jueves, 21 de septiembre de 2023

POEMAS DE JUANA DE IBARBOUROU

Donde los poemas abundaban con letras melancólicas y dolorosas, Juana de América llenaba los espacios de optimismo y frescura, por lo cual llamaba la atención de toda la juventud.

Amémonos

Bajo las alas rosa de este laurel florido,
amémonos. El viejo y eterno lampadario
de la luna ha encendido su fulgor milenario
y este rincón de hierba tiene calor de nido.
Amémonos. Acaso haya un fauno escondido
junto al tronco del dulce laurel hospitalario
y llore al encontrarse sin amor, solitario,
mirando nuestro idilio frente al prado dormido.
Amémonos. La noche clara, aromosa y mística
tiene no sé qué suave dulzura cabalística.
Somos grandes y solos sobre el haz de los campos
y se aman las luciérnagas entre nuestros cabellos,
con estremecimientos breves como destellos
de vagas esmeraldas y extraños crisolampos.

Este poema nos habla sobre no tener miedo de expresar nuestros sentimientos hacia una persona para poder amarla sin límites. Porque en realidad, ¿qué lo impide?


Bajo la lluvia

¡Cómo resbala el agua por mi espalda!
¡Cómo moja mi falda,
y pone en mis mejillas su frescura de nieve!
Llueve, llueve, llueve,
y voy, senda adelante,
con el alma ligera y la cara radiante,
sin sentir, sin soñar,
llena de la voluptuosidad de no pensar.
Un pájaro se baña
en una charca turbia. Mi presencia le extraña,
se detiene… me mira… nos sentimos amigos…
¡Los dos amamos muchos cielos, campos y trigos!
Después es el asombro
de un labriego que pasa con su azada al hombro
y la lluvia me cubre de todas las fragancias
de los setos de octubre.
Y es, sobre mi cuerpo por el agua empapado
como un maravilloso y estupendo tocado
de gotas cristalinas, de flores deshojadas
que vuelcan a mi paso las plantas asombradas.
Y siento, en la vacuidad
del cerebro sin sueño, la voluptuosidad
del placer infinito, dulce y desconocido,
de un minuto de olvido.
Llueve, llueve, llueve,
y tengo en alma y carne, como un frescor de nieve.


No hay mejor manera de describir el disfrute que se siente al estar en la naturaleza de una manera relajada y cruda que este poema.


Rebelde

Caronte: yo seré un escándalo en tu barca
mientras las otras sombras recen, giman o lloren.
Y bajo sus miradas de siniestro patriarca
las tímidas y tristes, en bajo acento, oren.
Yo iré como una alondra cantando por el río
y llevaré a tu barca mi perfume salvaje,
e irradiaré en las ondas del arroyo sombrío
como una azul linterna que alumbrará en el viaje.
Por más que tú no quieras, por más guiños siniestros
que me hagan tus dos ojos, en el terror, maestros,
Caronte, yo en tu barca seré como un escándalo.
Y extenuada de sombra, de valor y de frío,
cuando quieras dejarme a la orilla del río,
me bajarán tus brazos cual conquista de vándalo.

Aquí podemos ver una clase distinta de lucha, la de querer a alguien que se contiene de amar. Por diferentes razones, hay personas que temen entregar sus sentimientos y es justo demostrándoles que el riesgo vale la pena, que podemos hacerlos cambiar.


Como una flor desesperada

Lo quiero con la sangre, con el hueso,
con el ojo que mira y el aliento,
con la frente que inclina el pensamiento,
con este corazón caliente y preso,
y con el sueño fatalmente obseso
de este amor que me copa el sentimiento.
Desde la breve risa hasta el lamento,
desde la herida bruja hasta su beso.
Mi vida es de tu vida tributaria,
ya te parezca tumulto, o solitaria,
como una sola flor desesperada.
Depende de él como del leño duro
la orquídea, o cual la hiedra sobre el muro,
que sólo en él respira levantada.

Un amor crudo, necesitado y apasionado que anda entre la incertidumbre y la seguridad de permanecer.
Es ese amor que causa confusión pero del que estamos reacios a perder.


Amor

El amor es fragante como un ramo de rosas.
Amando, se poseen todas las primaveras.
Eros trae en su aljaba las flores olorosas
de todas las umbrías y todas las praderas.
Cuando viene a mi lecho trae aroma de esteros,
de salvajes corolas y tréboles jugosos.
¡Efluvios ardorosos de nidos de jilgueros,
ocultos en los gajos de los ceibos frondosos!
¡Toda mi joven carne se impregna de esa esencia!
Perfume de floridas y agrestes primaveras
queda en mi piel morena de ardiente transparencia
perfumes de retamas, de lirios y glicinas.
Amor llega a mi lecho cruzando largas eras,
y unge mi piel de frescas esencias campesinas.

Es común comparar el amor con la primavera, ya que se trata de florecer al descubrir nuevos sentimientos y sensaciones que nos mantienen a la expectativa y nos hacen ver el mundo de otra manera.


La sed

Tu beso fue en mis labios
de un dulzor refrescante.
Sensación de agua viva y moras negras
me dio tu boca amante.
Cansada me acosté sobre los pastos
con tu brazo tendido, por apoyo.
Y me cayó tu beso entre los labios,
como un fruto maduro de la selva
o un lavado guijarro del arroyo.
Tengo sed otra vez, amado mío.
Dame tu beso fresco tal como una
piedrezuela del río.

El hambre que perdura por un beso más de la persona amada, por otro abrazo, por otra caricia que nos hace desear que el tiempo que pasamos con esa persona se haga eterno.

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