domingo, 21 de septiembre de 2025

SE ACABÓ LO QUE SE DABA, de Ricardo Aronskind - 21/9/2025

Despilfarro de dólares (prestados) para fingir estabilidad hasta las elecciones


Lo que estamos viviendo en estos últimos días no es un escenario nuevo sino repetido.
Ya vivimos el final de los otros experimentos neoliberales que también desembocaron en crisis cambiarias, bancarias y financieras, y que terminaron impactando fuertemente en la producción nacional, el empleo y el nivel de vida de las mayorías.

El desarrollo de la escena pública es hoy el mismo que en las otras oportunidades. Empezó en 2024 con un paseo triunfal de los nuevos líderes y sus ministros de economía, que se las sabían todas, que comprendían de verdad cómo se maneja la economía, y que ¡por fin! iban a meter a la Argentina en el verdadero sendero de la prosperidad capitalista.

Luego se empiezan a demorar los resultados positivos esperados, mientras los tiburones de la economía se abalanzan sobre todas las áreas de negocios disponibles, sin ninguna preocupación por el cuadro macroeconómico general.

Más tarde empiezan a observarse dificultades en diversas áreas productivas, indicadores sociales en deterioro y el comercio exterior en rojo.
Pero todo eso puede ocultarse, porque para su negación se cuenta con un formidable aparato comunicacional, la enorme simpatía del mundo de los negocios, y también con la “pobre inocencia de la gente”, citando a León Gieco.

Y finalmente se precipita la crisis en serio, imparable, objetiva, que por lo general es desatada por los actores más favorecidos de los esquemas neoliberales y los que más rápido pueden mover sus activos: los financistas, que deciden retirarse oportunamente de la plaza argentina, que ya ha sido debidamente explotada y endeudada.

Ese último tramo es tan vertiginoso que muchísimos actores (tanto pobres como ricos, tanto analfabetos como “doctores en finanzas”) son sorprendidos y terminan sin entender qué ha pasado.

De hecho, es lo que le ocurre reiteradamente a las masas argentinas, que vivieron la quiebra bancaria de 1980, la hiperinflación de 1989, el derrumbe de la convertibilidad en 2001-2002 o el descalabro macrista de 2018, sin entender nada de lo que había pasado.
La explicación general se la suministra la propia derecha autora serial de los descalabros económicos: “Es que es un país de mierda”.

Del principio de revelación, a principio de centrifugación

La velocidad del proceso político-económico argentino transforma en obsoletas las grandes noticias de ayer.
Cuando estábamos analizando el impacto de las coimas descubiertas sobre la cúpula gubernamental, el sorprendente resultado de las elecciones en la provincia de Buenos Aires nos suministró material cuyo análisis detallado requeriría semanas.
No las tuvimos porque la parálisis gubernamental llevó a nuevas interpretaciones sobre la forma en que se resolvería la crisis, y dio origen a diversos rumores, provenientes de la cúpula de poder en la sociedad, sobre eventuales escenarios de recambio parcial o total del gobierno.
Entre tanto, se sucedieron votaciones parlamentarias sorprendentemente positivas en materia de defensa de cuestiones sociales elementales.
Hubo movilizaciones masivas cuyo sentido no terminamos de evaluar, porque la centrifugadora financiera se activó a máxima potencia.

En los últimos tres días de esta semana, el Banco Central vendió 1.110 millones de dólares para evitar que la cotización del dólar superara la banda cambiaria y eventualmente se disparara, con el peligro de arrastrar consigo a los precios, a cinco semanas de las cruciales elecciones de octubre.

En Estados Unidos, las influyentes compañías de servicios financieros Barclay's, Morgan Stanley y J.P. Morgan se refirieron muy críticamente a la situación en la Argentina, desaconsejando las inversiones financieras en la plaza local.

Arrojar más de 1.000 millones de dólares a las fauces de una demanda en plena expansión equivale a despilfarrar fondos valiosísimos (prestados) para sostener una situación ficcional, cuya función es engañar al público fingiendo estabilidad antes de las elecciones.
Las autoridades económicas dilapidan el futuro de (¿todos?) los argentinos vendiendo lastimosamente una enorme cantidad de dólares prestados, que vamos a tener que devolverle a la “comunidad financiera internacional” durante mucho tiempo.

En el apuro por contener la situación, el gobierno implementó un “cepo” temporario para directivos de entidades financieras y sus familiares, para evitar que compren masivamente dólares.
Todos se conocen en ese ambiente.

El derrumbe económico es inocultable.
La caída del mercado de valores de Buenos Aires respecto a los registros de comienzos de año completó esta semana un 37%.
La acción de YPF, empresa que tiene futuro dado el tipo de actividad en la que se especializa, mostró esta semana, comparada con el comienzo del año, un nivel 45% inferior.
Lo mismo le ha ocurrido a numerosas empresas privadas en casi todos los rubros, que están viendo cómo sus patrimonios en dólares se evaporan a pasmosa velocidad.
Los líderes empresariales locales no han perdido oportunidad de apoyar ideológicamente modelos que los ponen al borde de la desaparición o de la absorción por grandes capitales externos.

La situación es de una explosividad inusitada: si el gobierno cumple con su promesa de vender todos los dólares que hagan falta en el segmento oficial mayorista, a 1.475 pesos, con la velocidad que empezaron a irse esta semana, amaga que el riesgo país –que ya superó los 1.400 puntos– siga subiendo, porque se evaporan los dólares para afrontar los compromisos externos.
Ese nivel (1.400) ya implica un país sin crédito externo accesible.
Es la reacción de los mercados financieros cuando visualizan que la Argentina no tendrá con qué cubrir los vencimientos de 8.000 millones de dólares que hay hasta el mes de enero.
La sombra del default sobrevuela al gobierno de los genios de la economía.

Si, en cambio, el gobierno no defendiera el valor de 1.475 para preservar las reservas, inmediatamente surgiría un dólar mucho más alto, que sería transformado en el valor “verdadero” de referencia para la fijación de precios por parte de las empresas productivas y para el campo.
El impacto inflacionario sería ostensible y se derrumbaría el único “mérito” de haber bajado la inflación.

Hablando de reservas, el gobierno computa 22.000 millones de dólares para afrontar la actual corrida, pero en el mercado estiman que no hay más de 6.000 disponibles.
Por las dudas, Milei viaja a Estados Unidos para obtener más fondos para seguir quemando en la hoguera especulativa.

Los depósitos en pesos en el sistema bancario ascienden aproximadamente al equivalente a 30.000 millones de dólares.
Es mejor para la salud del sistema bancario y del gobierno que los ahorristas no se contagien de la fiebre compradora, porque no habría con qué satisfacerla.

Caputo ha dicho que “hay dólares para todos”, pero los todos, como estamos viendo, son muchos.
No están solamente los acreedores externos en la cola, o la demanda interna por múltiples razones.
A las firmas multinacionales que operan en la Argentina el gobierno les prometió que desde el 1º de enero podrán dolarizar sus ganancias en el país y enviarlas al exterior.
Se estima un monto aproximado a los 8.000 millones de dólares que pretenderán comprar las firmas extranjeras.

Se derrumba por su propio peso esta tontería instalada por la derecha económica de que la administración racional de divisas (a la que llaman “cepo”) equivale a un antojo arbitrario para restringir la libertad económica.

Mentime y llamame Presupuesto


En un mensaje brevísimo, políticamente calculado, Milei presentó el invento de Presupuesto Nacional para 2026.

Es imposible reseñar todos los aspectos que tuvo el mensaje, y más aún los temas relevantes que ocultó. Uno de las cuestiones claves que no mencionó, porque sólo se centró en la obsesión por el equilibrio fiscal, es que se busca crear las condiciones legales para que el gobierno proceda a renegociar próximamente la enorme deuda externa, aceptando peores condiciones que las vigentes actualmente.

También se busca modificar leyes que apuntaban a ir mejorando tendencialmente el financiamiento de la educación pública y la investigación y desarrollo tecnológico, para abandonar esas metas.

De más está decir que todos los números incluidos son completamente irreales, porque se basan en supuestos ficticios sobre inflación, cotización del dólar, y montos de las partidas destinadas a distintas funciones.
Además, luego de presentado el Presupuesto Nacional, fue creado el Ministerio del Interior, que no fue considerado en las cuentas de la Ley de Leyes.
Eso implicará disponer de nuevos fondos para que esa dependencia pública pueda funcionar, que aún no fueron incluidos en los gastos de 2026.

En el mensaje, Milei intentó mostrarse moderado, aunque no pudo reprimir el delirio de considerar que en 30 años seremos primera potencia mundial.
Prometió mejoras ínfimas a sectores a los cuales les recortó sus ingresos en un 30 o 40% desde el comienzo de su gobierno, y se mostró dispuesto al diálogo para que los demás acuerden con sus metas.

El equilibrio fiscal que proclama hasta el hartazgo es al mismo tiempo un arma redistributiva, de los pobres hacia los ricos, y de achicamiento adicional del Estado, en la medida que los ingresos no alcancen a cubrir los gastos.
En ese sentido, continúa con la infatigable tarea de hacerle creer a la sociedad que no hay recursos, aunque algunos sectores (alimentación, prepagas, energéticas) concentren ingresos y ganancias históricas, gracias a las transferencias de ingresos que fuerza el gobierno con la excusa del equilibrio fiscal. Pero todo peso debe ahorrarse para pagar deuda externa e interna.

Días de coincidencias inesperadas

Cristina Fernández de Kirchner señaló en estos días elogiosamente un discurso dado en el Congreso Nacional por Nicolás Massot, quien no ha sido precisamente un amigo o aliado del kirchnerismo.
Se debió a que Massot, abordando temas de política exterior, criticó duramente el alineamiento argentino en la reciente votación en las Naciones Unidos, en relación a la situación catastrófica en la Franja de Gaza y en general a la paz en Medio Oriente.
Claro, el extremismo de Milei, su alineamiento impúdico con Trump y con Netanyahu, lo han llevado a adoptar posiciones completamente ajenas a un amplio espectro político nacional.
El empecinamiento reaccionario de Milei hizo que Massot y Cristina Kirchner puedan coincidir en lineamientos básicamente sensatos de la política exterior argentina.

En lo personal, nunca esperé coincidir con Jorge Fernández Díaz, furiosa pluma antikirchnerista de hace muchos años en la “tribuna de doctrina” del gran capital.
El día 14 de septiembre, en el marco de la declinación del entusiasmo por el mileísmo, La Nación publicó un artículo de su firma con el título “¿La culpa es del León o de quienes le dieron de comer?”

Dado que esa ha sido la postura invariable de esta columna, en la que hemos enfatizado la enorme responsabilidad que le corresponde al alto empresariado argentino en la entronización de un personaje y una política pública extremistas, abordé interesado la lectura del texto.

Entre otros párrafos, escribió Fernández Díaz: “(Milei) Mintió, eso sí, en un asunto esencial: la motosierra era originalmente para los privilegiados y no para los jubilados, los discapacitados, los médicos, los obreros, los albañiles, las empleadas domésticas, los menos favorecidos de la Argentina”.
Aparece ya un reconocimiento del carácter de clase de la política mileísta, violentamente antipopular.
Y un develamiento (que para los lectores del Cohete no es una novedad) de la patraña argumentativa referida a “la casta”.

Sigue la nota: “La ortodoxia, que con coraje ha criticado técnicamente al equipo libertario, pocas veces alertó a su vez sobre lo que significaba impulsar un modelo donde la producción era una palabra ‘socialista’ y el cuidado del consumo y del empleo, una superstición anacrónica.
Esta ‘nueva derecha’ confirmó así un viejo prejuicio con el que la izquierda hizo siempre miga provechosa: su presunto egoísmo congénito, su ceguera social”.

Como Fernández Díaz seguramente comprende, no es un “viejo prejuicio” de la izquierda, sino una realidad reiteradamente confirmada: la derecha local, la realmente existente, ha apoyado con entusiasmo el lumpenaje, la destrucción del Estado, las políticas de transferencia de riqueza hacia arriba, el saqueo financiero y la irresponsabilidad general en el manejo de la cosa pública de este gobierno.
La ortodoxia pareció ofenderse más por las formas y “los destratos personales” que por el contenido timbero y rentista de las políticas públicas mileístas.

Con muy buen tino se pregunta lo que nosotros les preguntamos a su vez a los votantes pobres de Milei: “¿Qué deberían hacer todos los damnificados: esperar diez años las grandes inversiones y mientras tanto votar al verdugo con alegría?”

“Hoy sus votantes más calificados le piden a ese mismo outsider desaprensivo y extravagante que gestione con veteranía y buen tino el Estado (al que vino a destruir) y se interese por la política (cuando les encantaba oír que le aburría).
Contrataron a un líder de la antipolítica y se asombran de que pierda elecciones en cadena y no logre consolidar una gobernabilidad parlamentaria”.
Aquí probablemente Fernández Díaz se refiera como “votantes calificados” a la gente de clase media alta que provino del PRO y votó a Milei como mal menor, frente a la “amenaza K”. (Que en realidad era ¡Massa!)
La palabra “contratar”, sin embargo, parece hacer referencia a los empresarios que lo financiaron, promovieron y entronizaron en la escena política.
Sí, fueron ellos los creadores de Milei.
Fueron ellos los que le dieron de comer al león.

“También alude el decálogo (F. Díaz se refiere a una serie de expresiones publicadas en X por Santiago Caputo) a un principio delirante que un sector del círculo rojo aplaudió y que habría estremecido a Sarmiento y a Alberdi: ‘El Estado no debe ser gestionado, sino desmantelado’”.

Aquí Fernández Díaz posa de ingenuo, ya que parece albergar la peregrina esperanza de que integrantes del “círculo rojo” tengan alguna mínima preocupación republicana por el destino del país.
Ya han demostrado reiteradamente, en las últimas décadas, que no la tienen. Los insistentes aplausos cerrados en diversos foros empresariales en estos larguísimos meses a quien destruye la salud pública, la educación, la cultura, la ciencia y la tecnología, los avances productivos nacionales y las áreas estratégicas del Estado, son la expresión contundente de ese desinterés de la elite por el destino del país y de sus compatriotas.

Advertencia

Ya se empieza a escuchar el retorcido argumento de la derecha hegemónica, que dice que el derrumbe del esquema de timba financiera mileísta tiene que ver con que “los mercados” y “los inversores” le tienen miedo a la vuelta de las “políticas populistas”.

Es tan fantasiosa esa apuesta interpretativa, tan alejada de la realidad económica, que su pregnancia sólo puede ser explicada en el terreno comunicacional y cultural, tan desatendido por los espacios populares.

Si se deja que estas falsedades prosperen, van a terminar siendo responsables del actual desastre precisamente aquellos que combatieron estas políticas económicas aberrantes desde el primer día, denunciando su carácter anti productivo, antipopular y antinacional.

Nuestra clase dominante es tan pobre de ideas y de proyecto, que sólo es capaz de acudir a la infantilización de la sociedad para que los cucos que ellos proponen sean creíbles y que la responsabilidad política de los poderes fácticos permanezca en las sombras.

La gran misión de la política popular es que esta vez se entienda mucho más que en las ocasiones anteriores lo que pasó realmente con los descalabros mileístas. No hace falta dar cursos masivos de macroeconomía o de finanzas.
Esto se puede entender perfectamente desde las nociones políticas más elementales.
Si es que se quiere politizar en serio a la sociedad y ofrecerle una explicación alternativa.

Es imprescindible que la mayoría entienda qué es lo que está pasando y lo que va a pasar de aquí en adelante en las próximas semanas antes de las elecciones, y en los próximos meses.

No sólo para identificar con precisión a los verdaderos causantes del desastre, que son los políticos del régimen (que no se limitan a los esperpentos de La Libertad Avanza y los acólitos de Macri) y sus mandantes del capital concentrado, sino en defensa propia: ¡basta de que los timberos y aventureros le echen la culpa de sus desaguisados a quienes nunca han tenido más que el 25% del poder!

“Lo peor ya pasó” es una frase que seguiremos escuchando, proveniente de los Presidentes de gobiernos calamitosos de la derecha, a menos que las grandes mayorías le saquen la ficha definitivamente a los poderes que nos conducen –reiteradamente– a estos derrumbes.

POMPAS DE JABÓN, de Horacio Verbitzky - 21/9/2025

Cada semana el gobierno bate un nuevo récord de derrotas parlamentarias, ya con 2/3 en contra, lo cual le impide gobernar con decretos y vetos y agrava su crisis interna.
Tampoco tiene buenas noticias de los tribunales, donde Fernando Cerimedo confirmó que Milei había sido informado de las coimas con drogas para discapacitados.
Su única esperanza está puesta en las elecciones generales del mes próximo, pero apenas como expresión de deseos.
No hay una sola consultora que haya dejado de registrar la fuerte caída en los índices de aprobación de su gobierno, el cuestionamiento a su política económica, el malestar por sus modos provocativos e insultantes y la corrupción, personificada en la Zarina.
Tanto en Washington cuanto en Buenos Aires, lo que se discute es qué debería ocurrir después de las elecciones.
Para el FMI, la Argentina no podrá eludir una devaluación que se estima en el 40% y superar el mayor ajuste fiscal de la historia, como dice el chistoso involuntario de Olivos.
Pero el ex presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, estima que debería ser con un dólar a 3.000 y ya mismo.
Si el termómetro son los mercados, en tres jornadas el Banco Central debió vender 1.100 millones de dólares y está gestionando un nuevo salvataje, esta vez del gobierno de Estados Unidos, porque de otro modo no podrá afrontar ni sus compromisos más próximos.
Pasado mañana, Milei podría hacerle el pedido directamente a Trump, con quien se verá en Nueva York.
En el gobierno se analiza la posibilidad de ofrecerle la presidencia provisional del Senado y algunos ministerios a los gobernadores simpáticos.
Pero cinco semanas son una eternidad.

La estupefacción

La magnitud del resultado de las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre dejó estupefacto al gobierno, tal como ocurrió en las primarias de 2019 con el de Maurizio Macrì.
La provincia de Buenos Aires es un baluarte peronista sin parangón.
Pero un estudio cuidadoso de los resultados indica que no creció el peronismo, sino que se desinfló el antiperonismo, por razones que no se limitan a esa geografía.
Por ejemplo, la caída del gobierno nacional en las secciones de fuerte incidencia agropecuaria, obedecen a motivaciones que se repiten en distintos lugares del país, como Córdoba y Santa Fe.
Para entender estos resultados es imprescindible tomar en cuenta el sorprendente alcance nacional de la victoria de Milei hace dos años, sobre todo en provincias en las que carecía de estructura propia.
Cambió una vez más la dirección del viento político.
Y su intensidad.

Eso se manifiesta en la debilidad parlamentaria y territorial del gobierno.
Es una rara presidencia sin gobernadores ni intendentes y con una minúscula dotación legislativa, que cada semana produce nuevos episodios de su enfermedad autoinmune.
El más reciente fue el griterío entre Cristian Ritondo y Silvia Lospennato en la Cámara de Diputados.
"No voy a elegir entre lo malo y lo peor", dijo ella.
Pocos días antes, Maurizio Macrì le propuso a Milei armar un equipo de trabajo para “terminar con el kirchnerismo”.
Dos de sus integrantes eran Ritondo y Lospennato.

https://www.youtube.com/shorts/xF034-Yu8Ks

Ambos pasaron del peronismo al PRO, donde encarnan tendencias opuestas. Ritondo encabezó la migración que se echó en brazos de los Hermanos Milei, y ella por el contrario fue al tope de la lista de candidatos a la Legislatura porteña que los enfrentó.
En aquel momento parecía que Ritondo sintonizaba mejor el clima social, pero hoy también se evaporó la probabilidad de descontar una diferencia de casi 14 puntos.

Quince minutos de mesura

El mensaje presidencial de admisión de la derrota fue mesurado en su forma. Apenas 15 minutos, en los que reconoció errores, no usó palabrotas y prometió escuchar el mensaje de las urnas.
Pero reiteró que insistiría en la política económica que el voto cuestionó, de modo que en el fondo nada ha cambiado.
Los incrementos anunciados en salud y educación no compensan la pérdida sufrida en los dos ejercicios previos, y el proyecto de presupuesto para 2026 profundiza los recortes en obras y servicios fundamentales.
Incluso compromete la defensa nacional al poner en duda el reequipamiento de las Fuerzas Armadas, donde desde que asumió Milei se fueron 18.000 soldados, suboficiales y cuadros superiores.
El gobierno se jactó de haber adquirido la chatarra voladora de origen estadounidense F-16, descartada por Dinamarca, e inútil para disuadir a los ocupantes británicos de las Malvinas, en vez de los modernos sino-paquistaníes JF-17.
Pero los fondos para pagar esas adquisiciones han sido tachados en el presupuesto.

Además, ese proyecto se basa en números de fantasía, con proyecciones de cotización del dólar ya superadas y una inflación irrisoriamente baja, cuando la mayorista del mes pasado volvió a pasar del 3%, número que persigue a los Hermanos Milei.
En los sectores agropecuarios circuló la versión de que el gobierno le hizo saber a la Mesa de Enlace que los ingresos por retenciones se habían incluido para que cerraran las cuentas, pero que no se cobrarían.
El dólar tocó el número pasmoso de 1.500 y el riesgo país se le aproximó.
Los cálculos mágicos sobre el 17.000% de inflación que habría evitado merced al equilibrio fiscal estallan como pompas de jabón antes de tocar el suelo.
Con su sentido de la realidad intacto, Milei dijo que la baja de la tasa de interés y del riesgo país son "consecuencia natural" de su política económica.

Pero suben, tanto como la grandilocuencia de su discurso.
En un tramo que no obtuvo la atención que merece y que reiteró el viernes en Córdoba, dijo que con su política la Argentina podría "parecerse a países de altos ingresos en 10 años, en 20 años estaríamos entre los países más ricos del mundo y en 30 años estaríamos en el podio de las tres potencias mundiales".
En términos actuales, esto implicaría colocar al país por delante de la India, Brasil, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Italia y Rusia.
Ni sonrisas arranca, en un Presidente que se atrevió a poner como modelo al Paraguay.
Analizar las incongruencias del proyecto de ley ocuparía toda esta edición, pero no vale la pena.

El gobierno no tiene la menor intención de cumplir sus metas, aunque ha comenzado a temer que la oposición pueda imponerle un texto distinto.
No hay forma de que sus garabatos infantiles sean coloreados por senadores y diputados de la vasta coalición que viene gritando su hartazgo ante las imposiciones autoritarias y las mentiras de un charlatán de feria, como se decía antes de que se inventaran los panelistas.
Por si alguien no lo tiene presente, en septiembre de 2025 sigue en vigencia el presupuesto de 2023, porque el gobierno prefirió manejarse mediante delegaciones autorizadas por el Congreso en leyes, decretos y decisiones administrativas.
Pero el motoquero calvo ya no puede manejar a piacere la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados.

Las reuniones de gabinete, la conformación de mesas política, económica e institucional, la designación de un nuevo/viejo Ministro del Interior, los encuentros del jefe de gabinete con gobernadores y las transferencias a varias provincias de aportes del Tesoro Nacional, no han conseguido salvar los vetos del Poder Ejecutivo a la emergencia pediátrica, el presupuesto de las universidades nacionales y las transferencias automáticas a las provincias.
Y todavía faltan las elecciones generales y la asunción del nuevo responsable de Subamérica en el Fondo Monetario Internacional, un inglés que lleva dos décadas rumiando rencor contra la Argentina.
No es la única novedad en el FMI: tras las huellas de Gita Gopinath también renunció Ceyla Pazarbasioglu, directora del Departamento de Estrategia, Política y Revisión.
En abril de este año, cuando se discutió la ampliación del crédito a la Argentina, Pazarbasioglu se excusó de firmarlo por su escepticismo sobre la "capacidad de repago" del país. Igual que su colega argentino, Donald Trump también enfrenta una declinación pronunciada de sus índices favorables.
Pero no tiene elecciones el mes próximo, sino a fines del año que viene.
Al mismo tiempo, la Universidad Torcuato Di Tella publicó que la probabilidad de que la Argentina entre en una abierta recesión era del 98,61% en la semana previa a la paliza electoral.
Ni un humorista diría que ahora es del 110%.

Disfraces

El jueves, mientras se reunía el Senado para asestarle otro cachetazo, afloró el verdadero Milei, quien inició el día con un post según el cual "en el Partido del Estado tenés a los kukas y a los antikukas que votan igual que los kukas pero disfrazados de republicanos.
Votar a cualquiera de las versiones del Partido del Estado es votar que tus hijos se vayan para Ezeiza".
Más urgido, porque la primera cabeza a rodar es la suya, el Ministro de Economía Luis Caputo dijo que el Congreso busca "romper el equilibrio fiscal", con el objeto de "voltear al Presidente que salvó al país de caer en la peor crisis de su historia".

Basta una recorrida por las señales de noticias por cable para entender que ésa es la línea discursiva que eligió el gobierno, y que sus guacamayos repiten sin matices.
Por supuesto la gran culpable es Cristina, cuya figura agrandan sin culpa ni temor.
Lo constata entre otras cosas la enorme movilización de ayer hacia su domicilio, al cumplirse 100 días de su proscripción y condena.
También se difundió el primer spot de campaña de Jorge Taiana.
Como corresponde a un hombre de consenso, el texto del ex ministro invita a reunir fuerzas para frenar a Milei, mientras la imagen muestra a Sergio Massa, Juan Grabois, Axel Kicillof y CFK.
La perspectiva es favorable. La contracara de la paralización del gobierno es el entusiasmo de la oposición, que incluso se manifiesta en giros conceptuales apreciables.
Kicillof, que en 2022 reclamó a la oposición que aprobara el acuerdo con el FMI, acaba de decirle a la agencia rusa RT que el Fondo prohíbe defender la producción y el trabajo nacionales y que hay que enfrentarlo.

https://www.youtube.com/watch?v=iigqButo79U

Una columnista que duerme con un ministro del Poder Ejecutivo anuncia cada noche en La Nación +, "me dijeron…", "escuché…", "según pude saber…" y otras fórmulas alternativas que trae por escrito.
Pero su perfecto desconocimiento de los mecanismos institucionales y los alineamientos políticos la lleva a conclusiones apresuradas.

Esta semana, un guacamayo que intervino en el montaje de los Cuadernos Fénix corrigió el entusiasmo de su colega por la posición que asumiría ante los vetos presidenciales el peronismo no kirchnerista.
Con una encantadora expresión de cansancio, replicó con un pronunciamiento categórico: "Hace veinte años que estoy buscando un peronista no kirchnerista y hasta ahora no lo pude encontrar. Son todos obedientes".
Ayer, también el futurismo de Kicillof invitó a participar en la manifestación vespertina en San José 1111.
Sería excesivo calificar esa actitud de obediente, porque además nadie lo obligó a esa decisión.
Sólo está en juego la naturaleza de las cosas.

Autoridad moral

En otra señal, dos columnistas abochornados sentenciaban que el kirchnerismo carece de autoridad moral para cuestionar los vetos rechazados en el Congreso. Para demostrarlo, eligieron leer a dúo una lista interminable de presuntos delitos cometidos por miembros de aquel gobierno.
Lo más notable es que les paga el oficialismo, no la oposición a la que exaltan con sus gestos y palabras.
El Presidente acudió a la misma técnica en la reunión de gabinete, donde habría dicho "estos chorros kirchneristas hablan del 3% y ellos se robaban el 30%".

A casi dos meses de la difusión de los audios de Diego Spagnuolo, el Presidente no lo denunció ante la Justicia como había prometido.
Tampoco lo hizo con su criptoasesor Hayden Davis.
Recién el viernes por la noche en el lanzamiento de su campaña electoral en Córdoba acudió a la inverosímil acusación de que los audios fueron elaborados con Inteligencia Artificial, de lo que responsabilizó a Jorge Rial ("un chimentero barato").
Ayer siguió su raid.
En una entrevista dijo que si Spagnuolo le hubiera dicho esas cosas, "le volaba la cabeza", y que sería tonto quedarse con el 3% cuando podría quedarse con el 100% (sic).
Con su clásico sentido de la oportunidad lo hizo cuando el levantamiento del secreto del sumario que instruye el fiscal Franco Picardi, por delegación del juez Sebastián Casanello, permitió confirmar que Spagnuolo le había contado las mismas cosas a otros compañeros de militancia y partidarios de Milei.
Fernando Cerimedo reiteró lo que había dicho en un par de entrevistas, lo cual priva de relevancia al origen de los audios:
Diego Spagnuolo le contó "en cuotas" de “corrupción” y “coimas” en Agencia Nacional de Discapacidad, que dirigía por designación de Milei.
La fuente fue una droguería que identificó a su competidora, la droguería Suizo-Argentina, como recolector de esos aportes ilegales.
Spagnuolo le dijo que lo habitual desde el gobierno de Maurizio Macrì era una coima del 5% sobre lo facturado, pero que subió al 8%.
Ese 3% de diferencia iba directo a la Casa Rosada.
El control de esa operación estaba a cargo de Eduardo Lule Menem.
El monto se acercaba a un millón de dólares mensuales.
Spagnuolo se quejaba porque su remuneración era muy baja y no podía quedarse con nada de aquel esquema, para el cual debía poner su firma.
También le contó que había puesto esos hechos en conocimiento de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, y del Presidente Javier Milei, quien se indignó.

El testimonio de Cerimedo tiene gran valor, por su amistad previa con Spagnuolo y con Milei, y porque su esposa, la ingeniera química Natalia Basil, era en aquel momento Directora Nacional de Apoyos y Asignaciones Económicas de la ANDIS.


Cerimedo en campaña con Milei. Altri tempi.

Todos contra todos

Que alguien tan próximo al Poder Ejecutivo lo fulmine bajo juramento, indica que la tensión interna se ha puesto incandescente.
Uno de los bandos responde a la Zarina, e incluye a Sebastián Pareja y a los primos Martín y Lule Menem.
El otro, al consultor sin cargo Santiago Caputo, quien maneja un enjambre de expertos en redes antisociales y a sectores de inteligencia, oficial y clandestina.
La discrepancia se puso en evidencia durante la organización de La Libertad Avanza como partido nacional y la designación de las candidaturas para las distintas elecciones provinciales y nacional.

Aparte de las cuestiones personales hubo otras tácticas y estratégicas.
Caputo quería incluir en las listas a algunas figuras de sus fuerzas celestiales, como el médico santiagueño Daniel Parisini, y celebrar acuerdos en cada provincia con gobernadores e intendentes afines.
La Zarina vetó a los tuiteros, que habían elegido una iconografía con reminiscencia de los fasci di combattimento del siglo pasado en Italia, pero tampoco aceptó las negociaciones territoriales.
De ese modo, los libertarios armaron sus listas con leales desconocidos, que obtuvieron exiguos resultados en San Luis, Jujuy, Salta, Santa Fe, Misiones y Corrientes.
La única excepción fue Chaco, donde aceptaron ser socios minoritarios del radical Leandro Zdero.
El punto de inflexión fue la provincia de Buenos Aires.
Su padrón ronda el 40% del nacional y las secciones norte y sur del Conurbano, el 70% del total provincial, por lo cual su carácter de advertencia con proyección nacional es inocultable.

Con la Zarina a su lado, Milei desdeñó en Córdoba a El Gordo Dan, como si sólo fuera uno de sus millones de seguidores, de cuyas afirmaciones no es responsable.
También pidió las disculpas que el senador Luis Juez había exigido por los agravios de aquel influencer a su hija con parálisis cerebral.
Su discurso fue tan agresivo como de costumbre, maltrató al ex gobernador Schiaretti, quien le contestó que mentía con los números.
En el regreso de su lenguaje escatológico, gritó que los opositores (a quienes volvió a indiferenciar) lo atacaban porque "están cagados".
Consultado sobre ese discurso, Jaime Durán Barba dijo que Milei estaba escupiendo al cielo y le caía en la cara, una metáfora a tono con el personaje.
El principal responsable de la campaña triunfal de Macrì hace una década dijo que es "un discurso pensado en los otros políticos, a los que insulta y denigra, pero la gente común esta impactada por otras cosas.
En la Argentina hay un porcentaje muy importante que rechaza todo, alrededor del 60%.
La gente se cansó de todo. No es muy racional pero es así.
Y esa gente también votó a Milei".
Agregó que ganó en 2023 porque "transmitió sentimientos.
Se conmovía, lloraba y decía que había dejado de comer para darle comida a Conan.
Esas son las formas de la política moderna.
Pero hay una equivocación enorme en la sociedad argentina: creer que la política depende de la economía.
No son variables con una relación de causalidad”.
Añadió que "las elecciones se ganan con imágenes, y las de ahora son desastrosas. Hay un tipo gritando como loco. Él ganaba votos cuando se emocionaba por los perros y su vida. Era disruptivo y alegre”.
Durán Barba recalcó que el “98% de los argentinos cree que todos los políticos son corruptos, incluidos Milei y su hermana. […]
Por eso, al hablar así, el Presidente no se da cuenta de que está escupiendo al cielo y le está cayendo en la cara.
Si das un discurso contra la corrupción, la gente enseguida va a preguntarse por su hermanita.
Mi impresión es que desde el lado de Milei tienen ideas demasiado dogmáticas, se creen iluminados por Dios".

Lamelas o Salemal

En la recta final hacia los comicios nacionales, el Senado estadounidense confirmó la designación como embajador del empresario médico cubano Peter Lamelas, quien contribuyó con medio millón de dólares a la campaña presidencial de Trump. Según el documento oficial, distribuido por la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos el 22 de julio, Lamelas no dijo en su audiencia de confirmación nada que no se venga escuchando desde hace ocho años:
Ambos países comparten estrechos vínculos económicos, políticos y culturales.
La Argentina es un socio clave en el Hemisferio Occidental, vital para la estabilidad regional.
Priorizaré el enfoque de Estados Unidos Primero y trabajaré para alinear nuestros intereses con los de la Argentina.
Trabajaré para crear oportunidades para las empresas estadounidenses.
La cooperación en temas de seguridad, la lucha contra la corrupción y un clima favorable para nuestras empresas y sus inversiones, son cruciales.
Enfrentaré con firmeza la influencia maligna de potencias adversarias en la región, incluyendo regímenes autoritarios como los de Cuba, Venezuela, Nicaragua, China, Irán, y otros que busquen socavar la estabilidad, seguridad y libertad en la región.
Los recursos argentinos, como energía y minerales críticos, pueden beneficiar a ambas naciones.
Estados Unidos quiere que la Argentina sea su socio privilegiado cuando vuelva a abrirse a los mercados internacionales.
Reducir barreras comerciales y asegurar la transparencia del mercado está en nuestro interés estratégico.
Lo mismo para reforzar la seguridad, fortalecer la cooperación en ese rubro y compartir información para combatir el narcotráfico y el delito transnacional.

Las novedades estuvieron en el tramo de las preguntas y respuestas.
Según recordó el propio Lamelas en un caluroso agradecimiento, Ted Cruz fue el primero que reclamó sanciones de su país contra CFK, acusándola de corrupción. El secretario de Estado de Joe Biden, Antony Blinken, no hizo nada al respecto, pero su sucesor, Marco Rubio, firmó la prohibición de ingreso al país, extensiva a los hijos de la ex Presidenta, dijo.
Lamelas agregó que la prisión domiciliaria se debe a un favoritismo político y que trabajaría para que reciba el castigo que merece.
Se comprometió a apoyar a Milei en las elecciones de medio término y a lograr su reelección.
Además señaló que el kirchnerismo está a la izquierda del peronismo y que debe ser vigilado.
También atacó el carácter federal de la Constitución argentina, al calificar como un problema que existan 23 gobernadores, habilitados para negociar con China, y anunció que visitaría cada una de las provincias para impedirlo.

Es una lástima que no haya ningún testimonio gráfico de la expresión de los rostros de Lamelas, Ted Cruz y Marco Rubio la noche del 7 de septiembre, porque los resultados de esa jornada electoral dejaron esa ruta en un estado tan dañado como las políticas de Milei a la Administración de Vialidad Nacional.

El Ministro de Economía de Estados Unidos, Scott Bessent, había insinuado que, de ser necesario, antes de las elecciones podría haber un préstamo excepcional del Tesoro al latino diferente, similar al que Clinton puso a disposición de México. Pero esa convicción flaquea desde aquella noche, porque apostar una fortuna a un caballo al que ya se sabe perdedor es un riesgo excesivo.
Las calificadoras de riesgo y los fondos de inversión ya habían aconsejado olvidarse de la Argentina por un tiempo, de modo que el derrumbe de los bonos y acciones emitidos aquí no los tomaron por sorpresa.
No obstante, primero Caputo y después el propio Milei declararon que esa negociación está en curso y que recién se harán los anuncios cuando esté cerrada. La Nación no se privó de destacar que las ventas del viernes ingresaron al top ten de las mayores liquidaciones, desde la corrida del 25 de abril de 2018, de la que Macrì nunca se recuperó.
El Banco Central estaba entonces escapando de las manos de Federico Sturzenegger.

Una seguidilla de economistas afines al Presidente hacen fila para torpedear su política e incluso su persona. Su ex jefe de asesores, Carlos Rodríguez, tituló su análisis: "Los errores se pagan".
Dijo que no se puede manejar un país como una mesa de dinero, la Argentina está entrando en recesión justo en el periodo electoral. Ya está todo arruinado.
Miguel Kiguel le contestó que coincidía 100%, "lo vengo diciendo hace meses y nunca quisieron escuchar".
Su ex íntimo amigo Diego Giacomini opinó que Milei no tiene temple para enfrentar la crisis que desató: "Es un cagón".
El ex viceministro de Caputo, Joaquín Cottani, dijo que el trader que ocupa el ministerio le vendió al gobierno un esquema falso sobre la dolarización que Milei nunca entendió.
El amigo presidencial Juan De Pablo dijo que sólo Dios sabe si los dólares alcanzarán.
Sobre el anuncio de Caputo de que están trabajando para garantizar el pago de los vencimientos, De Pablo lo calificó de insensatez, propia de quien "se tomó un whisky a la mañana".
Agregó que "una cosa es pagar los intereses y otra es pagar los vencimientos.
Pedirnos esfuerzos a los argentinos para que desde nuestro bolsillo paguemos los vencimientos es no pensar".
Poco después, desde Córdoba, Milei reiteró la insensatez.

Chita la payasá

El economista democristiano Carlos Leyba, viceministro de José Gelbard en 1973, sostiene que el chileno José Luis Daza "es quien realmente conduce el ministerio de Economía, como consecuencia de la intervención que, sobre nuestro Tesoro, han impuesto las finanzas privadas de Nueva York".
Desde que asumió la presidencia, Milei anunció que pondría en vigencia la Ley Avellaneda: al precio del hambre y la sed de los argentinos, lo primero que se paga es la deuda externa, y recién después se discute qué hacer con lo que queda.
Pero tanto por razones estructurales como por su descomunal incompetencia, ése es uno de los tantos enunciados que no puede cumplir.
En primer lugar porque el endeudamiento, tanto público como de las empresas privadas, está fuera de escala con el raquítico ingreso de dólares genuinos para hacerles frente.
Pero además porque la reacción social en defensa de bienes públicos, como la salud y la educación, gratuitos y de calidad, es proporcional al daño causado por el gobierno y se multiplica en movilizaciones enormes en todo el país.

El mismo Leyba afirma que "Vaca Muerta, el cobre, el litio y tal vez, algún día, una baja mayor de la tasa de interés en Estados Unidos valorice las materias primas y entonces sufriremos de la enfermedad holandesa y la abundancia de dólares nos producirá otros problemas y otras soluciones. Pero para todo eso falta tiempo".
El presente "no tiene expectativa de quedar atrás y es un tiempo nublado que amenaza tormenta".
En las páginas del Cohete, Horacio Rovelli y otros columnistas sostienen semana tras semana que los grandes actores del capital financiero de Manhattan (BlackRock, Vanguard Group, Fidelity, Pimco, Franklin Templeton, Gramercy, Greylok), que propusieron a Luis Caputo, Santiago Bausili, Vladimir Werning, José Luis Daza y Pablo Quirno, planean apoderarse de los recursos naturales del país cuando ya no puedan pagarles ni siquiera los intereses de lo adeudado.

Hay fuertes indicios de que ese momento está próximo.
Con su lengua larga, Caputo afirma que tiene 22.000 millones de dólares de reservas para afrontar la demanda de dólares, pero esto no lo cree ni su esposa. "Hay dólares para todos", insistió el campeón.
Fuentes internas del Banco Central afirman que el miércoles no se vendieron 53 sino 200 millones, casi el doble el jueves y 678 millones el viernes (a 1.475 pesos). Encabezan la lista los bancos Galicia (211 millones), ICBC (73 millones), BBVA (58 millones) y Santander (53 millones).
En tres ruedas quemó 1.100 millones de dólares.
Esa progresión es insostenible.

De la primavera al verano

Las versiones sobre la salud mental del Presidente se han instalado en el debate político e incluso quienes anteponen la estabilidad institucional, como Leandro Santoro, no saben bien cómo defender a un gobierno al que también ellos consideran terminado.
Hasta ahora, la mejor protección del Presidente ha sido su Vice, Victoria Villarruel, no porque se lo proponga, sino por la conmoción que provocaría su ascenso al sillón de Videla.
Milei la acusó públicamente de traidora y dijo que si el gobierno volara, por las decisiones del Congreso, se quedaría ella "con los kirchneristas".
Pero la aversión de la Vicepresidenta al kirchnerismo es irreversible y muy superior a la de Milei, como cuenta la periodista Emilia Delfino en su biografía La generala. Fue Milei y no ella quien recibió financiamiento peronista para su campaña de 2023, cuando Sergio Tomás Massa pensaba que su adversario era el PRO y veía a Milei como el muleto que le restaría votos.
Esta afirmación es válida el Día de la Primavera de 2025.
Pero no es serio predecir qué ocurrirá cuando comience el verano.

viernes, 19 de septiembre de 2025

CUANDO, de Jorge Fandermole

Cuando te despiertes cada día
con el cuerpo de aire y ese olor
feliz del sueño manso de las lilas,
sin miedo al movimiento ni al dolor.

Cuando yo no tenga casi nada
de sangre en la garganta de papel,
ni un agrio pez nadando en la mirada,
ni quiera más amparo que la piel.

Van a ser los días esos barcos
de luz que una vez pude escribir,
y la alegría que hemos olvidado
volviendo por los huesos a subir.

Yo me alimento con una quimera
en que los ojos al sol verán brillar
los brazos de mi padre en las banderas.
Y una ceniza negra, y una ceniza negra,
y una ceniza negra que se va

Cuando me convenza que la suerte
me rige a la par que la pasión,
y no el temible arcángel de la muerte,
velando sobre el campo del reloj.

Si lo consumado y lo posible
tienen siempre la cara del horror.
En esta patria de lo inaccesible,
en este tiempo olvidado de dios.

Yo digo que mis ávidos amores
son fuertes y viven más que yo.
Son gigantes tenues como flores
que alientan este turbio corazón

Los alimento con una quimera,
en que los ojos al sol verán brillar.
Los brazos de mi padre en las banderas,
y una ceniza negra, y una ceniza negra,
y una ceniza negra que se va.

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