lunes, 28 de mayo de 2012

DEFENSA DE LA ALEGRÍA, de Mario Benedetti


Defender la alegría como una trinchera; defenderla del escándalo y la rutina,
de la miseria y los miserables, de las ausencias transitorias,
y las definitivas.

Defender la alegría como un principio, defenderla del pasmo y las pesadillas,
de los neutrales y de los neutrones, de las dulces infamias,
y los graves diagnósticos .

Defender la alegría como una bandera, defenderla del rayo y la melancolía,
de los ingenuos y de los canallas, de la retórica y los paros cardiacos,
de las endemias y las academias.

Defender la alegría como un destino, defenderla del fuego y de los bomberos,
de los suicidas y los homicidas, de las vacaciones y del agobio,
de la obligación de estar alegres.

Defender la alegría como una certeza, defenderla del óxido y de la roña,
de la famosa pátina del tiempo, del relente y del oportunismo,
de los proxenetas de la risa...

Defender la alegría como un derecho: defenderla de dios y del invierno,
de las mayúsculas y de la muerte, de los apellidos y las lástimas, del azar.

Y también de la alegría...!!! 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

FORMULARIO DE CONTACTO

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

BUSCAR EN ESTE BLOG

SEGUIDORES

EL BREVE ESPACIO EN QUE NO ESTÁS, de Pablo Milanés

Todavía quedan restos de humedad sus olores llenan ya mi soledad en la cama su silueta se dibuja cual promesa de llenar el breve espacio en ...