lunes, 27 de septiembre de 2021

SER Y PARECER ERNESTO, de Graciana Peñafort - 26/9/2021

La dudosa honorabilidad del mecanismo de autovoto que consagró nuevas autoridades en la Corte Suprema


Horacio Rosatti.

La importancia de llamarse Ernesto es una obra de teatro en tono de comedia de enredos, escrita por Oscar Wilde.
En su momento fue un éxito, pero que no deparó buena fortuna para su autor.
Se estrenó en Londres el 14 de febrero de 1895, apenas tres meses antes que su autor fuera enviado a prisión acusado de indecencia, dado que Wilde era homosexual.
Allí permaneció mas de dos años y fue obligado a hacer trabajos forzados. Cosas de la Inglaterra victoriana.
Cuando concluyo su prisión se exilió en Francia, donde murió en la pobreza. Final triste para este irlandés extravagante y de charla mordaz y brillante.

Confieso haber llorado de risa cuando en uno de sus cuentos más brillantes, El fantasma de Canterville, reproduce la observación sobre la conducta de un fantasma que, para acreditar su existencia, usa las acuarelas de una de las protagonistas para reeditar la mancha de sangre que da cuenta de esa existencia. 

“Lo único que les llamó la atención fue la reaparición continua de la mancha de sangre sobre el piso de la biblioteca.
Era realmente muy extraño, ya que la señora Otis cerraba la puerta con llave por la noche, y las ventanas permanecían con las rejas cerradas.
Los cambios de color que sufría la mancha, comparables a los de un camaleón, produjeron también frecuentes comentarios en la familia.
Una mañana era de un rojo índigo oscuro, otras veces era bermellón, luego de un púrpura intenso y un día, cuando bajaron a rezar, según los ritos sencillos de la libre Iglesia episcopal reformada de América, la encontraron de un hermoso verde esmeralda.
Como es natural, estos cambios caleidoscópicos divirtieron grandemente a la reunión y hacíanse apuestas todas las noches con entera tranquilidad…
La única persona que no tomó parte en la broma fue la joven Virginia.
Por razones ignoradas, sentíase siempre impresionada ante la mancha de sangre y estuvo a punto de llorar la mañana que apareció verde esmeralda”.

Poco después en el cuento escucharemos a Virginia decirle al fantasma: 
¡Basta! - exclamó Virginia dando con el pie en el suelo -.
El brutal, horrible y ordinario es usted.
En cuanto a lo de bandolero y ladrón, usted bien sabe que me ha robado las pinturas de mi caja para restaurar esa ridícula mancha de sangre en la biblioteca.
Primero me robó todos los rojos, incluyendo el bermellón, y ya no pude seguir pintando las puestas de sol; después se llevó el verde esmeralda y el amarillo cromo; y por último no me han quedado más que el azul añil y el blanco de China, de manera que sólo puedo pintar escenas de claro de luna, que siempre son tristes y nada fáciles de pintar.
Nunca lo acusé, aunque ello me hacía sentir furiosa, y todo resultaba grotesco, porque, ¿quién ha oído decir que exista la sangre de color verde esmeralda?”


El divino Oscar Wilde.

Me acordé mucho en estos días de la obra de Wilde a propósito de la elección de autoridades de la Corte Suprema de Justicia de la Nacion, que se produjo el jueves 23 de septiembre de 2021.

El estado de situación en la Corte Suprema no es ajeno al estado de situación general del Poder Judicial argentino.
Y decir eso no es bueno.
Porque el Poder Judicial argentino es el poder de Estado que menos confianza inspira en la sociedad.

Y no es porque la sociedad se haya tornado paranoica, sino porque los hechos del Poder Judicial son vergonzosos y vergonzantes en los últimos años.
Para quienes tenemos la poca fortuna de circular por sus pasillos, todo se presenta bastante mal aspectado.
De la tergiversación de las normas para encarcelar ex funcionarios al derecho penal creativo que promovía Bonadío como juez - y que fue validado por las instancias superiores de la Justicia Federal argentina -, pasando por la manipulación que llevo adelante el macrismo sobre dicho Poder Judicial y que nadie se atreve a investigar - la causa de la mesa judicial va por su tercer juez y contando -.

La impunidad de algunos de sus miembros, como es el caso del doctor Carlos Stornelli, a lo que sucede con las causas de espionaje judicial, donde los jueces involucrados en esa causa rechazan sus propias recusaciones y permanecen resolviendo causas donde están mencionados en la prueba, pasando por los jueces y fiscales que visitaban asiduamente la Quinta de Olivos y que siguen resolviendo en causas que los involucran a ellos y a los entonces residentes de Olivos.

La filtración de fallos judiciales a la prensa antes de que se dicten: por ejemplo, ya sabemos por cortesía del diario La Nación que los jueces Llorens y Bertuzzi se aprontan a declarar parcialmente nula la causa de espionaje ilegal que involucra al ex Presidente Mauricio Macri.
Lo muy curioso del caso es que tanto Llorens como Bertuzzi aparecen mencionados en la prueba obtenida en dicha causa, esto es en el celular de Darío Nieto.
Y aunque son recusados por las partes, ellos rechazan esas recusaciones.
La parte de que no se puede ser juez y parte, parece olvidada en esos tribunales abandonados de la mano de Dios.
Ni qué hablar de las pericias que, cuando finalmente se realizan, demuestran la fragilidad de las acusaciones.

Magnífico ejemplo es lo que sucedió hace pocos días cuando en la causa Gas Licuado llegó finalmente la pericia sobre sobreprecios en la compra de GNL, que dio negativa.
Adiós a la tesis de Marcelo D’Alessio al respecto y adiós a lo sostenido por Diego Cabot y Carlos Stornelli para fundar la conexidad de GNL con la Causa Cuadernos y hacer el forum shopping que les permitió quedarse con la causa cuadernos a Stornelli y Bonadío.
Y todo eso pasa mientras la Corte Suprema mira con cara de vaca que ve pasar un tren.

Esta Corte Suprema, que permanece pastando, está cruzada por internas varias.
Son sólo cinco señores muy aseñorados que hace poco y después de que se conociera la presunta visita de Jorge Rendo - director de Relaciones Externas del Grupo Clarín - a las oficinas de Horacio Rosatti y después que el diario Clarín adelantara que Horacio Rosatti sería designado presidente de la Corte Suprema, ordenaron retirar las cámaras de seguridad de la República del Cuarto Piso, donde tienen los jueces de la corte sus despachos.
Porque desde siempre el problema no es que pase, sino que se sepa.

Estos cinco señores tienen cada uno su historia.
Voy a señalar dos o tres de ellas.
La primera es de Carlos Rosenkrantz, hoy vicepresidente recién (auto) electo y Horacio Rosatti, presidente (auto) electo.
Refiere al modo en que llegaron a la Corte Suprema.
Que fue mediante una designación en comisión, hecha por el Presidente de la Nacion, Mauricio Macri, mediante el Decreto 83/2015.
El detalle no menor es que Rosatti había cuestionado en su tratado de Derecho Constitucional que dicha forma de designación “genera una situación de provisoriedad que no se compatibiliza con la seguridad jurídica”, dada la limitada temporalidad en el cargo. Objeciones y reparos que no aplicó a sí mismo.

Sabemos - porque lo declaró Macri - que la idea de su designación irregular fue craneada por el entonces asesor estrella de Macri, el hoy prófugo de la justicia Fabian Rodríguez Simón.
Que extraño resulta que Pepín señale que él teme al Poder Judicial, cuando él mismo fue artífice de dos nombramientos claves, tal como son los jueces de la Corte.
Y qué absurdo que manifiesta dicho temor, porque de lo que resulta de una causa judicial, tenía un asiduo trato telefónico con ambos.

Pero volvamos a Ernesto o mejor dicho a Wilde.
El título en inglés de la obra de teatro - idioma original en el que fue escrita la obra - es The Importance of Being EarnestA Trivial Comedy for Serious People.

Being proviene del verbo to be, que se usa indistintamente para ser o estar.
En el titulo en ingles hay un juego de palabras con earnest, que significa honesto, serio, formal.
Una buena traducción del título de la obra sería la importancia de ser honesto, de ser formal.
No de ser Ernesto.
Pero años de malas traducciones lo han consagrado en castellano como La importancia de llamarse Ernesto y así los hispanoparlantes hemos perdido la ironía del título.

Releyendo la obra de teatro reparé en esta intervención de uno de los personajes:

ALGERNON: Tú siempre me has dicho que eras Ernesto.
Yo te he presentado a todo el mundo como Ernesto.
Tú respondes al nombre de Ernesto.
Tienes aspecto de llamarte Ernesto.
Eres la persona de aspecto más formal que he visto en mi vida.
Es perfectamente absurdo decir que no te llamas Ernesto.
Está en tus tarjetas.
Aquí hay una. (Saca una de su cartera.)
«Míster Ernesto Worthing, B. 4, Albany».
La conservaré como prueba de que tu nombre es Ernesto, si alguna vez intentas negármelo a mí, a Gundelinda o a cualquier otro.
(Se guarda la tarjeta en el bolsillo.)

Horacio Rosatti se presenta como un juez honesto.
Y creo con honestidad que lo es… menos en lo intelectual.

Intentó diferenciarse de los demás jueces haciendo pública su declaración Jurada patrimonial, algo que reclamaba en esos días incesantemente Carrió.
Fue el único intento de diferenciación que hizo, para luego someterse a la lógica de tribunales.
Recuerdo con precisión su voto en la causa que pretendía aplicarle el beneficio del 2 x 1 a los detenidos por delitos de Lesa Humanidad y la pirueta que hizo para desdecirse, después de la manifestación popular en repudio de dicha sentencia.
Aclaro, en honor a la verdad: no fue el único que hizo piruetas en dicha oportunidad.

Pero sabe de piruetas.
Allá lejos y hace tiempo Rosatti fue ministro de Justicia de Néstor Kirchner y se enojó mucho cuando este no lo propuso para la Corte Suprema.
Para renunciar, decidió invocar una situación muy propia de Ernesto, y denunció públicamente sobreprecios en la construcción de establecimientos penitenciarios y en lugar de hacer la correspondiente denuncia penal, prefirió renunciar con mucho ruido.

Otra asombrosa pirueta fue la que lo vinculó a la Causa Amia.
Como ministro de Justicia impulsó la declaración sobre la responsabilidad del Estado en el encubrimiento del Atentado, pero años después contrató como secretaria a Soledad Castro, que venía de trabajar con Alberto Nisman, fiscal de la causa Amia que paralizó la causa por años.
Soledad Castro no es culpable de nada, más que de tener mala suerte con las personas con las que trabaja.

También Rosatti recusó a Bonadío como juez en base a la denuncia que presentara con Alejandro Rúa contra dicho magistrado en el Consejo de la Magistratura, por haber paralizado durante años la causa del atentado a la Amia.
Tiempo después rechazó como juez de la Corte los recursos de queja que presentaban los abogados, Alejandro Rúa incluido, las recusaciones denegadas por Bonadío, en razón de que Bonadío llevó adelante maniobras de forum shopping para quedarse con la causa que se originó a partir de la denuncia de Alberto Nisman.
Causa en la que claramente no podía intervenir.
Tal vez Rosatti no tuvo la fuerza suficiente para hacer algo al respecto.
Eran los días de Lorenzetti sacándose fotos con Moro y Bonadío.

Hay varios nombres que se reiteran a lo largo de la biografía de Horacio Rosatti.
Uno de ellos es el de Alberto Fernández, que fue jefe de gabinete de Néstor Kirchner cuando Rosatti renunció.
Y hoy es el Presidente de la Nación.
Los rumores dan cuenta de que se quieren poco.
El otro nombre es el Elisa Carrió, quien aparece como otra de las impulsoras de la designación de Rosatti como miembro de la Corte.
Muy gráfica resulta esta noticia que apareció publicada, en la que se da cuenta del diálogo entre Carrió y Rosatti en la asamblea legislativa del 1 de marzo de 2019 y que refiere que Elisa “saludó cariñosamente a Highton y de inmediato giró y le extendió la mano a Rosatti.
La líder de la Coalición Cívica le dijo en tono fuerte: ‘Sabés que yo te respeto como siempre’ y le guiñó un ojo y agregó: «Cada día estás más buen mozo».
El comentario y el gesto de Carrió le sacaron una sonrisa a alguien que justamente no se caracteriza por sus sonrisas”.

Hay que aclarar que Carrió venía de declarar su decepción con Horacio a raíz de que este había suscripto con Lorenzetti y Maqueda un sistema que limitaba las atribuciones de Rosenkrantz como presidente de la Corte, luego de desbarrancar a Lorenzetti.
Ironías de la vida cortesana, ahora será Rosatti quien deberá lidiar con las limitaciones que supo suscribir.

Verán que menciono mucho a Lorenzetti.
Porque su nombre también aparece vinculado a Rosatti.
No se tienen ni un poquito de simpatía, dicen los que saben de las internas de la Corte.
Hay que decirlo, Ricardo Lorenzetti quería volver a ser presidente de la Corte.
Y a juzgar por las crónicas periodísticas, lo intentó casi todo para conseguir ese objetivo.
Incluyendo que Diputados del PRO presentaran un raro proyecto para la designación de las autoridades de la Corte por antigüedad. Idea que fue abortada no sólo por uno de los firmantes, dado que Ritondo retiró su firma del proyecto, sino por las declaraciones públicas de Maqueda, a quien le correspondería antes que a Lorenzetti y que salió a aclarar que, de aprobarse, no renunciaría a la presidencia.
Casi al mismo tiempo que se hacían publicas las declaraciones de Maqueda, también Lorenzetti declaraba que no tenía interés alguno en ser presidente de la Corte y que prefería dedicarse a lo académico.

Sin perjuicio de las cuestiones académicas, es Lorenzetti quien ha hecho públicas sus críticas al modo en que se designaron las autoridades de la Corte, poniendo así fin a la pax que parecía acordada en el Cuarto piso, respecto a que “los cortesanos evalúan que la dupla presidencial quiere subirlos al ring.
Acordaron no contestar ni operarse en los medios entre sí, que fue como blanquear que hasta hace poco sí lo hacían.

Como le hace decir a uno de sus personajes Oscar Wilde en la obra de teatro: “En cuestiones de gran importancia, lo esencial es el estilo y no la sinceridad”.

Digo esto porque, para hacer las críticas que hace Lorenzetti, se toma de los dichos de un gran juez que tuvo la Corte Suprema, que fue Enrique Petracchi y cuestionó fuertemente aquella designación mediante el autovoto de Nazareno en el año 2000.
Esos dichos habían sido reiterados por Carrió, algo así como la archienemiga de Lorenzetti.

Así, bajo el N° 2261-D-03, se encuentra en el registro de proyectos presentados ante la Honorable Cámara de Diputados de la Nación un viejo proyecto de Resolución firmado por Elisa Carrió en el cual se buscaba promover juicio político contra el ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, doctor Julio Salvador Nazareno, por mal desempeño en el ejercicio de sus funciones, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 53 de la Constitución Nacional.

De dicho proyecto resultan interesantes estos párrafos que paso a transcribir: “II.5. La percepción social acerca del autovoto de los ministros Nazareno y Moliné O’Connor para continuar siendo las autoridades del alto tribunal.
Mediante la acordada 27/00, la Corte Suprema de Justicia de la Nación determinó la continuidad de los ministros citados en los cargos de presidente y vicepresidente del tribunal.
Ese resultado se obtuvo mediante el autovoto de aquéllos.
La lectura de la acordada y de las constancias sobre el debate previo a la designación por ella instrumentada pone de manifiesto, de cara a la sociedad, una situación escandalosa, inclusive considerada carente de ética y de responsabilidad por alguno de los ministros disidentes (Petracchi y, por adhesión, Boggiano, Vázquez y Bossert)”.

Esto que denunciaba Elisa Carrió en el año 2003 es lo mismo que sucedió en las elecciones de autoridades de la Corte en el 2021.

De los cinco miembros de la Corte Suprema, participaron del debate sólo tres.
Maqueda, Rosenkrantz y Rosatti.
Maqueda propuso a Rosatti como presidente y a Rosenkrantz como Vice.
Y procedieron a auto votarse entre ellos.
Algo que yo, sin asomo de duda, llamo un PAPELÓN.

En honor a la verdad, creo aplicable concluir como en su momento hizo Carrió que “la sociedad ha captado la realización de maniobras en el seno del alto tribunal para retener el poder, con todas las implicancias negativas que ello implica para la honorabilidad republicana y el prestigio y crédito público del órgano”.

Lo hago con más sinceridad que Lorenzetti, que estuvo muy de acuerdo en tomarles el juramento a Rosatti y a Rosenkrantz para que asumieran como miembros de la Corte sólo con un decreto de Macri y sin pasar por el Senado de la Nación, como ordena la Constitución.
Porque para reclamar legitimidad, no me cabe duda de que hay custodiarla siempre, no sólo cuando nos fastidia el resultado de algo.

Y con mas sinceridad de lo que lo hizo en su momento Elisa Carrió, que consultada sobre lo que pasó este jueves en la Corte se olvidó de lo que había escrito respecto a Nazareno y de la valentía que tuvo Petracchi en decirlo.

Mientras tanto los abogados miramos con atención estas cosas que pasan - y la elección de las autoridades de la Corte es como nuestro Super Bowl - y la sociedad toda observa cómo se degrada cada vez más la institución que es cabeza del Poder Judicial argentino y que llamamos Corte Suprema de Justicia.

Sólo voy a decir que la elección de autoridades de la Corte Suprema en efecto carece de honorabilidad republicana, pero es legal.
Que será tarea de Rosatti y de Rosenkrantz dotar de esa honorabilidad republicana al máximo tribunal de la Nación.
Y de hacer justicia, y de solucionar tanto desaguisado que supieron ver cuando pastaban.

Ojalá que, dentro de tres años, puedan decir la frase final de la obra de Wilde que en su versión original en inglés y sin problemas de traducción dice: On the contrary, Aunt Augusta, I’ ve now realized for the first time in my life the vital Importance of Being Earnest.

(“Por el contrario, tía Agusta, yo he comprendido por primera vez en mi vida la vital importancia de ser Honesto”)

Creo que es lo que todos esperamos de ellos.

LA ÚNICA VERDAD, de Horacio Verbitzky - 26/9/2021


El ascenso de Juan Manzur y de Martín Insaurralde a las jefaturas de gabinete de ministros de la Nación y de la provincia de Buenos Aires, es una demostración irrefutable del pragmatismo peronista.
Esto implicó el sacrificio de los hombres de mayor confianza del Presidente Alberto Fernández y del gobernador Axel Kicillof.
Santiago Cafiero fue desplazado al Ministerio de Relaciones Exteriores y Carlos Bianco del Clío a la jefatura de asesores de la gobernación.

En ambos casos fue decisiva la conducción política del espacio compartido, ya sea con la carta pública que Cristina le dirigió a Fernández o mediante un encuentro presencial reservado con Axel en El Calafate.

Fue el gobernador quien pidió la reunión, sostienen en el Senado.
Pero si bien tanto Fernández como Axel fueron impulsados a sus cargos por Cristina, Alberto nunca tuvo votos propios, mientras Kicillof supo crear su propia representatividad.

También son muy diferentes las personalidades de Cafiero, quien rara vez comenzaba su jornada laboral antes de media mañana y minimizaba la gravedad de cualquier problema, y Bianco, un obsesivo madrugador que controla hasta lo que no hace falta.
Ninguna de las críticas de gestión que se hacen al primer gabinete de Alberto son aplicables al de Axel.
Pero hay necesidades populares que no puede cubrir ningún gobierno provincial, porque dependen de decisiones nacionales. Ampliar la base de sustentación política de un gobierno sí es algo que puede hacerse a escala subnacional.

Tampoco es una cuestión ideológica.
Alberto fue la carta que Cristina esgrimió en 2019 para apaciguar a los sectores más a la derecha del FdT; Axel la apuesta a una posición más hacia la izquierda del espectro.
Ninguno de ellos pudo vencer en la prueba comicial.

Más allá de esas particularidades, la ley que se cumple en este caso es que los ganadores avanzan y los derrotados retroceden.
En Tucumán, el FdT de Manzur obtuvo el 49,6% de los votos, contra el 34,7% de Juntos.
La lista de Insaurralde reunió el 40,3% de los votos en Lomas de Zamora, contra 31,8% de ambas listas sumadas de la oposición liberal - radical.
En Malvinas Argentinas, los candidatos del ex intendente Leo Nardini superaron la votación de la yunta Santilli - Manes: 43,7 a 27,8, diferencias que evocan las del añorado 2019.
Ahora, Nardini es el nuevo ministro de Infraestructura y Servicios.

Tal vez los resultados en Tigre incidieron en la negativa presidencial a la propuesta de Máximo Kirchner de designar a Sergio Massa a cargo de un superministerio de ramos generales económicos.


Juan Manzur y Martín Insaurralde.

La falta de entusiasmo con que ambos jefes relegaron a sus laderos se refleja en los destinos que idearon para ellos: Cafiero, como nuevo ministro de Relaciones Exteriores, lo cual incluyó un desaire ofensivo para el anterior titular, Felipe Solá, quien celebró su regreso al llano afeitándose el bigote, y un reprochable menoscabo de la política exterior; Bianco como jefe de un supergabinete de asesores creado para él, con cuatro subsecretarías y una docena de direcciones.
En su primera declaración posterior al cambio, Bianco dijo que estará más cerca que antes del gobernador.
Está por verse si su relación será armónica con el nuevo jefe de gabinete.

En 2015, Cristina había pensado en su ministro de Economía como alternativa presidencial a Scioli, pero por entonces el nivel de conocimiento de Kicillof era bajo y ninguna proyección le daba más del 7%.
Por afinidades ideológicas y generacionales siempre estuvo cerca de La Cámpora, pero nunca como orgánico.
De hecho, su instalación bonaerense fue una decisión personal, avalada por Cristina.
Los camporistas preferían su inscripción en la Ciudad Autónoma, que ha sido un distrito reacio al kirchnerismo, y pensaban en Insaurralde como postulante a la gobernación bonaerense.
A poco andar, todos percibieron el fenómeno que provocaba cada aparición de Axel, quien recorrió los 135 partidos de la provincia de Buenos Aires, sin prensa que reprodujera las muestras de adhesión que recogió en el Conurbano pero también en el interior de la provincia, donde se sentó a discutir cara a cara con las patronales agropecuarias, que no lo aplaudieron pero lo escucharon con interés. Es dudoso que hoy pudiera repetirlo.

Cuando los intendentes quisieron acordarse, ninguno de ellos pasaba del 10% de adhesiones mientras Axel superaba el 30%.
Con terrestre sentido de la realidad, Insaurralde fue el primero en anunciar su apoyo a la fórmula Kicillof - Magario, que Cristina y Alberto Fernández habían instalado sin palabras, sólo con una foto de los cuatro en un acto en Merlo.
A muchos nos gustaría ser, pero ninguno mide como Axel, de modo que no perdamos tiempo discutiendo”, dijo en un encuentro de intendentes.
Lo mismo, pero a la inversa, ocurre ahora.

El miércoles 15, casi al mismo tiempo de la carta de Wado de Pedro anunciando que dejaba el Ministerio de Interior de la Nación, actitud seguida por otros ministros y funcionarios, la ministra bonaerense de gobierno, Teresa García, comunicó que todos los integrantes del gabinete provincial también habían puesto su renuncia a disposición de Kicillof. 
La derrota no es algo nacional, tiene que ver con todos, intendentes, gobernadores, si algo no funciona y la gente cree que no funciona no es responsabilidad de uno solo.
Creo que ninguno de nosotros es imprescindible, todos somos reemplazables, y somos reemplazables en la medida que no interpretamos bien lo que la gente espera de nosotros”, expuso.

Al mismo tiempo, Andrés Larroque, El Cuervo, recordó que luego de las derrotas de 2009 y 2013 fueron reemplazados los jefes de gabinete y los ministros de Economía respectivos, y Alicia Kirchner pidió la renuncia de todo su gabinete en Santa Cruz.
Quien quiera oír, que oiga.


Kicillof y García.

García fue secretaria del bloque de diputados nacionales del kirchnerismo, que detectó en ella dos cualidades poco comunes: un profundo compromiso militante e inserción territorial (en el norte del Conurbano) y capacidad organizativa del trabajo.
Por eso en 2017, cuando se creó Unidad Ciudadana en lo peor del apogeo macrista, Cristina le planteó que la necesitaba en la Legislatura Bonaerense, donde presidió el bloque durante dos años, cuando pidió licencia para asumir como ministra de Gobierno de Axel.

Luego del desalojo de Guernica, el gobernador le encomendó que centralizara la política de tierras y hábitat de la provincia, lo que permitió poner en vigencia la ley sancionada durante el gobierno de Daniel Scioli por la que los desarrolladores privados deben entregar un porcentaje de tierra de cada emprendimiento para vivienda popular, en el mismo lugar o equivalente.

En noviembre, encabezará la lista de candidatos del FdT por la primera sección al Senado provincial, donde el propósito de lograr la mayoría se alejó luego del mal resultado de las PASO.
Su cargo será ocupado ahora por Cristina Álvarez Rodríguez, que ya estuvo al frente de esa cartera con Scioli.
Hasta la semana pasada, reemplazaba a Teresa García como secretaria del bloque de diputados nacionales del FdT, donde estrechó relaciones con Máximo Kirchner.

Carli Bianco escribió varias veces en sus redes “equipo que gana no se toca”.
Por eso, Kicillof, quien ayer cumplió 50 años, no debería haberse sorprendido cuando advirtió que también él debía remodelar su gabinete.
El gobernador ya había rechazado las renuncias de sus ministros, pero esa formalidad no detuvo el reemplazo.
En el peronismo, la única verdad es la realidad, como firmó el general Juan Domingo Aristóteles en un texto escrito por Rogelio Frigerio que se difundió en febrero de 1972.
Por entonces, Axel aún no había empezado a gatear.


Y no hay realidad más contundente que un resultado electoral.
Después del cimbronazo, el Poder Ejecutivo Nacional convocó al Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil, y reiteró la intención de cumplir el compromiso de que el salario le gane a la inflación.
El acuerdo unánime firmado por representantes de empresas y de las tres centrales de trabajadores, incrementaría el valor nominal del salario mínimo en casi un 53% entre abril de 2021 y febrero de 2022, siempre que la inflación no tuviera un nuevo repunte.
Esto implicaría una recuperación de un 2% aproximadamente del poder adquisitivo.
Pero los 32.000 pesos del salario mínimo definido para diciembre de este año, seguirían muy por debajo del nivel que tenía el último año de la presidencia de Cristina.
Según un cálculo del centro de estudios de la CTA, Cifra, para equiparar su valor de 2015, debería ser de 45.000 pesos en diciembre próximo.
Al concluir el gobierno de Maurizio Macrì el salario mínimo cubría el 60% de la Canasta Básica Total para una familia tipo.
El día de las elecciones primarias, hace hoy dos semanas, no llegaba al 45%.


CIFRA, sobre datos oficiales. Se estima una inflación del 2,5% mensual para lo que resta de 2021.

Cuando pierden elecciones otros se enojan con quienes no los votaron. Nosotros nos enojamos con nosotros mismos, porque algo habremos hecho mal”, dijo Alberto en su primer acto luego de la recomposición de su gabinete, en José Paz, otro de los municipios donde el FdT se impuso.
Resta saber si pudo identificar qué es lo que falló.

Las declaraciones de sus ministros Claudio Moroni, cuestionando la renuncia de Wado, y de Martín Guzmán, negando que haya un ajuste, abren un signo de interrogación.
El ministro le puso trazo grueso en la entrevista en que encomió a Cristina y exhortó a cuidarla.
«Se sabe cuidar bien sola», fue la seca réplica que se escuchó a esas palabras zalameras.

El kirchnerismo no sólo negó haber pedido el alejamiento de Guzmán.
También hizo saber que no permitirá que deje su sillón antes de cerrar el trato con Kristalina Georgieva (si es que la búlgara desoye el diktat expulsivo de The Econonist y Financial Times) y de explicarlo de cara a la sociedad.
El que las hace las paga.
Es probable que el interrogante se cierre en el Congreso, cuando se discutan el presupuesto 2022 y el proyecto de ley de hidrocarburos. La consigna «No pasarán» se hizo célebre durante la guerra civil española.
Pero entonces pasaron.
Ahora, chi lo sa?

Invertir para revertir

Hasta ahora el único sector del gabinete que se convocaba era el económico.
Las reuniones generales de ministros que Manzur cita a las 7 de la mañana son una estimulante novedad, lo mismo que sus actos de campaña en el Conurbano bonaerense.
Cuando recién conoce a alguien, Manzur suele disculparse.
«Usted pensará que soy un tonto, que se ríe todo el tiempo. Pero yo soy así, me sale naturalmente».

Aparte del encuentro colectivo, el nuevo jefe de gabinete está manteniendo reuniones individuales con los distintos gobernadores.
En el encuentro de La Rioja, Alberto dijo que él no había participado en la campaña.
Los asistentes expresaron que lo mejor sería la provincialización del tramo que queda, sin asistencia de ningún funcionario del gobierno nacional, presidente incluido.
Ya se trate de gobernadores o intendentes, la voz de orden es territorialidad.

A todos los gobernadores, Manzur les formula las mismas preguntas: ¿qué necesitás?, ¿dónde rendirá más cada peso que se invierta?

La obvia intención es revertir los resultados del ensayo de agosto en la verdadera elección de noviembre, que es la que asignará poder institucional en ambas cámaras del Congreso.
La oposición, en cambio, procura aumentar la ventaja allí donde se impuso.
En las primarias legislativas puntanas del año 17, Claudio Poggi obtuvo el 57% de los votos para el Senado de la Nación, contra 38% de Adolfo Rodríguez Saa.
Los dos habían sido gobernadores de la provincia, y Poggi se inició de muy joven como ministro de economía de El Adolfo.
Pero en la general, la tendencia se invirtió, y ARS se impuso con el 55,37% contra el 43,06% de Poggi.
Esta transmigración del 31% de los votos es por completo excepcional.
Este año, Poggi con su Frente Unidos por San Luis recibió menos votos que en el año 17, esta vez para la Cámara de Diputados, pero aún así, con el 46,87% de los sufragios, aventajó por 9 a la lista del actual gobernador, Alberto Rodríguez Saa, quien necesita menos para conseguir la misma proeza que hace cuatro años.
Hay muchos otros en la misma situación.

Suma cero

La elección es un juego de suma cero, no en los votos pero sí en las bancas, ya que una fuerza las gana y otra las pierde, aunque ambas hayan retrocedido respecto de sus desempeños anteriores, como ocurrió en las primarias con las principales alianzas.
Mientras el Frente de Todos mermó casi seis millones de los votos que lo llevaron al gobierno en 2019, Juntos por Algo obtuvo casi dos millones menos que entonces.
Eso es lo que la dirigencia opositora festejó, con la mira puesta, además, en 2023 cuando se renueve el Poder Ejecutivo.

En los encuentros de la última quincena, el oficialismo se comprometió a revertir los resultados, o al menos a achicar la diferencia, mientras la oposición se propone aumentarla.
La presidente del PRO, Patricia Bullrich, formuló tres metas:
  • quitarle a Cristina el quórum propio en el Senado;
  • alcanzar la primera minoría en la otra cámara, lo que le permitiría reclamar para uno de los suyos el sitial de Sergio Massa; y
  • llegar al 45% de los votos en todo el país, como señal para 2023: ese es el porcentaje necesario para ganar la presidencia en primera vuelta, sin necesidad de balotaje.

Patricia Bullrich señala el camino (Foto: Pablo Cuarterolo).

El primer objetivo parece complejo pero viable; el segundo es improbable, ya que cualquiera sea el resultado no habría cambios drásticos en la composición de esa cámara; y el tercero asoma aspiracional.
En las PASO, los 8.963.794 votos por los candidatos de Juntos se computaron como el 40,5% del total nacional.
Si conservara en noviembre hasta el último de esos sufragios, su porcentaje crecería hasta el 42,1%, porque en las PASO se incluyen para el cálculo los votos en blanco, que se consideran válidos, y en las generales no, dado que sólo cuentan los afirmativos, por alguna lista.
En el mismo caso, el FdT crecería del 31,5% en las PASO al 32,7% en las generales.
Juntos seguiría lejos del 45%, aunque cuatro décimas más cerca de los 10 puntos de diferencia que también confieren la victoria en una elección presidencial, pasando el 40%.

Uno de los argumentos que avalan la confianza del FdT es que el ausentismo, los votos en blanco y los anulados fueron más numerosos en los distritos que gobierna, y en los que se había impuesto en 2019.
Si ahora esas personas fueran a votar, tal vez temerosas al advertir que Juntos puede imponerse, el resultado sería otro.
Pero dentro del propio oficialismo se opone otra interpretación: si están decepcionados porque piensan que el gobierno no les solucionó los problemas, es posible que su elección sea la misma de quienes sí sufragaron.
Una tercera interpretación es que la derrota puede agravarse porque hay gente que vota a ganador.
El ejemplo: en 2011, Cristina ganó las PASO presidenciales con el 51% y dos meses después llegó al 55%.
Es decir que todas las posibilidades están abiertas.

Más allá de cualquier cálculo electoral, con la mira puesta en el bienestar del pueblo, sólo la movilización de sus organizaciones podría impedir que una nueva onda de neoliberalismo arrasara con los derechos que aún quedan y completara la obra iniciada en 1976 y cuya última expresión, entre 2015 y 2019, dejó un país irreconocible en relación con el de 1945 a 1975.
El declive de la pandemia podrá contribuir a esa movilización y acaso esa es la razón por la que la oposición que denunciaba una infectadura ahora clama contra un supuesto libertinaje, como si la reducción de 600 a 60 muertos por día no avalara cierto relajamiento de los cuidados.
Pero también depende de la conciencia y la representatividad política, la capacidad organizativa y la voluntad.
La conducción de la CGT, que se renovará tres días antes de los comicios, no da las mejores señales en esa dirección.

Verdad y consecuencia

La designación de Horacio Rosatti como presidente de la Corte Suprema de Justicia ha sido la ocasión para que se repitieran en artículos periodísticos un par de datos sobre su biografía que no se ajustan a la verdad:
  • que sucedió como ministro de Justicia de Néstor Kirchner a Gustavo Beliz, “desplazado tras mostrar en televisión la foto del espía Horacio Antonio Stiuso”;
  • que renunció al ministerio en 2005, “cuando se negó a firmar contratos para construir cárceles con sobreprecios”.
En 2004, Kirchner dispuso que, en caso de manifestaciones de protesta, los policías no portaran armas de fuego.
El jefe de la Policía Federal, Héctor Prados, se negó a acatar la decisión, y el gobierno lo reemplazó por el subjefe Néstor Vallecas. El secretario de Seguridad, Norberto Quantin, se solidarizó con Prados, y Beliz con Quantin.
Recién cuando el entonces jefe de gabinete Alberto Fernández le comunicó la decisión de Kirchner de que en ese caso también él debía irse, Beliz acusó a Stiuso de encabezar la mafia y mostró su foto en un programa de televisión.
El orden de estos factores altera el producto.
Cuando Beliz volvió al gabinete como secretario de Asuntos Estratégicos, el ahora Presidente Fernández confirmó punto por punto esta historia.
Gustavo maduró mucho en estos años”, explicó.

No piensa lo mismo de Rosatti.
Cuando planteó que en la licitación de las cárceles [Güemes, en Salta; Mercedes, en la provincia de Buenos Aires, y Coronda, en Santa Fe] había cosas que no le gustaban, Kirchner le dijo en mi presencia que la anulara y volviera a convocar en sus propios términos.
En vez de hacerlo, hizo publicar que se iba porque había irregularidades y sobreprecios”, dijo el Presidente ante una consulta del Cohete sobre Rosatti, cuando este lanzó su candidatura a la presidencia de la Corte Suprema.

El procedimiento de su designación fue escandaloso: se adelantó la fecha prevista sin previo aviso (igual que en 2018) y no asistieron ni la hasta entonces vicepresidenta Elena Highton de Nolasco ni el ex presidente Ricardo Lorenzetti.
La mayoría fue tan exigua, que Rosatti votó por sí mismo para la presidencia, siguiendo los precedentes de José Severo Caballero, Julio Nazareno y Carlos Rosenkrantz en tres décadas sucesivas, lo cual ejemplifica el escaso aprecio por la institución de varios de sus integrantes.
Rosenkrantz también alzó la mano en respaldo propio, esta vez para la vicepresidencia.
Funcionarios de la Corte dijeron al Cohete que la fórmula fue negociada por los directivos del Grupo Clarín, Martín Echevers y Jorge Rendo.
La Acordada que informa de la elección fue redactada por el prosecretario letrado de la vocalía de Rosenkrantz, Federico Morgenstern, el redactor del bochornoso fallo del 2×1 y de la doctrina de la cosa juzgada írrita.

Rosatti tiene en común con Rosenkrantz que fueron designados en comisión por decreto del ex Presidente Maurizio Macrì y con Maqueda que ambos son dirigentes políticos del justicialismo, por el que han ocupado cargos de primer orden: Rosatti fue durante ocho años intendente de Santa Fe, y Maqueda ministro de Educación, diputado y Senador por Córdoba.
Ambos fueron convencionales constituyentes en 1994, igual que Néstor Kirchner y su esposa.
Pero los dos jueces son muy críticos de la Vicepresidenta.

En 2018, Maqueda permaneció leal a Lorenzetti, cuando los otros tres lo desplazaron de la presidencia, pero ahora fue el articulador del nuevo bloque de poder interno, si así puede llamársele a esa coalición oportunista e inestable.

Aliado ahora con el ex Emperador, el diálogo de Maqueda está cortado con el Obispo.
A la hora de resolver las causas pendientes en la Corte, no puede descartarse que encuentren, en la aversión a Cristina, un factor de unidad.
Todo dependerá, también, del pronunciamiento electoral de noviembre, porque esa gente más que en la balanza, la venda o la espada se vale del termómetro, y rara vez actúa en forma contracíclica.


Maqueda y Rosatti, dos jueces muy convencionales, codo a codo.

El primo Julio contra Cristina

El apuntalamiento de la Vicepresidenta CFK al gobierno nacional desató un torrente de agravios en su contra.
Dirigentes políticos y comentaristas de los medios de comunicación, que llevan no menos de un año denigrando al Presidente Alberto Fernández, se atropellan ahora en su rescate ante la presunta agresión padecida, que el destinatario no califica de ese modo.
Las maneras de la Vicepresidenta son rudas, pero sus mandobles nunca carecen de contenido.
Sus exorcistas acuden para estigmatizarla a metáforas médicas, predilectas de quienes carecen de sólidos argumentos políticos.

Descalifican de ese modo a la conducción que propugna modificar algunas decisiones de gobierno, con el propósito de mejorar los resultados en las elecciones legislativas de noviembre.
Para comprender el mecanismo que inspira a quienes quisieran quemar viva a Cristina, es útil la relectura del ensayo de Jean - Paul Sartre Reflexiones sobre la cuestión judía, editado por Sur en 1948, con traducción de Pepe Bianco.

«El antisemitismo ha conservado algo de los sacrificios humanos.
Presenta, además, una seria ventaja para las gentes que conocen su propia inconsistencia profunda y que se aburren: les permite darse la apariencia de la pasión y, como es de regla desde el romanticismo, confundir la pasión con la personalidad. Estos antisemitas de segunda mano se adornan a poca costa con una agresiva personalidad.
Uno de mis amigos me citaba a menudo a un viejo primo suyo que iba a comer a su casa y de quien se decía con cierto respeto: ‘Julio no puede soportar a los ingleses’.

Mi amigo no recordaba que se hubiese dicho otra cosa sobre el primo Julio.
Pero ésa bastaba: había un compromiso tácito entre Julio y su familia; ante él, evitaban ostensiblemente hablar de los ingleses, y esta precaución le daba la apariencia de existir a los ojos de su prójimo, a la vez que a su prójimo le procuraba el agradable sentimiento de participar en una ceremonia sagrada.
Y luego, en ciertas circunstancias escogidas, alguien, después de haberlo deliberado cuidadosamente, lanzaba como por inadvertencia una alusión a Gran Bretaña o a sus dominios; entonces el primo Julio fingía montar en cólera, sintiéndose existir durante un momento; y todos quedaban contentos.

Muchos son antisemitas como el primo Julio era anglófobo y, por supuesto, no se dan cuenta en modo alguno de lo que significa realmente su actitud.
Reflejos puros, cañas agitadas por el viento, claro está que no habrían inventado el antisemitismo si el antisemita consciente no existiera.
Pero son ellos quienes, con toda indiferencia, aseguran la continuidad del antisemitismo y el relevo de las generaciones”.


JPS y CFK.

Ahora estamos en condiciones de comprenderlo.
Es un hombre que tiene miedo.
No de los judíos, por cierto: de sí mismo, de su conciencia, de su libertad, de sus instintos, de sus irresponsabilidades, de la soledad, del cambio, de la sociedad y del mundo; de todo, menos de los judíos.
Es un cobarde que no quiere confesarse su cobardía, (…)

El judío es para él un pretexto: en otros países, utilizarán al negro; en otros, al amarillo.
La existencia del judío permite sencillamente al antisemita ahogar en embrión sus angustias, persuadiéndose de que su puesto estuvo siempre señalado en el mundo, que ese puesto lo esperaba y que él tiene, por tradición, el derecho de ocuparlo.
El antisemitismo, en resumen, es el miedo ante la condición humana.
El antisemita es el hombre que quiere ser peñasco implacable, torrente furioso, rayo devastador: todo menos un hombre”.

O que una mujer, diríamos hoy, porque en esta materia los cupos están más equilibrados que en el gabinete nacional.

domingo, 26 de septiembre de 2021

SI TE ATRAE UNA MUJER, de Gabriel García Márquez.


Si te atrae una mujer
por la talla de su pecho,
por su cintura o por sus caderas,
te estás equivocando.

Si lo que más valoras en ellas son los rasgos de su cara
el color de sus ojos, la longitud de sus piernas
o como se le ve con minifalda
te sigues equivocando .

Una mujer es su actitud,
su forma de ser, la forma en que te trata y te mira,
su risa y sus silencios.

Una mujer es su inteligencia, su rebeldía
su entrega, su generosidad, su capacidad de hacer varias
cosas simultáneamente, sus manías.

Lo mejor de una mujer no es su envoltorio, es lo que hay dentro:
Su humor, sus ocurrencias, su valentía , su forma de pensar... 

Un hombre de verdad,
un hombre inteligente,
se enamora de lo que otros ni se imaginan.

Ese hombre puede ver lo que otros ni imaginan que exista.
Y eso, amigos, tiene un premio.
Y se llama felicidad.

domingo, 19 de septiembre de 2021

SOBORNANDO, QUE ES GERUNDIO, de Arturo Pérez Reverte - 9/8/2021

Hace poco di una propina excesiva.
Se me fue la mano agradeciendo un trabajo bien hecho.
Aun así, el receptor se quedó confuso. 
«Es demasiado», dijo.
Hizo ademán de rechazarla, pero lo atajé con una sonrisa y una mano puesta en su hombro. 
«Soy yo quien está en deuda - apunté -.
Podía haber sido al contrario: que usted me la diera a mí.
E igual ocurre eso un día.
La vida da muchas vueltas, y nunca se sabe».

El caso es que lo convencí y nos despedimos tan amigos.
Antes de irse, pareció excusarse. 
«Me sentía como si aceptara un soborno», dijo.
Y ahí me eché a reír. 
«El soborno es otra cosa - respondí -. Si yo le contara…».

Al quedarme solo estuve pensando en sobornos y cosas así.
En ese aspecto de mi turbio pasado.
Porque es verdad.

En mis tiempos de reportero dicharachero, cuando iba por el mundo con una mochila al hombro, soborné a docenas de fulanos de ambos sexos, en cinco continentes y en varios idiomas.
Por esa ventanilla pasó de todo: militares con y sin escopeta, aduaneros, azafatas, pilotos de avión, policías, funcionarios, capitanes de barco, taxistas, putas, directores de hotel y un largo etcétera.
Unos dólares a tiempo, o cualquier moneda o material susceptible de cambiar de manos, me abrieron infinidad de puertas, caminos y corazones que en otro caso habrían permanecido cerrados.
Justificarlo después con el gerente o administrador del periódico o la tele resultaba más complicado, pero siempre supe arreglármelas.

En alguna ocasión, sobornándolos a ellos.
Cualquier reportero que haya estado en Sudamérica, África, Próximo Oriente o Asia sabe a qué me refiero.
Y eso también ocurre - tampoco nos echemos flores - en muchos lugares de Europa.

El mecanismo es universal y sólo cambian las maneras, el estilo.
Hacerlo con arte o meter la gamba y que te inflen a hostias.
Para quien hacía y aún hace el trabajo que yo hice, un billete soltado a tiempo, de modo preventivo o disuasorio, siempre fue una reconocida herramienta del oficio.
A ver cómo convences, sin viruta de por medio, a un aduanero libio celoso de su deber patriótico, a un narco mexicano para que te cuente su vida, a un francotirador para que te permita verlo trabajar, a seis serbios con Kalashnikov que tienen cortada la carretera, a un gendarme congoleño borracho y con el casco puesto al revés que mira codicioso el reloj que llevas en la muñeca y a la fotógrafa rubia que te acompaña.

Pensando en todo eso me puse a recordar, y aún lo hago mientras le doy a la tecla.
Algunas anécdotas son dramáticas y otras, divertidas.
Pero si me pusiera a recopilarlas en un libro, saldría un manual que podía titularse El soborno y la madre que lo parió.

Si alguna vez dejan ustedes de leer mis novelas, podría ganarme la vida dando clases de soborno en la universidad.
Contar a los jóvenes que empiezan a patear el mundo lo del patrullero mexicano con la cremallera de la chamarra subida para tapar el número de la placa, que cuando le dejé caer: «Usted dirá», respondió: «No, amigo, diga usted primero».

O el recepcionista del hotel Aletti de Argel que me tuvo tres horas esperando sin habitación - yo era novato y pardillo - hasta que caí en la cuenta, fui al mostrador y le abaniqué el careto con la efigie de Bumedian.

O Mustafá, el maître del Holiday Inn de Sarajevo, que me reservaba las escasas botellas de montenegrino Vranac.

O el militar sirio que dejó de preocuparse por el visado cuando abrió mi pasaporte y vio la página extra de color verde que yo acababa de incorporarle.

O el coronel nicaragüense que, previo pago de su importe, sacó a un soldado de un helicóptero para que subiera yo.

O el cabo Salomón, jefe de policía del aeropuerto de Malabo - a ése ya sólo me faltó ponerle un piso -, que una vez hasta me dejó ver cómo le pegaba una paliza a un ministro del gobierno que no era pamue como él, sino de la tribu bubi.

Dos de mis mejores y más logrados endiñes tácticos me hacen sonreír todavía.

Uno, cumbre de mi carrera de sobornador profesional, fue cuando en un hotel lleno de periodistas durante la primera guerra del Golfo conseguí habitación para los siete miembros del equipo de TVE - un apartamento para la tropa y una suite que me quedé yo - poniéndole sobre la mesa diez billetes de cien dólares al director del establecimiento, un simpático fulano que cinco minutos antes me había jurado por sus hijos que no tenía nada libre.

El otro episodio es delicioso, e imaginen la escena: carretera de Matanzas, Cuba.
Policía que me para por supuesto exceso de velocidad.
Y cuando abro la puerta, señalo el suelo y le digo: 
«Se le ha caído a usted un billete de diez dólares», me mira con tranquila sorna y responde: 
«No, mi hermano, se me ha caído de veinte».

UNA HISTORIA DE EUROPA (VIII), de Arturo Pérez Reverte - 2/8/2021

Entra ahora en escena un pueblo que dejó su impronta en las orillas del Mediterráneo y configuró buena parte del escenario de la Europa antigua: marinos, viajeros, comerciantes más listos que los ratones colorados, con una cultura puesta al servicio de lo práctico, esos hombres fueron llamados phoínikes por los griegos y de ahí se les quedó el nombre de fenicios con que los conocemos hoy, aunque ignoremos el origen de esa palabra (que significaba rojos, tal vez por el color cobrizo de su piel o las telas púrpura con que comerciaban) e incluso cómo se llamaban a sí mismos.

Encajonados entre el mar y las montañas del actual Líbano, eligieron el mar como camino; y en torno al siglo XI antes de Cristo empezaron a expandirse a partir de dos ciudades, Tiro y Sidón.
Lo hicieron desarrollando técnicas de navegación muy avanzadas para la época y siguiendo el camino de los antiguos Pueblos del Mar. 

Intermediarios entre Oriente y las poblaciones mediterráneas, los fenicios conocían las rutas comerciales como la palma de su mano. Primero negociaron con Mesopotamia, Egipto y las islas y costas del Egeo y luego fueron aventurándose al Oeste para traficar entre otras cosas con cerámica, tejidos, esclavos y metales (importantísimos entonces, incluida la plata de lo que más tarde se llamaría Iberia), pero su intención de colonizar era mínima.

Lo que al principio les importaba eran puertos abrigados donde fondear sus naves y estar en contacto con las poblaciones del interior para calzársela doblada a los indígenas, sacándoles cuanto podían.
Eran más asentamientos costeros y factorías comerciales que otra cosa.

Sólo en una última etapa, a partir del siglo VIII antes de Cristo, estos lugares se fueron convirtiendo en ciudades como Dios manda; en colonización propiamente dicha.
Y ahí podemos señalar una curiosidad: mientras las ciudades griegas, las apoikíai o polis que por entonces también se iban formando muy desparramadas, iban cada una a su propio rollo, de forma independiente unas de otras, las colonias fenicias, sobre todo al principio, mantuvieron lazos con sus metrópolis originales.

No se conserva memoria de ningún rey de colonia fenicia, pero sí de gobernadores y pago de tributos, lo que prueba que esos lugares no rompieron los vínculos políticos ni afectivos con la lejana patria.
De todos ellos, el más famoso y que más cola iba a traer para la historia de Europa fue uno situado en el actual golfo de Túnez; un lugar cuyo nombre se escribía Krt’hdst porque el alfabeto fenicio no tenía vocales, que siglos más tarde tendría una importancia decisiva bajo el nombre de Cartago (Aníbal, los romanos y todo eso).
Pero de tal asunto, que iba a dar mucho que hablar y que matar, hablaremos cuando toque.

También se calcula el primer asentamiento en Cádiz, que ellos llamaron Gd’r, hacia el siglo XI o el X.
El caso es que ocho siglos antes de que naciera Jesucristo los fenicios competían con los griegos paseando sus velas por las costas de España, Sicilia y Cerdeña, asomándose incluso, aunque tímidamente, a las Columnas de Hércules y el Atlántico (se dice que llegaron hasta las Azores, que ya es echarle huevos marineros en aquella época de mares incógnitos).
En esa trama de puertos y colonias jugaron un papel importante los templos religiosos, que eran también una especie de depósitos o bibliotecas donde los navegantes podían encontrar información disponible para su oficio: portulanos, derroteros y cosas así.

Así que cuando los marineros fenicios llegaban a uno de esos puertos, lo primero que hacían después de irse de putas y agarrar una cogorza era acudir a los templos para informarse y preparar el siguiente viaje.
Y otro detalle curioso: si con el tiempo la lengua de Homero acabó siendo el idioma culto de la antigüedad mediterránea, lo cierto es que Grecia siempre admitió el origen fenicio de su alfabeto.
Aún lejos del uso literario de la escritura, pero necesitados de documentos comerciales y demás papeleo, los phoínikes habían recurrido al alfabeto mesopotámico para crear el suyo.

Así que los griegos, al comprobar lo bien que con él se manejaban sus competidores comerciales, decidieron adaptarlo a su lengua, introdujeron vocales para aclararse un poco más y crearon su propio alfabeto, al que llamaron phoinikeia grammata.
Es nada menos que Heródoto, el primer gran historiador de la Antigüedad, quien lo cuenta: hay que destacar el alfabeto, porque hasta aquel momento los griegos no disponían de él.

Griegos de origen jonio adoptaron las letras del alfabeto que los fenicios les habían enseñado, introduciendo en ellas pequeños cambios y conviniendo en darle, como es de justicia, el nombre de "caracteres fenicios".
[Continuará].

LOS CALLADITOS HABLARON, de Roberto "Tito" Cossa - 19/9/2021

Me cuesta decirlo, pero sospecho que si uno rasca la piel de un calladito asoma un brote fascista


Antonio Berni: La mayoría silenciosa, 1972

Suelo aclarar: no soy político, ni politicólogo, ni investigador y mucho menos experto en encuestas.
La única chapa oxidada que puedo mostrar certifica 20 años de periodista profesional dedicado a la política.
Pero lo que reivindico para escribir esta nota es mi condición de veterano porteño que mira pasar la vida por la ventana de un bar.

Hay algo que siempre me llamó la atención: los que hablan de política, los que la practican, los que la analizan suelen referirse al pueblo, a la gente, a los votantes con una mirada unívoca, como si cada uno de los 35 millones de argentinos y argentinas que integramos el padrón tuviéramos claridad sobre sus opiniones políticas y - llegado el caso - sobre el ejercicio del voto.

El ex Presidente de Bolivia los llama los calladitos.

Son los que nosotros solemos mencionar como la mayoría silenciosa.
¿Son mayoría? No creo.
 ¿Cuántos son? Difícil saberlo.
Son calladitos, pero más de una vez decidieron un resultado electoral.

Tampoco es posible que todos piensen igual.
Que a la hora de votar unos vayan hacia la derecha y otros hacia la izquierda.
Un borracho del bar me dijo una noche: un día votan a Hitler y otro al Che Guevara.

¿Se puede saber qué los identifica? Quieren vivir tranquilos, como cualquiera, pero como si fuera una aventura personal.
Suelen decir: “a mí la política no me da de comer”. “La política es una porquería”.
Respetan a los patrones “porque dan trabajo”.

Muchos son buenos ciudadanos, un día donan sangre para un vecino y al día siguiente matan a patadas a un pibe chorro.
Suelen preferir a un gobierno autoritario que ponga orden.
No les gustan los cambios que alteren su mirada sobre la vida.
Vivir tranquilos es la consigna.

En los últimos tiempos me tomé el trabajo de realizar mi propia encuesta, los calladitos que me rodean, compañeros de trabajo, algún taxista o un mozo del bar.
Esta vez, limitado por la pandemia, pude consultar apenas a siete varones y mujeres, todos trabajadores.

Uno de ellos, que había votado al Frente de Todos en 2019 esta vez eligió a Facundo Manes.
Cuando se lo pregunté no se acordaba el apellido.

Su mujer, enfermera, no vota por el peronismo.
Le tiene miedo; el peronismo es quilombero.

Su hijo mayor votó por Milei “porque le gusta la sangre” (sic).
Le encantó la idea de prender fuego al Banco Central.

Otra señora cercana, tradicionalmente antimacrista, votó por Vidal. 

De los tres restantes dos no fueron a votar.
El sobrino que nunca laburó votó al FIT.

No pretendo que esta muestra tenga alguna significación.
Sólo los pongo como ejemplo de esa cantidad de compatriotas que votan al margen de las circunstancia políticas que vive el país.
Durán Barba dio clase magistral de cómo se convence a los calladitos.

Me llamó la atención que una periodista tan lúcida como Noelia Barral Grigera descalificara la importancia de la prensa hegemónica para crear el sentido común, por lo menos, de los calladitos. 

Posiblemente la prensa de papel no ejerza mayor influencia, pero la televisión y la radio manejan la información que llega a los calladitos y que los calladitos toman en serio.
Sería bueno que se pudiera hacer una encuesta: la mayoría de los calladitos está convencida de que Cristina robó.

¿Qué opinan los calladitos de aquéllos avances que nos enorgullecen?
El aborto legal, el matrimonio igualitario, el reconocimiento de las diferencias sexuales.
¿Qué opinan muchos calladitos del terrorismo de Estado?

Me cuesta decirlo, pero sospecho que si uno rasca la piel de un calladito asoma un brote fascista.

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