lunes, 28 de mayo de 2012

PARA LA LIBERTAD, de Miguel Hernández


Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.
Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho.
Dan espuma mis venas, y entro en los hospitales,
y entro en los algodones como en las azucenas.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada.
Y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.
Retoñarán aladas de savia sin otoño, reliquias de mi cuerpo
que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado que retoño:
AÚN TENGO LA VIDA..!!! 

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