miércoles, 29 de diciembre de 2021

UNA HISTORIA DE EUROPA IX, de Arturo Pérez Reverte - 16/8/2021

Cosa de unos setecientos años antes de que naciera Jesucristo, siglo más o menos, Grecia seguía sin ser un país ni un estado propiamente dichos.
Eran varias ciudades autónomas llamadas poleis, cada una a su aire, independientes unas de otras, que a veces se hacían la puñeta entre sí.
La economía de cada una funcionaba razonablemente bien, la peña viajaba y negociaba por mar y por tierra, trincaba dinero, descubría nuevos modos de hacer las cosas.
Fue entonces cuando las clases dirigentes aristocráticas de toda la vida empezaron a perder aceite, siendo sustituidas las monarquías locales por otras formas de gobierno más adecuadas a tales tiempos y situaciones.
Los ciudadanos, además, participaban activamente en la defensa de su ciudad sirviendo en el ejército, lo que les daba una serie de privilegios.
Fueron imponiéndose así formas de gobierno más o menos populares, como las figuras del legislador y el tirano (esta última es una palabra que ahora tiene mala prensa, pero entonces incluía tanto a malvados de película como a gente muy decente).
Hubo, en fin, de todo.

Pero lo importante, lo decisivo, es que en esas ciudades - estado, y sobre todo en la llamada Atenas, acabó por instalarse un sistema político nuevo en la historia de la humanidad: la democratia, o gobierno del pueblo.

Simplificando mucho, el truco del almendruco consistía en que todos los ciudadanos tenían obligación de prestar servicio, en caso de guerra, en las llamadas falanges de hoplitas, que eran soldados equipados con armadura y escudo (el hoplon que les daba nombre). En esa infantería de élite no había privilegios, y servían por igual los ciudadanos ordinarios y los de las clases altas que podían costearse una armadura (Sirva al bien general, al estado y al pueblo, el hombre que, de pie en la vanguardia, pelea tenaz, olvida la huída infamante y arriesga la vida, escribía en el siglo VII antes de Cristo el poeta Tirteo).

Y dato fundamental: para ser ciudadano como los dioses mandaban no era suficiente tener viruta y propiedades.
Podías ser un millonetis total, podrido de pasta, pero no tener derecho al voto y no comerte una rosca.
Era la función militar, la disposición a servir en caso de guerra (ahí donde lo ven, el filósofo Sócrates combatió en tres batallas como hoplita ateniense, el tío), la que daba al ciudadano un prestigio y un estatus especial, convirtiéndolo en parte de una fuerza política con voz y voto en la asamblea de la ciudad.

Ser hoplita en caso de zafarrancho y tener una propiedad rural era ya la pera limonera: acceder a lo máximo en derechos y libertades, hasta el punto de que perder la ciudadanía (a perderla se le llamaba atimía) se consideraba una deshonra (atimía y estar deshonrado eran sinónimos).

Vista desde el siglo XXI, claro, aquella democracia, limitada a unos fulanos con derechos mientras otros más tiesos carecían de ellos, parece imperfecta.
Lo de gobierno del pueblo no era del todo exacto: se beneficiaba sólo una parte de la ciudadanía; y el resto, esclavos incluidos, quedaba fuera.
Sólo en los momentos de democracia radical de Atenas (que todo iba a llegar con el tiempo) se dio cuartelillo ciudadano a los que no tenían donde caerse muertos.

Pero lo que importa, pues no conviene juzgar el pasado con criterios del presente, es que nunca hasta entonces en el mundo antiguo se había logrado que la gente manejase su propio destino.
O sea, en la puta vida.
Para hacernos idea, fíjense, mientras hacia el siglo VI antes de Cristo en Atenas o Tebas se debatía ya en asambleas ciudadanas, en la Europa oscura del oeste y el norte se consolidaban, todavía para un rato largo, groseros sistemas aristocráticos basados en la riqueza y la fuerza bruta, dirigidos por verdaderos animales analfabetos (y algunos todavía lo siguen siendo).
Lugares éstos, futuros países y naciones europeos, la mayor parte de los cuales, ojo al dato, no conocería la democracia hasta dos mil seiscientos años después.

El caso es que esas modestas ciudades griegas empezaron de ese modo, tacita a tacita, casi sin proponérselo, a construir un mundo que hoy llamamos clásico y que generó la política, la filosofía, la ciencia, la literatura y el arte que acabarían definiendo la Europa de los siglos posteriores.
Su alma, vaya.
Nuestra riqueza cultural y nuestra inteligencia política.

Pero no fue fácil, por supuesto.
Costó muchos sobresaltos, muchas discordias y mucha sangre.
No todo lo arreglaba la democracia.
Aquellas ciudades griegas se aliaban o enfrentaban entre sí, y en ese juego de fuerzas del que Atenas acabaría saliendo vencedora moral, dando base ideológica a lo que hoy llamamos Grecia clásica, otra ciudad llamada Esparta tuvo un papel decisivo.
Y de ella y sus ciudadanos (los tipos y tipas más duros de la antigüedad clásica, ríanse ustedes de Clint Eastwood y Chuck Norris), hablaremos en el próximo capítulo.

[Continuará].

EL BOMBARDEO OLVIDADO, de Diego Kenis - 26/12/2021

12 de septiembre de 2021.
Walsh reconstruye un hecho decisivo en el derrocamiento de Perón


El avión que acompañaba al 2-0-12. Fue alcanzado por la antiaérea pero logró aterrizar. Foto: gentileza familia Vissani.

En septiembre se cumplieron 66 años del derrocamiento de Juan D. Perón.
Tres meses después del bombardeo sobre la Plaza de Mayo, el accionar golpista se desplegó igual de feroz por el país.
La Base Naval de Puerto Belgrano, en el sudoeste bonaerense, era uno de sus puntos neurálgicos.
Los aviones navales, en “misión de guerra”, regaron en varios kilómetros a la redonda más de 600 bombas.

En Saavedra, una tranquila localidad serrana, el ataque puso en riesgo a toda la población, que debió huir hacia los cerros.
Rodolfo Walsh relató los hechos en dos reportajes.
Era un periodista y escritor de menos de 30 años, adherente a los vencedores de entonces.
Apenas unos meses más tarde, su oficio comenzaría a llevarlo hacia otros rumbos.
Dos décadas y otras tantas dictaduras después, el Terrorismo de Estado interrumpió su reescritura de aquellas viejas crónicas.

Las horas caerán lentas, más que de costumbre, en el domingo electoral de Saavedra.
Calles angostas y vacías, al pie del sistema serrano de Ventania, sudoeste bonaerense: alrededor de 3.000 habitantes, 112 kilómetros al norte de Bahía Blanca por la Ruta 33.

Salvo en una de las dos escuelas del pueblo, con mesas de votación habilitadas, no volará una mosca.
Los búnkers partidarios se ubican en Pigüé, cabecera municipal desde mediados de la Década Infame.
El último intendente en jurar en Saavedra antes de ese cambio era conservador.
Fue asesinado en la Cámara de Diputados bonaerense por un legislador radical del mismo distrito, al que previamente había amenazado de muerte.
Tiempos violentos.
No los primeros, tampoco los últimos.

Toda esa historia late debajo de calles y veredas que parecen cobijarse en una siesta protectora ante los malos recuerdos.
Hay varios: las sierras que custodian cada amanecer saavedrense atestiguaron el primer genocidio argentino.
Esos cerros, “cuyos ásperos contornos se divisaban hacia el norte, dulcificados por la pincelada azul de la distancia”.

Rodolfo Walsh siempre encontraba lo distintivo de un cuadro que invitaba a ser narrado: el efecto visual hace que, desde el pueblo, las sierras se vean azuladas.

Walsh lo detectó en septiembre de 1956, cuando llegó a Saavedra para cubrir para la revista Leoplán los homenajes en el primer aniversario de la muerte de tres aviadores navales, cuyo anfibio Grumman había sido derribado tras una mañana de febril bombardeo sobre el epicentro de la localidad, la estación de trenes.
Un episodio olvidado fuera de la región en que ocurrió, perpetrado a 600 kilómetros y sólo tres meses después de la descarga homicida sobre la Plaza de Mayo, y con consecuencias decisivas para el derrocamiento del gobierno constitucional de Juan Domingo Perón.

Serrano y ferroviario por entonces, hoy a Saavedra sólo le quedan las sierras.
Pero en 1955 era un nodo de vías tan importante que fue uno de los pocos puntos marcados en el mapa bonaerense que abre Cuando los duendes cazan perdices, el gran estreno cinematográfico de ese año.
La película sitúa su trama en un pueblo similar, en que florecían casa obreras.
Como aquellas que rodeaban, y siguen rodeando, a la estación bombardeada.

Muchos años después, hacia fines de milenio, en ese mismo lugar se filmó otra película: La sonámbula, dirigida por Fernando Spiner sobre textos de Ricardo Piglia, ilustra con un futuro distópico las contradicciones de una revolución de ficción.
Como la que a mediados de siglo eligió autonominarse así, para mostrarse en pocos meses dictadura y fusiladora.

Aquel avión golpista, que acababa de descargar sus bombas sobre el pueblo, se precipitó a tierra tras ser alcanzado por una antiaérea ubicada en un predio deportivo que este domingo contribuirá con su silencio a las horas mansas de la jornada electoral.
Muy distinto a aquel 18 de septiembre, también domingo y vísperas de primavera, que clausuraría por largo tiempo al pueblo argentino su oportunidad de elegir libremente.

Cartas vencedoras

La reciente publicación del libro de cartas de Walsh al académico norteamericano Donald Yates volvió a ofrecer elementos para poner en perspectiva a aquel periodista que escribió la mayoría de ellas con menos de treinta años.
Como reseñó Marcelo Figueras en la última edición de El Cohete, el Walsh de la segunda parte de los ‘50 ya mostraba destellos de talento y perspicacia, pero iría moldeando su literatura al tiempo que comenzaba el lento camino de su reconfiguración política.

La carta 24 de la colección está fechada en La Plata el 9 de noviembre de 1955, “a mi regreso de Bahía Blanca, donde fui a hacer un reportaje para una revista”.
La nota que referencia se publicaría recién el 21 de diciembre siguiente bajo el título “2-0-12 no vuelve”, en alusión a la numeración del avión derribado en Saavedra.

Ni en la carta ni en la nota periodística hay datos que permitan saber si Walsh estuvo en Saavedra ya en 1955 o si su única visita a la localidad fue un año más tarde, cuando se inauguró un monolito de homenaje al capitán de fragata Eduardo Estivariz, el teniente de fragata Miguel Irigoin y el suboficial radioperador Juan Rodríguez, los tres aviadores navales cuyos nombres son hasta hoy los de tres calles del pueblo en que murieron.


Contraalmirante Rial en la inauguración del monolito.
Foto La Nueva Provincia.

En cambio, la narración epistolar a Yates sí amplía información sobre el escritor y sus circunstancias.
Walsh refiere haberse encontrado en Bahía Blanca con su hermano Carlos, aviador como él mismo había soñado ser en tiempos tempranos de su vida.
Y agrega que el viernes 16 de septiembre, cuando se sublevó la base aeronaval de Espora, Carlos fue designado “comandante de la escuadrilla de ataque” conformada por unos 30 aviones, la mitad de los que componían la fuerza.

Bahía Blanca había sido tomada el mismo día por la Infantería de Marina y el objetivo de la aviación naval era evitar que las tropas del Ejército leales al gobierno democrático lograsen avanzar hacia las bases de Espora y Puerto Belgrano, lo que habría significado el fin del intento golpista.
“Finalmente lo consiguieron en una gran batalla que duró todo el día 18, en 100 kilómetros a la redonda de la ciudad”, le cuenta Walsh a Yates, añadiendo un párrafo en que derramaba su admiración de entonces por el hermano piloto.


La infantería de marina ocupando Bahía Blanca.
Foto La Nueva Provincia.

En el extremo norte de ese gran círculo regional, a pocos kilómetros del Arsenal del Ejército de Pigüé, estaba Saavedra.
Los aviones navales volaron puentes y vehículos en toda la zona, pero especialmente enfocaron en ese pueblo al pie de las sierras, al que habían logrado llegar algunas tropas leales.

Un domingo bajo fuego

Aquel domingo 18 de septiembre de 1955 no se oyeron las campanas anunciando misa y el miedo suspendió la liturgia laica de tallarines familiares.
Habitual para la época del año, el fin de semana había asomado inestable, con fuertes tormentas sabatinas que fueron diluyéndose al iniciar el día siguiente.
Los recortes no ofrecen precisiones sobre la mañana dominical en la zona.
El cronista de La Nueva Provincia, que había vuelto a ser controlada por la familia Massot, la percibió “de sol radiante y clima agradable”.

Su colega del diario peronista El Atlántico, intervenido inmediatamente por la Armada, la reconstruyó fresca y con cielo cubierto, aunque advirtió que “nadie sabe estos días cuando hace frío o calor; o cuando llueve o está nublado”.

Lo más probable es que el cielo estuviera despoblado de nubes porque, ya desde el alba, los aviones sobrevolaban la región. Durante todo el domingo se asentarían en los registros navales 264 salidas “en misión de guerra”, que demandarían 66 pilotos y descargarían 646 bombas.
En Río Colorado volaron un tren que transportaba combustible, y en varios caminos de la zona atacaron a las tropas del Ejército.



A media mañana comenzaron a pasar, rasantes, sobre la estación ferroviaria de Saavedra.
Seis tanques y otras tantas unidades blindadas estaban siendo descargadas de un tren por las tropas leales.
Sospechando la presencia de soldados en las casas aledañas o debajo de unas chatas detenidas en el andén, los aviones navales iniciaron un feroz bombardeo, con ataques en parejas y cada 40 minutos.
A metros de las casas más cercanas, arrojaban bombas aptas para dañar vehículos blindados.

La mayor parte de la población, que no había resistido a la llegada de las tropas leales, comenzó a abandonar sus hogares rumbo a los campos vecinos a las sierras.
Columnas civiles poblaban los caminos rurales o trazaban un zigzag sobre el paño verde amarillento del invierno.
Como una metáfora cruel para con su historia, ese tranquilo pueblo ferroviario despidió a sus habitantes con el estallido de una locomotora.
El éxodo se intensificó cuando, instantes después, la antiaérea alcanzó al 2-0-12.

El avión se precipitó sobre un galpón ubicado a unos 2.000 metros del pueblo, chocando contra el tractor y la trilladora guardados en su interior.
En su reconstrucción del hecho, Walsh concluyó que su comandante, Estivariz, ya habría sido herido de muerte.
De otro modo, estimó, no hubiera impactado contra una construcción, cuando estaba volando sobre grandes extensiones de campo desierto.
El violento choque provocó la explosión del depósito de combustible y dos bombas.
Del 2-0-12 no quedaban ya más que hierros retorcidos.
Se había desintegrado por la detonación de su propia carga letal.

El capitán Estivariz, el oficial de más alto grado muerto en aquellos días de 1955 en el país, era el mejor amigo de Carlos Walsh.
Esa fue la razón que motivó a su hermano periodista a contar la historia.
Durante ese año, nadie dedicó una atención similar a la tripulación malograda.
El periódico saavedrense La Semana y la prensa de Bahía Blanca, que reproducían vítores al movimiento golpista, agotaron los obituarios en unas pocas líneas de ocasión.
Recién en la primavera siguiente, al cumplirse el primer aniversario del hecho, los nombres de los aviadores muertos concentraron la disposición de altares impresos de loas.

En cierto modo, una combinación de decisiones personales y azar determinó el destino de los tres tripulantes.
Estivariz había sido desplazado de su función días antes y se instaló en una quinta en las afueras de Buenos Aires, pero regresó a Bahía Blanca apenas supo de la conspiración en ciernes.
Voló en rebeldía.

Sus camaradas no querían que lleve consigo al radioperador Rodríguez, que por su doble condición de suboficial y correntino estaba sospechado de simpatizar con el peronismo.
Jefe y subordinado acordaron subir a la aeronave.
El tercer miembro de la tripulación, el teniente Miguel Irigoin, cumplía el rol de artillero.
Mickey, como lo llamaban en los círculos sociales del rugby y la Armada, tenía un hermano menor que era cadete y había sido diagramado a otra aeronave.
A último momento, pretendió cambiar lugares con él.
Consideraba que era más seguro para su hermano menor viajar junto a un oficial de mayor experiencia, como Estivariz.
Pero el capitán se opuso.

En el instante final, cuando ya el avión había sido alcanzado por el disparo de antiaérea y caía sin control, uno de los tres se asomó a la puerta y se preparó para saltar.
Nunca sabremos quién era, ni por qué no lo hizo.


Los aviadores navales caídos en Saavedra: Estivariz, Irigoin y Rodríguez.

Por dos pesos

Los hombres que integraban los autodenominados “comandos civiles” se preparaban, mientras tanto, para tomar la comisaría local.

En esas horas comenzó a manifestarse un primer quiebre dentro del activismo antiperonista.
Algunas familias eran socialistas o radicales.
Otras, simplemente expresaban su odio de clase.
Mientras sus esposos se comunicaban con la base de Espora para anunciar la ocupación de la sede policial, algunas mujeres comenzaban a pasearse por la avenida principal entonando cánticos festivos porque volverían a tener “sirvientas por dos pesos, otra vez”.

Quienes habían dejado sus hogares se cobijaron en galpones, graneros y casas de puesteros.
Esa noche, pocos lograrían pegar un ojo.
El invierno se despedía y la primavera comenzaba a rociar su perfume sobre los campos, pero los traumáticos recuerdos recientes impedían percibir lo cotidiano.
Levantando la vista, las sierras asomaban, inusuales, escapando del telón de habitual oscuridad.
Emergían de pronto, intermitentes, iluminadas por los reflectores del Ejército en busca de nuevos vuelos bombarderos.

Las horas siguientes confirmaron el derrocamiento de Perón.
En el distrito de Saavedra, que hasta entonces gobernaba, la militancia peronista se volcó durante la larga proscripción al trabajo en entidades de bien público, como cooperadoras y cooperativas. Pese a la adversidad, presentó listas bajo nuevos sellos en algunos turnos electorales, con una hasta entonces inédita participación femenina.
Tampoco abandonó la pertenencia gremial, en particular en los sindicatos ferroviarios.

La memoria en su laberinto

El peso traumático de aquel último domingo invernal de 1955 se fue diluyendo en el relato, construido acaso como forma de autoprotección, o tácito bálsamo para los enconos locales cuando todavía ardían.

Las narraciones orales tendían a disminuir la potencialidad letal del bombardeo y la intencionalidad de sus ejecutores.
El caso más tragicómico es el de una versión que decía que el avión de Estivariz habría sido derribado tras la rendición de las tropas leales, cuando sobrevoló para saludar a las que estuvo combatiendo, que habrían tardado en recibir la noticia.

En esta nota se han utilizado, para reconstruir los hechos, diversas fuentes.
Las notas escritas por Walsh, su carta a Yates, recortes periodísticos saavedrenses y bahienses, testimonios orales que escaparon a la dilución y La revolución del 55, de Isidoro Ruiz Moreno, escrito desde el bando de los vencedores pero abundantemente documentado. Todos coinciden en la magnitud y gravedad de los hechos, que pudieron terminar con mayor pérdida de vidas.

También se instaló como verdad que el éxodo rumbo a los campos había sido en vano, porque el objetivo de la aviación naval no había sido matar civiles.
A veces será necesario convencerse de que la muerte no pasó tan cerca.
En el momento debió haber sido difícil sentirlo así, con las bombas zumbando sobre los techos y con el recuerdo de las noticias de las radios porteñas, en junio de ese mismo año, todavía fresco en la memoria.

La revisión histórica muestra otra realidad: la de un trabajador rural que escapaba de las bombas junto a su familia y, súbitamente, detuvo su marcha para siempre.
Los registros adjudicaron el fallecimiento a causas naturales y el cadáver se enterró sin velatorio, pero los testimonios orales indican que en su cuerpo se dejaba ver el rastro rojo de una herida mortal.

Walsh en reescritura

Cuando el 18 de septiembre de 1956 Walsh visitó Saavedra para escribir su segunda nota sobre lo sucedido allí exactamente un año antes, los fusilamientos del basural de José León Suárez ya habían ocurrido.
Pero el periodista, que en pocos meses cumpliría treinta años, todavía no sabía que algunos fusilados habían logrado escapar de la muerte.

“Aquí cerraron sus ojos”, se tituló la nota que Walsh escribió después de asistir al acto en que se inauguró un monolito recordatorio, construido con piedras serranas y coronados por la hélice de un Grumman como el caído allí.


La primera página del reportaje de Walsh en Leoplán.

Isaac Rojas, ya convertido en un emblema del antiperonismo, había prometido su asistencia tras participar de un acto en la Base Naval de Puerto Belgrano.
Pero finalmente decidió retornar a Buenos Aires y envió en su reemplazo al contraalmirante Arturo Rial, que había comandado la conspiración en el sudoeste bonaerense.
Entusiasmado, La Nueva Provincia narró que se acercaron a recibirlo “desde el lujoso automóvil hasta la humilde chatita de tracción a sangre”.
Para entonces, Rial ya había definido a la dictadura que integraba como el movimiento que aseguraría que “en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero”.

Junto a Oscar Alende, que integraba la Junta Consultiva Nacional creada por los militares, firmaron el acta de entrega del monumento a la Municipalidad local.


El monolito construido con piedras serranas y la hélice de un Grumman como el caído allí.

Tanto “Aquí cerraron sus ojos” como su antecesora de un año antes, “2-0-12 no vuelve”, son piezas elegíacas del Walsh antiperonista que retratan las cartas que en la misma época dirigió a Yates.
La última nota lleva un subtítulo elocuente: “A un año de la gloria y de la muerte”.

Pocas semanas después de entregarla a la imprenta, su autor escuchó el comentario sobre “un fusilado que vive” y comenzó un largo camino de reconfiguración en su obra e identidad política.
En el camino, descubriría al mundo un nuevo género periodístico y a toda una generación, una forma de militancia.

Dos décadas y otras tantas dictaduras después, una patota de la misma Armada lo emboscó en una esquina de Buenos Aires y poco más se supo de él.
El operativo incluyó un allanamiento clandestino de su casa de San Vicente y el robo de sus papeles personales.
Entre ellos, el cuento inconcluso “El aviador y la bomba”, en que se proponía reescribir lo ocurrido en 1955 pero desde el punto de vista de los vencidos.
Junto al borrador, siempre llevaba las copias de aquellas notas sobre el bombardeo olvidado de Saavedra.

LOS AÑOS QUE VIVIMOS EN PELIGRO, de Horacio Verbitzky - 26/12/2021


La pandemia, la deuda con el FMI, cuya auditoría no es auspiciosa, los salarios que no recuperan lo perdido con Macrì, el caos de la oposición y una Justicia en pie de guerra, conforman el cuadro con el que termina 2021 y comienza la segunda mitad de la presidencia de Alberto Fernández, cuya insistencia en una hipotética reelección desconcierta a propios y ajenos.

¿Carla o Tony?

Con pocas horas de diferencia los principales especialistas sanitarios de la Argentina y Estados Unidos formularon pronósticos opuestos sobre el comportamiento de la pandemia, a partir del predominio de la variante ómicron.

Aquí, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, dijo que ya no se medirá la cantidad de contagios, sino la de internaciones y la de óbitos.
Esto se debería a que ómicron es más contagiosa pero menos letal, lo cual se refleja en un incremento mínimo de la presión sobre el sistema sanitario y la cantidad de personas que pierden la vida.

Por el contrario, el asesor en temas de salud de la Casa Blanca, el infectólogo Anthony Fauci, advirtió en la cadena estadounidense de noticias CNN que la fulminante propagación de ómicron hará que en pocos días más queden desbordados los hospitales y haya una fuerte presión sobre los servicios funerarios.
Sin embargo, el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, declaró que no se prevé imponer restricciones porque todos los decesos conocidos de ómicron se produjeron en personas no vacunadas.
Entre los vacunados, los síntomas son leves, dijo.

Los especialistas no coinciden.
Como dijo un presidente argentino muy recordado en estos días, dar buenas noticias es lindo.
Pero no siempre es serio.


Vizzotti y Fauci: ¿cómo viene la mano?

La Argentina tiene un porcentaje de vacunación más alto que Estados Unidos, y uno de los primeros del mundo, con más de 80% de la población con una dosis y más de 70% con dos.
Aquí los militantes antivacuna y anti pase sanitario, como los que agredieron a periodistas de Radio con Vos e intentaron cortar la transmisión de Crónica televisión, son fanáticos pero minoritarios, en comparación con Estados Unidos y con algunos países europeos, como Francia.
En Nueva York, el alcalde Bill de Blasio llegó a ofrecer 100 dólares a quienes se aplicaran una dosis de refuerzo en lugares públicos antes de fin de año.

En marzo, cuando se cumplan dos años desde el arribo del virus a la Argentina, será posible evaluar la justeza de cada uno de estos pronósticos.
Pero cualquiera sea ese saldo, los gobiernos en todo el mundo anhelan dejar atrás esta pesadilla y volver a alguna forma de normalidad.
El riesgo es que este deseo se convierta en voluntarismo y logre el efecto contrario al buscado.

Aunque el gobierno prefiera no hablar del tema, porque cree que su insistencia en contabilizar hospitales, camas, respiradores, infectados y occisos fue la causa principal de su decepcionante desempeño en las elecciones de septiembre y noviembre, su preocupación es grande, por los costos intrínsecos a la situación y por su efecto sobre la economía, cuya recuperación vigorosa podría ser afectada.
El crecimiento de este año superará el 10%, y la desocupación bajó al 8,2% en el tercer trimestre (pero llegaría al 12% si se incluyera a quienes reciben planes sociales).
Esta inquietud no excluye a quienes desde el oficialismo creen que el traspié electoral tiene que ver con el estancamiento del empleo y el salario antes que con la pandemia.


La auditoría del FMI

Otra de las cuestiones principales en torno de las que gira la vida política del país es la negociación por la deuda con el Fondo Monetario Internacional cuyo directorio difundió el miércoles 22 su auditoría interna sobre el crédito stand - by que concedió a la Argentina en 2018.
La portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, dijo que esa revisión dirigida por el economista noruego Odd Per Brekk, que no es especialista en la Argentina ni en América Latina, sino en Asia y el Pacífico, es una tímida autocrítica, que debería avalar un trato preferencial al nuevo gobierno.
El Presidente Alberto Fernández calificó el informe de “lapidario”, y el Ministro de Economía, Martín Guzmán, lo consideró un avance pero insuficiente.
Para el FMI, debe corregirse la laxitud con que se permitió a la anterior administración manejar la economía.
Una interpretación lleva a la indulgencia, la otra refuerza la exigencia.

El secretismo de las negociaciones no ha dado grandes resultados.
Hasta ahora, ese Fondo al que se presenta como amistoso y comprensivo ha rechazado todas las solicitudes argentinas: ni estirará la duración del acuerdo de Facilidades Extendidas más allá de los diez años usuales, ni atenuará las sobretasas por el volumen excesivo del préstamo.
Tampoco hay decisión tomada sobre la posibilidad de que otros países cedan a la Argentina su parte en la ampliación de Derechos Especiales de Giro que dispuso este año.
En verdad, la fuga de capitales y los padecimientos de los más débiles eran evidentes antes de que el Fondo los incluyera entre su nómina de cosas que no salieron bien.
Como dijo Alberto: “Nosotros se lo contamos al Fondo, que debió admitirlo”.


Llegó Papá Noel. Ilustración de Azul Blaseotto.

La auditoría incluye una revisión de todos los acuerdos que la Argentina firmó con el Fondo en seis décadas.
No se refiere a tal o cual gobierno, sino al país que representaron.
El gobierno celebró la publicación del informe, porque constata sin atenuantes que el programa fracasó, dice que debieron implementarse controles de capital para evitar la fuga y acuerdos de precios y salarios para que no sufrieran los ingresos populares, pero en su texto falta la explicación política que justificaría un trato preferencial compensatorio.
Ni una palabra sobre la decisión del accionista mayoritario del organismo, que es el gobierno de los Estados Unidos, de apuntalar al gobierno de Maurizio Macrì para favorecer su reelección, ya que era considerado un modelo para la región.
Lo confesaron el propio Macrì en la entrevista que en su momento concedió a la televisora estadounidense CNN, y quien fuera el representante del entonces Presidente Donald Trump, Mauricio Claver - Carone, durante un seminario en Chile.

Por el contrario, la única referencia política en el dossier del FMI apunta a las expectativas adversas que crecieron con la probabilidad de que la buscada victoria electoral de Macrì se frustrara, lo cual le impuso un inconveniente gradualismo y le impidió realizar las reformas estructurales que el Fondo reclamó, reclama y reclamará, las que Macrì promete si se produjera su anhelado segundo tiempo. Esa falta de confianza de los mercados llevó a refinanciar la deuda privada que iba venciendo a plazos cada vez más breves y tasas más altas, hasta que el acceso al crédito voluntario se cerró por completo, agrega.
El famoso sudden stop, el parate fulminante.

A la actual oposición, la auditoría le sirve para clamar que todos los problemas se deben al peronismo y tanto Cerruti como Guzmán lamentaron que nada haya dicho sobre el incumplimiento de los propios estatutos de la organización.
Peor aún, la auditoría recuerda que en 2018 el FMI señaló como inconsistente y discrecional la estrategia cambiaria del Banco Central, lo cual erosionó las reservas.
No lo dice, pero todos lo saben, que a raíz de ello Christine Lagarde exigió el alejamiento de Luis Caputo del BCRA, donde lo reemplazó Guido Sandleris, quien cumplió con las restricciones que exigía el Fondo.

Esos párrafos de la auditoría empeoran la posición de Caputo en la causa penal que lleva la jueza María Eugenia Capuchetti y cuyo fiscal es Franco Picardi.
Pero aún si el Messi de las finanzas fuera procesado por defraudación, y su predecesor y sucesor, Federico Sturzenegger y Sandleris por incumplimiento de sus deberes funcionales, lo mismo que Macrì y Nicolás Dujovne, esto no modificaría la actitud hacia la Argentina del Fondo, que con esta mención está diciendo que fue más cuidadoso que el gobierno de entonces.

Tal como destacó Alberto en un tuit, el Fondo mencionó la fuga de capitales (lo hizo en el comunicado de prensa, en el resumen ejecutivo, en la evaluación del directorio y en el punto 9 del dossier), que junto con la creciente cancelación de deudas que mejor hubiera sido renegociar presionó sobre el tipo de cambio, lo cual «dañó los ingresos reales, dada su alta transferencia a la inflación, debido a la extendida dolarización e indexación».
Pero la evaluación afirma que el Fondo siguió las políticas y procedimientos pertinentes, que en las sucesivas evaluaciones advirtió de estos riesgos pero le «resultó difícil comprometer a las autoridades en planes de contingencia».

La auditoría se realizó porque la Argentina recibió un préstamo trece veces mayor del máximo que le correspondía por su cuota en el capital del FMI, que se denomina de Acceso Excepcional.
Su texto reconoce, tal como dice el gobierno, que la inflación no es un fenómeno exclusivamente monetario, sino multicausal.
Pero entre esas causas del fenómeno el FMI considera la puja distributiva y la insuficiencia de las exportaciones.
Según la evaluación del directorio «la estrategia y las condicionalidades del programa no fueron lo suficientemente robustas para enfrentar los problemas estructurales profundamente arraigados de la Argentina».

Algunos directores cuestionaron que el gobierno anterior no haya emprendido una reestructuración de deuda privada y control de capitales (dos cosas que sí hizo el actual gobierno), pero otros directores «cuestionaron la factibilidad de implementar tales medidas, cuando un objetivo clave del programa era restaurar la confianza del mercado».
Lástima que no identifique qué directores lo plantearon así.

¿Qué se supone que propondrá el Fondo para corregir esos problemas estructurales:
  • merma de la enorme rentabilidad empresarial o
  • rebaja de salarios y retraso de jubilaciones o
  • fortalecimiento del mercado interno, o
  • mayor superávit comercial vendiendo lo que sea?
Si a la España de Pedro Sánchez y Podemos, el FMI acaba de exigirle que abarate los despidos, qué puede esperar la Argentina del Frente de Todos..?
Pero también es cierto que la reforma laboral que la ministra Yolanda Díaz acordó con sindicatos de patrones y de trabajadores, amplía derechos, en vez de recortarlos.
La ilusión es lo último que se pierde.

En la foja 105 del dossier se dice que el programa que el gobierno de Macrì acordó con el FMI produjo “un rescate financiado por el FMI de los acreedores e inversores privados que durante los dos años previos al stand - by habían especulado con las oportunidades de bicicleta financiera [carry trade], aumentando la carga de la deuda para la Argentina, así como modificando su composición en divisas, sin ninguna consecuencia positiva en la economía real.
Entre fines de 2015 y la implementación de controles de capital en 2019, la formación de Activos Externos de residentes superó los 86.000 millones de dólares, una llamativa concentración de riqueza en manos de pocos actores económicos.
Un pequeño grupo de 100 agentes realizó compras netas por 24.679 millones de dólares, y los 10 primeros por 7.945 millones”.
No es para alegrarse: la auditoría lo consigna en el capítulo dedicado a las posiciones de las autoridades, pero no lo hace propio.

Uno de los pocos puntos a favor en la evaluación del directorio es que los programas del Fondo «deberían ajustarse a las circunstancias del país, incluyendo consideraciones de política económica, que podrían incluir el uso de medidas no convencionales, si fuera difícil aplicar políticas macroeconómicas estándar».
Genérico, pero propicio.

Cifras, nada más

Un informe de coyuntura del centro de estudios de la CTA, CIFRA, realizado por Pablo Manzanelli y Daniela Calvo, afirma que la recuperación de 2021 posterior a lo que denomina las dos pandemias, económica y sanitaria, siguió una trayectoria sinuosa.
Luego de la elevada expansión que se había registrado en el segundo semestre de 2020, el Producto Interno Bruto desaceleró su crecimiento en los primeros seis meses de este año, pero repuntó a partir del tercer trimestre.

Además de la segunda ola de la Covid - 19, el trabajo atribuye estos vaivenes a “la moderación de la política económica durante el primer semestre y la debilidad que encontró el proceso de recuperación del empleo y los salarios.
De allí que, en el marco de un elevado proceso inflacionario, la reactivación fue contemporánea a una caída significativa en el peso de los salarios en el PIB (del 49,8% al 40% entre el segundo trimestre de 2020 y mismo período de 2021)”.

Además, en el primer semestre el Ministerio de Economía desplegó una política fiscal moderada, que limitó la expansión del nivel de actividad.
"Esto se evidenció no solo en un ajuste del gasto primario respecto a 2020 sino en un nivel de gasto apenas superior al de 2019 si se excluye el único componente expansivo que fueron los subsidios económicos.
Es decir, un nivel de gasto primario similar al del megaajuste que puso en marcha Juntos por el Cambio en el marco del acuerdo con el FMI”.
Pero en el segundo semestre, y sobre todo después de las PASO, de julio a noviembre el gasto se expandió un 6,7% en comparación con el mismo periodo del año anterior”.

Esta expansión del gasto, afirman los economistas de la central de los trabajadores, “no provocó un desequilibrio monetario ya que en noviembre el nivel de la base monetaria fue inferior, incluso, a la de 2019 (6,3% del PIB)”.

CIFRA coincide con el Ministro Guzmán en su apreciación sobre el condicionante estructural que impone la fuerte carga de vencimientos de la deuda.
Luego de sendas reuniones con Alberto Fernández y CFK, Guzmán emprendió la tarea de explicar que lo que pueda acordarse con el FMI no será la solución del problema, y que serán necesarios nuevos acuerdos posteriores, porque las consecuencias del irresponsable endeudamiento contraído por Juntos por el Cambio durarán no menos de una década.
Lo que se va a firmar es malo e imposible de cumplir, comienza a comunicar el ministro.

La decisión de decir la verdad sobre lo grave que es la situación sobrevino luego de constatar la dureza del Fondo.
“Es imprescindible que el pueblo comprenda el punto en el que estamos y por culpa de quienes”, afirma una de las personas del gobierno involucradas.
No obstante, esto no garantiza una buena acogida, porque los gobiernos son votados para que solucionen los problemas, no para que expliquen la causa y la magnitud de las dificultades.

Guzmán ilustra su exposición con un gráfico en el que se observan los vencimientos que deberían pagarse luego de firmar el Acuerdo de Facilidades Extendidas que se discute con el FMI.


Los pagos por capital e intereses del Estado Nacional y de las provincias, a los acreedores privados, el club de París, el Fondo Monetario y los otros organismos multilaterales, no llegaría a los 10.000 millones de dólares en lo que queda del actual mandato presidencial, pero se empinarían entre 2025 y 2033, de un modo imposible de solventar.
De ahí la insistencia, tanto de Guzmán, como de Alberto y de Máximo Kirchner, para que la oposición explique cómo pensaba afrontar esos compromisos que, sin el acuerdo de facilidades extendidas, implicaría cerca de 20.000 millones anuales a partir del año próximo, es decir por encima del abultado superávit comercial que Guzmán calcula para este año por encima de los 16.000 millones de dólares.

Los investigadores de CIFRA, por su parte calculan que, tras el canje en 2020, el perfil actual de vencimientos con los tenedores privados, oscila en los 6.500 millones de dólares entre 2022 y 2024 y asciende a poco menos de 13.800 millones de dólares en promedio entre 2025 y 2031.
Esto, sin considerar al FMI y las letras intransferibles del Banco Central.

Si se suman, como corresponde, habría dos alternativas:
  • Si el acuerdo con el FMI incluyera 10 años de plazo, cuatro de gracia y un interés de 4,05% anual, los vencimientos totales ascenderían a un promedio de 9.500 millones de dólares en el período 2022-2025 y a 22.000 millones en 2026-2031.
  • Si se estirara el plazo a 15 años, con 3 de gracia y eliminación de los sobrecargos en la tasa de interés, cosa que por ahora no parece probable, esos vencimientos se reducirían a 7.000 millones entre 2022 y 2024 y a alrededor de 17.500 millones entre 2026 y 2031.
Más allá de los condicionamientos que busque imponer el FMI y que el gobierno procure impedir, la cuestión de fondo es la restricción al crecimiento derivada de esta carga de vencimientos de la deuda, relevante aun en la mejor hipótesis “para la sostenibilidad de la economía argentina.
De allí que se vuelve central la necesidad de consolidar el proceso de recuperación económica en el marco de políticas expansivas y, al mismo tiempo, reforzar la administración cambiaria”.

Producto Bruto y Participación de los Asalariados en el Ingreso


Cifra, sobre datos de INDEC. 4° trimestre de 2017 a 3° de 2021. Serie desestacionalizada. Indice salarial: 100 en el comienzo de la serie y %. El PIB en el eje izquierdo.

Esta evolución debe contrastarse con la de los precios al consumidor. 
“En un contexto de fuerte crecimiento de los precios internacionales, las empresas oligopólicas aceleraron su traslado a los internos en detrimento de los salarios y de las empresas de menores dimensiones.
Esto les permitió registrar una significativa recomposición de sus niveles de rentabilidad.
La contracara de ello fue que, como se vio anteriormente, la reactivación económica estuvo acompañada de la caída en la participación de las y los asalariados en el ingreso”.

Luego del terrible cuatrienio de Cambiemos, en que los salarios reales de las y los trabajadores registrados en el sector privado se redujeron 19%, y los del sector público 23,1%, hubo un incremento en los tres primeros meses de 2020, debido a los aumentos otorgados por el Frente de Todos a cuenta de futuras paritarias.
Pero volvieron a caer con la pandemia sanitaria y cerraron el año, con una variación interanual de - 1,3% en el sector privado y - 6,0% en el público, en relación a diciembre de 2019.

Se mantuvieron en el primer semestre de este año y tendieron a aumentar a partir de julio.
Aun así, los salarios reales de las y los trabajadores del sector privado se ubican 19,3% por debajo de noviembre de 2015, y los estatales 24,8% por debajo.

Salario real en el sector privado registrado y público


Cifra, en base a Indec. Índice Nov.15=100 Noviembre 2015-Septiembre 2021

Cada cual atiende su juego

El proceso electoral y sus coletazos anticipan el nuevo escenario para lo que resta del mandato presidencial.
La oposición está dividida en 10 bloques en la Cámara de Diputados y 7 en el Senado, lo cual la condujo a dos desastres en las primeras sesiones de Diputados:

Quería mandar el presupuesto a comisión (con lo cual hubiera tenido al gobierno de rehén durante meses, ya que mientras el proyecto tuviera estado parlamentario, el Poder Ejecutivo no podría firmar nuevos proyectos ni decretos sobre los mismos temas, como hizo el jueves prorrogando el presupuesto del año anterior) pero terminó votando en contra.
Esto liberó al gobierno de esa restricción y le dio mayor libertad, al mismo tiempo que exponía a Cambiemos a la peor luz pública.

Esto agrió las relaciones internas, sobre todo entre quienes gobiernan distritos y aquellos que sólo juegan a la política.
Pidió una sesión especial, no pudo formar el quórum, y cuando el oficialismo le dio el número, perdió la votación sobre las modificaciones a los impuestos a bienes personales y a las ganancias.
De este modo el gobierno consiguió aprobar uno de los puntos que la oposición le había bochado en el presupuesto: una rebaja del impuesto a los bienes personales para la clase media y un incremento para los más prósperos, tanto para los bienes declarados dentro del país (del 1,25% al 1,50% por más de 100 millones de pesos, y a 1,75% por más de 300 millones)como para los radicados en el exterior (del 1,25 al 2,25%).

Como era de prever, el diario La Nación sostuvo que esto desalentaría la inversión.
Pero cuando Macrì rebajó esas alícuotas a su mínimo histórica, con tendencia a cero, la inversión fue la más baja de la historia, de modo que no debe tomarse en serio esa cháchara avalada por denominados tributaristas, es decir asesores en evasión y elusión fiscal.

Los gobernadores que se sumaron a la estudiantina liderada por la voz cocobasilesca de Cristian Ritondo, que no se consigue así nomás, tendrán tiempo de arrepentirse.
No es que el gobierno los amenace, como dijo el ingenuo cordobés Juan Schiaretti, sino que ellos le pusieron en la mano esa herramienta deletérea.
Lo mismo habían hecho en 2010, pero no aprendieron de la experiencia.
La paridad de las dos coaliciones en ambas cámaras hace previsible una reiteración de episodios similares.
Rodríguez Larreta no se lo agradecerá a Ritondo, el adjunto de su ex subordinada María E. Vidal.


Cristian Ritondo: a la voz de aura.

El furor de la señal de noticias de La Nación contra los dirigentes opositores que manejaron la sesión, desbordó todos los límites, con periodistas violando off the records con dirigentes políticos para apostrofarlos en cámara en términos soeces.

Algunos miembros del PRO y la UCR comienzan a advertir que el odio contra la política distingue cada vez menos entre las distintas fuerzas partidarias y que, aún si volvieran al gobierno en dos años, deberían lidiar con un fenómeno inquietante.
Para ordenar este pandemonio, se tramita establecer una mesa de conducción de 15 miembros.
Para mesa chica, un poco exagerada, pero los términos de unidad no dan para más.

La situación en el oficialismo es más calma, porque hay una conducción, aunque no todos se resignen.
En una entrevista con el bisemanario Perfil y en una nota patrocinada en Infoemba (antes se llamaba publicidad no tradicional o chivo), el Presidente Alberto Fernández tomó distancia de la Vicepresidenta. 
Dijo que su experiencia no le servía de mucho porque las circunstancias habían cambiado, negó que fuera su jefa y anunció que dentro de dos años buscará la reelección, previa una primaria abierta.
Desde el kirchnerismo se decidió no responder, por sentido de la realidad.
Hablar en este contexto de la próxima elección presidencial no sintoniza con los intereses de ningún sector de la sociedad.
Tiempo al tiempo.

Entre una y otra coalición, basculan algunos personajes con ambiciones.
De aquí al 2023, está abierto el libro de pases.
Un anotado es el aún ministro de Seguridad bonaerense, el médico que quisiera ser militar Sergio Berni, quien rompió relaciones con la Vicepresidenta CFK, la criticó con dureza en una señal de noticias del Grupo Clarín y recibió un cálido elogio de Patricia Bullrich.

Aspirante a la presidencia, también es probable que Berni pase a revistar en las filas del Cero coma cinco por ciento, junto con otros expresivos admiradores del espejo, como Aldo Rico, Julio Bárbaro, Santiago Cúneo y Guillermo Moreno, es decir diez veces menos que el randazzismo residual.

Mantantirutirulá

Otro frente de conflictos irresuelto es la Justicia.
Un fallo de Casación (impulsado por Don Eduardo Riggi) sustrajo de Dolores la causa contra el agente de inteligencia Marcelo Sebastián D’Alessio y la trasladó al Estado Libre Asociado de Comodoro Py.
Y los camaristas de ese territorio semi - independiente, Cacho Bertuzzi y Mariano Llorens, mostraron para qué sirve esa mudanza: con la disidencia de Eduardo Farah, atribuyeron a cuentapropistas el espionaje ilegal sobre CFK, Horacio Rodríguez Larreta, Diego Santilli y Florencia Macrì, y separaron de cualquier responsabilidad a Macrì y Gustavo Arribas, entre otros.
Esto realza la necesidad de reformular ese sistema putrefacto, en cuyo vértice impera la República Autónoma del Cuarto Piso, con sus cuatro sátrapas, que una semana antes dictaron un fallo ridículo sobre el Consejo de la Magistratura, del que nos ocupamos hace una semana.
Uno de ellos, el ex intendente de Santa Fe durante la inundación de 1998, Horacio Rosatti, se beneficiará con su fallo si asume la presidencia del Consejo de la Magistratura.


Rosatti, intendente de Santa Fe durante la inundación de 1988: jurista con los papeles mojados.

La reforma de la Corte tiene la mayor urgencia.
En el Poder Ejecutivo se estudia la ampliación del número de sus miembros, con un nuevo magistrado o magistrada por cada provincia, lo cual podría movilizar apoyos al proyecto.
Desde la Justicia, se propone otra alternativa: aumentar de cinco a nueve los miembros de la Corte, con lo cual harían falta cinco votos para formar mayoría, y modificar la ley de conjueces, de modo que para integrar el tribunal esos conjueces se sorteen entre la totalidad de los jueces federales del país.
Ambas leyes podrían sancionarse por mayoría simple de ambas cámaras del Congreso, algo difícil pero de ninguna manera imposible de lograr.
Si esto no prospera habrá que releer la historia de Francia del último cuarto del siglo XVIII.


CARTA DE RODOLFO WALSH SOBRE LA MUERTE DE SU HIJA.

UN 29 DE DICIEMBRE DE 1976 RODOLFO WALSH DA A CONOCER UNA CARTA DONDE RELATA LA MUERTE DE SU HIJA VICKY OCURRIDA TRES MESES ANTES EN UN ENFRENTAMIENTO CON EL EJÉRCITO.
CONMOVEDOR Y ESTREMECEDOR RELATO DONDE QUEDA DE MANIFIESTO COMO FUERON AQUELLOS AÑOS DE PLOMO, AQUELLOS AÑOS DONDE HUBIERON JÓVENES DECIDIDOS A DAR SUS VIDAS LUCHANDO POR EL IDEAL DE UN MUNDO MEJOR PARA TODOS.

29/12/76

Carta a mis amigos

Hoy se cumplen tres meses de la muerte de mi hija, María Victoria, después de un combate con las fuerzas del Ejército.
Sé que la mayoría de aquellos que la conocieron la lloraron.
Otros que han sido mis amigos o me han conocido de lejos, hubieran querido hacerme llegar una voz de consuelo.
Me dirijo a ellos para agradecerles, pero también para explicarles cómo murió Vicki y por qué murió.

El comunicado del Ejército que publicaron los diarios no difiere demasiado, en esta oportunidad, de los hechos.
Efectivamente, Vicki era Oficial 2° de la organización Montoneros, responsable de la prensa sindical, y su nombre de guerra era Hilda. Efectivamente estaba reunida ese día con cuatro miembros de la Secretaría Política que combatieron y murieron con ella.

La forma en la que ingresó a Montoneros no la conozco en detalle.
A la edad de 22 años, edad de su probable ingreso, se distinguía por sus decisiones firmes y claras.
Por esa época comenzó a trabajar en el diario La Opinión y en un tiempo muy breve se convirtió en periodista.

El periodismo en sí no le interesaba.
Sus compañeros la eligieron delegada sindical.
Como tal debió enfrentar en un conflicto difícil al director del diario, Jacobo Timerman, a quien despreciaba profundamente.
El conflicto se perdió y cuando Timerman empezó a denunciar como guerrilleros a sus propios periodistas, ella pidió licencia y no volvió más.

Fue a militar a una villa miseria.
Era su primer contacto con la pobreza extrema en cuyo nombre combatía.
Salió de esa experiencia convertida a un ascetismo que impresionaba.
Su marido, Emiliano Costa, fue detenido a principios de 1975 y no lo vio más.
La hija de ambos nació poco después.

El último año de mi hija fue muy duro.
El sentido del deber la llevó a relegar toda gratificación individual, a empeñarse mucho más allá de sus fuerzas físicas.
Como tantos muchachos que repentinamente se volvieron adultos, anduvo a los saltos, huyendo de casa en casa.
No se quejaba.
Sólo su sonrisa se volvía un poco más desvaída.

En las últimas semanas varios de sus compañeros fueron muertos; no pudo detenerse a llorarlos.
La embargaba una terrible urgencia por crear medios de comunicación en el frente sindical, que era su responsabilidad.

Nos veíamos una vez por semana; cada quince días.
Eran entrevistas cortas, caminando por la calle, quizás diez minutos en el banco de una plaza.
Hacíamos planes para vivir juntos, para tener una casa donde hablar, recordar, estar juntos en silencio.
Presentíamos, sin embargo, que eso no iba a ocurrir, que uno de esos fugaces encuentros iba a ser el último, y nos despedíamos simulando valor, consolándonos de la anticipada pérdida.

Mi hija estaba dispuesta a no entregarse con vida.
Era una decisión madurada, razonada.
Conocía, por infinidad de testimonios, el trato que dispensan los militares y marinos a quienes tienen la desgracia de caer prisioneros; el despellejamiento en vida, la mutilación de los miembros, la tortura sin límites en el tiempo ni en el método, que procura al mismo tiempo la degradación moral y la delación.

Sabía perfectamente que en una guerra de esas características, el pecado no era hablar, sino caer.
Llevaba siempre encima una pastilla de cianuro - la misma con que se mató nuestro amigo Paco Urondo - con la que tantos otros habían obtenido una victoria sobre la barbarie.

El 28 de setiembre, cuando entró en la casa de la calle Corro, cumplía 26 años.
Llevaba en brazos a su hija porque a último momento no encontró con quien dejarla.
Se acostó con ella, en camisón.
Usaba unos absurdos camisones blancos que siempre le quedaban grandes.

A las 7 del 29 la despertaron los altavoces del Ejército, los primeros tiros.
Siguiendo el plan de defensa acordado, subió a la terraza con el Secretario Político Molina, mientras Coronel, Salame y Beltrán respondían al fuego desde la planta baja.
He visto la escena con sus ojos: la terraza sobre las casa bajas, el cielo amaneciendo, y el cerco.
El cerco de 150 hombres, los FAP emplazados, el tanque.

Me ha llegado el testimonio de uno de esos hombres, un conscripto: 
- El combate duró más de una hora y media.
Un hombre y una muchacha tiraban de arriba.
Nos llamó la atención la muchacha, porque cada vez que tiraba una ráfaga y nosotros nos zambullíamos, ella se reía.

He tratado de entender esa risa.
La metralleta era una Halcón y mi hija nunca había tirado con ella aunque conociera su manejo por las clases de instrucción.
Las cosas nuevas, sorprendentes, siempre la hicieron reír.
Sin duda era nuevo y sorprendente para ella que ante una simple pulsación del dedo brotara una ráfaga y que ante esa ráfaga 150 hombres se zambulleran sobre los adoquines empezando por el coronel Roualdes, jefe del operativo.

A los camiones y el tanque se sumó un helicóptero que giraba alrededor de la terraza, contenido por el fuego. 
- De pronto - dice el soldado - hubo un silencio.
La muchacha dejó la metralleta, se asomó de pie sobre el parapeto y abrió los brazos.
Dejamos de tirar sin que nadie lo ordenara y pudimos verla bien.
Era flaquita, tenía el pelo corto y estaba en camisón.
Empezó a hablarnos en voz alta pero muy tranquila.
No recuerdo todo lo que dijo.
Pero recuerdo la última frase; en realidad no me deja dormir. 
"Ustedes no nos matan - dijo - nosotros elegimos morir. Entonces ella y el hombre se llevaron una pistola a la sien y se mataron frente a todos nosotros.

Abajo ya no había resistencia.
El coronel abrió la puerta y tiró una granada.
Después entraron los oficiales.
Encontraron una nena de algo más de un año, sentadita en una cama, y cinco cadáveres.

En el tiempo transcurrido he reflexionado sobre esa muerte.
Me he preguntado si mi hija, si todos los que mueren como ella, tenían otro camino.
La respuesta brota desde lo más profundo de mi corazón y quiero que mis amigos la conozcan.

Vicki pudo elegir otros caminos que eran distintos sin ser deshonrosos, pero el que eligió era el más justo, el más generoso, el más razonado.
Su lúcida muerte es una síntesis de su corta, hermosa vida.
No vivió para ella, vivió para otros, y esos otros son millones.
Su muerte sí, su muerte fue gloriosamente suya, y en ese orgullo me afirmo y soy quien renace en ella.

Esto es lo que quería decir a mis amigos y lo que desearía que ellos transmitieran a otros por los medios que su bondad les dicte.

Rodolfo

domingo, 26 de diciembre de 2021

NUESTRO VIEJO, de Esteban Bayer (hijo de Osvaldo)

 



A tres años de su partida, hermosa evocación de Osvaldo Bayer.

Hace semanas que Osvaldo tenía necesidad de partir.
No aguantaba no estar haciendo nada, sentado en su casa en el Tugurio.
Quería hacer sus valijas.

Se despertaba, asegurando que tenía que salir a un congreso para debatir sobre derechos humanos, que lo esperaban en tal pueblo remoto de la Pampa para hablar del cambio de nombre de la calle principal que llamaban por el genocida de indios innombrable, o que lo convocaban de una escuelita en la Puna jujeña, por la que nunca había pasado nadie, pero el no podía faltar para hablar sobre los derechos de los pueblos originarios.
Al mismo tiempo lo esperaban en la Universidad en Berlín y en la asamblea de un sindicato patagónico.
Tenía que estar.
Preguntaba por su valija, si el pasaporte y el pasaje estaba a mano.

Con Claudia, la gran compañera que cuidaba de él en estos últimos años, desarrollamos códigos para convencerlo que debía postergar el viaje.
Hoy no aceptó dilaciones. Decidió partir.
Como buen anarco y para joder a todos los que prendíamos las velas de un arbolito verde, eligió la fecha exacta.
Lo constataron entre lágrimas las nietas en Hamburgo: el abuelo se fue jodiendo a la iglesia.
En su ley.

Estoy convencido que sus prisas se debieron a la realidad del país. Había asegurado que iba a llegar “molestando”, como decía, hasta los 100 años, uno menos que su querida tía Griselda de Santa Fe.
Le respetaba los años.
Pero la realidad lo venció, ya no tenía explicaciones por lo que leía en los diarios y escuchaba en las calles.

Ahora estaba necesitado de conocer más verdades.
Las terrenales las había denunciado.
Andaba queriendo discutir con los que nunca pudo: siempre quiso debatir con Severino el tema de la violencia y el derecho de matar el tirano, él que era pacifista y sin embargo entendía lo que hizo; con Antonio Soto debatirá el deber de respetar las decisiones de las asambleas, aunque sea que eligieran la muerte; esperaba encontrarse con Simón Radowitzky y con ese personaje que lo fascinó como Kurt Gustav Wilckens, nacido a pocos kilómetros de donde estoy escribiendo estas líneas urgentes; en la agenda, ineludible, estaba la reunión con Arbolito, uno de los primeros justicieros de la república naciente.

No tenía tiempo para esperar porque tiene que sentarse a tomar un café con su compañero Rodolfo, con su amigo Haroldo, con Paco. También quiere anotar la historias de la desaparición y asesinato de Klaus, porque la de Elisabeth ya la había descubierto y denunciado;

Pero sobre todo, esperaba poder juntarse con todos los anónimos que lucharon por creer en una justicia terrenal, por no haber claudicado, por no darse por vencidos.
A esos anónimos que luchan todos los días.
Sin aparecer en los diarios.
A esos a los que el viejo siempre escuchó y les dio voz.

Viejo querido, gracias por todo lo que nos enseñaste, como hijos, como militantes, como ciudadanos, como seres humanos.

Un abrazo, como el último que nos dimos hace apenas una semana.

martes, 14 de diciembre de 2021

NUNCA MÁS A MI LADO, tema de NOTEVAGUSTAR

La golpeó
puso un fierro en su pecho.
Mató la esperanza de un hecho,
inventó un futuro deshecho.

Salió así
su bravura, cobarde, infernal.
Tristemente aceptada, normal,
hizo de eso un defecto.

Generó
movimiento violento en su ser.
Nunca más pudo ella volver:
fue el silencio en esencia.

El valor y el amor,
todos juntos pudieron ganar.
Chau, adiós agresor.

Y voló
siempre al viento le toca un adiós.
Hay tormentas que quedan, que están.

En la arena no vive,
pero puso amor a la vida.

A ella misma, el dolor.
El problema tiene solución.
Es que a gritos lo piden

El valor y el amor.
Todos juntos pudieron ganar.
Chau, adiós agresor.

Puso en fierro en su pecho.
Mató la esperanza de un hecho,
inventó un futuro deshecho.

BRUTAL, de Antony Hopkins

Deja ir a la gente que no está lista para amarte.
Esto es lo más difícil que tendrás que hacer en tu vida y también será lo más importante.
Deja de tener conversaciones difíciles con personas que no quieren cambiar.
Deja de aparecer para las personas que no tienen interés en tu presencia.
Sé que tu instinto es hacer todo lo posible para ganar el aprecio de los que te rodean, pero es un impulso que roba tu tiempo, energía, salud mental y física.
Cuando empiezas a luchar por una vida con alegría, interés y compromiso, no todo el mundo estará listo para seguirte a ese lugar.
Eso no significa que tengas que cambiar lo que eres, significa que debes dejar ir a las personas que no están listas para acompañarte.

Si eres excluido, insultado, olvidado o ignorado por las personas a las que les regalas tu tiempo, no te haces un favor al seguir ofreciéndoles tu energía y tu vida.
La verdad es que no eres para todo el mundo y no todos son para ti.
Esto es lo que hace tan especial cuando encuentras a personas con las que tienes amistad o amor correspondido.
Sabrás lo precioso que es porque has experimentado lo que no lo es.

Hay miles de millones de personas en este planeta y muchas de ellas las vas a encontrar a tu nivel de interés y compromiso.
Tal vez si dejas de aparecer, no te busquen.
Tal vez si dejas de intentarlo, la relación termine.
Tal vez si dejas de enviar mensajes, tu teléfono permanecerá oscuro durante semanas.
Eso no significa que arruinaste la relación, significa que lo único que la sostenía era la energía que solo tú dabas para mantenerla.

Eso no es amor, es apego.
Es dar una oportunidad a quien no lo merece!
Tú mereces mucho más.
Lo más valioso que tienes en tu vida es tu tiempo y energía, ya que ambos son limitados.
A las personas y cosas que le des tu tiempo y energía, definirá tu existencia.

Cuando te das cuenta de esto empiezas a entender por qué estás tan ansioso cuando pasas tiempo con personas, actividades o espacios que no te convienen y no deben estar cerca de ti.
Empezarás a darte cuenta que lo más importante que puedes hacer por ti mismo y por todos los que te rodean, es proteger tu energía más ferozmente que cualquier otra cosa.

Haz de tu vida un refugio seguro, en el que solo se permiten personas “compatibles” contigo.
No eres responsable de salvar a nadie.
No eres responsable de convencerles de mejorar.
No es tu trabajo existir para la gente y darles tu vida!
Te mereces amistades reales, compromisos verdaderos y un amor completo con personas saludables y prósperas.

La decisión de tomar distancia con personas nocivas, te dará el amor, la estima, la felicidad y la protección que te mereces.

lunes, 13 de diciembre de 2021

DON ELPIDIO GONZÁLEZ

Era una fría y neblinosa madrugada de 1951.
El pobre viejito se había gastado todo el poco dinero que le quedaba, en remedios (cuando no, en este país) y era el único habitante que quedaba en esa destartalada pensión de muy (pero muy) mala muerte ubicada en la calle 9 de Julio y Paraguay.
Justo en medio de esa intersección estaba el miserable establecimiento, ya que la 9 de Julio era todavía de una sola mano, una simple calle orientada hacia Constitución.
Le habían avisado que la iban a demoler, que se fuera, pero....adónde iba a ir?

Débil, enfermo, sin dinero, la familia hacía rato lo había abandonado y los amigos se habían ido muriendo también.
Su ya desgastada colcha, su fiel compañera durante las largas noches de Invierno pasadas en casi todas las plazas y húmedos baldíos de la Ciudad, estaba firme junto a él, al igual que el atadito de diarios que usaba como almohada quien sabe desde cuanto tiempo atrás (meses..? años..?).
No hacia falta más.

Y era así: la terrible maquinaria del futuro deseaba convertir esa calle 9 de Julio, en la ancha Avenida que hoy conocemos.
Las temibles topadoras del todopoderoso e incorruptible Intendente Juan Debenedetti que preanunciaban el Progreso (continuando la obra comenzada en 1936 por Juan de Vedia y Mitre), se encontraban a solo 20 metros de la pensión, una casucha tan simple de aplastar, como si fuera una hormiga.
Al operario se le ocurre (milagrosamente) chequear el interior del cuartucho y observa que un pobre viejito estaba allí acostado, tiritando de frio, tapado con una vieja colcha.
Se acerca y le pide que salga porque lo van a tirar todo abajo.
El viejo se niega.
El operario le dice que lo van a reubicar.
El viejo se niega.
El operario le pide el nombre y el viejo, de mala gana (o entregado a su suerte), se lo da.

El operario, corriendo desesperado, le avisa a su capataz.
El capataz, corriendo, entra a las oficinas del Intendente y casi sin aliento le dice que hay todavía un viejo enfermo, que no se puede avanzar con el ensanche y apertura de la 9 de Julio.

Debenedetti, conocido por sus malos modales y sus muy pocas pulgas, le dice a su capataz: "me agarrás a seis morochos y no volvés hasta que al viejo de mierda lo vuelan de ahí, a patadas en el culo si es necesario, pero me lo sacás y tirás todo ya, sino andate derechito a tu casa y no vuelvas".
El capataz, temblando, se acerca al Intendente y le susurra al oído: "Me dijo que se llama Elpidio Gonzalez".

Por primera (y única) vez en su vida Debenedetti se puso blanco como una hoja de papel, sus manos temblaban y sus labios también lo hicieron aunque con una menor intensidad.
Cuando al fin pudo emitir palabra, con sus ojos desbordando lágrimas, ordenó: "Terminen de aplastar todo lo demás, hasta el fondo. Perforen, corten, quiebren, rompan y desmonten todo lo necesario. Pero a esa pensión no la tocan, le pasan por los costados, ni se les ocurra respirar fuerte y mucho menos molestar al Señor González, salvo que quieran que los recague a patadas".

Debenedetti se dio perfecta cuenta que esa pensión era intocable para él o para cualquiera, por más que los hubiera amenazado con el despido: es que el "Bienamado" estaba allí.

Hoy en épocas de (honestas..?) pensiones de $ 2.000.000 o de jueces que no pagan Ganancias, les cuento que cuando uno llega por el camino del fondo del Cementerio de la Recoleta y se encuentra con el Monumento a los Caídos en la Revolución del '90 (o Panteón Radical) y observa la placa del frente, puede ver los ilustres nombres de quienes se encuentran allí (Leandro Alem, Hipólito Yrigoyen, Arturo Humberto Illia, etc.).
Y mezcladito entre estos gigantes, uno lee "Elpidio González".
Es raro, porque "no suena", quién fue..?
Porqué está mezclado ahí con esos próceres del radicalismo?
Bueno, es mi único político preferido (en un ratito seguro el de Uds.) si, pero....quién fue..?

Elpidio González fue, entre otros cargos ejecutivos, Vicepresidente de la Nación Argentina, durante el gobierno de Marcelo Torcuato de Alvear.
Está catalogado como uno de los sólo tres o cuatro mas importantes que tuvo nuestro País.
Abogado brillante, dos veces diputado, una por la Capital y otra por Córdoba, Ministro del Interior, Ministro de Guerra (Defensa), Jefe de Policía y, como dijimos Vicepresidente.

Lo primero que hizo cuando asumió la vicepresidencia fue renunciar a todos sus sueldos del Estado, consideraba que si el Pueblo lo había puesto en esa responsabilidad era incorrecto percibir honorarios, bastaba con el honor de haber sido electo.
Mas aún, consideraba que el trabajo en el Estado era una carga pública, que un trabajo bien hecho en ese ámbito otorgaba prestigio, y que eso era más que suficiente pago por los servicios a la Nación.
Desde su punto moral y ético consideraba que la Nación lo había formado como hombre y como profesional en forma gratuita y que esta era forma de devolver algo de todo lo que recibió.

Su horario de trabajo "formal" era de 7 a 18hs, por eso extrañó el pedido que le hiciera a Marcelo de que lo eximiera de las ultimas dos horas de trabajo ministerial, para así poder salir a las 16hs. Vagancia..? Avivada..? Tal vez un pequeño acto de corrupción..?
No, nada de eso.

Al mes, uno de los ministros de Alvear le cuenta al Presidente que mientras caminaba hacia el Palacio de Tribunales para ver el estado de las obras, se cruza en Plaza Lavalle con Elpidio..., que estaba sentado en un banquito vendiendo Anilinas Colibrí y pomada para los zapatos..!!!
Como este ministro no pudo creer lo que vio, pasó dos días seguidos más, y ahí seguía estando Don Elpidio vendiendo sus productos, que a las 18 hs. guardaba en un maletín y, caminando, los iba vendiendo puerta por puerta hasta llegar a su domicilio!!!

El Vicepresidente de la Nación Argentina vendía anilinas y pomadas porque consideraba un deshonor cobrar sueldos del erario público..!
Y fue así como mantuvo a su familia, con esos magros ingresos.

Elpidio González se retira de la política casi apenas finaliza el mandato de Alvear, consideraba que no podía ocupar cargos con el Presidente Yrigoyen porque como "El Peludo Yrigoyen" era su amigo, la "Honra de un funcionario de la Nación debe de estar muy por encima de las eventuales sospechas de amistad con sus superiores".

En el '46 un Diputado lo encuentra (ya muy demacrado y con una larga barba blanca producto de la escasez de acero debido a la 2da Guerra Mundial - no había maquinitas Gillette -) vendiendo sus anilinas y pomadas en la puerta del subte.
El diputado, con los ojos empañados de lágrimas, se dirige a su bancada, presentan el proyecto de jubilación y apenas se aprueba, se determina que el primer beneficiario fuera Don Elpidio González.

Un grupo de catorce funcionarios muy contentos y emocionados van a buscar a Elpidio para informarle la buena noticia.
Una vez que lo hacen..., Elpidio se levantó furioso y los persiguió desde los Tribunales hasta la puerta del Congreso Nacional blandiendo su bastón al aire al grito de "degenerados, corruptos, babiecas..!! Mientras yo tenga dos manos para trabajar el Estado no tiene porqué mantenerme a mi, habiendo tanta necesidad en el País".
Y estuvo tres horas mas golpeando con su bastón, furioso, la puerta de la Cámara de Diputados, retando a duelo a todos los que habían votado que le otorgaran la jubilación a él.

El Pueblo lo amó, pero él nunca más quiso presentarse a ningún cargo público.
Interpretaba que la ciudadanía no debía incubar ninguna sospecha en las personas que son honradas con el mandato de servicio y la responsabilidad que otorga el voto.

La Argentina, mis amigos, fue para nosotros un germen de esperanza a la que sí o sí le esperaba un destino de grandeza. Todos lo creían. El Mundo, incluso.
No fue invento.
Será que por eso, todavía no pierdo la esperanza (tal vez infantil, lo sé) de creer que en alguna vuelta de esquina , van a reaparecer nuevamente políticos y funcionarios que honren a la Patria.

Como Elpidio.

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