adelántate en el camino.
Déjame atrás, que así me llevarás contigo.
Cuando tú mueras,
esperaré la flor de los naranjos,
y después partiré: te llevaré conmigo.
Cuando muera, ese día
entra desnuda al río,
y escucha la corriente entre tus piernas.
La noche de tu muerte
hacharé un árbol viejo,
donde quepa una tumba.
La muerte nos espera, amada mía,
y ojalá fuese tarde y fuese lejos,
Pero si acaso aguarda detrás de este recodo,
recuerda caminar,
caminar y cantar,
Cantar y recordar,
que de ese modo, el tiempo
se quedará contigo.
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