martes, 24 de diciembre de 2019

MODELO PARA DESARMAR, de Horacio Verbitzky - 22/12/19

Pieza por pieza, el nuevo gobierno desmonta la maquinaria neoliberal que empobreció y degradó a la Argentina


Antes de que la Cámara de Diputados comenzara a debatir artículos y enmiendas al proyecto de la ley de emergencia, denominada de Solidaridad Social y Reactivación Productiva, grandes fortunas con activos radicados en el exterior encontraban el procedimiento para eludir la duplicación de la alícuota en el impuesto a los bienes personales.
En cuanto se conoció el proyecto de ley, tanto personas físicas como jurídicas con cuentas en el exterior, compraron bonos del Tesoro de los Estados Unidos (TBills) a muy corto plazo.

El Tesoro emite bonos con vencimientos que van de pocos días a 52 semanas. Cuanto más largo es el plazo, mayor es el interés que pagan. 
Los TBills a siete días suelen utilizarse para operaciones entre bancos, por lo cual tienen nula volatitilidad.
Están exentos de impuestos estatales o federales.
Una vez adquiridos, en licitaciones directas del Tesoro o en el mercado secundario, se depositan en cuentas comitentes en la Argentina. Basta mantenerlos hasta el 2 de enero de 2020, para que la Caja de Valores registre su tenencia en la Argentina al 31 de diciembre de este año, con lo cual no se duplica la alícuota a pagar.
A la semana siguiente podrían regresar a su lugar de origen sin consecuencias.
El ingenio de los financistas argentinos es inagotable, pero bastaría un decreto del Poder Ejecutivo o incluso una resolución del Banco Central para desbaratar esta maniobra elusiva, fijando plazos obligatorios de permanencia en el país, como hizo Néstor Kirchner en 2003 para que el vuelo de los fondos golondrina no fuera perturbador.

Con los maestros, no


El artículo 51 de la ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva que el Presidente Alberto Fernández envió a la Cámara de Diputados suspendía durante seis meses la movilidad previsional, mientras una comisión presidencial estudiaba su reformulación.
Ocurre que la fórmula vigente incluye un ajuste del 70% por el Índice de Precios al Consumidor y del 30% por el RIPTE. Con un crecimiento de la inflación que en 2019 se acercará al 60%, su aplicación generalizada superaría los fondos disponibles.
En especial porque al asumir, el gobierno descubrió que el Fondo de Garantía de Sustentabilidad se convirtió durante la gestión previa en una cáscara vacía.

Inicialmente, Alberto Fernández trató de que el dato no trascendiera, pero él mismo terminó por hacerlo público en su encuentro con la Asociación de Grandes Empresarios (AEA): el 70% de sus activos son títulos del Estado Nacional, una deuda que se renovará automáticamente a su vencimiento porque el Tesoro tampoco tiene recursos para otra cosa.
La ley plantea reducir al 50% ese porcentaje.
Al hacer el anuncio se dirigió por su nombre de pila al Hombre de Clarín, exhortándolo a no pelearnos más entre nosotros. Las hostiles páginas y pantallas del multimedio, ratifican que no hay armisticios unilaterales.

Cuando trascendió el texto, los docentes reclamaron por su inclusión en ese guadañazo y varios diputados de origen gremial hicieron saber que no lo votarían.
Primera línea en la resistencia al gobierno anterior, reconocidos tanto por su antagonista El Hada Buena como por el Presidente Alberto Fernández, los maestros no merecían ese destrato.



Los sindicalistas docentes Sonia Alesso, Roberto Baradel y Eduardo López con el presidente

El Poder Ejecutivo accedió entonces a excluirlos de la suspensión, junto con los investigadores científicos, los ex presos políticos y lxs hijxs de madres víctimas de violencia familiar. Pero durante los momentos ásperos del debate parlamentario la oposición incluyó también a quienes perciben asignaciones mensuales vitalicias (Presidente, Vicepresidente de la Nación y Jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación), a los comprendidos en los regímenes para Magistrados y Funcionarios del Poder Judicial, del Ministerio Público y de la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas; Vocales del tribunal Fiscal y de Cuentas de la Nación; Legisladores Nacionales, Ministros, Secretarios y Subsecretarios del Poder Ejecutivo Nacional; Secretarios y Prosecretarios de las Cámaras de Senadores y Diputados de la Nación; el Intendente, los Concejales, Secretarios y Subsecretarios del Concejo Deliberante y los Secretarios y Subsecretarios del departamento Ejecutivo de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires y el Procurador General del Tesoro.
Es decir, lo que las patronales agropecuarias (perdón, MG, por seguir llamándole pan al pan) llaman “la política”.
La senadora Anabel Fernández Sagasti aclaró en el recinto que diputados y senadores no tienen regímenes de privilegio desde la emergencia de 2002.

El oficialismo optó por dejar correr hasta que se votara el proyecto, al cabo de 19 horas de sesión, que cerró Máximo Kirchner en su impecable debut como presidente del bloque de diputados del Frente de Todos, bien coordinado con Sergio Massa como presidente del cuerpo.
Horas después, mientras el Senado se constituía en Comisión, con los 2/3 de los votos, para convertirlo en ley el mismo día, Fernández hizo saber que ampliaría el temario de las sesiones extraordinarias del Congreso, para modificar todas las jubilaciones de privilegio.
Ni el texto de la ley ni las explicaciones de los legisladores tuvieron la claridad necesaria para que se entendiera que el aumento de emergencia para las prestaciones más bajas no implica que las que le siguen hacia arriba queden congeladas por un semestre.
Es posible que las más elevadas no equiparen lo perdido por la descontrolada inflación que dejó Macrì, pero también recibirán aumentos trimestrales por decreto mientras se define la nueva fórmula.


Máximo Kirchner y Sergio Massa: se ha formado una pareja

Pieza por pieza

Estos dos meros ejemplos muestran la complejidad de la tarea que enfrenta el nuevo gobierno, que debe desarmar pieza por pieza el modelo neoliberal montado en los cuatro años previos, sin desatar reacciones destempladas.
Hoy recién se cumplen doce días desde la asunción presidencial.
Los aprovechó sin desperdiciar un momento y la sanción de esta primera ley de emergencia fue una demostración de fuerza que abre buenas perspectivas para la gobernabilidad.

Los distintos capítulos de la ley tienden a recomponer la fiscalidad, no por el lado de la eliminación de gastos imprescindibles sino por medio del incremento de los ingresos públicos, allí donde existen los recursos imprescindibles, para tender al alivio de las situaciones límite a las que fueron llevados millones de personas.
Fernández les dijo a los grandes patrones que contaba con el visto bueno del FMI.

Hace tres décadas, cuando gobernaba Carlos Menem, el director del Fondo era el francés Michel Camdessus, quien repetía ante quien quisiera oírlo que no era responsabilidad del FMI sino de cada gobierno nacional, si el ajuste castigaba a los más débiles.
En un reportaje concedido a O Estado de Sao Paulo, agregó que “no hay ninguna razón particular para que el precio del ajuste económico recaiga más sobre los pobres. Cuando esto sucede es porque el gobierno lo permite. El gobierno debe pedir más a los privilegiados de la sociedad, porque proteger a los más pobres es la clave del éxito”.
Los acreedores externos tienen más claro que nadie que sus posibilidades de cobrar dependen del cierre hermético de las mil canillas por las que gotean las transferencias al capitalismo prebendario.
El de lxs Fernández es el primer gobierno que se lo propone, lo cual es apenas un buen punto de partida.

Estos son algunos de los pasos imprescindibles que quedaron consagrados en ese texto.
Algunos tienen que ver con el pago de la deuda externa, que el gobierno no quiere defaultear, mientras negocia un nuevo acuerdo, en las condiciones que anunció el Presidente, una suspensión de pagos de capital e intereses por los cuatro años de su mandato, liberando recursos para la inversión:
  • El Poder Ejecutivo fue facultado a negociar la deuda pública, pero deberá mantener informada a la Comisión Bicameral respectiva. El Tesoro colocará una letra intransferible en el Banco Central, a 10 años, por 4.571 millones de dólares, que se usarán para pagar el próximo vencimiento de deuda externa.

Otras medidas se relacionan con el salario indirecto que implica aliviar de gastos a los consumidores:
  • Queda sin efecto, tal como solicitó el gobernador bonaerense Axel Kicillof, la transferencia a la Ciudad y a la provincia de Buenos Aires de las distribuidoras eléctricas Edenor y Edesur y se intervienen por un año los entes reguladores de la energía y del gas. El gobierno iniciará la revisión integral de las tarifas, cuya desdolarización propugna. Como dijo Fernández al asumir, si no se puede pagar, no es una tarifa sino una estafa.
  • Se declara la emergencia sanitaria y se trabajará en un Plan Federal de Salud, luego de un monitoreo de precios de medicamentos e insumos y de alternativas de importación directa y licencias compulsivas u obligatorias, frente a posibles problemas de disponibilidad o alzas injustificadas o irrazonables.
El ministerio podrá dictar normas para su implementación, mediante un listado de medicamentos e insumos a ser adquiridos por el PAMI y por la Superintendencia de Servicios de Salud; precios de referencia de insumos y medicamentos esenciales por banda terapéutica, y controles y dispositivos que promuevan la plena vigencia de la Ley de Especialidades Medicinales - Medicamentos Genéricos, que obliga a recetar por droga y no por su marca comercial.
Dada la grave y notoria crisis por la cual atraviesa el sistema de salud argentino, el Ministerio podrá comprar sin impuestos ni depósito previo las vacunas y descartables importados.
Se pondrá en ejecución el Programa Nacional “Remediar”, destinado a garantizar la provisión de insumos y medicamentos críticos a través de centros de atención de la salud provinciales o gubernamentales.
  • Se suspenden las acciones penales tributarias y aduaneras contra las Micropymes, cuyas obligaciones podrán saldarse con una tasa negativa de interés, que el primer año será del 3% mensual.
La AFIP podrá pagar reintegros a consumidores finales y pequeños comerciantes.

También hay medidas para incrementar los ingresos fiscales, que permitirán equilibrar las cuentas y disponer de recursos para ejecutar políticas públicas:
  • Se incrementan hasta el 20,4% las contribuciones patronales para los empleadores privados y públicos de comercio y servicios, que podrán computarse a cuenta del IVA, según la jurisdicción del país.
  • Se ajusta por inflación el Impuesto a las Ganancias
  • Se duplica la tasa del impuesto a los bienes personales para aquellos que estén situados en el exterior.
  • Se aplica un impuesto del 30% sobre la compra de billetes y divisas en moneda extranjera, incluidos cheques de viajero y tarjetas de crédito, de compra y débito, portales o sitios virtuales. El 70% de ese impuesto financiará programas de seguridad social y el 30% obras de infraestructura económica, vivienda social y turismo.
  • Se duplica sólo para las empresas la tasa para extracciones bancarias, no para personas y Micropymes.
  • La alícuota de la tasa de estadística para importaciones pasará de 0,5 a 3%.
  • La tasa de Impuestos Internos, variará según el precio de venta de los bienes, a partir de un mínimo de 1,3 millones de pesos. Las tasas irán del 20% al 35% y la AFIP actualizará trimestralmente los importes, considerando la variación del Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM)
  • Las retenciones a las exportaciones llegarán al 33% para la soja, el 15% para las mercancías que no estaban sujetas a derechos de exportación o a tasa 0; del 5 % para los productos agroindustriales de las economías regionales y para bienes industriales y servicios.
  • Se suspende por un año la incorporación de nuevas prestaciones, medicamentos, procedimientos terapéuticos, diagnósticos y tecnologías médicas, al programa médico obligatorio en el contexto de la Emergencia Sanitaria.
  • El gobierno podrá superar los límites que fija la ley de administración financiera para realizar reestructuraciones presupuestarias.
La desunión

Como de costumbre, la derrota no tiene padres y son muchos quienes acuden en auxilio de la victoria.
Las divisiones en las fuerzas opositoras facilitaron el trámite.
El martes, mientras se debatía la contribución al quórum para sesionar, el radical mendocino Alfredo Cornejo, que propugnaba negarle al gobierno el agua y la sal, llegó a empujarse con el radical cordobés Mario Negri. También fue tensa la relación de Cornejo con el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, quien le disputaba la presidencia del radicalismo residual (UCRR). Pero el carcelero debió conformarse con la secretaría general de los restos del partido de Ricardo Balbín.
Se consolaron de esas discordias, uniéndose para la trascendente decisión de expulsar a Leopoldo Moreau.

Se sabe cuánto duran las expulsiones de por vida en la UCRR, como se demostró en el caso de Julio Cleto Cobos.
Excluido en 2007 por acompañar a CFK en la fórmula presidencial, readmitido con honores en 2008 cuando probó la dialéctica de traicionar su traición y emitió aquel voto de madrugada.
El ex Presidente Macrì viajó a Qatar para ver un partido de fútbol, y Horacio Rodríguez Larreta quedó a cargo de la oposición, tan colaborativa que ni protestó por la recuperación federal de la fijación de las tarifas de los servicios públicos del área metropolitana, que la administración anterior había puesto en manos de la Ciudad Autónoma.


Mario Negri y Alfredo Cornejo: juego de manos

Varios legisladores de la oposición vertieron lágrimas por la República. Tantas que les nublaron la vista para leer el artículo 76 de la Constitución que permite la delegación legislativa en el Poder Ejecutivo, “en materias determinadas de administración o de emergencia pública, con plazo fijado para su ejercicio y dentro de las bases de la delegación que el Congreso establezca”.
Ese artículo fue obra de Raúl Alfonsín en la reforma constitucional de 1994.

Una duda que subsiste es si las transferencias de ingresos hacia lo más bajo de la pirámide poblacional, que la ley sancionada el sábado 21 habilita, serán suficientes para prender los motores de la economía que el macrismo apagó en forma tan completa como deliberada.
Esa es una preocupación legítima de economistas.
Por ahora, los sectores populares festejan el reconocimiento de sus derechos y el alivio de sus penurias.
“El pueblo está de fiesta”, dice el cura en opción por los pobres de la castigada diócesis de Quilmes, Marcelo Ciaramella.

Vientos

De a poco, el nuevo gobierno va acomodando sus piezas.

El caos que dejó su antecesor, con el sistema de gestión informática descompuesto, y su servidor con toda la información del Estado nacional radicado fuera del territorio nacional, en el reino de España, no ha permitido por ahora más que la jura de los ministros y el diseño del organigrama.
Pero secretarías, subsecretarías y cargos inferiores siguen en el limbo.
Frente a ese cuello de botella, el Presidente Fernández ha definido prioridades: el plan nacional contra el hambre, el protocolo para el aborto no punible, la doble indemnización por despido, la ley de emergencia, los aumentos de salarios. Para el resto habrá tiempo.

El cambio en el poder se siente en todos los rincones, incluso en el Estado Libre Asociado de Comodoro Py:
la DAIA decidió no impugnar la candidatura para la Procuración general de la Nación del juez Daniel Rafecas. Lo hizo bajo el impacto de la declaración reproducida el último domingo aquí, del Gran Rabino sefardí de la Argentina, Isaac Sacca, quien niega a esa entidad la representación del judaísmo argentino y su actuación política.
En cambio, varios rabinos firmaron una nota de adhesión, en la que destacan las investigaciones académicas realizadas por Rafecas sobre la Shoah.

La Cámara Nacional de Casación Penal apartó al doctor Glock de la causa en la que procesó a la ex Presidente CFK por el uso de los aviones de la flota presidencial.
A pedido de Oscar Parrilli, procesado en la misma causa, los camaristas Ángela Ledesma, Alejandro Slokar y Guillermo Yacobucci, declararon «comprometidas las garantías del juez natural y de imparcialidad del juzgador, así como el debido proceso legal».
Slokar llegó a firmar que Glock inventó pruebas que no existían y falseó declaraciones de testigos.
Como recordó Cristina en su indagatoria ante el TOF 2 por las obras viales en Santa Cruz, el juez le tomó ocho indagatorias en un solo día, que además era el aniversario de la muerte de Néstor Kirchner.
Esta decisión podría extenderse a las otras causas en que Glock persigue a la vicepresidente, porque la pérdida de imparcialidad no se reduce a un expediente, como es obvio desde hace años. Sólo que recién ahora ni Martín Irurzun ni Huevo Duro pueden seguir avalando esta aberración.

El juez federal Luis Rodríguez sobreseyó a Cristina por la denuncia de Carlos Stornelli por presunta insolvencia fraudulenta, al haber cedido derechos hereditarios a sus hijos Máximo y Florencia. Cuando la cesión se produjo, CFK no estaba procesada ni pesaba embargo sobre sus bienes, escribió.

El mismo juez sobreseyó a los ex camaristas Luis Farah y Jorge Ballestero, en el expediente en el que por inspiración del entonces presidente Maurizio Macrì se los acusó de haber recibido dinero para disponer la libertad de los empresarios Cristóbal López y Fabián de Sousa.
El juez Rodríguez no encontró movimientos financieros de ambos camaristas que pudieran justificar la acusación, que atribuyó a desacuerdo con sus fallos.

El juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, procesó a Stornelli por espionaje ilegal y asociación ilícita y aclaró que no lo detiene porque tiene fueros, como se explica en otra nota de esta edición.
Cuando Macrì aún era uno de los accionistas de Ausol, esa empresa que administraba la Autopista del Sol (nombre inspirado en el que la ‘Ndrangheta construyó en Calabria) ingresó en el blanqueo de capitales, que no estaba abierto a funcionarios públicos, por una suma equivalente a la deuda impositiva que le reclamaba el Estado.
Al pagar, la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo, dio por extinguida la acción penal contra los gerentes acusados. Pero nada dijo de los accionistas que ingresaron los fondos mediante el blanqueo, tema que suscitó esta semana el diputado Rodolfo Tailhade durante la sesión por la ley de emergencia, lo cual debería dar lugar a una nueva causa.
La sala B de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial accedió al pedido de la fiscal Gabriela Boquín. 

Las juezas María Lilia Gómez Alonso de Díaz Cordero y Matilde Ballerini decidieron cerrar el interminable concurso preventivo del Correo Argentino de la familia Macrì y abrir el procedimiento de salvataje o cramdown, en el que se abre a terceras partes para posibilidad de adquirir la empresa concursada, siempre que haya conformidad de los acreedores.
En este caso el principal es el Estado, lo que torna improbable su asentimiento.
Luego de esta etapa procede el dictado de la quiebra, que arrastraría a las otras empresas del Grupo Macrì que se involucraron en el caso, obteniendo recursos del Correo para distintas finalidades.
Ellas son SOCMA y Sideco Americana.
En este expediente quedó de relieve la asociación entre Macrì y Odebrecht.
La constructora brasileña pagó 400 millones de dólares por créditos del concurso que no valen más de 8 millones, para ayudar al socio en dificultades.

Podrá haber también causas penales contra el ex Presidente, pero esta tiene implicancias patrimoniales que pueden ser devastadoras y que nadie podría atribuir a una persecución: este proceso, que debería haberse agotado en seis meses, lleva 18 años de dilaciones, bajo seis gobiernos distintos, y las juezas que acaban de bajarle el pulgar, son las mismas que le insuflaron vida artificial durante casi dos décadas.

martes, 17 de diciembre de 2019

CRUZAR EL ABISMO, de Horacio Verbitzky - 15/12/19


La relación de la Argentina con Estados Unidos es una de las cuestiones principales a las que debe prestar atención el gobierno del Presidente Alberto Fernández, dado el rol decisivo del accionista mayoritario del FMI.
A su vez, el organismo internacional es clave para la renegociación de la descomunal deuda contraída en apenas cuatro años por el alegre gobierno anterior.
Bajo la conducción de Fernández, la Argentina debe cruzar un abismo, sobre un inestable puente de troncos.
Llegar a la otra orilla no es imposible, pero un paso en falso puede precipitar una caída mortal.
Del acuerdo que pueda alcanzarse, tanto con el FMI como con los acreedores privados, depende la disponibilidad de recursos para revertir la estanflación que dejó como herencia Maurizio Macrì, sin lo cual el nuevo gobierno no tendría futuro.
La nueva directora del Fondo, Kristalina Georgieva, muestra hasta ahora buena disposición, como si la Argentina pudiera ser el leading case para mostrar un cambio radical respecto de sus predecesores.


Kristalina y Christine: tomar distancia.


Más frágil que el Kristal

Fernández presentará la campaña nacional contra el hambre en la ciudad más castigada por esa aberración, la entrerriana Concordia, sede de la primera capital alternativa donde sesionará el gabinete nacional. Ese programa prioritario y las diversas medidas de recuperación del poder adquisitivo de salarios y asignaciones y de contención de precios son los pasos iniciales de un giro de 180° en la política económica, aquello que Alberto ha definido como poner plata en el bolsillo de los argentinos.
En su primera conferencia de prensa, el Ministro de Economía Martín Guzmán advirtió que esos fondos no provendrán de la emisión monetaria, declaración que sorprendió a quienes preveían otro curso de acción.
Como expone en otro artículo de esta edición Guillermo Wierzba, las fuentes fiscales que quedan para hacer política económica y evitar la continuidad del descenso de la actividad económica son la reasignación de las partidas previstas para el pago de deudas, las retenciones al sector agropecuario, al minero y a las grandes empresas industriales con competitividad exportadora, los impuestos a los activos de los argentinos en el exterior, a los bienes personales y los tributos a los bancos que tuvieron ganancias extraordinarias debidas a los negocios con LEBACs y LELIQs y a las altas tasas de interés.

El primer paso fue el decreto que modificó el esquema de retenciones.
El enojo de las cámaras patronales no es razonable: Alberto procedió al amparo de la ley y no como Maurizio Macrì, y la alícuota para la soja estuvo por debajo de lo que estaba facultado para imponer.
En septiembre, Macrì fijó una retención de 4 pesos por dólar exportado, medida para la que el Congreso no lo había facultado.

¿Por qué los autodenominados constitucionalistas ni el sector protestaron?
Tal vez porque en tiempos de alta inflación, una alícuota fijada en pesos se iría extinguiendo más temprano que tarde, tal como ocurrió.
En cambio, Fernández invocó el artículo 81 de la ley 27.467, sancionada en diciembre de 2018.
Allí se establece que, de acuerdo con el Código Aduanero, el Poder Ejecutivo podrá fijar una alícuota del 12% para mercaderías que no estaban sujetas a derechos de exportación y hasta del 30% para las demás.
En vez del 12% el gobierno se contentó con el 9% para carne, maíz, trigo y otros cereales.
Y con la soja también se detuvo 3 puntos por debajo del 30% que le permitía la ley.
No es seguro que las entidades valoren este self restraint, pero sería bueno que supieran que dentro del gobierno hubo incluso quienes pensaron en llegar al 35%, mediante un artículo en la ley de emergencia en ciernes.
Esto se relaciona con las negociaciones entabladas con los acreedores.
Guzmán fue recibido en Washington por Georgieva a pedido de Alberto Fernández, quien la llamó para comunicarle mucho antes del anuncio público que el joven académico de Manhattan sería su ministro.
- ¡Tenemos un amigo común con Fernández..! - respondió Georgieva, en referencia a Joseph Stiglitz, quien ya había hecho sondeos en Washington sobre lo que podía esperar la Argentina.

El respaldo del premio Nobel de Economía obra como un reaseguro para Georgieva ante la incertidumbre de un cambio en las prioridades del organismo.
Aun así, la primera respuesta de la nueva directora gerente del Fondo ante la solicitud de que se reuniera con Guzmán antes del cambio de gobierno, fue que no podía apartarse del procedimiento establecido, que requiere un previo dictamen de la línea del organismo sobre un proyecto oficial. Fernández replicó que la línea tendría una actitud defensiva, porque el Fondo es corresponsable de la situación argentina, y luego de mucho insistir consiguió la excepción pedida.
En la segunda parte de la reunión, Georgieva hizo pasar al nuevo encargado de la Argentina, el venezolano Luis Cubbedu, quien desplazó al italiano Roberto Cardarelli. Un venezolano, oh casualidad.

El venezolano Cubeddu reemplaza al italiano Cardarelli.

Tanto en ese encuentro de Guzman con Georgieva, como en los que se han venido sosteniendo con los tenedores privados de papeles argentinos, el nuevo gobierno plantea que durante cuatro años no podrá afrontar pagos de capital ni de intereses.
Cuatro, no dos como se ha venido publicando en diversos medios. Es decir, todo el mandato de Alberto Fernández y de su Vicepresidente CFK.
En principio habría asentimiento, aunque faltan detalles no menores por definir.
Por ejemplo, algunos acreedores privados pretenden que los intereses que no se paguen en esas 200 semanas se capitalicen, lo cual engrosaría aún más la factura a partir de 2024. Es lo que Scalabrini Ortíz llamó atarse a la rueda del interés compuesto.
En cambio, el gobierno plantea que se practique una quita sustancial en los intereses, que refleje las condiciones actuales del mercado mundial, donde el 8% anual que paga la Argentina se ve como un fósil de otra era, cuando la tasa de interés de los nuevos convenios apenas levanta de cero, e incluso hasta en Alemania los bancos están recibiendo depósitos con tasas negativas, es decir que quien paga es el depositante, no la entidad financiera.
Si la propuesta oficial fuera aceptada, el cruce del puente sobre el abismo sería menos sobresaltado, por más que resten definiciones importantes.

Dos ejemplos:

¿Buscar inversiones que redunden en un incremento de las exportaciones argentinas, o para substituir importaciones? En ambos casos, mejoraría la balanza de pagos, con una diferencia importante: las producciones exportables argentinas emplean poca mano de obra y su demanda es inelástica, depende de las condiciones de los mercados globales, no de la oferta argentina.
En cambio, la sustitución de importaciones industriales generaría empleos de calidad, elevaría el salario medio y no dependería de las condiciones externas.

La inversión hidrocarburífera, ¿se dirigirá a la no convencional de Vaca Muerta, o a la convencional en distintos lugares del país?
El presidente de YPF, Guillermo Nielsen, parece inclinarse por el primer camino, aunque no es seguro que la ecuación entre lo que se invierte y lo que se produce sea racional, además de las objeciones ambientales que genera el fracking.

A fondo


El fracaso de Macrì es también un duro contraste para la ortodoxia que orienta las decisiones del Fondo. El éxito de Fernández sería el perfecto reverso, legitimador de un nuevo enfoque, que algunas condiciones objetivas avalan.
La crisis del capitalismo de rapiña regido por el sistema financiero internacional ha alcanzado niveles apocalípticos, en todo el mundo e incluso dentro de Estados Unidos.
En esta misma edición, el columnista conservador de Fox News, Tucker Carlson, narra la devastación que los fondos buitre han causado en la América profunda y concentra su análisis en el viejo conocido de la Argentina, Paul Singer, cuyo fondo Elliot se está preparando para comprar una vez más bonos argentinos por monedas, a la espera de que el puente de troncos se derrumbe.
Este daño sistémico de la financierización sobre la sociedad, explica en parte la victoria de Donald Trump en 2016 y la de les Fernández en 2019.
Pero la mejora económica en Estados Unidos llegó demasiado tarde, en dosis insuficientes y no para todos.
Sin embargo, la rotunda victoria de Boris Johnson en Inglaterra puede ser un anticipo de lo que ocurra del otro lado del Atlántico.

Algunas cosas están a la vista, otras transcurren por canales discretos, y no siempre coinciden.

La semana pasada, la atención se dirigió al desplante del enviado del Consejo Nacional de Seguridad del Presidente Donald Trump, Mauricio Claver, quien se retiró del Congreso al ver en la Asamblea Legislativa al ex Presidente de Ecuador, Rafael Correa, y al enviado de la República Bolivariana de Venezuela, Jorge Rodríguez, uno de los funcionarios incluidos en listas negras por Washington.

En cambio, no trascendió el llamado al Presidente argentino del representante especial del Departamento de Estado para Venezuela, Elliot Abrams, quien le transmitió el desacuerdo de Mike Pompeo con el gesto de Claver.

De hecho, el enviado de Pompeo, Michael Kozac, permaneció en el país y asistió al almuerzo previsto con Fernández.
Las relaciones exteriores las maneja el Departamento de Estado, no el Consejo de Seguridad Nacional.
Claver es hijo de exiliados luego de la Revolución de Fidel Castro, nació en el estado de Florida, y habla español como un cubano.
Ese es uno de los estados swinger que podría definir la elección de 2020, en la que Trump buscará el segundo mandato que en la Argentina el electorado le negó a su amigo y ex socio Macrì.
Es tan importante, que Trump mudó su domicilio legal a Florida, donde posee el fastuoso resort Mar-a-Lago, construido hace nueve décadas en Palm Beach.

Nada que hablar

Durante el encuentro mantenido en México antes de que Fernández asumiera la presidencia, Abrams le solicitó que intercediera ante el Presidente Nicolás Maduro por la situación de cinco ciudadanos estadounidenses detenidos en Caracas. El interés de Abrams se concentró en uno de los detenidos, por problemas de salud.
Maduro recibió el mensaje y decidió que los cinco salieran de la cárcel y pasaran al arresto domiciliario.
El gesto se potencia cuando se sabe que en realidad son cinco opositores venezolanos, a quienes Estados Unidos les concedió la nacionalidad como protección cuando ya estaban detenidos.

Fernández y Kozac, flanqueados por los respectivos embajadores, 
Prado y Argüello, Solá y Béliz.

En esa conversación, y en el tête à tête con Kozac, cada parte se atuvo a su propia visión.
Para los norteamericanos, no le hace bien a la democracia la radicación aquí del ex Presidente del estado plurinacional de Bolivia, Evo Morales Ayma.
Para el argentino, lo que no le hace bien a la democracia es el elogio de Trump al Ejército que forzó la renuncia del Presidente.
Alberto y Evo hablaron por teléfono en cuanto el boliviano aterrizó en Ezeiza, acompañado por dos funcionarios de la cancillería mexicana que lo acompañaron para garantizar su seguridad. Es posible que hoy se encuentren en persona.
En esa primera conversación, Morales expresó su convicción de que el MAS vencerá en las elecciones presidenciales en las que ni él ni su vice, Álvaro García Linera, serán candidatos.

En Brasil era impensable que quienes forzaron la destitución de Dilma, permitieran poco después la elección de Lula, y así fue.
¿Podrá Evo incidir en la sucesión en Bolivia?
El lenguaje y los actos del gobierno de facto lo tornan dudoso.
En respuesta al agradecimiento por la salida de la cárcel de los cinco venezo-denses, Fernández planteó que, si él va a mediar entre ambos gobiernos, es preciso que también Washington realice algunas concesiones.
Kozak tomó nota y no respondió.

El abrupto retiro de Claver se explica por sus dos adscripciones: la actual, en Seguridad Nacional, pero también la previa, en el FMI, donde fue director por Estados Unidos.
Durante el encuentro en México se jactó de su intervención para que el Fondo concretara los préstamos solicitados por Macrì.

- ¿Y quiere que le agradezca? - lo petrificó la respuesta.

Fernández le explicó en privado lo que repite en público: la corresponsabilidad del Fondo por la catástrofe económico-social que hereda su gobierno.

Con Kozac también se discutió el rol de la OEA, de su secretario general Luis Almagro y de su asesor político, Gustavo Cinosi.
En los encuentros en México, la presencia de Cinosi fue un hecho consumado de Claver y Abrams, quienes lo presentaron como un amigo de la Argentina que intentaba ayudar.

Fernández advirtió ahora que el accionista del hotel Sheraton de Pilar (que encubre así sus tareas de inteligencia para organismos estadounidenses), no será admitido en futuras reuniones salvo que asuma formalmente la representación de sus mandantes.

Gustavo Cinosi (derecha, con barba). Siempre está.

Cuando le preguntan a Almagro por qué lo designó como su principal asesor político, responde que no pudo evitarlo. Desde hace varias semanas, Fernández no responde a los insistentes llamados de Cinosi.
Durante la visita presidencial a la sede de la Unión Industrial, Cinosi apareció sentado en la primera fila, igual que durante la reunión del Council of America, a la que asistió Felipe Solá.
Al concluir en la UIA, Cinosi se acercó a Fernández:
- Alberto, tenemos que hablar - le dijo.
- Yo no tengo nada que hablar con vos - fue la respuesta.

- Pero somos amigos - insistió, sin un buen registro de la situación.
- Un amigo no se porta como te portaste vos - y siguió su camino.

Cuando la OEA envió la misión técnica para auditar las últimas elecciones bolivianas, Almagro pidió a Fernández que designara dos personas de su confianza para integrarla. Los enviados fueron Santiago Eguren (ex director de operaciones contra el Terrorismo y Delitos contra el Orden Constitucional de la AFI) y Gerónimo Ustarroz, representante del nuevo Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura.
La difusión anticipada de conclusiones de la auditoría antes de que estuviera terminada, y el uso por parte de Almagro de la palabra fraude, que no figuraba en el informe técnico, desencadenaron el pedido militar de renuncia del Presidente, como si hubiera sido concertado.

Almagro, a quien Cinosi acompaña hasta para ir al baño, acusó a Eguren y Ustarroz de ser infiltrados en la Comisión. La respuesta fue exhibir la invitación y los pasajes emitidos por la OEA.Fernández también les anunció a sus interlocutores estadounidenses que hará todo lo posible para que el ex canciller uruguayo (que fue expulsado del Frente Amplio por su alineamiento acrítico con las posiciones estadounidenses) no sea reelecto para un segundo periodo.

Tampoco Pascualito

Otra presencia familiar que el nuevo gobierno rechazó fue la del traficante de parafernalia bélica, de seguridad e inteligencia Mario Montoto, el caso más extremo de conversión: de líder guerrillero que supervisó el entrenamiento de jóvenes montoneros en bases palestinas en Siria para preparar la denominada Contraofensiva de 1979, a presidente de la Cámara de Comercio argentino-israelí.
Hace cuatro décadas, Montoneros suministró a la Organización para la Liberación de Palestina la fórmula para producir en Líbano el poderoso explosivo plástico Exógeno. En los últimos cuatro años, Montoto fue el puente entre el gobierno de Maurizio Macrì, y en especial con su compañera de entonces, Patricia Bullrich, para que las empresas israelíes de inteligencia y seguridad vendieran sus chiches tecnológicos a la Argentina.
La embajadora de Israel, Galit Ronen, solicitó una audiencia con el canciller Felipe Solá, e informó que asistiría acompañada por Montoto.
La respuesta oficial fue que no se admitirían terceras personas en la reunión solicitada.

Igual que Cinosi con Alberto Fernández, Montoto intentó un diálogo personal con Solá, en el que utilizó el mismo argumento:
- Tenemos que hablar, yo sólo quiero ayudar -.

La respuesta fue parecida:
- El canciller no necesita ayuda de nadie para hablar con los embajadores -.

Embajadora Ronen, gestor Montoto. Segundos afuera.


Acero y aluminio

Quien también se interesó por la situación argentina en relación con su país fue el ex responsable de América Latina en el Departamento de Estado y ex embajador en Brasil Thomas Shannon, uno de los diplomáticos que mejor conocen la región.
Igual que el Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, Shannon piensa que lo único desaconsejable es la polémica pública con Trump, que hasta dentro de once meses subordinará todo a las necesidades electorales.
A eso se atribuye también el anuncio presidencial sobre la imposición de aranceles a las importaciones de acero y aluminio de Brasil y la Argentina, en represalia por las devaluaciones del real y el peso y el potencial perjuicio para los agricultores estadounidenses.
Que hayan caído en el mismo cedazo Fernández y Jair Bolsonaro, cuyas posiciones políticas e ideológicas no pueden ser más divergentes, sugiere que se trata de una movida publicitaria.
Lo ratificó el jefe del consejo de asesores económicos de la presidencia, Larry Kudlow, al señalar que fue sólo un twitt pero que no hay ninguna resolución firmada. Es un estilo que después de cuatro años de Macrì, la Argentina conoce bien.
La misma definición le cuadra a Bolsonaro, quien se cansó de insultar al Presidente argentino, pero no pudo impedir que su Vicepresidente asistiera a la toma de posesión.

Hay dos versiones sobre el episodio.
Cada cual juzgue sin son excluyentes o complementarias:

La furia de Bolsonaro con el gobierno argentino no es sólo ideológica, sino que se alimenta de sus recelos hacia el presidente de la Cámara de Diputados de Brasilia, Rodrigo Maia, un liberal del Partido Demócrata, aliado a la coalición oficial, pero cuya aspiración es sucederlo en el Planalto.
Maia nació en Chile en 1970 y llegó a sus tres años como exiliado a Brasil. Luego de la elección presidencial estuvo en la Argentina, donde se reunió con Fernández, Solá y Sergio Massa.
Que lo hayan recibido habría sido una de las razones por las que Bolsonaro decidió que ningún miembro de su gobierno representara a Brasil en la transmisión del mando.
Sin inmutarse, Maia comunicó que volvería él, ya que no necesita autorización presidencial.
Eso motivó la marcha atrás.

Las Fuerzas Armadas brasileñas, de fuerte presencia en el gobierno de Bolsonaro, no ven con simpatía la erosión de las relaciones con la Argentina.
Buscar el favor de Washington, como hace Bolsonaro con constantes sobreactuaciones, no es una política inteligente. Sólo asociado con la Argentina y con los demás países del Mercosur, Brasil puede fortalecer su posición ante Estados Unidos. Ese sería el sentido de la presencia en la Asamblea Legislativa del Vicepresidente Hamilton Mourao, quien es un general del Ejército.

Huevo duro


Nunca Más a una Justicia contaminada por servicios de inteligencia, operadores judiciales, procedimientos oscuros y linchamientos mediáticos. Nunca más a una Justicia que decide y persigue según los vientos políticos del poder de turno. Nunca más a una Justicia que es utilizada para saldar discusiones políticas, ni a una política que judicializa los disensos para eliminar al adversario de turno. Lo digo con la firmeza de una decisión profunda: Nunca más es nunca más», leyó Alberto ante la Asamblea Legislativa en el tramo más aplaudido de su discurso.

Pronunciado ante cuatro de los cinco miembros de la Corte Suprema de Justicia en la Asamblea Legislativa, dejó pasmado al juez Ricardo Lorenzetti, Presidente durante nueve años de la Corte.
Su expresión evoca la de un personaje de la historieta Condorito, que responde al nombre de Huevo Duro. Lorenzetti buscó el apoyo del Presidente para regresar al mando del tribunal, en lugar del bienmandado de Macrì, Carlos Fernando Rosenkrantz.
Fernández le hizo contestar que sólo dependía de que el propio Huevo Duro consiguiera los votos.
El problema es que no los tiene ni parece a su alcance obtenerlos.


Salvo que a corto plazo se produjeran vacantes, cosa que no puede descartarse, no hay otra solución que ampliar el número de miembros de la Corte, una idea que no es atractiva para Fernández, pero que la realidad va imponiendo.
El Obispo de Rafaela, quien promete lealtades con el puñal en la liga, llamó a distintos jueces, para que el encuentro en Resistencia de la Junta de Presidentes de Cámaras Nacionales y Federales respondiera con dureza a los señalamientos presidenciales.
No tuvo éxito, porque los jueces del interior escapan como de la peste que se los identifique con los del Estado libre asociado de Comodoro Py.
En vez de patalear por el discurso de Alberto, demandaron más recursos.

Otra cosa ocurre en el barrio del Retiro: la Cámara Federal de la Capital reeligió como presidente a Martín Irurzun, jefe del Sistema de Escuchas y Filtraciones que Macrì delegó en la Corte Suprema y firmante del texto de Lorenzetti por el cual los ex funcionarios procesados deberían padecer prisión efectiva antes de ser juzgados.
Como jefe supremo de la República Autónoma del Cuarto Piso, instó a los jueces federales a avanzar en causas por corrupción contra Cristina y les prometió protección, mensaje que ratificó en público con su foto entre el doctor Glock y el carcelero de Lula, Sergio Moro.
En otro acto oficial dio por sentado que el ex fiscal Natalio A. Nisman había sido asesinado, cosa que no surgía del expediente, y presentó su muerte como un ejemplo de impunidad.
Permeable a las sugerencias de la embajada, orientó al fuero federal hacia lo que llamó la lucha contra la corrupción y el narcotráfico, definición de política criminal que no compete a la Corte.
Todas esas medidas fueron instrumentadas para desestabilizar al anterior gobierno peronista.
En una notable coincidencia, el viernes 13 la Corte Interamericana de Justicia informó que el lunes 9 condenó al estado de Argentina por la «vulneración a la libertad personal y a la presunción de inocencia por la detención ilegal y arbitraria en perjuicio del ciudadano Raúl Rolando Romero Feris».
El Tato Romero Feris, ex gobernador de Corrientes, estuvo detenido sin condena entre agosto de 1999 y septiembre de 2001, bajo cargos de administración fraudulenta, enriquecimiento ilícito, peculado, abuso de autoridad, defraudación, malversación de caudales públicos, entre otros.

La Corte entendió que únicamente deben ser consideradas como finalidades legítimas de la prisión preventiva, aquellas que están atadas directamente con el desarrollo eficaz del proceso, es decir, que estén vinculadas con el peligro de fuga del procesado (directamente establecido en el artículo 7.5 de la Convención Americana) y aquella que busca evitar que el procesado impida el desarrollo del procedimiento.
A su vez, la Corte consideró que la prórroga de la privación de la libertad impuesta a Romero Feris fue arbitraria, y vulneró el principio de presunción de inocencia, toda vez que los criterios con base en los cuales se fundamentó la finalidad legítima de “peligro de fuga”, fueron abstractos y por ende contrarios a lo dispuesto en la Convención Americana sobre Derechos Humanos (art 7.3, 7.5 y 8.2).
Hasta Julio De Vido duerme desde hace dos noches en su casa.

Gustavo y Marcela

Ya en 2003, el entonces Ministro de Justicia y Seguridad Gustavo Béliz había planteado la fusión de los fueros federal y de instrucción criminal, lo que provocó una reacción furibunda en Comodoro Py.
El proyecto actual que impulsa Béliz es aún menos complaciente con los federales.
No sólo equipara a esos 12 señoríos feudales con los 63 juzgados de instrucción, sino que fusiona la Ciudad Autónoma con el Conurbano, prorrogando la jurisdicción.
Más allá de sus buenas intenciones, Béliz ignora, porque hace 15 años que vive fuera de la Argentina, qué caterva de burócratas, arribistas y coimeros se compraría, además de casi tres docenas de jueces, fiscales y camaristas designados por Macrì y su ministro Germán Garavano.
Béliz también impulsa la designación del fiscal de cámara del fuero ordinario, Ricardo Sáenz, en reemplazo del renunciante Germán Moldes en la Cámara Federal, lo que se dice caer en Guatepeor.
Sáenz proviene del federal, pero hace tres décadas fue desplazado a instrucción a pedido de Luis Moreno Ocampo, luego de que dejara en libertad al narco cubano-estadounidense Fernando Pruna, quien participó en la invasión de Bahía de los Cochinos y cuya extradición pedía Washington.
En 2013, Sáenz fue grabado en conversaciones con funcionarios policiales involucrados en graves delitos, pero la causa se congeló cuando asumió Macrì.
Junto con Moldes, Raúl Plee y otros colegas, encabezaron las movilizaciones acusando al gobierno de CFK por la muerte de Nisman.
Es el paradigma de la promiscuidad entre policías, políticos, servicios, jueces y fiscales que Alberto denunció al asumir.
Su promoción sería una señal contradictoria con esas palabras.
La Ministra de Justicia, Marcela Losardo, socia y amiga del Presidente desde sus tiempos de estudiantes, cuestiona los proyectos y las designaciones que pretende Béliz.
Ella sí ha pasado estos años aquí, conoce el paño e intenta evitarle un paso en falso tan grave como innecesario.

Beliz y Losardo, saber o no saber.

lunes, 9 de diciembre de 2019

LOS ABUELOS NUNCA MUEREN, SE VUELVEN INVISIBLES, de Alejandra Pino Jaramillo - 18/3/19

Quien haya tenido la suerte de convivir y pasar tiempo junto a sus abuelos, podrá saber que los abuelos nunca morirán, ellos se quedan con nosotros en nuestro corazón y se vuelven invisibles compañeros para toda la vida.
Sus consejos y cariño formarán parte de nosotros y nos servirán de guía ante las circunstancias que puedan suceder a lo largo de nuestro recorrido.

La ley de la vida es nacer, crecer y partir, sin embargo, la huella emocional que los abuelos deja en nosotros los vuelve compañeros invisibles que siempre acompañan nuestro camino. 

Los abuelos y su invisible compañía

Los abuelos son un gran activo.
Ellos encierran la historia de generaciones enteras y ricas tradiciones familiares. Se dice que a medida que envejecemos volvemos a ser niños.
Creo que este es el secreto de los abuelos.

Toda persona que ha tenido la suerte de crecer con sus abuelos tiene una gran cantidad de recuerdos que, incluso en la edad adulta, se convierten en un lugar de refugio en tiempos difíciles.
Olores, palabras, modismos, gestos que recuerdan ese calor de afectos indelebles.

En el camino del crecimiento hay personas que dejan indeleblemente un signo de su paso, una importante y significativa memoria emocional cargada de sentimientos. Los abuelos son, sin duda, parte de estas personas, lo que ayuda a crecer y desarrollar un sentido de bienvenida y pertenencia a una historia común y a la familia.


La importancia de los abuelos

Los abuelos vuelven a ser educadores, y también dan una gran lección de civismo a los más pequeños.
Son personas inolvidables que con el tiempo enriquecen cada vez más el mundo afectivo de sus nietos.

A los ojos de los niños, los abuelos son como superhéroes que transmiten el don de pertenencia familiar.
Su enfoque educativo es acogedor y nutre la identidad de los nietos con un amor y una aceptación incondicionales.
Por lo tanto, son figuras indispensables y omnipresentes en la vida de las familias de hoy en día y, a menudo, también desempeñan un papel de cuidado y protección cuando los padres trabajan.

Regalos de los abuelos que los vuelven eternos

Los abuelos son testigos del pasado; con ellos, los niños no solo descubren que sus padres eran pequeños, sino que también aprenden juegos, canciones, artesanías antiguas que se transmiten de generación en generación.
Enseñan su conocimiento experiencial con pasión y paciencia para dejar un rastro de sí mismos en el niño para que puedan ser recordados años más tarde.

Siempre presentes, son las figuras que los niños buscan cuando sus padres están ausentes.
Al igual que la manta Linus, un ejemplo del objeto de transición por excelencia, los niños y los abuelos actúan en una relación física formada por abrazos, caricias, besos para enfrentar la ausencia de una madre o un padre.

Nadie se siente solo en la casa de los abuelos.

Los abuelos y nietos tienen un vínculo tan fuerte como beneficioso para ambos.
El hogar de los abuelos es un refugio seguro y su cuidado es una fuente inagotable de afecto.
Y también al revés, ser abuelo es un regalo extraordinario y cuidar a los niños con amorosa paciencia es una tarea emocionante, un soplo de vitalidad fresca que llena de alegría los días de las personas mayores.

¿Por qué tienen un vínculo tan fuerte los abuelos con sus nietos?

Tanto el nieto como el abuelo, están ajenos al ritmo ajetreado y el estrés del trabajo, los abuelos tienen mucho tiempo para escuchar con atención a sus nietos ya que han pasado por esa etapa.
El tiempo es el regalo más precioso que un adulto le puede dar a un niño.

El niño necesita un adulto para prestarle toda su atención y animarlo a desarrollar su personalidad.
Recibir mucho afecto en la primera infancia hace que los niños crezcan serenos y seguros de sí mismos.
En particular, con el apoyo emocional correcto, los pequeños desarrollan la “capacidad de recuperación”: la capacidad de resistir frente a la adversidad.

Todo lo que un abuelo puede dar a un nieto permanecerá, independientemente de su ausencia física o no, para el resto de la vida del joven o adulto, y su recuerdo siempre será un lugar seguro a donde regresar para sentirse protegido y recodar a ese compañero invisible que lo guía de la mano.

LA VIDA NO TIENE QUE SER UNA MIERDA, de Marcelo Figueras - 8/12/19

Eso es lo que votamos el 27 de octubre. Pero para que se cumpla, no hay que volver a dormirse


Cuando era chico, me lastimaba seguido. Y eso que era tranquilo, al menos en términos relativos. Nunca me dio por los deportes, pero trepaba árboles. Culpa de Tarzán.
Me encantaba subir al ciruelo del jardín de mis abuelos, hacer equilibrio sobre la medianera y entrar por la parte de atrás al apartamento de mi bisabuela, que vivía en el piso más alto.
(Digo esto y con el recuerdo me viene la voz de la vieja, llamando a mi abuela desde arriba: «Peeeepa… Peeeepa».
Sonaba como el loro de un pirata, al estilo Long John Silver.) 
Ya fuese trepando, o corriendo o jugando a alguna otra aventura épica, llegaban los raspones, los golpes y los cortes. Nunca me rompí hueso alguno, pero la experiencia de las costras y las cascaritas que uno rascaba hasta que brotase la sangre me era familiar.
Con el tiempo perdí la torpeza o me volví menos temerario, al menos en el sentido físico.
(¿Soy yo solo, o para ustedes también las costras son cosa del pasado?)
Hoy pienso en aquellas heridas y siento nostalgia. Había cierto placer en esa compulsión a rascar el tejido que cicatrizaba.
Pensar en ese tiempo tan distante equivale, en mi cabeza, a evocar la magdalena proustiana del sabor de mi sangre, que encontraba deliciosa.

Llevo días ponderando la aventura de este texto y hasta aquí he llegado: al recuerdo de los magullones, los tajos, los dientes flojos y la sangre propia, ya sea fresca o en diversos estados de coagulación.
La intención era exorcizar lo que significaron estos cuatro años que el martes 10, cuando asuma el nuevo gobierno, pasarán a integrarse al bloque del pasado.
Pero no quería armar una lista objetiva de hechos.
En primer lugar, porque se convertiría en un hilo interminable: no hubo uno sólo de estos 1.500 días y pico durante el cual Macri y sus sátrapas no hayan dañado a alguien.
Dado que formalmente no soy un periodista político ni económico - en estos días encontrarán Diccionarios de Heridas Producidas por Cambiemos en infinidad de otros medios; el documental de Tristán Bauer Tierra arrasada es un buen recordatorio -, buscaba algo distinto, otra forma de plasmar el daño recibido; para metabolizarlo mejor y de ser posible para pulverizarlo, como se desarma entre los dedos el cascote con que nos embocaron arteramente.

Le pregunté a aquellos que me siguen por la radio qué sentían que se iba con esta gente horrible, los ya - casi - ex funcionarios que en estas horas llenan camiones de mudanza. 
Era una pregunta difícil, porque demanda una capacidad de síntesis en términos simbólicos que no suele tener el común de los ciudadanos.
Pero se ve que el dolor y la angustia empujaron a muchos en la dirección de la sabiduría, porque recibí montones de respuestas que trasuntaban una comprensión profunda del trauma.

@MarcelaDorado 78 dijo que con Macri se iban «su cinismo, sus miradas de hielo, su desprecio por el obrero y toda su ignorancia».
Para @AliciaAndelo, se va «la sensación de indefensión, la incertidumbre permanente, el nudo en la garganta, el insomnio».
Para @lisandrogalma, lo que se va es un gobierno «constructor de imágenes» que nunca se correspondían con la realidad.
Para @gringodeboedo, lo que se va es «esa angustia de pensar que el futuro siempre será peor», o - en términos de @andresunidadsi - «la idea de que todos los días te van a joder con algo».
Para @Vercingetronix, lo que se las toma con Macri & Co. es «la vergüenza de que estén, la crueldad hacia los débiles y el servilismo con los poderosos».
Según @elunoeseluno, lo que dice adiós es «la psicopatía en traje fino, el desfalco con guantes blancos, el odio perfumado y la tristeza de un pueblo roto».
@elpabloeduardo es terminante: «¡LA REPRESIÓN!»
El resto completó el cuadro colectivo, cada uno aportó su pincelada: los lugares comunes, la falta de argumentos, la antipolítica, el cipayismo, el terror, la bronca de ver viejos y niños tristes, «el clasismo inmundo», la desarticulación del lenguaje para vaciarlo de sentido y por ende de poder para construir el mundo


Sandra y Rubén, en la memoria de su gente.

Por supuesto, alguna de las heridas de estos cuatro años hay que recordarlas con nombre y apellido.
El gobierno que se va es el asesino de Santiago Maldonado y de Rafa Nahuel, de los 44 tripulantes del ARA San Juan, de Sandra y de Rubén, de los pibes masacrados en Monte. Pero como tenían claro que nuestro pueblo creó conciencia a partir del ejercicio de la memoria y el homenaje a las víctimas con nombre y apellido - por algo los inquietan aún las cifras de desaparecidos -, socializaron la violencia; la horizontalizaron, de tal modo que listar el daño que produjeron se volviese imposible y que los que escriben la Historia bajasen los brazos, derrotados por la magnitud de la tarea que significaría dar cuenta de tal catástrofe.
Siempre me acuerdo del fragmento de Sylvie and Bruno Concluded donde Lewis Carroll describe el absurdo de crear un mapa en escala 1:1, es decir, de las mismas dimensiones del terreno representado.
¿Quién que estuviese en su sano juicio intentaría describir el daño causado por el gobierno saliente - incluyendo las violencias que no llegan a los diarios, como las neuronas muertas de los pibes subalimentados y los viejos que se fueron antes de tiempo por falta de medicación -, cuando la diferencia entre la lista de las víctimas y los resultados de un censo nacional se insinúa mínima?

La Justicia formal debe asumir su responsabilidad respecto de los crímenes de acción y omisión.
A los ciudadanos del llano nos cabe otro deber, el de terminar de entender qué (nos) ocurrió y consensuar la experiencia vivida, para así alcanzar la posibilidad de superarla y evitar su repetición.
Si lo piensan, verán que los síntomas que experimenta la mayoría de la población - muy por encima del casi 50 % que votó por Alberto y Cristina, más cerca del 91,8 que en la última encuesta de Hugo Haime asumió que la situación actual del país es «muy grave» - se parecen a los de las víctimas de Trastorno de Stress Postraumático.
Lo que sentimos los argentinos, lo que pesa sobre nuestras almas, tiene elementos en común con lo que experimenta la gente que sobrevivió a guerras, huracanes y tsunamis, violaciones o accidentes graves.



El primero de esos síntomas es la culpa.
Gran parte de las víctimas de Stress Postraumático siente que es responsable de lo que le ocurrió. (El hecho de entender que se trata de una noción irracional - nadie tiene la culpa de que irrumpa un huracán - no disminuye la intensidad del sentimiento.)
Y la plutocracia macrista alimentó el temor de tantos argentinos de haber gozado de un bienestar que no les correspondía ni se merecían; la idea de que el relativo desahogo que era la norma durante las administraciones de los Kirchner no se correspondía con lo esperable en un país democrático con gran potencial natural y humano, sino con una situación irreal, algo que no podía sustentarse en el tiempo - la famosa «fiesta irresponsable» -.

Pero eso no es cierto.
Aquel bienestar era lo mínimo que se le podía exigir al Estado de un país como el nuestro.
Y nadie a excepción de sus responsables directos debe sentirse culpable de lo que Macri perpetró desde el gobierno: ni las fuerzas políticas que fueron derrotadas en las urnas en 2015, ni el pueblo votante.

Lo que se hizo o dejó de hacer puede explicar la victoria de Macri en las urnas, pero no explica - ni mucho menos justifica - lo que hizo desde que llegó al gobierno.
Estaba claro que iba a haber un viraje en las políticas estatales, pero no había forma de prever el salvajismo de sus medidas, la crueldad que las animaba y la impericia que intervino en su diseño.
Uno puede asumir que si cruza por la mitad de una calle dándole la espalda al sentido del tránsito, sus posibilidades de ser atropellado son enormes. Nada de eso pasó en 2015. Tanto el peronismo como los ciudadanos de a pie seguimos cruzando en las esquinas, cuando el semáforo lo permitía. Pero lo que ocurrió tampoco fue un accidente. No es que al conductor de un camión se le rompió la dirección y se subió a la vereda, produciendo un desastre. Lo que tuvo lugar fue un ataque vicioso.



Por eso somos tantos los que, para entender aquello que hemos sufrido, necesitamos trascender el análisis político y hablar de angustias, de insomnio, de indefensión, de vergüenza, de tristeza.
Porque no es que nos tocó un gobierno malo como tantos otros, cosas que pasan, quevachaché.
Lo que experimentamos durante estos cuatro años se parece, más bien, a ser víctimas de una jauría humana que nos asaltó en la calle, nos molió a golpes y nos violó; manada que después, cuando se acercaron las cámaras de los cronistas, le echó la culpa a otros y dijo que sólo se había aproximado a ayudar, a tender su mano.

Hasta que no asumamos que esto fue así, no vamos a dar un paso adelante.
No tenemos la culpa de que haya pasado lo que pasó, nunca dejamos de hacer lo correcto.
Y no sufrimos un accidente, fuimos víctimas de un ataque tan avieso como deliberado cuyas características no se podían prever - no con semejante intensidad, no con esa saña - y, en consecuencia, para el cual no había forma de precaverse.
La sociedad argentina quedó en manos de los psicópatas de Funny Games, la estremecedora película de Michael Haneke (1997).

¿Somos responsables de haberles abierto la puerta a esos extraños, en este caso mediante la vía del voto?
Así es.
¿Teníamos forma de adivinar que arrasarían nuestras vidas con tanta violencia, y en tiempo récord?
La verdad es que no.

Me impresionó la mujer que, en el documental de Bauer, agita su factura de servicios públicos de casi cien lucas y, prematuramente envejecida, dice entre lágrimas: «Esta pésima vida».
Esa mujer agradable y bien educada, que vino al mundo en un país de clima amable y tierra fértil, se siente como una viejita que vive en una tienda precaria en medio de la tundra. Ya no es una mujer argentina de clase media: es un personaje de Dostoievksi, a quien le tocó vivir en una situación extrema y que siente que la experiencia la arrasa.


Los psicópatas de «Funny Games»: chicos bien.

Fuimos víctimas de un ataque salvaje. Y ahora estamos rascándonos las costras, saboreando la sangre que todavía no se coagula en los huecos donde antes hubo dientes.
Esta vez no se trata de la melancolía que surge al recordar los porrazos de la infancia, nada que ver; nunca sentiremos nostalgia de estas cicatrices nuevas, al contrario, cada vez que las veamos o las recorramos con los dedos sufriremos un escalofrío.
Estamos comenzando a vivir algo parecido al alivio, porque volvimos a actuar de modo responsable e hicimos lo que había que hacer - los rajamos de la Rosada, a la primera oportunidad y de forma contundente - y nuestros victimarios deben abandonar el lugar de poder desde el cual hicieron tanto daño.
Por eso tenemos derecho a congratularnos, a mirarnos nuevamente a los ojos, a abrazarnos y a sonreír. Nos pasó algo terrible y reaccionamos bien.

De lo que se trata ahora es, primero, de archivar esa droga que nos inocularon y que nos persuadía de que merecíamos toda la mierda que nos pasaba.
Días atrás, uno de mis compañeros de la radio, Nico Lantos, me mostró un afiche que el laborismo inglés liderado por Jeremy Corbyn está usando en estos días previos a las elecciones.
Life Doesn’t Have to Be Crap, decía.
Lo cual me gusta traducir así: La vida no tiene que ser una mierda.
De eso quisieron convencernos, a eso quisieron que nos resignásemos.

Les salió mal.

Por eso hoy tenemos derecho al regocijo.
Voy a pedirle a los oyentes de la radio que ahora me digan qué es lo que viene, qué aspiran que llegue a partir del 10 de diciembre.
(Algunas diferencias son obvias. Minutos atrás leí un twitt de @grindan que marca un pequeño salto de calidad en la cartera de Economía: de un panelista de TN chupando whisky a uno que lo felicita un Premio Nobel por su nombramiento.)
El cambio en el estado de ánimo se percibirá de inmediato. Ya no estaremos sometidos a un gobierno que trata de cagarte la vida todos los días, y eso no es poca cosa. También ayuda la tranquilidad de saber que no seremos espiados, que no iremos presos por twittear y que si queremos reclamar algo que consideramos justo ya no nos golpearán ni gasearán.
(Salvo que nos expongamos a la Policía de la Ciudad, ojo.)



Pero hay algo a lo que no tenemos derecho. 
Y eso es olvidar, perder la conciencia de lo que nos pasó y el modo en que eso recalibró nuestras vidas.
¿Puede la víctima de un ataque feroz rehacerse y ser feliz? Puede y debe.
Lo que no puede es ser ingenua, ponerse en situación que permita que vuelva a ocurrirle algo parecido. Para eso están las cicatrices, tanto la físicas como las otras: para que no olvidemos que algo nos marcó de modo indeleble.
El documental de Bauer me recordó aquel tramo del discurso de Cristina del 9 de diciembre del ’15 - yo estaba en medio de aquella multitud, entonces -, cuando dijo que «dentro del cuerpo de cada uno de los 42 millones de argentinos hay un dirigente… Un dirigente de su destino y el constructor de su vida».

Como en tantos otros temas, recién hoy asumo hasta qué punto tenía razón. Mi propia vida es un prueba.
A fines de ese año yo era apenas un escritor que quería seguir escribiendo sus historias, desde el interior de su burbuja. La brutalidad del ataque de los émulos de Funny Games me impulsó a volver al periodismo que había dejado atrás, porque necesitaba hacer más que escribir novelas, algo que me permitiese trabajar sobre esa realidad de modo más directo - militar políticamente del modo que me era más natural -.
Y hoy ese mismo impulso me lleva aún más allá, a asumir responsabilidades que nunca había buscado pero que aparecen en la organización de esta Argentina que se sobrepone a sus heridas y vuelve a caminar.

Existen tiempos históricos en los que uno puede relajarse y vivir esa vida idílica al modo de las publicidades de los ’50 en los Estados Unidos: la oficina pulcra, el viaje de regreso en auto, la casa con cerco blanco, la cena en familia con el perro encantador que espera las sobras, la sobremesa con pipa, pantuflas y la TV encendida.
Pero existen otros tiempos - y este es uno de esos - en los que uno debe practicar lo que se llama double duty, ejercer una responsabilidad doble a diario, al estilo de los espartanos.
Por un lado se trabaja y se goza, por el otro se vive en estado de alerta y se sabe que, en tanto dirigentes de la reserva que voluntariamente defiende los derechos de los ciudadanos argentinos 24/7, hay que estar listos a salir a la calle apenas suene la alarma.

Los espartanos no se entrenaban por deseo, se preparaban como lo hacían por necesidad: nación pequeña rodeada de enemigos poderosos, o te alistás para defenderla o te pasan por arriba. (¡Si hubiesen permitido que sus mujeres batallasen también, nunca habrían sido derrotados!)
Y esa es también nuestra necesidad de hoy.

La oleada neoliberal articulada por las corporaciones, los jueces y los medios fracasó en poco tiempo; en consecuencia, su próxima arremetida será más descarada, más violenta en términos físicos - a menos que presentemos un frente unido que la torne inviable -.



Puede que Corbyn no lo sepa, pero La vida no tiene que ser una mierda es un slogan que huele a peronismo.
Eso es lo que dijimos el 27 de octubre y es lo que defenderemos a partir del 10 de diciembre, los millones de dirigentes que hoy somos.

La alegría de esta semana nos la ganamos en buena ley. Pero para alcanzar la felicidad simple a la que aspiramos - y aspiramos a ella porque la merecemos -, no hay que volver a bajar la guardia ni un minuto.

Eso es lo que enseña la experiencia reciente, que debemos capitalizar en el contexto de este mundo que cada vez se parece menos a aquel donde crecimos.
Como decía mi abuelo, aquel gordo al estilo Orson Welles al que le gustaban el whisky y los puros y que me enseñó a reír y llorar al mismo tiempo, como sin duda haré más de una vez esta semana: Cocodrilo que se duerme es cartera.

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