lunes, 30 de noviembre de 2020

GOLES Y GOBERNABILIDAD, de Ricardo Aroskind - 29/11/2020

Las muertes paralelas de Jorge Brito y Diego Maradona


Foto, Luis Angeletti

En pocos días, se produjeron dos muertes de personalidades profundamente diferentes.

El viernes 20, en un accidente aéreo, falleció el banquero Jorge Brito, uno de los hombres más ricos de la Argentina.
Sus últimas declaraciones las realizó al diario Infobae.
Dijo allí que la sanción de la Ley de Aporte Solidario a las grandes fortunas “solo creará una rebelión fiscal como nunca se ha visto y posiblemente no se cobre nada o poco y solo se mediatizará nuevamente una guerra entre el gobierno y los empresarios que no llevará a nada, irritará a la gente y nos acercará un paso más al precipicio”.
En la misma entrevista, había señalado que “la creación de este impuesto solo agrega más elementos a aquellos que quieren irse del país”.

Algunas voces que rescataron su trayectoria, insistieron en que era una persona de diálogo y que tenía compromiso con el país.
Sin embargo, su mensaje final pareció coincidir con el comportamiento mostrado en el último año por la elite argentina, situada voluntariamente de espaldas a las graves dificultades de las mayorías, y concentrada en sus necesidades de ganancias inmediatas.

La apelación a la rebelión fiscal ante medidas progresivas, y la amenaza de retirarse del país cuando no les gusta el rumbo económico, se han transformado en una cantinela reiterada que es incompatible con una política de reconstrucción nacional.

Y se murió Diego Maradona, figura extraordinaria de la Argentina reciente, que trascendió largamente el mundo del deporte para ser una gran síntesis de las grandezas y debilidades de la sociedad argentina.
Lo que resulta incontrovertible en el testimonio popular, es la inmensa alegría que proporcionó a generaciones de argentinos y el ejemplo de libertad y dignidad personal que representó.
El vacío que deja merece también un espacio de reflexión.


El campeonato del ajuste

Los sectores populares, progresistas o de izquierda conocen al FMI, y saben perfectamente cuál es su ADN económico: con el objetivo formal de acondicionar las economías al repago de sus deudas externas, el Fondo recomienda políticas contractivas y privatizantes que no sirven para lograr ese resultado, pero que terminan eternizando la situación de penuria y generando un vínculo de dependencia permanente con el capital financiero internacional.
Es lo que popularmente llamamos “el ajuste”.

Las actuales negociaciones en marcha con ese organismo generan todo tipo de prevenciones, ya que trascienden presiones del organismo hacia un menor déficit fiscal, y reformas previsionales y laborales.
Sin embargo, el cuadro de la negociación no es totalmente desfavorable a la Argentina.
Juegan en ese sentido las ostensibles y públicas irregularidades cometidas en complicidad con el gobierno macrista en el otorgamiento del mega crédito de 57.000 millones, y las características de la gestión norteamericana entrante, incluida la figura de Janet Yellen, próxima Secretaria del Tesoro, que puede contribuir a suavizar y morigerar las exigencias y condicionamientos del organismo.
Con el Fondo se está negociando, y hay espacios de negociación.

Pero en el campeonato por ajustar a la Argentina, ocupa el primer puesto otro organismo, esta vez local, que promueve un escenario mucho más dramático que el del FMI: se trata de la Asociación Empresarial Argentina.

Basta leer los trascendidos de su reunión con el Ministro Martín Guzmán para advertir su grave estado de ideologización (“peligra la propiedad privada”) y su desconexión completa con la realidad social argentina, al reclamar una devaluación que no resolvería ningún problema existente, pero que generaría un derrumbe adicional en el salario, la actividad económica y el empleo.

La presión pro - devaluación, de la cual han sido voceros y animadores decididos los principales medios del sector, muestra que el nivel de ajuste que pretende la cúpula empresarial local es muy superior al que demanda el FMI, que tiene en el presente una noción clara del daño global que produjo la pandemia y de los límites posibles de los ajustes.

No parece ser así en el caso de AEA, que confunde derecho de propiedad con la continuidad de todas las rentas monopólicas y de privilegio acumuladas desde la dictadura cívico - militar hasta la actualidad.
No admite modificación alguna a un cuadro de actividades con super ganancias que estrangulan al resto de sectores productivos de la economía nacional.
Tampoco han hecho ninguna autocrítica luego de su calamitosa gestión a través de Cambiemos.

Reclaman al gobierno un shock de confianza, que sería aceptar plenamente su programa económico, que no es otro que la continuación de las políticas ruinosas que implementó el macrismo.

Pero no hay que subestimar su accionar.
No hay sólo necedad económica y obnubilación ideológica.
El sueño de la derecha es empujar al gobierno nacional hacia el ajuste, que es la garantía del fracaso macroeconómico en el corto plazo, dado que se acentuarían los peores rasgos de la situación actual (inflación, pobreza, desempleo, crisis fiscal).
Pero lo más importante: ese ajuste inducido por “los mercados” haría que el gobierno quede como agresor frente a su base social, en un año electoral.
Bingo.

Sorprende, en ese sentido, cómo los espacios políticos populares arremeten furibundos contra las eventuales acechanzas fondomonetaristas, pero dejan de lado el accionar persistente y sistemático de los actores concentrados internos, mucho más impiadosos y faltos de realismo que la propia tecnocracia internacional.
¿Será que persiste la esperanza en que el alto empresariado adopte un comportamiento “nacional”, a pesar de que ese sector se empeña todos los días en desmentir ese malentendido?


El fundamental tema alimentos

La inflación se aceleró en octubre, marcando un 3,8% de aumento promedio de precios.
Pero el precio de los alimentos subió aún más, 4,8%.
Este rubro acumula en el último año 43,9% y está claramente por encima de la inflación promedio.
Debemos recordar que la contracción del poder adquisitivo de amplios sectores debida a la crisis provocada por el macrismo y por la pandemia, lleva a concentrar el gasto en los bienes primordiales, entre los que figuran en primer plano los alimentos.
Por lo tanto, la evolución de sus precios reviste un peso crecientemente significativo sobre la canasta de gasto de la mayoría. Su demanda es bastante inflexible: se puede desmejorar la calidad de los alimentos, pero no se puede dejar de comer.
Al desplazar a otros consumos de bienes y servicios, diversas ramas de la economía ven mermada su propia demanda.

Por lo tanto los desplazamientos en el mercado de alimentos tienen repercusiones sociales, vía caída de los ingresos reales de asalariados, jubilados, perceptores de ayudas sociales.
Pero también impactos económicos, vía caída de la demanda de otros rubros y generación de incertidumbre.

La variada composición del rubro alimentos obliga a un estudio detallado de sus componentes y un diagnóstico preciso de los factores que están impulsando el alza, entre los que figuran cuestiones objetivas y estacionales, hasta movimientos especulativos disparados por los juegos en torno al valor del dólar.

En este último caso, estaríamos presenciando una situación inaceptable: debido a que existe un aparato de especulación montado que acicatea las expectativas devaluatorias en mercados marginales, otros actores económicos empiezan a “tomar precauciones” subiendo los precios de sus productos, para cubrirse, por las dudas, de una devaluación que está más en los deseos de los especuladores que en la realidad.

El efecto de estas maniobras que se verifican no sólo en el rubro alimentos, es una suba de precios que castiga el bolsillo mayoritario. Insistimos: la suba no está fundamentada en ningún costo incrementado o aumento de la demanda o caída de la oferta, sino en fantasías y rumores creados por un sector social determinado.

Es decir, que los argentinos quedan a merced de la ideología - o sea la forma de interpretar la realidad -, y del tipo de información y análisis económicos - de distorsivo signo neoliberal - que consumen los que determinan los precios.

El resultado del mes pasado, además, elevó todas las proyecciones inflacionarias, lo que someterá al gobierno a nuevas presiones devaluatorias, no importa si estén fundamentadas o no.

Es evidente la limitación de las políticas públicas realizadas hasta el momento para establecer cierta racionalidad en esta cuestión clave. No hace falta aclarar que una inflación que se acelera contra ingresos estancados, es un factor de malestar social y un factor de desgaste político - electoral.
Por eso resulta crucial encarar con mayor contundencia el tema.

Quizás la anunciada aplicación de la Ley de Abastecimiento en el rubro de materiales de la construcción, donde se detectaron maniobras de acaparamiento especulativo que estaban afectando directamente a la reactivación del sector, sea el comienzo de una política más activa, que apunte a obtener resultados concretos en resguardar a los consumidores del accionar de los grandes productores y de las cadenas de comercialización.
El gobierno debe saber que se aproximan meses cruciales.


La política económica en tiempo de definiciones

El gobierno intenta poner al país en un andarivel de producción creciente y recuperación del empleo, pero parece que ningún actor privado concentrado está interesado en colaborar.
Se quejan, reclaman, pero no aparece atisbo alguno en materia de aporte sectorial concreto.
No sólo eso, sino que se ha reforzado un discurso suministrado por las usinas ideológicas de la derecha, de rechazo al accionar público, aunque sea en resguardo del resto de la sociedad, como ocurre en el actual contexto de pandemia.

Volvemos a las preguntas que nos hacemos desde que asumió el actual gobierno: ¿se puede gobernar dejando todos los instrumentos de presión y exacción económica en manos de sectores no colaborativos, guiados por lógicas sectoriales y cortoplacistas? ¿Hasta qué punto se puede gobernar estando las autoridades sometidas a la amenaza constante de la desestabilización económica?

El dólar marginal hasta hace dos semanas, y ahora los precios son palancas poderosas tanto para el progreso del país, como para su estancamiento.
Sectores privados concentrados muestran una considerable influencia sobre estas variables, a las que el sector público apenas puede regular.
Hay que apuntar a cambiar ese estado de cosas, desplegando todo el poder y la determinación estatales, si se quiere lograr una gobernabilidad compatible con los intereses populares.

¿Existe un punto intermedio entre las necesidades sociales de estabilidad de precios, incremento de la producción y ampliación de los ingresos reales, con un conjunto de demandas sectoriales desconectadas de un sistema que las articule en forma expansiva? No.
Hay puntos de encuentro, sí.
Pero a condición de priorizar los equilibrios macroeconómicos y sociales.

Luego del verano entraremos en los prolegómenos del período electoral.
El gobierno está obligado a obtener resultados económicos satisfactorios, no sólo como resultado de un compromiso con sus electores, sino porque es una extendida demanda social que es completamente compatible con una recuperación virtuosa de la economía.

Hasta ahora, la pandemia ha funcionado como una neblina que ha resguardado al gobierno de un escrutinio más preciso de aciertos y errores.
Pero a medida que se diluye el tema de la preocupación colectiva, otros ascienden al tope de la agenda pública.

Se entra en una etapa políticamente relevante, en la que se deben exhibir logros palpables, especialmente para la amplia base popular del Frente de Todos.
Ya queda poco tiempo político para esperar a que quienes no aceptan ni dialogar ni negociar se dispongan, por algún milagro, a hacerlo.

Conclusión: se vienen meses decisivos, en los que conviene meter varios goles para asegurar el resultado.
No se puede jugar a la defensiva, ni al empate.


Diego vive en el Pueblo

La triste noticia del fallecimiento de Diego Maradona, y su velorio popular, nos dejan una serie de reflexiones sobre su significado para nuestra sociedad.

El gran desorden en el que se transformó la despedida al ídolo no debió haber ocurrido jamás.
Fue una forma equivocada de combinar lo público y lo privado.
Dado que se trataba de un eminente hecho popular, masivo, el Estado debió haber tenido un lugar mucho más preciso en la organización del evento, diseñándolo de forma tal de que no hubiera un cortocircuito entre la pasión masiva por despedir al ídolo y el tiempo escaso dispuesto por los familiares para tal evento.
Sin esa compatibilidad - que era responsabilidad de las autoridades establecer -, el choque entre expectativas populares de participación y lo acotado del evento estaba garantizado.
El gobierno nacional debe asumir que su papel de ordenador es insustituible en una sociedad en la cual la anomia se desata en cualquier circunstancia, incluso dentro de la Casa Rosada.

El testimonio de amor y lealtad de centenares de miles de argentinos fue conmovedor, y muestra una joya escondida, que rara vez suele exhibirse en público: el entusiasmo, la pasión popular.
Hay allí una fuente de potencia excepcional, para quienes desde la política decidan convocar al respaldo popular activo frente a una gran una empresa colectiva.

Lo notable de la figura de Maradona, además de su inolvidable arte deportivo, fue su personalidad, que resume todo lo que odia la elite dominante local.

No son la droga ni el descontrol - las excusas de la moralina local - la base del rechazo elitista y clasista hacia Maradona.

Fue su “inadaptación” al mundo de los poderes y los poderosos, a los que les resultó imposible absorberlo como un buen pobre “exitoso” domesticado, respetuoso de jerarquías sociales basadas en las cuentas bancarias.

Maradona fue - y es - un muy mal ejemplo desde la perspectiva de los dueños del país vencido, del país resignado, del país sin esperanza ni vitalidad.
Diego representa un tipo de personalidad sostenida en un orgullo y una dignidad incompatibles con la personalidad sumisa y vencida que deberían tener las clases subordinadas, esa sumisión que se necesitaría para administrar con tranquilidad la semicolonia argentina.

Los pobres pueden aspirar a consumir, incluso droga, pero no pueden aspirar a la igualdad.
Precisamente ese espíritu maradoniano de dignidad e igualdad es el que debe ser convocado para encarar las grandes acciones públicas que requieran coraje, determinación y pasión nacional.

Está ahí, latente.

TRISTEZA, de Horacio Verbitzky - 30/11/2020


Pudo ser peor, dijo el Presidente Alberto Fernández.
En términos teóricos, es cierto. Todo siempre puede ser peor.
Pero lo sucedido el día de la despedida del máximo ídolo popular argentino y uno de los pocos de trascendencia global fue triste, demasiado triste.

No se lo merecían Maradona ni el pueblo que lo adoraba, aunque al mismo tiempo todos entiendan que fue una representación maradoniana al palo, con esos hinchas que se asomaron con curiosidad y sin beligerancia a las entrañas de la burocracia estatal, donde no fueron reprimidos.
Según el Ministerio de Seguridad, gas pimienta sólo se utilizó en el vallado de acceso al edificio, en el instante en que la presión de la multitud volteó una de las vallas, cuando se supo que en un par de horas más partiría el cortejo hacia el cementerio.

Lo que ocurrió dentro del edificio fue que un grupo de quienes seguían el recorrido prefijado se estacionó para entonar su homenaje musical frente al féretro, que fue retirado a un salón interior para mayor seguridad, por decisión del jefe de la Casa Militar, coronel Alejandro Guglielmi.
Pero personas que estuvieron en el lugar aducen que fueron gases lacrimógenos disparados por la Gendarmería.
«Tenemos que investigarlo» fue lo más concreto que dijo la ministra Sabina Frederic.

La imagen que encabeza esta nota no es de aquí, sino de Siria, cuyo pueblo es en este momento el más sufrido del mundo, y transmite sin necesidad de palabras el Código Maradona.
Lo mismo puede decirse de los homenajes que le rindieron en Nápoles y en Bangladesh.
Todas las Villas Fiorito del mundo lo sienten propio, porque nunca se confundió y siempre estuvo donde había que estar.
Con los oprimidos, contra los poderosos.
Cuando le prohibieron entrar a Japón porque consumió drogas, sólo comentó:
«Pero dejan entrar a los yanquis que les tiraron dos bombas atómicas».

Pero no todos sintieron tristeza, ni por su muerte ni por el caótico velorio en la Casa Rosada.
Uno de los colaboradores más próximos del ex presidente Maurizio Macrì lo celebró en su Instagram.

Se trata de Christian Claret, quien fue jefe de Gabinete de la Dirección de Protocolo y Ceremonial porteña y gerente de la Subsecretaría de Relaciones Internacionales e Institucionales, cuando Macrì era jefe de gobierno, y administrador de la residencia de Olivos desde que asumió la presidencia.
Ése no es un cargo político, sino de confianza personal.
Claret no quiso ser ambiguo ni disimular sus sentimientos: en forma explícita sostuvo que su ánimo era de alegría, que algo bueno tenía que pasar en 2020, y dispuso que Diego ardería en el infierno.
Es un sentimiento muy humano: Maradona nunca ahorró críticas a Macrì, tanto como dirigente de Boca, donde chocaron desde el primer día, como por su carrera política.
El presidente uruguayo Luis Lacalle Pou dijo que prefería a Enzo Francéscoli.
Si Macrì fuera sincero, diría “cualquiera antes que Diego”.


Hace apenas un mes y medio, el 13 de octubre Macrì dijo en la señal de cable del Grupo Clarín que como condición para el éxito de Boca debió hacer algo durísimo, que fue sacar a Maradona, y sostuvo que el peronismo enfrentaba ahora el desafío similar de separarse de Cristina.
La frase fue tan impactante que Joaquín Morales Solá le preguntó si comparaba a Cristina con Maradona.
Salió del paso como pudo: “En la irracionalidad, no en el talento”. Maradona le contestó con un tuit donde declara su apoyo al gobierno de Alberto y Cristina y concluye que este “ya no es más el país de Ricachón y sus amigos”.


Estos son datos no menores a la hora de entender lo sucedido en la Avenida de Mayo y 9 de Julio, donde la Policía de la Ciudad convirtió una celebración popular en un infierno de balas de goma, palazos y gases lacrimógenos. Las imágenes no dejan lugar a dudas.
Los siniestros motociclistas de la Policía de la Ciudad agreden sin que nadie los provoque a muy jóvenes manifestantes que sólo portan sus banderas de gratitud a Diego.
Esta filmación muestra cómo los escopeteros le disparan a dos metros de distancia a uno de esos pibes, que se retuerce de dolor.

No resisto cotejar esta imagen canallesca con una de Diego cuando hacía precalentamiento con la pelota y un fondo musical que el Napoli elegía para este espectáculo más hermoso que el propio partido que vendría después, pura generosidad y alegría.

Hasta el matutino La Nación consignó que “a las 16, sobre la 9 de Julio, dos efectivos policiales conducían una moto por la vereda de Cerrito, entre avenida Rivadavia y Avenida de Mayo.
A pocos metros, una bala de goma impactaba sobre la pierna de un hombre de unos 30 años, vestido de Boca. «Les estaba gritando ‘antipatrias’ y se calentaron», dijo el joven.
Estaba rodeado de otras personas que se acercaron a ver la herida”.


Foto, Lautaro Gatto

El fiscal porteño Walter López recibió un llamado de la policía porteña, pero respondió que era un tema de la Nación.
- Lo hicimos y nos dicen que corresponde a la Ciudad - le dijeron luego.

En total hubo 15 detenidos, 13 de las Brigadas de las Comisarías Porteñas 1, 3 y 5, bajo las figuras de atentado y de resistencia a la autoridad, que suelen utilizarse como paraguas legal para detenciones arbitrarias, y dos de Nación, por robo.
López liberó a los 13 en el mismo lugar de los hechos, porque dijo que no quería entorpecer una fiesta popular.

Al día siguiente, el Secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla, a quien el presidente ordenó que investigara lo sucedido, denunció al jefe y al vicejefe de gobierno de la Ciudad ante la justicia porteña por intimidación pública, abuso de autoridad y abandono de persona.

El punto de inflexión fue la advertencia pública de Wado de Pedro:


En contacto con la ministra de seguridad federal, el vicejefe porteño Diego Santilli dijo que si la policía porteña se replegaba habría por lo menos 5.000 personas más que avanzarían sobre la Plaza de Mayo. La respuesta de Frederic fue que las dejaran pasar.
En cuando los intimidatorios uniformes negros salieron de la vista, la calle se tranquilizó y no hubo más incidentes.

Lo que comenzó entonces fue la disputa entre ambos gobiernos sobre la responsabilidad de cada uno.
Santilli dijo que todo el operativo estuvo bajo el comando unificado de la Nación.
El operativo lo organizó la Casa Rosada y nosotros colaboramos.
La orden de interrumpir la fila la dieron las fuerzas de seguridad nacionales.
En ese momento, un grupo empezó a tirar piedras y palos y nuestro límite es la violencia”.
Pero todos los testimonios y documentos gráficos muestran que la violencia la inició la policía.

Frederic afirma que en su comunicación con Santilli, no le pidió que cortara la fila. 
Sólo le dijo que ante la decisión de la familia de terminar el velorio a las 16 se estaban evaluando alternativas.

Una era una caravana que saliera por Sarmiento y recorriera 9 de julio para que pudieran verlo quienes formaban una fila hasta Constitución.
Otra, que propuso la Policía Federal, fue transportar el cuerpo de Maradona hasta las cercanías del cementerio en helicóptero.
El jefe de la Federal, Juan Carlos Hernández, tenía otras preocupaciones: La Nación publicó que su camioneta chocó a un auto en la avenida General Paz, e incluyó un video casero en el que alguien solicita un test de alcoholemia.

Pero en otro video, que el diario de los Saguier no publicó, uno de los tripulantes del auto chocado afirma que quien conducía era el comisario Hernández, quien estaba borracho, hasta que un bombero de la policía lo rescató y se lo llevó en un patrullero.

Circuló entre la policía y también lo difundió el informático Javier Smaldone, quien en 2017 y 2019 fue detenido y acusado por Patricia Bullrich, luego de denunciar que los sistemas de la Federal habían sido violentados por hackers que subieron la información a la Deep Web.
Los nexos del comisario Hernández con el macrismo están bajo observación oficial.

Finalmente, el gobierno nacional optó por una caravana, pero saliendo de la Casa Rosada por Paseo Colón.
Lo que nunca se dispuso fue el corte de la fila.

El comunicado oficial sostiene que "es falso que las fuerzas policiales y federales de seguridad hayan dado o recibido orden de reprimir ni de participar de la represión desatada en la zona de la Avenida 9 de Julio, que es jurisdicción de la Policía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que posee la responsabilidad primaria del operativo”.

Para Santilli, el tuit de Wado de Pedro politizó el acontecimiento, lo cual muestra su falta de reflexión sobre los actos propios: más que las palabras del ministro, la politización salió del caño de las escopetas policiales.
Frente a las políticas provocativas de Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta parecía un moderado en cuestiones de seguridad. Pero en relación con las directivas y los protocolos del FdT encarna una visión autoritaria de la tarea policial, al estilo de la que Donald Trump reivindica en Estados Unidos.

La denuncia de Pietragalla sostiene con abundante soporte documental que la simultaneidad de una represión violenta y desmedida en distintos puntos «no permiten suponer que los abusos policiales hayan sido desvíos individuales de algunos miembros de la fuerza porteña».
En cambio, esa «sistematicidad en el accionar y la violencia cometida por todos ellos da cuenta de una orden superior que dispuso la represión de esa forma: con balas de goma, gases, camiones hidrantes y detenciones arbitrarias”.


El conurbano profundo

Esto no implica ignorar la parte que le toca al gobierno nacional.
En la Coordinación del acto, a cargo del jefe de gabinete Santiago Cafiero, participaron el secretario general de la presidencia, Julio Vitobello, de quien depende la Casa Militar a cargo de la seguridad presidencial; el subsecretario general y productor teatral Miguel Cuberos; la ministra Frederic y el jefe de asesores, Juan Manuel Olmos.
Ninguno de ellos tiene experiencia en la organización de actos multitudinarios y, menos que menos, de estas características.

Según el presidente eran barras bravas, aunque no hicieron nada peor que treparse a las rejas cuando se les hizo saber que se cerraría el paso.
El único que mostró conocimiento de primera mano fue Cafiero, quien explicó al resto que los hinchas no estaban haciendo nada distinto a lo que practican cada fin de semana en las canchas, y que el gobierno no debía temerles.
El coronel Guglielmi tenía la cara deforme por el llanto provocado por los gases que se filtaron hasta los despachos del primer piso.
El barrabrava más famoso, Rafael Di Zeo, ingresó a primera hora de la mañana, como invitado de la familia Maradona, pero se había ido cuando se desató el pandemonio.
El matutino La Nación fantaseó un acuerdo entre los gobiernos nacional y bonaerense y los barrabravas, para garantizar la paz social en el fin de año, y aderezó su ensalada con datos sobre los planes sociales que administra Daniel Arroyo y el rol que cumplen en el gobierno dirigentes del Movimiento Evita.


Miguel Cuberos, una superproducción

Un dirigente social kirchnerista ofrece una visión muy distinta:
Lo que apareció en la plaza fue el conurbano profundo, ese que representaba el Diego, que no va mucho a la capital.
Las organizaciones sociales representamos un cachito de eso, pero solo un cachito, que es lo organizado, la inmensa mayoría no. Es base social del peronismo por motivos múltiples y el jueves fueron maltratados.
Creo que suceden estas cosas porque nuestros dirigentes empezaron a creer que esa gente es igual a aquellas con las que interactúan por twiter, nuestros dirigentes cada vez se parecen menos a nuestro pueblo.
Lo del jueves va a quedar en la memoria, fue una señal, la realidad nos golpeó la puerta, espero que se tome nota y podamos corregir.
Que la agenda de gobierno cuide a esa base social en la que también está el reclamo de Libertad a nuestros presos políticos, que son tan negros como los que estaban ayer en la plaza o como los que abundan en los penales de todo el país, o como los que se cagan de hambre y siguen apostando a organizarse alrededor de una olla, de un comedor, también maltratados con comida para perros que es la que reparte Arroyo.
No es un problema de comunicación: es un problema de empatía con lo que decimos que queremos representar.
Si no tomamos nota de esto va a llegar el día en que los gorilas van a venir por el gobierno de verdad y los de abajo no van a defenderlo.
Pienso en lo que pasó con Dilma y Lula en Brasil.
Siempre pienso en Lula en el sindicato esperando que los de abajo vengan a bancarlo y nunca aparecieron porque hacía rato que ya no estaban y el PT nunca se dio cuenta”.

Los obreros industriales lo recordaron en las fábricas, como muestra un video emotivo de trabajadores mecánicos del automotor.
Y La Cámpora filmó un video que difundió Cristina en las redes, que da una idea del sentimiento colectivo.

En otra cuerda, la poeta rionegrina Liliana Campazzo, escribió:

Yo me robaría el cajón de Maradona.
Saldría en un carro de botellero
como los que había en mi barrio cuando chica.
O mejor, en el carro de Pascualito,
que pasaba por el frente
de la casa de mi nona.
Me robaría al Diego
para pasearlo por todos los barrios
de pibes pobres,
por todos los bordes
de los bordes.
Dejaría que lo tocaran
le tiraran flores, camisetas,
pelotas de trapo, besos.
Lo peregrinaría a Luján,
o hasta el mismo límite
en Ushuaia.
Lo pasearía con una orquesta
que tocara cumbias, tarantelas
el Ji ji ji, de los Redondos.
Todas sus mujeres bailarían atrás,
y habría diez cuadras con sus hijos,
caminando.
Dos caballos oscuros
arrastrarían ese carro.
Un recorrido eterno,
dando vueltas,
aviones dibujando con humo
10 en el cielo.
Vendedores de gorras,
remeras,
pelotas,
salvarían este año de miseria.
Choripanes, pochoclos,
tipos vendiendo pelotas con su cara,
banderitas.
Me robaría el cajón
con las flores,
y lo sostendría en este viaje,
hasta que el sol, la lluvia,
la tierra, el viento,
lo volviera cenizas
que volaran
por todo el territorio
de la Patria
.

Es de imaginar que algo parecido hubiera dicho Leonardo Favio, a quien Diego llamaba “mi maestro motivador”.


La última palabra

La planificación oficial no escatimó errores:
  • Acceder a la solicitud de las hijas y de una de las ex compañeras sentimentales de Maradona para velarlo en la Casa Rosada sin discutir antes en qué condiciones. La previsión más modesta sobre la asistencia esperable indicaba que el desfile doliente insumiría varias jornadas. Es posible que a eso se deba que el duelo nacional decretado fuera de tres días. Pero nadie se lo dijo a Dalma Nerea, a Gianina Dinorah ni a su madre, que tenían otra idea. “Diego se crió en el barrio, pero ellas en escuela privada”, dice un diputado nacional de antigua amistad con el presidente.
  • Allanarse al planteo de la familia cuando ya había cientos de miles de personas haciendo fila sobre el cemento y al sol de fines de noviembre. Lo máximo que concedieron, luego de un diálogo con el presidente Fernández, la vicepresidenta CFK, el Ministro De Pedro y el gobernador bonaerense Axel Kicillof fue prorrogar el velorio hasta las 19. El Código Civil y Comercial dice en su artículo 61 que si el fallecido no dejó constancia de su voluntad, el modo y circunstancias de las exequias e inhumación corresponden “a los parientes según el orden sucesorio”. Es decir, Dalma Nerea y Gianina Dinorah Maradona. Pero este era un funeral de Estado, ocurría en la sede del gobierno, rodeada por una multitud, lo cual habilitaba al Poder Ejecutivo a tomar una decisión discordante con la de la familia. No es imposible que las tres o alguna de las mujeres lo hubieran puteado. Pero no el pueblo, que amaba a Maradona, no a su familia.
  • El presidente se acercó a las rejas de entrada de la Casa de Gobierno y megáfono en mano explicó que se habían cerrado por un momento porque había ingresado demasiada gente, pero que en cuanto se reordenara la circulación volverían a abrirse. Pero sólo se enteraron las pocas personas que alcanzaron a escucharlo, mientras los medios de comunicación difundían versiones extraoficiales encontradas.
  • La comunicación fue errática y siempre por detrás de los acontecimientos. Quienes comenzaron la cola con las primeras luces del día, no sabían que las puertas se cerrarían antes de que todos pudieran pasar. Una de las personas que integran el gabinete cree que eso se debió a que Alberto confiaba en su capacidad para convencer a las parientas. Mientras se discutía, distintos funcionarios guasapeaban con amigos periodistas, de modo que las distintas alternativas en estudio iban trascendiendo en las señales de noticias como si fueran decisiones ya tomadas. En el momento en que la familia accedía a la prórroga por unas horas, trascendía que nadie podría entrar después de las 16 y la policía porteña se entregaba al juego que mejor juega y que más le gusta. Con lo cual se intensificó la presión sobre la Casa Rosada, ante lo cual la familia pidió apresurar la salida, justo cuando se informaba que el velorio seguiría varias horas más.
  • La señal de cable C5N, que según la oposición responde al gobierno, reproducía los off the record del gobierno porteño, que atribuían la represión a órdenes del Poder Ejecutivo Nacional, y repetía imágenes de los hinchas en el patio de las palmeras de la Casa de Gobierno, que no estuvieron allí más de media hora, como si siguiera ocurriendo hasta ese momento.
Desde el 13 de diciembre de 2013 todos los canales y señales de cable “deben incluir de modo claro y legible un mensaje consignando la fecha y lugar de los hechos, y la expresión Archivo cuando se trate de noticias o imágenes registradas con anterioridad al día de su emisión”.
Cuando se transmita “desde el lugar y en el momento de los hechos”, deberán consignar el lugar y la expresión En vivo.
Si la noticia es del día, pero no en vivo, “deberán consignar la expresión Hoy, la hora y el lugar en que acontecieron”.

Así lo estableció la Resolución 1478, de 2013 de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), publicada en el Boletín Oficial del 17 de diciembre de 2013.
Nunca fue derogada, pero el Poder Ejecutivo no se preocupa por controlar que se aplique, ni a través de la Secretaría de Comunicación y Prensa a cargo de Juan Pablo Biondi, ni del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), que sucedió a la disuelta AFSCA, cuyo titular es Claudio Ambrosini, dos personas de confianza del presidente Alberto Fernández y del presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.

Más tarde, el Poder Ejecutivo emitió una declaración sobre los hechos:
«Cuando el horario de finalización se acercaba, varias personas que estaban en la fila comenzaron a saltar las rejas para ingresar de manera irregular. Ante esa situación, se suspendió por unos minutos el ingreso. Cuando se volvió a habilitar algunas personas ingresaron rápidamente, sin cumplir las indicaciones del personal a cargo. Por ello, la Casa Militar habilitó un conducto de salida por el Patio de las Palmeras y la Explanada, donde permanecieron con cánticos durante unos minutos. Una vez que se controló de manera pacífica la situación, la familia transmitió su deseo y voluntad de dar por concluida la ceremonia».
Hubiera justificado una cadena nacional para que se supiera mientras estaba ocurriendo.


Dos puntos

El gobierno se enorgullece de que ni dentro de la Casa de Gobierno, ni en la Plaza de Mayo, hubiera personas heridas o golpeadas, y que la caravana llegara al cementerio sin incidentes.
Esto debe agradecerse sobre todo a la actitud de los manifestantes, que no era confrontativa.
Si lo hubiera sido, el cuadro de seguridad habría sido gravísimo.

No es justo decir, como lo hizo una colaboradora de Patricia Bullrich, que la Casa de Gobierno fue tomada, porque todos ingresaron por el sendero habilitado para ello.
Pero sí que uno o dos centenares de personas permanecieron en espacios de la Casa Rosada sólo habilitados para los funcionarios que trabajan allí y muy cerca del despacho presidencial, al punto que se analizó la posibilidad de evacuar a Alberto y al féretro de Maradona.
Esto es inquietante, porque sucede a solo dos meses y medio del alzamiento policial, que puso cerco a las residencias del gobernador bonaerense y del presidente de la Nación.
Un presidente no está obligado a saber todo sobre todo, pero debe escoger colaboradores capaces de enfrentar las situaciones más difíciles y ahorrarle bochornos como el del megáfono junto a la reja.

Dos puntos trazan una recta y alertan sobre el futuro.
¿Qué podría pasar, superada la pandemia, en un país que se pone en marcha, con una monstruosa deuda social y la correspondiente conflictividad, si alguien decidiera repetir la excursión, con intenciones menos amables?
Es imprescindible preguntárselo antes de que pueda ocurrir, y prepararse para enfrentarlo con autoridad, porque un poder que no se ejerce, se pierde.

jueves, 19 de noviembre de 2020


  

CHIRINADA

Después de los vaticinios de Duhalde, la conspiración de la terraza

 

Chirinada es un argentinismo reconocido por la Academia Española, por “asonada inútil, motín frustrado”. A sus 77 años, el general Ernesto Juan Bossi se lamentó: “Yo no sé para qué me meto en esto. El domingo, Horacio Verbitsky me va a masacrar”. Había pedido una reunión con el general Juan Martín Paleo, jefe de Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, quien lo escuchó con el respeto debido a un superior. El artillero Bossi, de la Promoción 93 del Ejército, tiene 19 años más que el Infante Paleo, de la 114. Pero eso no le impidió decirle que el lanzamiento de la Mesa de Encuentro de las Fuerzas Armadas y de Seguridad encabezada por Bossi “nos desequilibra a nosotros. No necesitamos alguien que haga nuestra tarea”. Esa es una de las principales diferencias con la repercusión que a partir de 1983 tuvieron otras organizaciones de retirados de las Fuerzas Armadas, como el Círculo Militar y los foros de Generales, Almirantes y Brigadieres: hoy los oficiales en actividad no se sienten representados por esta “rémora de la Argentina que ya nadie quiere”, como los llamó el Presidente Alberto Fernández.

 

 

Bossi, Reimundes, Pasqualini et al.

 

Se comprende: la declaración fundacional de la Mesa, distribuida desde la Sociedad Militar Seguro de Vida, decía que el grupo “se propone representar ante la dirigencia política y la opinión pública a los centenares de miles de uniformados que viven y cumplen servicio en todo el territorio nacional». Enunció como objetivos:

  • dar visibilidad a la problemática de la Defensa Nacional y la Seguridad Pública, y generar conciencia a través del debate público y político;
  • unir a la “familia de los uniformados” de las Fuerzas Armadas, de Seguridad y Policiales, y
  • “determinar intereses comunes y particulares de los uniformados” sobre “leyes, haberes, obra social, protección legal para actuar, etc.”.

Es decir, funciones que cumplen el Poder Ejecutivo, el Ministerio de Defensa, los jefes de Estado Mayor de cada fuerza y el Estado Mayor Conjunto. El blanqueo de la remuneración de los militares en actividad, que desde la gestión de Domingo Cavallo en el Ministerio de Economía cobraban en negro una parte de su salario, implicó una sustancial mejora en las jubilaciones de los retirados. Un general en pasiva percibe mensualmente más de 230.000 pesos, el doble que la jubilación máxima a la que puede aspirar un civilacho. Esto fue anunciado por el Presidente Fernández el Día de las Fuerzas Armadas, y, junto con la sanción del Fondo para la Defensa, de 400 millones de dólares para el desarrollo productivo de las Fuerzas Armadas, que Rossi propuso como diputado hace un año y que Alberto Fernández promulgó el mes pasado, quitaron los principales argumentos que los retirados utilizaron siempre para generar simpatías entre las nuevas promociones. Hoy los sienten como una mochila que no quieren cargar. Esta conspiración sucede al paso de comedia del ex senador Eduardo Duhalde cuando afirmó que no se realizarían las elecciones del año próximo y que habría un nuevo golpe militar.

Durante la gestión de Martín Balza al frente del Ejército, Bossi fue secretario general, cargo desde el que propició que las Fuerzas Armadas volvieran a cumplir tareas policiales, para lo cual quería debatir si era necesario que se reformaran las leyes de defensa y seguridad interior o bastaba con forzar sus límites. Su cerebro derecho era el entonces coronel Daniel Reimundes, quien de regreso como agregado militar en Washington, lo sucedió en la Secretaría General, cuando Ricardo Brinzoni reemplazó a Balza.

Bajo la presidencia de Fernando De la Rúa, Bossi se hizo cargo de la Central Nacional de Inteligencia, que formaba parte de la SIDE, dirigida entonces por Fernando de Santibañes. Brinzoni, Reimundes y Bossi, protegidos por los sucesivos ministros de Defensa Ricardo López Murphy y Horacio Jaunarena creyeron que había llegado la hora de reconvertir a las Fuerzas Armadas en función de lo que el Comando Sur denominó Nuevas Amenazas, es decir, la vieja amenaza de que los militares vuelvan a desempeñar tareas policiales. No lo lograron, y en 2001 el acuerdo bipartidario peronista radical consiguió que se sancionara la ley de inteligencia nacional que reformó la separación entre Defensa y Seguridad Interior, trazada por las respectivas leyes, de 1988 y 1992.

La respuesta del Ministro de Defensa Agustín Rossi fue fulminante. Dijo que eran conspiradores contra la democracia y recordó un episodio similar, que revelé en una nota del año 2004, que podés leer aquí. Pero aún antes, seguí con atención la trayectoria de Bossi. Además de hacer su carrera como oficial jefe y superior durante la dictadura militar, que lo designó interventor castrense en el gobierno de Río Negro, en 1980 fue uno de los jefes de la misión militar en Bolivia que apoyó el golpe de los narco generales y narco coroneles Luis García Meza y Luis Arce Gómez y que exportó el método del secuestro, la tortura y la ejecución clandestina.

Reimundes es hijo del coronel homónimo Manuel Reimundes que al iniciarse la década del ’60 comandó la Logia El Dragón Verde, precursora de las doctrinas de intervención castrense en política bajo capa de acción cívica populista y lucha antisubversiva.

Las propuestas de Bossi y Reimundes, favorecidas por la restricción presupuestaria para las Fuerzas Armadas, parecieron hacerse realidad cuando el Presidente Carlos Menem anunció que se intensificaría el rol militar en la lucha contra lo que ambos mencionaron como “narcoterrorismo y narcotráfico”. Quien se opuso y debido a ello debió pasar a retiro fue otro de quienes ahora integraron la fugaz mesa de enlace, el Comandante José Ricardo Spadaro, el único del grupo con experiencia de combate: creador del grupo Alacranes de Gendarmería, participó en la guerra de Malvinas como jefe de una unidad de comandos, que tuvo la mayor proporción de bajas sobre el total de su personal: 7 sobre 40.

Las suyas fueron vidas paralelas. Ambos:

  • ocuparon la jefatura política del Estado Mayor del Ejército,
  • presidieron la Sociedad Militar Seguro de Vida (que en realidad es una asociación civil que presta servicios mutuales a militares retirados), y
  • fueron procesados por la Justicia federal.

A Bossi lo sobreseyó el juez Jorge Urso en una resolución dogmática y sin fundamentos, en la causa por el contrabando de armas a Croacia y Ecuador, en la que falsificó documentos para encubrir la maniobra. Esto, según Urso, no constituye delito. Reimundes fue procesado por la jueza Sandra Arroyo Salgado por integrar una organización que pinchaba teléfonos y computadoras y vendía los contenidos. La causa se inició en 2006. En diciembre de 2014, el fiscal general Fernando Domínguez solicitó la elevación a debate oral para juzgar al ex jefe de la SIDE Juan Yofre, por espionaje y como jefe de la asociación ilícita, y como encubridores a Reimundes, al columnista de La Nación Carlos Pagni, al ex director de Ambito Financiero, Roberto García; a los directores de los portales Seprin, Héctor Alderete, y Urgente 24, Edgard Mainhard; al empresario de medios Néstor Ick; y a los espías rasos Pablo Alfredo Carpintero e Iván Velázquez. En enero de 2015, a solicitud de Yofre, Arroyo Salgado declaró nula la investigación que ella misma dirigió, debido a la actuación como infiltrados de dos agentes inorgánicos de la ex SIDE. La Cámara de Casación confirmó el sobreseimiento con otro motivo: que los mensajes interceptados no afectaban la seguridad nacional, pero apostrofó a la jueza por haber tardado nueve años en descubrir una ilegalidad que constaba en la primera foja de su expediente. Qué le hace una mancha más al tigre judicial argento.

Para medir la calidad del personal, es útil saber que los procesados empleaban casillas de correo cuyos nombres se inspiran en los movimientos políticos que gobernaron Italia y Alemania durante el cuarto más cruento del siglo XX: avanti1922@gmail.com (por la marcha del fascismo sobre Roma); kristalnacht45@gmail.com (en alusión al gran pogrom nazi que precedió a la política de exterminio de la población judía de Europa); oskorzeny43@gmail.com (en recuerdo de Otto Skorzeny, el comando SS a quien Hitler encomendó en 1943 el rescate de Benito Mussolini). ¿A eso se refería Reimundes, cuando dijo: “La historia me condena”, en diálogo con Guillermo Carmona, presidente del Instituto de Ayuda Financiera para Pago de Retiros y Pensiones Militares?

Carmona fue el principal operador del ministro Rossi ante los conjurados. “Dígale al ministro que solo prestamos las instalaciones”, le dijo Reimundes. Rossi ordenó responderle que “nos cuesta creerle”, y pidió que dijera por escrito que no participaba en tales actividades. La Sociedad Militar Seguro de Vida lo hizo de inmediato, igual que la Asociación de Veteranos de Guerra de Malvinas, presidida por el general de comandos Sergio Fernández; que la Fundación Criteria; que la Mutualidad el Personal de Intendencias Militares, que la Federación del Personal de las Fuerzas Armadas y de Seguridad y que la UCEMA, en declaración firmada por su presidente, el ex ministro de Menem Roque Fernández.

Criteria dijo que el general Ricardo Cundom había asistido a título personal a una reunión informativa y UCEMA que otro tanto había ocurrido con el general Claudio Pasqualini.  No son personajes menores: Cundom fue jefe de Estado Mayor del Ejército el último semestre de la presidencia de CFK y Pasqualini lo sucedió durante los cuatro años de gobierno de Maurizio Macrì. Pasqualini es yerno del coronel Athos Renes, condenado a prisión perpetua por Crímenes de Lesa Humanidad. Su hija, Maria Laura Renes, es una activa participante en las redes de negacionistas que consideran a los militares sometidos a juicio como presos políticos. Rossi le dedicó un tuit: como jefe del Ejército “tuvo la posibilidad de resolver alguno de los problemas que describe. No pudo, no quiso o no supo. ¿No sería prudente dejar que los que lo sucedieron intenten resolverlos?”.

Pasqualini y el ex jefe de Estado Mayor Conjunto, Bari Sosa, pasaron a retiro en 2020 y pasaron a trabajar para el ex carapintada Jorge Alberto Tito, un retirado como oficial subalterno que regentea al menos dos agencias de seguridad: CI5 y Hunter, un nombre muy apropiado para los reivindicadores de la dictadura y que poco tiene que ver con las tareas de una agencia de seguridad. Tito sería uno de los impulsores y financistas de la chirinada. Uno de sus hijos conduce la Fundación Criteria. Tito resultó ser un cazador cazado.

Otro integrante de la mesa es el comisario Pablo Bressi, quien fue jefe de la policía bonaerense del Hada Buena y a quien la Justicia federal de San Isidro investiga por narcotráfico. En febrero de 2018 un testigo presencial declaró ante el fiscal Fernando Domínguez que Bressi era el recaudador de una red que embarcaba cocaína hacia España, en ladrillos de cocaína con envoltorio amarillo escondida entre autopartes, según el testigo, yerno de quien exportaba las autopartes.

 

 

Bressi con el Hada Buena y Cristian Ritondo, en 2017. Ladrillos de cocaína forrados de amarillo.

 

 

En comunicaciones con Paleo y con Rossi, varios de los implicados dijeron que los convocaron a una reunión informativa y que les sacaron la foto en la terraza de la Sociedad antes de saber de qué se trataba. Es una suerte que ni la seguridad ni la defensa dependan de estos muchachos tan ingenuos como para que un Bossi y un Reimundes cualquiera los lleven de las narices.

SUBIBAJA, de HOracio Verbitzky - 15/11/2020

Al aproximarse el primer aniversario, un gobierno a la iniciativa


La designación de un nuevo ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, el anuncio de una nueva fórmula de aumento jubilatorio, la contención de la escalada del dólar paralelo, el tratamiento en el Congreso de la contribución extraordinaria sobre las grandes fortunas y la puesta en caja de un grupo de conspiradores militares muestran un gobierno en medio de grandes dificultades pero a la iniciativa, cuando se aproxima el primer aniversario de su instalación. 
La carta de CFK del 27 de octubre obró como un re ordenador, tanto dentro de la coalición gobernante como fuera de ella.
El Presidente y su Vice podrían reunirse para trazar una primera memoria y balance de lo actuado y de lo pendiente, en la semana del 23 de noviembre, cuando Cristina regrese de su primer viaje a Calafate en plan de abuela desde que comenzó la pandemia.
Con el método Kosminski, vamos por partes.


Aaron Kosminski, alias Jack El Destripador. Puck Magazine, 1889.


El recambio ministerial

La renuncia al ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat fue acordada por María Eugenia Bielsa con el Presidente Alberto Fernández antes del 27 de octubre, pero su anuncio se postergó dos semanas para distanciarla de la carta de la Vicepresidenta CFK.
La agrupación de la arquitecta rosarina lo atribuyó a necesidades políticas del gobierno, en una declaración en la que describe una hiperactividad ministerial que no es evidente.

La pretensión del Grupo Clarín de que la salida se debió a un video en el que Bielsa afirma que durante el gobierno de Cristina hubo quienes robaron ya era conocido cuando el Presidente propuso y la Vicepresidenta aceptó su designación.
Pero en el mismo minuto ella niega que esa fuera la causa de su rechazo a la candidatura santafesina de 2015, cuando agrega que el ofrecimiento vino condicionado a que el vicegobernador lo designara Cristina y la lista de diputados la confeccionara La Cámpora, de modo que ella sería “un florero”.
Es decir, razones políticas, vinculadas con la construcción de poder y no con la ética.

El propio Alberto Fernández y el presidente de la Cámara de Diputados Sergio Massa dijeron cosas mucho peores de Cristina, que la oposición se encarga de refrescar con publicaciones vintage. La Vicepresidenta no las olvida y la militancia tampoco.
Pero, como sincera su último texto, privilegió la construcción de un gran frente político y social que impidiera un nuevo término del macrismo.
Eso no ha cambiado en los once meses transcurridos desde la transferencia del mando, y es improbable que cambie en lo que resta, mal que les pese a quienes ven en esa hipótesis la única chance para evitar una nueva derrota dentro de nueve meses.
Que la Vicepresidenta haya recibido a Martín Redrado es una prueba adicional de su actitud.

La carta también es genérica en su referencia gelmaniana a funcionarios que no funcionan, pero Alberto ya había escuchado de cerca las objeciones, no a la persona sino a la gestión de la ministra, y estaba de acuerdo.
Para el Presidente, Bielsa tiene un sólido background académico pero poca práctica y su gestión careció del dinamismo imprescindible en un contexto dramático, sobre todo en comparación con la del ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis.
Aquel texto también recuerda que en el régimen constitucional vigente quien toma las decisiones es el Presidente.
En ejercicio de esas facultades, Fernández le dijo a Bielsa que su tiempo se había agotado, y esta semana dispuso que la reemplazara el intendente de Avellaneda Jorge Ferraresi.
Como ya es habitual, la trifecta mediática lo interpretó como un avance de una ambiciosa Vicepresidenta sobre un débil mandatario. Así será siempre, porque una de las características de la época es el divorcio entre las imágenes y los hechos, con la aspiración de que unas substituyan a los otros y generen consecuencias como si fueran verdaderas.

La elección de Ferraresi, vicepresidente del Instituto Patria, es una obvia deferencia a Cristina, como es lógico dentro de un frente electoral en el que aporta el grueso de los votos.
Pero no fue consultada con ella y tiene otros componentes que no conviene ignorar.
Cuando fue el cierre del barrio Villa Azul al comenzar la pandemia pude ver cómo trabaja Ferraresi. La diferencia entre lo que se había hecho del lado de Quilmes y del de Avellaneda era impresionante”, dice el Presidente.
El lado de Quilmes se refiere al intendente showman Martiniano Molina.

Hijo del histórico dirigente farmacéutico y de la CGT de los Argentinos, Alfredo Ferraresi, Jorge fue secretario de Obras Públicas de Avellaneda desde 2003 e intendente a partir de 2009.
Es ingeniero por la Universidad Tecnológica y construyó cinco barrios en Avellaneda con fondos nacionales, que administra en forma rigurosa.
Tiene además una relación estrecha con la ministra bonaerense Teresa García, quien quedó a cargo de la coordinación interministerial en materia de tierra y vivienda a partir de la ocupación de Guernica, lo que facilita una sinergia conveniente.
Su presupuesto no es deslumbrante, y su primera tarea será concluir obras avanzadas que el macrismo dejó inconclusas.

La Secretaría de Integración Socio Urbana, que Bielsa debió ceder a Desarrollo Social, no volverá a su anterior ubicación.
En el Ministerio de Daniel Arroyo se encarga de encuadrarla Emilio Pérsico, insensible al chantaje emocional que aterra a personas menos curtidas.


La fórmula previsional

Una interpretación que instaló la oposición política de derecha e izquierda y que comparten algunos sectores ansiosos del Frente oficialista es que la nueva fórmula previsional que el gobierno enviará al Congreso es un ajuste ofrendado por el gobierno al Fondo Monetario Internacional.
Esto es falso y, por parte de quienes militan el ajuste con fervor, malintencionado.

Este debate ya se dio en 2008, cuando los senadores Gerardo Morales y Ernesto Sanz sostuvieron que la reforma, propuesta por un gobierno que emergía golpeado del conflicto con el agronegocio, haría perder a los jubilados y que en la práctica no habría aumentos.
Aquella fórmula, consideraba en partes iguales la variación de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables que compila el Ministerio de Trabajo - RIPTE - o el índice salarial del INDEC, el que sea mayor, y la variación de los recursos tributarios en beneficio de la Anses.
Se aplicó dos veces por año entre septiembre de 2008 y agosto de 2017, lapso en que las jubilaciones crecieron en términos reales.


Este gráfico muestra que en esos nueve años hubo 18 actualizaciones, de las cuales sólo cuatro estuvieron por debajo de la respectiva inflación, y tres de ellas ocurrieron en 2016/17, durante la recesión macrista.

Ese sistema indexatorio es cíclico: cuando la economía crece, las jubilaciones reciben sensibles incrementos, y cuando cae el PBI, retroceden.
Si se considera la evolución de la jubilación mínima en términos reales, por cada 100 pesos de septiembre de 2008, los jubilados percibieron 137 en septiembre de 2015 e incluso a finales de la serie, en septiembre de 2017, sumaban 127.
Pero, aun así, en 2009 y 2012 las jubilaciones crecieron en términos reales, porque el gobierno incrementó las remuneraciones pese a la retracción del PBI.
Esto ratifica que el nivel de los salarios es una decisión política, basada en las relaciones de fuerza entre clases sociales y sus representaciones institucionales.

Valido del buen desempeño en las elecciones legislativas de octubre de 2017, Maurizio Macrì avanzó sobre los jubilados, con la llamada Reparación Histórica, una ley trampa que incluyó una moratoria y un blanqueo para los poderosos, entre ellos su hermano y su socio, y un mazazo a los más vulnerables.

Al establecer un coeficiente de actualización compuesto en un 70% por la variación del IPC oficial y en un 30% por la variación de los salarios y pasar de dos a cuatro actualizaciones anuales, puso a correr las jubilaciones por detrás de la inflación, lo cual consolidó la pérdida de su poder adquisitivo ocurrido en los dos primeros años de Cambiemos.
La actualización trimestral parecía más conveniente, pero antes de comenzar a aplicarla se dejó pasar un semestre sin aumentos.
También eliminó la moratoria, que devolvió al sistema a más de tres millones de personas excluidas durante el reinado de las AFJP en la década menemista y la reemplazó por la llamada “prestación universal para adultos mayores” (PUAN), que implicó para la mitad de los trabajadores bajar el piso de comienzo.

La característica central de la fórmula macrista y su principal inconveniente es que por definición es imposible alcanzar los niveles jubilatorios de finales de 2017, ya que a lo sumo se incrementarían tanto como los precios, y con un desfasaje de 6 meses (si bien la actualización es trimestral, toma datos de seis meses antes).
Sólo podría mejorar el poder adquisitivo de las jubilaciones si los salarios tuvieran una performance muy por encima de la inflación.
Pero ocurrió lo contrario, cuando dejaron de hacerte creer que con tu salario podías comprarte algunas cosas que hicieran tu vida más placentera.
El sensible incremento de la inflación (el macrismo consiguió la más alta en tres décadas) hizo perder un 13% del poder adquisitivo de las jubilaciones desde que se aplicó la nueva fórmula, a los que se sumaron los cerca de 7 puntos perdidos previamente, de modo que en apenas cuatro años las jubilaciones perdieron 19,5% en términos reales, consolidando un nuevo piso.

En cambio, los aumentos por decreto dispuestos por el actual gobierno a partir de diciembre de 2019 permitieron una recomposición de los haberes previsionales del 5% a pesar de la caída brutal del PBI, debida tanto al catastrófico final del macrismo como al parate de la pandemia.


Pese a la brutal caída del PIB, las jubilaciones tuvieron una mejora este año.

Luego de un largo proceso de consulta al que se refiere en esta edición el especialista Miguel Fernández Pastor, el Poder Ejecutivo decidió regresar al esquema de 2008-2017.
(Con una pequeña variación: en el nuevo proyecto la mitad del aumento se regiría sólo por el RIPTE. La ventaja de este indicador es que refleja el salario de los trabajadores formales registrados, que tiende a ser mayor que el de los informales.)

Esta fórmula busca que las jubilaciones no se separen del crecimiento de los salarios (que el gobierno desea incrementar como estímulo al consumo, que es el 70% de la demanda agregada y aceleraría la recuperación) y que participen del crecimiento del país vía aumentos de recaudación, que ya comenzaron en los últimos dos meses.
También esta segunda parte captura el efecto inflacionario ya que los recursos tributarios de ANSES están determinados principalmente por el IVA, con lo que la crítica por no contemplar la inflación es ignorancia o mala intención, sobre todo si proviene de los sectores de la CGT que convalidaron todos los ajustes de Macri, el crecimiento nominal de salarios y jubilaciones muy por debajo de la inflación, aumentos de tarifas, quita de prestaciones (como en el caso de los remedios), suba astronómica de tasas de interés delirantes, etc.

Su dirigencia cuestionó la nueva fórmula de actualización previsional y anunció que está trabajando con el gremio patronal AEA una declaración sobre la reforma tributaria, a contramano de la progresividad que procura el gobierno.
Es previsible que Rocca o Pagani quieran pagar menos, pero no es fácil imaginar buenas razones por las que Daer o Gerardo Martínez deberían apoyarlos en esa aventura.

En octubre de 2018 Macri dio una compensación extraordinaria a las empresas de gas para que no sufrieran el efecto de la devaluación. Más lógico sería aplicar ese criterio a los jubilados. Las empresas no sufren, las personas sí”, opina el ex responsable de la ANSES, Amado Boudou, uno de los autores de la fórmula que ahora se repondrá.
El gobierno podría hacerlo, no ahora sino al salir de la pandemia, con compensaciones adicionales para ir recuperando el 20% perdido.
El problema que la sociedad y por lo tanto el gobierno enfrenta con las jubilaciones es (como en tantos otros temas) el paso de Macrì por el gobierno, añade el especialista.

El esquema de Macrì, a mediano plazo desataría una carrera entre todas las variables nominales de la economía, con desemboque en devaluaciones e hiperinflación o en “anclas” monetarias, donde pierden quienes reciben ingresos fijos, como ocurrió con Martínez de Hoz, inspirado en Milton Friedman; con Sourrouille-Machinea, Cavallo I y II (con Sturzenegger padre, Patricia Bullrich, Gerardo Morales y el entonces joven Dujovne) y con Macrì (versión De Prat Gay, Sturzenegger hijo, Toto Caputo y el homeless Dujovne).

La fórmula de actualización previsional es una pieza importante pero no puede ser la base de toda la macroeconomía.
Si la política salarial es mala o si se reducen los impuestos por una percepción errónea del rol del Estado en la economía y la sociedad, esto repercutiría en las jubilaciones.
La discontinuidad del IFE y los ATP no es la mejor noticia al respecto, y la CTA pidió que no se eliminara con una decisión administrativa de un día para otra.
En cualquier caso, el problema no está en la fórmula.

Morales, durante cuya gestión en el Ministerio de Desarrollo Social se redujeron 13% los haberes jubilatorios no está siguiendo el tema con demasiada atención.
El carcelero de Milagro Sala usó el avión sanitario de Jujuy para viajar a Pinamar con su pareja, Doña Tulia S. de Morales.
Hay que cuidar el bronceado.


La posición del Fondo

La práctica mostró las ventajas de la fórmula de 2009 a 2017, que ahora vuelve.
La teoría tampoco avala la hipótesis de un guiño al FMI.
En un informe sobre la Argentina de noviembre de 2016, el organismo la cuestiona y promueve la reforma que Macrì aplicaría un año más tarde.
Este es el facsímil del documento.


Traducido al castellano dice:

Reformas propuestas.
Corregir este desequilibrio requeriría una reforma del actual sistema previsional argentino.
Esta podría incluir alguna de las siguientes medidas:

Cambio en la fórmula de indexación.
La indexación de los beneficios (y la actualización de los salarios) solo a la inflación pasada aún permitiría a los jubilados preservar el valor real de sus haberes, pero reduciría el aumento del gasto en pensiones en aproximadamente un 20 por ciento del PIB en términos de Valor Presente Neto debido a dos efectos: los haberes aumentarían más lentamente y los haberes iniciales serían levemente menores”.

Es decir que para el Fondo, la fórmula vigente durante el kirchnerismo, que se reprondrá ahora, era deficitaria, y la reforma propuesta implicaba un ajuste del 20% tal como ocurrió.
Hubiera sido peor si el peronismo no hubiera conseguido colar los salarios al menos en un 30% de la fórmula.


Fiscalismo o expansión

Desde el gobierno se afirma que ya está acordado con el FMI que entre las condiciones para el acuerdo que permita diferir los pagos de la deuda contraída por Macrì hasta el siguiente mandato presidencial, no habrá exigencias de ajuste de jubilaciones ni de tarifas de servicios públicos.
El anuncio de la nueva fórmula previsional se hizo en coincidencia con la llegada de la misión de Julie Kozack y Luis Cubbedu con esa finalidad, pero partidos y medios de oposición forzaron la interpretación contraria.

¿Si las condiciones no son las de siempre, por qué el propio ministro Martín Guzmán reitera que la negociación será dura, se niega a incurrir en comentarios frívolos sobre su relación con Kristalina Georgieva, al estilo de los que Macrì y La Calamidad realizaban sobre su predecesora Christine Lagarde, como si se tratara de una cuestión de simpatía personal, y remite el análisis a los intereses de los países que tienen la capacidad de decisión en el directorio del FMI?

Tal vez porque en la razón de ser del FMI está la generación de excedentes con que los países puedan hacer frente a sus compromisos.
Cómo los consiga y cuál sea su influencia sobre los actores internos es otra historia.

El Poder Ejecutivo explica la planeada substitución del IFE por otros programas de asistencia seis veces más modestos (de 90.000 a 15.000 millones de pesos) en el gradual regreso de la actividad, a medida que se flexibilizan las medidas de aislamiento: bajó la asistencia a los comedores y la demanda de comida en los barrios, mucha gente retomó sus changas, desde agosto vuelve a crecer la industria.
Los ATP se mantendrán para los sectores que aún no pueden reabrir la actividad, y permanecerán la doble indemnización y la prohibición de despidos.
Sólo con el adelgazamiento del IFE el déficit disminuiría en 3 puntos del producto.
Las reducciones adicionales se lograrían no de golpe sino a lo largo de tres años, y no se deberían sólo a merma de erogaciones sino también al esperado crecimiento.
La misma suma de déficit es porcentualmente menor si crece el producto.
Citan en ese sentido el billón doscientos mil millones de pesos presupuestados para obra pública, que reactivará el empleo.

El descongelamiento de las tarifas no comenzará antes de marzo y el gobierno confía en que esta vez sí podrá aplicar la pregonada sintonía fina, con una precisión que no se conseguía tipificando por barrios (por la disparidad al interior de cada uno) ni por niveles de consumo (dado que quienes no tienen red de gas y se calientan con electricidad acusan alto consumo aunque sean muy pobres). 

Paradójicamente esta mayor precisión se obtuvo gracias a la pandemia. 
Ahora sabemos quién es quién, qué tiene cada uno y qué le falta, mediante el registro de los instrumentos utilizados en el último semestre: salarios, IFE, ATP, créditos blandos, AUH. Cruzando las bases de la AFIP y la ANSES podemos conocer la situación de cada persona”, afirma Alberto Fernández.

Esto permitiría segmentar las tarifas en tres:
  • Social, sin aumentos, para aquéllos en la peor situación;
  • Media, actualizada por índice salarial y/o Índice de Precios al consumidor, que pagarían aquéllos en condiciones de hacerlo, y
  • Premium, con todos los ajustes necesarios, destinada al ejemplo clásico de quienes calefaccionan la piscina o iluminan a giorno una mansión.

Del telefonazo al Chino

El gobierno consiguió frenar la escalada del dólar bolsa y del dólar contado con liqui, pero se le retobó el ilegal o blue, que cayó 50 pesos en tres semanas y recuperó casi la mitad en tres días.
Estos movimientos convulsivos indican que no es un mercado sino un escenario de operaciones políticas y psicológicas.
Con muy poco dinero es posible llevar la cotización hacia arriba o hacia abajo.

Fuentes oficiales que se negaron a suministrar más detalles sostienen que el rebote de los últimos días de la semana se debió a la compra de 500.000 dólares por parte de un pool de supermercados chinos, que los remiten a la madre patria.
En cambio, la cotización del CCL y el MEP se mantuvo bajo el control que Adrián Cosentino ejerce desde la Comisión Nacional de Valores a telefonazo limpio, reclamando a las sociedades de bolsa que no operen en esos mercados.
La brecha en estos casos oscila entre 77 y 84%, lo cual desalienta las presiones devaluacionistas.

Pero la trifecta mediática está saturada de artículos sobre supuestas reyertas dentro del gobierno, agotamiento de reservas e inminentes reemplazos en el gabinete, que mantienen el clima de incertidumbre y contribuyen al alza de precios de artículos de consumo de primera necesidad, que erosionan los ingresos populares y generan malestar.

Marcelo Bonelli escribió en Clarín que el Ministro de Economía Martín Guzmán reclamó al Presidente la renuncia de Miguel Pesce en el Banco Central y que Alberto podría hacerlo en diciembre cuando concluya la misión del Fondo.
En Infoemba, Roman Lejtman sostuvo que el tratamiento en el recinto de la Cámara de Diputados de la contribución extraordinaria sobre las 9.000 mayores fortunas personales del país el martes 17, día de la militancia, que será escenario de movilizaciones sindicales en caravanas de vehículos, tomó de sorpresa a Fernández y a Sergio Massa porque “hace ruido en el FMI, en Wall Street, en los inversores locales y en los propietarios de las principales empresas del país”.

Son expresiones de deseos de los autores y de sus representados, sin asidero en la realidad (salvo la molestia de quienes deberán pagar la contribución), dirigidas a influir a quienes observan desde muy lejos esos escenarios, que son los principales consumidores de tales panfletos, y poner así a circular noticias falsas que en forma indirecta puedan terminar incidiendo sobre la conducta de los actores.

Es notorio que en los encuentros del equipo económico y con otros sectores del gobierno, Guzmán tiene la postura más restrictiva. Cuando se estudiaba la fórmula previsional, prefería atarla sólo a los salarios, mientras Fernanda Raverta planteaba el mix con la recaudación y además proponía un fondo de reserva para compensar los atrasos.
El punto de acuerdo fue RIPTE + Recaudación pero sin fondo de reserva.
También es quien postula ir prescindiendo de los instrumentos de la emergencia como el IFE y los ATP y reducir todo lo posible el déficit. Otros sectores del gobierno no acuerdan con estos planteos que llaman fiscalistas, cuando los apuros propios de la pandemia distan de haber concluido.
Lo ejemplifican con lo que sucede en otros países.
Por ejemplo, el déficit en Estados Unidos alcanza este año al 15,2% del Producto Interno Bruto, triplica el de 2019, es el quinto año consecutivo que crece y el mayor desde 1945.
Alemania, donde el equilibrio es una religión, tiene déficit por primera vez en una década y se dispone a incrementarlo en 2021.
Este es año para impulsar la demanda desde abajo, para reactivar rápido, y al mismo tiempo controlar precios”, resume un dirigente de ese sector oficial.


Lo real extraordinario

La larga disputa en torno a la contribución extraordinaria no se centra en la magnitud del aporte (unos 310.000 millones de pesos, equivalentes a tres IFEs y medio) sino en el precedente.
Tanto quienes la impulsan como aquellos que la resisten saben que es un primer paso hacia una reforma impositiva integral, de la que Guzmán viene hablando en términos generales, como algo que debería ocurrir luego de la sanción del presupuesto, es decir ya.

El propio FMI ha señalado la necesidad de que se incrementen los aportes de los más acomodados.
Su palabra es santa en la Argentina si recomienda ajuste, pero sería rechazada de apoyar una reforma impositiva progresista.
Algún sentido oculto le encontrarían a la inicial del nombre de su directora gerente.
Puede atenuar los pataleos de la cúpula, pero no substituye la decisión necesaria para pegar un salto recaudatorio serio, más a lo Néstor que a lo Lavagna.
Los críticos internos también observan un presunto error conceptual de Alberto en el discurso en la frontera, cuando elogió a Evo, porque hizo una política popular con equilibrios monetarios y fiscales.
Antes de la prolija gestión que tanto elogió la ortodoxia, el gobierno de Evo, cuyo ministro de economía era el actual Presidente Luis Arce, capturó la renta petrolera y minera en forma permanente, no como un aporte extraordinario, lo que le dio espaldas financieras para incrementar el gasto público en favor del pueblo.
¿Hay que recordar que movilizó al Ejército hacia los yacimientos?

Cuando sea grande y recuerde estos años, Martín Guzmán podrá contarle a sus nietos que vivió día a día bajo observación.
Hasta ahora no le ha ido mal al Lobito.

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