viernes, 31 de agosto de 2018

CIRCO, ODIO Y FANTASÍA (Hasta que alguna vez vengan por nosotros), de Julio Maier

La administración de justicia penal, al menos la federal, se halla en estado terminal, sufre de enfermedades insuperables que, de alguna manera, sólo son corregibles con la desaparición de los órganos mediante los cuales se expide o decide.
Creo que los sustantivos del título pintan de cuerpo entero a esa organización y sus procedimientos, a la manera de atributos expresados por adjetivos que, en este caso, son reemplazados por sustantivos.
Veamos:

1. Circo. De aquello que puede conocerse, el proceso penal de “los cuadernos” se asemeja más a pantomimas de payasos que a un procedimiento judicial.
Fotocopia de una especie de diario laboral manuscrito de un chofer de ministerio - ¿o de misterio? -, cuyo original no fue secuestrado y se predica hoy como inexistente, detención inicial de personas mencionadas en él - en prisiones aparentemente indignas -, al parecer sin imputación concreta alguna por parte de los órganos de persecución penal - mucho menos explicada y fundada -, sólo bajo la sospecha genérica de haber entregado dinero a funcionarios del gobierno nacional anterior, sin especificar la finalidad de la entrega, invitación a que los detenidos expongan el significado de su inclusión en el diario bajo la grave sospecha de que si no lo hacen de determinada manera, quedarán privados de libertad, a la manera de la más rancia Inquisición (ver Lope de Vega, Fuenteovejuna), prisión para unos y simple concurrencia voluntaria para otros, “confesiones” inverosímiles de entregas de dinero no acordes con las citas del diario y con fines poco menos que democráticos - auxilio a partidos políticos, incluso contrarios a sus ideas reveladas, para acceder a la necesaria propaganda precomicial -, casi diría con una finalidad quizás prohibida, pero generosa o filantrópica.
Detrás de todo ello la verificación de un procedimiento judicial (¿?) cuyo recorrido comienza con la prisión, sigue con el arrepentimiento de los presos, su “confesión”, y aspira como fin, según creemos, a corroborar la verosimilitud de la llamada confesión, justo al revés del itinerario de un procedimiento judicial normal.
Detrás de él la sospecha de una “operación política” - judicial sólo en parte - para perseguir penalmente a la ex Presidente de la Nación, quizás también a otros funcionarios públicos de su gobierno, y privar a todos ellos de libertad para impedirles toda posibilidad en los comicios futuros, por una parte, y ocultar los hechos de corrupción política y económica del partido gobernante - aportes escondidos tras “no aportantes”, “exportación” de divisas y elusión de impuestos y contribuciones al bienestar común -, expuestas ya por el patrimonio revelado de funcionarios y familiares, que nadie ha aclarado ni explicado, por la otra.
El protagonista judicial principal, payaso jefe, elegido por la prensa, con desconocimiento y tergiversación de las reglas de adjudicación de casos que aspiran a la vez a la imparcialidad y al reparto igualitario del trabajo judicial.
Hoy se agrega, según escucho en este momento, conforme a la multitud de “arrepentidos”, emergentes de la titularidad de empresas, que han aparecido como de la nada y amenaza con superar los dos dígitos, empresarios con poder económico-social de primer orden en nuestro país, difíciles de “apretar” como ellos confiesan sin conocerse en qué consiste la acción de “apriete”, que la sospecha abarca a la necesidad o el deseo transnacional de tomar a su cargo las empresas que conforman aquello que, oportunamente, se llamó la “patria contratista” - nuestra “sufriente” burguesía nacional -, empresas que se repartían, cartelizadamente según una de las “confesiones” principales, las inversiones del Estado en obras públicas, pactadas previamente con “sobreprecios”.
La caída en el valor de empresas argentinas, comprendidas en la maniobra, que incluso cotizan en el extranjero, funda esa sospecha.

Confesemos ahora nosotros que, a pesar de la tristeza que nos provocaron las “sospechas” descriptas en la estrecha síntesis anterior y al hecho de que, jurídicamente, siempre abominamos de la “confesión por premios”, alcahuetería que muestra otro tipo de corrupción en el ámbito judicial, sucedió algo impensable con anterioridad que explotó en una sonrisa quizás copiada de la exposición del legislador Pino Solanas en un programa televisivo.
Creo que, por primera vez en nuestro país, la llamada “patria contratista”, provocadora principal de la corrupción de funcionarios, ha desnudado sus procederes, parece acorralada y se ha expuesto a la condena penal.
Siempre que se ataca judicialmente al gobierno anterior, aparecen los beneficiados, amigos del gobierno actual: ¿inutilidad de los representantes judiciales inservibles mentalmente o meta natural de toda investigación?

2. Odio. Negra, indígena, mujer y perteneciente de origen a la pobreza, el cóctel ideal para la exposición por exclusión de la justicia de clase. Milagro Sala y sus colaboradores principales en la organización Túpac Amaru son íconos de aquello que la mayoría de la clase burguesa entiende por “justicia“.
Privados de libertad ya tres años sin fundamento alguno, sólo por ser vulnerables a nuestro sistema penal, sometidos a procederes judiciales que no sólo nada justifican en el caso, sino que, además, no se justifican a sí mismos, continúan en ese estado pese a la decisión de órganos oficiales internacionales, incluidas cortes de justicia, que ordenan la libertad - en casos extremos, la privación de libertad en su domicilio cotidiano -.
El país, sujeto de derechos del Derecho internacional, se da el lujo de desconocer la obligatoriedad de las decisiones de cortes internacionales y de la Corte Suprema nacional; para colmo de males, intenta explicarlo con argumentos rayanos en la falta de conocimientos y de educación básicos para representar y administrar un Estado.
Desconoce así el remedio de la intervención federal porque la provincia no garantiza la administración de justicia y el llamado juicio político al representante del Estado por mal ejercicio de su función; nos expone a todos los ciudadanos, sin distinción alguna, como incivilizados e indeseables, precisamente porque nos convierte en torturadores por omisión.

Estos son sólo dos ejemplos actuales de nuestra realidad que nos impide comprendernos como república democrática. Ellos no son los únicos, solamente los más actuales y graves como exposición entre personas que aún viven y pueden contarlo.
Peor aún son los muertos y las doctrinas que tienden a justificar la pérdida de sus vidas a través de la violencia de los organismos de seguridad del Estado, la pena de muerte incluso sin juicio previo para ellos y sin juicio posterior para sus asesinos.

3. Fantasía. A todo ello gran parte de nuestra ciudadanía - incluidas las unidades académicas específicas - denomina “Estado de derecho” o “democracia” por el sólo hecho de que el gobierno de turno tiene su origen en el resultado de las reglas deficientes de un comicio y del Estado representativo.
El mismo gobierno, pese a no ocultar su favoritismo de clase, se denomina a sí mismo como democrático, con el único fundamento de que su jefe no es un dictador, pues su capacidad personal no le alcanza para llegar a ese extremo, apenas para esbozar mendacidades cada vez más pequeñas e infundadas, para confesar que no entiende reglas que son universales para el Estado democrático de Derecho.

Me queda la impresión de que, como sociedad, carecemos de reacción, pues los remedios existen, incluso previstos jurídicamente; para expresarlo mejor, de que, conforme a la expresión adjudicada a Brecht, mientras no vengan por nosotros todo está bien … hasta que, alguna vez, vengan por nosotros.

miércoles, 22 de agosto de 2018

JUECES A LA CARTA, de Graciana Peñafort

Un cuento de hadas y uno de terror en Comodoro Py

Luego de asesinar a varias esposas, Barbazul pidió un juicio justo. El tribunal que debía juzgarlo, a criterio del acusado, debía estar conformado por Carlos Monzón, O. J. Simpson y la madrastra de Blanca Nieves.

El abogado de una de las familias de una de las esposas asesinadas le recordó al poder judicial que el artículo 18 de la Constitución Nacional establece que “ningún habitante de la Nación puede ser… juzgado por comisiones especiales, o sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa”. También le recordó al sufrido abogado que un juez no puede tener interés en el resultado de la causa que juzga.

El selecto tribunal conformado por Carlos Monzón, O. J. Simpson y la madrastra de Blanca Nieves rechazó la recusación del abogado en duros términos, llegando a decir que lo dicho por el abogado afectaba su buen nombre y honor como tribunal. Entonces el abogado recurrió a la Cámara de Apelaciones y realizo el mismo planteo y la Cámara razonablemente le hizo lugar y cambio el tribunal por un tribunal que no estuviese tan involucrado en hechos de violencia de género.
Lo anterior es un mal cuento de hadas, aun con final razonable.

Debo señalar que los refutadores de leyendas -.o de cuentos de hadas.- de Quilmes han copado el poder judicial argentino. Y es claro que ya no está el único hombre sensible de Flores en ese Poder Judicial.
Y ya no hay finales razonables en la Argentina real. No al menos en el Poder Judicial.

Voy a contarles una historia de estos días. Que no es razonable. Hay un fiscal que se llama Stornelli.
Ese fiscal fue apartado de una causa que se llama Río Turbio, porque imputó a Roberto Baratta con unos convenios que NO estaban firmados por Baratta. Entonces el juez de la causa resolvió apartarlo por haber sido parcial con el imputado. Eso pasó en marzo de 2018.
Los diarios de la fecha dan cuenta de que Stornelli no estaba particularmente feliz con la decisión de ser apartado.

El 26 de marzo de 2018 Stornelli se tomó un café en su casa con un periodista de La Nación que se llama Diego Cabot, que le contó una historia que involucraba unos cuadernos mágicos que contaban el circuito de la corrupción K, escritos por el chofer de Baratta.
Stornelli le propuso que le presentara la denuncia en su fiscalía. De onda.

Y Cabot fue y presentó la denuncia. El 12 de abril de 2018. La denuncia señalaba como principal imputado a… Roberto Baratta. Todo el sistema no parece muy formal, ¿no? No, y no lo es. Tampoco parece correcto que un fiscal apartado por ser parcial tome una denuncia contra la persona que lo apartó. No lo parece y no lo es.

Cabot le dio a Stornelli unas fotocopias de los cuadernos. Con esas fotocopias Stornelli fue a visitar al entrañable juez Claudio Bonadío. Y Bonadío sonrió. Pero dejó de sonreír cuando se preguntó como haría para ingresar esa causa a su juzgado. Entonces se acordó de una mujer, la esposa del chofer que habría escrito los cuadernos. Ya una vez la mujer había presentado una denuncia en lo de Bonadío. “Recórcholis”, habrá dicho al recordar que esa vez no tomó esa causa, sino que, con toda corrección, la mandó a sorteo. “Ves, eso me pasa por cumplir una vez con la ley… la reputa madre… Traela a declarar”, le habrá ordenado a alguien.

Y así Bonadío es el juez que se hizo forum shopping a sí mismo.

Esa es la historia de como un fiscal que no podía intervenir y un juez que no había sido sorteado como manda la ley se quedaron con la causa. Con lo que no se quedaron, sorprendentemente, ¡es con los cuadernos!, donde el arrepentido se rearrepintió y los quemó, aunque ni usted ni yo ni nadie lo crea realmente.

Mi amigo Pablo Slonimsqui en el libro que hay que comprar estos días - Forum Shopping Reloaded - hace un catalogo de intervenciones más o menos encubiertas de los servicios de inteligencia para influir en la justicia: Querido Pablo, deberías agregar: Escribir cuadernos, fotocopiarlos y luego quemarlos…
Pirueta feroz, que no se le ocurrió ni a Mata Hari.

Vamos a señalar que las fotocopias no son pruebas en si mismas, son indicios que NO tienen el valor del original, pero que pueden servir como un elemento para orientar la investigación, en palabras de Zaffaroni. El detalle de cómo Stornelli y Bonadío orientaron la investigación es por cierto curioso. Detuvieron a varios ex funcionarios y a varios empresarios. Buscando que un finde en la alcaldía de Comodoro Py los ablandase. Y en efecto lo consiguieron, porque varios empresarios “se quebraron” y solicitaron acogerse al régimen de arrepentido. Mas curioso fue el caso de empresario Ángelo Calcaterra, que no fue detenido y que organizó su declaración en forma conjunta con el fiscal de la causa el sábado anterior a presentarse y declarar (¿?). Deben ser las ventajas de ser un primus - no inter pares, solo un primus -, deben ser.
Cosas que si las hubiese sugerido como posibles a mi profesor de derecho procesal penal, me habrían mandado de vuelta a casa con orden de volver en el próximo turno de examen.

Detalle delicioso que demuestra lo que es una investigación parcial tanto en lo periodístico como en lo judicial son dos nombres que aparecen en el cuaderno y que fueron omitidos tanto por Cabot como por Bonadío en primera instancia. El primero de ellos es el de Paolo Rocca, dueño de la más importante empresa que actúa en la Argentina que se llama Techint. Sí, en los cuadernos aparece Techint, pero se ve que no revestía interés periodístico el detalle. Ni judicial, para el caso. La convocatoria a un ejecutivo de Techint fue recién efectuada luego que se hiciera publico que aparecían en las fotocopias.

El otro nombre misteriosamente no visto ni por La Nación ni por la dupla feroz Bonadío/Stornelli es el de Mindlin, que no solo representa a EDENOR, sino que además fue quien adquirió el paquete accionario de IECSA, empresa que fue del Presidente Macri, luego fuentes cercanas dicen que fue transferida a Ángelo Calcaterra y luego del escándalo de Odebrecht fue transferida a Mindlin.
Sospecho que Stornelli no cita a Mindlin porque está esperando que Mindlin lo cite a él… como hizo Calcaterra. Todos son muy cordiales en esos mundos, imagino. Y se invitan entre ellos a tomar el té.

Donde no son tan cordiales es en el mundo de los dedos que designan y trasladan jueces. Porque de un tiempo a esta parte la orden constitucional acerca del modo de hacer la designación de los jueces es violada en forma sistemática, por un gobierno que parece no haber leído la Constitución Nacional con demasiado entusiasmo.

Ya les conté un cuento de hadas, ahora me toca contarles una historia de terror. La historia que debería darles inquietud tiene por protagonista a un juez que se llama Pablo Bertuzzi. Juez que es el presidente del Tribunal Oral que tuvo a su cargo el polémico juicio al polémico Amado Boudou.

Cacho - así le dicen a Bertuzzi - lleva varios años como miembro del tribunal oral. Y un día se canso y decidió irse a la Cámara de Apelaciones, donde había tres vacantes. Pero decidió irse de forma —digamos— rara.
Podría haberse presentado al concurso que estaba abierto para ocupar esas vacantes. Pero no.

En lugar de concursar como el resto de los mortales, optó por un camino alternativo y le pidió al Consejo de la Magistratura que lo trasladase. El abracadabra judicial hace que un juez pase de un sillón a otro sin concursar. Y el Consejo de la Magistratura comenzó a darle trámite a la solicitud de Bertuzzi, que en esos días estaba de lo más ocupado con el juicio a Boudou.

Como parte del trámite de traslado, el Consejo de la Magistratura le pregunto su opinión a la propia Cámara donde Cacho había pedido el traslado. Consultada la Cámara sobre si veía con buenos ojos el traslado de Cacho para ser su compañerito de aventuras, la Cámara contesto: “Mire, oiga Cacho, la Constitución establece un modo de designación de los jueces en el artículo 99 inciso 4, y no es la mudanza”.
También recordó la Cámara que ya había un concurso para ocupar los lugares en Apelaciones y que había mas de 90 personas inscriptas para rendir.

Hasta acá parece todo una absurda burocracia judicial, pero ya sabemos: pasaron cosas. Cuando el 6 de julio se hizo pública la respuesta de la Cámara de Apelaciones, rechazando la incorporación de Bertuzzi, los periodistas inmediatamente asociaron las posibilidades futuras de obtener el traslado soñado por Bertuzzi vía Consejo de la Magistratura al resultado del juicio del polémico Boudou.

¿Y porque lo asociaron?
Porque, para ser trasladado, Bertuzzi necesita que su pase lo firmen los votos del Consejo de la Magistratura (cuya mayoría es PRO) y luego contar con el apoyo de Germán Garavano, Ministro de Justicia y del Poder Ejecutivo que debía firmar el bendito decreto que haría realidad su sueño.

¿Y qué quería el gobierno por esos días?
La respuesta a esa pregunta salió publicada en varios diarios. “El Gobierno quiere que Boudou quede detenido en el acto. ‘Siempre impulsé en los proyectos que presentó el Ministerio de Justicia al Congreso sobre reformas procesales que en caso de ser una persona condenada a cumplir una pena debe ser detenido al momento de la sentencia. En ese momento se termina el principio de inocencia que establece la Constitución, y en todo caso comienza otro principio que es el de la revisión de esa condena por otro tribunal’, dijo a La Nación el Ministro de Justicia, German Garavano. La Unidad de Información Financiera, que depende del Poder Ejecutivo, hizo esta solicitud al alegar en las últimas semanas. ‘Esperamos el máximo rigor del tribunal en un caso de corrupción. Si lo condenan, entendemos que se dan ciertos presupuestos para detenerlo’, dijo una fuente de la UIF”.

Por eso, como abogados de Boudou recusamos a Bertuzzi. Nos dio un muy razonable temor que existiese tal coincidencia de intereses entre el gobierno y Bertuzzi, un Alcoyana-Alcoyana feroz que se llevara puesta la legitima aspiración de nuestro defendido de contar con un juez imparcial.

A la recusación la rechazaron sin siquiera tramitarla. Fuimos a Casación. Y adivinen: tampoco la tramitaron. Por eso el día que se iba a dictar la sentencia presentamos un recurso extraordinario. Que según el Código procesal tiene efectos suspensivos, es decir que no se puede avanzar hasta tanto sea resuelto.
¡¡¡Ojo!!! No lo digo yo, lo dice el Código Procesal en el artículo 442, donde expresamente establece que la interposición del recurso ordinario o extraordinario tendrá efectos suspensivos. Es decir que Bertuzzi no podía intervenir en el juicio.
Y como un tribunal esta compuesto por tres miembros, si uno no puede intervenir, entonces no se puede dictar sentencia.

El tribunal hizo oídos sordos y resolvió igual. Y debo decir, el gobierno debe estar re contento, porque no sólo condenaron al polémico Boudou, sino que en una voltereta jurisprudencial rara lo pusieron en prisión preventiva. Y eso es raro, porque ese tribunal ha seguido el criterio de la libertad de las personas hasta que la sentencia esté firme. Por ejemplo eso hizo con la causa “Once”, donde se investiga la responsabilidad de 52 muertes. Todos libres hasta que haya sentencia firme.
El resultado fue en voto dividido. La mayoría se conformó con los votos de Guillermo Costabel, otro de los jueces de tribunal, y ¿adivinen quien más? Sí, exacto.

Sorprendida, una periodista de Página 12, Irina Hauser, le preguntó al tribunal el porqué de ese cambio de jurisprudencia. “Porque Cambiamos” fue la respuesta.

La sentencia, incluyendo la arbitraria detención de Amado Boudou, se dictó a las 14. Y Amado fue detenido en el acto. A las 17.41 el diario Clarín publicaba una nota titulada: “Uno de los jueces que condenó a Boudou pasará a la estratégica Cámara Federal”.
Verán que el nombre del juez ya no resulta importante, solo es “uno de los jueces que condenó a Boudou.”
Eso me hizo acordar al Indio que en un tema maravilloso de su maravilloso disco nuevo dice: Cuando ya abandone mi nombre/ A merced de miserables, ay / Tal será mi vergüenza…

Supongo, y escribo esto con amargura infinita, que hay quienes no tienen tanto apego a su nombre ni tanta vergüenza.

El Poder Judicial argentino. Ese cuento de hadas que no fue. Estas historias de terror que están siendo. Y como canta el Indio en esa misma canción: Todos esos jodidos / siempre tienen a mano/ las más tontas razones / para mentir a gusto/ siempre a gusto del poder.

Podrá ser Poder Judicial. Lo que no es, créanme no es, es Justicia.

QUÉ PASA CUANDO UN DOCENTE SE EQUIVOCA, de Adrián Paenza

No hay que subestimar el poder educativo del error

Lo que sigue es una historia real, pero más aún: si no lo fuera no tendría importancia, porque es tan poderosa y lleva en sus entrañas tanta verdad que su veracidad –y es curioso que esté escribiendo esto- resulta irrelevante.
El mensaje es decididamente brutal.

Claro, después de esta introducción, me será difícil hacer justicia a lo que escribí, ¿no es así? Intuyo que usted me está esperando para reprocharme al finalizar de leer: 
“¿Esto le pareció tan ‘brutal’? ¿Esto fue todo?”.

Sí, permítame decirle que sí, que aún corriendo ese riesgo, prefiero reproducir la historia y después, pensemos juntos las implicancias que tiene.

Primer Acto

El 9 de agosto del año pasado (2017), en un sitio de internet que se llama Quora, estaba la narración de una joven (la voy a llamar María), que quería compartir una historia que ella había vivido cuando tenía 12 años. María estaba aún en la escuela primaria. Pero quería contar esa historia para enfatizar el impacto que tuvo en ella. Esto fue lo que pasó.

La maestra había planteado un problema para que los alumnos resolvieran y les dio el tiempo suficiente para hacerlo. María, como todos sus compañeros, entregó el papel con su solución y se fue a su casa satisfecha. Estaba segura de que lo había hecho bien.
Más aún: estaba muy orgullosa de la respuesta que había encontrado y del sostén lógico que había encontrado para hacerla sentir tan tranquila.

Al día siguiente, la maestra distribuyó las notas y en ese particular problema, la maestra escribió: “¡Equivocado!”.

María no lo podía creer.
Se quedó compungida por la nota, pero además le pasaba algo mucho peor: ¿en dónde estaba el error? ¿Qué es lo que ella podría haber pensado mal?
María estaba segura de su respuesta y no quería transar. Acá, una pausa.

Segundo Acto

Durante el ‘tiempo’ que dure la pausa, voy a escribir el problema y después la solución de María. Si estuviera junto a usted, le pediría que antes de leer cualquier solución y/o respuesta, dedíquele un ratito siquiera para ver qué se le ocurriría a usted.
Recuerde que es un problema que corresponde a una escuela primaria por lo que - obviamente - no tiene un alto grado de sofisticación, pero lo que SI hay es una propuesta para pensar. Acá voy.

Un hospital está preparando una rifa para recolectar fondos. La idea es conseguir dinero para comprar un tomógrafo. Está claro que a través de la rifa exclusivamente no lo van a lograr, pero el afán de cooperar de todos ayudará a que el dinero que junten sea significativo.

El hospital va a vender (o intentará vender) 5.500.000 rifas (todas con un número diferente). Los promotores de la rifa aseguran que una de cada cuatro rifas seguro que tiene algún premio asignado.

Dicho esto, he aquí la pregunta que hizo la maestra: ¿Cuántas rifas tendría que comprar una persona para garantizarse que va a ganar por lo menos algún premio?


Acá le pido que dedique un mínimo esfuerzo a pensar cómo contestaría usted esta pregunta.
Yo voy a seguir acá abajo, pero créame que disfrutará más de la lectura (si es que piensa seguir leyendo) le consagra algún tiempo al asunto.

Tercer Acto

María había contestado que la persona que quiera garantizarse con seguridad que adquirirá algún número premiado, necesita comprar 4.125.001 rifas: cuatro millones, ciento veinticinco mil y una rifas.
¿Por qué?

Este fue el argumento que la convenció: si en total hay 5.500.000 números y se sabe que una cuarta parte de ellos (uno de cada cuatro) están premiados, lo que tiene que hacer es dividir 5.500.000 por cuatro, y por lo tanto, obtiene 1.375.000.

Es decir, del total de cinco millones y medio de números, solamente 1.375.000 tienen premio.
¿Cuál podría ser el peor escenario al que María podría someterse?
¿Qué es lo peor que le podría pasar para que no consiga ningún premio?

Justamente, como hay 1.375.000 que tienen premio, el resto (5.500.000 – 1.375.000) = 4.125.000 ¡no tienen premio!

Si María decidiera comprar 4.125.000 números, podría tener tal mala suerte que ninguno de ellos contenga un premio.
Pero ahora (y le propongo que usted piense por su cuenta antes de seguir con mi argumento), decía, aquí tuvo lugar la diferencia que advirtió María: si en lugar de comprar nada más que 4.125.000 ella comprara ¡un número más!, no importa cuál, SEGURO que tiene que haber alguno que tenga premio.

Habiendo comprado 4.125.000 (como queda dicho) podría ser que se hubiera llevado todos los no premiados, pero ni bien comprara uno más… ¡listo!

Fíjese que estoy hablando del peor de todos los escenarios posibles, porque María al comprar tantos números debía haber adquirido alguno con premio pero de todos modos —en términos de la hipótesis lógica— también podría haber comprado todos los números ‘malos’.

La maestra entendió distinto… y le escribió, en rojo: ¡Equivocado!

Cuarto Acto

María estaba desolada, pero aun así expectante por entender o descubrir dónde estaba el error. Sin embargo ella sabía que en algún momento alguno de sus compañeros - aquel que hubiese resuelto el problema ‘correctamente’ (al menos según la maestra) - habría de pasar al frente y resolvería el problema ante todos.

Esperó pacientemente hasta que eso sucedió. La maestra eligió a una de ellas y le dijo que no hacía falta que fuera hasta el frente. Solo le pidió que dijera la respuesta y una joven, dijo (para horror de María): “Para garantizarse que seguro habría de ganar un premio, una persona tiene que comprar….¡todos los números! Es decir, debería comprar los 5.500.000 números de la rifa”.

Quinto Acto

María estaba en desacuerdo. Y además no entendía donde estaba el error de su razonamiento.
Por supuesto: si alguien comprara TODOS los números, seguro que conseguiría al menos un premio. De hecho, si comprara todos los números, conseguiría todos los premios también.
Pero esa no era la pregunta.
La pregunta era: ¿cuántos números debería comprar una persona para garantizarse que AL MENOS tendría en su poder algún número premiado?

Con temor, levantó su mano y dijo: ‘Yo creo que esa respuesta es equivocada’, con todos los nervios de una joven de 12 años contradiciendo a su maestra.

La maestra respondió: “Sin embargo, yo creo que esa es la respuesta correcta’.

María hizo un intento más: “Señorita, déjeme mostrarle lo que sucedería con menos números. Por ejemplo, si en lugar de ser 5.500.000 fueran nada más que 12, y supiéramos que solo una cuarta parte de ellos tienen premio, a mi me alcanzaría con comprar nada más que 10. Si tuviera mucha mala suerte y los primeros nueve que compro son todos perdedores (ya sabemos que hay NUEVE entre los doce que no tienen premio), pero también sabemos que los TRES RESTANTES sí lo tienen. No me hace falta comprarlos todos para ganar algo: me alcanza con comprar nada más que uno más.

La maestra no se resignó y atropelló: “Esa no es la forma en la que yo te/les enseñé cómo resolver este tipo de problemas. Dejame mostrarte con otro ejemplo.”

Y ofreció esta alternativa.

“Si en lugar de ser 12 números, hubiera nada más que cuatro números premiados.. ¿cuántos números tendrías que comprar?”.

Y allí paró. María, que no se quería dar por vencida, replicó:

“Sí, en ese caso particular, sí… y eso sucede porque cuando usted compró los tres que no tienen premio… queda SOLAMENTE UNO MAS por comprar. En ese caso, sí”.

La maestra, exasperada, no quiso seguir con ninguna elaboración más. María se ofreció para ir al frente y dibujar algunos diagramas (los clásicos diagramas de Venn) para mostrar que tenía razón, pero no hubo caso.

“Mirá, sentate y terminemos con esta historia. Estás equivocada porque lo digo yo, y yo soy la maestra. Si volvés a abrir la boca sobre este tema, me voy a ocupar de que recibas una sanción”.

María, ahora aterrorizada, no dijo más nada. Lo único que le faltaba era tener que enfrentar a sus padres.
Sexto y último acto

María escribió este texto muchos años después del episodio. Lo hizo con un agregado que es imperdible (y lo traduzco del inglés):

“Después de este ensayo tan increíblemente largo, quiero agradecer a esta maestra anónima, porque me ayudó a CEMENTAR (sic) mi ODIO hacia la matemática para siempre. Me llevó muchísimo tiempo poder recuperarme del profundo dolor y miseria que este episodio tuvo en mi vida, especialmente en los años de mi formación. Para ser completamente honesta, aún hoy, más de dos décadas después del episodio, decía… aún hoy siento ‘algo’ en mi estómago cada vez que escucho hablar de matemática, y en particular, de lo que viví como persona… abusada y torturada… para siempre”.

Ahora quisiera volver al principio. Está claro que hay/hubo un problema muy serio. Creo que no hace falta que escriba que la solución de María es la correcta. Pero aún si no lo hubiera sido, lo que resulta inaceptable es la reacción de la persona que ‘detenta el poder’ en la clase.

El cuestionamiento llega también por otro lado, o por lo menos es una pregunta que yo querría compartir con usted: “¿Cuán seguros estamos, usted y yo, de que situaciones de este tipo no son mucho más frecuentes de lo que advertimos y/o sabemos?

En el momento crítico en el que se moldean las vocaciones, en donde la duda debería ser la motora de todos estos momentos, en donde la guía de alguien que se ofrezca vulnerable… ¡aún en los casos en donde seguro tenga razón!

Saber cuándo equivocarse, o mejor dicho, saber equivocarse es algo no menor. Deploro autorreferenciarme, pero uno de los ‘latiguillos’ con los que siempre me presenté ante alumnos es que yo no quisiera dejarles la impresión de que a mí todo se me ocurre rápido, que todo me sale fácil, que todo me parece obvio… En fin, comunicar todo el tiempo que es una construcción colectiva, sobre todo en tiempo, que es prueba y error, y sobre todo, que es mucho más error que acierto.

El problema reside en que yo (o los docentes en general), no exhibimos esas vulnerabilidades, y aparecemos, ante los ojos de quienes se someten casi por una cuestión de ‘temor reverencial’, como si fuéramos especialmente superdotados. Póngase por un instante en el lugar de María, o de cualquier niño, quien ve que no solo no logra entender por qué le preguntan lo que le preguntan, por qué ella (o él) no entienden la importancia de la pregunta, sino que encima, el docente, al contestar de la forma en la que lo hace, termina domando al alumno, lo hace sentir inferior, inadaptado, incapaz….y muy por debajo del nivel mínimo que se le tolera a una personita de su edad.

Y ese, si me permite, es el detalle criminal de esta historia: haber anulado o matado (para siempre, aunque suene exagerado), el extraordinario poder que tiene el propio error. Equivocarse hasta entender uno mismo por qué es un error, es muchísimo más sano y útil para el crecimiento que si ella (o él) hubieran entendido de entrada por qué el maestro o la maestra tenían razón.

Ah: y sobre todo, ¡estimular la pregunta! Nadie debería quedarse sin entender porque siente que si vuelve a preguntar retrasa al grupo. Si me puedo permitir una exageración más, dejar atrás a alguien es como perder a uno de nuestros amigos en la penumbra, y creyendo que como la ‘mayoría’ pasamos bien, si hay uno (o unos pocos) que no, la mayoría gana… ¡No! En este caso, estamos forzados a que para que haya mayoría, tengan que estar todos. Si no, hay algo que está mal.

Y por las dudas, María tenías razón. ¡Qué lástima que no podemos volver atrás!
¿No nos darías una nueva oportunidad?

HAY UNA NOCHE ENTRE LO LEGAL Y LO JUSTO, de Gregorio Nachman

Hay una noche entre lo legal y lo justo.
La injusticia se basa siempre en lo legal.
Lo justo es lo pobre, lo simple, lo desnudo, lo limpio, lo sano, lo molesto, lo indivisible, lo primitivo.
La ley es la defensa de la injusticia opulenta.

Lo justo no necesita defensa.
La ley puede interpretarse de varias maneras de acuerdo a la injusticia que se quiera justificar.

Lo justo no tiene discusión.


Gregorio Nachman

LA VIDA TE DA SORPRESAS (el gobierno abrió una caja que no puede cerrar), de Horacio Verbitzky

El gobierno vio con agrado la investigación del fiscal Carlos Stornelli y el juez Claudio Glock, porque debilitaba al kirchnerismo y corría de escena los aportes truchos a las campañas de María Eugenia Vidal y/o Cambiemos en 2015 y 2017. Pero pronto advirtió que no saldría ileso, porque entre los investigados había dos íntimos del presidente Maurizio Macrì: su primo Angelo Calcaterra, hijo de María Pía Macrì, la única hermana de Franco y Tonino, y su cajero y amigo Javier Sánchez Caballero.

La socia política de Macrì, Elisa Carrió, no tuvo reparos en revelar su diálogo con el Presidente al respecto. La jefa de la Coalición Cívica Libertadora se atribuyó, y no fue desmentida, haberle dicho que debería entregar a su primo para ser creíble. Esto es lo que aquí se llama ética republicana.

Lo que ni Macrì ni Carrió previeron es el efecto económico del episodio, lo cual no es sorprendente dado el desconocimiento de ambos sobre la materia: la imputación a los directivos de las mayores constructoras del país reduce la ya mínima inversión y estimula la corrida contra el peso, al tiempo que hace crecer el riesgo país y profundiza la recesión. Como es parte de la puja distributiva, también impulsa la inflación.

Un economista que sigue el proceso con atención sentenció que esto se sabe cómo comienza, pero no cómo, ni cuándo, termina.

Lo que hasta ahora nadie asoció es que la causa Ciccone, por la que al mismo tiempo que se difundieron los cuadernos fue condenado el ex vicepresidente Amado Boudou, se inició por la denuncia de un compañero del suboficial Centeno en destinos del Ejército, lo cual refuerza la sospecha general de que detrás de lo que se ve y escucha hay un lado oscuro de la historia. Y todavía falta que la conciencia colectiva registre la sociedad entre Odebrecht y SOCMA en un fondo de inversión global que precisamente se llama Blackwood Group, del que informé en El Cohete.

Con Odebrecht mal herida por el Lava Jato, el avance sobre Techint, Roggio, Corporación América, IMPSA, BTU y el propio Grupo Macrì despeja el camino para las constructoras estadounidenses en la región, así como antes las leyes contra la corrupción en el extranjero debilitaron a la competencia europea. Como bien decía Macrì, la Argentina volvió al mundo. Lo que no previó es qué le esperaba allí.

Amigos son los amigos


La causa fue promovida por un periférico del oficialismo, el periodista de La Nación Diego Cabot, vinculado con varias fundaciones de Cambiemos, para las que dio conferencias en distintos lugares del país, a los que llegó con pasajes de la jefatura del gabinete de ministros. Tomando un café acordó que la instara Stornelli en un expediente previo, que no guardaba relación con coimas ni cuadernos.

Jefe de seguridad del Club Boca Juniors durante la gestión de Daniel Angelici, Stornelli es el principal operador judicial de Macrì en el serpentario de Comodoro Py. La madre de sus tres hijos, Claudia, es hija del ministro de la dictadura Llamil Reston, declarado insano en un juicio por crímenes de lesa humanidad en el que estaba detenido, y alta funcionaria del Ministerio de Justicia.

Stornelli no podía intervenir, porque ya había sido separado por recusación de Roberto Baratta. Sin embargo, también negoció que la denuncia la recibiera el juez federal Bonadío, designado como perseguidor de CFK por el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, y por el hombre fuerte de la Cámara Federal, Martín Irurzun, en una sucesión interminable de causas que, por sorteo, magia o licitación, caen en las diestras manos del doctor Glock. Quien lo salvó de la destitución en el Consejo de la Magistratura es el precandidato presidencial del Peornismo Federal, Miguel Pichetto. Stornelli sumó a la causa al fiscal Carlos Rívolo, el investigador de Boudou en Ciccone, quien dijo públicamente que por la causa Los Sauces, Cristina y sus hijos deberían ir presos. En cambio, ha desestimado diversas denuncias contra actuales funcionarios y forma parte del programa oficial Justicia 2020.

Otro pequeño detalle: Bonadío debió enviar la causa a sorteo y no lo hizo. En su primera declaración, el memorioso Centeno dijo que no recordaba dónde estaban los cuadernos y sacó a pasear a Stornelli en la búsqueda. En la segunda dijo que los quemó, de modo que sólo quedan los escaneos que realizó La Nación.

Si se aplicara la doctrina del fruto del árbol envenenado, podrían anularse todas las actuaciones, pero es improbable que esto ocurra en los próximos meses, porque la Cámara de Apelaciones es parte de la combinación y todos creen que esta vez sí consiguieron atrapar a Cristina. Integran la sala Irurzun y el último juez designado ad hocen ese tribunal, Leopoldo Bruglia. Su carrera judicial comenzó con Carlos Menem, en premio por hacer dictaminado como sumariante del ministerio de Bienestar Social que no encontró irregularidad alguna en la compra de un millón de guardapolvos. Cuando comunicó las primeras citaciones a indagatoria, Bonadío tenía poco más que las imágenes de los cuadernos: la declaración de un testigo de identidad reservada, notas periodísticas, certificaciones de fojas de otras causas y de firmas, informes policiales, notas de empresas telefónicas, de la secretaría general de la presidencia, del ministerio de energía, de la jefatura de gabinete de ministros y del registro de la propiedad automotor; anotaciones de ingresos a la residencia presidencial de Olivos, legajos de varios agentes de la secretaría general de la presidencia, comunicaciones de empresas automotrices, registros de Migraciones, declaraciones testimoniales de la exposa del chofer Centeno, del suboficial Jorge Bacigalupo que recibió y devolvió los cuadernos a Centeno, del periodista Diego Cabot que los recibió y de su colaboradora Candela Ini. Mucho ruido y pocas nueces.

Pero la sucesión de arrepentidos que compran su libertad provisoria confirmando las anotaciones de los cuadernos dejó en segundo plano la ausencia de los originales y generó consenso social para la alegada depuración de corruptos, aunque todos perciban que nada de esto ocurre por casualidad. Nadie se escandaliza por el matiz extorsivo de la negociación, que Stornelli sintetizó en la perfecta metáfora de las sortijas que no alcanzan para todos. Por el contrario, incluso el riguroso periodista Hugo Alconada Mon celebró las detenciones preventivas como clave para la eficacia investigativa, y mencionó su origen en la institución estadounidense del plea bargain y su aplicación en Brasil. Es una clave que merece seguirse.

El amigo americano


Además de un suboficial de la Policía Federal que admira al jefe de la Triple A, comisario Alberto Villar, y ávido de venganza contra el kirchnerismo por su política de enjuiciamiento de los crímenes de lesa humanidad, que entregó los cuadernos a Cabot; y de dos suboficiales del Ejército vinculados con los servicios de informaciones, hay que introducir en la escena al embajador de los Estados Unidos, el ex juez federal de Texas y ex fiscal Edward Prado, que habla un fluido castellano. Donald Trump lo propuso el 17 de enero, el Senado lo confirmó el 22 de marzo y el 8 de mayo asumió.

Prado reveló que “hice amigos dentro de la comunidad jurídica de la Argentina”. Entre ellos mencionó al actual ministro de Justicia, Germán Garavano, a la ministra de la Corte Suprema Elena Highton y al juez Federal Julián Ercolini, el otro magistrado con causas contra Cristina.

Los conoció cuando el Departamento de Estado de su país lo envió a los seminarios de capacitación de jueces que se dictan para moldear la judicatura al paladar estadounidense, así como la Escuela de las Américas se dedica a los militares de la región. Su primera visita ocurrió en 2002, invitado por el programa Justicia en Cambio, que integraban Highton, Garavano y el actual Secretario de Justicia y presidente del GAFI, Germán Santiago Otamendi. Ese programa, que se prolongó por una década, procuraba trasladar a la Argentina una serie de instrumentos usuales en Estados Unidos: bases del esquema constitucional y legal estadounidense, características del Poder Judicial de ese país, sus aspectos penales, las normas de conducta para sus jueces, la resolución alternativa de disputas, la capacitación de sus magistrados y funcionarios. Durante la campaña electoral de 2015, la Alianza Cambiemos anunció que introduciría la figura penal del arrepentido en causas por corrupción. Esta es una de las pocas promesas que cumplió.

Se aprobó en octubre de 2016 con el voto de Cambiemos y del Frente Renovador. Se trata de uno de los instrumentos usuales en Estados Unidos, expuestos en los seminarios de capacitación de Justicia en Cambio. Esa ley 27.304/16 que consagró la figura del imputado colaborador fue redactada por el abogado oficialista Ricardo Gil Lavedra, responsable del programa Justicia 2020, y sostiene que en caso de negociación con un imputado la Procuración General debe informar en detalle a la Comisión Bicameral Permanente de Seguimiento del Ministerio Público. Pero esta comisión, creada para hostigar a Alejandra Gils Carbó, una vez forzada su renuncia no se constituyó, lo cual es muy conveniente para Stornelli y para los empresarios vinculados con el Presidente (Calcaterra, Sánchez Caballero y De Goycoechea, quienes han recibido un trato preferencial). Todos ellos tienen los mismos abogados: el estudio de Javier Landaburu, Ricardo Rosental, Alejandro Carrió, César Mayer y Santiago Feder. No por casualidad, también defendieron a Maurizio Macrì cuando fue procesado por las escuchas ilegales y el espionaje como intendente de Buenos Aires.

Hasta hace dos meses, Sánchez Caballero continuó como principal ejecutivo de la constructora de los Macrì, cuyo aparente comprador es Marcelo Mindlin, el íntimo amigo de Gianfranco Macrì. Mindlin se anotó en el blanqueo con 770 millones de pesos, suma equivalente a la que afirma haber pagado por IECSA, que ahora se llama SACDE . Antes de irse, ya había sacado de la oficina el disco rígido de su computadora, no sea cosa que alguien curioseara su contenido.

En la audiencia de confirmación ante el Senado de su país, Prado destacó que trabajaría “con los abogados y jueces de la Argentina para mejorar la justicia y fortalecer la confianza de la gente en el sistema judicial”. También dijo que había trabajado con las fuerzas de seguridad de su país para “apoyar a sus contrapartes de la Argentina en su lucha contra el delito” y que se comprometía a “generar capacidad dentro de la policía de la Argentina para promover la seguridad en un aliado regional vital”. Además ratificó el “apoyo a las fuerzas militares de la Argentina” dada “la amenaza del terrorismo”. Por si faltara algo, expresó el propósito de “aumentar las oportunidades para las empresas estadounidenses en la Argentina” y dijo que apoyaría las investigaciones por el atentado a la DAIA y la muerte del fiscal Natalio A. Nisman. Las desdichas de Techint (el primer proveedor mundial de caños sin costura, el principal productor de gas en Vaca Muerta) son muy convenientes para las empresas estadounidenses en la Argentina, y no sólo en la Argentina. ¿Qué no se entendió cuando Trump dijo America first, Paolo?

Al pie del Pan de Azúcar


La mecánica de los cursos para jueces es descripta con detalle en un cable enviado al Departamento de Estado el 30 de octubre de 2009 por la segunda a cargo de la embajada de los Estados Unidos en Brasil, Lisa Kubiske.

Conocido por una filtración de Wikileaks, se titula “En la Conferencia sobre Financiamiento Ilícito se empleó exitosamente la palabra T” (por Terrorismo). La conferencia fue organizada en Río de Janeiro por la oficina antiterrorista del Departamento de Estado e inaugurada por su vicecoordinadora, Shari Villarosa, ex Asistente Especial del subsecretario de Asuntos Económicos. Por primera vez incluyó en un mismo encuentro a jueces, fiscales y fuerzas de seguridad y prestó más atención a la práctica que a la teoría. Asistieron cerca de un centenar de jueces y fiscales brasileños, tanto federales como estaduales, y medio centenar de policías, además de representantes de la Argentina, Uruguay, Paraguay, México, Costa Rica y Panamá.

Villarosa habló del terrorismo y su financiamiento ilícito, “un problema global que debe ser abordado en forma global”. Kubiske se congratula de que de este modo se evitó el mantra tradicional que obligaba a usar el término menos polémico de Delitos Transnacionales, como “un eufemismo para todas las actividades que incluyen amenazas y violencia organizada”.

La figura brasileña de la conferencia fue el juez federal de Curitiba, Sergio Moro, quien expuso sobre los casos sobre lavado de dinero ante los tribunales de su país. Los panelistas estadounidenses se refirieron a la investigación y enjuiciamiento de casos de financiamiento ilícito y lavado de dinero, incluyendo la cooperación internacional formal e informal, la extinción de dominio de bienes, los métodos de prueba, la negociación con el fiscal, los interrogatorios y la forma de tratar con Organizaciones No Gubernamentales sospechosas de ser usadas para el financiamiento ilícito. Incluso se teatralizó el interrogatorio a un testigo. Ese mismo año 2009, un informe del Departamento de Estado señaló como un serio problema la corrupción estatal en la Argentina. Moro ha viajado a Estados Unidos para participar en este tipo de actividades, tantas veces y con similares compañías, como el fiscal argentino Natalio A. Nisman. También vino a la Argentina, invitado por el Colegio de Abogados de la City de Buenos Aires, que nuclea a los lawyers de las empresas multinacionales, a comunicar sus métodos a los encargados de su aplicación aquí.


En un artículo académico publicado en 2004 sobre el proceso italiano de Mani Pulite, el juez brasileño teorizó sobre la conveniencia del acompañamiento de la prensa: “La información se filtraba como un colador. En cuanto alguien era detenido, detalles de su confesión eran conocidos en L’Expresso, La Repubblica y revistas amigas”. Moro sostiene que la inspiración de Lava Jato fue Mani Pulite. Según el periodista italiano Giampiero Calapà, entre 1992 y 1994 se produjeron 4525 arrestos de políticos y empresarios; hubo 1300 condenas, 430 absoluciones y 31 suicidios. Calapà cita un estudio del economista Mario Deaglio sobre el costo de Mani Pulite: en dólares actuales, 9.500 millones de dólares para los bolsillos ciudadanos; unos 240.000 millones de endeudamiento público y algo menos de 20.000 millones de intereses sobre esa deuda. Pero además exterminó a una entera clase política, sin distinción de partidos, y abrió las puertas del poder al empresario de medios y fútbol Silvio Berlusconi, cuyo grado de corrupción superó todo lo conocido hasta entonces. Un cuarto de siglo después, Italia no se ha recuperado ni política, ni económica ni moralmente y su actual gobierno sigue una deriva que Calapà no vacila en llamar fascista, con una alianza entre la Liga Norte y el Movimiento 5 Estrellas, que se sostiene por el apoyo parlamentario de… Berlusconi.

En el Blog del Banco Interamericano de Desarrollo Sin Miedos, el abogado argentino Roberto de Michele comparó ambos procesos. Los dos “comenzaron por investigaciones del ministerio público fiscal. Tanto los investigadores italianos como los brasileños actuaron a partir de sus propias pesquisas, incluso antes que algún periodista presentara una investigación. Este es un dato importante para valorar la contribución a la integridad de sistemas judiciales independientes”. No puede decirse lo mismo del caso argentino. De Michele también compara el impacto económico de cada proceso: “En agosto de 1992, apenas 7 meses después de que (el fiscal Antonio) Di Pietro y sus colegas iniciaran las acusaciones contra los principales exponentes de la dirigencia política y económica de Italia, la agencia calificadora Moody’s bajó la calificación de riesgo de Italia, precipitando la devaluación de la lira y profundizando la crisis económica. En 2015, en los albores del Lava Jato, Standard & Poor hizo lo propio con Brasil, citando eufemísticamente un incremento de problemas políticos. Idéntica suerte sufrieron Petrobras y Odebrecht, dos de las principales empresas relacionadas con las investigaciones”. Todo sugiere que el mismo efecto se producirá aquí.

Además de los casos de Italia y Brasil, también debe observarse el de México. La semana pasada fue absuelta de los delitos de lavado de dinero y delincuencia organizada la ex dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo. Pero antes pasó cinco años, cinco meses y once días privada de su libertad por acusaciones que no se comprobaron, algo que no le preocupa a quienes postulan la prisión preventiva antes de la condena firme.

¿Quién es el general de estos sargentos?


El sargento 1° Oscar Bernardo Centeno revistó en el Batallón de Arsenales 601 y en 1980 hizo el curso de mantenimiento de camiones Mercedes Benz junto con otros 19 suboficiales. Uno de ellos era el sargento 1° Jorge Orlando Pacífico, un hombre que siempre está en el lugar justo en el momento debido. En noviembre de 2011, pocos días después de la victoria electoral de la fórmula Cristina Kirchner-Amado Boudou, Clarín mencionó por primera vez a Alejandro Paul Vandenbroele y a The Old Fund. Su fuente fue la denuncia de “un ciudadano común, Jorge Pacífico”, quien dijo que tomó conocimiento de delitos de acción pública por una conversación oída en un café entre hombres desconocidos. No los vio porque estaba de espaldas, pero los escuchó decir que The Old Fund “resulta ser una pantalla de la familia Ciccone” y de una persona “políticamente expuesta, alto funcionario del Gobierno Nacional, para recuperar la empresa antes fallida”. Así comenzó la causa que la semana pasada concluyó con la condena del ex vicepresidente a 5 años y 10 meses de prisión, que comenzó a cumplir ese mismo día, aun antes de que se dieran a conocer sus fundamentos y pudiera apelarla.

Contra lo que quiso hacer creer Clarín, Pacífico es un ciudadano tan poco común como su compañero grafómano en el Ejército. Especialista en explosivos, Pacífico fue comando en la guerra de las Malvinas, participante en los levantamientos carapintada de Aldo Rico y Mohamed Seineldín, dirigente del MODIN y vendedor de un producto tan poco común como helicópteros artillados. En 1995 fue detenido bajo la acusación de traficar armas robadas al Ejército y se constituyó en el primer hilo de la pista carapintada en el atentado del 18 de julio de 1994 a la sede de la DAIA y la AMIA. Esa mañana, Pacífico apareció ensangrentado entre los escombros del edificio demolido. Su explicación fue que “estuve ayudando a las víctimas”. Pero el chofer del no tan pacífico ciudadano común, Omar Cañete, declaró en el juzgado que entonces atendía Juan José Galeano que Pacífico visitaba la Embajada de Irán, que sus funcionarios pagaron cinco millones de dólares por el atentado y que Pacífico mató a un iraní y lo sepultó en Campo de Mayo luego de discutir por el 10 por ciento de ese botín. No hubo otra fuente que ese testigo ni se encontró el presunto cadáver y la causa judicial se corrompió por la siembra de pruebas falsas y las operaciones cruzadas de desinformación que terminaron con la destitución y procesamiento de Galeano. Todo ello impidió que se llegara a cualquier conclusión sobre la pista carapintada y en 2011, el Tribunal Oral Federal 4 absolvió a Pacífico de la acusación de haber provisto los explosivos para el atentado, aunque eso no explica su presencia en el lugar a la hora de la explosión, con tanto sentido de la oportunidad como en el caso Ciccone. Pacífico es suboficial del arma de Ingenieros, igual que Centeno y que el teniente coronel Atilio Stornelli, el padre del fiscal, cuya última asignación antes de pasar a retiro con el fin de la dictadura, fue como comisario ideológico en Radio Belgrano. Su consuegro Reston fue uno de los redactores del documento final de la dictadura sobre los detenidos desaparecidos.

A mediados de la semana llegará a la Argentina el ministro de Defensa de los Estados Unidos, el general James Mattis, a quien en su país llaman Mad Dog, o Perro Rabioso. En su primera gira por la región en este Año de las Américas como lo declaró la Casa Blanca, Mattis destacará los fuertes lazos del Pentágono con Brasil, la Argentina, Chile y Colombia. Según la información oficial, la relación con estos países (todos con gobiernos de derecha) es fundamental para un Hemisferio Occidental seguro y próspero. En cada uno se reunirá con líderes políticos y de defensa. Aquí analizará “cuestiones de defensa de interés mutuo”.

Fernando Orís de Roa, enviado como embajador argentino a Washington, reveló las ilusiones de su gobierno: “A Estados Unidos le interesa el tema de la seguridad, el apoyo internacional, la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico. Una agenda de corte político internacional. No es que a nosotros no nos interese eso, sino que nuestra agenda es económica. Una agenda para, de alguna manera, abrir el mercado norteamericano a una cantidad de productos que la Argentina exporta”. Con el macrismo siempre hay que preguntarse cuál es el negocio. Orís de Roa fue director de Citrus Trade Famaillá, de Argenti Lemon y de San Miguel, los nombres sucesivos de la productora de limones que el Grupo Macrì le vendió al Grupo Bemberg y cuyas recientes exportaciones a Estados Unidos son el principal éxito de la relación de Macrì con Trump.

Una de esas satisfacciones a los intereses de Estados Unidos fue el decreto que inconstitucionalmente modificó las leyes de defensa nacional, seguridad interior e Inteligencia nacional, permitiendo la intervención de las Fuerzas Armadas en los campos de la seguridad y la inteligencia interior, que le está vedada por esas leyes sancionadas bajo las presidencias de Raúl Alfonsín, Carlos Menem y Fernando De la Rúa. Ya Estados Unidos está construyendo una base de ayuda humanitaria en Neuquén, cerca de los yacimientos de gas y petróleo no convencional, comparables en importancia a los de China y Estados Unidos y a ningún otro en el mundo. Con la idea de protección de objetivos estratégicos, fuerzas militares argentinas podrán ser desplegadas allí (aunque las leyes reclaman la previa declaración de zona militar por el Congreso, que difícilmente la daría). El carácter ilusorio de esta transacción quedó claro con las palabras del Ministro de Defensa Oscar Aguad luego de celebrar el Día de la Fuerza Aérea. Sin vueltas, dijo que no habría refuerzo presupuestario para cumplir con las nuevas funciones porque el Estado tiene que achicarse y el año próximo será duro. Para colmo, añadió que sólo una parte de los recursos que se obtengan por la venta de inmuebles de las Fuerzas Armadas se aplicará al reequipamiento, poco más de 150 millones de dólares, que es lo que el gobierno despilfarra en un par de días liquidando divisas para atesoramiento. A cambio de esa disponibilidad, Estados Unidos ofrece know how y apoyo a jueces y fiscales para contarles las costillas a las mayores empresas locales y alejar el riesgo de un retorno triunfal del populismo.

viernes, 10 de agosto de 2018

VERDE QUE TE QUIERO VERDE, de Federico García Lorca

Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas le están mirando
y ella no puede mirarlas.

Verde que te quiero verde.
Grandes estrellas de escarcha,
vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba.
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.
¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde...?
Ella sigue en su baranda,
verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.

Compadre, quiero cambiar
mi caballo por su casa,
mi montura por su espejo,
mi cuchillo por su manta.
Compadre, vengo sangrando,
desde los montes de Cabra.
Si yo pudiera, mocito,
ese trato se cerraba.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
Compadre, quiero morir
decentemente en mi cama.
De acero, si puede ser,
con las sábanas de holanda.
¿No ves la herida que tengo
desde el pecho a la garganta?
Trescientas rosas morenas
lleva tu pechera blanca.
Tu sangre rezuma y huele
alrededor de tu faja.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
Dejadme subir al menos
hasta las altas barandas,
dejadme subir, dejadme,
hasta las verdes barandas.
Barandales de la luna
por donde retumba el agua.

Ya suben los dos compadres
hacia las altas barandas.
Dejando un rastro de sangre.
Dejando un rastro de lágrimas.
Temblaban en los tejados
farolillos de hojalata.
Mil panderos de cristal,
herían la madrugada.

Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
Los dos compadres subieron.
El largo viento, dejaba
en la boca un raro gusto
de hiel, de menta y de albahaca.
¡Compadre! ¿Dónde está, dime?
¿Dónde está mi niña amarga?
¡Cuántas veces te esperó!
¡Cuántas veces te esperara,
cara fresca, negro pelo,
en esta verde baranda!

Sobre el rostro del aljibe
se mecía la gitana.
Verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Un carámbano de luna
la sostiene sobre el agua.
La noche su puso íntima
como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos,
en la puerta golpeaban.
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar.
Y el caballo en la montaña.

viernes, 3 de agosto de 2018

TONADA DEL VIEJO AMOR, de Jaime Dávalos y Eduardo Falú

Y nunca te he de olvidar,
en la arena me escribías.
El viento lo fue borrando
y estoy más solo mirando el mar.

Qué lindo cuando una vez
bajo el sol del mediodía,
se abrió tu boca en un beso
como un damasco lleno de miel.

Herida la de tu boca,
que lastima sin dolor,
no tengo miedo al invierno
con tu recuerdo lleno de sol.

Quisiera volverte a ver
sonreír frente a la espuma,
tu pelo suelto en el viento
como un torrente de trigo y luz.

Yo sé que no vuelve más
el verano en que me amabas,
que es ancho y negro el olvido,
que entra el otoño en el corazón.

jueves, 2 de agosto de 2018

ORACIÓN DEL REMANSO, de Jorge Fandermole

Soy de la orilla brava,
del agua turbia y la correntada,
que baja hermosa
por su barrosa profundidad.
Soy un paisano serio;
soy gente del remanso valerio,
que es donde el cielo
remonta vuelo en el Paraná.

Tengo el color del río
y su misma voz en mi canto sigo,
el agua mansa, y su suave
danza en el corazón.
Pero a veces oscura,
va turbulenta en la ciega hondura,
y se hace brillo, en este
cuchillo de pescador.

Cristo de las redes
no nos abandones,
y en los espineles
déjanos tus dones.

No pienses que nos perdiste:
es que la pobreza
nos pone tristes,
la sangre tensa y uno no piensa
más que en morir.
Agua del río viejo,
llévate pronto este canto lejos,
que está aclarando,
y vamos pescando para vivir

Llevo mi sombra alerta
sobre la escama del agua abierta,
y en el reposo vertiginoso del espinel.
Sueño que alzo la proa
y subo a la luna en la canoa,
y allí descanso
hecha un remanso
mi propia piel

Calma de mis dolores,
Ay, Cristo de los pescadores!
Dile a mi amada
que esta apenada esperándome,
que ando pensando en ella,
mientras voy vadeando las estrellas.
Que el río esta bravo
y estoy cansado para volver.

Cristo de las redes
No nos abandones
Y en los espineles
Déjanos tus dones

No pienses que nos perdiste:
es que la pobreza
nos pone tristes,
la sangre tensa, y uno no piensa
mas que en morir.
Agua del río viejo,
llévate pronto este canto lejos,
que está aclarando,
y vamos pescando para vivir.

Agua del río viejo,
llévate pronto este canto lejos,
que está aclarando,
y vamos pescando para vivir.

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