martes, 30 de julio de 2019

UNA BONITA REFLEXIÓN

Existe una tribu en África, donde la fecha de nacimiento de un niño no se toma como el día en que nació, ni como el momento en que fue concebido, sino como el día en que ese niño fue "pensado" por su madre.

Cuando una mujer decide tener un hijo, se sienta sola bajo un árbol y se concentra hasta escuchar la canción del niño que quiere nacer.

Luego de escucharla, regresa con el hombre que será el padre de su hijo y se la enseña. Entonces, cuando hacen el amor con la intención de concebirlo, en algún momento cantan su canción, como una forma de invitarlo a venir.

Cuando la madre está embarazada, enseña la canción del niño a la gente del lugar, para que cuando nazca, las ancianas y quienes estén a su lado, le canten para darle la bienvenida.

A medida que el niño va creciendo; cuando el niño se lastima o cae o cuando hace algo bueno, como forma de honrarlo, la gente de la tribu canta su canción.

Hay otra ocasión en la que la gente de la tribu le canta al niño.
Si en algún momento de su vida, esa persona comete un crimen o un acto socialmente aberrante, se lo llama al centro de la villa y la gente de la comunidad lo rodea. Entonces le cantan su canción.

La tribu reconoce que la forma de corregir un comportamiento antisocial no es el castigo, sino el amor y la recuperación de la identidad.

Cuando uno reconoce su propia canción, no desea ni necesita hacer nada que dañe a otros.

Y así continua durante toda su vida.

Cuando contraen matrimonio, se cantan las canciones juntas.
Y finalmente, cuando esta persona va a morir, todos en la villa cantan su canción, por última vez, para él.

"Puedes no haber nacido en una tribu africana que te cante tu canción en cada una de las transiciones de tu vida, pero la vida siempre te recuerda cuando estás vibrando a tu propia frecuencia, y cuando no lo estás.

Sólo sigue cantando y encontrarás tu camino a casa".


lunes, 29 de julio de 2019

QUE NO PANDA EL CÚNICO, de Horacio Verbitzky - 28/7/19

El 11 de agosto será caótico porque el gobierno trabaja para manipular los números que se difundan esa noche


A dos semanas de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, las encuestas, los mercados y los gurús convergen en una interpretación que ensombrece al gobierno: la posibilidad de reelección del presidente Maurizio Macrì se aleja, mientras cada día parece más probable que Alberto Fernández lo venza en la primera vuelta del 27 de octubre.

Lejos de entregarse, la alianza oficial redobla los esfuerzos y acude a todos los recursos disponibles, entre ellos la difusión de las pocas encuestas que contradicen al resto.
Pero como resaseguro ante lo más probable, también se interesa por la manipulación de los datos del escrutinio provisorio del domingo 11 de agosto, para que no repercuta negativamente en las diez semanas que mediarán desde esa prueba hasta el cotejo inicial por los puntos.
Entre la violación sistemática a la veda, con inauguración de obras dos semanas después de que comenzara la prohibición, y el toqueteo de los telegramas que se transmitirán en forma remota, hay sólo una cuestión de grado.

Las distintas encuestas miden una diferencia en las PASO que va de 4 a 13 puntos en favor de Fernández.
El objetivo oficial es achicar ese margen todo lo posible, pensando antes en los bancos y los fondos internacionales de inversión que en el electorado.
A través de los medios más amistosos, el gobierno ha instalado la idea de que una derrota por hasta 6 puntos en agosto puede achicarse en octubre y permite ilusionarse con llegar al balotaje el 24 de noviembre.
Así ocurrió en 2015: Macrì perdió por 8 puntos en las PASO, casi por 3 en octubre, y venció en la segunda vuelta de noviembre por 2,68%.

Pero estas mismas cifras miden la dificultad del emprendimiento: basta con que 1,35% de quienes entonces prefirieron la promesa de un cambio castiguen su incumplimiento (o las consecuencias de su aplicación) para que Macrì viaje a Roma en procura de una vejez tranquila y Fernández deba hacerse cargo de las consecuencias, que son devastadoras.

El balotaje es un juego de suma cero: lo que uno gana lo pierde su contrincante.

En 2019 hay otra diferencia fundamental: lo que ocurra en el mercado de cambios ahora afecta a Macrì, no a su rival.
La fuga (y los remedios para controlarla) estuvieron entre las causas de la derrota de Daniel Scioli en 2015.
Fernández no carga con ese lastre.

Hay además un factor aún más importante que la diferencia: es la proximidad del vencedor al 45%, que le permitiría ser electo en la primera vuelta, sin los riesgos de la coalición adversa en el balotaje.
Así lo señaló Rosendo Fraga, sin duda el analista argento más lúcido.


Rosendo Fraga, las perspectivas oficiales no son rosadas.


El intrincado sistema electoral vigente contempla un cambio de metodología entre las PASO y la primera vuelta.
En las PASO el porcentaje se cuenta sobre el total de los votos emitidos, pero en octubre antes de calcular el porcentaje se descartan los votos nulos y en blanco. Como los votos válidos son menos que el total de los emitidos, el mismo número de votos da un porcentaje mayor.
Un 42 o 43% en las PASO puede sobrepasar el 45% en la primera vuelta.


Al fin campeones

El gobierno ha apostado todas sus fichas a la calma cambiaria, aunque para ello deba seguir malvendiendo reservas (lo que se fuga de la economía local no es el consumo de los sectores beneficiados por la política económica, sino la inversión, que es la más baja en décadas) y emprendan lo que la fantástica jerga financiera denomina flight to quality que significa tanto vuelo como fuga hacia la calidad, es decir los Estados Unidos, Gran Bretaña y las guaridas offshore.

Durante varias semanas parecía que lo estaba consiguiendo, pero al cierre del viernes 26, la cotización del dólar había recuperado todo lo perdido en el mes, pese a los calmantes dispuestos por el Banco Central bajo la mirada complaciente del FMI y del gobierno del Presidente Donald Trump.
Las dos semanas que quedan hasta llegar al cuarto oscuro prometen emociones fuertes. Y esto a su vez depende de lo que ocurra el 11 de agosto.

Este mes comenzó a verificarse el previsto rebote económico. Contra las peores cifras de 2018, la diferencia interanual ha pasado a ser positiva.
Sin embargo, esto apenas tiene valor estadístico porque no altera la situación de quienes viven de un sueldo, una jubilación o un plan y mucho menos de quienes no tienen trabajo.
Esto es consecuencia de la inflación, que toda la sabiduría monetarista aplicada no consigue domar por debajo del 56% anual, salvo que se piense que 2,7% mensual es un porcentaje alentador.

Lo mismo ocurre con la balanza comercial, que en el primer semestre del año lleva un superávit de 5.600 millones de dólares, contra un déficit de casi 5.000 en el mismo lapso de 2018.
Esta es una buena noticia para la apuesta del gobierno, porque provee dólares genuinos, pero su efecto político es depresivo, porque no se logró mediante un gran incremento de las exportaciones (ni llega al 2% interanual, básicamente sobre combustibles, energía y productos primarios) y una fuerte caída de las importaciones (casi un 25% menos), lo que obedece a las restricciones del consumo y de la inversión.

El propio FMI señala que la Argentina, Turquía y Venezuela son los únicos países que no consiguen controlar los precios, padecen “un agravamiento de la tensión” y “están inmersos en difíciles procesos de ajuste macroeconómico”. Incluso especula con posibles nuevos episodios de salida de capitales.
También aduce que este año la Argentina padecerá una de las recesiones más profundas del mundo, sólo inferior a las de Venezuela, Irán, Zimbabwe, Nicaragua, Guinea Ecuatorial, Turquía y Sudán.
El resto de los países relevados por el Fondo registrará crecimiento.

Peor aún, para la organización de las Naciones Unidas sobre la Alimentación (FAO), Venezuela, la Argentina y Guatemala son las nuevas caras de la desnutrición y la inseguridad alimentaria en Latinoamérica.
Al comentar el informe de la FAO, el diario español El País recordó que la tasa de pobreza era del 16% de los hogares en 2011 y del 26% en 2018, con más de dos millones de argentinos subalimentados.
Las cifras son mucho peores ahora.
La Argentina es el único de los tres países mencionados que tiene ingresos altos, según la calificación del Banco Mundial, y con capacidad excedente de producción de alimentos.




La interpretación de El País es tendenciosa, en el estilo de la prensa comercial argentina.
Si bien constata que el problema es la inflación, responsabiliza al gobierno anterior: “El gobierno de Mauricio Macri no logró embridar la crisis de deuda ni la subsiguiente escalada de precios en la que metió al país su antecesora, y ahora candidata a la vicepresidencia”.
El diario madrileño desconoce que Macrì duplicó la inflación y triplicó el endeudamiento recibidos de CFK en 2015.
Las causas del hambre son distintas en Guatemala (la FAO responsabiliza a la sequía) y en Venezuela, donde prevalecen la crisis política y el éxodo de población.

Por todo esto, la Argentina no sólo ocupa el podio de los países más vulnerables del mundo sino que obtuvo el primer puesto, por delante de Turquía y Sudáfrica, según el ranking que la agencia Bloomberg confecciona sobre datos del FMI y del Banco Mundial de 2018 que se han agravado desde entonces.
Por ejemplo, estima una deuda externa del 40,5% del PIB, que en realidad es del doble; y una inflación 36% superior a la meta de 10% que fijó el Banco Central.
Pero la inflación interanual no es de 46% sino de 56%.


Más robos y hurtos

Esta catástrofe económica tiene consecuencias sociales. Según un informe de la Procuración General de la Provincia de Buenos Aires, en el territorio que gobierna el Hada Buena en 2018 se incrementaron los delitos, pese al énfasis oficial en la seguridad, el aumento de recursos y la inhumana sobrepoblación de cárceles y comisarias.

Los delitos contra la propiedad crecieron un 16,1%.
Dentro de ellos se destacan los hurtos (29,6%); los hurtos agravados por el uso de armas blancas (63,3%); los robos (17,2%); los robos agravados por el uso de armas de fuego (3,8%); las estafas (55,4%); los secuestros extorsivos (50%). 
Los cuatro primeros no pueden disociarse del estado de necesidad.




La descripción del panorama social adquiere tonos apocalípticos, lo cual es un hábito ítalo - argentino que siempre llama la atención de los observadores extranjeros.
Situaciones equivalentes no son acompañadas de tintes semejantes en Brasil, por ejemplo.

Pero aún descontada esa pasión por el melodrama, que un actor como Raul Rizzo crea que si gana Macrì habrá una guerra civil (por más que luego explicara que la frase fue del entrevistador y que él asintió en una comunicación muy ruidosa que no permitía escuchar bien) y que su colega Rodolfo Ranni asevere que “esto es como una posguerra” (él llegó de Italia en la segunda mitad de la década de 1940) son muestras de la extrema tensión con que se vive la última quincena preelectoral.


Las grandes urbes y el centro

Sin desmerecer la utilidad de las encuestas, siempre que sean bien hechas y mejor interpretadas, las elecciones ya realizadas en 15 distritos muestran una diferencia en contra de Cambiemos de más de medio millón de votos respecto de los obtenidos en 2015.
Además, el oficialismo nacional ha perdido en grandes centros urbanos que fueron su baluarte entonces.
El Gran Norte y el Sur siempre le fueron propicios al peronismo.
Esta vez también ganó la gobernación de Santa Fe y las intendencias de Santa Rosa, Córdoba y Santa Fe y estuvo muy cerca en Rosario.
La gira de Alberto Fernández por Santa Fe en compañía del gobernador electo Omar Perotti registró niveles de entusiasmo que asombraron al propio candidato.
En Córdoba, el gobernador Juan Schiaretti decidió no pronunciarse por temor a que se partiera la mayoría legislativa con que contará por primera vez.
No pudo impedir que un sector significativo de su cordobesismo se acercara al Frente de Todes, aunque confió a su esposa, Alejandra Vigo, dejar constancia de su disgusto. Dijo en un programa local de televisión que no estaba de acuerdo con la decisión del senador delasotista Carlos Caserio de trabajar para les Fernández.
Durante los últimos gobiernos del kirchnerismo, Córdoba estuvo al margen de las decisiones. Creo que los cordobeses tienen buena memoria. Schiaretti tiene una buena relación con Macri, se conocen desde antes».

Durante su última visita, Alberto Fernández recibió el ofrecimiento de Schiaretti de fiscalización y lo declinó con la mayor amabilidad, porque tendrá un equipo propio, con participación de intendencias, gremios y militancia.
En 2015, Carlos Zannini aceptó esa propuesta y como prueba de sinceridad, el gobernador le dijo que su esposa se encargaría de fiscalizar.
Macrì es presidente gracias al 71% que obtuvo en Córdoba, y que ahora no se repetirá.


Schiaretti y Alejandra Vigo (Foto CEDOC).


“Gente incompetente”

Así las cosas, resonó como un trueno en cielo claro el pronunciamiento del economista argentino de la Universidad de Columbia Guillermo Calvo, célebre desde que predijo la crisis del Tequila de 1994.


Guillemo Calvo

En varias entrevistas con publicaciones de Chile, Calvo calificó con extrema dureza a Macrì:
«Aumentó el déficit fiscal y de ahí en adelante adoptó un sistema que se manejó técnicamente mal, por eso ocurrió la devaluación y todo lo demás. Dijeron que iban a dejar flotar y cuando las cosas se complicaron no la dejaron ir, perdiendo un montón de reservas».
«Si la Argentina no le paga al FMI, el FMI se funde. Como decía Keynes cuando uno debe poca plata al banco, uno tiene problemas, pero si uno debe mucha plata al banco, el banco tiene problemas».
«Esta situación, en mi opinión personal, tiene que ver mucho con la presión de Donald Trump, fue muy político todo esto. Han puesto al Fondo en una situación financieramente delicada, corre mucho riesgo con un gobierno argentino que resultó ser muy poco confiable».
«Hicieron una cosa escandalosa que fue decir que se va a cambiar la política monetaria. Sentaron a Federico Sturzenegger - ex presidente del BCRA - en una esquina y habló el jefe de gabinete de ministros. Fue una cosa espantosa que tuvo un impacto muy fuerte en la gente de Wall Street. ‘Estos están locos’, decían. De ahí en adelante perdieron la confianza de todos».
«El Fondo después descubrió que realmente estaba tratando con gente incompetente, políticamente incompetente»,
«El default es un riesgo muy importante. Además, se sigue acumulando deuda del Banco Central, porque ese 50% que se está pagando ahora es sobre bonos que emite el Banco Central. Entonces se endeuda cada día más y eso es difícilmente sostenible».
«Voy a ser mal pensado. Creo que los inversionistas, si asume Macri, tienen más tiempo para sacar su plata, porque Macri no ha mostrado ninguna capacidad de manejar esta situación. Más bien la ha empeorado».
«El tema central de la Argentina es la credibilidad. Entonces, nadie está haciendo planes de inversión ambiciosos. La inversión está colapsada y uno no puede echarle la culpa al gobierno, esto ya es un tema electoral. Para llegar ahí, están ‘planchando’ la tasa de cambio con una tasa de interés, que si el sistema no revienta, es altísima en términos de dólar. Es una solución también de corto plazo, lo que lleva al inversionista a pensar que, como esto no puede durar, no le puede creer al gobierno».
Macri podría perder, porque ha emergido otro personaje que es José Luis Espert y ése le puede sacar votos por derecha. Entonces, de repente, los Fernández ganan en primera vuelta”.
Lejos de espantarse, agregó que “Cristina es lo mejor que le puede pasar al país”.
Porque va a aplicar el ajuste con apoyo popular, culpando al gobernante previo”.
Un gobierno con Cristina puede ser más creíble que el de Macri, que va a subir con muy pocos votos marginales y sin la capacidad de decir lo que hice estuvo mal”.
El ajuste que él haga va a ser en principio muy malo. Macri va a necesitar a una persona de prestigio, pero no sé si esas personas van a querer ser parte de su gobierno. Está muy quemado».
«No estoy a favor de Cristina ni de su gente, pero debo reconocer una cosa: si sube Cristina, ella puede mirar para atrás y decir ‘miren el lío que nos dejó este hombre. Ahora yo tengo que hacer el ajuste que él debió haber hecho y que no hizo’. La ventaja de la izquierda en esas situaciones es que la oposición es la derecha, y ellos hacen política de derecha».

En plena campaña electoral, las opiniones de Calvo son lapidarias para el gobierno.
Clarín lo ignoró y La Nación pretendió que su referencia a Cristina era irónica, cosa que de ninguna manera se desprende del texto.
El tema es más serio: Calvo ningunea al candidato presidencial y habla sólo de Cristina, a quien ve volviendo a la Casa Rosada y no al Senado.
Pero además le marca la agenda aceptable para los mercados.
El título que encomilló La Nación fue “Cristina va a ajustar con apoyo popular, culpando a Macri”.

Hay un antecedente, a fines de la década de 1980, cuando Julio Ramos, director entonces de Ámbito Financiero, se pronunció a favor de Carlos Menem, con fundamentos similares a los de Calvo.
Dijo que sólo el patilludo riojano que prometía la revolución productiva y el salariazo podía realizar el ajuste necesario, porque cualquier otro sería desestabilizado por el sindicalismo peronista.

Ramos no se equivocó, porque conocía bien al candidatoDe ahí a que la historia se repita hay un largo trecho.
Cristina no va a gobernar y Alberto no está planeando ajuste sino expansión de la economía.

Un portal argentino, LPO, presentó a Calvo como el puente con el FMI de Guillermo Nielsen, “que trabaja con Alberto Fernández y suena como su canciller, como paso previo a su desembarco en Hacienda”.

Estas hipótesis son parte de la promoción personal de Nielsen, a quien Fernández no le ofreció ninguno de esos ministerios. Sólo le pidió ayuda en la renegociación de la deuda, cosa que ya hizo hace tres lustros, cuando Alberto era el jefe de gabinete de Néstor Kirchner.


Hecha la ley

Las pocas encuestas que presentan un panorama favorable a Macrì, sólo difundidas por el gobierno, son la preparación psicológica para la noche del domingo 11 de agosto.

Lo mínimo que puede decirse es que el gobierno ha hecho todo lo imaginable para que se sospeche la preparación de un engaño.
Le basta con achicar el margen de su derrota a los límites previamente instalados por medios amistosos para que se considere descontable en octubre y reversible en noviembre. Todo en nombre de la transparencia y de la honestidad, monopolizadas por un gobierno que en algunos rubros no admite competencia.

Los portales El Destape y El Disenso han seguido las huellas que conducen a la escena del crimen electoral.
Algunos indicios:

La empresa SmartMatic Argentina que el 21 de diciembre de 2018 ganó el concurso de precios diseñado por Alejandro Tulio para el Desarrollo del Software de transmisión de Actas, no tenía entre los fines declarados en su estatuto la provisión de software, cosa que agregó en una asamblea posterior, que fue antedatada. Recién en junio informaron que desarrollo y venta de software formaba parte de su objeto social, con referencia a un acta de 2015 que hasta entonces era desconocida.
De acuerdo con el contrato, debía entregar a los partidos el software y el código fuente para que lo auditaran 30 días antes de las elecciones. Este es el tiempo mínimo para realizar esa compleja tarea.
Pero a dos semanas de los comicios no lo ha hecho y según Pérez recién estarán 48 horas antes de las PASO, porque lo van probando y modificando.
Esto solo basta para descalificar este proceso tramposo.

Ante una pregunta de Ari Lijalad, respondió que en ese momento también se entregará a la Cámara Nacional Electoral, sobre la que ostensiblemente procura arrojar la responsabilidad del escándalo en ciernes.
Las dos primeras pruebas realizadas excluyeron a los partidos políticos. La primera fue revelada en El cohete a la Luna el 30 de junio.

El escaneo y la transmisión remota de los telegramas incluye un cambio de formato de archivo. Sale del lugar de votación como .tiff pero llega como .pdf y pierde en el camino la firma digital.
El primer servidor, donde están los .tiff es donde debería ponerse el máximo esfuerzo de control.
En la conferencia con los periodistas se adujeron razones de seguridad para no suministrar la identidad de los técnicos de Smartmatic. Uno de ellos, de nacionalidad venezolana, respondió que no podía explicar cuáles eran las medidas de seguridad para evitar interferencias en ese tránsito.
Ya en las PASO de 2017 se produjo un retoque digital de los telegramas, lo que permitió el festejo anticipado de Cambiemos, pese a que luego se supo que había ganado Unidad Ciudadana.
En la última prueba, el supuesto escrutinio de La Rioja arrojó un 96% de incidencias, es decir errores.
Una especialista técnica requerida por Pérez dijo que eso había sido intencional para probar el sistema, pero no pudieron mostrar ninguna orden previa de registrar esas incidencias y, luego de una espera de varias horas, sólo entregaron dos telegramas con incidencias.

Pérez mostró ante los periodistas un desconocimiento pasmoso del sistema cuya transparencia y agilidad intentaba promover.
Su respuesta más frecuente fue: “No sé”.
Las veces en que acudió en su auxilio a técnicos del Correo y de la empresa, no fue posible clarificar lo que se les preguntaba acerca de los recaudos de seguridad.
Entre los requerimientos confidenciales del Correo a Smartmatic, figura el acceso remoto al sistema para 150 usuarios.

La transformación del .tiff para convertirlo una vez en el Correo en un .pdf fue admitida por un jóven técnico venezolano, tampoco identificado, por las aducidas razones de seguridad.

Ya hubo un precedente en 2017.
Ante las denuncias de Unidad Ciudadana sobre irregularidades en la carga de los datos de las PASO, Macrì respondió con un informe sobre el escrutinio provisorio elaborado por el Ministerio del Interior, basado a su vez en una auditoría realizada por la ONG Transparencia Electoral. El director ejecutivo de Transparencia, el radical Leandro Querido, era empleado de Rogelio Frigerio en el Ministerio del Interior, de la UBA y de la Legislatura porteña.
La ONG no poseía empleados registrados ni realizaba aportes patronales, pero poseía cuatro directores activos: uno de ellos, Adrián Veleff, era apoderado del frente UCR / Cambiemos Chaco; otro, Jesús Enrique Delgado Valery, pasó de recomendar “cómo combatir el mal aliento y blanquear tus dientes utilizando conchas de banana” a realizar análisis políticos y electorales de Venezuela y Argentina.

Transparencia no tenía sede propiaAlquilaba el uso de una mesa y una silla y una sala de conferencias en una oficina compartida por la que pagaba 3.000 pesos de entonces al mes.
Frigerio admitió que Querido era empleado del Ministerio pero negó haber pagado la auditoría.

Los disidentes replicaron que el ex director nacional electoral y luego Director de Asuntos Públicos del Correo Oficial, Alejandro Tulio, contrató a Transparencia Electoral por 200.000 pesos para auditar el escrutinio de las PASO.
Tulio ha dictado seminarios junto con Querido.
En noviembre de 2016, María Eugenia Vidal recibió una distinción en Washington por su impulso a la reforma política de la provincia de Buenos Aires para terminar con las reelecciones indefinidas.
Se la entregó Leandro Querido en representación de “Transparencia Electoral”, la ONG que no le hace honor a su nombre.

La noche del 11 de agosto será caótica y ruidosa.
El gobierno ha creado las condiciones para que el poder mediático de cada fórmula sea el que instale el presunto resultado de un escrutinio que carecerá de la imprescindible credibilidad.
El fiscal electoral Jorge Di Lello y la Cámara Nacional Electoral aseveran que no hay posibilidad de fraude, porque el sistema que el gobierno no pudo manotear, guarda como reaseguro la apertura de las urnas y el recuento de las papeletas.
Eso es cierto, pero se aplica cuando las dudas, irregularidades o denuncias son un porcentaje moderado del total.

El escenario montado desde el Correo Oficial por el monje negro electoral Alejandro Tulio, quien como el sol está, aunque no se lo vea, y por quien recibe las bofetadas el confuso y confundido Adrián Pérez, es de zafarrancho general.
Nunca antes desde 1983 la estocada a los fundamentos del sistema democrático y su fiabilidad había sido tan profunda, porque tampoco lo que estaba en juego parecía tan decisivo para el futuro de la Argentina.



Adrian Perez y Laura Alonso: tramparencia.

viernes, 26 de julio de 2019

"CHAU", DIEGO, de Osvaldo Soriano - 9/7/94

Muchos argentinos sienten que con el fusilamiento de Diego Maradona ha terminado el Mundial, que lo que sigue es una comedia sin héroes muy digna de estos tiempos.
Dice Gilles Lipovetsky en La era del vacío, que "de la lucha de clases hemos pasado a la guerra de todos contra todos". Y ese proceso de personalización y narcisismo, "no elimina los código sino que los descongela, a la vez que impone nuevas re glas adaptadas al imperativo de producir precisamente una persona pacificada"
Y si no, te pacifican a palos, como a Diego.

Pero bueno, estoy hablando de fútbol, es decir, de artistas, gánsteres y vampiros.
Los artistas están en el terreno, los otros en las oficinas de la FIFA.
Después de saciar su apetito, los vampiros son amables y generosos pero si los dejas con apetito de venganza, Dios te proteja.
Tal vez a los vampiros haya que contarles fábulas para conmoverlos. No cualquier fábula, claro; quieren historias de sangre. Trágicos arrumacos medievales en los que el narrador evoca amores perdidos, odios duraderos, muertes tempranas.

Por ejemplo, el romancero de un Zorzal al que cortaron las alas mientras volaba con los ángeles.
Los argentinos podríamos decir que se llamaba Carlitos Gardel y que todavía lo idolatramos aunque alguna vez haya sido ladrón, burrero y fumador.

Un día, a punto de llegar a la cima, lejos de la patria, tuvo un accidente argentino. Uno de esos inexplicables golpes de infortunio que nos impiden ser eso para lo que Dios nos ha creado.

Otro romance de amor, de ambición y de muerte es el que cuenta la historia del hada buena y sus grasitas desamparados.
Evita había pasado por la puerta cuartel y se enamoró de un coronel. Era muy joven y soñaba con hacer felices a los trabajadores. Estaba a punto de conseguirlo pese al odio de muchos oligarcas, pero el destino no se lo permitió.
Le cortaron el aliento y también a ella, costurera y princesa, la lloramos con versos de amor.

Pero no termina ahí el tango.
El coronel Perón se hizo general, se desvivió por sus descamisados, quiso ser Robin Hood y terminó en medio de la tempestad, llevándose en los oídos la música de nuestro cansado corazón.
Al poco tiempo alguien fue al cementerio con un hacha y le cortó las manos.

Esos romances cantados por dulces trovadores suelen conmover a los vampiros. Hay que contarles, sobre todo, las escenas truculentas.
Si estas leyendas no bastan para seducirlos, hay que recurrir a nuestra historia más triste, la del chico que jugaba a la pelota como nadie lo hizo nunca.
Se llama Diego y si lo llaman él mismo puede contar la parábola del insensato muchacho que quiso comerse al mundo y sus reglas.

Hizo todo al revés: no buscó una princesa para casarse, no se inclinó ante los poderosos, no fundó un banco, con el dinero que ganó se puso al lado de Fidel mientras la mayoría lo abandonaba.
Se dejó romper una pierna en Barcelona.
Jugó para una ciudad pobre y olvidada de Italia y disgustó a las buenas conciencias del mundo posindustrial.
Claro que ganó plata, sin duda mucha, pero no cuidó las formas como Pelé.
Se metió en líos tantas veces que al final, en el ocaso de un largo partido, aquellos a los que había ofendido decidieron apartarlo del terreno.

Hasta que le llegó, inexorable, su final argentino. Le cortaron las piernas. 
La imagen es suya, pero los vampiros son insensibles a estas historias que sólo son ciertas si hay alguien dispuesto a creerlas.

La que dejó Diego es una leyenda que va a durar por los siglos de los siglos, más allá del fútbol.
No porque sea edificante, sino porque nos pinta a los argentinos tal como queremos verlos: hermosos, abatidos por una incomprensible injusticia.

AQUÉL PERONISMO DE JUGUETE, de Osvaldo Soriano

Cuando yo era chico Perón era nuestro Rey Mago: el 6 de Enero bastaba con ir al correo para que nos dieran un oso de felpa, una pelota o una muñeca para las chicas.
Para mi padre eso era una vergüenza: hacer la cola delante de una ventanilla que decía “Perón cumple, Evita dignifica”, era confesarse pobre y peronista.
Y mi padre, que era empleado público y no tenía la tozudez de Bartleby el escribiente, odiaba a Perón y a su régimen como se aborrecen las peras en compota o ciertos pecados tardíos.

Estar en la fila agitaba el corazón: ¿quedaría todavía una pelota de fútbol cuando llegáramos a la ventanilla?, ¿o tendríamos que contentarnos con un camión de lata, acaso con la miniatura del coche de Fangio?
Mirábamos con envidia a los chicos que se iban con una caja de los soldaditos de plomo del general San Martín: ¿se llevaban eso porque ya no habría otra cosa, o porque le gustaba jugar a la guerra?
Yo rogaba por una pelota, de aquellas de tiento, que tenían cualquier forma menos redonda.

En aquella tarde de 1950 no pude tenerla.
Creo que me dieron una lancha a alcohol que yo ponía a navegar en un hueco lleno de agua, abajo de un limonero. Tenía que hacer olas con las manos para que avanzara.
La caldera funcionó sólo un par de veces pero todavía me queda la nostalgia de aquel chuf, chuf, chuf, que parecía un ruido de verdad, mientras yo soñaba con islas perdidas y amigos y novias de diecisiete años.
Recuerdo que ésa era la edad que entonces tenían para mí las personas grandes.

Rara vez la lancha llegaba hasta la otra orilla.
Tenía que robarle la caja de fósforos a mi madre para prender una y otra vez el alcohol y Juana y yo, que íbamos a bordo, enfrentábamos tiburones, alimañas y piratas emboscados en el Amazonas, pero mi lancha peronista era como esos petardos de Año Nuevo que quemaban sin explotar.

El general nos envolvía con su voz de mago lejano.
Yo vivía a mil kilómetros de Buenos Aires y la radio de onda corta traía su tono ronco y un poco melancólico.
Evita, en cambio, tenía un encanto de madre severa, con ese pelo rubio atado a la nuca que le disimulaba la belleza de los treinta años.

Mi padre desataba su santa cólera de contrera, y mi madre cerraba puertas y ventanas para que los vecinos no escucharan. 
Tenía miedo de que perdiera el trabajo.
Sospecho que mi padre, como casi todos los funcionarios, se había rebajado a aceptar un carné del Partido para hacer carrera en Obras Sanitarias.
Para llegar a jefe de distrito en un lugar perdido de la Patagonia, donde exhortaba al patriotismo a los obreros peronistas que instalaban la red de agua corriente.

Creo que todo, entonces, tenía un sentido fundador.
Aquel “sobrestante” que era mi padre tenía un solo traje y dos o tres corbatas, aunque siempre andaba impecable.
Su mayor ambición era tener un poco de queso para el postre.
Cuando cumplió cuarenta años, en los tiempos de Perón, le dieron un crédito para que se hiciera una casa en San Luis.
Luego, a la caída del general, la perdió, pero seguía siendo un antiperonista furioso.

Después del almuerzo pelaba una manzana, mientras olía las protestas de mi madre porque el sueldo no alcanzaba.
De pronto golpeaba el puño sobre la mesa y gritaba:
¡No me voy a morir sin verlo caer..!”.

Es un recuerdo muy intenso que tengo, uno de los más fuertes de mi infancia: mi padre pudo cumplir su sueño en los lluviosos días de setiembre de 1955, pero Perón se iba a vengar de sus enemigos y también de mi viejo que se murió en 1974, con el general de nuevo en el gobierno.

En el verano del 53, o del 54, se me ocurrió escribirle. 
Evita ya había muerto y yo había llevado el luto.
No recuerdo bien: fueron unas pocas líneas y él debía recibir tantas cartas que enseguida me olvidé del asunto.
Hasta que un día un camión del correo se detuvo frente a mi casa y de la caja bajaron un paquete enorme con una esquela breve:
Acá te mando las camisetas. Pórtense bien y acuérdense de Evita que nos guía desde el cielo”.
Y firmaba Perón, de puño y letra.
En el paquete había diez camisetas blancas con cuello rojo y una amarilla para el arquero. La pelota era de tiento, flamante como las que tenían los jugadores en las fotos de El Gráfico.

El general llegaba lejos, más allá de los ríos y los desiertos. Los chicos lo sentíamos poderoso y amigo.
En la Argentina de Evita y Perón los únicos privilegiados son los niños”, decían los carteles que colgaban en las paredes de la escuela.
¿Cómo imaginar, entonces, que eso era puro populismo demagógico?

Cuando Perón cayó, yo tenía doce años.
A los trece empecé a trabajar como aprendiz en uno de esos lugares de Río Negro donde envuelven las manzanas para la exportación.
Choice se llamaban las que iban al extranjero; Standard las que quedaban en el país.
Yo les ponía el sello a los cajones.
Ya no me ocupaba de Perón: su nombre y el de Evita estaban prohibidos. Los diarios llamaban “tirano prófugo” al general.
En los barrios pobres las viejas levantaban la vista al cielo porque esperaban un famoso avión negro que lo traería de regreso.

Ese verano conocí mis primeros anarcos y rojos que discutían con los peronistas una huelga larga.
En marzo abandonamos el trabajo. Cortamos la ruta, fuimos en caravana hasta la plaza y muchos gritaban “Viva Perón, carajo..!”. Entonces cargaron los cosacos y recibí mi primera paliza política.
Yo ya había cambiado a Perón por otra causa, pero los garrotazos los recibía por peronista.
Por la lancha a alcohol que nunca anduvo. Por las camisetas de fútbol y la carta aquella que mi madre extravió para siempre cuando llegó la Libertadora.

No volví a creer en Perón, pero entiendo muy bien por qué otros necesitan hacerlo. 
Aunque el país sea distinto, y la felicidad esté tan lejana como el recuerdo de mi infancia al pie del limonero, en el patio de mi casa.

martes, 23 de julio de 2019

ECHE VEINTE CENTAVOS EN LA RANURA, de Raúl González Tuñón

A pesar de la sala sucia y oscura
de gentes y de lámparas luminosas,
si quiere ver la vida color de rosa
eche veinte centavos en la ranura.


¡Y no ponga los ojos en esa hermosa
que frunce de promesas la boca impura!
Eche veinte centavos en la ranura
si quiere ver la vida color de rosa.


El dolor mata amigo, la vida es dura,
y ya que usted no tiene ni hogar ni esposa,
si quiere ver la vida color de rosa
eche veinte centavos en la ranura.

LOS LADRONES, de Raúl González Tuñón

Ven a verlos por la mañana
con la gorra hasta las orejas.
Han desvalijado a las viejas
del Asilo de las Hermanas.

Dilapidarán sus dineros
con mujeres y malandrinos,
en pocilgas y merenderos,
en milongas y clandestinos.

Oirán un tango de Pracánico,
y en lo del Pena ole con ole,
mientras sueñan con Rocambole
las muchachas en el Botánico.

Del Parque Goal el payador
humedecerá sus mejillas,
cantando sombrías coplillas
de sangre, de muerte y de amor.

A la noche con la mamúa,
irán de pura recalada
a besar la crencha engrasada
que cantó Carlos de la Púa.

Y son humanos, inhumanos,
fatalistas, sentimentales,
inocentes como animales,
y canallas como cristianos.

Ninguna angustia los desgarra.
Cada cual vive como quiere.
Cuando la madre se les muere
le ponen luto a la guitarra.

Los ladrones

Los ladrones usan gorra gris,
bufanda oscura y camiseta a rayas.
Algunos llevan una linterna sorda en el bolsillo.
Por otra parte, se enamoran

de robustas muchachas,
coleccionan tarjetas postales, y a veces
lucen un tatuaje en el brazo izquierdo,
una flor, un barco y un nombre: Rosita.

Todos los ladrones
están enamorados de Rosita
y yo también.

Los ladrones saben silbar,
bajarse de los coches en movimiento
y bailar el vals.

Aman sobre todo a la madre anciana
y cuando ésta se les muere
cantan un tango, lloran desconsoladamente

y de los objetos dejados por la muerta,
a repartirse entre los hermanos,
eligen una virgen de plata y el canario.

LA CALLE DEL AGUJERO EN LA MEDIA, de Raúl González Tuñón

Yo conozco una calle que hay en cualquier ciudad,
y la mujer que amo con una boina azul.
Yo conozco la música de un barracón de feria,
barquitos en botellas y humo en el horizonte.


Yo conozco una calle que hay en cualquier ciudad.


Ni la noche tumbada sobre el ruido del bar,
ni los labios sesgados sobre un viejo cantar,
ni el afiche apagado del grotesco armazón,
telaraña del mundo para mi corazón.

¡Ni las luces que siempre se van con otros hombres
de rodillas desnudas y de brazos tendidos!

-Tenía unos pocos sueños iguales a los sueños
que acarician de noche a los niños dormidos-.

Tenía el resplandor de una felicidad,
y veía mi rostro fijado en las vidrieras,
y en un lugar del mundo era un hombre feliz.

¿Conoce usted paisajes pintados en los vidrios?
¿Y muñecos de trapo con alegres bonetes?
¿Y soldaditos juntos marchando en la mañana
y carros de verduras con colores alegres?

Yo conozco una calle de una ciudad cualquiera,
y mi alma tan lejana y tan cerca de mí,
y riendo de la muerte y de la suerte y,
feliz como una rama de viento en primavera.

El ciego está cantando. Te digo: ¡Amo la guerra!
Esto es simple querida, como el globo de luz
del hotel en que vives. Yo subo la escalera
y la música viene a mi lado, la música.

Los dos somos gitanos de una troupe vagabunda,
alegres en lo alto de una calle cualquiera.

Alegres las campanas como una nueva voz.
Tú crees todavía en la revolución,
y por el agujero que coses en tu media
sale el sol y se llena todo el cuarto de luz.

Yo conozco una calle que hay en cualquier ciudad,
una calle que nadie conoce ni transita.

Solo yo voy por ella con mi dolor desnudo,
solo con el recuerdo de una mujer querida.
Está en un puerto. ¿Un puerto? Yo he conocido un puerto.
Decir, yo he conocido, es decir: Algo ha muerto.

LA LUNA CON GATILLO, de Raúl González Tuñón

Es preciso que nos entendamos.
Yo hablo de algo seguro y de algo posible.
Seguro es que todos coman
y vivan dignamente,
y es posible saber algún día
muchas cosas que hoy ignoramos.
Entonces, es necesario que esto cambie.

El carpintero ha hecho esta mesa
verdaderamente perfecta,
donde se inclina la niña dorada
y el celeste padre rezonga.
Un ebanista, un albañil,
un herrero, un zapatero,
también saben lo suyo.

El minero baja a la mina,
al fondo de la estrella muerta.
El campesino siembra y siega
la estrella ya resucitada.
Todo sería maravilloso
si cada cual viviera dignamente.

Un poema no es una mesa,
ni un pan,
ni un muro,
ni una silla,
ni una bota.

Con una mesa,
con un pan,
con un muro,
con una silla,
con una bota,
no se puede cambiar el mundo.

Con una carabina,
con un libro,
eso es posible.

¿Comprendéis por qué
el poeta y el soldado
pueden ser una misma cosa?

He marchado detrás de los obreros lúcidos,
y no me arrepiento.
Ellos saben lo que quieren,
y yo quiero lo que ellos quieren:
la libertad, bien entendida.

El poeta es siempre poeta,
pero es bueno que al fin comprenda,
de una manera alegre y terrible,
cuánto mejor sería para todos
que esto cambiara.

Yo los seguí
y ellos me siguieron.
¡Ahí está la cosa!

Cuando haya que lanzar la pólvora,
el hombre lanzará la pólvora.
Cuando haya que lanzar el libro,
el hombre lanzará el libro.
De la unión de la pólvora y el libro
puede brotar la rosa más pura.

Digo al pequeño cura,
y al ateo de rebotica,
y al ensayista,
al neutral,
al solemne
y al frívolo,
al notario y a la corista,
al buen enterrador,
al silencioso vecino del tercero,
a mi amiga que toca el acordeón:
- Mirad la mosca aplastada
bajo la campana de vidrio.

No quiero ser la mosca aplastada.
Tampoco tengo nada que ver con el mono.
No quiero ser abeja.
No quiero ser únicamente cigarra.
Tampoco tengo nada que ver con el mono.
Yo soy un hombre, o quiero ser un verdadero hombre,
y no quiero ser, jamás,
una mosca aplastada bajo la campana de vidrio.

Ni colmena, ni hormiguero:
no comparéis a los hombres
nada más que con los hombres.

Dadle al hombre todo lo que necesite.
Las pesas para pesar,
las medidas para medir,
el pan ganado altivamente,
la flor del aire,
el dolor auténtico,
la alegría sin una mancha.

Tengo derecho al vino,
al aceite, al Museo,
a la Enciclopedia Británica,
a un lugar en el ómnibus,
a un parque abandonado,
a un muelle,
a una azucena,
a salir,
a quedarme,
a bailar sobre la piel
del Último Hombre Antiguo,
con mi esqueleto nuevo
cubierto con piel nueva
de hombre flamante.

No puedo cruzarme de brazos
e interrogar ahora al vacío.
Me rodean la indignidad
y el desprecio;
me amenazan la cárcel y el hambre.
¡No me dejaré sobornar!

No. No se puede ser libre enteramente
ni estrictamente digno ahora,
cuando el chacal está a la puerta
esperando
que nuestra carne caiga, podrida.

Subiré al cielo,
le pondré gatillo a la luna,
y desde arriba fusilaré al mundo,
suavemente,
para que esto cambie de una vez.

lunes, 22 de julio de 2019

BENVENUTTI A MACRILAND, de Rocco Carbone - 21/7/19

Un libro fundamental para entender la relación entre Macri y la mafia


Del trabajo

La mafia es un poder criminal organizado, cuyas acciones muy raramente dejan rastros comprobables -y por ende perseguibles- por parte de un Estado.
Esa coexistencia de crímenes y ausencia de pruebas es la insidia a la que nos enfrenta toda mafia.
En un artículo del ex fiscal federal Luis Moreno Ocampo publicado en La Nación en 1997 con motivo del asesinato de José Luis Cabezas, hay una frase sintomática al respecto: 

Hablar de mafia significa encontrar las pruebas; si no se encuentran las pruebas, no se encuentra la mafia, y dado que la mafia nació para no dejar pruebas, por lo tanto la mafia no existe”.

Las mafias nacen en territorios específicos de Italia y tienen casi doscientos años.
Históricamente se articulan alrededor del uso extrainstitucional de la violencia con el objetivo de resolver conflictos, intimidar, robar, amasar fortunas propias o defender las fortunas y los intereses de las clases dominantes.
Esa violencia funcionó siempre en paralelo con otra violencia, aquella monopolizada por el Estado moderno.

El método mafioso capitaliza la violencia y a partir de ahí acumula riquezas, control y poder en la esfera de la sociedad civil y en el Estado.
En Italia, en contadas ocasiones ha logrado copar partes del Estado, pero nunca ha podido hacerlo desde la cúspide que implica la Presidencia de un gobierno.
En la Argentina, en cambio, estamos frente al crecimiento de las ambiciones de un poder mafioso que ha aumentado su escala y ha copado el Estado desde su cúpula.
Una mafia que ha dado un salto cualitativo.
Digamos, se ha refinado.

[…] Este libro expone y descifra distintas lógicas mafiosas presentes en nuestra vida colectiva. Su articulación explica una parte de la teoría del Estado del gobierno de la Alianza Cambiemos, imbricada con la cultura mafiosa.
Esta investigación propone siete lógicas: la deportiva, la familiar, la violencia, la pe(n)sada herencia y los cuadernos (fotocopias) extraviados de las coimas, la protección, la negación y la extorsión.

Lógica deportiva


Uno de los ámbitos de los negocios mafiosos es el fútbol.
Se trata de una actividad económica que representa un canal cómodo para lavar dinero e inyectarlo en la economía legal que permite también, y sobre todo, crear una imagen pública reconocible, con consenso popular y con prestigio social por el interés masivo que este deporte tiene.
Lxs hinchas son ciudadanxs que votan.
Y el consenso social, con leves mediaciones -un Partido, por ejemplo- se torna consenso político.
El fútbol entonces permite solapar una imagen crítica preexistente y reponerla con otra, más glamorosa, de empresario exitoso.
Pero permite activar también otra dimensión: las relaciones prestigiosas, con políticos, empresarios, banqueros, profesionales, etc.
Entonces, pasa a ser una herramienta poderosa de agregación y de integración social, de construcción de sentido de pertenencia y de identidad relacionada con un territorio y una nación.
Por otra parte, supone menos violencia y más negocios.

Los capitales invertidos se multiplican de la misma manera respecto de otras actividades criminales clásicas, como el tráfico de drogas xeneize; y de modo menos peligroso, lo cual implica menos riesgos de perder lo invertido.
Implica reglas más permisivas y controles menos estrictos, por ende es más difícil perseguir los ilícitos.
Y si se elige bien el cuadro, hasta puede poner en diálogo distintas tradiciones culturales.
La inmigración italiana y la vertiente nacional y popular.
Esto, en dialecto genovés, se dice xeneize. Más preciso: Boca Juniors.
El fútbol ahí se transforma en poder: político, esto es, público, social, emotivo.

Entre 1983 y 1986 el club tiene una crisis que lo pone al borde de la quiebra.
Macri gana las elecciones a presidente de Boca en 1995 y, en tanto club popular, el club le otorga -al hasta ese entonces hijo más o menos díscolo de Franco- el aura de hombre “del pueblo”.
Con esa elección se pone en funcionamiento una receta exitosa ya probada (en Italia con Berlusconi y el Milan) que lo ayuda a perfilarse como líder por afuera de un partido tradicional y le abre las perspectivas necesarias para fundar un partido propio.
Macri logra fama gracias al crédito adquirido con el fútbol.
En 2003 se lanza a la campaña para jefe de Gobierno porteño, cargo que gana en 2007.
La historia a partir de la crisis de 2015 es innecesario reponerla pues forma parte del presente político de la Argentina.
En cuanto a Boca y a una trama de relaciones muy densas, hay un actor presente en esta historia de fútbol que volverá a aparecer en la escena de la vida política de 2018-2019, a través de múltiples gambetas judiciales, de espionaje y corrupción: Carlos Stornelli, ahora fiscal estrella del macrismo y en su momento jefe de seguridad de Boca Juniors.

Mauricio Macri fue presidente de Boca entre 1995 y diciembre de 2007. […] Stornelli integró la comisión directiva aparentemente desde 2007 […]. Y estuvo ahí hasta diciembre de 2015.
Durante ese período fue jefe de la Comisión de Seguridad de Boca, creada en 2007 por Mauricio Macri.
Por esa Comisión de Seguridad pasaron los jueces y fiscales de Comodoro Py que hoy se encargan de llevar adelante la persecución a todo lo que huela a kirchnerismo.


Si algo no les falta es sentido del humor


Lógica de la extorsión

La extorsión es una figura central en la articulación de toda mafia. Forma parte de un entramado mayor: la corrupción, que es inherente a la lógica y al funcionamiento del sistema capitalista.
La corrupción -bajo las formas de la extorsión-, como sistema de mediación entre economía, administración pública y política, encuentra siempre en su camino a la criminalidad organizada.
Sus formas son características del método mafioso, que pone en diálogo y coordinación ámbitos que tendemos a pensar como contrapuestos: la legalidad y la ilegalidad a partir de la violencia privada ahora enquistada en el Estado.

La nota de Verbitsky (“Extorsión”) sobre la relación entre el falso abogado Marcelo D’Alessio -paradójicamente: espía oficial y extraoficial, argentino y extranjero, supuestamente vinculado con la Drug Enforcement Administration (DEA), sobrino del Escribano General del Gobierno de la Nación, faccendiere de las posiciones de Cambiemos en temas de seguridad y defensa en los medios de comunicación, conocedor del crimen organizado, pero sobre todo operador de la violencia privada- y Carlos Stornelli, el fiscal federal del caso de las fotocopias de los cuadernos, ha hecho emerger el nexo entre crimen organizado, corrupción, administración pública, ilegalidad y fragmentos de la política.

En la misma línea, pero a través de los canales jurídicos, la investigación del juez Alejo Ramos Padilla aún en curso está demostrando la amplitud de articulación y la peligrosidad de la penetración mafiosa en los distintos contextos en el que se desarrolla la vida política nacional.
Se trata de una red paraestatal de espionaje ideológico, político y judicial de gran magnitud. […]
Estamos frente a una densa red de corrupción, extorsión, manipulación de causas judiciales, ataque al trabajo periodístico, espionaje ilegal, actuaciones de los aparatos de inteligencia nacionales y extranjeros.
Más preciso: una red organizada y con protección en el más alto nivel oficial del gobierno.

La investigación de Ramos Padilla está demostrando los hilos reticulados de una organización criminal cuyos integrantes forman parte de un aparato estatal y paraestatal, que vinculan paradójicamente la Justicia y la injusticia, que extorsionan, que llevan a cabo tareas de inteligencia, y que tienen vínculos con el Estado (la AFI, ex SIDE), con el Ministerio de (in)Seguridad, la legisladora Elisa Carrió (quien denunció en el juzgado de Claudio Bonadio un complot, tratando de defender a Stornelli) y, al parecer, con la propia Presidencia de la Nación.

[…] Está probado -por un documento que la empresa de telefonía celular Movistar le hizo llegar a Ramos Padilla- que la ministra Bullrich mantenía contactos directos con Marcelo D’Alessio.
Ahí se lee:

Oficio 737806 (ad), Buenos Aires, 9 de mayo de 2019 […] en contestación al Oficio librado con relación a los Autos No. 88/2019 caratulado “D’Alessio y otros s/asociación ilícita, etc”.
Al respecto, conforme surge de los registros informáticos de mi mandante, le informo que la línea 1123426283 está asignada a Patricia Bullrich, DNI 11988336, con domicilio de facturación en Antonio Beruti 3822, CP 1425, CABA, Tel de contacto: 1148327319, desde 27/01/2017 a la fecha.

El affaire estalla a partir de una denuncia por chantaje del empresario agropecuario Pedro Etchebest, quien presenta grabaciones, audios y capturas de pantalla de diálogos, pruebas contundentes que demuestran que Marcelo D’Alessio y su banda trataron de extorsionarlo.
A partir de ese momento se empieza a configurar un mapa de las rutinas (i)legales de la (in)Justicia.
Según el denunciante, D’Alessio le pidió trescientos mil dólares para no ser llevado ante la Justicia por la causa de las fotocopias de los cuadernos de las coimas, el expediente por el cual se investiga a políticos y empresarios por hechos de corrupción en la concesión de obras públicas durante el gobierno kirchnerista.

En el curso de la investigación se demuestra que esta banda (integrada también por los dos ex comisarios Aníbal Degastaldi y Ricardo Bogoliuk, el espía Rolando Hugo Barreiro y el periodista Daniel Santoro, sospechado de llevar a la tapa de Clarín las informaciones proporcionadas por D’Alessio y obtenida por medio de procedimientos extorsivos) no se ocupó sólo de una extorsión a un solo empresario, sino de muchas extorsiones a expensas de otros empresarios, coacciones, armados de causas y declaraciones falsas, espionaje ilegal y comercial de empresas petroleras, hasta llegar al espionaje ilegal del ex marido (Jorge Christian Castañón) de la actual esposa de Stornelli.
Además de Etchebest extorsionaron a Mario Cifuentes, Pedro Erasmo Barreiro y Víctor Palomino Zitta, al aduanero Gabriel Traficante, llevaron a cabo un acto de coacción en contra del ex gerente de la petrolera PDVSA en la Argentina, Gonzalo Brusa Dovat, con el objetivo de que implicara en actividades irregulares a funcionarixs del último gobierno kirchnerista, prepararon cámaras ocultas contra los abogados Javier Landaburu y José Manuel Ubeira, participaron en el armado de la declaración falsa del empresario y financista Leonardo Fariña, y espiaron al ex gobernador radical de Corrientes, Ricardo Colombi (esta pista surgió de la declaración del espía Rolando Hugo Barreiro), entre otras operaciones turbias.

En la investigación que se lleva a cabo en Dolores, Stornelli debe responder por estas operaciones turbias (acusaciones), por más que no sea la figura central de la trama.
Sin embargo, el 24 de mayo de 2019 el juez le solicitó al procurador Eduardo Casal la remoción y el desafuero del fiscal, en rebeldía desde el 26 de marzo.
A principio de junio el fiscal rebelde dijo que era su deber no presentarse frente a Ramos Padilla porque el expediente que instruye está “armado para ‘voltear’ la causa de las fotocopias de los cuadernos y que no va a la indagatoria para proteger esa investigación.

En el caso de Stornelli, más que de rebeldía deberíamos decir que se trata de un magistrado contumaz, pues se resiste a los principios de la propia institución que debería representar.
Además, recordemos que la causa de las fotocopias de los cuadernos es instruida por el juez Claudio Bonadio.
Por otra parte, el procurador interino Casal está haciendo de todo para proteger al fiscal Stornelli, que además cuenta con el apoyo explícito del presidente Macri y con la protección del coro mediático.
En cuanto al apoyo explícito de Macri a Stornelli: el 29 de mayo de 2019, con motivo de la conmemoración del 209 aniversario de la creación del Ejército argentino, en el Colegio Militar vimos una foto en la que el fiscal estaba sentado en segunda fila, casi detrás del Presidente de la Nación.
La lectura que nos ofrece Mónica Peralta Ramos de esta gestualidad es sintomática:





«En el Día del Ejercito, a cincuenta años del Cordobazo, y en medio de un paro general contra las políticas de su gobierno, Macri mostró los filosos dientes de la impunidad mafiosa.
Eligiendo el escenario de los festejos militares, dejó trascender que no vacilará en provocar un caos institucional para mantenerse en el poder.
En ese escenario poblado de fantasmas de un pasado terriblemente violento, reivindicó su polémico decreto destinado a la militarización de las tareas de seguridad interna vedadas en democracia por las Leyes de Defensa Nacional y de Seguridad Interior y dio apoyo público al fiscal Stornelli sentándolo a su lado, y rodeándolo de altos funcionarios de su gobierno. […]
Un fiscal que tiene a su cargo causas de corrupción que atañen directamente a las empresas del Presidente y de su familia».

[…] Pero la red tiene un entramado aún más denso: parece increíble pero es así.
Por una nota que apareció el 25 de abril de 2019 en Página/12, descubrimos que la criminalidad organizada de D’Alessio y compañía se dedicaba también a otro rubro: el lavado de dinero proveniente del narcotráfico.
El viernes 31 de mayo Ramos Padilla dio la orden de detener a Pablo Bloise, probable financista de una banda (asociación delictiva) dedicada al lavado de dinero (por medio de transferencias internacionales, millonarias y en dólares hacia las islas Comores, cuyo origen es ilícito) e integrada por Marcelo D’Alessio, Ricardo Bogoliuk y Marcelo de Gorriti. Recuerdo que una de las fuentes más importante de las inversiones de las sociedades criminales organizadas está constituida por el tráfico de estupefacientes y que actualmente la ‘ndrangheta funciona como un cartel más (de distribución), relacionado con los carteles latinoamericanos, y se ocupa del tráfico de estupefacientes en Europa.
Este dato hay que ponerlo en paralelo con el aumento del consumo de estupefacientes debido a una comercialización más accesible durante el gobierno de la Alianza Cambiemos.
Si las pistas que está siguiendo Ramos Padilla se revelaran ciertas, quedaría demostrado cabalmente que estamos frente a la existencia del crimen organizado de signo ‘ndranghetista en la Argentina.

Por otra parte, el juez verificó que a través de un sistema de correos electrónicos se armó la declaración falsa del mediático arrepentido Leonardo Fariña -el gran divulgador del “se robaron un PBI”- cuyo objetivo apuntaba a “denunciar” un plan sistemático de enriquecimiento a expensas del Estado durante el último gobierno K para involucrar a la ex presidenta Cristina Fernández (junto con Julio De Vido, Roberto Baratta, ex mano derecha del propio De Vido, Lázaro Báez) en la causa del lavado de dinero -que los grandes medios dieron a conocer como la “ruta del dinero K”- y en una supuesta serie de irregularidades en la obra pública en Santa Cruz.
Toda la operatoria cayó en saco roto puesto que a Cristina Fernández de Kirchner se le dictó la falta de mérito ya que no se encontraron ni bóvedas, ni sociedades ocultas ni cuentas en paraísos fiscales.
Pero completemos este entramado: Fariña fue entrenado por una abogada que le proporcionó “herramientas técnicas”, Florencia Guijo, especializada en derecho administrativo y contratada por Raúl Copes, un servicio de la AFI.
Guijo presentó un escrito ante el juez Ramos Padilla y ahí se demuestra que en la declaración de Fariña se copiaron treinta y dos párrafos de los correos enviados por la AFI.
Esto quiere decir que las declaraciones de Fariña tienen su origen en el gobierno. […]

A fines de mayo de 2019, en el programa de C5N, Minuto Uno, los periodistas Juan Amorín y Gustavo Sylvestre revelaron otro hecho delictivo a cargo de la banda D’Alessio. Esta vez a expensas del ex titular de la Aduana: Juan José Gómez Centurión, un negacionista de los crímenes de la dictadura y actualmente candidato a la Presidencia de la Nación por el espacio ultraconservador Nos.
En agosto de 2016 fue relevado de su cargo en la Aduana a partir de una denuncia de la ministra Bullrich vinculada con la llamada “mafia de los contenedores” (que custodiaban pseudoefedrina).
En el allanamiento que llevó a cabo Ramos Padilla a la casa de D’Alessio aparecieron informes de inteligencia que demostrarían cómo Gómez Centurión fue otro blanco de la banda de espionaje ilegal.

Si atendemos a una parte del contenido de la primera audiencia del ex espía Rolando Hugo Barreiro para optar por la figura de imputado colaborador/arrepentido frente al fiscal Juan Pablo Curi, la organización que está investigando el juez de Dolores tiene tres niveles de articulación y tres tipos de usuarios.
El primer nivel tiene que ver con el narcotráfico y la beneficiaria sería la ministra Bullrich.
El segundo concierne al espionaje político y las usuarias de esos servicios serían las diputadas Elisa Carrió y Paula Oliveto.
El tercero estaría nexado con la causa de las fotocopias de los cuadernos y el beneficiario principal de esas informaciones sería el fiscal Stornelli

Si las pistas que está siguiendo Ramos Padilla se develaran en su totalidad (si es que antes las fuerzas cambiemitas no le arrebatan el expediente), a mi juicio se chocarían con la existencia del crimen organizado de signo ‘ndranghetista en la Argentina.
Pues estamos frente a un entramado de relaciones espesas, frente a una causa de enorme trascendencia sistémica entre D’Alessio, Fariña, Stornelli, la AFI, Comodoro Py, y al parecer dos ministerios -(in)Seguridad e (in)Justicia- y el propio gobierno nacional.
Esta apreciación última encuentra un correlato empírico proporcionado por el juez de Casación Alejandro Slokar, quien la última semana de junio de 2019 sufrió una maniobra cuyo objetivo apuntó a excluirlo de la intervención en la causa que se tramita en Dolores.
Detrás de esa recusación estuvo la diputada Carrió

Refiriéndose al D’Alessiogate, Slokar dijo:

«Existe una estructura o una organización que puede constituir una amenaza al orden democrático porque hay sectores de inteligencia que operan de modo paralelo, clandestino con esa idea de doble Estado oculto, para lo que se busca un Poder Judicial cómplice.
No se sabe si se trata de actividades estales o sectores que operan subterráneamente, pero está claro que hay vasos comunicantes.
Se habla de una relación promiscua y una situación clandestina y paralela».

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