sábado, 30 de abril de 2022

LA MUJER QUE PINTABA PARA EL FUTURO


En el verano de 1986 un granjero sueco recuperó su casa de campo abandonada por el último inquilino que la rentaba.
En la bodega contigua a la vivienda encontró, cubiertas por el polvo de los años, unas enormes cajas de madera.
Cuando las abrió se quedó desconcertado.
Había allí 1200 cuadros, algunos muy grandes, con figuras geométricas de intensos colores.

Llamó a un vecino que supuso más culto o informado pero tampoco entendió lo que acababan de descuibrir.
Supusieron que las pinturas formaban un decorado grandísimo, una cosa para escenografía o que, de plano, se trataba de una mercancía clandestina.
Al vecino se le ocurrió llamar por teléfono a un amigo que trabajaba en un museo y éste le preguntó si los cuadros tenían una firma. 
"Sí - dijo el vecino - en la esquina dice Hilma Klint".

Llegaron algunos funcionarios y entendedores del arte y se llevaron las cajas.
Unas semanas después el Museo de Arte de Estocolmo hizo público un insólito descubrimiento.
Se trataba de más de mil cuadros, dibujos y ensayos teóricos, una obra totalmente abstracta, con formas geométricas de color puro y factura precisa, firmados y fechados en los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX.
Lo insólito estaba en las fechas: habían sido pintados antes de que Kandinsky, Malevich y Mondrian "inventaran" la pintura abstracta. Hilma era entonces una clara precursora.
¿Por qué nadie sabía de ella..?
¿Por qué estaban escondidos los cuadros..?


Hilma af Klint nació en Estocolmo en 1862.
Su papá era matemático y tenía una amplia biblioteca en la que la niña Hilma se recetó todo lo referente a la geometría y el arte.
A los veinte años ingresó a la Academia Sueca de Artes, una de las pocas escuelas que admitían mujeres y fue parte de la primera generación de pintoras europeas que montaban exposiciones y vivían de su trabajo.
Pintaba retratos y paisajes realistas que eran bien apreciados por sus clientes.
Digamos que hacía una obra digna y bien hecha pero poco propositiva.


Por aquellos años se inventaron los rayos X y se descubrieron las ondas electromagnéticas, que podían mandar información por el aire y el vacío.
Estos eventos le volaron la cabeza a Hilma, qué llegó a la conclusión de que existen mundos paralelos invisibles.
Se interesó en estas realidades alternas y en diferentes planos de percepción.
Como en ese tiempo las ciencias estaban revueltas con el espiritismo, o al menos sus fronteras eran difusas, Hilma fue a dar a unas sesiones espiritistas.
También la animaba la posibilidad de comunicarse con la más querida de sus hermanas, que ya había muerto.
No logró comunicarse con su hermana pero formó un club con otras cinco mujeres; se reunían cada viernes, convocaban espíritus y realizaban sesiones de pintura y poesía automática (algo que hicieron los surrealistas años después).

Hilma comenzó a crear cuadros raros con manchas al azar, pretendiendo soltarse a otras energías, luego fue ordenando ese caos basándose en las estructuras geométricas de la naturaleza, que tan bien conocía desde niña.
Le gustó.
Le gustó tanto que quiso olvidarse de sus anteriores paisajes y retratos.
Sin embargo temió por su reputación de "retratista seria" y su solvencia económica.
Tomó entonces una decisión desconcertante: llevar una vida doble.
Dedicaba unos días a pintar sus encargos y otros a encerrarse en una casa de campo para desatar una pasión creativa que mantenía en absoluto secreto.
Dos pintoras en una sola persona.


Así la llevó varios años y el día que redactó su testamento, puso como único heredero a su sobrino Erick, con la condición de que guardara sus pinturas en cajas de madera, que solo podrían abrirse veinte años después de su muerte. ¿Por qué diablos decidió eso..?
Tal vez consideraba que sus cuadros eran una visión muy íntima y sincera, solo concerniente a ella misma; quizá pensó que su obra se salía totalmente de las reglas académicas y hacerla pública terminaría con su carrera exitosa; o tal vez tuvo el ego y la arrogancia descomunal para suponer que el mundo no estaba preparado para ver su obra.
Puras suposiciones. Hilma no explicó nada.

Pero ahí tienen ustedes que la vida decidió otra cosa: el sobrino se fue de este mundo antes de la fecha de la revelación y las pinturas se quedaron escondidas muchos años más de los que deseaba Hilma, hasta 1986, cuando el granjero sueco las encontró en su bodega.

En los años ochenta ya estaban totalmente asimiladas las vanguardias de principios de siglo; el arte siguió sus caminos, más diversos que nunca.


En medio de ese mundanal ruido, regresó Hilma af Klint del más allá para tomar su lugar como la verdadera madre de todos los aventureros de la abstracción.

viernes, 29 de abril de 2022

EL ANILLO DEL CAPITÁN BETO, de Luis Alberto Spinetta

 


Ahí va el Capitán Beto por el espacio,
con su nave de fibra hecha en Haedo.
Ayer colectivero,
hoy amo entre los amos del aire.

Ya lleva quince años en su periplo,
su equipo es tan precario como su destino.
Sin embargo un anillo extraño
ahuyenta sus peligros en el cosmos.

Ahí va el Capitán Beto por el espacio,
la foto de Carlitos sobre el comando,
y un banderín de River Plate,
y la triste estampita de un Santo.

¿Dónde está el lugar al que todos llaman cielo..?

Si nadie viene hasta aquí
a cebarme unos amargos como en mi viejo umbral.
¿Por qué habré venido hasta aquí, si no puedo más de soledad..?
Ya no puedo más de soledad.

Su anillo lo inmuniza de los peligros,
pero no lo protege de la tristeza.
Surcando la galaxia del Hombre,
ahí va el Capitán Beto, el errante.

¿Dónde habrá una ciudad en la que alguien silbe un tango..?

¿Dónde están, dónde están
los camiones de basura, mi vieja y el café..?
Si esto sigue así como así, ni una triste sombra quedará,
ni una triste sombra quedará.

Ahí va el Capitán Beto por el espacio,
regando los malvones de su cabina.
Sin brújula y sin radio,
jamás podrá volver a la Tierra.

Tardaron muchos años hasta encontrarlo.
El anillo de Beto llevaba inscripto un signo del alma.


Invisible: El Jardín De Los Presentes (1976)

MINI, de Santiago Varela - 29/4/2022

Este tema de la inflación que infla, científicamente hablando, es un verdadero garronazo.
El problema no es que aumenten los precios, sino que los ingresos no aumentan del mismo modo y al mismo tiempo, con lo cual, cuando vamos al súper siempre terminamos como los indios comechingones cuando pisan una brasa: en bolas y a los gritos. (Este ejemplo lo he dado varias veces, lo cual demuestra que hace mucho tiempo que estamos como los indios comechingones cuando pisan una brasa.)

Puesto a investigar el tema de la inflación que infla, me di cuenta de que los precios suben, pero ellos no suben por su cuenta.
Hablé personalmente con algunos precios y me juraron que ellos no se aumentan solos.
Me aseguran que hay seres humanos por detrás, con nombres y apellidos.
O sea, fáciles de ubicar.

¿Por qué los suben..?
Por diversos motivos.
Suben porque les aumentan los costos, suben por si acaso, porque en una de esas, porque el dólar puede subir, bajar o no moverse.
También suben porque los suben todos, porque hay inflación, por si las moscas, porque se les canta y, fundamentalmente, porque quieren asegurarse ganar más, aunque vendan menos.
Pero la idea de los formadores de precios que concentran y cartelizan la producción no es solo aumentarlos.
También incluyen berretear o achicar los productos.

Hace unos años había un personaje por TV que, por su baja estatura, imitaba a famosos diciendo que él era el Mini Fulano o el Mini Zutano.
Hoy en las góndolas tenemos las minigalletitas, los minipostrecitos, los miniproductos de limpieza, todos con el mismo aspecto y, sobre todo, con el mismo precio del producto que antes era más grande.

Salvo los productos que tienen leyes que reglamentan el peso de los envases, la yerba, el café, las harinas y otros pocos, todos los demás han comenzado una feroz carrera a ver quien se achica más en el menor tiempo.
Productos que antes eran de un litro, hoy son de 900 u 850 centímetros cúbicos.
Del medio kilo se fueron bajando a los 400 gramos, los potes de 250 se encogen a 230, 220 gramos.
Ahora nos sobra chango, nos sobra bolsa.
Menos guita, nos sobra todo.

Esta invasión de miniproductos llega hasta los artesanales, como la minitarta de acelga, la minitortilla o la minitorta de chocolate.
¡Incluso los ravioles se achicaron y las cajas les quedan grandes..!
Así algunos pretenden disimular el aumento de precios que crea la inflación que infla.
Y les adelanto que para complementar la miniaturalización, se le suma la berritización, que consiste en bajarle, a lo bestia, la calidad a las cosas.
Pero de eso hablamos otro día.
Chaucito.

jueves, 28 de abril de 2022

Extraído del libro de Naomi Klein " La doctrina del Shock" páginas 412/3

En su libro Overthrow, Stephen Kinzer, intenta explicar qué motiva a los políticos estadounidenses a orquestar golpes de estado.
Tras estudiar la implicación de EEUU en operaciones de cambio de régimen desde Hawai (1893) hasta Irak (2003), Kinzer ha observado que casi siempre se repite un proceso en tres fases.

En primer lugar una multinacional con sede en EEUU se enfrenta a algún tipo de amenaza financiera a consecuencia de las acciones de un gobierno extranjero que exije a la empresa "que pague impuestos o respete el derecho laboral o las leyes de protección ambiental.
En ocasiones la empresa se nacionaliza o bien se le exige que venda parte de sus terrenos o sus bienes", explica Kinzer.

En segundo lugar, los políticos estadounidenses se enteran del contratiempo y lo reinterpretan como un ataque contra su país: "Transforman la motivación económica en política o geoestratégica"

Dan por sentado que cualquier régimen que moleste o acose a una empresa norteamericana debe ser antiestadounidense, represivo, dictatorial y, probablemente, la herramienta de algún poder extranjero que pretende debilitar a los EEUU.

La tercera fase se produce cuando los políticos tienen que vender la necesidad de la intervención a la opinión pública.
En este punto, el asunto se convierte en una lucha forzada del bien contra el mal, "una oportunidad de liberar a una pobre nación oprimida de la brutalidad de un régimen que creemos dictatorial, porque, qué otro tipo de régimen importunaría a una empresa norteamericana..?"

En otras palabras gran parte de la política exterior de EEUU es un ejercicio de proyección en el que una reducidísima élite con intereses propios identifica sus necesidades y deseos con los del mundo entero.

Kinzer señala que esta tendencia ha sido especialmente pronunciada en los políticos que pasan del mundo de la empresa, a ocupar un cargo público.

De las buenas cosas que encuentro en otros muros...

OTRA DE JORGE SCHUSSHEIM...!!

Una vez apareció un tipo en un pueblo y le dijo a los campesinos que pagaría doscientos pesos por cada mono que le trajeran.

Los habitantes fueron a la selva y comenzaron a cazar monitos.

El hombre compró miles de monos y pagó religiosamente los doscientos pesos prometidos por cada uno.

Pero como habían cazado muchísimos, los monos comenzaron a ralear, se volvió difícil atraparlos y los campesinos dejaron de esforzarse en cazarlos.

Entonces el hombre ofreció quinientos pesos por mono, lo que hizo que los habitantes de ese pueblo volvieran con ganas a la cacería.

Pero rápidamente la población de monos volvió a disminuir.
El desconocido ofreció entonces la suma de $ 5000 pesos por mono, se fue en viaje de negocios a la gran ciudad y dejó todo el asunto en manos de su asistente.

En ausencia del hombre, el ayudante le dijo a los pobres campesinos que en solidaridad con ellos, abriría la jaula con miles y miles de monos y que se los vendería a $ 3500 cada uno, así, cuando el hombre volviera, ellos podrían revendérselos a él en $ 5000 y se ganarían la diferencia.

Los habitantes del pueblo juntaron todos sus ahorros y le pagaron la suma demandada.

Nunca más volvieron a ver al hombre ni a su ayudante y quedaron empobrecidos y con un montón de monos que no valían nada.

Ahora comprenden cómo funcionan los bancos..?

miércoles, 27 de abril de 2022

LA ANOMIA DE LOS OTROS, de Aleardo Laría Rajneri - 27/2/2022

La ceguera cognitiva impide a parte de la sociedad reconocer la magnitud del crimen político del macrismo


La mayoría silenciosa, Antonio Berni, 1972.

La caracterización de la anomia como un rasgo acentuado de la cultura de los argentinos ha sido abordada por diversos intelectuales en las últimas décadas.
La palabra “anomia” fue introducida en el lenguaje de la sociología por el francés Émile Durkheim en referencia al incumplimiento generalizado de las normas que regulan el orden social.

En su obra El suicidio (1897) considera que la inseguridad, la  
insatisfacción, el miedo y la angustia provocados por la destrucción del orden social, pueden ser un factor desencadenante del suicidio.

Posteriormente el concepto de anomia, desvinculado de la problemática del suicidio, fue reconfigurado por la sociología norteamericana debido a los aportes de Robert Merton y se ha convertido en una expresión multiuso para conceptualizar cualquier forma de anarquía social.

En la Argentina, el filósofo y jurista Carlos Santiago Nino incorporó la expresión en el ensayo Un país al margen de la ley (Ariel, 1992) para describir diversos comportamientos sociales que se habían naturalizado en nuestra cultura y que consideraba enormemente dañinos para el conjunto de la sociedad.
Se refería básicamente “a la tendencia recurrente de la sociedad argentina, y en especial de los factores de poder - incluidos los sucesivos gobiernos - a la anomia en general y a la ilegalidad en particular, o sea a la inobservancia de normas jurídica, morales y sociales”.

Consideraba que “esta tendencia a la anomia, o más específicamente a la ilegalidad, está involucrada en buena parte de los factores que se señalan como relevantes para explicar la involución del desarrollo argentino”.
Por ese motivo, añadía que esa anomia era “boba” porque al final, terminaba perjudicando a quienes la practicaban.

Nino analizó en su ensayo diversas manifestaciones de esa tendencia hacia la ilegalidad que se daban en la Argentina.

Consideraba que el comportamiento de quienes ejercen el poder tenía un efecto demostrativo importante sobre la conducta del resto de la sociedad.
En el caso de la actividad económica, la anomia se manifestaba “a través de la existencia de formaciones monopólicas en diversos sectores de la actividad productiva o comercial” y citaba como ejemplo el caso de Papel Prensa.

Añadía que la anomia económica también se revelaba en la economía llamada informal o “negra” y principalmente en la enorme evasión impositiva.

Otra faceta de la anomia que abordaba en su ensayo era el fenómeno de la corrupción, pero lo trataba con objetividad, sin atribuirlo a un partido político en particular, como un rasgo cultural que estaba “masivamente generalizado en la sociedad argentina”.
Observaba que “detrás de la corrupción suele haber una moral que da una gran prevalencia a la familia y la amistad sobre el interés público”.

Nino también enumeraba otras formas más leves de anomia como el incumplimiento de las normas de tránsito o el descuido con los excrementos que dejaban los perros en las veredas.

Como anécdota que invita a una reflexión, señalaba como única manifestación de la corrupción en la vida judicial de aquella época al incumplimiento de la norma del Código de Procedimientos en lo Criminal que exige la presencia del juez en las declaraciones indagatorias de los detenidos.

La anomia desbocada

El tema de la anomia acaba de ser retomado por Jaime Durán Barba en un artículo publicado en Perfil bajo el título "Anomia desbocada".
Es un texto un tanto burdo, lleno de lugares comunes, del principal consultor político que tuvo el ex Presidente Mauricio Macri.
Pero vale la pena leerlo porque refleja de manera diáfana cuales son los prejuicios que anidan en el inconsciente de la derecha conservadora argentina.
En palabras de Durán Barba, para comprender la realidad argentina es central recurrir al concepto de anomia que, según su interpretación, consiste en que “el movimiento político que lo ha hegemonizado durante décadas, no tiene apego a las normas de convivencia democrática, tampoco a la lógica (sic)”.

Como manifestación de la anomia que impera en la Justicia, el consultor toma el hecho reciente de que “el Presidente constitucional de la Argentina concurrió a un tribunal penal para atestiguar a favor de su Vicepresidenta en funciones”.
Podemos disculpar el error jurídico de ignorar que los testigos no declaran “a favor o en contra” de alguien, sino que se limitan a informar sobre hechos de los que han tenido conocimiento directo. 

Pero no deja de ser una ironía que luego de la catarata de información que ahora tenemos sobre la Gestapo creada por Macri para manipular causas judiciales, la única referencia de un intelectual preocupado por la anomia sea la declaración testimonial del Presidente Alberto Fernández.
Lo que demuestra que para el pensamiento binario, la anomia es siempre un fenómeno de “los otros”.

La psicología cognitiva ha estudiado esta peculiar característica de la naturaleza humana que nos hace proclives a ignorar aquello que nos provoca una disonancia cognitiva.

Según Adam Grant - Piénsalo otra vez (Deusto) - cuando alguien o algo cuestiona nuestras creencias más básicas tendemos a cerrar la mente en lugar de abrirla.

“La palabra técnica que se utiliza en psicología para describir este fenómeno es ego totalitario, y su trabajo es impedir la entrada de información que represente una amenaza.
El ego totalitario interviene como si fuera el guardaespaldas de nuestra mente y protege la imagen que tenemos de nosotros mismos mientras nos alimenta con mentiras reconfortantes.
El dictador interno también disfruta tomando el control cuando nuestras opiniones más arraigadas se ven amenazadas”.

Carlos Nino, en su ensayo, tuvo el cuidado de no descargar la responsabilidad de la anomia en una fuerza política determinada como ahora hace la derecha conservadora argentina.
La consideraba un fenómeno transversal y estructural de la sociedad argentina, presente en todos los espacios políticos y sociales. Tampoco cayó en la deshonestidad de los intelectuales que hoy fingen ignorancia frente al más escandaloso episodio de anomia que ha tenido lugar en la Argentina desde la recuperación de la democracia.
Las pruebas recogidas hasta el momento sobre la existencia de una estructura ilegal que operaba en los sótanos de la democracia durante el gobierno de Macri, cuyos hilos partían de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), son incontrastables.

Esta actividad se desplegaba en dos planos.
Por un lado, mediante operaciones de espionaje ilegal para obtener información que podía ser utilizada para extorsionar a amigos y enemigos o para surtir de pruebas falsas a algunos expedientes penales.
Y por otro, gestionando la complicidad de algunos fiscales y jueces federales para armar causas judiciales que permitieran el encarcelamiento o el desprestigio de los adversarios políticos o de los empresarios que poseían medios de comunicación considerados hostiles.
La existencia de algunas causas en las que se han investigado hechos objetivos de corrupción no es incompatible con el cuadro anterior.
Justamente, la existencia de algunas investigaciones judiciales de esa naturaleza ha sido utilizada como cortina de humo para encubrir otros procesos basados en apreciaciones arbitrarias de jueces inescrupulosos como ahora lo evidencia la estrepitosa caída de las causas instruidas por el juez Claudio Bonadío.

Un periodista como Carlos Pagni - al que sería difícil asociar con el kirchnerismo - acertó al señalar que el problema que ahora tienen los dirigentes del PRO es que “deberán definir qué nivel de complicidad mantienen con los responsables de un descalabro institucional en cuyo centro está la vinculación mafiosa entre el Poder Judicial y los servicios de Inteligencia”.

Un diagnóstico que coincide con el informe de la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismo de Inteligencia que describe el funcionamiento, entre 2015 y 2019, de un plan sistemático y paraestatal de espionaje político ilegal, a partir de la creación de “una estructura estatal paralela y clandestina: una verdadera organización mafiosa” en la que participaron sectores de la AFI, del ministerio de Seguridad, de la Justicia Federal y del Servicio Penitenciario con la cobertura de algunos medios de comunicación. 

El famoso video de la reunión de la “Gestapo antisindical” celebrada en el Banco Provincia entre autoridades de la AFI con el ministro de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires y algunos empresarios de la construcción de La Plata ofrece una imagen vívida, jamás lograda, de las cloacas estatales en pleno funcionamiento.

Que luego algunos camaristas federales intenten reducir esta profusa labor de espionaje a la actuación individual y aislada de algunos agentes incontrolados de la AFI, no solo es una burla a la inteligencia de los ciudadanos sino, más bien, una verdadera operación criminal de encubrimiento.

La Logia de Boca

El daño causado a la democracia argentina por la acción inescrupulosa del ex Presidente Mauricio Macri y sus cómplices es inmenso.

En forma similar a la famosa Logia P-2 de Italia, en la Argentina se organizó una logia con antiguos colaboradores de Macri en el club Boca Juniors asociada a otra organización similar referenciada en Daniel Angelici, otro hombre proveniente del fútbol.
Pareciera más apropiado asociar estas estructuras a las de una logia política secreta que a las de una mafia, porque si bien existen similitudes, la palabra mafia es un concepto que viene atado a la explotación privada de negocios ilegales como la prostitución, el juego o las drogas.
Aquí lo que existió fue una asociación ilícita secreta, de naturaleza política, que ocupó un sector de la estructura estatal para usarla en su propio beneficio.
La existencia de ese vínculo político e ideológico es lo que permite entender la colaboración proporcionada por algunos fiscales y jueces federales que se prestaron a ejecutar maniobras diseñadas en los despachos de la AFI.
Lo que también explica la invalorable colaboración de algunos medios y periodistas que actuaban como terminales de blanqueo de las informaciones obtenidas por los servicios de inteligencia.

Ninguna democracia puede funcionar correctamente si permanecen en la estructura judicial jueces corruptos que han cedido a las presiones o se han integrado en una logia facciosa.

¿Qué confianza se puede depositar en decisiones judiciales que provienen de jueces que visitaban asiduamente al Presidente en Olivos o se reunían en la Casa Rosada para recibir instrucciones..?

 ¿Existe mayor degradación de la vida republicana que prestarse a armar causas penales con argumentos falaces para encarcelar a los enemigos políticos..?

La ceguera cognitiva provocada por la grieta que separa a los argentinos impide todavía que un importante sector de ciudadanos reconozca la magnitud del crimen político cometido por Macri y sus cómplices.

Pero al igual que aconteció con la falta de reconocimiento de las políticas de desaparición de personas durante la dictadura militar, la verdad se irá abriendo paso lentamente y los negacionistas actuales se irán rindiendo paulatinamente ante lo categórico de las evidencias.

QUE VEINTE AÑOS ES NADA, de Horacio Verbitzky - 27/2/2022

El sermón de Horst Köhler en 2003


Kirchner y Horst Kohler

En 2003, el entonces director gerente del FMI, Horst Köhler, y el encargado de Subamérica, Anoop Singh, mantuvieron una áspera reunión de dos horas con representantes de la sociedad civil (los obispos católicos Jorge Casaretto y Agustín Radrizzani; el presidente de la AMIA, Abraham Kaul; Cristina Calvo, de Caritas y Coordinadora de la Mesa del Dialogo Argentino; Lucrecia Lacroze, presidenta de Conciencia; Mario Rejtman, presidente de Poder Ciudadano; Moshen Alí, presidente de la Casa para la Difusión del Islam; Emilio Monti, presidente de la Federación de Iglesias Evangélicas; el economista Aldo Ferrer y el autor de esta nota).

Köhler y Singh se atribuyeron la invención del plan Jefes y Jefas de Hogar, concebido para facilitar el aumento de tarifas que reclamaban las empresas de servicios públicos y que Néstor Kirchner rechazó. Se trata de un perverso mecanismo que incrementa el endeudamiento público.
El Estado se endeuda, para que los pobres paguen y las empresas privadas incrementen sus beneficios.
Ese subsidio indirecto no molesta al FMI.
(En el borrador de este año del Ministerio de Economía se postula “garantizar que las tarifas de energía reflejen mejor los costos, a la vez que protejan a los usuarios de menores ingresos a través de las tarifas sociales y las transferencias de asistencia social.
Este plan se publicará (finales de [septiembre] 2022 (punto de referencia estructural).
[Pendiente: Reunión con equipos técnicos del Banco Mundial/FMI; inclusive para discutir opciones de financiamiento]”.

El ministro de Economía de entonces, Roberto Lavagna, dijo que la Argentina no pediría fondos frescos al Fondo Monetario.
"El país ya está sobre endeudado, aplastado por su deuda, más que cualquier otro país del mundo. Sólo queremos reestructurar los vencimientos".
No refinanciarlos.


Ex ministros Alberto Fernández y Roberto Lavagna: reestructurar. no refinanciar.

Los sucesivos expositores cuestionaron una política monetaria al margen de la justicia social; la acción del capital financiero en detrimento de la economía real; el asistencialismo en lugar de la reactivación económica y el trabajo digno; la dolarización de la convertibilidad; la creación deliberada de una deuda impagable para mantener la dependencia con un tributo anual; la moralidad de esa deuda y la imposibilidad de aumentar tarifas.

A mi turno recordé que cuando comenzó su relación con el FMI, la Argentina era el país con mayor integración social y equidad de América Latina, con pleno empleo y altos salarios.
Pero medio siglo después vivía en la marginalidad y la desintegración, como resultado de los sucesivos ajustes, e informé que el CELS, junto con varias entidades de usuarios y consumidores, denunció ante la Oficina de Evaluación Independiente del FMI que la presión ejercida para que aumenten las tarifas de los servicios públicos violaba la legislación argentina y el convenio constitutivo del propio organismo y contradecía las finalidades del FMI de "mantener altos niveles de ocupación y de ingresos reales" de la población.

Los funcionarios del Fondo también tienen prohibido defender intereses particulares o de sus países de origen.
En este caso, actuaron como agentes de las empresas prestadoras de servicios, cuyos accionistas mayoritarios lo son también del FMI. Además violaron la ley de emergencia económica, que desconoció la legalidad de todas las indexaciones aplicadas a partir de 1991 y estableció que en la renegociación con las prestatarias se consideraría el impacto de las tarifas en la competitividad de la economía y en la distribución de los ingresos, la calidad de los servicios y los planes de inversión, el interés de los usuarios y la accesibilidad de los servicios, la seguridad de los sistemas y, recién en último lugar, la rentabilidad de las empresas.

Por los privilegios concedidos por el poder político la facturación de las privatizadas creció entre 1993 y 2001 casi siete veces más que el Producto Bruto.
Sus márgenes de rentabilidad fueron 14 veces mayores que los de las empresas más grandes del país que no participaron en las privatizaciones y entre dos y cuatro veces mayores que las de las prestadoras de los mismos servicios en otros países, incluso los de sus casas matrices.

Esas firmas fueron generosas en la distribución de dividendos a sus accionistas y para invertir contrajeron endeudamiento externo.
Una parte significativa de esa deuda fue para importar bienes de capital e insumos de firmas vinculadas, lo que les permitió inflar costos y eludir impuesto a las ganancias, mientras se desmantelaba la industria local de proveedores.
Otra parte no se invirtió en el proceso productivo sino en la especulación financiera.
También contribuyeron al crecimiento del desempleo en un 2,2% de la Población Económicamente Activa, mientras los incrementos tarifarios hicieron que el pago de servicios pasara a insumir casi el 15% del presupuesto de los hogares más pobres, que postergaron otros consumos esenciales.
Las ganancias que así obtuvieron esas empresas se fugaron del país.
Por cada dólar de deuda pública se depositó o se invirtió en el exterior entre ochenta y cinco centavos y un dólar originado en la Argentina.
Todas esas cosas nos gustaría que monitoreara el FMI en lugar de exigir ajustes sobre ajustes.

Köhler se declaró desilusionado. 
"Buena parte de las exposiciones insisten en que los culpables no están en la Argentina. Hubiera preferido oírlos hablar de los errores propios. Ustedes juegan un rol en la sociedad argentina. ¿Qué hicieron ustedes para tener una sociedad mejor..?
En la primavera de 2001, tuve oportunidad de conversar en Canadá con un obispo argentino.
Le dije que para que hubiera paz y prosperidad, era necesario el crecimiento con equidad y le hablé acerca de cómo lograrlo:

“En 2000 y 2001 recibimos cerca de 10.000 emails desde la Argentina.
No les den más plata, porque son todos ladrones, decían".

"Los informes de Inteligencia indicaban que los disturbios y manifestaciones en las que murieron tantas personas fueron financiados por argentinos que no querían a De la Rúa".

"Le planteamos al gobierno que era necesario un alivio social y sugerimos el programa Jefes y Jefas de Hogares Desocupados.
Pero vimos que parte del dinero iba a parar a bolsillos que no correspondían, que había corrupción, que se usaban los planes para comprar votos.
Nosotros no podemos controlar eso".

"De la Rúa me dijo que necesitaban dinero y le sugerí la llamada Ley de Déficit Cero.
El Congreso la aprobó, pero nadie se preocupó por aplicarla y los senadores conservan sus jubilaciones de privilegio vitalicias".

"Esto indica que en la Argentina hay un problema moral, de ética, de integridad del sistema político”.

“El obispo estuvo de acuerdo.
Ustedes tienen que contestar qué pasó para que un país que en la década de 1920 era el sexto más rico del mundo terminara así. Eso no ocurrió por culpa del FMI, que se creó mucho después. Canadá era como la Argentina un país de inmigrantes pobres y hoy es uno de los más ricos del mundo.
Por eso no acepto ser acusado como chivo expiatorio.
Aquí se ha dicho que la deuda es inmoral. No sé adónde nos lleva ese planteo.
La deuda no es mágica, ni buena ni mala. Es un instrumento para financiar proyectos.
No hay paz sin responsabilidad ética. Es necesario fortalecerla.
La Argentina es una democracia clientelística. Los mandatos se ejercen haciendo favores.
El problema es cómo fortalecer el sistema político para que represente al pueblo. Esa es una pregunta que ustedes deben hacerse.
La desigualdad mide cómo funciona el sistema político, no el sector empresario.
En Canadá el sector empresario es mayor que en la Argentina y la desigualdad es menor”.

“Se habla del desastre de la globalización. Pero siguen existiendo las decisiones soberanas.
Ustedes pueden decidir no pagar sus deudas. Yo les aconsejo que no lo hagan.
Los jóvenes quieren viajar, no quedarse aislados.
Lo que tienen que hacer es pagar sin desatender las necesidades del pueblo.
La deuda con el FMI hay que pagarla. Es plata de nuestros accionistas que luego se represtará a otros países.
La cooperación internacional requiere que los países miembros cumplan con sus obligaciones.
El FMI presta cuando nadie presta, asume un alto riesgo pensando en el bien común.
Somos acreedores privilegiados para mantener la estabilidad del sistema”.

“No se olviden que hay entre 100.000 y 200.000 millones de dólares de la Argentina depositados en el exterior.
Hay que crear incentivos para su repatriación, seguridad jurídica y previsibilidad, que no haya leyes expropiatorias o de favoritismo.
El problema básico de la Argentina es la debilidad institucional, la situación de la Justicia, la altísima corrupción.
En Canadá el índice de corrupción es tres veces menor. Esto quiere decir que hay algo que anda mal en la sociedad y en el sistema político.
La Argentina tiene que volverse un país normal, esa es una tarea de ustedes.
Lo más importante no son los intereses de la deuda externa. Yo no soy un cobrador de deudas. Pero existe una continuidad jurídica de los Estados, que es necesaria para que pueda funcionar la comunidad internacional.
No podemos reinventar la rueda.
Trabajamos con cualquier gobierno electo, sea de izquierda o de derecha. Lo hacemos con Lula y también trabajaremos con Kirchner.
Y no le voy a hablar de la deuda externa sino de los pobres.
No queremos ser vistos como los cobradores.
Soy el primero en apoyar la idea de un crecimiento con equidad, pero no puedo decir que se olviden de la deuda externa.
Sobre el tema de las tarifas me preocupa que crean que venimos aquí como abogados de las empresas y le voy a pedir al director del Departamento Hemisferio Occidental del Fondo que conteste lo que aquí se ha planteado”.

A su vez, Anoop Singh, dijo “en el tema de los servicios públicos está siendo difícil entendernos. Es muy importante e incluye más cosas a considerar que las tarifas.
Se trata de un sector crucial para el crecimiento, no podemos congelarlo y tratar a las empresas como el chico que se portó mal y lo dejamos encerrado en una pieza.
Los pobres están protegidos por el plan Jefes y Jefas, con un ingreso que les permite pagar los servicios y no frenar el desenvolvimiento de las empresas.
Yo personalmente le propuse ese programa al matrimonio Duhalde. Había espacio para aumentar las tarifas y al mismo tiempo proteger a los pobres.
Queremos pensar en el futuro, en un marco regulatorio que dé seguridad a las empresas y les permita reestructurar sus deudas.
Se puede proteger a los pobres y al mismo tiempo permitir que las empresas inviertan. No hay que politizar este tema”.


Peter Sellers y Tachuela, grandes valores.

Köhler añadió que uno de los prestadores del servicio de gas le dijo que no podían invertir para dar más energía. 
“Si la economía crece los servicios van a colapsar porque no están invirtiendo.
Si permitimos que una empresa no tenga ingresos, cortamos su propia expansión.
Me sorprende que hayan sugerido que el FMI está en contra de los pobres.
Lo que formulamos son recomendaciones para que haya energía para el desarrollo”.

Casaretto le aclaró que “el especialista en sermones soy yo.
Los aquí presentes somos conscientes de que hemos sido víctimas de nuestros gobernantes”.

En mi última intervención le respondí a Köhler sobre qué hicimos nosotros.
“Yo escribí un libro de 500 páginas sobre la corrupción del sistema político en el proceso de privatizaciones que ustedes apoyaban, y otro libro de 500 páginas sobre el copamiento de la Justicia para garantizar la impunidad de aquella corrupción que ustedes no objetaron.
Y no lo hice diez años después como parte de una revisión autocrítica sino en el momento en que esas cosas estaban sucediendo.
De modo que no necesito lecciones sobre seguridad jurídica e integridad pública.
La seguridad jurídica no consiste en mirar al futuro, como proponen ustedes, sino en tomar en cuenta todo el proceso y verificar si hubo apartamientos de la legalidad vigente en cada momento.
En abril de 1991 la ley de convertibilidad estableció que no se reconocería ningún tipo de indexación en ningún contrato.
Sin embargo las tarifas de los servicios privatizados primero se dolarizaron y luego se indexaron por el índice de precios mayoristas de los Estados Unidos, que en esa década crecieron un 17% mientras en la Argentina disminuían un 2%.
Esto carece de toda racionalidad económica y es un escándalo ético.
¿Qué pensarían de eso Karl Popper y los miembros del Instituto de Ética Global que usted integra..?
De modo que la ley de emergencia económica no es una injerencia indebida del Congreso en los contratos ni altera la seguridad jurídica.
Por el contrario, cuando dice que todas esas indexaciones ‘se mantienen derogadas a partir del 1° de abril de 1991’, restituye la seguridad jurídica violada por decretos y resoluciones de jerarquía inferior a la ley".

Que veinte años es nada, cantaba Gardel.

LA CUESTIÓN DE FONDO, de Horacio Verbitzky - 17/4/2022

Las diferencias de criterio dentro del Frente de Todos acerca de la negociación con el Fondo Monetario Internacional deben medirse respecto del riesgo de que el neoliberalismo vuelva a la presidencia en 2023, ya sea con el segundo tiempo al que aspira Maurizio Macrì o detrás de otra candidatura.
El problema es que esto requeriría de un árbitro que controlara cómo se verifica en cada caso ese criterio de verdad, y en la coalición gobernante ese rol está vacante.

La cuestión de fondo que exacerba las contradicciones es cómo enfrentar el pago del crédito de 57.000 millones de dólares contraído por el ex Presidente Maurizio Macrì en 2018 (de los que sólo llegaron a desembolsarse 44.500 millones, cuando el Presidente electo Alberto Fernández pidió en octubre de 2019 que el Fondo Monetario Internacional no enviara las cuotas restantes porque equivaldría a tomar vino para curarse la borrachera).

Fernández y Martín Guzmán, entre otros, creen que el acuerdo que aún siguen discutiendo con el staff técnico del FMI permitirá mantener el crecimiento de la economía y su mejor distribución y, en consecuencia, debilitará la posibilidad de un cuarto ciclo neoliberal. Afirman que, por primera vez en dos tercios de siglo de tratos con el organismo, del que Juan D.Perón rehusó formar parte, el Fondo Monetario no condiciona el acuerdo con la Argentina a la realización de reformas estructurales, en las relaciones del trabajo ni en el sistema jubilatorio y que esto permitirá incrementar la inversión en obra pública, educación, ciencia y tecnología, por lo que niegan que pueda definirse como un ajuste.

Para la Vicepresidenta CFK y su hijo Máximo Kirchner, entre otros, eso no está garantizado, y en realidad el ajuste comenzó antes de que se firmara ningún documento, por la reducción excesiva del déficit fiscal y la subejecución del presupuesto, a lo que atribuyen el mediocre resultado en las elecciones de medio término, que temen ver repetido y agravado en las presidenciales del año próximo.


CFK y Máximo Kirchner.

Referencias estructurales

Sobre la base de que no habrá ajuste ni reformas estructurales y el compromiso de que el salario no seguirá cayendo frente a la inflación, Fernández incluso ha instalado el proyecto de un nuevo turno presidencial en 2023.
Pero el borrador de Memorándum de Política Económica y Financiera que circuló hace dos semanas menciona nada menos que 19 veces lo que el texto llama “referencia estructural”.
En la lógica del FMI esto es inobjetable, porque forma parte del instrumental en los acuerdos de Facilidades Extendidas, como el que solicita el gobierno argentino.

Esta es una síntesis de esas menciones:
  • Revalúos inmobiliarios.
  • Se evitarán amnistías fiscales.
  • Mejorar el cobro de impuestos y aranceles aduaneros.
  • Reducir los subsidios a la energía, para que las tarifas reflejen mejor los costos.
  • Fortalecer los esquemas de asistencia social a mujeres y niños.
  • Para liberar recursos mientras se protegen los ingresos reales de los jubilados y los trabajadores del sector público se racionalizarán otros gastos, como transferencias discrecionales a las provincias y empresas estatales. Se evaluarán los regímenes especiales previsionales y la prolongación voluntaria de la vida laboral.
  • Se mejorará la selección de proyectos de inversión.
  • En el presupuesto de 2023, el déficit primario será del 1,9 % del PIB.
  • Se fortalecerá el mercado de títulos públicos y letras del Tesoro en pesos.
  • Se publicarán presentaciones semestrales de relaciones con inversores.
  • El BCRA optimizará las políticas e instrumentos de esterilización.
  • Gradualmente eliminará los encajes no remunerados para los bancos pequeños.
  • Mejorará la coordinación entre BCRA, AFIP y Aduanas para detectar fraudes y modificar el régimen penal cambiario.
  • Tomando en cuenta factores específicos de la Argentina, como el alto grado de dolarización, se alentarán flujos de capital estables y sostenibles.
  • Se reducirán los instrumentos de esterilización y el déficit cuasi fiscal, mediante la disminución gradual del financiamiento monetario del presupuesto. Con la Primera Revisión del Programa por el FMI se publicará una estrategia para mejorar la posición financiera del BCRA.
  • Se publicará una Estrategia Nacional contra el lavado de dinero y la financiación del terrorismo.
  • En consulta con el FMI, se revisará la legislación respectiva.
  • También se auditarán los gastos realizados por la pandemia.
  • El programa se supervisará mediante revisiones trimestrales.
Muchos de estos puntos pueden leerse en apoyo a medidas que el gobierno desea tomar y que encuentran resistencia en los sectores dominantes, como la negativa de la Sociedad Rural al pago de retenciones, pese al crecimiento de la cosecha y el incremento de sus precios, o el revalúo inmobiliario al que son reacios los gobernadores.

El Presidente aclaró que los regímenes especiales en revisión serían los de diplomáticos y magistrados, pero desde el think tank conservador Cippec le recordaron que esa definición también abarca a docentes, investigadores científicos, trabajadores de Luz y Fuerza, trabajadores en tareas “arduas o riesgosas”, empleados públicos de provincias, personal de Fuerzas Armadas y de Seguridad y Pensiones no contributivas, entre otras.
Serían 170 regímenes, con el 40% de los beneficiarios actuales y un 55% del gasto total.
Es obvio que en las sucesivas revisiones, el FMI enfilará hacia allí y que sólo es una cuestión táctica dejarlo para más adelante.

Pero hay restricciones que surgen de otros puntos del borrador.
El programa macroeconómico prevé que el PIB crezca en un rango de 3,5 a 4,5% este año y converja en torno a 1¾ a 2¼% en los siguientes.
Esto cristalizaría la estructura social y las desigualdades previas.
Porque, además, el Memorándum propone asegurar que la masa salarial del sector público “crezca consistentemente con el crecimiento de la economía”.
Es decir, que no recupere lo perdido en el cuatrienio negro.
Si, debido a factores externos, los ingresos del sector público nacional fueren superiores a los programados, el gobierno se compromete a “reducir el déficit fiscal de forma acorde”.
Es decir, pagar más en vez de crecer más y distribuir mejor.

Por primera vez

Más allá de estas diferencias, esta será la primera vez que se cumpla con el artículo 75 de la Constitución, cuyo inciso 7 señala entre las atribuciones del Congreso “arreglar el pago de la deuda interior y exterior de la Nación”.

La obsesión antikirchnerista de un grupo opositor llevó a la Coalición Cívica Libertadora a proponer que, una vez más, la cuestión quedara en manos del Poder Ejecutivo, sin intervención del Parlamento.
Pero Fernández lo rechazó, porque está seguro de obtener el número necesario en ambas cámaras.
Da por descontado que las bancadas de JxC aprobarán lo que se les presente, con lo cual faltarían pocos votos para cumplir con la ley de sostenibilidad de la deuda pública, sancionada el 11 de febrero de 2021.
El Presidente en persona está llamando a funcionarios de La Cámpora para pedirles que no acompañen la posición de Máximo Kirchner quien, por su parte, no está haciendo proselitismo por la negativa o la abstención.

Sobre la actitud de la Vicepresidenta ha habido versiones contrapuestas en un arco tan amplio que va desde quienes aseveran que Máximo expresó las objeciones de su madre, hasta aquellos que le atribuyen una posición distinta a la del diputado, quien llegó a decirle al Presidente que él no estuvo de acuerdo cuando ella lo escogió como candidato a la presidencia.

El tema forma parte de los desajustes entre Presidente y Vice.
Él se lamenta de que lo dejan solo en un momento crucial.
Ella le aconseja que no se victimice y le recuerda que cuando le ofreció la candidatura, él se reservó la designación de todos y cada uno de quienes integran el gabinete económico.
Alberto señala que siempre supieron que el principal problema era la monstruosa deuda con el FMI contraída por Macrì.
Cristina cree que por eso mismo debió encararse de otra manera.
El Presidente afirma que el trato pudo cerrarse en marzo de 2021, pero que le plantearon que convendría esperar hasta las elecciones (no dice quién).
A ella la enfurece ese argumento.
Si se atiende a la descripción de los respectivos allegados, en un diálogo presencial ambos podrían decir casi al unísono: “Vos sabías cómo soy yo”.

Llegados a este punto, lo más arduo es la transición de lo que hubo de haber habido al universo de lo que hay.

Todos unidos perderemos

La semana última, la diputada Victoria Tolosa Paz intentó obtener una declaración explícita del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires en respaldo del posible acuerdo.
Le respondió el propio Kirchner: dijo que no tenía inconveniente en que se sometiera a votación la propuesta. 
“Mejor no”, terció el ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis.


Tolosa y Kato, mejor no.

En La Plata, Alberto Fernández hizo un llamado a la unidad, que asoció con fortaleza, y advirtió contra la división, que es debilidad. Pero no escogió para eso un acto ecuménico: fue en el relanzamiento de una fracción de la Juventud Universitaria Peronista, amadrinada por Tolosa Paz y que confronta con La Cámpora.
También difieren las explicaciones acerca de la nueva postergación del anuncio, que no ocurriría antes sino después de la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso:

El gobierno y el FMI siguen discrepando acerca de la reducción de los subsidios energéticos, de modo que aún no se puede firmar nada.
El Poder Ejecutivo desistió de hacer nada el viernes 25, día del nacimiento de Néstor Kirchner, porque hubiera sido interpretado en forma negativa por Cristina, quien señala que Macrì anunció el acuerdo con Christine Lagarde el 20 de junio de 2018, aniversario de la muerte de Manuel Belgrano en que se celebra el Día de la Bandera.
No son de ninguna manera excluyentes.

El comienzo de las hostilidades armadas entre Rusia y Ucrania agrega complejidad a un cuadro de por sí difícil.
Por un lado, acentúa el costado geopolítico de la negociación con el Fondo, al que se refirió Guzmán el 5 de enero ante los gobernadores.
En cuanto estallaron las primeras bombas, aumentaron los precios de la tonelada de soja y del barril de petróleo.
Con la oleaginosa apuntando a los 650 dólares, los ingresos fiscales se incrementarán en forma sustancial, pero el barril de petróleo a más de 100 dólares engrosará la cuenta de importaciones y obligará a incrementar subsidios o tarifas, en vez de reducirlos como exige el Fondo.
También provocará un aumento global de la inflación, que no dejará de sentirse en la Argentina.
El borrador de Memorándum contempla que ante un empeoramiento de la situación mundial, se reverían las políticas "en consulta con el personal técnico del FMI".
Alberto se ha quejado ante el propietario de un medio que habló de co - gobierno, pero el texto no deja lugar a dudas.

En este punto, recrudecen los cuestionamientos del kirchnerismo por la demora en disponer la construcción del gasoducto que permitirá incrementar la producción de Vaca Muerta.
Podría ser mucho mayor si no fuera por la capacidad colmada de los ductos que conducen el gas hacia el norte, ya sea para exportar o para substituir importaciones más caras de Bolivia que, por otra parte, también tiene dificultades de abastecimiento y debe escoger entre enviar lo que le sobra a la Argentina o a Brasil.

Ese dilema tiene más de seis décadas.
Con lo que demoró la decisión, pese a que la contribución sobre las grandes fortunas aportó parte fundamental del financiamiento, este invierno la obra no estará disponible.
Tal vez el próximo.

Ni tanto ni tan poco

Dos personas muy allegadas al Presidente Alberto Fernández transmitieron versiones opuestas acerca del estado de sus relaciones con Martín Guzmán:
  • Son óptimas, no hay ningún conflicto.
  • Alberto está muy enojado desde que se dio cuenta de que se trata de un nuevo préstamo igual al de Macrì.
Ni tanto, ni tan poco.
En realidad, el Presidente le reprochó al ministro que recién el 5 de enero ante los gobernadores, hubiera especificado que lo que se negociaba era una refinanciación (como explicó Guzmán ese día, más plata del Fondo para pagarle al Fondo) y no una reprogramación de los vencimientos originales.

Esta es la reconstrucción del diálogo que sostuvieron entonces, con el aporte de distintas fuentes que escucharon las versiones de cada uno.

AF: Nunca habías dicho que era una refinanciación.

MG: Pero es obvio, se da por supuesto. El FMI no reestructura sus préstamos. Los refinancia.

AF: Obvio para vos. Yo soy abogado y recién me entero.

MG: Lo que importa es el saldo neto. Los pagos que no podíamos enfrentar comienzan a vencer en el próximo mandato presidencial.


Será obvio para vos, yo soy un abogado.

Ante una consulta del Cohete, fuentes del Ministerio de Economía dijeron algo similar y se comprometieron a precisar en qué momento previo Guzmán ya había expuesto que se trataba de un nuevo préstamo, tal como afirma el ministro.
Pero dos semanas después no lo habían hecho.
El primero en formular esa precisión fue el representante argentino en el directorio del FMI, Sergio Chodos, durante una entrevista radial en noviembre.
“El primero no, el único”, replican los críticos kirchneristas.

Otro factor de irritación fue la visita de Chodos a la Comisión Bicameral Permanente de Seguimiento y Control de la Gestión de Contratación y de Pago de la Deuda Exterior de la Nación.
Según Berco, Chodos “admitió que nunca le planteó abiertamente al staff del Fondo un plazo mayor a 10 años para la refinanciación, como reclamó CFK y como propuso el mismo Senado”.
Ante una consulta para esta nota, el Presidente dijo: “No sé qué hizo Chodos, pero eso se lo planteé yo personalmente a Kristalina Georgieva”.
En cualquier caso, la respuesta fue negativa.

No es la única aclaración presidencial.
En una conferencia en el Council of Americas, Ilan Goldfajn, el nuevo encargado del Fondo para Subamérica (que allí denominan “Hemisferio Occidental”) dijo que el acuerdo con la Argentina estaba próximo, destacó la importancia de las reformas estructurales y agregó: los trabajadores informales enfrentan una gran desprotección por la ausencia de leyes que los asistan y, por lo tanto, hay que “reducir el costo de contratar y despedir”.
“Comer y descomer”, como dijo el gerente de Techint al que Macrì designó secretario de empleo.
La amistad de Goldfajn con su compañero de estudios Federico Sturzenegger y con el coeditor de uno de sus libros, Eduardo Levy Yeyati, no es un dato tranquilizador.
“No habrá ninguna ley en ese sentido”, lo desmintió Alberto.

No es fácil determinar si una cosa es Fernández y otra distinta Guzmán. Y también se debate por qué el ministro recién mencionó la refinanciación el 5 de enero.
Las versiones más extremas llegan a mencionarlo como quintacolumna del Fondo Monetario.
Pero no es eso lo que piensa Cristina.

Guzmán cree que las condiciones internacionales se modificaron a partir de la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán, hace nueve meses.
Para Cristina eso ocurrió antes, apenas Biden tuvo que negociar con un sector republicano y con dos senadores demócratas remisos el apoyo a sus planes de inversión en infraestructura y asistencia social.
En cualquier caso, el gobierno demócrata cedió a los grandes inversores de Wall Street la línea a seguir por el FMI.
Esto incluyó la ofensiva contra Georgieva, bajo el cargo de favorecer a China en un índice sobre el clima de negocios en cada país, y el ministro no tuvo la lucidez o el coraje de denunciarlo en el momento en que ocurrió.


Georgieva y Guzmán. Los cambios que no se explicitaron.

Si no queda otra

No obstante, el Poder Ejecutivo terminó por aceptar el hecho consumado que le planteó Guzmán, y preparó un instructivo para defender ante críticos propios y ajenos el acuerdo que se procura. Sostiene que no había otro camino que la refinanciación y que esto no implica contraer un dólar más de deuda (aunque nada dice de los intereses que se sumarán a la cuenta, del 4,5% anual por tratarse de un “acceso excepcional”).
Aún con la sobretasa, están por debajo de los de mercado, replican los guzmanitas.

La hoja de ruta oficial añade que
  • mientras el préstamo que tomó Macrì alimentó la fuga por parte de empresas próximas a su gobierno, el que se gestiona ahora incrementaría las reservas del Banco Central (punto que el borrador del 12 de febrero sólo menciona en forma genérica y/ o referida al incremento de exportaciones).
  • Macrì se había comprometido a un repago rápido (casi 40.000 millones de dólares entre este año y el próximo), de imposible cumplimiento. La negociación en curso diferiría esos pagos, el primero para septiembre de 2026 y el último para mediados de 2034, con cuatro años de gracia para crecer y acumular reservas.
  • Mientras Macrì redujo el déficit eliminando nueve ministerios (entre ellos Salud, Trabajo y Ciencia), el actual gobierno podría incrementar el gasto en esos rubros y en obras públicas.
  • El gobierno anterior no redujo la inflación pese al drástico ajuste que practicó, y el actual disminuirá el déficit en forma paulatina, mientras la economía crece al 4% anual (este año sí, pero el Memorándum contempla una caída posterior a poco más de la mitad, de 1¾ a 2¼% en los años siguientes).
Los sacrificios a los que la Argentina se compromete están cuantificados con exactitud en el Memorándum para el FMI:
  • déficit fiscal sobre el PIB de 2,5% para este año, 1,9% para el próximo, 0,5% para 2024 y cero para 2025. Aún antes de firmar, el FMI ya objetó los cálculos oficiales y alegó que con los aumentos tarifarios en consideración el déficit será superior al 2,5%.
  • fuerte reducción del financiamiento por parte del BCRA que fue del 3,7% del PIB en 2021 y debería ser de apenas 1% para este año.
  • esto suma un ajuste de las cuentas públicas del 3,4% del PIB con respecto al año pasado.
En cambio, a sus ventajas se alude en forma vaga o genérica.

Las políticas del Fondo y sus efectos tienen un inquietante parecido con las sanciones contra la Federación Rusa.
Según la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von Leyden, "el primer pilar será financiero. Busca acabar con el crecimiento de Rusia, incrementar sus costes de financiación, aumentar la inflación e intensificar la salida de capitales”.
Y eso que Macrì no atacó a ningún país vecino.

El marco jurídico

Tampoco hay precisión acerca del marco jurídico del acuerdo.
En su exposición del 5 de enero, Guzmán explicó por primera vez todos los pasos a dar.
El Memorándum de Política Económica y Financiera es sólo uno de los documentos requeridos.
Los otros son el Memorándum Técnico de Entendimiento, que es donde parece haberse trabado la negociación, y finalmente la Carta de Intención.


Video de presidencia. Edición: Lucchino Della Maggiora

Lo que siempre se supo y tanto el ministro como Chodos dijeron muchas veces, es que “en la góndola del FMI sólo hay dos programas en oferta: el stand-by, que dura hasta tres años, para atender problemas de balanza de pagos de corto plazo, y el acuerdo de Facilidades Extendidas, de diez años, para casos de desequilibrios graves por problemas estructurales, que el Fondo ayuda a resolver”.
Pero en este caso, los 40.000 millones de dólares que la Argentina aún le debe al FMI por el préstamo a Macrì (del que ya se pagaron 4.500 millones) se pagarán con nuevos aportes del propio Fondo, en diez cuotas trimestrales iguales hasta julio de 2024.

Recién cumplido ese nuevo stand - by de acceso excepcional (porque supera con holgura el máximo que le correspondería al país según su capital en el Fondo) comenzaría el Acuerdo de Facilidades Extendidas.
Los primeros cuatro años son de gracia y los pagos van del quinto al décimo año, es decir desde 2028 hasta 2034.

Esto implica que la Argentina padecerá las revisiones trimestrales del Fondo durante los próximos 12 años.
Como explicó Guzmán a los gobernadores, las revisiones trimestrales incluyen un aspecto retrospectivo, sobre lo ya hecho, y otro prospectivo, acerca de la posibilidad de cumplir los compromisos en el futuro.


Ni Guzmán ignora que son demasiadas oportunidades para bajarle el pulgar a la Argentina.

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