador de la clase trabajadora y sectores bajos de las clases medias de un país periférico, que pusieron en cuestión el dominio de la tradicional oligarquía, aliada entonces con el imperio británico.
Eran fuerzas antagónicas.

En la actualidad, el objetivo declarado es enfrentar al kirchnerismo. Lo intentaron en 2018, en torno a la mesa de la consultora Management & Fit, a la cual Pichetto se sentó junto con Sergio Massa, Juan Urtubey y Juan Schiaretti, en lo que llamaron Alternativa Federal.
Incluso en un segundo encuentro lograron sumar a varios gobernadores (Gustavo Bordet, Juan Manzur, Mariano Arcioni, entre ellos) y Pichetto se costeó hasta Pinamar en el vano intento de sumar al ex ministro Roberto Lavagna, quien le hizo el show de las sandalias con medias.
Pero el olfato peronista los disuadió de enfrentar a Cristina y cada cual siguió su camino.


Antídotos fallidos

En 2015 Randazzo había sido impulsado desde el gobierno de Cristina como alternativa a la candidatura presidencial de Scioli que el peornismo tradicional apoyaba como antídoto contra el kirchnerismo.
Con un presupuesto extraordinario para el reequipamiento de los ferrocarriles, Randazzo pasó a ser el ministro estelar del gabinete.
La idea presidencial era que el secretario legal y técnico de la presidencia, Carlos Zannini, lo acompañara en la fórmula.
Como cada paso que daba Randazzo era medido con encuestas, pronto se advirtió que sus números se estancaban o incluso retrocedían cada vez que, en contra del consejo presidencial, lanzaba golpes bajos contra Scioli, como cuando dijo entre risas que con ese candidato “el proyecto quedaría manco”.

Ya sin muchas opciones, la Presidenta se resignó a que la fórmula fuera Scioli - Zannini, lo cual provocó una tormenta emocional en el estadista de Chivilcoy.
También desestimó la candidatura a gobernador de la provincia de Buenos Aires, porque dijo que su compromiso con quienes lo acompañaban era disputar la presidencia, prueba irrefutable de que esa ambición excedía sus capacidades.

Cristina hizo un último intento, y le propuso que junto con Axel Kicillof como vice, fuera a la interna contra Scioli - Zannini.
Pero a sabiendas de que la perdería, se dispuso a esperar tiempos mejores, convencido de que se había perfilado como el distinto de la manada.

Creyó que había llegado el momento en 2017, cuando se postuló como candidato al Senado, con la asesoría de Alberto Fernández y el apoyo territorial y económico del Movimiento Evita.
Cuando Jorge Taiana anunció que no acompañaría a Randazzo sino a Cristina, Alberto Fernández hizo un esfuerzo final por impedir la hecatombe y le planteó a Máximo Kirchner la posibilidad de un acuerdo.
Cristina aceptó, pero Randazzo insistió en cerrarlo personalmente. En vez de discutir las posiciones en la lista de diputados que encabezaría reanudó las recriminaciones por la fórmula de 2015 y Cristina una vez más lo mandó de paseo.

El 5% que obtuvo Randazzo impidió la victoria de Cristina, que quedó 4 puntos por debajo de Esteban Bullrich.
Pero perdiendo CFK ganó, igual que Juan D. Perón, en las elecciones legislativas de Mendoza en 1965.
Aquel año, los conservadores se impusieron, pero el elegido de Perón salió segundo y el del peronismo sin Perón impulsado por Augusto Vandor, cuarto.
Con medio siglo de distancia, ambos comicios ratificaron los liderazgos que los disidentes intentaban cuestionar.

Dos años después, Cristina repitió otra jugada histórica de Perón, la de 1962, cuando se presentó como candidato a vicegobernador de la provincia de Buenos Aires, detrás de Andrés Framini.
Entonces los militares que jaqueaban al gobierno de Arturo Frondizi lo proscribieron, pero la señal estaba dada y Framini, ya con otro vice, batió a los candidatos del oficialismo, Frondizi intervino la provincia para que no asumieran, pero aun así no pudo evitar su derrocamiento.
En mayo de 2019, Cristina anunció que el candidato a la presidencia sería Alberto Fernández y que ella lo acompañaría como vice, con lo cual paralizó todas las operaciones que se montaban en su contra.


De barbijo caído

Pichetto fue el único de los defraudados que dio el salto, y pasó de presidir el bloque justicialista o frentevictorista en el Senado, a secundar a Maurizio Macrì en la fórmula del neoliberalismo.
Macrì creyó que así equiparaba la jugada de Cristina con Alberto, tal como ahora intenta copiar con un libro patético que le escribieron otros el boom editorial y la conmoción política que causó CFK hace dos años con Sinceramente.
Quien le dio la idea de hacerlo fue Alberto, pero lo escribió ella sola, sin ayuda de nadie.

El ingreso de Pichetto a la sala donde se presentó el libro de Macrì, con el barbijo caído como sostén del mentón, era la imagen misma de la derrota.


A la vista del trato que el gobierno de Cambiemos dio a la UCR, los pretensos republicanos del peronismo intentan agruparse en un polo que les permita negociar espacios.
La única ventaja que tienen es que Maurizio Macrì entiende mejor al peronismo que a los radicales, porque eso fue lo que vivió en su casa, con un padre que reclutaba peronistas en tiempo de dictadura, como una inversión a largo plazo: entre ellos Carlos Grosso, José Bordón, José De la Sota, Ricardo Kesselman, Jorge Haieck.

Al presentar la nueva agrupación, Pichetto dijo que convocaba a quienes no se resignan a que se le robe la identidad al peronismo tradicional, centrado en la producción, el trabajo y el respeto a las instituciones.

Sería una proeza conciliar tal discurso con la visión del PRO y la Coalición Cívica Libertadora, que alternativamente consideran al peronismo como el pecado original o la enfermedad terminal de la democracia argenta.
Y es irónico que empuñen el peronómetro en dirección a Cristina, que no sólo conoce bien la historia, sino que también la hace.

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