jueves, 13 de febrero de 2020

DÉJENME MORIR TRANQUILO, de Arturo Pérez Reverte - 24/4/2005

He escrito alguna vez que vienen tiempos duros, predicción para la que tampoco hace falta ser muy perspicaz.
Nunca hubo tantos imbéciles imponiendo su dictadura, ni tanta gilipollez elevada a la categoría de norma obligatoria.
Nunca al qué dirán y a lo socialmente correcto se le dio tanto cuartelillo.
Nunca condicionó tanto nuestras vidas el capricho de las minorías, la demagogia de los oportunistas, la estupidez de los tontos del culo.

El ejemplo de cómo ese delirio vuelve a las sociedades enfermas e irreales lo tenemos en aquellos países que nos preceden en el asunto; pero en vez de ponérsenos los pelos de punta al advertir los riesgos y el abismo, nos adherimos con el entusiasmo desaforado del converso.
En esta España a menudo escasa de cultura y de criterio, cuando se pone de moda una estupidez, en vez de llamarla por su nombre y ocuparnos de cosas más urgentes, nos ponemos a considerarla con toda seriedad.
Ninguno de nosotros se la traga de verdad, pero miramos de reojo a los otros, vemos que nadie protesta y que todos - que a su vez nos miran de reojo a nosotros - parecen aprobar la novedad.
Así que, haciendo de tripas corazón, nos resignamos a esa enésima vuelta de tuerca.

No deja de tener siniestra gracia que Europa, que alumbró palabras como democracia y derechos del hombre, y que pese a lo que está cayendo permanece como referente moral de lo que aún llamamos Occidente, en sus comportamientos sociales tenga como referencia las actitudes, los valores de una sociedad tan enferma e hipócrita como la norteamericana.
En materia de sanidad, por ejemplo, y me refiero a hospitales, dolor, muerte y todo ese cuello de botella por el que, tarde o temprano, la mayor parte de nosotros termina pasando, sospecho que vamos a terminar como en los Estados Unidos, donde nadie se atreve a poner una inyección si no es delante de su abogado, porque en cuanto le irritas un poro a un paciente, te denuncia y te saca una pasta flora, en un país donde un fulano se fuma tres paquetes diarios durante cincuenta años, y encima, cuando palma, su familia le trinca una millonada a las tabacaleras.

De ayudar a bien morir, ni te digo.
Y no hablo de eutanasia, sino de que te alivien el trámite cuando estás listo de papeles.
Pero allí, con semejante presión, teniendo en la chepa a los meapilas, a los que buscan pasta y a los bobos de nacimiento, no hay médico que se atreva a tomar una decisión de ese tipo. Que los alivie su padre, dicen.

Y me temo que en España vamos camino de lo mismo, con toda la cobertura mediática de la Schiavo aquélla a la que le daban matarile o no se lo daban, como a la Parrala; y las consejerías de Sanidad suspendiendo a médicos por sedar a pacientes en las últimas, como si lo ético fuese que palmes aullando y nadie haga nada.
Al final van a poner esto difícil de narices.
Y cuando me llegue el turno, seguro que me joden vivo. Ni aspirinas me van a dar.
Para que todos esos capullos en flor puedan alardear de socialmente correctos, voy a terminar echando espumarajos, como un perro.
Mentándoles a la madre.
Así que aprovecho para ponerlo negro sobre blanco, y que esta página de El Semanal valga como documento notarial, llegado el caso.
Si cuando me toque decir hasta luego Lucas no consigo organizarlo a mi aire, si el mar no colabora espontáneamente en el asunto, o el Alzheimer no permite que me acuerde de dónde está el gatillo de la pistola, y por mi mala estrella termino en un hospital, con las limpiadoras afiliadas a Comisiones Obreras - las del folleto feminista del otro día - pisándome el tubo del oxígeno, háganme un favor.
No es lo mismo acortar la vida que acortar la agonía, así que no me fastidien.

Tampoco vengan a darme la murga con gorigoris, velitas encendidas y pazguatos arrodillados en la acera con los brazos en cruz bajo pancartas proclamando que mi vida es sagrada.
Mi vida - lo dice el propietario titular - no es más sagrada que la de mi labrador Mordaunt o la de los millones de seres humanos que, como el resto de los animales y las plantas, han pasado por este mundo cochambroso a lo largo de los siglos y la Historia, y seguirán pasando.
A ver quién puñetas se han creído que somos.

Por eso, el médico que, con mi consentimiento o el de los míos, decida aliviarme el trayecto ahorrándome sufrimiento inútil, nunca será un asesino, sino un amigo.
Mi último amigo.
Que otros hagan lo que quieran con sus vidas, pero a mí permítanme no perder la compostura.
Déjenme morir tranquilo.

miércoles, 12 de febrero de 2020

PRESOS POLÍTICOS...??, de Graciana Peñafort - 9/2/20

Por qué es posible disentir con Cafiero y entender a su jefe el Presidente


Es claro que no acuerdo con Santiago Cafiero respecto de que en la Argentina no hay presos políticos. Porque los hay.
Y añado, también aquellos presos que lo están por pobres, son presos de una política judicial que no les reconoce a los pobres el derecho a defensa, ni el derecho a un juicio justo ni mucho menos el estado de inocencia.
Nunca encontré la cláusula de la Constitución que excluyese a los pobres de las garantías procesales.
Pero no haberla encontrado en forma expresa no evita que, desde hace años, vea cómo se aplica inexorablemente.

Que no esté de acuerdo con Santiago Cafiero no quiere decir que vaya a salir a defenestrarlo. 
Lo vi una vez en mi vida, hace casi un año, cuando me lo crucé en un programa de TV.
Recuerdo que me pareció buen mozo y su mujer, con quien charlé mientras él daba la entrevista, me pareció muy amable.
No tengo obligación ni compromiso alguno por el cual defenderlo.

Distinto me pasa con Alberto Fernández, su jefe y Presidente de la Nación. Y mi amigo, además.
No soy su exégeta ni pretendo serlo. 
Yo creo entender por qué Alberto no puede llamar presos políticos a los presos políticos. Básicamente porque Alberto es el Presidente de la Nación y no puede decir que en su gobierno hay presos políticos.
Cierto es que él no los puso presos, ni los persiguió ni mucho menos presionó a jueces y fiscales para que hubiese gente presa por motivos políticos.
Llegó a Presidente y había presos por motivos políticos.
Algunos en prisión preventiva, otros por condenas que no están firmes.
La enorme mayoría de quienes ya cuentan con condena - aun no firme, reitero - fueron condenados en procesos que están sospechados de vicios tan severos y jueces tan arreglados que, si fuesen revisados por un tribunal medianamente ecuánime, serían anulados y se ordenaría un nuevo juicio.
Pero, estando en instancia de revisión sus sentencias, es decir no estando firmes sus sentencias, esas personas están en prisión.

Detenidos por opositores


Es precisamente lo que señala Alberto Fernández.
En particular, como hizo en enero de este año en la reunión con organismos de Derechos Humanos: 
Un preso político es una persona que fue detenida sin proceso. En la Argentina lo que hay son detenidos arbitrarios, que es otra cosa. Es gente que podría soportar sus procesos en libertad, pero los detienen porque son opositores”.

Mi amigo Lao mandó un mensaje que comparto y que dice algo que me pareció sensato: 
Si el Poder Ejecutivo llegara a sostener, sin probar judicialmente, que los compañeros presos políticos son presos políticos, estaría obligado a actuar en el marco de sus competencias. Esto es, utilizando la herramienta constitucional del indulto.
Esto, sin dudas, pondría fin a una injusticia brutal sufrida por varios compañeros.
Sin embargo, traería consigo la paradoja de la culpa (el indulto perdona, no prueba inocencia) para quienes sean inocentes con lo que se enfrentan, entonces, el honor y la libertad, la alegría de ver a nuestros compañeros con sus familias y la afrenta de dar por cierto aquello de que nuestro gobierno fue una asociación ilícita de 12 años».
«Además el Presidente faltaría a su palabra. Él sostuvo en campaña que el indulto era una rémora monárquica que no pensaba utilizar».

«Por ello, el Poder Ejecutivo no puede sostener que son presos políticos. Por eso sostiene que están detenidos arbitrariamente. Yo pienso que hace bien».

«Sostener que son detenciones arbitrarias no es correrle el cuerpo».

De más está decir que yo creo y afirmo sin espacio para dudar o titubear, que son presos políticos, porque esos procesos están viciados de modo que ninguno de los mismos podría ser calificado como un proceso legítimo.

Tengo además clarísimo, al menos en el caso de Amado Boudou, de quien soy abogada defensora, que Amado no quiere ni de casualidad que lo indulten.
Lo que quiere Amado es que se revise su juicio y se le permita ejercer el derecho a defensa y que no le paguen desde el Estado a los testigos para que declaren contra él.
Quiere un juicio justo.
Eso que le negó el Poder Judicial bajo las órdenes de Mauricio Macri.

También tengo clarísimo que no es el Presidente de la Nación quien debe dictaminar sobre los procesos, sino esos señores tan raros que llamamos jueces. Y que hasta ahora han permanecido en su habitual, irritante e injusto silencio.
Y creo que estaría siendo tiempo que dejemos de presionar al Poder Ejecutivo con cosas que no puede hacer el Poder Ejecutivo y miremos y reclamemos a los que deben hacer lo que no hacen.
A los jueces y al Poder Judicial.

¡A ver si van moviendo el culo, Vuestras Señorías!
Y no es que quiera ser irrespetuosa, es que estoy harta y cansada de que no hagan nada.
Hubo gente que se murió sin que ustedes dijeran una palabra, como Héctor Timerman.
Hay gente presa arbitrariamente y ustedes siguen sin decir una palabra.

También sé que Alberto Fernández acompañó a Milagro Sala en su injusta detención, mucho antes de ser siquiera candidato a Presidente. Como lo hizo Alberto Rodríguez Saá.
Y he sostenido hasta el cansancio que la situación de Milagro Sala es y fue una línea divisoria en términos éticos y políticos.
No es que no pueda hablar con dirigentes que no se manifestaron en contra de una situación de tan evidente injusticia, pero asumo que considero especialmente valientes y buenas personas a quienes, en épocas de pocas garantías elevaron su voz para decir NO.
Pese al macrismo.
Y pese a lo poco redituable en términos mediáticos que eso resultaba en el apogeo del gobierno de Macri.

Lo que ya ha hecho en materia de Justicia


Conozco además lo que ha hecho, en materia de Justicia, Alberto Fernández como Presidente, en apenas dos meses de haber asumido como tal. Intervino la AFI y puso a una de las mejores fiscales que conocí nunca a conducir esa intervención.
Casi todos los días tenemos novedades sobre los desaguisados que se descubren. Y como abogada he sufrido, junto con mis defendidos, los efectos de esos desaguisados.
Pero a una semana de haber concluido la feria judicial de enero, tal vez lo más dramático que he visto es precisamente lo que no he visto.
Hay caras que no se ven más en los pasillos de Comodoro Py.
No sé si es como una lluvia de verano, si concurren a los despachos en otros horarios o se juntan en otros lugares, pero hay caras que yo sabía lo que implicaban cuando los veías salir de los despachos y que ya no veo más.
Me reía hoy con un colega, cuando a las 13.30 me iba de Comodoro Py y comenzaba la desinfección por el hallazgo de murciélagos en ese edificio y le decía: 
Bueno, ahora van por los vampiros sin traje”.
Casi que quiero interpretarlo como un presagio favorable.

También ha propuesto a Daniel Rafecas como procurador. Yo estoy contenta y conforme con eso.
Espero que los votos lo acompañen, porque cuando nadie hacia valer las garantías constitucionales, Daniel Rafecas como juez sí lo hizo.
Y yo que lo vi tres veces en mi vida, una de ellas en un ascensor, nunca tuve la valentía de pararlo y agradecerle, porque leía en los diarios los costos que pagó por hacer lo que ordena la ley y no lo que ordenaba la mesa judicial del macrismo.
Y aunque nunca pude agradecérselo, nunca olvidé quiénes fueron las poquitísimas personas que no se olvidaron de la ley en estos años.
Daniel Rafecas fue una de ellas y me alegra, por justo, el reconocimiento.

También ha retirado los pliegos que había enviado Mauricio Macri para las designaciones de jueces.
Muchos de esos pliegos son de personas que sin lugar a dudas serán buenos jueces. Pero correspondía la revisión de las propuestas, para corregir aquellas donde la mano invisible - para nada invisible, a decir verdad - hubiese intervenido.

Y para qué negarlo, estoy que me muerdo los codos de intriga y ansiedad por el proyecto de reforma del Poder Judicial.
Voy a confesar desde mi ego herido que, si había dos cosas que quería hacer el día después de la asunción de nuevas autoridades eran:
a) irme de vacaciones (las últimas vacaciones que tuve fueron en enero de 2013 y las pase mayormente en un hospital con una infección renal) y
b) trabajar en el proyecto de reforma del Poder Judicial. Verán que la concreción de lo que quiero no parece el espacio más feliz del mundo ni el más satisfactorio.
Pero más allá de mis frustraciones, estoy emocionada y mucho con la idea de esa reforma.
¡Es tan necesario hacerla!

Pero mientras muchos se peleaban con el Cafiero junior y buen mozo, a mí me sacudía de un golpe una nota de Ari Lijalad que salió publicada en El Destape y que se reproduce en esta edición del Cohete.
En esa nota, Ari publicaba la información sobre el legajo como testigo protegido de Alejandro Vandenbroele.
En ella se daba cuenta del dinero que le había pagado el Estado Nacional conducido por Mauricio Macri a este señor, para declarar como testigo en contra de Amado Boudou en la causa por la compra de Ciccone Calcográfica.
Condena que NO está firme, pero pese a ello ha implicado la prisión de Amado hasta el día de la fecha.

La historia es bastante simple.
Acusaron a Amado Boudou de una serie de delitos vinculados a la compra de esa empresa.
Lo llevaron a juicio oral conforme un cronograma electoral.
Antes de eso, buscaron la famosa foto de Amado con Vandenbroele para probar que se conocían.
Pero pese incluso a la denuncia de periodistas que constan en el expediente, respecto a que en tal o cual hotel había un video que daba cuenta de una reunión entre ambos, al final nunca apareció.
Y miren que lo intentaron.

Como no apareció la foto fueron por Vandenbroele en persona. Y lo presionaron para que declarase conforme el régimen de testigo arrepentido.
Pero mientras Patricia Bullrich y sus asesores le ofrecían arrepentirse, Vandenbroele parecía más interesado en no ir a la cárcel y en recibir dinero a cambio de poner su cara en una foto. Cuestión de prioridades, imagino.

El gobierno de Macri quería a Boudou preso y Vandenbroele no quería ir preso. Negociaron muchísimo tiempo, con idas y venidas.
Tanto tiempo insumió la negociación que, para cumplir el cronograma electoral, tuvieron que elevar la causa Ciccone a juicio, aunque la mitad de la causa no se elevó. Lo cual, claro, era un absurdo jurídico, pero salvo para unos pocos, el detalle les pareció irrelevante.
Por ejemplo, le pareció irrelevante al Poder Judicial, ante la premura del gobierno macrista por tenerlo sentado a Boudou en el banquillo de los acusados.
Porque entre cumplir la ley y complacer al macrismo, en esas épocas a Comodoro Py le resultaba mucho mejor inversión complacer a Mauricio.
Cuestión de prioridades, imagino.
Por ahí se asesoraban con Dujovne.


Operación Vandenbullrich


Con todo el tiempo que perdió Patricia Bullrich, con su habitual ineficiencia de malos modales, no consiguió que Vandenbroele se arrepintiese a tiempo en la causa Ciccone. Y para cuando Vandenbroele se arrepintió, habiendo conseguido todo lo que le había pedido a Patricia, esto es libertad y dinero - que por cierto demostró ser una negociadora peor que los que negociaron con los buitres y les dieron todo y más -, ya era muy tarde para que Vandenbroele declarase como arrepentido en la causa Ciccone, porque como la causa ya estaba elevada a juicio, la ley no lo permitía.

Pero ya sabemos lo que le importaba la ley al macrismo - y a Patricia Bullrich - y por dónde se las pasaban - pobrecitas las leyes de mi país -, así que hicieron que Vandenbroele se arrepintiese igual en otra causa.
Y lo mandaron a declarar de nuevo en la causa Ciccone.
Fue tan absurdo todo el episodio que quien oficiaba de defensor de Vandenbroele comenzó el pedido de declaración pidiendo disculpas.
Cosas que vimos en Py estos años, que cuando las contás no te las creen.

Por supuesto que protestamos y pataleamos, sin que nos dieran ni un poquito de atención los tribunales.
Condenaron a Boudou y lo metieron en cana ese mismo día.
Y por supuesto dejaron en libertad a Vandenbroele.

Durante el juicio, la defensa de Boudou - o sea nosotros, Alejandro Rúa y yo - reclamamos los antecedentes del “arrepentimiento” de Vandenbroele.
Nos dijeron que NO.
Fuimos a Casación con el mismo reclamo. Nos dieron solo una parte y omitieron los antecedentes que pedimos específicamente sobre el proceso de “arrepentimiento” de Vandenbroele y lo que estuviese en agencias del Poder Ejecutivo Nacional.

Le contamos esta situación donde no nos daban los antecedentes que necesitábamos para ejercer la defensa al mejor procesalista que tiene la Argentina, el doctor Julio Maier. Quien además de ser brillante y sabio, es una bella persona.
Y se conmovió y nos dijo:
Yo me presento y le explico a esos jueces que eso está mal y que ustedes como abogados tienen el derecho a acceder a esa documentación y que, si no se las dan, esa sentencia debe ser dejada sin efecto, porque es nula. Nunca puede ser válida una sentencia donde el acusado no tuvo acceso a todos los elementos para su defensa y donde no sabemos cómo alguien llegó a ser arrepentido.
Así lo hizo Julio Maier. ¿Y adivinen qué?
También le dijeron que NO.

Presentamos un recurso extraordinario pidiendo esos antecedentes. Nos rechazaron el recurso.
Y entonces fuimos en queja a la Corte Suprema… que nunca nos contestó, hasta la fecha.


Pero el primer día hábil judicial de este año, el 3 de febrero, Ari Lijalad publicó una nota con la información a la que no habíamos podido acceder, pese a reclamarlo insistentemente. 
Y en esa información apareció una nota oficial del responsable por la custodia del testigo protegido Alejandro Vandenbroele.

En esa nota, Carlos Linsalata, entonces responsable por Vandenbroele en el programa, el 24 de agosto de 2018 decía:
Solicito al Sr. Director Nacional del Programa de Protección a Testigos e Imputados, se otorgue al protegido de marras la suma de pesos un millón y medio ($1.500.000) para dar cumplimiento al proyecto laboral que le brinde al protegido la posibilidad de una relocalización definitiva y autosustentarse.

Y señalaba: 
Cabe destacar que el día 07 de agosto pasado fueron condenados a prisión con cumplimiento efectivo por más de 5 años el Ex Vicepresidente de la República Argentina el Sr. Amado Boudou. Confirmada la prisión de los nombrados, por ante la Cámara de Casación Penal, Sala IV, en el día de ayer”.


La nota de Linsalata

En pocas palabras, lo que decía Linsalata es que ya habiendo obtenido la condena y la prisión de Amado Boudou, había que pagarle a Vandenbroele $ 1.500.000.

Lo curioso del tema - y lo trágico - es que NO fue en la causa donde condenaron a Boudou donde Vandenbroele declaró como arrepentido.
Le estaban pagando por una causa donde Vandenbroele también había sido condenado, como Amado, aún cuando no ordenada su prisión.

El Ministerio de Justicia, que entonces conducía el inefable German Garavano, autorizó e hizo el pago.
En pocas palabras, Vandenbroele había obtenido lo que siempre pidió: no ir a prisión y, que le pagaran por declarar.

Y Patricia Bullrich había fracasado en su misión de conseguir un arrepentido de verdad. Consiguió un falso arrepentido y encima carísimo.
El jueves 6 de febrero, el juez que había admitido a Vandenbroele como arrepentido en una causa distinta a la que determinó la condena de Boudou, ordenó la extracción de testimonio de esas actuaciones y junto con la nota de Ari Lijalad, envió la causa a sorteo.
Pareciera que, junto con «los horribles», como los llama Tato Young, y los murciélagos, también estaría desapareciendo ese hábito, bastante ilegal, de no cumplir con las leyes.

Paradojas de la vida, se ve que aún no actualizaron el servidor de sorteos fraudulentos de Comodoro Py y sigue funcionando como cuando gobernaba Macri.
Salió sorteado el juzgado que pertenecía a Claudio Bonadío.
Como Bonadío había solicitado licencia por el mes de febrero, ya habían sorteado el juez que lo reemplazaría.
Era Sebastián Casanello.
Un juez insospechado de ser influenciado por el macrismo.

La última vez que Comodoro Py se olvidó de “actualizar el sistema” fue cuando se sorteó la causa de la muerte de Nisman. Se hizo el sorteo y de pronto el monitor se puso negro. Había salido sorteado Sebastián Casanello.
Nunca nadie explicó cómo ni por qué se le terminó asignando la causa a Julián Ercolini.

Frente a la súbita certeza de que Bonadío no regresará a su juzgado, alguien debe haberse golpeado la cabeza diciendo: “Maldición, olvidamos actualizar el sistema”.

La Cámara de Apelaciones de Py, lenta en actualizar sistemas pero rápida en reaccionar, ordenó un nuevo sorteo para que otro juez cubra el juzgado de Bonadío.
Será quien investigue el curioso caso de cómo un gobierno le pagó a un arrepentido para que declarase y adjuntó la prueba de dicho pago a un expediente.
Al menos en la causa del encubrimiento del Atentado de la AMIA, el menemismo tuvo el decoro de pagar en negro.

Sospecho y temo que, para entonces, ya habrán actualizado el sistema.
El domingo que viene les cuento.

LA MAFIA CALABRESA EN LA ARGENTINA, de Rocco Carbone - 9/2/20

Primera de una serie de tres notas sobre la mafia del académico calabrés Rocco Carbone

En la serie de notas que comienza hoy, Carbone ilumina los sótanos de la democracia, la cultura secreta del crimen organizado en la Argentina. En sus tres entregas abordará los códigos de la ‘ndrangheta (la mafia calabresa), sus rituales de afiliación, la estructura de la organización con todos sus cargos –desde picciotto hasta stella–, los negocios del narcotráfico suspendidos entre América Latina y Europa, las fundaciones (FIFA y CEPLA), plataformas políticas de una internacional de las derechas, hasta mostrar porqué el ex Presidente Macrì se asume calabrés y sus formas raras de persignarse en la Catedral.


Desde el 10 de diciembre de 2019 la Argentina cuenta con una nueva escritura colectiva. 
Una reflexión sobre lo común que las distintas fuerzas sociales y políticas que hoy integran el gobierno del Frente de Todxs amasaron en cuatro años de resistencia frente a las penumbras del Cambio.
Esas consideraciones plurales suelen llamarse Discurso Inaugural, presentado por el Presidente Alberto Fernández ante la Asamblea Legislativa. Ahí hay pasajes extraordinarios que se sintetizan en dos palabras de alto voltaje: Nunca más.

Recupero cuatro fragmentos de esa intervención:

" Nunca más a una justicia contaminada por servicios de inteligencia, operadores judiciales, procedimientos oscuros y linchamientos mediáticos.
[…] estaremos reorganizando y concentrando los esfuerzos de la Justicia de modo que se pueda enfatizar con eficacia y transparencia la investigación del crimen organizado, el crimen complejo y el narcotráfico y la droga, que son flagelos que debemos abordar con un carácter sistémico.
Se trata de aprovechar valiosos y mayoritarios recursos que hoy existen en nuestro sistema de Justicia, de modo de terminar con la mancha ominosa que un sector minoritario le provoca a la credibilidad de las instituciones.
Nunca más al Estado secreto. Nunca más a la oscuridad que quiebra la confianza. Nunca más a los sótanos de la democracia ".

Cuatro puntos que creo pueden agruparse bajo el signo de una categoría conceptual común: mafia.

Cuando hablamos de mafia, hablamos de un doble Estado oculto, paralelo al Estado legal y al mismo tiempo en permanente condición de diálogo con él porque es fuente de negocios y poder.
La mafia acosa a la democracia y la niega.
Y a lo largo de su mandato Cambiemos ha acosado a la democracia - acaso por eso mismo enfatizó tanto la categoría república - y humillado permanentemente al campo popular.
En estas reflexiones quiero presentar algunos elementos que a mi juicio habitan los sótanos de la democracia y que están vinculados con la cultura ‘ndranghetista (mafia calabresa).

La ‘ndrangheta es una organización unitaria que une antiguo y moderno, arcaico y global, y en esos nexos produce un nuevo fenómeno cultural que conjuga violencias inauditas - en la Argentina cambiemita ese signo fue asumido por la ex ministra Bullrich -, negocios (legales e ilegales) y poder.

Lo explica con pertinencia Enzo Ciconte: 
Los hombres de los locales de ‘ndrangheta viven como en un archipiélago en el que conviven hombres violentos, asesinos, criminales y narcotraficantes de toda la vida, con representantes de varias profesiones, hombres más allá de toda sospecha, aquellos que suelen definirse como buena gente: magistrados, abogados, notarios, contadores, hombres que saben manejar dinero, en efectivo o virtual, ese que se mueve vía computadoras. Y luego hombres de los partidos y de las instituciones, astillas de la masonería y hombres de los servicios, tal vez activos o tal vez pasivos. Unos protegen a los otros y a su vez son protegidos 
(Riti criminali, Rubbettino, Soveria Mannelli, 2015, p. 8).

Además, en su estructura revistan hombres (profesionales) invisibles que tienen la tarea de establecer vínculos estratégicos con el mundo de la política, de la economía y de las instituciones legales.
En la Argentina el desconocimiento relativo a cuestiones de ‘ndrangheta - y de mafia(s) en general - le ha brindado a esta organización anonimato, opacidad y por ende mucha libertad de acción que le permitieron dar un salto cualitativo, “refinarse”, no sólo en los términos de la acumulación desenfrenada de capitales sino en lo que concierne a la disputa por el poder político: la dirección del gobierno del país.
Esto en la Argentina se dio entre 2015 y 2019.

Como en todos los campos del saber, también en el análisis del fenómeno mafioso ve más cosas quien está dispuesto a bucear con paciencia en la propia historia de las mafias y en ciertas lógicas - digamos culturales - del pasado reciente nacional.
No ver en Cambiemos una veta mafiosa indica un déficit de conocimiento.

La ‘ndrangheta no es sólo un fenómeno criminal sino también un instrumento de promoción social, un modelo, una cultura, un comportamiento, un poder, elementos que confluyen en una visión del mundo.
Si atendemos otra vez al propio Ciconte, hay que señalar una hipótesis sugestiva: que la ‘ndrangheta “dondequiera que se mueva reproduce exactamente lo que ha dejado en Calabria” (p. 14).

El mito


¿Qué es un mito sino un modo de contar la historia de otra manera?
Osso, Mastrosso y Cargagnosso, según la leyenda, serían tres caballeros españoles que en Toledo habían integrado la Garduña.
Supuestamente la Garduña fue una sociedad secreta criminal que habría operado en España y sus colonias desde mediados del siglo XV hasta el XIX.
Las fuentes históricas que hablan de ella son muy discutidas y la misma existencia de la sociedad es puesta en tela de juicio por varios historiadores modernos.

Esos tres caballeros habrían llegado a lo que hoy llamamos Italia alrededor de 1412:
Eran fugitivos porque habían lavado con sangre una ofensa de honor que había recibido una de sus hermanas. Se quedaron 29 años, 11 meses y 29 días en la isla de Favignana […]. Luego volvieron al mundo con las reglas de la sociedad que habían elaborado en ese período - las tablas mafiosas - y de ahí fueron a Sicilia, Calabria y Campania ” (Ciconte, p. 23).

En Sicilia, Osso habría fundado la Cosa Nostra, Mastrosso, en Calabria, la ‘ndrangheta, y Cargagnosso, la Camorra en Campania.
La ‘ndrangheta es también conocida como famiglia Montalbano y para saber si alguien está afiliado a esa estructura se le suele preguntar si conoce a zù (tío) Peppino Montalbano o a la propia la familia Montalbano.
Esta era la denominación de la organización criminal calabresa en el siglo XIX.
La respuesta a esa pregunta suele ser:
La conozco, la sirvo, la llevo puesta hasta la última gota de sangre
(Ciconte, p. 81).

Códigos y jerarquía


Los códigos mafiosos, los rituales, las ceremonias sirven para introducir a un sujeto en un mundo secreto.

A través de ciertas operaciones del lenguaje se activa el derecho para empezar a participar de las reuniones secretas de la mala vida y de la onorata società (nombre que los ‘ndraghetistas usan para nombrar la organización).
Las ritualidades ‘ndranghetistas no son apenas expresiones folklóricas, sino herramientas para la distribución de poder dentro de una estructura criminal que tiene un fuerte sentido jerárquico.
Todos los ritos se formalizan a través de la favella, la lengua de la ‘ndrangheta, que sirve para articular formulaciones altamente alegóricas.
En cuanto a los códigos, es probable que hayan nacido en las cárceles borbónicas y que “sean la herencia de los masones a los malandrines […]. En los lugares de detención los carceleros borbónicos solían encerrar juntos […] a criminales comunes y políticos que las autoridades de ese tiempo consideraban enemigos más peligrosos que los criminales. Y en cambio eran patriotas, hostiles a los Borbones, que soñaban un país distinto. Muchos pensaban en una Italia unida. Todos eran perseguidos, y para evitar las atenciones de la policía encontraron refugios en las sectas secretas y en la logias masónicas. […] Los ritos iniciáticos, los códigos, las jergas se transmitieron de los masones a los malandrines
(Ciconte, pp. 18-19).

Luigi Settembrini - escritor, senador del Reino de Italia, preso político - en Ricordanze della mia vita cuenta cómo en las cárceles se había inventado un argot, una lengua secreta, una especie de lunfardo para excluir a los carceleros de las conversaciones y de ella dice: “creamos una lengua que ni siquiera el diablo podía entender
(1892; Paravia, Torino, 1944).

Luigi Settembrini: ni el diablo.


Tal como indiqué en mi libro Mafia CapitalCambiemos: las lógicas ocultas del poder (Luxemburg, Buenos Aires, 2019), la mala vida calabresa empieza a organizarse en los primeros decenios del siglo XIX.
En sus orígenes era una criminalidad organizada de base campesina que tenía sus códigos transmitidos oralmente en alguna forma dialectal.
Esto sucedía porque la cultura calabresa era y es tendencialmente oral, porque los dialectos casi no tienen escritura (de hecho, asumen el alfabeto del italiano para ser transcritos, siempre a medias y con dificultad porque poseen sonidos que el alfabeto nacional no puede representar) y porque en Calabria a comienzos de 1800 había un analfabetismo difundido.

Cuando los uomini d’onore calabreses arrancaron sus actividades delictivas dentro del crimen organizado, no sabían leer ni escribir.
Luego de la desarticulación del sistema feudal del Regno delle due Sicilie y antes de la articulación del orden unitario italiano, que es cuando el actor mafioso aparece como tal, los niveles de alfabetización en Calabria dejaban mucho que desear.
Los códigos orales, que eran empleados a la hora de activar los rituales de afiliación, en algún momento del desarrollo de la criminalidad calabresa organizada empezaron a ser escritos.
Los rituales pasan de la oralidad a las formas escritas cuando en la organización se afilian sujetos no-campesinos, que “tenían cierta disponibilidad financiera que les permitía adquirir los rudimentos de la escritura
(Ciconte, p. 20).

Entre fines del siglo XIX y los primeros años del XX en las sentencias de los magistrados de la Corte di appello delle Calabrie empezaron a aparecer algunos datos probatorios acerca de la existencia del crimen organizado y a circular la palabra picciotteria, término impropio para nombrar al crimen calabrés.
Con esa palabra se pretendía presentar a la mala vida calabresa como una rama de la Camorra napolitana, cuando en realidad se trataba de una organización autónoma y ya estructurada.

Ya a fines del siglo XIX la ‘ndrangheta presentaba una estructura nada ocasional, ni esporádica ni mucho menos eventual. 
Tenía todos los condimentos de una organización con códigos, estatutos y leyes. Los códigos atravesaron tanto la historia como la geografía, y tienen vigencia hasta hoy. Su función es establecer y mantener una identidad.

Como todas las ritualidades, también los códigos ‘ndranghetistas tienen otra función: conservar la memoria de ciertos saberes, mantenerla en el tiempo y transmitirla.
La ‘ndrangheta está atravesada por una serie de “liturgias”, integradas por códigos secretos, afiliaciones rituales, atribuciones de dotes (cargos) y avances de “grados” (1). Rituales, códigos, lengua, gestos de la ‘ndrangheta - repetidos a lo largo de casi 200 años de historia - son correas de transmisión que permiten conservar ciertos valores y normas de comportamiento propios de la società.
Correas de transmisión entre dimensiones temporales lejanas, entre el pasado, donde se sitúa el origen de la organización criminal, y el presente globalizado que habitan sus integrantes.
Vínculos que la geografía y las migraciones (de Calabria hacia el mundo) hubieran podido quebrar o volver más laxos.
Esos dispositivos, pese al transcurrir del tiempo y de los desplazamientos geográficos, permiten elaborar la idea de pertenencia a una estructura arcaica, ahora globalizada, y que sin embargo tiene un anclaje territorial que no puede obviarse - Calabria - ni culturalmente ni en términos de negocios y de poder.

El colaborador de la Justicia Giovanni Iannò - en el marco de la operación de la justicia italiana conocida como Crimine - en mayo de 2013, frente al tribunal de Locri, sostenía que: 
" la ‘ndrangheta coloniza los nuevos territorios, exporta su estructura organizativa, el método mafioso, su sistema relacional, la familia y a partir de eso infiltra el empresariado, las profesiones liberales, la política, la administración pública. “La ‘ndrangheta […] tiene su cultura y su mentalidad […], trasplanta los locales, la naturaleza de ‘ndranghetista… la tiene en la sangre” (2).

Junto con las familias viajan códigos y locales.
Y tal vez por eso, como veremos, el ex Presidente Macrì se asume calabrés y se persigna de manera llamativamente extraña.


El ex Presidente y la señal de la cruz.


* Universidad Nacional de General Sarmiento/CONICET

(1)  Esta es una palabra que los ‘ndranghetistas no usan porque pertenece al léxico de las fuerzas del orden.

Documentos parlamentarios: XVII LEGISLATURA – DISEGNI DI LEGGE E RELAZIONI – DOCUMENTI – DOC. XXIII, no 38.

LAS APARIENCIAS ENGAÑAN, de Horacio Verbitzky - 9/2/20

Fernández y Martín Guzmán fueron quienes plantearon que la provincia de Buenos Aires defaulteara


Quien se haya guiado por los títulos y las notas de la prensa comercial y de sesgo ideológico cree que mientras el tranquilo presidente Alberto Fernández y su moderado ministro de Economía, Martín Guzmán, mostraban en Europa el rostro sensato y amigable con los mercados e intentaban renegociar la deuda externa en términos razonables, el descontrolado gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, azuzado por la temperamental vicepresidenta CFK, ponía en riesgo la operación en forma irresponsable, bordeando del default por un vencimiento de apenas 250 millones de dólares, que primero dijo que no estaba en condiciones de cumplir y luego pagó sin chistar cuando sus irreales contrapropuestas fueron rechazadas por los acreedores.

La realidad es opuesta


Fueron Fernández y Guzmán quienes decidieron que, para asegurar el éxito de la negociación global de la deuda pública argentina, era necesario que Kicillof no pagara y se produjera el default.
El gobierno nacional había anunciado desde que asumió que el 31 de marzo presentaría su oferta a los acreedores.
En el mes y medio transcurrido hubo algunos vencimientos, no muy voluminosos y casi todos en moneda nacional, que se pagaron en plazo.
Entretanto la deuda en pesos se fue reperfilando, un neologismo para no hablar de reestructuración, mediante colocaciones a tasas más bajas, acordes con la situación financiera internacional.
El vencimiento bonaerense del 26 de enero complicó el panorama, porque no se trataba sólo de intereses, sino que era el cierre del capital del título BP21.
Guzmán declaró públicamente que la Nación no ayudaría a Buenos Aires, porque otras provincias demandarían lo mismo y el Tesoro Nacional no está en condiciones de responder.

No había tiempo para una restructuración general, porque para llamar a asamblea el bono BP21 requiere 35 días, de modo que sólo era posible posponerlo, pagarlo o proponer no una quita sino un cambio de condiciones, cosa permitida por el contrato.
La primera propuesta fue una espera hasta mayo, de modo que la negociación nacional concluyera antes. Pero no consiguió la aprobación del 75% de los bonistas que se requerían.
La segunda propuesta fue adelantar el 30% del pago del capital, y postergar el resto hasta mayo.

El presidente estuvo en contacto telefónico con el gobernador e incluso desde Israel dijo públicamente que avalaba las sucesivas ofertas que presentó a los acreedores.
Pero tampoco en este caso se consiguió el porcentaje requerido.
Fernández le pidió a Kicillof que identificara públicamente al Fondo Fidelity, que bloqueó la operación, cuando se hizo evidente que era intencional. El bono estaba disperso entre 200 titulares, la mayoría pequeños, con 100.000 dólares cada uno, y el deudor no sabe ni cuántos ni quiénes son, lo que obliga a un trabajo hormiga para identificarlos y negociar de a uno.
Un comité del 20% de los bonistas aseguraba que podría traccionar a otro 20%. Pero, según la metáfora de un negociador bonaerense, es como una paritaria a los gritos en una cancha de fútbol.
Desde el principio el gobierno supo que Fidelity era el principal acreedor, con una tenencia que se estimaba entre el 16 y el 21%.
Cuando detectó que estaba comprando a otros tenedores y presionándolos para que no acordaran, fue indudable la intención de bloqueo.

Con quien discutió Fernández fue con Guzmán, durante la etapa alemana del viaje, porque el ministro de Economía planteaba como única opción no pagar y permitir el default de Buenos Aires.
El presidente le explicó la dimensión política que percibía:

- Están planteando una contraposición nuestra con Axel y Cristina, que no podemos permitir. Hay que cambiar la decisión y pagar.
Sólo podemos avanzar con Cristina.
Guzmán lo admitió a regañadientes.

No al albertismo


El presidente también está molesto con algunos espontáneos que quieren crear un albertismo que contribuiría a esa fisura.
Por ejemplo, el intendente de Hurlingham, Juanchi Zabaleta, quien por inquina hacia La Cámpora, operó publicaciones que señalan al jefe de gabinete Santiago Cafiero y/o al ministro de la Obras Públicas Gabriel Katopodis como posibles candidatos bonaerenses para 2023.

Fernández desdeña esas especulaciones y asegura que no cuentan con su respaldo.
Por el contrario, repite a quien quiera oírlo que su frase clave de la campaña electoral (Con Cristina sola no alcanza, sin Cristina no se puede) sigue siendo válida hoy y no dejará de serlo durante todo su mandato.

Para cumplir con el pago, el 31 de enero Kicillof colocó letras del tesoro provincial por 9.300 millones de pesos, con los cuales compró los dólares para pagar parte de los 15.000 que vencían.
El resultado final no fue malo financieramente, porque implicó pesificar 2/3 de esa deuda, y además fue un anticipo de lo que puede ocurrirle a Guzmán el mes próximo.
Fidelity cobró unos 80 millones de dólares de ese pago, con los que compró bonos nacionales con vencimiento el año próximo y que se suman a los 2.000 millones que ya tenía.
Frente a la posibilidad de que se oponga a cualquier acuerdo nacional, Fernández retomó la idea inicial y anunció que, en tal caso, la Argentina irá al default.
Un funcionario del equipo económico que no es Guzmán, pero que se reúne con él en la cita semanal de la mesa económica del gabinete (que incluye al presidente del Banco Central, Miguel Pesce; a la titular de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont; al ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas; a la vicejefa de gabinete Cecilia Todesca Bocco, entre otrs) llegó a decir que “hay vida después del default”.
El gobierno no lo busca, conoce sus consecuencias negativas, hará lo posible por evitarlo.
Lo posible, pero no más.

Según el cronograma anunciado por el Ministerio de Economía, la semana próxima se elegirá a los bancos encargados de identificar a los tenedores de la deuda argentina y los montos correspondientes; llegará a la Argentina la misión de FMI, ya purgada de los funcionarios que compatieron con Macrì la responsabilidad del barril sin fondo argentino; y el propio Guzmán presentará ante la Asamblea Legislativa los lineamientos del Análisis de Sostenibilidad de la deuda.
En lo que queda de este mes, se contratará a los agentes de distribución y asesores financieros que negociarán con los tenedores de la deuda y recogerán sus comentarios.
La oferta se presentará en la segunda semana de marzo, que podrá aceptarse hasta la cuarta.

La última gira

La gira presidencial por Israel, El Vaticano, Italia, Alemania, España y Francia, buscó reunir el apoyo de aquellos países que disintieron con la manga ancha del FMI ante el gobierno de Maurizio Macrì, aduciendo que no podría cumplir con los compromisos. Pese a ello, el Fondo abrió la bolsa, por decisión del principal accionista, que es el gobierno de los Estados Unidos.
El actual objetivo es que el propio FMI diga que la deuda en las condiciones pactadas es insostenible, y esto avale la negociación con los acreedores privados.

En el Vaticano, nada hubo más elocuente que las sonrisas del jefe de la Ciudad Estado, junto a Guzmán, Kristalina Georgieva y Joseph Stiglitz, ante la mirada complacida de Alicia Bárcena y Enrique Iglesias, los celestinos del encuentro.


Allí el Papa repitió palabras pronunciadas 29 años antes por Juan Pablo II:
No se puede pretender que las deudas contraídas sean pagadas con sacrificios insoportables”.
También postuló “modalidades de reducción, dilación o extinción de la deuda, compatibles con el derecho fundamental de los pueblos a la subsistencia y el progreso”. 
Reforzó así el rol al que su institución aspira desde la caída del comunismo, como dique de contención a la barbarie neoliberal, lo cual ha convertido a su jefe en el ídolo de la raleada izquierda europea.
No obstante, el presidente anunció que enviaría al Congreso un proyecto de derogación de la clandestinidad del aborto y el Episcopado argentino declaró su oposición.

Esto señala un saludable apartamiento del modo de relacionamiento de legitimación recíproca que sucesivos gobiernos han mantenido con la institución líder en el mercado de la fe.
La serie de declaraciones y gacetillas de ambas partes son una demostración de la maestría comunicacional de la Santa Sede, que conformó así a propios y extraños.
Lo que no trascendió es el contenido del diálogo de Alberto con el secretario de Estado Pietro Parolin, que fue quien planteó la cuestión extra económica.

- La Iglesia no está de acuerdo con el aborto - dijo el prelado.

- Lo sé, y tampoco coincide con los planteos de San Agustín y Santo Tomás - lo sorprendió Fernández, quien durante cinco años dictó en la Facultad de Derecho de la UBA la materia El aborto, reflexiones sobre la conveniencia de su punibilidad.
Usted me dirá que ambos santos son aristotélicos.
Pero también son Padres de la Iglesia - agregó el mandatario.

- Pero la ciencia evolucionó desde entonces - adujo Parolin.

- Evolucionó a favor de San Agustín y Santo Tomás, quienes planteaban que el alma recién se formaba a los 90 o 120 días del embarazo, porque a partir de ese momento comenzaban a sentirse los movimientos del feto por la maduración del sistema nervioso.
Ante la incomodidad del sacerdote, Fernández le propuso:

- No toquemos más el tema.

San Agustín de Hipona y Santo Tomás de Aquino

De Merkel a Guaidó

En Berlín, Angela Merkel preguntó qué necesitaba la Argentina:

- Que el FMI declare que la deuda argentina es insostenible y que Alemania apoye una quita a los tenedores de los bonos.

Merkel consultó con su sherpa en el G20, Lars - Hendrik Röller, que estuvo sentado junto a ella en la comida que duró más de dos horas.
La canciller aceptó el pedido sobre el Fondo Monetario.
Más tarde, Röller se comunicó con Guzmán y le dijo que la canciller accedió a ambos pedidos.

Durante el resto de la reunión, interrogó a Fernández sobre la situación de Latinoamérica, donde la Argentina es percibida como una isla de fortaleza institucional.
Esa conversación se repitió país por país, con eje en la situación de Venezuela, donde los europeos no saben bien cómo retroceder del reconocimiento que dieron al bastardo venezolano de Estados Unidos, Juan Guaidó, quien se autoproclamó presidente por encabezar una asamblea en la que dijo haber recibido votos por WhatsApp y contó con el apoyo de legisladores suplentes.

Alberto sostuvo que no hay otra salida que el diálogo entre las partes a través del Grupo de Contacto, que impulsó la Unión Europea, con el apoyo de España, Portugal, Italia, Francia, Alemania, el Reino Unido, los Países Bajos, Suecia, Uruguay, Ecuador, Bolivia y Costa Rica, y advirtió contra el riesgo de que en año electoral, Estados Unidos coloque el caso venezolano en el centro de la agenda.
El ministro europeo de Relaciones Exteriores y Seguridad, Josep Borrell, le propuso a Fernández que la Argentina y México se sumaran al Grupo.
En la audiencia con Pedro Sánchez, el presidente español confió la preocupación por el posible acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos y la Gran Bretaña post Brexit y dijo que eso tornaba urgente avanzar en el acuerdo entre el Mercosur y Europa.

- De acuerdo, siempre que superemos las asimetrías entre ambos bloques. Vos me invitás a bailar el tango y yo acepto, pero por ahora estamos en terapia intensiva. Hablemos de nuevo cuando salgamos - le respondió.

En su visita a Israel, el premier Bibi Netanyahu dijo que sabía que el actual presidente argentino se había opuesto a la firma del Memorándum de Entendimiento con Irán y que eso merecía su ayuda.
En sucesivas reuniones, Fernández les planteó la misma pregunta a Netanyahu, a su principal opositor Benny Gantz y al presidente Reuven Rivlin:
- Dos ex embajadores israelíes en la Argentina dijeron que ustedes identificaron y mataron a los autores del atentado a la AMIA. Sería una gran ayuda para nosotros si nos ampliaran esa información.

Cada uno contestó algo distinto.

- No lo sabía. Voy a averiguar - dijo Gantz, un general del Ejército que fue jefe del Estado Mayor Conjunto.
Netanyahu tomó nota y prometió responder.

- Tengo que consultar con inteligencia, porque no puedo revelar la fuente - dijo el presidente Rivlin.
Netanyahu se comprometió a interceder por el caso argentino ante el presidente de Estados Unidos, y por lo que trasciende, cumplió con lo prometido.
Al recibir las cartas credenciales del embajador Jorge Arguello, Trump le dijo que quería conocer a Alberto y que podían contar con su apoyo en el FMI.

Ese es el paso previo para plantear alargamiento de plazos y quitas de capital y/o intereses a los tenedores de bonos argentinos, un terreno en el que los acreedores privados y la organización multilateral tienen muchas coincidencias pero también algunas discrepancias, que está por verse si la Argentina podrá usar a su favor.

Un dato significativo es que Netanyahu corrió de todas las actividades en los festejos por la liberación de Auschwitz a los representantes de la DAIA y la AMIA, aunque conviene no descorchar antes de tiempo: fueron los servicios israelíes los que alimentaron la disparatada denuncia de Natalio Alberto Nisman.

Además, el principal aportante a los esfuerzos proselitistas de Netanyahu y de Trump, el empresario de casinos Sheldon Adelson, financió en forma generosa e ilegal al ex fiscal

Adelson es socio del principal fondo buitre, Elliot Management, de Paul Singer, y juntos financiaron la Fuerza de Tareas Argentina, que se encargó de difamar al gobierno argentino de CFK.

LA CONFESIÓN DE BONADÍO, de Horacio Verbitzky - 9/2/20


Ante una audiencia de profesionales y estudiantes del derecho convocada por el Opus Dei, Bonadío confesó que lo único que le interesaba era la política, que tenía abogados que se encargaban de darle forma jurídica a sus decisiones y que quienes quisieran ser jueces se dedicaran a la política y cultivaran contactos.

Uno de los asistentes reconstruye esa conferencia para El Cohete a la Luna.

En 1996, el reciente juez federal Claudio Bonadío, entonces de 40 años, fue invitado a dar una charla en el Centro Universitario de Estudios (CUDEs) de la calle Vicente López 1950, residencia universitaria administrada por el Opus Dei.
Al Club de Derecho del CUDEs asistían estudiantes y se analizaban y discutían fallos de la Corte Suprema y otras cuestiones jurídicas; también se convidaba a profesores, abogados y jueces para que expusieran y compartieran su experiencia de vida.
Uno de esos estudiantes era hijo de un camarista del fuero penal - miembro del Opus Dei y vinculado al menemismo - y trabajaba con Bonadío.
Otro era el entonces estudiante Juan Manuel Soria Acuña, actual juez del Tribunal Fiscal de la Nación, quien en 1999 se alejó del Opus. Soria no ha olvidado esa conferencia que impactó a los jóvenes estudiantes de derecho congregados para escucharlo, y me autorizó a reproducir su testimonio:

Bonadío a los 40: lo único que me interesa es la política.

Empezó diciendo que no había ningún tema jurídico que le interesara en especial, por eso no había querido hablar de ninguno; que prefería hablar de su vida y de su trabajo.
Que nunca había tenido demasiado entusiasmo por el derecho; que lo que le gustaba era la política.
Que ese defecto no le había impedido ser juez federal; que él tomaba las decisiones en los casos que manejaba y que tenía abogados en el juzgado que, de algún modo, plasmaban en términos jurídicos lo que, con independencia del sistema normativo, él decidía hacer”.

Que con motivo de la dictadura y por cuestiones personales se había recibido tardíamente de abogado - a los 32 años -, pero que eso tampoco fue impedimento para llegar al cargo de juez federal; que por supuesto había abogados mucho más preparados y con mayor experiencia que él para ocupar su posición, pero que no llegaron y que las cosas son así en nuestro país”.

Que era juez federal por su amistad personal con Carlos Corach y Carlos Grosso - entiendo que es uno de los principales asesores políticos de Mauricio Macri - y que su único mérito personal para ser juez federal eran esas amistades, a las que les debía lo que era”.

Que a pesar de que arreciaban en ese momento decenas de denuncias de corrupción contra los funcionarios del gobierno nacional (presidencia de Carlos Menem), muchas radicadas en su juzgado, ni él ni ninguno de los doce jueces federales que debían entender en esas causas tenían intención de avanzar con las investigaciones”.

Que si nuestra aspiración como estudiantes era llegar a ser algún día jueces, no nos preocupáramos mucho de estudiar derecho, de ejercer exitosamente la profesión de abogado, de la cátedra universitaria ni por los eventuales concursos; que los cargos de jueces los ocupan aquellos que los políticos quieren, salvo raras excepciones: 
Alguno tiene que saber’, dijo, bromista.
Que si aspiramos a tal posición nos dediquemos a la política y a hacer contactos”.

Al terminar la reunión algunos de los presentes nos lamentamos maliciosamente de no haber grabado la charla para entregar el material a la prensa; la verdad era que nunca hubiéramos podido prever la retahíla de afirmaciones que escuchamos esa tarde de la boca de un juez federal que, según nos pareció, se sintió con la libertad para hablar sin tapujos en un ambiente que habría considerado amigable, seguro o meramente intrascendente”.

Quiero aclarar que salvo esta anécdota no tuve jamás relación personal o profesional con el doctor Bonadío, no le tengo inquina ni afecto, pero creo importante dejar sentado este testimonio (como dice San Juan en su primera carta) sobre lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado”.


Un problema sistémico

El doctor Glock es apenas el caso más notorio, por su temeridad y su falta de límites, de un problema general que es la degradación de la Justicia en la Argentina.
Pero no fue siempre así.

Nacido el año de los fusilamientos en el basural de José León Suárez, el adolescente Bonadío militó en la organización de jóvenes de clase media Guardia de Hierro, que disputó con Montoneros su primacía sobre la Juventud Peronista.
En 1976, cuando el futuro juez tenía 20 años, la organización se subordinó a la conducción del dictador Emilio Massera, quien designó como interventor primero al capitán de Navío Carlos Bruzzone, que tenía dos hijos en la organización, y luego al oficial de inteligencia Jorge Aguerre, según la investigación del periodista Alejandro Tarruella.
Con los guardianes subordinados, el sindicalista Lorenzo Miguel detenido en un barco de guerra y los montoneros secuestrados en la ESMA, Massera creía tener a todas las alas del peronismo en un puño y confiaba en que la ex Presidente Isabel Perón lo designara como sucesor político.

Cuando supo bajo qué jefatura había quedado, Bonadío renunció a Guardia de Hierro y por medio de unos compañeros de la zona sur del Conurbano bonaerense se conectó con Eduardo Vaca y con el Centro de Estudios para el Proyecto Nacional (CEPNA) que dirigía Héctor Muzzopappa.
Allí atendía los teléfonos mientras estudiaba derecho.

Una vez recibido, en 1988, trabajó como investigador con el Procurador del Tesoro, Alberto García Lema, en un proyecto de reforma de la Constitución.
Amigos de entonces dicen que allí nació su pasión por una ley y una Constitución propias, que caracterizó su desempeño como juez.
Fue asesor de Marcos Raijer en el Consejo Deliberante porteño, donde fue cesanteado por faltas injustificadas.
Casi al mismo tiempo, el Banco Ciudad lo inhabilitó por emitir cheques sin fondos y le cerró la cuenta.
Asesor de Eduardo Bauzá, Subsecretario de Carlos Corach en Legal y Técnica, llegó a la Justicia federal en 1994, cuando Carlos Menem, que ya había anegado la Corte Suprema con una mayoría automática, copó el fuero federal, duplicando la cantidad de juzgados y cuadruplicando la de fiscalías.
Ya en funciones, continuó usando un coche y un chofer de la presidencia, según consta en una recusación que presentó en su contra Abel Fatala, a quien había procesado por ser al mismo tiempo asesor de un concejal y de un diputado, lo cual no es un delito.

Glock rechazó la recusación alegando que el uso de vehículo y chofer era “de carácter transitorio y hasta que los mismos sean provistos por los canales usuales de una serie de bienes inmuebles de trabajo”, cosa permitida (según Bonadío) “por la ley de contabilidad”.

La Cámara Federal sobreseyó a Abel Fatala y dijo que Bonadío actuó con “ligereza”, “poco tino”, “desacierto” e “incongruencia”, por lo que “deberá abstenerse en el futuro de pronunciarse del modo anómalo referido, con el objeto de evitar eventuales dispendios jurisdiccionales y actos desemparentados absolutamente con el debido proceso”.
Rencoroso, el año pasado encuadernó a Fatala.
El ex Guardián estrechó relaciones con tres ex montoneros reconvertidos: Mario Montoto, Rodolfo Galimberti y Germán Moldes (uno de los presos liberados en la amnistía de 1973). Moldes, a quien Muzzopappa bautizó como Capitán Garfio por su parecido con el personaje de Disney, fue jefe de asesores de José Luis Manzano en la Cámara de Diputados y luego pasó al estudio de Hugo Anzorregui, justo cuando se sistematizaba el eje 25 de Mayo/Comodoro Py.

Germán Moldes

En diciembre de 2018, el ex secretario de medios de Menem, Jorge Rachid, dijo que «Moldes y Claudio Bonadío no son Macrì. Son la Embajada de Estados Unidos», y le contó a El Cohete un episodio de la década de 1990, en el que Moldes llegó a su consultorio con una valija llena de dólares de parte de José Luis Manzano, para que desmintiera una información cierta según la cual a cambio de un tercio del paquete accionario se entregaría el canal 11 e televisión a Silvio Berlusconi y Franco Macri.

En cuanto Néstor Kirchner llegó a la presidencia, el doctor Glock ordenó la detención de Fernando Vaca Narvaja y Roberto Perdía y ordenó la captura de Mario Firmenich.
El argumento para privar de su libertad a los miembros de la ex conducción montonera fue de una gran creatividad, aun para los estándares de su juzgado.
Según el juez, fueron partícipes necesarios en la comisión de los delitos de Lesa Humanidad contra el grupo de militantes al que ordenaron “ingresar a la Argentina, a sabiendas de que la logística de la Organización estaba seriamente comprometida” y pese a que no desconocían “los métodos de interrogación que empleaban las FFAA y de Seguridad”.
Al cabo de 68 días, los camaristas Horacio Cattani, Martín Irurzun y Eduardo Luraschi declararon nulas por arbitrariedad sus actuaciones y dispusieron que se sorteara otro juez para la causa.
El elegido fue Jorge Ballestero, quien ordenó el cese de las detenciones y de la orden de captura.
Los camaristas dijeron que no había en la causa ninguna prueba sobre la complicidad de los ex jefes guerrilleros.

También formularon una denuncia penal contra Bonadío, quien habría incurrido en el delito de privación ilegítima de la libertad, y remitieron los antecedentes al Consejo de la Magistratura para que determine si corresponde su juicio político.
Ningún juez del fuero tuvo más resoluciones revocadas en la apelación ni tantas denuncias ante el Consejo de la Magistratura.

El precursor

Durante los años del menemismo, el control de la Justicia federal se utilizó para viabilizar el desguace del Estado y para proteger a los funcionarios que aprovecharon en beneficio propio esa acelerada circulación de valores.
Sólo en pocos casos, ese dispositivo se empleó para perseguir a quienes incomodaban a las autoridades.

El doctor Glock fue un pionero de esa modalidad que llegó al cénit en la última década, ahora en contra de CFK y de funcionarios o militantes vinculados con su gobierno, y en simbiosis con la prensa comercial e ideológica, según la técnica expuesta en uno de sus libros por el operador judicial del Grupo Clarín, Daniel Pedro Santoro.

Es parte del folklore nacional la frase del ex ministro de Economía Domingo Cavallo sobre la servilleta en la que su colega de interior, Carlos Corach, habría escrito en 1996 los nombres de los jueces que actuaban de acuerdo con sus indicaciones y que cercaron al economista.

Otra causa menos conocida pero que muestra un temprano modus operandi, es la que Bonadío siguió entre 1996 y 1998 por administración fraudulenta y asociación ilícita contra el ex presidente del liquidado Banco de Intercambio Departamental de Venado Tuerto (BID), Roberto Cataldi, a quien ordenó detener.
Tanto la defensa de Cataldi como un grupo de abogados y funcionarios judiciales buscaban incriminar al Banco Central, lo cual hubiera obligado al Tesoro a responder por todos los malos negocios del BID y hubiera generado honorarios de abogados por una suma que se estimaba en unos 30 millones de dólares.

El banquero declaró que Bonadío se reunió varias veces a solas con él, la última en el Hospital Penna, donde había sido internado.
Allí lo instó a aportar datos para incriminar a directivos del Banco Central a cambio de mejorar su situación procesal. Bonadío no negó la visita, que atribuyó a su sensibilidad por la salud de un detenido que había sido operado del corazón, pasaba por una crisis emocional y amenazaba con suicidarse.
Las autoridades del Central recusaron a Bonadío, quien fue separado de la causa, pero sin más consecuencias.

Esta práctica extorsiva es la que se encuentra en muchas fojas encuadernadas en los últimos años por Bonadío, su fiscal Carlos Stornelli y el agente de inteligencia Marcelo Sebastián D’Alessio.
Es D’Alessio quien dijo, en una de sus conversaciones con Pedro Etchebest, que su jefe era Montoto (firmante del más conmovido aviso fúnebre de su amigo Bonadío) y en otra que tanto el juez como el fiscal estaban haciendo fortunas a expensas de los empresarios encuadernados.


Montoto, Stornelli y Macri en el Día del Ejército de 2019

Un vaticinio

Hace poco más de un año Bonadío recibió una carta del miembro de la cátedra Plan Fénix de la UBA, Arnaud Iribarne.
Colaborador de la publicación peronista Movimiento, el contador Iribarne conoció en el Manifiesto Argentino a Héctor Timerman y, hace trece meses, ante la muerte del ex canciller, decidió escribirle al doctor Glock.

Recordó que tanto el juez Daniel Rafecas como la Cámara Federal sentenciaron que no había delito en la firma del Memorándum de Entendimiento con Irán.
Pero Ud. inventó que había existido traición a la patria, consiguiendo con ello la reapertura de la causa”, escribió Iribarne.
Como sólo puede haber traición a la patria en caso de guerra, añade, el doctor Glock “inventó la analogía como interpretación de la ley penal” y sostuvo que “Irán nos puso una bomba y que eso es como si fuera una guerra”.
Pero la Argentina nunca rompió relaciones diplomáticas con Irán y la analogía no es una interpretación válida de la ley penal. “Esas minucias dejémosla para los estudiantes de Derecho ya que los reflectores de la TV lo iluminan y ningún periodista amigo hará preguntas que lo puedan incomodar. La cuestión es que Timerman tenía el turno en la clínica en Estados Unidos, el pasaje sacado, la visa de ingreso y el pasaporte al día, pero Ud. le impidió viajar”.

Ante la muerte de Timerman “le deseo que, dentro de muchos años, se encuentre con dos médicos que le ponen cara muy seria y le dicen:

- Mi amigo, la ciencia no tiene nada para ofrecerle.

Y el doctor Bonadío con voz temblorosa preguntará:

- ¿Pero no van a intentar nada?

Y que los médicos le respondan:

- Lo siento, nada podemos hacer.

Y Ud. tendrá que preparar la valija de regreso sabiendo que está desahuciado. Allí se acordará de Héctor Timerman y dirá a ese tipo yo le saqué las últimas balas del cargador en su último momento. A lo mejor se moría igual. ¿Pero quién me lo garantiza? Ese día estará solo con calmantes. No vendrán ni Clarín ni TN ni Morales Solá ni los que le palmeaban la espalda y le decían doctorazo, Ud. sí que se la juega, Ud. es el Sergio Moro de la Argentina. Ese día ni se acordarán de Ud. Porque un juez moribundo no es noticia, ni sirve para ganar elecciones”.

El vaticinio de Iribarne no se cumplió muchos años sino apenas unos meses después: en mayo de 2019, cuando debieron operarlo de un agresivo neuroblastoma cerebral en estadio 3, que en ocho meses más acabó con su vida. También se equivocó en su pronóstico sobre la soledad en que lo dejarían. Sigue siendo útil después de muerto y ninguno de sus valedores lo abandonó.
Como el Cid Campeador, hasta ganó el sorteo para investigar la compra del testimonio de Vandenbroele para condenar a Boudou que investigó Ari Lijalad.
La gente del sorteo fue de la última en enterarse de que esa bolilla no iba más.

Seguir la línea

Por cierto, el doctor Glock no fue una rueda loca sino parte de un engranaje.
Desde la jubilación anticipada por problemas de salud del gran juez Horacio Cattani, Martín Irurzun perdió el rumbo y convalidó las actuaciones de Bonadío por las mismas prácticas que antes fustigaba.
Suya es la doctrina que permitió practicar decenas de detenciones preventivas, alegando un presunto poder residual de los ex funcionarios, que les permitiría entorpecer la investigación.
Y por encima de ambos, como garante de las privaciones ilegales de la libertad, actuaba el ex presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Huevo Duro Lorenzetti, ahora reconvertido en un albertista de la primera hora posterior a la caída de Maurizio Macrì, quien aspira a recuperar la presidencia del tribunal.

Martín Irurzun, izquierda: una atenta escucha.


Todo comenzó en Macondo

Es inconveniente olvidar que estas aberraciones comenzaron junto con el gobierno de Cambiemos en la provincia de Jujuy, con la detención de la dirigente de la organización social Túpac Amaru, Milagro Sala.
La justificación la dio el entonces presidente de la UCR, Ernesto Sanz, en una entrevista con Cristina Pérez en la radio Mitre del Grupo Clarín.

Sanz le hizo lo que denominó “una confesión de real política. Gerardo Morales asume el día 10 de diciembre. Si Morales no hacía lo que hizo, el día 11 de diciembre en menos de 24 horas dejaba de ser el gobernador. Porque en Jujuy lo que gobernaba no era Fellner y la institucionalidad. Gobernaba Milagro Sala con un Estado paralelo y ese Estado paralelo le impedía ser a Morales gobernador desde el primer día”.

Su argumento es idéntico al que formuló cuatro años después el presidente del Superior Tribunal de Justicia de Jujuy, el diputado radical Pablo Baca, quien en 2015 votó la ampliación del tribunal que desde entonces integró.

En conversación con una diputada amiga, Baca dijo que Milagro “está presa porque ese bendito tribunal entiende que si ella está suelta es un peligro para el gobierno; no por sus delitos, sino para que no tengamos que volver al quilombo permanente, a los cortes, a la quema de gomas”.

Esta semana se difundió la noticia de que para impedir el juicio político promovido por la oposición, Baca había presentado su renuncia. Pero luego se informó que sólo había pedido licencia, y por la tarde comenzó el procedimiento que busca su remoción, a raíz de las afirmaciones acerca de la injerencia del Poder Ejecutivo, es decir Morales, sobre la Justicia, para mantener detenida por razones políticas a Milagro Sala.

Pese a que critica al titular del Ministerio Público, Lello Sánchez, Baca dice que todos forman parte del mismo equipo, del que Morales es el jefe.


El carcelero y su rehén.

La versión que circuló es que ese jefe le había advertido que si no retiraba la renuncia quedaría excluido del equipo y pasaría de ser perseguidor a perseguido, pero El Cohete a la Luna pudo comprobar que nunca ingresó al Superior Tribunal otra cosa que la solicitud de licencia.
El jueves se abrió el procedimiento de juicio político a Baca y el viernes se conformó la comisión acusadora, con tres legisladores oficialistas y dos opositores, que tendrá un mes para investigar y dictaminar.

En un diálogo con el recauchutado infotainer del Grupo Clarín, Jorge Lanata, Morales dijo que Milagro Sala debería estar en una cárcel común, en contra de lo ordenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en una medida cuyo cumplimiento obligatorio fue ratificado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, de la que ahora depende la libertad plena de Sala.
No se registraron protestas por esta intromisión del Poder Ejecutivo en decisiones judiciales.

Morales mostró el mismo día una veta sorpresiva, al designar como titular de la Oficina Anticorrupción de Jujuy a Diego Capusotto.
El gran actor compuso un personaje al que llamó Josefa Herrera.


En su primera presentación, caracterizado como una señora muy modosa, se supo que era militante de la UCR y que había asesorado a Morales.
Pedro Saborido concibió este diálogo desopilante para el nuevo personaje de la galería de Peter Capusotto y sus videos:

- ¿Va a tener independencia a la hora de investigar hechos de corrupción, dada su cercanía al radicalismo?.

- Voy a tener independencia porque esas son las instrucciones del señor gobernador... - respondió el incomparable Capusotto.

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