viernes, 30 de junio de 2023

EL VISIR DE LA PUNA, de Rocco Carbone - 25/6/2023

La lógica familiarista del poder cambiemita se ratifica en la Jujuy del carcelero radical


Foto: Gerardo Valora, Télam.

La mafia es una organización criminal.
Organización indica aquí una estructura de carácter secreto, disciplinada por reglas no escritas y transmitidas oralmente.
De ella no encontraremos listas de socios depositadas en ningún archivo ni certificados de afiliación en donde se indiquen rangos y jerarquías.
Esa organización no puede reducirse al inocuo nivel de simple “mentalidad”, “costumbre”, “estado de ánimo”, “pertenencia étnica”.
Ni mucho menos ser vinculada con las expresiones de protesta y lucha de un pueblo que - como el jujeño - se está manifestando contra la reforma constitucional elaborada por el carcelero de Milagro Sala.
Digo esto último porque los precandidatxs a la presidencia por el PRO tildaron de “mafias” y “delincuentes” a las comunidades indígenas y a los trabajadores de la educación que están protagonizando protestas democráticas entre La Quiaca, San Salvador y Buenos Aires.

Bien visto, los mafiosos son sofisticados empresarios del crimen, sujetos parasitarios de gran envergadura que empalman los Estados con los mercados, erosionan los Estados - Nación y capturan el campo estatal con modos propios de la criminalidad.
Su organización tiene una estructura familiarista tupida que se ubica fuera del Estado y dentro de él, contra él: esto es, contra las grandes mayorías trabajadoras que lo sostienen.

La célula primaria de la organización es la famiglia, una estructura rígidamente anclada en un territorio, que controla de manera tendencialmente totalitaria.
El ingreso a la organización - complejo sistema modular sostenido por familias - se lleva a cabo por una “cooptación” que se elabora sobre la base de criterios de selección hereditarios o meritocráticos.
La cooptación sigue esquemas muy similares a las costumbres feudales y coloniales.
De esto desciende que la ligazón con la otredad implica relaciones sociales racializadas, prácticas subordinantes y modos propios del horror.
En cuanto a los requisitos de selección: 
  • es necesario ser varón; 
  • pertenecer a familias que ya sostienen la organización o a familias que le son próximas; 
  • tener comprobadas cualidades de valor, coraje, sentidos emocionales barrados (en el sentido criminal); 
  • una situación familiar “limpia” según los arquetipos de una cultura antigua: preestatal.
El sujeto que cumple con los requisitos es interceptado por la organización y “estudiado” con el fin de sondear sus capacidades y su disposición a formar parte de la sociedad mafiosa.

Uno de los signos más evidentes de la cultura mafiosa es la lógica familiarista (presente en el círculo del poder macrista).
A continuación, veremos una pieza de este esquema político y de poder del que empezamos a comprender tanto la matriz como el desarrollo de su trama.

La lógica familiarista que abarca ampliamente las fibras del poder cambiemita se ratifica también en la Jujuy del carcelero radical Morales.

Pruebas:
  • Héctor “Freddy” Morales, hermano, auditor del Tribunal de Cuentas, secretario de Hacienda de Libertador General San Martín, secretario administrativo del Consejo Deliberante de San Salvador, asesor económico en el Senado de la Nación y también secretario general de la Gobernación (2015); 
  • Walter Rolando Morales, hermano (otro), presidente del Instituto de Vivienda y Urbanismo de Jujuy (hasta 2019), luego director titular del Banco Nacional de Jujuy; 
  • María del Carmen Morales de Cuéllar (hermana), designada en el Congreso de la Nación (hasta 2021); 
  • Gastón Morales, primogénito, asesor en el Senado (2009-2015), luego secretario de Asuntos Legales e Institucionales de la provincia de Jujuy (hasta 2018), luego director de CANNAVA (sociedad estatal del Gobierno de la provincia de Jujuy dedicada a la producción pública de derivados medicinales de cannabis de grado farmacéutico); 
  • Facundo Morales, otro hijo, entre 2013 y 2018 ocupó un cargo administrativo en la Defensoría del Pueblo de la Nación y a partir del 2018 coordinador general del Festival Internacional del Cine de las Alturas (un ente autárquico); 
  • María Eugenia Tulia Snopek (esposa), directora suplente de YPF (2021), antes nombrada en el Consejo de la Magistratura jujeño en calidad de prosecretaria (2020); 
  • María Inés Fernández (ex esposa), con cargo en el Congreso de la Nación; Osvaldo Francisco Cuéllar (cuñado), secretario administrativo del bloque radical; 
  • Marcelo Fernández (ex cuñado), auditor de la Auditoría General de la Nación (2009-2015), luego presidente del Banco de Desarrollo de Jujuy y posteriormente designado en la Agencia de Desarrollo de Jujuy (sociedad del Estado); 
  • Marcelo Cuéllar (cuñado), designado en Tribunales de la Provincia; 
  • Patricia Morales (prima), coordinadora del Programa de Educación Sexual Integral del Ministerio de Educación; 
  • Néstor Navarro (primo), coordinador general del Ministerio de Seguridad; 
  • Armando Navarro (primo), contratado en la Legislatura Provincial; 
  • Luis Morales, trabajador de planta permanente de la Legislatura Provincial; 
  • Jorge Sebastián Morales (primo), secretario de “Freddy” Morales en la Secretaría General de la Gobernación; 
  • Nicolás Morales (primo), designado en el Concejo Deliberante de la Municipalidad de San Salvador de Jujuy; 
  • Ana Martinich (prima), designada en el ANSES de Jujuy; 
  • Lucía Fabiana Morales (hija de Freddy), designada en Tribunales.
En otro orden de cosas, la mafia es un sistema de poder que se desarrolla en la línea - sutil y a menudo imperceptible - de intersección entre lícito e ilícito.
Esa línea describe un territorio liminal entre lo legal y lo ilegal (lo criminal).
En las protestas democráticas de Jujuy vimos que la represión tuvo un costado legal, desplegado por uniformados, y otro ilegal, hombres sin identificación, infiltrados en las columnas, que se desplazaban en vehículos privados.

Guaridas extractivas

El capital es insaciable.
Necesita más de lo que está en la naturaleza.
En la racionalidad propia del capitalismo todo lo que está sujeto a limitaciones naturales es escaso, aunque se nos haga creer que los bienes naturales comunes son infinitos.
Por eso mismo, el capitalismo necesita organismos que garanticen su expansión: el imperialismo, el colonialismo, las mafias.

Estas son catalizadores del capitalismo.
Todo lo que está sujeto a limitaciones naturales, quiero decir, que es escaso en el modo de entender del sistema capitalista, y todo lo que se presenta como medio de producción para una producción ulterior, debe ser sometido a un control monopólico.
De ahí que el capitalismo necesite de las mafias, tanto en la economía como en la política, para desplegar dispositivos tendencialmente monopólicos.

El capital es una masa amorfa: está muerto.
Parece vivo porque chupa sangre.
Es (como) Drácula y las mafias son sus dientes.
Esto quiere decir que sin seres humanos el capital no funciona.

Complementariamente, para sostener la desigualdad y la división asimétrica de la explotación laboral en el plano nacional e internacional (ambos planos están conectados), el capitalismo necesita una maquinaria represiva en expansión constante - el sistema de poder mafioso - junto con una concentración de medios de destrucción y coerción (Mies, María / Bennholdt-Thomsen, Veronika / Von Werlhof, Claudia, Women, the Last Colony, 1988).

Esa concentración pavorosa se especifica a menudo a través de la mediaticidad monopólica adosada a las redes sociales, adosadas a un segmento conspicuo del Poder Judicial (y policial), entramado que se constituye en un aparato de poder - fabricar - la - verdad.
Este tejido espeso constituye una potente tecnología de gobierno.
De ahí la justa precisión de Juan Alonso acerca de El Tribuno y del PJ jujeño a través de Rubén Rivarola.

Desde Jujuy, en un tuit del lunes pasado escribió:

Los mafiosos son expertos en operaciones de ingeniería financiera de gran magnitud que comportan colocar fondos espurios en cuentas offshore con la finalidad de reinsertarlos luego en los circuitos legales.
Además de las clásicas cuevas fiscales, si focalizamos en Jujuy, ahora pretenden desplegar otra categoría - la de guarida extractiva - encabalgada con sus acciones criminales.
El modo cognitivo para fraguar esa nueva categoría es una represión brutal - contra los sindicatos docentes y comunidades indígenas - que alcanzó repercusión nacional, y una nueva Constitución provincial que incluía, entre otros asuntos, dos artículos referentes a las tierras de los pueblos indígenas. 
Los artículos fueron retirados, pero esa decisión no convenció a las movilizaciones indígenas que persisten en sus reclamos y piden la derogación completa de la reforma constitucional.
Esta pretendía dejar sin agua y tierra a las comunidades, suprimiendo la prescripción adquisitiva e imponiendo más requisitos para reconocerles la propiedad sobre tierras ancestrales que no son apenas territorios geográficos ni guaridas extractivas, sino lugares filosóficos para la elaboración de la existencia.
La cuestión esencial de la tierra y el agua se expande obviamente al litio, cuya mayor explotación (en Jujuy y en la Argentina) se verifica en Salinas Grandes.
El gobierno de Morales no avanzó con una consulta popular previa para contar con el consentimiento del pueblo sobre la reforma.

En otro orden de cosas, criminalizar la protesta social democrática para “garantizar la paz social” significa promover una estupidización sistemática, porque los cortes de rutas están codificados en el Código Penal.
Y un “delito” que se resuelve con una multa no puede convocar la represión (i)legal.
Sin embargo, se convoca la violencia elitista que en la Argentina responde a un empalme espeso integrado por dimensiones oligárquicas y mafiosas.
Las mafias de ascendencia italiana aquí nacionalizadas y la oligarquía son subclases del colonialismo español.
En la Argentina configuran un bloque social y lo fraguan sobre la base de la violencia privada (estatalizada) siempre en estado de latencia.
Una metáfora de este bloque social podría ser el matrimonio de Franco Macri y Alicia Blanco Villegas.

El lunes 19 a la noche, el carcelero dio una conferencia de prensa y anunció la revocación de los artículos referidos a la explotación de tierras ocupadas por las comunidades indígenas, a la espera de “mecanismos de consulta y de participación” para lograr una “legislación” que “será definida por las comunidades”.
En esa alocución no especificó cómo se instrumentarían “canales de diálogo” con las comunidades y, a pesar de la negación de la protesta democrática, dijo estar “convencido (de) que las comunidades van a poder”.

Finalmente, un apunte necesario: en el ámbito de las relaciones de producción capitalistas la ausencia de normativas facilita la impunidad de los negocios, y las mafias tienen el ojo aguzado para intervenir en sectores de negocios aún no reglamentados puesto que vuelven más sencillo el control de esos recursos comunes, que en el caso de Jujuy es centralmente el litio.
El poder mafioso tiene un interés particular puesto en las llamadas energías “limpias”, que hasta tanto no sean reglamentadas son fuentes de grandes flujos de capitales opacos.
La cuestión del litio en la Argentina tiene un antecedente: la energía eólica, en la que intervino la familia Macri sentada en ambos lados del mostrador. Sobre estas cuestiones debatimos en El Cohete en 2021.

AZUL CLARO O CELESTE OSCURO, de Horacio Verbitzky - 25/6/2023



Diseño, Alejandro Ros. Animación, SIlvia Canosa

 
La ronda de las candidaturas y el aquelarre jujeño compitieron por el centro de atención en esta semana.
Tanto que el comienzo de la carga del gasoducto pasó sin pena ni gloria, cuando es la noticia económica más importante en mucho tiempo, porque permitirá reducir la factura de las importaciones energéticas y avizorar un futuro exportador.
Los anuncios oficiales sobre la fórmula se demoraron porque no estaba claro qué posición ocuparía el ministro de Economía Sergio Tomás Massa, quien terminó siendo el precandidato a la presidencia.
Que un Frente Nacional y Popular contenga al componente nacional es de pura lógica.
Que le entregue el comando de la alianza ya es otra cosa, y producirá cimbronazos.
La hipótesis de una elección entre Massa y Horacio Rodríguez Larreta en octubre es vista desde sectores militantes como la pugna entre el azul claro y el celeste oscuro.

El gobernador riojano Ricardo Quintela reveló que en la reunión que sus colegas Gerardo Zamora y Raúl Jalil mantuvieron en la Casa Rosada el jueves, el Presidente escuchó sus reclamos de unidad y les propuso una fórmula en la que los gobernadores propusieran a Massa y Alberto Fernández al Vice.
La mera oferta ya traslucía la fragilidad de la precandidatura de Daniel Scioli, quien al mismo tiempo anunciaba que sus primeros candidatos a diputados en la provincia y en la ciudad de Buenos Aires, serían Hugo Moyano y Nito Artaza, que están para la pantufla y el escenario.
No fue la única condición de Alberto: también pidió cobijo en las listas para Derrota Dolosa (que secundará a Máximo Kirchner en la nómina bonaerense) y Santiago Cafiero.
"Para eso tanto lío", resopló un camporista enojado, y recordó que, en 2021, Kirchner había ofrecido que Cafiero encabezara la lista del entonces Frente de Todos y que ocupara su lugar como jefe del bloque.
Se dice que la venganza es un plato que se sirve frío, pero sin aclarar que sólo se traga cuando el hambre aprieta y no queda mejor opción.
Visto en retrospectiva, Alberto dedicó más esfuerzo a demostrar la justeza de sus viejas críticas a Cristina que en aprovechar la oportunidad histórica que ella le dio. Termina en una soledad que entristece, con su principal operador, Juan Manuel Olmos, trabajando por la candidatura de Massa.

La plana mayor del Movimiento Eguita comió con Scioli y le sorprendió la endeblez del armado del precandidato.
Los eguiteros querían que el kirchnerismo les permitiera competir en trece intendencias bonaerenses.
Como sólo consiguieron autorización para tres (Vicente López, San Martín y La Matanza) sondearon a Scioli y salieron espantados.
Es gente muy idónea en detectar hacia dónde sopla el viento.
Después de beber la medicina que Alberto le aplicó a Cristina, el ex gobernador y Vicepresidente retiró su postulación y favoreció la unidad que todos reclamaban. Del otro lado, hizo lo mismo Wado de Pedro, quien fue candidato por un día.
Por Juan Manzur, no hay lágrimas.
Los gobernadores están conformes con la dupla en la que Massa es acompañado por el jefe de gabinete Agustín Rossi.
El silencio de Rossi en los últimos días se explica por la negociación subterránea en que estaba involucrado, con Máximo Kirchner.
Alberto pidió por él, pero no lo conduce.
Lo dijo el propio candidato: "Mi incorporación fue propuesta por el Presidente, pero yo soy kirchnerista".
Es un espécimen raro de kirchnerista, de los que empuñan el bastón de mariscal sin esperar que se lo ordenen, lo cual varias veces ha provocado chisporroteos.
El 25 de Mayo no recibió la invitación para el palco de la Plaza de Mayo, pero asistió igual a la concentración, en la calle, mezclado con el pueblo.

Las interpretaciones se sacan chispas.
Van desde la declinación de Cristina, que no pudo imponer a su candidato preferido, y la sutileza de una alternativa que, con recesión e inflación récord, cargará el peso de una derrota inevitable sobre hombros ajenos.

Allí hay un tema central que aún no ha entrado en el foco de atención que merece: ¿cómo recibirán la candidatura de Massa el Fondo Monetario Internacional y el patronato local pero transnacionalizado (es decir la economista católica búlgara que huyó del comunismo y Paolo Rocca), y cómo incidirá la opción que tomen en el resultado electoral, ya que poder les sobra pero votos no tienen..?
Un indicador claro será si los precios siguen subiendo o comienzan a decaer.

En las rondas de encuentros con los grandes empresarios, Horacio Rodríguez Larreta sacó apreciables ventajas sobre Patricia Bullrich y Javier Milei.
Pero ahora que Massa forma parte de la disputa, está por verse si prefieren el azul claro o el celeste oscuro.
Y, más adelante, ¿cómo sería la relación entre los dos viejos amigos..?

Si Rodríguez Larreta accediera a la presidencia, ¿Massa no acudiría en su auxilio..?
¿No es eso lo que han estado hablando en los encuentros que contamos hace ya varios meses..?
¿En qué otro lugar encontraría ese 70% de apoyo para las políticas que pregona..?
¿Qué rol cumpliría entre ellos Gerardo Morales, que acompaña a HRL en una fórmula y que co - gobernó Jujuy con el renovador Carlos Haquim..?
(El FR, pero no Massa en persona, condenó la represión de la última semana sin ambigüedad).

Son preguntas, no certezas, pero hay indicios que no pueden ignorarse.
Massa le propuso a Morales que Haquim indultara a Milagro, durante uno de los viajes de negocios del gobernador, pero la propuesta fue rechazada, porque la imposición del orden a palos es esencial para la gobernabilidad moraleña.

El FMI es más predecible, porque tiene una agenda propia y el poder de presionar para que se aplique, sin mayor preocupación por las consecuencias.
No pasará mucho tiempo sin que se sepa.
Los vencimientos con el Fondo se acumulan y el Banco Central no tiene los recursos para afrontarlos.
El gobierno no necesita sólo estiramiento de plazos, sino dólares frescos.
El argumento que se escucha aquí es que si el préstamo al gobierno anterior fue político, también debe serlo la solución.
Allí, en cambio, responden que la Argentina siempre pide más, y lo que le dieron ayer es motivo para negar nuevos aportes.
La exigencia de devaluación es innegociable para el auditor externo, y lo único que aun se discute es si deberá producirse antes o después de las PASO del 13 de agosto.

Una funcionaria judicial kirchnerista, que cree que es posible retener la presidencia, imagina: "Este pragmatismo nos permite conservar el ANSES, el PAMI, el IPS, los viajes de los pibes a la costa.
Ajuste sí, pero producción.
No vamos a hacer el Hospital de Niños en el Sheraton pero vamos a conservar el hospital del Cruce en Florencio Varela.
Damos competencia en el corazón de la derecha".
Se verá.

El odio y la furia son el otro

"Jujuy es el tráiler de Argentina, 2024", escribió el Día de la Bandera a mediodía Hernán Iglesias Illa, uno de los dadores de materia gris a Maurizio Macrì.
Fue el primero.
En las horas siguientes tanto los cambiantes como los patriotas adoptaron esa línea de interpretación: coincidieron en que el odio y la furia son el otro.
Los combates entre partidarios y opositores a la reforma constitucional captados en San Salvador y en la puna por C5N y la TVP, nutrieron esa simétrica convicción. 

La nominación de quienes competirán en las primarias de agosto no puede disociarse de las batallas jujeñas, que proveen la imagen y el sonido de aquello que puede aguardarle al país a partir de diciembre, si es que la oposición consigue volver al gobierno.

En una de sus escasas coincidencias, la Vicepresidenta CFK y el Presidente Alberto Fernández señalaron la responsabilidad del gobernador Gerardo Morales por la desordenada represión a los manifestantes.
Cristina transcribió en sus redes las llamadas de atención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y del Alto Comisionado para los derechos humanos de las Naciones Unidas.
Morales los acusó a ellos con nombre, apellido e imágenes (falsas), de una agrupación kirchnerista del Gran Buenos Aires.
El por entonces candidato presidencial del peronismo, Wado de Pedro, puso en evidencia que la publicación de Morales reflejaba una movilización del año pasado, en Guernica.
El gobernador retiró el tuit en pasmoso silencio.
Esas son las armas que se esgrimen.


La radicalización

El conflicto jujeño radicalizó las posiciones nacionales.
JxC mostró un grado de homogeneidad superior a lo que se especulaba y toda su dirigencia (salvo Macrì, quien no fue invitado) coincidió en una conferencia de prensa en la que nadie se movió de lo acordado:
  • Respaldo inconmovible a Morales, sin la menor objeción.
  • Acusación al kirchnerismo (denominación en la que engloban a todo aquello que les disgusta, con una amplitud que más quisieran los aludidos).
  • Ratificación de la política de ajuste que aplicarían si ganaran las elecciones.
  • Decisión de reprimir cualquier resistencia.
Aunque el guión fuera el mismo, los intérpretes difirieron.
Bullrich se vio balbuceante, pese a que la conferencia fue temprano y lo que debía decir coincidía con su visión del rincón del mundo que aspira a gobernar.
Cuando le preguntaron por el pronunciamiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, respondió que la CIDH sólo interviene cuando gobierna una dictadura, lo cual refleja un desconocimiento completo de un sistema de protección de derechos que forma parte de la Constitución reformada en 1994.
Y eso que aún no sabía de la elección para integrarla de la abogada Andrea Pochak.
En cambio, Rodríguez Larreta se mostró seguro y preciso, como si creyera en lo que estaba diciendo, aunque discordara con sus rumiaciones.

La Coalición Cívica Libertadora recitó su parte, como si su estrella polar no hubiera advertido apenas dos semanas antes que Maurizio Macrì pretende un ajuste que calificó de brutal, cuyas consecuencias describió en forma más elocuente que el kirchnerismo.
Hubiera sido un lugar común decir que ese ajuste sólo cerraría con represión.
En cambio, Carrió dijo "con delitos de lesa humanidad", y, en un alarde de retro-futurismo, incluso imaginó juicios y condenas penales, para los dirigentes políticos que dieran las órdenes y para las fuerzas de seguridad que las ejecutaran.
No le disgustaría firmar el decreto 158 que lo ordenara.
Pero cuando en las calles se imponía el hit musical Macrì basura… ella parecía tan enamorada del hombre de negocios dudosos como Laura Alonso.
Hoy lo fulmina, cual Jujuy Jiménez despechada, y se abraza con Rodríguez Larreta.
Son los abusos de la doctrina del mal menor.

El castro - chavismo

Esta radicalización no es sólo asunto de los partidos que integran la coalición.
Los medios apuntan bien alto, como los policías jujeños, sin la menor consideración por los agujeros negros en la narración moralista y los modos de la represión.
La Nación publicó una columna del dirigente bonaerense de JxC Sergio Berensztein, quien atribuyó lo sucedido a "una lógica de acción colectiva con planificación, coordinación, recursos y objetivos deliberados y que forma parte de una red que opera en distintos países de América Latina para desestabilizar gobiernos democráticos, obstaculizar la implementación de políticas pro - mercado o conspirar contra el orden público y promover crisis de gobernabilidad".

Berensztein se pregunta:
"¿Hay, como afirma el exiliado boliviano Carlos Sánchez Berzaín, una red financiada por el castro - chavismo trabajando en la región para erosionar la legitimidad de líderes democráticamente elegidos y la confianza en la economía de mercado..?
¿Busca acaso un sector del kirchnerismo ser parte de ese entramado..?"

Notable cita de autoridad.
Efectivamente, Carlos Sánchez Berzaín es un exiliado.
Fue ministro de Defensa durante el mandato del primer Presidente boliviano con subtítulos, Gonzalo Sánchez de Losada y huyó a Estados Unidos luego de la masacre de octubre de 2003, donde fueron asesinadas 80 personas y heridas 400.
En Fort Lauderdale, Florida, un jurado lo condenó en 2018 en un juicio civil instado por familiares de las víctimas.

Lago Escondido queda en Alaska

Sólo el cierre de la inscripción de candidaturas y el embrollo de Jujuy quitaron del centro de la atención pública lo sucedido en Estados Unidos, donde se reveló que el super - millonario Paul Singer pagó una excursión de pesca del juez de la Corte Suprema de Justicia Samuel Alito, quien luego de esa dádiva votó en favor del fondo Elliot NML Capital, liderado por Paul Singer, en la disputa judicial con la Argentina.

La investigación de ProPublica sostuvo: 
"A principios de julio de 2008, Samuel Alito posó en un remoto rincón de Alaska.
El juez de la Corte Suprema de Justicia estaba de vacaciones, en una cabaña de lujo, que cobra más de mil dólares por día.
Después de pescar un salmón real casi del tamaño de su pierna, Alito posó para una foto.
A su izquierda había un hombre radiante: Paul Singer, un inversor multimillonario que a menudo recurrió a la Corte Suprema para que se pronunciara en su favor en disputas comerciales muy significativas.
Singer era más que un compañero de pesca.
Él llevó a Alito a Alaska en un jet privado.
Si el juez hubiera contratado el charter por su cuenta, el costo hubiera excedido los 100.000 dólares.
En los años siguientes, el fondo inversor de Singer se presentó no menos de diez veces ante la Corte Suprema, en casos donde su rol a menudo fue encubierto por los grandes medios y sus expertos judiciales.
En 2014, la Corte aceptó resolver un tema clave en la larga batalla de una década entre el fondo de Singer y la Nación argentina.
Alito no se excusó y votó junto con la mayoría en favor de Singer, por 7 a 1. El fondo inversor terminó percibiendo 2.400 millones de dólares", una vez que cambió el gobierno.
Otro día, el grupo voló hasta una cascada en el parque nacional Katmai, "donde los osos cazan salmones del agua con los dientes.
Por la noche se sirvieron varios platos de cangrejos de Alaska o filet de Kobe.
La última noche, un miembro del grupo de Alito se jactó de que el vino que bebieron costaba 1.000 dólares la botella".

En 2007, por primera vez, la Corte Suprema rechazó una solicitud de Singer para embargar los fondos del Banco Central depositados en Estados Unidos.
Al año siguiente ocurrió la excursión de pesca.
Y en 2010, Singer volvió a presentarse ante el tribunal.
Entre recursos de una y otra parte, la Corte trató el tema ocho veces en los seis años posteriores al viaje.


El Juez Alito y Paul Singer.

Alito no informó en su declaración de 2008 sobre la excursión de pesca, en lo que constituye una violación de la ley federal que requiere que los jueces de la Corte Suprema revelen los regalos recibidos.
"Los expertos dicen que es la primera vez que identifican a un juez que falla un caso luego de recibir un costoso regalo de una de las partes.
Si eran buenos amigos, ¿qué hacías fallando en ese caso..?
Se pregunta Charles Geyh, un profesor de derecho de la Universidad de Indiana, experto en recusaciones.
Y si no eran buenos amigos, ¿qué hacías aceptando ese regalo..?"

Las vacaciones en Alaska fueron organizadas por Leonard Leo, el líder de la conservadora Sociedad Federalista.
Leo invitó a Singer a unirse, según una persona familiarizada con el viaje, y preguntó a Singer si él y Alito podrían volar en su jet.
Leo había jugado un rol importante en la audiencia de confirmación del juez.
Tanto Singer como el dueño de la cabaña eran grandes donantes a los grupos políticos de Leo.

ProPublica envió un cuestionario al juez, quien respondió que no lo contestaría.
En cambio, publicó un artículo de opinión en el Wall Street Journal, que lo tituló "ProPublica engaña a sus lectores".
Sostuvo que cuando las compañías de Singer se presentaron ante la Corte, Alito ignoraba la relación de Singer con los casos.
Sólo hablé con Singer "en un puñado de ocasiones", y nunca sobre los casos ante la Corte.
Agregó que fue invitado a volar en el avión de Singer poco antes del viaje y que de otro modo "el asiento hubiera quedado vacante".
Dijo que aun cuando hubiera sabido de la relación de Singer con los casos, no habría debido excusarse. 
"En el caso en que la revisión fue concedida, Republic of Argentina v. NML Capital, Ltd, N° 12-842, el nombre del señor Singer no aparecía ni en el recurso, ni en el escrito de oposición o los escritos de fondo, por lo cual yo desconocía su conexión con ninguna de las entidades mencionadas, ni tenía buenas razones para saberlo".

Añadió que sería imposible que sus colaboradores buscaran archivos de la SEC o de otros cuerpos gubernativos para encontrar los nombres de todos los individuos con interés financiero en cada una de las causas que se presentan cada año. Según Alito, desde que asumió en la Corte hasta la reciente reforma de la ley de ética en la función pública, a principios de este año, las instrucciones para presentar el informe financiero no obligaban a declarar invitaciones a medios de transporte para acudir a un evento social.
ProPublica detectó al menos seis declaraciones de jueces federales que incluían vuelos en jets privados.

En los últimos meses, esta es la tercera denuncia contra un integrante de la Corte Suprema estadounidense, cuyo programa de supresión de derechos fue inspirado y planificado por Leonard Leo y la Sociedad Federalista.
Antes, se reveló que el multimillonario Harlan Crow invitó al juez Clarence Thomas y a su esposa Ginni durante veinte años a lujosos viajes de vacaciones, que el juez nunca incluyó en sus declaraciones anuales, y el juez de la Corte Neil Gorsuch vendió su parte de una propiedad sobre el Río Colorado, por la cual declaró haber percibido entre un cuarto y medio millón de dólares.
El comprador fue Brian Duffy, presidente del estudio Greenberg Traurig, uno de los más importantes del país, que litiga habitualmente ante la Corte Suprema.

Hay doce casos de clientes de Greenberg Traurig en los que Gorsuch se pronunció, ocho a favor y cuatro en contra.
Uno de ellos invalidó el plan del ex Presidente Barack Obama para enfrentar el cambio climático.
La propiedad estuvo en venta, sin clientes, durante doce años, y la transacción se cerró diez días después de que el Senado confirmara la designación de Gorsuch.

El Vice

Horacio Rodríguez Larreta confirmó el viernes que Gerardo Morales será su precandidato a Vicepresidente.
Jujuy es el 14° distrito electoral del país, con 1,67% del padrón general.
Es claro que la territorialidad no es la causa de su designación.
Morales es el presidente de la UCR, que tiene una estructura territorial en todo el país, y el adelantado de una política despiadada, que exhibió desde el primer día y en la que basa su gobernabilidad.


Dibujo, Azul Blaseotto. Animación, Silvia Canosa.

La preferencia de Rodríguez Larreta por Morales tiene que ver con la falta de límites en la represión a la protesta en Jujuy, con la detención hace ya ocho años de Milagro Sala.
Rodríguez Larreta cree que esa posición, que logró consenso en la sociedad jujeña, donde la demonización de Milagro dejó rédito electoral al gobernador, se puede proyectar al resto del país.
Al anunciar a su compañero de fórmula lo presentó como un hombre de acción.
Y ese es uno de los puntos cruciales del debate en curso: JxC logró unificarse en la convicción de que la dureza del ajuste y la inflexibilidad para castigar cualquier resistencia le son favorables desde el punto de vista electoral.
Si esto fuera así, a la Argentina le esperan días aciagos.

Sobre el cierre de las listas anunció su desistimiento Facundo Manes.
Lamentó que su partido haya aceptado disputar sólo la vicepresidencia, detrás de HRL y el bullrichonismo, y dijo que "así como en el pasado inspiró a un país hacia la recuperación democrática, es el tiempo de que un nuevo radicalismo convoque a otro gran sueño: el del desarrollo y la inclusión”.

Es ostensible que el rumbo es otro, uno que pone en duda la democracia misma.

Hoy habrá elecciones para elegir gobernador en Córdoba y Formosa.
El intendente de la capital cordobesa, Martín Llaryora, enfrentará al ex intendente Luis Juez por la gobernación, y en Formosa, Gildo Insfrán procurará una nueva reelección, tal como lo habilita la Constitución provincial, si el electorado lo prefiere, cosa que suele olvidarse cuando se debate sobre reelecciones y republicanismo.

A MEDIO SIGLO DE EZEIZA, de Horacio Verbitzky - 18/6/2023

El prólogo a la última edición de un libro fundamental


Gendarme Pedro Antonio Menta, en el palco de Ezeiza.
Fue jefe de seguridad de la CGT

El martes se cumplirán 50 años del regreso definitivo de Perón a la Argentina y de la emboscada tendida a un sector de sus partidarios.
Ese fue el tema de mi libro Ezeiza, publicado en 1985.
El jueves 22 lo presentaremos en el Centro Cultural Kirchner, en el ciclo de revisión de mi obra, producido por Diego Sztulwark, Daniel Tognetti y Camila Perochena. Participarán representantes de distintas generaciones: Luli Trujillo, Magdalena Gainza y Mónica Peralta Ramos.
Lo que sigue es el prólogo que escribí para la edición definitiva de aquella investigación, que comenzó la misma noche del 20 de junio de 2023.

El equívoco de los paradigmas

El ex vocero de Esteban Caselli en la embajada de la Argentina menemista ante el Vaticano, Ceferino Reato, sostiene que Ezeiza “nació con vocación de paradigma: ya en el primer párrafo de su Introducción, Verbitsky sostiene que esa matanza ‘cierra un ciclo de la historia argentina y prefigura los años por venir. Ezeiza contiene el germen del gobierno de Isabel y López Rega, la AAA, el genocidio ejercido a partir del nuevo golpe militar de 1976, el eje militar-sindical en que el gran capital confía para el control de la Argentina’”.

Añade que mi libro, “es el paradigma compartido por casi todos los historiadores y periodistas que han estado escribiendo sobre la década del setenta” y que si yo no lo hubiera terminado “a mediados de los '80, habría tal vez incluido al menemismo, el delarruismo, el duhaldismo y el macrismo en ese eje del mal porque lo que está ofreciendo es una manera determinada, más bien maniquea, de recuperar la historia reciente”.

La respondió el profesor de filosofía Oscar Cuervo (1):

“Lo que dice Verbitsky no es lo que quiere interpretar embrolladamente Reato.
No es el libro Ezeiza lo que Verbitsky quiere imponer como modelo paradigmático de interpretación de la historia reciente (por otra parte: ¿qué autor podría lograr eso con su libro, el constituirse en un paradigma aceptado por ‘casi todos’..? ¿Mediante qué recursos podría lograr un libro auto - engendrarse con vocación de paradigma..?).
Lo que Verbitsky dice en la frase citada es algo más sencillo - y tan discutible como cualquier otra hipótesis -: que en el episodio de Ezeiza empieza a configurarse un proceso de alineamiento de fuerzas que se extenderá en los años siguientes de la dictadura”.

Según Cuervo, “a Reato le gustaría erigir con su libro un nuevo paradigma que reemplace al del autor de Ezeiza, y para ello traza un ‘eje del mal’ que parte del asesinato de Rucci por obra de los montoneros y continúa en la propia escritura del libro Ezeiza, hasta llegar al ‘poder hegemónico’ del kirchnerismo actual.
Este eje se extiende a lo largo de 35 años y por momentos parece que el sujeto permanente de esta operación criminal/ discursiva fuera el propio Verbitsky.
Se trata claramente del maniqueismo del que Reato acusa a su oponente, en el que no importa tanto dilucidar lo que ocurrió con Rucci como instrumentar el sentido de este episodio histórico como clave del presente”.

Cuervo se pregunta por la finalidad de la operación de Reato (nombre que me es imposible no asociar a los primeros versos del Golem de Borges), y enumera:
  • vender muchos libros,
  • perdurar en el tiempo, “al menos tanto como perduró Ezeiza”.
  • “Reabrir la causa judicial de la muerte de Rucci. Para eso no hace falta vencer el presunto paradigma Verbitsky, sino lograr nuevas pruebas que reactiven la investigación”.
  • “Lograr un debate sobre la figura jurídica de los crímenes de lesa humanidad, para extenderlo a los delitos cometidos por las organizaciones armadas de los '70” (como intenta La Nación, desde que la Corte Suprema de Justicia declaró en 2005, en una causa que yo presenté como presidente del CELS, que esos delitos no pueden ser amnistiados ni su persecución cesa por el paso del tiempo).
  • “Pero eso no se logra con anécdotas familiaristas sobre lo buen padre que era Rucci o lo leal que le era a Perón. La figura de lesa humanidad se delinea en un discurso jurídico que trasciende cualquier caso particular”.
Acerca de la autocrítica

Por cierto, jamás he tenido la presunción de instalar un paradigma, que no es una obra individual ni voluntaria, sino colectiva e indeliberada, que requiere tiempo para sedimentar en el humus de la sociedad.
Tampoco mencioné ningún eje del mal, otro tópico de Reato, distante de mi estilo narrativo.

Lo que sí hice fue responderle cuando en 2014 zapateó sobre el féretro de Juan Gelman, en una seguidilla de por lo menos cinco artículos denigratorios que se apresuró a publicar en tres diarios distintos (buscando el efecto que un ministro alemán del segundo tercio del siglo XX atribuyó a la repetición), para ofrecer sus propios libros como modelo antagónico a la actitud de Juan.
En realidad, la actitud que él atribuye a Juan, a quien le reprochó que nunca hubiera hecho una autocrítica, pecado en el que sin ingenuidad involucró al kirchnerismo y a la mayoría de los organismos de derechos humanos.

Reato se pregunta: “¿Por qué ocultar o disimular su militancia como ‘oficial’ montonero”..?
Según el columnista de La Nación, Perfil e Infoemba:“Luego de romper con Montoneros, en 1979, Gelman se dedicó a la escritura y no quiso hablar de su experiencia armada”.
“Estos guardianes de la memoria histórica construida por el kirchnerismo, con la imprescindible colaboración de la mayoría de los organismos de derechos humanos, consideran que de esos temas no hay que hablar.
Comparten con Gelman el convencimiento de que no hay autocrítica que realizar”.
“Gelman no hizo autocrítica sobre su militancia en Montoneros - donde llegó a ‘teniente’ y a integrar el Consejo Superior del Movimiento Peronista Montonero - porque pensaba que no tenía nada que criticarse. (…)
Si fuera por ellos, nadie debería recordar los atentados de las guerrillas. (…)
Mi posición es que un periodista debe preocuparse sólo por llegar lo más cerca posible de la verdad”.

Contraderrota

Con el propósito de asistirlo en ese intento, le recordé que la autocrítica de Gelman comenzó antes de la ruptura con Montoneros y le valió una ridícula condena a muerte de su conducción.
Afirmar que desde entonces Juan no habló de la experiencia armada ni la criticó requiere, por ser benévolo, de una alta dosis de ignorancia.
Para subsanarla transcribí algunas definiciones que constan en un libro - entrevista de 1987: Juan Gelman. Contraderrota. Montoneros y la Revolución Perdida.


Juan Gelman. Si esto no es una autocrítica...

Según Gelman:

“No sólo habría que analizar los errores de Perón (…) sino también los de la propia organización que decidió profundizar - y mal - el enfrentamiento que ya existía”.

“Lo que hubo fue soberbia. No sólo la soberbia política que se dio al comienzo, sino también la que derivó luego hacia la soberbia militarista. (…) Se cayó en una suerte de enfrentamiento cupular.
Se supuso que en la medida en que Perón se inclinaba a la derecha -apoyando a López Rega, jefe de la Triple A - el único medio de contrabalancear ese tipo de tendencia era tirarle un cadáver cotidiano sobre la mesa”.

“El primer grupo de resistencia armada como tal - los Uturuncos - fue precedido por la resistencia de los obreros peronistas que asumieron las formas de la violencia en 1956, tres años antes de la revolución cubana.
Aun así, digamos que, como factor impulsor de la historia que habría de seguir, lo de Cuba planteó un ejemplo claro, aunque también influyó en los errores posteriores del movimiento armado en la Argentina y en toda América Latina.”

“Era el error enorme de suponer que la revolución cubana había sido solamente Fidel Castro y Sierra Maestra” (ignorando) las luchas populares en las ciudades. (…)
Otro de los grandes errores fue suponer que lo de Cuba había sido un foco. Se quiso creer y ver a la revolución cubana como lo que no era.
Creencia a la que ayudaron los propios cubanos.”

“La mala lectura de la revolución cubana produjo un nefasto voluntarismo político.”

“Uno de los factores de la derrota fue la subestimación del enemigo, que se explica por desconocerlo y también por la soberbia militarista que luego se apoderó de Montoneros.”

“La imagen es muy linda. Pero para que una chispa incendie una pradera en primer lugar tiene que existir la pradera, en segundo lugar la pradera tiene que estar seca, no tiene que llover y, además tenés que saber dónde tirar la chispa.
Era y es metafísico plantear la revolución en esos términos (…)
Este y otros errores no les caben solamente a un grupo o algunos grupos en los años 60, sino también al mismo movimiento comunista internacional, que se equivocó larguísimo tiempo en la caracterización del movimiento popular y en la situación de América Latina, al considerarnos países coloniales (…) al poner en pie de igualdad a un continente donde se inaugura el neocolonialismo mundial con Asia y África, donde efectivamente, el colonialismo funcionaba y había tropas extranjeras y virreyes.”

“La respuesta que Montoneros da a todo eso es incorrecta, ya que empieza a practicar una política elitista y, en el fondo, antipopular. (…)
A pesar de todas las persecuciones, en 1974 había márgenes democráticos para seguir avanzando en la lucha de masas y en la organización de las bases.
Pero es entonces cuando la conducción autoclandestiniza a Montoneros, autoclandestiniza la organización militar y deja con el culo al aire a las organizaciones de masa, configurando así una política suicida: la estructura de base no tenía medios para escapar a la persecución de la Triple A.
La gente que trabajaba en las villas miseria, en los frigoríficos, en las fábricas, el único modo que tenía de salvarse era salir de sus lugares y por lo tanto dejar su trabajo.
Pero, ¿dónde iba a encontrar otro?”

“Este grueso error significó dejarle el campo político a la derecha. Concepción que pese a las diferencias de contexto vuelve a repetirse durante el comienzo de la dictadura militar, cuando Montoneros confía su enfrentamiento con las Fuerzas Armadas al plano estrictamente militar. (…) Frente a determinadas acciones, como los casos de Mor Roig o José Ignacio Rucci, hubo opiniones encontradas, pero de ningún modo debatidas a fondo en la organización.”

“Montoneros pone en práctica el uso de la pastilla de cianuro: la cuestión entonces era suicidarse para no caer en manos del enemigo y no batir. (…) Efectivamente había gente de Montoneros que era capturada y cantaba (…). La conducción de Montoneros consideraba que todo esto era un problema de debilidad ideológica.
Como bien señaló Rodolfo Walsh, (…) el problema real era el de una línea política equivocada y así lo demostró la historia posterior.”

“Santo Tomás De Aquino hablaba de la salvación individual y de elevar el alma a partir del sacrificio del cuerpo, y tipos como Mario Firmenich formularon una concepción similar, pero en el plano revolucionario.
De ese modo se entró en la alucinación de pretender formar militantes de acero, militantes revolucionarios, sobre una base totalmente individualista y mesiánica.”

“Los métodos aplicados a la organización revolucionaria revelan los vicios que tenía la formación ideológica de esa conducción (con una) formación ligada al misticismo y a la religión, tomada como ellos la tomaron.”

“En el comportamiento general de golpear, de endurecer a la organización, de hacerla casi religiosa, hubo una finalidad política relacionada con lo que antes decíamos sobre el modo de concebir el poder, (…) elitista, contrarrevolucionario y antipopular.”

“Un obrero que era simpatizante de la organización y dirigente natural de una fábrica de 2.000 trabajadores (…) fue incorporado a la organización, que era absolutamente vertical, también asumía formas militares, con grados, rangos y taconeos.
Por supuesto, el que ingresaba lo hacía con el grado ínfimo de aspirante a oficial, desde el punto de vista de la mentalidad militar era un suboficial que aspiraba a ser oficial.
A partir de allí se entraba en una cadena de obediencia a los grados superiores.
Aquel obrero fue incorporado con ese grado y participaba en reuniones de ámbito; en esas condiciones estaba hasta que la conducción de Montoneros resuelve que hay que lanzar una huelga en la zona. (…)
El obrero lo miró y le contestó:

- Vos estás ligeramente en pedo. Yo no tengo condiciones para hacer una huelga en la fábrica ni vestido de mono.
De manera que yo eso no lo voy a hacer.

- Como yo soy capitán y vos sos aspirante, tenés que obedecer.

- Vos serás capitán y yo aspirante, pero chupame la pija, porque yo esa cosa no la voy a hacer.

No se hizo.
Este es un ejemplo que sirve para explicar cómo Montoneros se cagaba en el referente de masas.
En vez de promover la organización de las masas, teniendo en cuenta a sus representantes naturales, sus necesidades y reivindicaciones, pretendió absorber en una organización jerárquica a los dirigentes de base para transmitir órdenes a las masas, pasar decretos, bajar línea y movilizarlas, supuestamente a través de sus dirigentes”

“Si lo de Rucci había conmocionado tan mal, después ocurrió un error tremendo al suponer que iba a producirse algún tipo de repercusión popular dando muerte a Mor Roig porque se cumplía un año de los crímenes de Trelew del 22 de agosto.
No hubo ninguna adhesión popular.
De ahí que esta sea una muestra más de esa política a la que califico de cupular, aunque tal vez para ser exactos, habría que llamarla elitista y en el fondo, foquista”.

“La cuestión para la conducción montonera era continuar en una disputa de cúpulas, lejana de la discusión y la acción de las bases.
Y en las bases, no se aplicaban políticas que disputaran el liderazgo de Perón en la conciencia de las masas, sino simples hechos espectaculares.
Lo de Rucci iba a cercenar el apoyo de la clase obrera y lo de Mor Roig los apoyos de la clase media, con las consecuencias naturales que se desprenden de ese debilitamiento”.

“Pensar que la alianza de la burocracia sindical con el lopezreguismo era una cosa inmutable y sin fisuras.
No entendieron que López Rega no tenía ninguna base de masas y que la burocracia sindical sí.
Esa burocracia sindical, con todo lo que era y representaba, no podía ser confundida necesariamente con lo otro, ya que debía responder a las presiones de las masas, como se vio en las huelgas y movilizaciones de junio de 1975, que ‘casualmente’ dieron por tierra con López Rega”.

“El fusilamiento de Pedro Eugenio Aramburu fue todo un símbolo para las masas peronistas: ese había sido un hombre que dirigió la dictadura que sustituyó a Perón y cuya muerte tuvo un significado enorme para el pueblo. (Pero) no es lo mismo Aramburu que Dirk Kloosterman, ni es lo mismo Aramburu que Rucci.
De modo que no puede ponerse un signo igual entre aquella primera acción de Montoneros, que tuvo un impacto político grande, y otras cosas”.

“En el fondo de este problema sobrevuela la concepción foquista por la cual es la lucha militar la que impulsa a la lucha de masas, cuando resulta que, de hecho, esto es absolutamente al revés. (…)
Si tal o cual organización de masas pide que se organice tal o cual acción militar, son las masas las que asumen las tareas de autodefensa y el aparato militar puede entrenar y luego acompañarlas, pero nunca dominar.
Ese ejemplo de subordinación de las acciones militares a las políticas sí existió en la primera etapa de la resistencia peronista, cuando en las acciones violentas siempre se dio la vinculación entre la lucha armada, la de masas y la sindical.
Digamos entonces que se asistió a un proceso de degradación política en el cual se terminó por llegar a una conducción militarista similar a la del enemigo, en la cual se copia hasta sus grados. (…)
Y cuando lo que predomina es lo militar, sólo se desemboca en un enfrentamiento entre aparatos, donde es evidente que siempre van a ganar las Fuerzas Armadas”.

“El líder unificador era efectivamente Perón y lo que él hacía no era otra cosa que dar unidad a la clase obrera y a buena parte de las clases medias, (…) aunque digamos que, en las concepciones de Perón, la hegemonía de esa alianza no correspondía a la clase obrera.
Por lo tanto, había que partir de esa comprensión para saber cómo promover dentro del Movimiento una política que, sin romper la unidad, invirtiera poco a poco los términos; pero no a partir de disputarle la conducción abruptamente al líder reconocido por aquellos sectores sociales (…).
Eso obligaba a una lucha política muy difícil, ya que por supuesto es mucho más fácil tirar tiros”.

“En 1974, las organizaciones armadas que habían tenido un papel muy claro en la resistencia obrera contra la dictadura de Juan Carlos Onganía dejan de ser protagonistas y, apenas un año después, son los obreros los que toman la primacía.
Es este último elemento lo que más miedo le da a los militares y lo que quiebra la tranquilidad de los Ricardo Balbín, que empieza a inventar aquello de la guerrilla industrial.
Es por eso que el golpe de 1976 fue esencialmente antiperonista y antiobrero”.

“Lo de Rucci no se hizo para despertar la conciencia obrera; se hizo en la concepción de tirarle un cadáver a Perón sobre la mesa para que equilibrase el juego político entre la derecha y la izquierda. (…)
No formó parte de una concepción política en relación con las masas, sino de una estrategia cupular”.

El análisis de Juan fue tan poco complaciente que su propio editor, Eduardo Luis Duhalde, tomó distancia y en la contratapa del volumen se preguntó: 

“¿Es exacto que de nuestra autocrítica los opresores sólo pueden recoger las migajas..?” y agregó: 
“Gelman ejerce su crítica amarga - ¿siempre justa..? - contra aquella organización”.


Fuego cruzado entre los custodios del palco y el CdO en el Hogar Escuela.

Una respuesta anticipada

Gelman se anticipó así a desmenuzar los cuestionamientos que Reato le haría 27 años después, cuando ya no pudiera responderle.
Escribió que la reflexión crítica y autocrítica debía realizarse sin culpa:

“No hacerlo como los cuervos políticos que están esperando las críticas más o menos internas o cercanas, íntimas, como las que se hacen sobre Montoneros para regodearse con su derrota y decretar el fin de las utopías. 

(…) Más interesa que las críticas y autocríticas se hagan con la voluntad de revertir esta situación y no incurrir en la autoflagelación pública”.

Y como de costumbre, fue a fondo:

“Recuerdo una nota firmada en la Argentina por Beatriz Sarlo que hizo la crítica de las cartas de Rodolfo Walsh cuando se enteró de la muerte de su hija.
Entonces Beatriz Sarlo las calificó de ‘voluntad de estetizar la muerte’.
Sería muy sencillo despachar el asunto diciendo que esta señora es una pelotuda; pero esta señora, digamos, no es ninguna pelotuda.
Lo que hace en realidad es negar toda una situación social compleja, abstraerla de muestro contexto político, sacar a Walsh de eso, sacar de eso a la muerte de su hija y plantear, en una especie de isla edénica, que se produce la muerte de la muchacha sin saber quién la mata ni por qué, ni cómo. (…)
Lo que quieren analizar es el texto en sí mismo y por sí solo, absolutamente y sin contexto para hallar por fin que esas cartas de Rodolfo son un simple canto a la muerte.
Esta gente, más que a reflexionar, se dedica a parcelar, a castrar la reflexión.
Ellos están en su derecho, pero de ahí a que uno les dé bola”.

Estas afirmaciones que Reato ignoraba le resbalaron e insistió en que no constituían una autocrítica, porque Gelman no confesó crímenes, no se arrepintió ni pidió perdón.

La confusión con el sacramento católico

Así confunde la autocrítica (que diversos movimientos políticos y escuelas psicológicas utilizan como herramienta para descubrir y superar errores e insuficiencias en la propia actividad) con el sacramento católico de la reconciliación o la penitencia, que abre la puerta a la salvación individual.
La reconciliación se consuma al confesar los pecados ante el sacerdote, cuya absolución confiere al penitente el perdón de Dios.

La autocrítica de Gelman (como la de Rodolfo Walsh o la mía) fueron contemporáneas a los hechos y prosiguieron después.
La continuidad en la organización no implicó convalidar las políticas que objetamos y se explica por la pertenencia a un proyecto colectivo, la lealtad a quienes murieron defendiéndolo y el intento de modificar las cosas mientras fuera posible. Las definiciones de Gelman son de una contundencia que pone en ridículo cualquier intento de negarlas.

La compunción póstuma exigida a Gelman equivale a que en nombre de los errores y del dolor, padecido e infligido, se abomine de toda lucha, pasada o futura, por el mejoramiento de las condiciones políticas y sociales.

Eso es desconocer la historia de los pueblos, que en vez de resignarse al statu quo debido a los errores de los militantes o los dirigentes se las ingenian para corregirlos y avanzar.

Reato niega adherir a la doctrina de los dos demonios y para probarlo alega que le parecen “mucho peores los delitos realizados desde el aparato del Estado”.
Se le olvidó que ya en la primera página del informe Nunca Más, de 1984, Ernesto Sábato enunció esa doctrina en sus mismos términos: 

“A los delitos de los terroristas, las Fuerzas Armadas respondieron con un terrorismo infinitamente peor”.
¿O tampoco lo habrá leído?

Lilia y Lila

Ya sin argumentos, Reato construyó su argumento sobre un dato falso, alegando que me autocritiqué en silencio.
Lo hice en los ámbitos de militancia correspondientes, con identificación de autor y asumiendo las consecuencias.
Uno de esos documentos se publicó luego en el exterior mezclado con los de Rodolfo Walsh, a quien le fue atribuido por error, dado que apareció en una misma carpeta con los suyos, porque así los habían archivado en la ESMA luego de secuestrarlos en la casa de San Vicente.
El error fue aclarado por la última esposa de Walsh, Lilia Ferreyra, en una entrevista que le realizó otra compañera sobreviviente de ese campo clandestino, Lila Pastoriza.


Rodolfo y Lilia, en 1974.

Lilia dice que “uno de los documentos - Observaciones sobre el documento del Consejo del 11/11/1976 - no había sido escrito por Rodolfo sino por Horacio Verbitsky.
Se trata de un error que, aunque en varias oportunidades se intentó aclarar, hasta hoy subsiste (2).
Así y todo, en casos como éste, la confusión no es inocente y se la utiliza para desacreditar a sus compañeros de militancia.
Por otro lado, en los textos escritos por Verbitsky que se atribuyen a Rodolfo, pienso que más allá de las dificultades propias de la recuperación de materiales clandestinos, también tiene que ver con que Rodolfo y Horacio conformaban una suerte de tándem en cuanto al compromiso político en proyectos periodísticos como el Semanario CGT y Noticias, es decir que había ya una línea respecto de contenidos y de escritura que facilitaba confundirlos”.

Recuerda Lila Pastoriza, que también participó en la creación de ANCLA y la Cadena Informativa, dos de los instrumentos que Rodolfo creó para vencer al terror, que se basa en el aislamiento y la incomunicación:

- Una situación similar se da también con otro documento redactado por Horacio Verbitsky que se atribuye frecuentemente a Walsh, “ESMA - Historia de la guerra sucia en la Argentina”, un texto difundido clandestinamente en octubre de 1976 con información valiosísima aportada en buena medida por el soldado conscripto Sergio Tarnopolsky y el ex guardiamarina Mario Galli, ambos asesinados.
Verbitsky lo incluyó en el libro Rodolfo Walsh y la Prensa Clandestina, 
1976 - 78, junto con numerosos materiales de esa experiencia colectiva impulsada por Walsh...

- Precisamente, por pudor, y porque el objetivo era resaltar el rol de Rodolfo en la prensa clandestina, se incluye el trabajo de Horacio sobre la ESMA, como también su ensayo sobre San Martín, sin su firma.
Y así se va construyendo esta confusión.
Creo que, retomando lo que antes decía yo sobre la necesidad de coherencia en la memoria y la historia, es necesario definir claramente la autoría de textos que han sido y son de importancia para el conocimiento y profundización de lo que significaron los años 70 en nuestros países - concluye Lilia (3).


Lila Pastoriza.

Política e ideologismo

La denuncia de los crímenes de la dictadura no implicaba una aceptación acrítica de la línea de la organización.
Al mes siguiente de aquella investigación sobre la ESMA, hice circular entre los compañeros y jefes un breve documento titulado “Política e ideologismo”, en el que ordené las críticas que ya había formulado a la conducción de Montoneros, entre junio y octubre de 1976.



Allí señalé como fuente de una serie de errores y desvíos la incorrecta estimación del peronismo como un proceso agotado.
El documento advierte que no se supera la realidad en base a esquemas ideales.
Por el contrario, esta sustitución debilita la identidad y aleja a la organización de su tarea principal en la nueva etapa: resistir junto al pueblo a la dictadura.

El ideologismo supone un empobrecimiento para el peronismo montonero, una asimilación al modo de pensar de la “izquierda no fecundada por el peronismo”, aquella que concibe la ideología “como un producto terminado, que puede aprenderse en un libro y reduce la realidad a términos maniqueos, de blanco y negro, lo cual es particularmente grave en un país tan complejo como el nuestro, donde las contradicciones sociales cubren una amplia gama de grises”.
“Al estimar el agotamiento del peronismo, olvidamos que carecíamos, por el momento, de alguna realidad mejor, pateamos la escalera y nos colgamos del pincel”.
“Este extrañamiento de la realidad nos condujo a procurar acuerdos máximos con pocos (como el PRT y el PO) cuando la nueva dictadura militar sentaba las condiciones para buscar acuerdos mínimos con muchos”.

Un indicador de este desvío ideologista en Montoneros, es “el excesivo embeleso con las palabras” cuando no son las palabras “sino los hechos, los que cuentan”.
Además, los efectos de la represión son ya dramáticos: “los compañeros no caen en combate, ni dirigiendo conflictos, ni pintando paredes, sino cubriendo citas.
Es urgente, por tanto, que Montoneros dé una respuesta política y no ideológica a la situación.
Según nuestros últimos documentos, el socialismo sería ahora no sólo una bandera estratégica, sino también táctica.
Por ello no habría más objetivos intermedios ni de transición.
Pero sin objetivos intermedios no hay política de poder.
Hay Teología y no Historia”.
Es posible que la falta de objetivos intermedios no perturbe el análisis teórico, pero se siente en el momento de formular planes sectoriales y acciones políticas con participación de las masas”.

También señalaba:
  • La imposibilidad de sostener la línea operativa iniciada en Formosa,
  • el balance triunfalista de 1975,
  • el callejón ideologista en que se encerró el análisis de la caída y la traición de Quieto,
  • la sucesión de caídas y cantadas, que reclaman una autocrítica y una explicación profundas”, igual que la frase ‘no hay que abandonar ninguna posición sin librar combate’. ¿Qué quiere decir eso, quedarse en casa aunque haya caído alguien que la conoce..?”
Entre las propuestas, figuraba:
  • moderar el ritmo de funcionamiento, con más seguridad y menos centralización,
  • mayor esfuerzo para romper el cerco informativo, “con el gravísimo riesgo de limitar la construcción organizativa a sus aspectos técnicos, o metodológicos, de modo que lo construido sería foquista y endeble”.
  • mayor sensibilidad ante la caída de compañeros.
Aun cuando la clase obrera “sigue siendo peronista”, es el sujeto que debe hegemonizar el proceso.

Este documento que evoca Lilia lo elevé a la conducción de Montoneros el 22 de diciembre de 1976.
Da cuenta de las modificaciones parciales e insuficientes que asumió el Consejo, porque “no responden a una autocrítica profunda sobre los graves errores” y recomienda desandar el camino militarista que piensa la guerra en términos abstractos, e incluso delirantes, a favor de un retorno a la política, es decir, a definiciones claras y sencillas que permitan compartir con el pueblo la etapa de la resistencia a la dictadura.

“Lo principal son las definiciones políticas.
Si son correctas, en pocos años un pequeño grupo llega a conducir una organización poderosa; si son incorrectas, esa organización hasta puede desaparecer.
Esta es una enseñanza de nuestra propia historia”.

“En nuestro país es el Movimiento el que genera la vanguardia y no a la inversa como en los ejemplos clásicos del marxismo”.

“Si esto no se tiene en cuenta, la literatura china o vietnamita no nos sirve, porque tiende a confundir nuestra lucha social con una guerra colonial, en la que tiene sentido la organización en Partido, Movimiento, Frente de Liberación y Ejército, porque se presupone la unidad del pueblo detrás de una conducción reconocida contra el invasor extranjero”.

“Nosotros en cambio, tenemos que comenzar por ganarnos la representación de nuestro pueblo, a partir de los elementos de nuestra realidad, que es la de una lucha de clases, con niveles crecientes de violencia, que nos proponemos masificar, no una guerra colonial”.

“Al aplicar mecánicamente conceptos de otras realidades incurrimos en los mismos errores que antes le criticábamos al ERP.
Al confundir nuestra identidad, y la del pueblo, las masas no son un espacio seguro, y ese es nuestro principal problema”. (Las Fuerzas Armadas padecieron un equívoco simétrico. Empachadas de literatura contrarrevolucionaria francesa y doctrina contrainsurgente estadounidense creyeron ser parte de la Tercera Guerra Mundial contra el comunismo pero recién cuando la cacería concluyó y comenzaron a pagar sus consecuencias advirtieron que “no enfrentamos a extranjeros, éramos todos nacionales. (…) Los desaparecidos en Argelia eran desaparecidos en el territorio de otra Nación, que se liberó luego de haber sido un apéndice de Francia.
En cambio, en la Argentina, cada desaparecido tenía padres, hermanos, tíos, abuelos, que actuaron políticamente con un gran resentimiento, natural” 
llegó a admitir en la senectud uno de los principales carniceros del régimen, el general Albano Harguindeguy en la entrevista que obtuvo la periodista francesa Marie - Monique Robin (4), allí donde el militar cumplía su arresto domiciliario.
De este modo, retomó un rancio debate entre facciones internas de la dictadura. 
Ninguna repudió los métodos que todas practicaron con criminal entusiasmo, pero algunos tuvieron mayor previsión sobre sus efectos.
Los métodos coloniales de Indochina y Argelia “nos sirvieron para librar una guerra. Ganamos la guerra pero perdimos la paz. (…)
Todos eran sospechosos.
Lo sucedido fue una violación de los derechos humanos reconocidos por las Naciones Unidas”, dijo Harguindeguy.

“En 1974, al morir Perón, queríamos el golpe para ‘evitar la fractura en el pueblo’.
En 1975, al analizarse la posibilidad del golpe, la conducción dijo que las armas principales del enfrentamiento serían militares.
La regional Buenos Aires escribió que el golpe era el último desatino de la historia.
Si no hacemos una autocrítica a fondo de esos errores, seguiremos equivocándonos”.

“Hasta el 24 de marzo de 1976 planteábamos correctamente la lucha interna por la conducción del peronismo.
Después, cuando las condiciones eran inmejorables, desistimos de esa lucha, y en vez de hacer política, de hablar con todo el mundo, en todos los niveles, en nombre del peronismo, decidimos que las armas principales eran las militares y dedicamos nuestra atención a profundizar acuerdos ideológicos con la izquierda, olvidando que son las masas las que deciden cuál proyecto de vanguardia es válido”.

“La insistencia en la creación del Movimiento Montonero con sus ramas indica una insuficiente comprensión.
Así como perdimos casi todo el año 76 en la tarea interna de organizar el partido, corremos el peligro de perder parte del 77 tratando de organizar el inexistente Movimiento Montonero, en vez de invitar a participar en la resistencia al existente Movimiento Peronista. (…)
No hay que crear estructuras ideales que no llegarán a tener existencia real, sino formular propuestas para conducir a lo que existe. (…)
En vez de estudiar las características del enfrentamiento en nuestro país, queremos generar las condiciones para que sea distinto y podamos aplicar las fórmulas clásicas de otros países.
Nos parece tiempo perdido tratar de convertir este enfrentamiento social en una guerra colonial”.

Esta ignorancia del proceso nacional es grave y tiene consecuencias que hay que corregir con urgencia, sigue mi autocrítica.
Para ello es preciso abandonar el militarismo, comenzando por abandonar el lenguaje militar con el que se habla de política, y admitir que la realidad ha desmentido las “hipótesis de guerra”.

El encerrarse en ideologismos conduce al peligro de conformarse con una falsa idea de la realidad.
No es cierto, como se afirma en los documentos oficiales montoneros, que las FF.AA. estén aisladas o carezcan de política.
Esta descripción cuaja mejor con la realidad de Montoneros.

En todo caso, “la única derrota seria de los militares está en el tema de los derechos humanos, pero aun así creemos que no es para tanto.
Se trata de una política del imperialismo, que aprieta con dos pinzas: la económica y la de los derechos humanos, para mejor someter a nuestros países.
Los mandan a matar y después los aprietan porque matan.
Ahora van a institucionalizar los derechos humanos, creando comisiones dirigidas por ellos, para regular las denuncias como mejor les convenga”.

El documento considera que “hay que ser más humildes”, resistir junto con el pueblo a la dictadura y cierra con una advertencia sobre la tortura: “nos parece grave afirmar que las delaciones se producen por debilidades ideológicas y cerrar ahí el tema”, lo cual solo revela una concepción omnipotente.

(Hoy no sostendría esa caracterización sobre los Derechos Humanos, que fueron un instrumento fundamental en la resistencia a la dictadura y que le dieron un sentido nuevo a la democracia posdictatorial y a su propia forma de verla.
Pero ni siquiera creo que aquel escrito de hace cuatro décadas sea antagónico con mi participación posterior en el movimiento de Derechos Humanos, que resignificó con su práctica aquel objetivo inicial del imperialismo, sirviéndose de su fuerza para desestabilizarlo.
La gran figura que entendió antes que nadie esa posibilidad y que trabajó para realizarla fue Emilio Fermín Mignone).

La diferencia de criterio con la línea militarista que seguíamos, en detrimento de la acción política, figura como causa del cambio de encuadre que me propusieron, de miembro de la organización a militante en el frente de masas.
Me lo comunicaron con una expresión más exacta que las de Reato: “Por falta de confianza en la conducción”.

El tema de la violencia

En entrevistas posteriores algunos periodistas con aviesas intenciones y otros, más jóvenes, con sana curiosidad plantearon el tema de la violencia.
Mi respuesta fue que antes de hablar de situaciones personales, es imprescindible ubicar procesos históricos colectivos.
La violencia fue parte de la acción política argentina desde que yo nací hasta que terminó la dictadura, cuando ya tenía 41 años.
En 1955, por azar, sobreviví al bombardeo de Plaza de Mayo.
Iba al colegio a tres cuadras, entraba al turno de la tarde a la una del mediodía y salí de la boca del subterráneo que daba a la Plaza a las 12 y media, cuando comenzaban a caer las bombas.
No entendía qué pasaba y caminé hacia la Plaza.
Me salvó un transeúnte que me hizo correr por la Diagonal hacia el Obelisco.

De ahí en adelante, esa fue la marca central en la vida política del país hasta el gobierno de Isabel Perón, López Rega, la triple A.
No había un solo grupo político argentino que no usara la violencia. Incluso, antes.
El atentado en la Plaza de Mayo de 1953, realizado por el Ingeniero Roque Carranza, luego Ministro de Alfonsín, es otro ejemplo.

No se concebía la política en la Argentina sin determinados grados de violencia.
A una marcha se iba con palos, con cadenas, con bolitas para que patinaran los caballos de la policía, con pañuelos mojados y limones para contrarrestar los gases lacrimógenos, con bombas molotov, con armas de puño.

La proscripción del peronismo, los fusilamientos, los secuestros, las torturas, van formando la conciencia colectiva.
La resistencia peronista es profundamente violenta antes de que surgiera la guerrilla y antes de la revolución cubana, como describen Pino Solanas y Octavio Getino en La hora de los hornos.
Recuerdo todavía las imágenes del incendio en 1960 de los depósitos de Shell en Córdoba, que ardieron durante varios días, cuando gobernaba Arturo Frondizi en la Nación y Arturo Zanichelli en la provincia y las denuncias cruzadas contra sindicalistas y servicios militares de inteligencia, que no permitieron saber quién lo había hecho.
Todo eso explica Ezeiza y prefigura lo que vendrá después.

El ministro de gobierno de Zanichelli era el abogado católico Miguel Hugo Vaca Narvaja, padre de doce hijos, que en 1962 fue el último ministro del Interior de Frondizi antes de que lo derrocaran.
Vaca Narvaja fue secuestrado en su hogar dos semanas antes del golpe del 24 de marzo de 1976.
Lo decapitaron al estilo del Estado Islámico y conservaron su cabeza en formol como trofeo.
Su hijo homónimo, defensor de presos políticos, fue detenido en 1975 y asesinado en agosto del año siguiente en un falso intento de fuga durante un traslado.

Esa era la moneda corriente de la vida política argentina.
Tal historia de violencia de décadas abarca a todos los sectores.
Nadie que haya participado en la política de esos años puede excluirse.
Eso es lo que vivimos.

Cuando termina la dictadura y se traza el balance del terrible daño que hizo, comienza un proceso de aprendizaje democrático por parte de toda la sociedad.
Yo aprendí también en ese proceso.
Y desde entonces no hay nadie que plantee la violencia como modo de construcción política.
A un costo altísimo, esto ha sido socialmente desterrado.

(1) http://tallerlaotra.blogspot.com/2008/10/operacin-ceferino.html

(2) Uno de sus párrafos aparece como cita de Walsh en la nota “Los verdaderos cómplices de la dictadura” (Infobae, 17/03/2013).

(3) El diálogo completo puede verse aquí: https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-216542-2013-03-25.html

(4) “Escuadrones de la muerte. La Escuela Francesa”

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