lunes, 29 de junio de 2020

“… Quedo a la espera de una respuesta.”, de Arturo Pérez Reverte - 29/6/2020

Acabo de recibir una carta que no me resisto a compartir con ustedes. La recibí por correo certificado, lleva membrete oficial y es la siguiente:

"Ministerio de Igualdad
Secretaría de Estado para la Igualdad y contra la violencia de género
Instituto de la Mujer para la igualdad de oportunidades

Estimado Sr. Pérez-Reverte:

El Instituto para la Mujer e Igualdad de Oportunidades, organismo autónomo dependiente del Ministerio de Igualdad, en cumplimiento de las funciones que tiene asignadas, gestiona un Observatorio de la Imagen de las Mujeres con el fin, entre otros cometidos, de velar por un correcto tratamiento de la imagen de las mujeres en la literatura y el periodismo, de acuerdo con lo establecido en la normativa vigente.

Me pongo en contacto con usted porque he tenido conocimiento, a través de una queja recibida en dicho Observatorio, de la existencia de comentarios y comportamientos de carácter sexista, machista y racista en boca de personajes de algunas de sus novelas (se adjuntan títulos y capturas de texto).

Este tipo de textos, teniendo en cuenta sobre todo el amplio público al que pueden ir dirigidos, desde jóvenes en edad escolar como es el caso de su Capitán Alatriste (lectura recomendada por personal docente en cierto número de colegios), hasta otras clases de lectoras y lectores, contribuyen a fortalecer los estereotipos de género, en especial cuando se narran escenas de contenido sexual en algunas de las cuales, explícitamente relatadas, el varón adopta determinados y arcaicos roles dominantes.

Por ese motivo, quiero acogerme a la responsabilidad social que como escritor tiene para trasladarle estas observaciones y solicitarle que lo tenga en cuenta en sus futuras obras en general, pero sobre todo en aquellas dirigidas a lectoras y lectores jóvenes. Con ello puede contribuir a avanzar hacia una sociedad mucho más igualitaria para mujeres y hombres, lejos de roles sexistas estereotipados y discriminatorios.

Agradezco su atención y quedo a la espera de una respuesta. Un saludo."


Y, bueno. Ésa es la carta que quería mostrarles hoy.
No sé en qué momento de su lectura habrán caído en la cuenta de que me la he inventado; o sea, que es más falsa que una sonrisa del papa Francisco.
Pero apuesto una primera edición de El cetro de Ottokar a que la mayor parte de ustedes se la ha creído por lo menos hasta el tercer párrafo, y algunos, como tal vez habría sido mi caso, hasta el final.
Lo grave, me temo, no es que la carta sea o no sea real, sino que, tal y como se ponen las cosas, podría perfectamente serlo.
De hecho está copiada de una casi idéntica, remitida por el Instituto de la Mujer a una empresa de Madrid que fabrica plaquitas para dormitorios de niños rotuladas Aquí duerme un pirata, Aquí duerme una princesita y otras atrocidades así.

Eso es lo que da escalofríos; o por lo menos a mí, que vivo de contar historias y expresar cosas, me los da.
Estremece que esa clase de cartas puedan ser reales, cuando lo son, o que admitamos con naturalidad que puedan serlo, cuando no lo son.
Y sobre todo, que el ojo censor de quienes velan por nuestra sociedad esté ahí, siempre atento a que no pisemos los límites que la nueva moralidad - la suya, con ese siniestro correcto tratamiento - establece.
Terminando las advertencias con un conminatorio quedo a la espera de una respuesta que no es inventado, pues figuraba en la carta real que parodio en la mía.
Se preguntarán algunos de ustedes, si llevan poco tiempo leyéndome, por qué me meto en estos jardines.
Qué necesidad tengo de añadir enemigos a los que cualquier vida más o menos larga puede acumular.
La respuesta es que lo hago en defensa propia: vivo de contar historias y me gusta hacerlo en lugares donde el único límite a la libertad sea un código penal hecho por juristas sabios, no por idiotas oportunistas resueltos a controlar desde el dormitorio de un hijo hasta el pensamiento de un adulto.
Estoy harto de salvadores y apóstoles que pretenden vigilarme.

Quiero oír a Pablo Iglesias diciendo libremente que desea liquidar la monarquía, a Santiago Abascal afirmando que quien aborte irá al infierno, e incluso a quien diga, si lo considera oportuno, que le gustan las mujeres con tetas grandes o los hombres bien dotados de herramienta.

Quiero leer y escuchar toda clase de cosas, esté de acuerdo o no, para luego, con la educación que recibí, los libros que leí y la vida que he vivido, elaborar mis propias referencias.

Quiero poder escribir lo que me salga de los cojones.

LAS CHICAS BOND A LAS QUE AMÉ, de Arturo Pérez Reverte - 22/6/2020

Ahora queda feo hablar de ellas.
Hay que tocarlas con pinzas y mucho cuidado para no pisar una mina.
Hasta llamarlas chicas Bond te echa encima a la jauría de neomoralistas de siempre, mismos perros con otro collar, obstinados en controlar vidas, lenguaje y pensamiento ajenos.

Cómo estará la cosa que, lo juro por Santa Moneypenny, en la última película de James Bond le han puesto a Daniel Craig - el mejor Bond desde Sean Connery - un asesor de intimidad: un vigilante de la playa para que en las escenas de sexo todo transcurra como Dios, o quien ahora controle esas cosas, manda.
Para que no haya dimes y diretes como los de esa actriz que hace poco, en una serie de televisión sobre un texto mío, quiso denunciar judicialmente al actor porque, en una escena de cama y desnudos ambos, el canalla desaprensivo tuvo una erección.
Acoso laboral, era la queja.
Lo de chicas Bond, volviendo al asunto, tiene hoy mala prensa. 
Uno menciona el término y todos saben de qué está hablando, pues para eso sirve el lenguaje.
Sin embargo, algunas de las actrices que últimamente encarnaron a esos personajes femeninos reniegan del término, mientras que otras, las clásicas del género, Ursula Andress, Britt Ekland y también la Monica Bellucci de la reciente Spectra, lo reivindican orgullosas, asumiendo que formar parte de un mito hecho a mediados del siglo pasado con reglas más o menos canónicas incluye encarnar con naturalidad, incluso con sentido del humor, a los personajes convencionales del juego.

Un actor o una actriz hacen precisamente eso, actuar.
Interpretan a personajes concebidos por otros, que el público al que van destinados desea reconocer y disfrutar.
Y más cuando el papel de chica Bond, en contra de lo que creen los indocumentados, no siempre trata de señoras atractivas y estúpidas propensas a abrirse de piernas.
En las novelas de Ian Fleming y en las películas basadas en ellas, las mujeres son a menudo liberales, independientes, eficaces e incluso peligrosas.
Y guapas, faltaría más.
A ver, de Connery a Craig, cuándo han visto ustedes en la pantalla a un James Bond feo.

Quizá les parezca sensible con el asunto; pero es que soy bondófilo, o bondiano, como se diga, de la vieja escuela. Como el presidente Kennedy, también mi padre tenía novelas de James Bond en la mesilla de noche; y de ahí las cogía yo con doce o trece años y me las llevaba al cole para leerlas a escondidas.
Las películas no podía verlas porque eran para mayores - la primera fue Goldfinger, colándome en el cine - pero los catorce libros me los zampé enteros y algunos influyeron en mi vida.
Por ejemplo, hasta que dejé de fumar, mis cigarrillos favoritos fueron siempre los Player’s sin filtro - los mismos que fuma Lorenzo Falcó -, porque uno de mis primeros amores bondescos, la Domino Vitali de Operación Trueno, se confiesa enamorada del marinero que ilustraba la cajetilla cuando el tabaco aún no era un pecado social.

Y fíjense hasta qué punto sigo siendo adicto al comandante Bond que, además de ver de vez en cuando el ciclo entero de películas - nadie como Connery, lo siento, ni siquiera el magnífico Craig -, dediqué estos meses de confinamiento a buscar por Internet los cinco títulos que me faltaban de la primera edición en español de las novelas publicadas en los años 60 por la editorial Albon, y que ahora se alinean todas en mi biblioteca junto a Goldfinger, Desde Rusia con amor y las otras que aún conservo de mi padre.

Si James Bond, guste o no a los moralistas, es uno de los grandes e indiscutibles iconos del siglo XX, las chicas Bond, exactamente con esa denominación, forman parte del mito.
Y hasta de mis propios mitos.

Con la Milady de Los Tres Mosqueteros y la Ava Gardner de Mogambo, esas mujeres bellas y peligrosas de las novelas y la pantalla conformaron algunos de mis gustos y decisiones personales de adulto.
Honey Rider, Tatiana Romanova, Pussy Galore, Vesper Lynd y las demás son parte de mis primeros amores: espías a las que amé y espías que me amaron, y no hay asesor de intimidad que pueda estropearme la memoria.
Y no soy el único.

Los bondianos - y conozco a unos cuantos - podemos reconocerlas cuando las vemos, ignorarlas cuando no las reconocemos y desdeñarlas cuando, tras figurar en él, reniegan del canon que las convierte en mito.
No es culpa nuestra si el mundo se ha vuelto tan idiota que mezcla churras y merinas sin conocimiento y sin matices.

Como me dijo Viggo Mortensen cuando encarnaba a Alatriste para el cine, «lo importante es llevar al espectador inteligente al juego inteligente y contar bien el cuento que sabe le estás contando».
Y lo demás son milongas.

domingo, 28 de junio de 2020

EL ESTADO, ENTRE SER Y NO SER, de Ricardo Aroskind - 28/6/2020

Quienes siguen pensando que se salvarán solos, no deberían indicar cuál debe ser el rumbo del país



Un amigo memorioso recordaba un hecho sorprendente que ocurrió en el segundo año de la gestión de Mauricio Macri, a raíz de una gira que realizó como Presidente a China.

Bajo el título de “Una insólita diferencia con China complica las negociaciones comerciales”, el diario Clarín informaba el 13 de mayo de 2017 que había surgido una diferencia muy significativa entre lo que el gobierno argentino y el gobierno chino calculaban como los intercambios comerciales entre ambos países.
Para los órganos estadísticos de la Argentina, el déficit comercial con la potencia asiática era, en ese momento, de 5.591 millones de dólares.
Pero para el organismo que recopilaba la información estadística china, el superávit comercial chino con Argentina era de sólo 2.084 millones de dólares.
Había entre las estadísticas públicas una diferencia gigantesca de casi ¡3.900 millones de dólares!
El diario consignaba que se había creado un grupo de trabajo técnico entre el INDEC y el Ministerio de Comercio de China y que “tras dos reuniones no lograron detectar el motivo de las diferencias”, aunque se afirmaba que “las principales diferencias entre el número de exportaciones e importaciones a China se dan en los rubros de maquinaria, equipos y material eléctrico y semillas y frutos oleaginosos”.
Hacia el final de la nota, al pasar, se mencionaba que “en los últimos meses el gobierno detectó que la Argentina tiene diferencias en la balanza comercial con otras regiones”.

A esta altura del relato, cabe recordar que las estadísticas comerciales no registran sensaciones, ensoñaciones o climas subjetivos, sino bienes materiales mensurables.
Si bien ese registro puede encontrar dificultades, o errores involuntarios, una magnitud tan extraordinaria de discrepancia estadística no podía reflejar sino horrores institucionales vinculados a movimientos económicos no registrados por unos y otros aparatos estadísticos.

¿Quién estaba tan equivocado?
¿A quién se le escapaba la entrada/salida en masa de maquinarias, o de cereales y frutos oleaginosos?

La confirmación de que la Argentina mantenía diferencias con “otras regiones” permitía suponer que había problemas aduaneros locales que no sólo se referían a China.
Pero la diferencia abrumadora hubiera merecido una profunda investigación pública sobre qué estaba ocurriendo con los intercambios comerciales reales de nuestro país, y la enorme distorsión en los registros públicos de esa realidad que se le había ido de las manos al Estado.
La caída de la gran empresa Vicentin ha vuelto a poner sobre la mesa numerosos problemas relevantes que arrastra la Argentina.
Aquí queremos enfatizar uno: la incapacidad de las aduanas locales para captar el verdadero movimiento de bienes a través de nuestras fronteras, con efectos directos sobre dos cuestiones económicas centrales - el nivel de las reservas disponibles en el Banco Central de la República Argentina, y la recaudación impositiva vinculada al comercio exterior.

Estamos hablando nada menos que de la capacidad de las autoridades públicas para controlar el tipo de cambio y regularlo en un nivel compatible con otras metas macroeconómicas, y de la posibilidad de que el Estado en sus niveles nacional, provinciales y municipales pueda contar con fondos suficientes para cumplir con sus tareas específicas.
Puede pensarse al sistema aduanero como un organismo público capturado por intereses privados, o destruido por la saturación de funcionarios corruptos, o por una convergencia de factores que vienen desde el fondo de la historia nacional. Pero lo cierto es que hoy sabemos que una parte de la riqueza producida en el territorio nacional sale hacia el exterior, cumpliendo el sueño perfecto del capital en esta etapa de la globalización neoliberal: no aportar un dólar a la sociedad en la cual opera.

Cuando se habla de un Estado ineficiente, en el sentido de que no satisface las expectativas sociales en materia de prestación de diversos servicios (desde los más básicos hasta la provisión de una moneda confiable para ahorrar y realizar transacciones), se lo debe relacionar con esta otra ineficiencia: la de captar los recursos estipulados en las leyes para garantizar el fondeo de las actividades públicas.
A partir del ciclo rentístico - financiero iniciado en 1976, estas dos características de ineficiencia estatal, como prestador y cómo recaudador, constituyeron un sistema que se retroalimentaba, conformando una verdadera máquina de producir neoliberalismo social.
Como el Estado no recauda, nunca tiene fondos suficientes para cumplir sus tareas.
Pero lo más importante desde el punto de vista político: como cumple insatisfactoriamente sus tareas, el discurso neoliberal aprovecha para deslegitimarlo socialmente, explicando esa ineficiencia por una suerte de “esencia” estatal, promoviendo aún más el incumplimiento fiscal y la privatización de las más diversas áreas del Estado.

Además del desfinanciamiento estatal permanente - no sólo por falta de ingresos locales, sino por la sangría de recursos que provoca el endeudamiento permanente promovido por los neoliberales -, no se ha producido un debate público fundamental en torno al sentido del cumplimiento de la Ley, al pago de impuestos y a las cargas fiscales que corresponden a cada sector de la sociedad.
Esta falta de problematización de un lazo social fundamental, como el impositivo, es el telón de fondo de otra dificultad concreta con la que se encuentra la actual gestión: lo que debería ser un hecho casi natural, incluso promovido por los propios sectores pudientes, como es la aplicación de un impuesto por única vez a las grandes fortunas para ayudar a mitigar los efectos de la pandemia, resulta de complejo tratamiento y no sale expeditivamente, apoyado en un vasto consenso social como debería ser en una sociedad mínimamente cohesionada.
¿Qué ocurrirá entonces con la propuesta de una reforma impositiva progresiva, imprescindible para financiar en los próximos años alguna forma de ingreso universal que permita garantizar una vida mínimamente decorosa a todxs lxs argentinxs..?
Y los sectores populares, ¿verán la relación entre recaudación fiscal y gasto público, y por lo tanto apoyarán una reforma impositiva que apunte a protegerlos en los próximos años, o serán indiferentes hacia las grandes decisiones públicas sin advertir su vínculo directo con su propia realidad, o se alinearán con los pudientes en la indignación constante contra la “agobiante carga impositiva por parte del Estado ineficiente..?
Parece que estamos en un momento en el que introducir más pluralismo ideológico e informativo en la escena pública contribuiría a fortalecer la acción gubernamental.


Microfísica de la debilidad estatal

Ese círculo perverso, que se ha dado entre un Estado política y organizativamente débil, recursos insuficientes que frustran las expectativas sociales y un establishment sediento de negocios particulares y con control sobre los medios de comunicación, ha sido una desgracia para el desarrollo nacional.
Se logró instalar en parte de la opinión pública un estado de desconfianza, cuando no rechazo, a lo estatal, con la contrapartida de una mirada idealizada de lo privado, totalmente disociada de la realidad empírica.
Nuevamente el caso Vicentin daría para una larga reflexión en cuanto a este libreto ideológico que ha distorsionado la comprensión de la realidad en una parte de la población.
Pero el debilitamiento de lo estatal es más profundo aún: se trata del debilitamiento de lo público, lo que concierne a toda la población.
En la pasada semana, luego que se detectaran 10 casos de Covid - 19 en una sola sucursal de la empresa Coto en la localidad de Lanús, se dispuso la clausura del local por razones sanitarias.
Cuando el personal público llegó al local, se encontró con el firme y destemplado rechazo del gerente de esa sucursal.
Conclusión del episodio: los funcionarios se retiraron sin tomar la medida sanitaria correspondiente.
Es decir que, en plena pandemia, en pleno ciclo ascendente de contagios, en pleno AMBA, se detecta un verdadero foco de enfermedad, pero el Estado - en este caso municipal - no es capaz de actuar, sea por temor, falta de convicción o complicidad con una empresa.

El caso sirve para pensar el grado de deterioro de lo público, porque no cabe duda que si esa amenazante situación escandalizara a la comunidad, no habría cómo parar una clausura más que justificada.
Y también es cierto que si los responsables políticos locales tuvieran un compromiso real con la salud de la comunidad a la que deben proteger, si creyeran en el valor de lo público, no hubiera habido gerente desaforado que frenara una medida de sanidad pública.
No les fue mucho mejor a los funcionarios enviados por el Estado Nacional para ingresar a las instalaciones de Vicentin en su sede central.
La propia policía local les advirtió que no podía garantizar su seguridad, ni siquiera en el hotel donde se iban a alojar.
Una rebelión antiestatal - Estado Nacional que representa el interés del país -, hecha a medida de las necesidades por los delincuentes.
Bancos y entidades financieras acreedores de la firma, con sede en el exterior, estiman que la empresa hizo desaparecer activos por 1.000 millones de dólares, mientras que en el distorsionado clima local, aún se sigue convenciendo incautos con el relato de una empresa familiar y trabajadora, agredida por un Estado voraz…
No hace falta decir que si no se puede cerrar un foco de Covid - 19, o acceder a la sede de una empresa en quiebra fraudulenta, el Estado empieza a ser una ficción, un remedo de autoridad que en realidad no está en capacidad para ejercer.

El día del banderazo en “defensa de la propiedad”, se vio cacerolear en el barrio de Almagro a una empleada de una fábrica de pastas, que vociferaba que el “Estado se quería quedar con la empresa” (que no era suya).
Este tipo de delirio debería estar limitado a habitantes de nosocomios psiquiátricos, pero puede ser repetido con convicción por gente común, debido a este mito incrustado del “Estado malo y codicioso” versus “privados buenos y laboriosos”.
¿Por qué no se está escuchando en el ámbito público una voz clara respondiendo al delirio planificado?


Nubarrones en el horizonte mundial

El FMI acaba de realizar nuevas estimaciones sobre el impacto de Covid-19 en la economía mundial.Para nuestra región, México, Brasil y la Argentina estarán contrayéndose en aproximadamente un 10% durante este año.

La pequeña diferencia entre el Brasil neoliberal autoritario y la Argentina protectora es que aquel país, en un solo día, acumula más muertes que todas las ocurridas en nuestro país desde que comenzó la pandemia.
Su población es 5 veces mayor a la nuestra, pero los muertos son 47 veces más.
Otro dato de notable importancia es que el FMI ha estimado que la economía de Estados Unidos caerá un 8% en 2020, mientras que la de China crecerá un 1%.
Además, el vecino del norte se aproxima a otro pico de muertes, de desaceleración económica y recrudecimiento del desempleo, dada la total falta de disciplina social y carencia de políticas públicas coherentes en la mayor potencia del planeta.
El significado político de esto es que el ya enrarecido clima de confrontación de 2019 entre ambas potencias recrudecerá por el sólo hecho de que en 2020 China habrá dado otro gran paso para acercarse al tamaño económico de los Estados Unidos.
Dos grandes aliados norteamericanos han mostrado el creciente peso económico y tecnológico chino: el Reino Unido con sus negociaciones con Huawei para la instalación de la red 5G en ese país, y el Estado de Israel, que debió ceder ante fuertes presiones norteamericanas para impedir que una empresa china, que ganó una licitación, instale una gran planta desalinizadora en ese país.

La combinación de la confrontación estratégica norteamericano - china y el estado anémico de la economía mundial post - pandemia hacen presagiar un horizonte muy complejo en la economía internacional.
El “mundo” no estará esperando a la Argentina para comprarle cosas, sino que estará embarcado en una dura disputa multilateral por colocar productos y servicios en las otras economías, tan contraídas como las que quieren vender.
Nuestra región seguirá sufriendo gobiernos neoliberales repitiendo como zombies estrategias de ajuste y achicamiento fiscal, sin ningún horizonte de progreso.

Como aún no ha madurado a nivel mundial una salida realmente transformadora, basada en la licuación de deudas y la redistribución del ingreso, seguiremos escuchando la sinfonía cada vez más desafinada de la globalización en decadencia.

Es un escenario que requiere un liderazgo nacional que no puede ser provisto por el sector privado concentrado, básicamente ocupado en impedir que el Estado pueda realizar su función insustituible de cuidar del destino común de todos sus habitantes.

La reconstrucción del Estado en sus capacidades de intervención, de regulación, de captación de recursos y de adecuada canalización de los mismos hacia fines sociales y productivos es una tarea imperiosa, para afrontar el complejo escenario global que se aproxima.
El gobierno del Frente de Todos está ante la disyuntiva de ceder a la inercia individualista de la sociedad argentina y de parte de su dirigencia, moldeada en décadas de prédica neoliberal contra el Estado y contra lo público, o romper con esa lógica mediante un claro posicionamiento político de reafirmación de la autoridad estatal para resolver los grandes problemas públicos existentes.

Antes, la prédica antiestatal tenía la función de crear un “consenso social” que permitiese la apropiación privada de grandes negocios a expensas de que se pudiera construir en nuestro país un modelo más articulado e inclusivo.
Ahora esa prédica es aún más dañina y peligrosa, porque implica dejar sin timón a un barco en la tormenta de las tensiones mundiales.
Los que todavía siguen pensando que se van a salvar solos, no deberían ser quienes indiquen cuál debe ser el rumbo del país.

LA PUNTITA, de Horacio Verbitzky - 28/6/2020

El 14 de julio se presenta el proyecto de contribución extraordinaria a las grandes fortunas


El gobierno ha fijado fecha para la presentación en el Congreso del impuesto a las grandes fortunas: será el 14 de julio, en cuanto terminen las dos semanas de endurecimiento de la cuarentena en el AMBA anunciadas el viernes por el Presidente Alberto Fernández. Tal vez se postergue unos pocos días, dado que la cuarentena reforzada concluye el 17.

Privilegiar este proyecto implica una admisión tácita de los errores cometidos en la explicación pública de la intervención a Vicentín, y la voluntad de enmendarlos.


El cumpleaños del pequeño Néstor Kirchner


La intervención / expropiación de la cerealera santafesina concita aproximadamente las mismas adhesiones y repudios que se expresaron en los guarismos electorales de octubre de 2019, lo cual se debe en parte a la falta de preparación oficial para formular un anuncio del que no estuvieron al tanto con suficiente antelación ni el ministro de Agricultura, ni el Procurador del Tesoro, ni el Inspector General de Justicia y al que se le asignó una importancia desmesurada, sobre la base de frases simples pero de significado impreciso como soberanía alimentaria o empresa testigo.
Esta fue una oportunidad que no desaprovecharon los grupos políticos que desde el 19 de marzo estaban buscando cómo golpear a un gobierno cuyas decisiones ante la pandemia le granjearon uno de los niveles de aprobación más altos para el primer semestre en la Argentina post-dictatorial.
En cambio, el impuesto a las grandes fortunas atrae al 70% de la población y es una señal hacia el conjunto del patronato, no sólo hacia una oveja negra enredada en sus propios chanchullos.
En los últimos días se definieron las dos cuestiones que aún seguían pendientes sobre la instrumentación del impuesto, en el que trabajaron los diputados Máximo Kirchner, Carlos Heller y Hugo Yasky, y que dio lugar a consultas con el Presidente y con el ministro de Economía, Martín Guzmán:
  • El piso a partir del cual se aplicará será un patrimonio de 200 millones de pesos.
  • Lo recaudado tendrá asignación específica.

El piso de 200 millones de pesos circunscribe a 11.000 personas la población que será alcanzada por la contribución extraordinaria, es decir el 0,024% del total de lxs argentinxs, lo cual no deja dudas sobre la justicia de la medida.
Los aproximadamente 3.000 millones de dólares que se recauden no irán a paliar el déficit fiscal, como deseaban algunos funcionarios, sino que se destinarán a tres propósitos:
  • El financiamiento de las inversiones comprometidas por la ley que creó el Registro Nacional de Barrios Populares (Renabap).
  • La inversión en proyectos gasíferos, tanto de YPF como de compañías privadas, y
  • Créditos blandos a las pymes, que dinamicen la economía.

El proyecto de ley del Renabap fue inspirado por el Papa Bergoglio y presentado en el Congreso por el radical Mario Negri, la heroína cívica libertadora Elisa Carrió y el diputado de PRO, Nicolás Massot, y fue apoyado por las distintas fracciones del peronismo.
Fue promulgado en noviembre de 2018 pero transcurrido un año y medio, no se ha avanzado en su aplicación por falta de los más de mil millones de dólares que debían invertirse por año para expropiar y urbanizar terrenos dentro del régimen de integración socio urbana y regularización dominial. Kirchner incluyó el financiamiento de este programa como prioridad para la asignación de los recursos que generará la contribución extraordinaria.
El 14 de julio cumplirá siete años su hijo Néstor.
Es también un nuevo aniversario de la Revolución Francesa.


Presidente Fernández y diputado Kirchner.


Entre los anuncios presidenciales del viernes, pasó desapercibido lo que dijo del Ingreso Familiar de Emergencia, IFE: se pagará por tercera vez en el AMBA y en Chaco. 
Es decir, sólo allí y no en el resto del país donde la reapertura de actividades no lo torna imprescindible para la supervivencia.
Todavía no está decidido, pero es posible que la restricción geográfica vaya acompañada por un incremento en el monto de la transferencia, que en vez de 10.000 pesos podría llegar a 15 o 20.000.


Selvas de marfil

Un par de subcomandantes descienden de sus selvas de marfil para escarnecer al gobierno por lo que consideran un retroceso en el caso Vicentin, y las redes se recalientan con declaraciones de apoyo a la medida, para consumo de lo que Artemio López definió como audiencias redundantes. Esto tranquiliza a las distintas alas de la militancia del send y el enter y no le hace cosquillas a la realidad.
En cambio, el director ejecutivo del grupo, Máximo Padoan, nieto de Máximo Vicentin, aseveró en forma categórica que el plan de rescate del gobernador Omar Perotti “es mucho peor que el DNU de Alberto Fernández”: el Presidente dispuso la intervención por dos meses, el gobernador hasta la conclusión del concurso de acreedores.
Por eso, el juez provincial Fabian Lorenzini no lo aceptó e insistió en mantener al directorio en sus puestos, si bien ha empezado a indagar sobre el patrimonio de algunos de sus integrantes.
Son dos visiones excluyentes.
O Fernández arrugó, como sostiene la agrupación Animémonos y Vayan, o afinó la puntería y está más cerca del blanco.
El gobierno nacional presentó un pedido de reposición ante el propio Lorenzini, y el de Santa Fe reclamó que la causa pasara al fuero contencioso administrativo federal de la Capital, recurso que está a consideración de la jueza María Alejandra Biotti, aquella que impidió que diversos juzgados del interior pusieran freno a los tarifazos del gas en 2016.


Gianfrancamente

Biotti también rechazó el pedido del entonces diputado Felipe Solá de inconstitucionalidad del artículo 6 del Decreto N° 1.206/2016 por el que Macrì amplió la posibilidad de blanquear dinero sucio a familiares de funcionarios, causa que ya llegó en apelación a la Corte Suprema de Justicia. Sobre el mismo tema presentó esta semana un proyecto de ley la diputada Graciela Camaño.
Solicita dejar sin efecto ese artículo del decreto, “por resultar nulo de nulidad absoluta e insanable por contravenir normas y principios básicos de orden público constitucional”.
Sus argumentos son que un decreto reglamentario no puede modificar una ley y que el Poder Ejecutivo ni siquiera por vía de necesidad y urgencia puede legislar en materia tributaria.
Muy cierto, pero desde que publiqué los datos del blanqueo de Gianfranco Macrì, hermano del ex Presidente (622 millones de pesos, que entonces equivalían a 35,5 millones de dólares), se arrastra un equívoco: la autorización para hacerlo no provino del decreto sino de la propia ley.

El entonces Frente de Todos, cuyo expositor fue el ex ministro y actual gobernador Axel Kicillof, propuso incluir en la prohibición de blanquear a los familiares de funcionarios hasta el cuarto grado de consanguinidad o afinidad.
Esto hubiera alcanzado a toda la parentela: hermanxs, abuelxs, nietxs, primxs, tíxs, sobrinxs, cuñadxs.
También Solá y algunos radicales plantearon lo mismo.
Pero el oficialismo y el adelantado camaleón Micky Vainilla sólo prohibieron blanquear a progenitores, hijxs y cónyuges. Es decir que los hermanos, como Gianfranco, podían hacerlo.
Lo que el decreto reglamentario hizo es permitir que también los familiares excluidos pudieran beneficiarse siempre que demostraran que esos bienes “se encontraban incorporados en su patrimonio con anterioridad a la fecha” en que el familiar directo asumió su cargo.
Más útil que derogar el decreto, que en cuatro años ya generó derechos adquiridos, sería averiguar si Franco Macrì, Alicia Blanco Villegas o alguno de los cuatro hijos emancipados de Maurizio se presentaron, lo cual ratificaría la presunción de que aquel fue un decreto con nombres y apellido.


Casus belli

También demuestra que el gobierno no desea convertir la intervención a Vicentin en un casus belli con el sector agropecuario y mucho menos con el conjunto del patronato, que es lo que intenta la oposición pura y dura, y privilegiar otros temas que considera más importantes. Pronunciamientos categóricos en favor de la intervención por parte de gremialistas campestres, como el presidente de la Sociedad Rural de Córdoba, el ganadero Pedro Salas, desaconsejan emblocar a todo el sector como enemigo, cuando no lo es.
Salas le dio un paseo inolvidable en una entrevista por radio a un vocero del oportunismo propatronal. 
Hay que estar alucinado para comparar esta situación con la de Venezuela.
¿Usted sabe que Venezuela importa alimentos?”, le dijo.
Nunca esta veleta había recibido semejante sopapo que le hiciera dar varias vueltas en redondo.


Pedro Salas, un sopapo a la veleta.


Quedan de todos modos muchas preguntas por hacer.
Por ejemplo:

- ¿Alberto no sabía que el anuncio le vendría como anillo al dedo al ala dura del PRO..?- No.

- ¿ Cómo es posible..?
- El gobernador de Santa Fe le había transmitido que cuando se supiera que el gobierno se haría cargo del rescate del grupo económico transnacionalizado Vicentin, habría expresiones de júbilo en su provincia.
Las reacciones siguieron distintas líneas.
En el norte santafesino, donde Vicentin tiene su sede histórica, sus directivos se cuidaron de pagar todos los granos recibidos de los productores y el banderazo tuvo inserción social, lo mismo que en las comunas más prósperas de la Ciudad Autónoma.
En la zona de Rosario y el sur de la provincia, donde los hermanos Nardelli y Beto Padoan dejaron un tendal, nadie los considera víctimas de la voracidad estatal.
Otro de los errores fue disponer en el DNU que la expropiación alcanzaría a la sociedad Vicentin SAIC, lo cual implicaría asumir también sus pasivos, en vez de circunscribirse a sus activos.
La relación de Vicentin con el ex Presidente Maurizio Macrì tiene una dimensión oculta que es conocida por los demás actores del negocio de cereales y oleaginosas.
La compañía de los hermanos Nardelli y Padoan era el instrumento mediante el cual Macrì intentaba controlar el principal negocio de exportación de la Argentina.
Macrì y sus empresas, no el Estado.

Una de las constataciones más llamativas es que la capacidad de crushing de la cerealera concursada creció en forma notable durante los cuatro años del gobierno de Macrì, pese a que en el conjunto del mercado había importante capacidad ociosa.
La producción local de soja ronda los 50 millones de toneladas y el volumen de procesamiento posible es casi 50% mayor.
Con capacidad para moler 50.000 toneladas diarias entre sus distintas plantas, Vicentin llegó a representar el 24% de la molienda en el país.

Su expansión se realizó sobre la base de crédito de la mesa de dinero del Banco Mundial, de bancos agrícolas europeos y de bancos locales, comenzando por los públicos (Nación, Ciudad y Provincia de Buenos Aires).
El Nación es su principal acreedor y le estuvo practicando reanimación cardiopulmonar financiera cuando sus signos vitales ya se habían extinguido.
Como un vulgar esquema Ponzi, la pirámide se derrumbó en cuanto les Fernández derrotaron a Juntos por el Cambio en las elecciones presidenciales de octubre pasado.
Los accionistas de Vicentin habían sido los principales aportantes de la fórmula Macrì-Micky Vainilla.
Luego de recibir un último y suculento crédito del Banco Nación, al margen de las relaciones técnicas que sus autoridades estaban obligadas estatutariamente a seguir y de ceder la mayoría accionaria de Renova a la suiza Glencore (entre cuyos accionistas se destaca el fondo BlackRock), Nardelli, Padoan y sus familiares más próximos emprendieron una veloz operación de insolvencia programada, vendiendo y donando propiedades, para no responder ante los acreedores estafados, en la fila donde comparten penas proveedores de granos, trabajadores y bancos.

La línea de tiempo elaborada por Berco para sus Brotes Verdes a partir de los datos del expediente judicial no deja lugar a dudas.
Tampoco las tienen el Banco Mundial y los otros acreedores internacionales, que pidieron que un juzgado de Wall Street investigue donde fueron a parar mil millones de dólares que desaparecieron de la vista entre julio pasado, cuando Vicentin presentó estados contables rozagantes, y diciembre, cuando se declaró abatida por el stress financiero.
En marzo, cien días después de la cesación de pagos, Gustavo Nardelli fue detenido por la Prefectura, que le secuestró su yate Champagne, cuando navegaba por el río Paraná en violación de la cuarentena, en compañía de una mujer.
El yate, de casi 20 metros, está tasado en más de un millón de dólares.


La Prefectura detuvo a Nardelli y secuestró el yate.


El 4 de diciembre de 2019, el conglomerado se declaró en cesación de pagos, el 6 le ofreció al Presidente electo el 60% del paquete accionario, siempre que permitiera a los Nardelli - Padoan conservar el 40% y eludir la responsabilidad por el ostensible vaciamiento.
En la segunda reunión con los nietos de los fundadores, el ya Presidente Alberto Fernández dijo que, mirando la documentación del caso, le llamaba la atención la cantidad de empresas del grupo familiar.
El almirante de aguas turbias Nardelli respondió con displicencia: 
Esos son sellos que creamos para contraer deudas”.
El cinismo de la expresión ante la pregunta presidencial describe la calaña de su interlocutor.
Estos entretelones no son conocidos por el conjunto de la sociedad, porque Alberto trató de no profundizar la polarización con un sector que en la Ciudad Autónoma y en el centro del país está dispuesto a creer que el Presidente huele a azufre y que su Vice tiene pezuñas.
El Presidente tiene el propósito de narrar esta historia en detalle, en una presentación que haría el martes 30, aunque esto responde más a una necesidad de desahogo ante lo que siente como una injusticia que a una decisión meditada, dentro de un plan mejor pensado que los pasos iniciales.

Lo que tiene por delante es un dilema donde cada solución tiene su contra:
  • Seguir acompañando la alternativa Perotti, aunque por segunda vez las previsiones del gobernador no coinciden con los datos de la realidad, lo cual no asegura el resultado.
  • Derogar el DNU de la intervención, para no dejar en pie el precedente de que un juez de pueblo puede prevalecer sobre la voluntad presidencial, consignada en un decreto que, mientras no sea repelido por las dos cámaras del Congreso, tiene fuerza de ley. Ambas variantes alimentarían los desbordes interpretativos desde las diversas izquierdas de papel.
  • Enviar al Congreso el proyecto de expropiación, precisando los activos del grupo que interesan. En este caso, el riesgo es que no haya número suficiente y se repita el rechazo legislativo como en 2008.

Vicentin no debería convertirse en una sinécdoque de la imprescindible reforma institucional que permita conocer y regular el comercio exterior y el trasiego de divisas.
Esto vale para todos los rubros centrales de las exportaciones e importaciones argentinas.

Al día de hoy, el Estado Nacional no posee una empresa dotada de la tecnología actual que le permita saber cuál es la cantidad exacta de petróleo que extraen las empresas privadas, lo cual no afectaría el dominio provincial de los yacimientos.
Aunque cueste creerlo, impuestos y regalías se basan en la declaración jurada de esos grandes mentirosos.

Los tratados bilaterales de inversiones, que atan al país al arbitraje de las propias empresas multinacionales en el CIADI o la Cámara de Comercio de París, las leyes de entidades financieras y de inversiones extranjeras, el control de cambios y la legislación impositiva tienen infinita mayor relevancia que el destino de una empresa particular, por importante que sea.
Si nada de eso se emprendiera, daría lo mismo bajo qué bandera quedara tal o cual empresa.
La palabra clave en el mundo de hoy es regulación. Tomar el rábano por las hojas no es lo más aconsejable.


Mercado y Estado

Mientras el gobierno medita el camino a seguir, tres dirigentes de la primera línea del oficialismo accedieron a un encuentro solicitado por cinco capitostes del empresariado, en el que se abordaron con franqueza las perspectivas de la relación entre el peronismo en el gobierno y el patronato.
De un lado se sentaron:
  • Un ministro del Poder Ejecutivo,
  • Una autoridad política del Frente de Todxs y
  • Una representación institucional del Congreso de la Nación.

Del otro, formaron:
  • El líder de una de las más antiguas cámaras patronales, que observa con más interés que nadie lo que sucede con Vicentin y no porque le preocupe el interés nacional;
  • Un banquero representativo de buena parte de sus colegas locales, que ha sido convencido oficialista con todos los gobiernos que se sucedieron desde 1983;
  • Uno de los grandes petroleros con intereses en Vaca Muerta;
  • Un gran constructor que pasó una semana detenido en la Encuadernadora del Doctor Glock, hasta que confesó haber pagado para que el Estado le cancelara deudas por obras realizadas;
  • Un inversor en emprendimientos energéticos, de intrincada relación con el ex Presidente Maurizio Macrì y sus negocios.

La autoridad política dijo que el gobierno necesita empresas privadas fuertes, que contribuyan al crecimiento y a la creación de empleo, pero que los hombres de negocios necesitan de un Estado fuerte que fije y haga cumplir reglas del juego.
Uno de los asistentes del otro bando expresó entre cuatro paredes la preocupación que el macrismo vocifera en público acerca del respeto oficial por la propiedad privada.
- Si tuviéramos vocación por avanzar sobre la propiedad privada hubiéramos planteado la expropiación de Cargill, no de Vicentin, que es un agujero negro de deudas y estafas - fue la respuesta.

Sería excesivo decir que hubo grandes coincidencias o que se llegó a acuerdos de algún tipo. Pero la apertura de canales de diálogo es en sí significativa.


Sobreactuaciones

Siempre existe el riesgo de sobreactuaciones, como el encomio presidencial al testaferro del ex Presidente Maurizio Macrì, Marcelo Mindlin, ofensivo para quienes denunciaron y combatieron la promiscua relación de este tipo de hombres de negocios con el poder político capturado por sus pares.


Una sobreactuación innecesaria.


Alberto lo describió como un empresario nacional que invierte en el país, sin mencionar que entre las distintas empresas que figuran a su nombre, encabeza la lista de quienes mayores activos externos han formado durante los cuatro años del macrismo, con 1.600 millones de dólares, repartidos entre Pampa Energía, Petrobrás, Transportadora de Gas del Sur y Edenor. Mindlin, quien blanqueó 44 millones de dólares en 2017, figura como comprador de la empresa familiar de los Macrì, IECSA, pero la investigación del fiscal Franco Picardi determinó que la venta fue simulada y que Mindlin es socio de los Macrì en una compañía offshore establecida en el Estado norteamericano de Delaware, que a su vez es accionista de SACDE (el nombre con que renació IECSA, para que se perdiera mejor el rastro, una costumbre inveterada de los Macrì en sus negocios en todo el mundo).
Esa empresa se llama Emes Energía Argentina LLC.
Emes son las iniciales de Marcelo Mindlin y Maurizio Macrì. Tampoco la veracidad de la transferencia previa de Franco Macrì a su sobrino Angelo Calcaterra estuvo libre de sospechas. Se realizó en 2007, días antes de que Maurizio Macrì asumiera como alcalde porteño, para evitar ostensibles conflictos de intereses.
Franco Macrì denunció que entre sus hijos y sus sobrinos lo habían despojado de la empresa que creó y la familia se enzarzó en una disputa judicial. Los hijos pidieron que se declarara demente al padre.
Cuando murió, Maurizio Macrì dijo que había sido parte de un sistema corrupto. Ése no es el modelo empresarial en el que pueda basarse el futuro argentino.

Fernández alega que fue él quien dispuso que se investigara quiénes formaron activos externos.
Además, Mindlin fue el primero que aceptó sin protestar la desdolarización de las tarifas.
Cuando, además, el gobierno las congeló, recurrió a Fernández para explicarle que estaba en medio de una inversión de 350 millones de dólares, en la principal central térmica nueva. El presidente le repuso que la terminara con los fondos que sacó del país.
Es la central que el Poder Ejecutivo inauguró por videoconferencia, desechando la propuesta de Sergio Massa de asistir en persona.
En sus breves palabras, Fernández trazó una comparación tácita con Vicentin.
En este caso no hubo agujeros negros en la contabilidad de los bancos públicos, dijo.
Bien dicho.
¿Alcanza? Creo que no.
En 1981, la SIP otorgó un premio a la libertad de expresión a Jacobo Timerman.
Durante la asamblea de la organización donde se entregó el premio, el subdirector de La Nación, Claudio Escribano, pronunció un discurso descalificatorio del colega perseguido y despojado por la dictadura militar. 
No te pedían tanto, Claudio”, le respondió Timerman.

sábado, 27 de junio de 2020

YO NO ME SENTARÍA EN TU MESA, DE Graciana Peñafort - 21/6/2020

Un montón de abogados nos reconocemos como aquellos que no se sentaron en la "mesa judicial" macrista



Existen quienes piensan que esta abogada es una gorda boluda. No me importa, porque gorda soy y boluda probablemente también en muchas ocasiones.

Así que, antes que debatir lo que piensan de mí, podría darles la razón.

Pero, por muy gorda y muy boluda que me consideren, no quita que yo haya estado ahí cuando algunas cosas pasaban.

Estuve como abogada de Héctor Timerman desde el principio mismo de la causa por Memorándum.

También estuve cuando reclamábamos por las condiciones violatorias del debido proceso en el que Vandenbroele brindó su testimonio en el juicio de “Ciccone”. Porque soy la abogada de Amado Boudou.

Y estuve como abogada en la causa Cuadernos, y viví en carne propia las arbitrariedades en esa causa, entre ellas la de un defendido que pasó tres meses preso para que luego se declarase su falta de mérito.

No soy una penalista como si lo es - con todas las letras y en mayúsculas - mi socio Alejandro Rúa, que es el que la descose en materia penal.

Yo dediqué buena parte de mi vida al derecho administrativo, que es mi especialidad y lo que amo hacer.

Pobre Alejandro, que ha tenido que enseñármelo todo.

Dueño de una paciencia infinita, porque soy ruidosa y puteadora cuando me enojo.

Y los procesos penales son orales y exigen que los abogados guardemos la compostura. Cosa que demanda un esfuerzo que en ocasiones me supera.

Y sí, por eso mismo soy la boluda que putea y llora de bronca en los baños de Comodoro Py.

Cuando Héctor Timerman me pidió que fuese su abogada en febrero de 2015, le dije que consideraba un honor que me pidiese eso, pero que yo no era una penalista con la entidad suficiente como para tomar esa defensa penal en soledad. Héctor me respondió que él había aprendido de su papá, Jacobo, que un buen abogado es alguien en quien confías y que sabés que va a pelear una causa en el punto donde la mayoría de los abogados se dan por vencidos.

Como peleaste la ley de medios, Graciana, aun cuando todos te decían que ibas a perder”.


La fortuna hizo que Alejandro fuese mi amigo y que aceptara tomar esa defensa conmigo. Porque nadie en este país conoce mas de la causa AMIA que Alejandro Rúa.

Que en soledad también, y descuidando toda conveniencia personal, ha peleado como pocos por justicia para las víctimas y los familiares del atentado a la AMIA.

Como soy consciente de que carezco del oficio que tienen muchos de mis colegas, tiendo a leer todo, y obsesivamente.

Si me toca un caso con un determinado juez, busco los fallos que firmó desde hace 10 años para saber qué opina de los temas y que criterios tiene.

Pero además de discutir con jueces y fiscales, la discusión que más me preocupa es la que puedo tener puertas adentro con Alejandro. Porque él sí que lo leyó todo, pero absolutamente todo.

Pero más importante, lo entendió con una profundidad que yo no siempre alcanzo.

Y jamás se me ocurriría discutirle algo de lo que no estoy segura, porque sé que sería una discusión vana.

Cuando Alejandro me hace notar una falla me deprimo, como me alegra nivel Dios cuando me felicita por algo.

Porque siento que el esfuerzo valió la pena y que voy rumbo a ser una buena abogada.


No me pasa habitualmente, sólo con algunas personas como Zaffaroni o Maier o algunos de mis colegas que también respeto y admiro a niveles que si se los dijera seria ampuloso e inapropiado por completo.

Y pese a llorar en los baños de Py, aun me queda un resto de dignidad.

Como les contaba, mi primera causa penal importante de verdad fue la defensa de Héctor Timerman. Causa que es un antes y un después en mi vida profesional y personal.

Porque además de ser una causa relevante, Héctor era mi amigo.

Y conocí con esa causa el sabor amargo e imborrable de la injusticia. Y del Poder Judicial que, enceguecido de no sé bien qué, es capaz de empujar a una persona a morir, mostrando total indiferencia. 

Porque Timerman se murió sin obtener de este Poder Judicial algo que recordara siquiera un poco a la justicia y mucho menos a la humanidad.

Y me parece imperdonable lo que pasó, con esta y con las demás causas.


Tengo grabados a fuego los nombres de todos lo que formaron parte de esa orgía de persecución y crueldad que fueron los años que gobernó Mauricio Macri.

Algunos nombres son de personas del Poder Judicial y otros no lo son.


Siempre he creído que el regalo final de Héctor, ya en su lecho de muerte, fue pedirme que me olvidara de los nombres y que dedicara mi energía a que no pasara nunca más lo que le había pasado primero a su papá y después a él.

Olvídate de los nombres, Graciana, peleá por la Justicia. La pelea tiene que ser para que esto que nos pasó a los Timerman no pase nunca más, a nadie más”.

Porque a su modo hosco y hasta poco gentil, Héctor era un hombre bueno.


En estos tiempos donde todos los días aparece una nueva y escandalosa noticia sobre el espionaje ilegal, la persecución y el armado de causas judiciales, me acuerdo mucho de los diálogos con Héctor sobre el Poder Judicial.


Hace muchos meses, en un programa que se llama ADN, escuché a un presunto espía inorgánico llamado Alan Bogado contar cómo en una reunión con funcionarios de Cambiemos, había sido guionado para incorporar en la causa Memorándum la hipótesis del “negocio nuclear”.

Uno de los mejores editorialistas que tiene este país, aun cuando no comparto nada, enterado de que yo estaba haciendo preguntas sobre el tema, me llamo y me dijo:

Es carne podrida, Graciana”.


Como no soy investigadora ni periodista sino abogada y lo considero una persona bien informada, le hice caso y dejé de preguntar. Porque entre las personas que mencionaba estaba un funcionario que me pareció inverosímil que estuviese vinculado a esas operaciones ilegales: Fernando De Andreis.


No volví a pensar en el tema hasta que hace unos días tomó estado público que, en el marco de la investigación judicial que se lleva adelante en Lomas de Zamora por tareas de inteligencia ilegal, donde son investigados agentes de la AFI macrista, se tomó conocimiento de que dichos agentes se habían reunido 12 veces con la coordinadora de Documentación Presidencial, Susana Martinengo, en la Casa Rosada.

Lo que me llamó poderosamente la atención, en momentos en los que creo superada mi capacidad de asombro, es que al menos en una de esas reuniones se habría sumado el ex Secretario General de la presidencia de Mauricio Macri, Fernando De Andreis.

Entonces aquel viejo dato que vinculaba a De Andreis con tareas de inteligencia ilegal tomó otro color.


Volví entonces a hacer algunas preguntas a periodistas bien informados, y si bien uno de ellos me pasó alguna información, no he podido chequearla y por ello no corresponde que opine sobre ella.

Pero el miércoles 17 de junio, Alan Bogado reapareció en una entrevista radial con el Gato Sylvestre y Pablo Duggan.


En esa entrevista, Bogado confirmó que sus abogados se reunieron con De Andreis en dos ocasiones, tanto en Casa Rosada como en la Quinta de Olivos. 

«Me pasaron toda la documentación para darle volumen a la causa de la denuncia de Nisman contra Cristina. Me lo pidieron dirigentes importantes de Cambiemos», aportó.


Según Bogado, a sus abogados les dijeron durante esos encuentros «lo que tenía que decir» en el marco de la causa que investiga el documento firmado en 2013 bajo el mandato de Cristina Fernández de Kirchner. 

«Si no decía lo que ellos pidieron, iba preso», remarcó.


Ni lento ni perezoso, Alejandro Rúa presentó ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos una nueva ampliación de la denuncia, por haber sido víctimas de un proceso judicial absolutamente viciado e irregular que presentamos por Héctor Timerman y Cristina Fernández de Kirchner, cuando Héctor aún estaba vivo.

En dicha ampliación, consignó Alejandro que las declaraciones de Bogado en el marco de la causa Memorándum “fueron anticipadas, cuándo no, en el diario Clarín» (https://www.clarin.com/politica/denuncia-nisman-nuevodefensor-espia-bogado-aportaria-datos-clave_0_Bytqg6G6W.html : 

La denuncia de Nisman: con nuevo defensor, el espía Bogado aportaría datos clave.

El ex agente de la SIDE ahora es defendido por Guillermo Alberdi, un abogado históricamente vinculado a ese organismo.

Aportaría datos sobre los vínculos Argentina-Venezuela-Irán”).


Y la “jugosa declaración judicial del ex espía” que anunció Clarín un día antes, se encuentra reseñada además en el auto del 6 de diciembre de 2017, ya ofrecido como prueba, en que se dictó el procesamiento y la prisión de Cristina Fernández de Kirchner y Héctor Timerman, ordenándose su inmediata detención.


Yo estuve ahí el día que la Cámara de Apelaciones selló la suerte de Héctor Timerman.

Y estuve cuando Alejandro les dijo en la cara: 

Señores jueces, a las víctimas del atentado a la AMIA el Poder Judicial les respondió con Galeano y ahí está, acusado de encubrimiento. Después les respondió con Bonadio y fue el encubridor del encubrimiento durante cinco años. ¿Otra vez van a responder con Bonadio?"

Los jueces no pudieron sostener la mirada.


Ya no podrás mirarnos a los ojos más”, dice una canción.

También estuve ahí cuando reclamábamos conocer las condiciones en las que Vandenbroele había declarado como arrepentido.

Y ni el tribunal oral ni la Cámara de Casación nos permitió acceder a la documentación de ese arrepentimiento.


Y estaba ahí el día que Ari Lijalad publicó parte del legajo de arrepentido de Vandenbroele, donde constaba que, por su testimonio, el Ministerio de Justicia le había pagado un montón de dinero.

Y que como explicación del pago decía el expediente del Ministerio de Justicia: 

Cabe destacar que el día 07 de agosto pasado fueron condenados a prisión con cumplimiento efectivo por más de 5 años el Ex Vicepresidente de la República Argentina el Sr. Amado Boudou. Confirmada la prisión de los nombrados, por ante la Cámara de Casación Penal, Sala IV, en el día de ayer”.

Pero en esa causa, en la que se le había confirmado la prisión de Boudou, Vandenbroele NO era testigo arrepentido, sino que había sido condenado también."



Y estuve hace unos días cuando sobreseyeron a Brito por la causa Ciccone II, en la que Vandenbroele sí había declarado como testigo arrepentido.
¿Y saben qué?
El mismo testimonio de Vandenbroele que usó el Poder Judicial para condenar a Amado Boudou, sin el macrismo en el poder, ya no servía para procesar a Brito.

Hace no mucho, cuando este relato de espías y arrepentidos empezaba a asomar, con Alejandro ampliamos la denuncia por la persecución a Timerman y CFK, a raíz de lo declarado por la doctora Ana Figueroa, miembro de la Cámara de Casación, sobre las presiones sufridas por la magistrada a propósito de una causa vinculada precisamente al Memorándum.
Ello dio además lugar a una denuncia sobre la actuación de la “mesa judicial” que tenia organizada el macrismo, donde se decidía la suerte de jueces y de causas que debían ser empujadas contra los ex funcionarios del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

Ya en el año 2017 las crónicas periodísticas daban cuenta de la existencia de esta “mesa judicial”. Donde se sentaban funcionarios y personas cercanas a Mauricio Macri.
Yo recuerdo con estupor cómo el diario La Nación contaba las reuniones de esa mesa el 24 de noviembre de 2017, con total impunidad.

La nota daba cuenta de que la incipiente mesa judicial había decidido “salvar” al juez que había dictado la prisión preventiva de Amado Boudou.
Pero, más revelador aún: la nota daba cuenta de la creciente influencia de Arribas, entonces jefe de la AFI, sobre el Poder Judicial: 
Arribas ganó protagonismo en Comodoro Py después de la acusación de Carrió contra Angelici.
Desde del oficialismo admitieron que el jefe de los espías se convirtió en un canal de diálogo con varios magistrados por ‘cuestiones operativas’ en la relación formal de la AFI con la Justicia”.

Un par de meses después, la mesa judicial macrista estaba plenamente activa y su actuación era reflejada por los diarios argentinos.
El 19/03/2018, Clarín contaba que Arribas había ido a hablar con Ballesteros, juez de Cámara de Apelaciones, para que no liberase a Cristóbal López y Fabian de Souza.
Tanta fe tenia Mauricio Macri en su mesa judicial, que cuando se conoció el fallo que disponía la libertad de López y de Souza, indignado declaró: 
"Esto no era lo acordado".

Tan pública era la existencia de la mesa judicial macrista, que los periódicos argentinos dieron cuenta de su cierre.
Inolvidable nota de Infobae del 18 de noviembre de 2019, titulada: 
“Se desarma la mesa judicial de Mauricio Macri: cuál será el futuro de sus integrantes.?"

Esta mesa judicial nació, funcionó y existía a la vista de todos. Y ninguno de los republicanos que hoy pululan los medios de comunicación dijo nada.
Los abogados denunciábamos y nadie nos prestaba atención.
Nadie.

A decir verdad, los únicos que nos escuchaban eran los que formaban parte de la mesa judicial.
El tema es que lo hacían de forma ilegal.
Porque en el marco de la gran causa de espionaje ilegal que se investiga en Lomas de Zamora, encontraron los dispositivos ilegales que la AFI de Arribas había instalado en las cárceles para escuchar no sólo a los presos, sino también a nosotros, los abogados.

Pienso en las crónicas de mi lamentable separación que solía hacerle a Amado Boudou en esos días de andar con el corazón roto. Y sí, señores de la AFI, mi ex no resultaba ser alguien demasiado genial.

Igual, y para que no se queden con la historia a medias, después de llorar mucho y hacer mucha terapia y salir con muchos otros señores, he concluido que terminé ganando con esa separación.
Porque ahora soy más feliz.
Y aprendí a mantenerme lejos de hombres con “problemitas”.

Tan institucionalizada estaba esta “mesa judicial” macrista, que encontraron hasta los mails donde convocaban a sus reuniones.
Y tan importante eran los servicios de Inteligencia y los espionajes ilegales en la mesa judicial, que si Arribas no podía concurrir, la reunión se reprogramaba hasta que el jefe de la AFI estuviese disponible.
Mi sospecha paranoica y autorreferencial es que se deben haber burlado mucho de mis desventuras sentimentales.
No me cabe duda de que deben haber concluido que soy una boluda significativa. Y en algún punto, creo que les asiste la razón.
¡Qué remedio!

Lo que sí puede señalar esta boluda, es que muchos de mis colegas y yo no nos sentamos en mesa judicial alguna. Fuimos y dimos esa pelea, como abogados que somos.
Con la ley como una herramienta.
Sin espionajes, sin arrepentidos pagos, sin trampas.
Sin jueces que inclinaran la cancha desvergonzamente.
Sin operadores.
Y estamos acá.
Ganamos pocas, perdimos muchas, muchísimas, pero jamás dejamos de dar esa pelea tan justa como necesaria por el Derecho y por la Justicia.

Escribo esto porque ahora que empieza a saberse lo que pasó y cómo pasó, ahora que no nos tratan de locos, ahora que las cosas que pasaron se conocen, con alivio espantado puedo decir que teníamos razón.

Y que hoy, cuando se hace pública toda esta podredumbre, somos un montón de abogados los que nos miramos y nos reconocemos como aquellos que no se sentaron en esas mesas.
No quiero excluir a nadie, pero necesito hacer un reconocimiento a mis compañeros de Iniciativa Justicia, con quienes nos reunimos para dar esa pelea menos solos, menos desamparados.
Y a Alejandro, compañero de mil batallas.

Como cantan Los Fabulosos Cadillacs:

Por más que quieras sacarnos de nuestro lugar,
y pienses que solo somos un puñado de idiotas.
No, no podrás quitarnos lo que hicimos ya
”.

Quiero hacer un llamado al Poder Judicial, es tiempo de que corrijan todo el espanto del que fueron parte.
A Héctor Timerman ya no pueden salvarlo, pero aun hay cientos de casos, cientos de personas, cientos de historias que fueron tan víctimas como ustedes mismos de los cuatro años en los que no existió Justicia en este país.

Por más que quieras tapar toda nuestra voz
nunca podrás callar esta canción”.

La voz de los que no nos sentamos en ninguna mesa judicial.

FORMULARIO DE CONTACTO

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

BUSCAR EN ESTE BLOG

SEGUIDORES

SIGUEN LOS ÉXITOS, de Hracio Verbitzky - 17/3/2024

Diseño, Alejandro Ros. Animación, Silvia Canosa Las discrepancias entre el gobierno de los Hermanos Milei y la Vicepresidenta Victoria Vil...