sábado, 16 de abril de 2022

DE UNA "OPERACIÓN MILITAR ESPECIAL" A UNA "GUERRA TOTAL", de Christian Cirilli - 16/4/2022

Algunas reconsideraciones sobre el grave suceso de ayer, esto es, el hundimiento del crucero "Moksvá", el 𝑖𝑟𝑟𝑒𝑚𝑝𝑙𝑎𝑧𝑎𝑏𝑙𝑒 buque insignia de la Flota del Mar Negro.
Me he cansado de escuchar a diversos analistas occidentales que inmediatamente hacen foco en el hecho citado y sacan aristas conclusivas a diestra y siniestra enfatizando en que estamos en presencia de "un oso ruso con pies de barro" o en que "la moral de combate es bajísima y derrotista", o que "fracasó la industria armamentística rusa" o que "existe un grado de imprevisión inusitado" o (como dice Encarnación Ezcurra) "ñañaña...".

Muchos, creo, confunden sus sueños húmedos de una absoluta e incondicional derrota rusa, un fracaso de grandes proporciones, con el verdadero curso de una guerra, con sus marchas y contramarchas que, como dije ayer mismo y en tantas ocasiones, es entre la Federación Rusa y unas fuerzas armadas subsidiadas fuertemente por la OTAN, o sea Ucrania, con todo el apoyo logístico, político, financiero y material, especialmente en asuntos de inteligencia, que dicha organización anglo - estadounidense puede brindar.

Dicho esto, es importante acentuar que una guerra no es una cuestión simple de emprender, y exige no solamente el esfuerzo bélico de sus unidades combatientes, sino un intenso trabajo de coordinación en el frente político, de difusión propagandística, de seguridad interior, de disciplina social y de producción.
También, por supuesto, exige un aguda planificación, que tenga cierta flexibilidad ante los vaivenes operativos, y un grado supremo de entendimiento del contexto.

Por consiguiente, las guerras deben verse como procesos en marcha, que siempre terminan con un arreglo político, deseado o indeseado.

Durante ese proceso, se cometen infinidad de errores, imprevisiones y torpezas, como así también, impresionantes aciertos.
Existen también, burlas del destino, imponderables y hechos fortuitos, y el ambiente, casi siempre, está envuelto en dudas, incertidumbre y temor a fallar, puesto que se "juega" con recursos que, si son mal utilizados, "desaparecen" y cuesta tiempo reemplazarlos y organizarlos (recursos que por otra parte no son inextinguibles).

En este ámbito, las tomas de decisiones son sumamente arriesgadas, y usualmente, no tienen "segundas chances".
Lo que salió mal implica una destrucción.
Lo que salió bien, implica la supervivencia para la ronda subsiguiente.
La guerra es implacable con los errores y es indulgente con los aciertos.
Por ello, no solamente es importante la efectividad en el combate - esto es, el mayor grado de aciertos - sino la resistencia, dada por las reservas.

A eso apunta, por supuesto, la "guerra de desgaste" que intenta imponer Occidente con su marioneta cínica ucraniana Zelenski.
Una guerra de desgaste que agote las reservas humanas y materiales de Rusia, que ha elegido, como se ve, una guerra puramente convencional con ciertas "zonas vedadas", como por ejemplo, no atacar masivamente centros urbanos ni destruir apocalípticamente sus infraestructuras civiles.

El mismo Josep Borrell Fontelles, alto representante de los asuntos exteriores de la UE y Ursula Gertrud von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, han insistido en que "después del incidente de Bucha", o sea, el (muy posible) montaje ucraniano de civiles muertos diseminados por los caminos de esa ciudad, no hay lugar para negociaciones de paz y que "las guerras se ganan o pierden en el campo de batalla... y ésta se ganará allí".

Mientras lo decía, la UE anunciaba un fondo de € 500 millones para provisión de armas a los ucranianos, que se sumaban a los U$S 800 millones aprobados por el congreso estadounidense para el mismo fin.
En síntesis, volviendo al tema, el propósito de perpetuación de la guerra es algo ya evidente, declarativo e inocultable, lo cual cambia el estado de situación y la intensidad (siempre se puede ser más terrorífico) de las acciones militares.

Recordemos que Rusia...

1) Desde noviembre de 2021 intentó abrir canales de conversaciones con la Anglósfera para evitar la membresía de Ucrania en la OTAN, con la cual, se hubiese completado un cerco de bases misilísticas que afectaban su seguridad de manera dramática.
Para ello tuvo reuniones en Ginebra con la parte estadounidenses (que fracasaron) y en el marco de la OSCE (que fracasaron también)

2) Acercó dos propuestas o "borradores" a la OTAN y Estados Unidos con exigencias para un acuerdo mutuo 𝒅𝒆 𝒈𝒂𝒓𝒂𝒏𝒕𝒊́𝒂𝒔 𝒆𝒔𝒄𝒓𝒊𝒕𝒂𝒔, 𝒗𝒊𝒏𝒄𝒖𝒍𝒂𝒏𝒕𝒆𝒔 𝒚 𝒗𝒆𝒓𝒊𝒇𝒊𝒄𝒂𝒃𝒍𝒆𝒔 para reestructurar todo el esquema de seguridad europeo.
Fueron ignoradas.

3) Mientras negociaba, hubo una Revolución de Color en Kazajistán, aliado ruso y chino, y "vientre blando" de la frontera sur - asiática rusa, que fracasó gracias a la pronta intervención de las tropas aerotransportadas VDV en el marco de la OTSC.
Este enturbiamiento fue interpretado como una respuesta fáctica (y traicionera) de la voluntad occidental.

4) Asimismo, mientras negociaba, Ucrania recibía miles de toneladas de armamento pesado y táctico de los arsenales de la OTAN.

5) Mientras negociaba también, el día 18 de febrero, Ucrania atacó Donbás - esto ya ni se recuerda y 𝒏𝒂𝒅𝒊𝒆 lo menciona - con artillería pesada.

6) Y mientras negociaba, el día 19 de febrero, Zelenski hizo un discurso en el Congreso de Seguridad de Múnich, donde por primera vez no fue invitada Rusia (a pesar de tener un frente abierto con Occidente de alta peligrosidad) donde aseguraba que se saldría del Tratado de Budapest de 2004 que mantenía a Ucrania como "libre de armamento nuclear" y sugería que en el transcurso de dos años fabricaría sus propios vectores con ojivas nucleares.
En ese contexto, el día 22 se reconocieron las Repúblicas Populares "bajo fuego" de Donetsk y Lugansk, y el 24 se desató la "operación militar especial" con "objetivos limitados" de desnazificación y desmilitarización.

Vale decir: Rusia atacó preventivamente para negociar, no para obtener una victoria contundente sobre toda Ucrania, a la que, aún con todos esos furiosos antecedentes, siempre consideró un "país hermano" que iba por la senda equivocada.

Pero ahora las cosas han cambiado y mucho: se trata de una guerra total, explícitamente anunciada por las autoridades europeas, sobre las cuáles Rusia tenía ciertas esperanzas (aunque mínimas) de, al menos, mantener algún canal de diálogo en virtud de las relaciones económicas (energéticas fundamentalmente) que las unían/ unen.
Eso, obviamente, se refleja en el campo de batalla.

Primero, tras las negociaciones de Estambul que preanunciaban una leve distensión, en la forma de una retirada rusa de la zona de Kiev, sobrevino la (para mi y de acuerdo a la falta de pruebas concluyentes) PSYOPS de Bucha.

Días después, vino la asolada política en la ONU, con la suspensión de Rusia del Consejo de DDHH, con la complicidad impúdica de Argentina.

Acto seguido, el (muy fallido) bluff de Kramatorsk y el "misil ruso que era ucraniano" Tochka - U arrojado contra civiles (52 muertos). Después, la incursión de dos helicópteros artillados supuestamente ucranianos contra Belgórod, Rusia, destruyendo tanques de combustible.
Seguidamente, la instrucción de Zelenski a tropas especiales ucranianas para que realicen "actos de sabotaje" en todo el territorio ruso, en virtud de la ocasión.
Ayer mismo, el hundimiento del crucero Moskvá.

Y acá me detengo en este punto con algunas reflexiones:

1) Los ucranianos dicen que se trató de un ataque con sus misiles Neptune, subsónicos, de relativa poca carga explosiva y de relativo bajo alcance, mientras que los rusos dicen que fue una explosión accidental en un pañol de municiones.
Cualquiera sea al caso es bochornoso para el orgullo de la Armada y todo el pueblo ruso.

2) El hundimiento de un buque no determina en absoluto el curso de la guerra.
Sí es un golpe moral, como lo fueron los hundimientos de los buques británicos Sheffield, Coventry, Ardent, Atlantic Conveyor y Antelope... pero que no ganaron la guerra para la Argentina, porque siempre, son las "botas en el terreno" las que definen la cuestión y la capacidad de resistencia para seguir luchando.

3) Más allá de esta humillación, es importante aclarar que el ejército ruso, aún a costa de enormes bajas, las cuáles son indisimulables, ha hecho un buen trabajo, incluso, con "las manos atadas".

Transformó rápidamente a las fuerzas armadas ucranianas, curtidas, bien entrenadas e integradas, en una entidad fragmentada, diseminadas en partes aisladas, incapaces de apoyarse entre sí para una gran ofensiva, refugiadas tras los civiles en las ciudades.
Esto no es algo simple de lograr, exige movilidad, fuerza y un gran plan estratégico.
La evidencia de ello es que no hubo hasta ahora un solo contraataque ucraniano a nivel de ejércitos o grupos de ejércitos.
Los territorios tomados por Ucrania, usualmente, fueron tras las retiradas rusas.
Y todo ello, Rusia lo logró con una fuerza mucho menor cuantitativamente (una proporción de 1:3 en contra), en perfil de ataque (que requiere más intensidad porque la posición defensiva siempre es más ventajosa) y en territorio hostil, sin contar el inmenso caudal de dinero, armas y apoyo de inteligencia brindado por Estados Unidos y sus aliados europeos que jamás dejó de fluir.

4) Llama poderosamente la atención dos sucesos (para mi) conexos al hundimiento del Moskvá: 
(A) el bombardeo con misiles sobre Kiev a las pocas horas 
(B) la difusión y aseveración en la televisión rusa de estar en las postrimerías de una guerra total "contra la OTAN", sin miramientos, sin frenos y sin ataduras 
(C) el bombardeo indiscriminado del tipo "alfombra de bombas" lanzado por los Tupolev Tu - 22M3 sobre Azovstal, siendo ésta la primera vez que bombarderos pesados se involucran en el conflicto.

5) El punto 4) anterior implicaría que: 
(A) O hubo un sabotaje en el buque, coincidente con la orden de Zelenski de hacerlo 
(B) O realmente encajaron dos misilazos, sean Neptune o de otro tipo, gracias a los datos vertidos por las cada vez más presentes plataformas de inteligencia que pululan por todo el Mar Negro.

Se sabe, esto es información, que drones RQ - 4 Global Hawk estadounidenses merodearon a gran altura por la zona marítima cercana a Odessa, donde supuestamente fue impactado el Moksvá, y algunas fuentes hasta hablan de un ataque en enjambre con drones Bayraktar y baterías costeras.
Lo cierto es que, si fueron misiles antibuque Neptune lo que estallaron sobre el Moksvá, entonces su sistema de lucha contra incendios fue fallido, o su manejo del fuego fue improcedente o se generó un "efecto de simpatía" que afectó su pañol de municiones. Todo es posible aunque a ciencia cierta aún no se sabe nada.

6) Fuentes occidentales dijeron que el ataque con misiles a Kiev tuvo por objetivo la fábrica de misiles Neptune [Oficina de Diseño Estatal de Kiev "Luch"].
Esto me resulta totalmente inverosímil.
Resulta que los rusos cercaron Kiev con la misión de desmilitarizar ¿y nunca hicieron blanco sobre esa fábrica..?
Una de dos, o son muy estúpidos o contemplativos.
Esta "información", por el contrario, me estaría confirmando que "no" fue un ataque con misiles Neptune, cuya fábrica a estas alturas de la guerra debería haber sido destruida mucho antes.

Lo cierto es que me animo a decir que el hundimiento del Moksvá es un punto de inflexión en esta guerra.
No estamos ya ante una "operación militar especial" sino ante el surgimiento de una "guerra total".

Haya sido hundido por misiles o por un sabotaje, o incluso por una mina o un submarino furtivo atlantista, da lo mismo.
El hecho es que los rusos lo interpretan, junto a la "guerra sucia propagandística" y el "permiso para sabotear", como una eliminación de todo prurito y una licencia para aplicar toda su furia.

Esa "guerra total" no es ya contra Ucrania.
Es contra Occidente, y no fue deseada por Rusia, pero se salió de cauce.

El objetivo de Occidente no es un trato que aplaque y termine esta guerra.
Es, como dijo el monigote Borrel, la victoria occidental y la derrota incondicional rusa.
Eso cambia mucho las cosas a nivel percepción y de implementación.
Y si la cuestión gira sobre la supervivencia y las amenazas percibidas, la ecuación 𝒔𝒆 𝒏𝒖𝒄𝒍𝒆𝒂𝒓𝒊𝒛𝒂.

El hundimiento del Moksvá fue un tremendo cachetazo que despabila: los rusos por fin se dieron cuenta que, a pesar de las concesiones y las retiradas hechas por Rusia desde 1991 en adelante, y para ser puntuales, en esta guerra, donde siempre intentó negociar, incluso bajo el fragor de los combates, Occidente no se detendrá por sí mismo.

Como veo que siga esta guerra.... (es una presunción, una especulación...)

1) Una exterminación de los resistentes ucranianos en Donbás.

2) Convoyes de la OTAN ingresando a Ucrania bajo alguna excusa humanitaria (hay decenas posibles, desde un "ataque químico", nuevos "crímenes de guerra contra niños y ancianos", sabotajes "rusos" en algún lugar de Europa Occidental hasta un "plan de uso de armas nucleares tácticas descubierto por nuestras agencias de inteligencia").

3) A partir de allí, partición de aguas... o un furioso intercambio bélico con una sangría absoluta o un statu quo que delimite tres zonas (esto lo vengo diciendo hace rato), una Ucrania Occidental atlantista, una zona de amortiguación central y un "oriente" pro ruso o anexado a Rusia.

4) Si ocurre el intercambio bélico, se nucleariza.

5) Si ocurre el intercambio bélico, aún sin nuclearizarse (cosa que sería un milagro), la crisis económica resultante sería tremebunda, estaríamos ante el colapso del sistema económico internacional y la primera víctima sería la UE del infeliz soberbio de Borrell.

6) Probablemente, si Estados Unidos decide implicarse directamente con sus tropas, los rusos comprenderían que la jugada es exactamente a la realizada en la PGM y en la SGM, esto es, tardía, en un continente lejano, con fuerzas agotadas/ desgastadas del enemigo en pugna, y con un grado de energía mínimo para obtener el máximo beneficio.
Esa fue, justamente, la fórmula de su éxito económico - imperial mundial.
Así las cosas, Rusia posiblemente atacaría territorio estadounidense continental para evitar ese rédito y hacerles sentir el rigor de la guerra en su propia casa.
En fin.
Terminemos aquí con la especulación y volvamos a la realidad efectiva.

Lo único cierto hasta ahora es que Rusia montó una operación preventiva "prolija" durante los primeros 15 días de la "Operación Militar Especial" en respuesta a una amenaza percibida que no pudo desactivar en meses de negociaciones.

Fragmentó a los ucranianos y evitó lo máximo posible las víctimas civiles, no ingresando en las ciudades, excepto Jersón y Melitópol, en el sur.

Se procuró proteger a las repúblicas novorrusas del Donbás, mientras eliminaban lo máximo posible la estructura militar ucraniana para evitar contraataques.

Establecieron objetivos de fijación en Kiev para inmovilizar y evitar refuerzos, y se centraron en el caldero del Donbás y el corredor del Donetsk.
Pero fueron inocentes en apostar por una negociación de paz consensuada y así retirarse.

Ese es el gran problema con las guerras: cómo terminarlas.

Como objetivo de máxima, quizás hasta pensaron en que podrían forzar un arreglo de seguridad colectiva europea y hasta mundial. Pero no fue así.

Occidente se reagrupó y contraatacó con un furibundo bloque político - económico - propagandístico.
Fogoneó la guerra para perpetuarla.
Y ahora la está llevando a niveles superlativos.

Se está organizando incluso militarmente para una posible intervención, mientras usa a su alfil ucraniano para desgastar a Rusia antes de intervenir.

Ahora se está volviendo casi seguro que se necesitará una guerra de mayores proporciones y de mayor intensidad porque prácticamente no hay lugar para otra cosa que un resultado militar sin contemplaciones.

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