Lo hace en tono casi socarrón, sin odio.
A diferencia de sus mandantes, empleadores y financistas, no ve en lo que llama "la izquierda" a un enemigo peligroso a exterminar, sino a un hato de tontos insolventes y anticuados.
Sucede que él mismo - a pesar de haber aprendido algo de prosa discursiva y de controversia - no tiene la menor idea de qué cosa es la derecha, sus intereses, su lujuria de poder, su criminalidad contra la mayor parte del género humano.
Ignora que es una pieza descartable, fungible, en la madeja del poder concentrado.
Entonces pasa por aquí, se mete en una discusión ajena y, para defender a un autor mediocre y devaluado, en lugar de enfocar el asunto desde la literatura - tema que desconoce; toda su formación es en marketing y finanzas - lo "politiza" con ese tonito condesciendente.
Así escriben también sus TFGs.
Así escriben también sus TFGs.
Esos que en una universidad pública les serían devueltos para rehacer tras la simple lectura... del enunciado.
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