nada se parece tanto a vos, como tu fueye.
Tu fueye.
Algo más: tu palabra,
tu cuore malandra,
tu sangre, tus ganas de nada,
tus curdas,
y la cheno blanca
y la copa volteada.
En tu jaula canta llorando
el pájaro de la tarde ciego,
y yo, desde el hueso bato que sos
y yo, desde el hueso bato que sos
el Bandoneón Mayor de Buenos Aires.
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