miércoles, 30 de junio de 2021

SOBRE EL CLUB DE LOS POETAS MUERTOS

Más de un cuarto de siglo después desde que Robin Williams protagonizara ‘El club de los poetas muertos’, John Keating sigue siendo el profesor que todos hemos querido tener: inspirador, inconformista, libre pensador, y alguien de quien aprender trece lecciones.


Cambia el mundo


Siempre optimista, siempre alentador, el profesor de literatura de la academia Welton enseñó a sus alumnos (y a muchos de nosotros) que nada es imposible.
Porque aún cuando no se tiene fuerza o poder, siempre se podrá contar con las palabras y las ideas para cambiar el mundo.

John Keating:
En mi clase aprenderán a pensar por Uds. mismos.
Aprenderán a saborear la palabra y el lenguaje.
Porque, a pesar de lo que les digan, la palabra y las ideas pueden cambiar el mundo.


No dejes de soñar


Si de algo está llena la genial e inspiradora ‘El club de los poetas muertos’ es de citas y frases memorables.
Whitman, Robert Frost y William Shakespeare entre otros son sólo algunos de los más notables autores citados en la obra de Peter Weir.
Sin embargo, es a John Keating a quien le pertenece la frase que nos invita a no dejar de soñar.

Mc Allister
Muéstrame un corazón libre de necios sueños y yo te mostraré a un hombre feliz.

Keating
Sólo al soñar tenemos libertad. Siempre fue así y siempre será.

Mc Allister
¿Tennyson?

Keating
No. Keating.


Sé inconformista


Una de las primeras y más valiosas lecciones que John Keating nos enseña en la película es a no conformarnos con lo ordinario, invitándonos a ser únicos y extraordinarios.

La conformidad según Keating:
El concepto de la conformidad es la dificultad de mantener las propias convicciones ante otros.
Para aquellos que piensan, “Yo caminaría diferente”: todos necesitamos ser aceptados.
Pero debéis pensar que vuestras convicciones son únicas y os pertenecen.
Aunque a otros puedan parecerles raras o inaceptables.
Aunque toda la manada diga ‘no está bien’.


Encuentra tu pasión


Quizá la lección más importante de ‘El club de los poetas muertos’ sea aquella que John Keating da en una de sus clases de literatura, donde consigue contagiarnos su pasión y entusiasmo por hacer de la vida algo extraordinario, un lugar en el que el trabajo y el dinero son necesarios pero no lo más importante.

Lo que nos mantiene vivos:

Keating: 
No leemos y escribimos poesía porque es bonita.
Leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana.
Y la raza humana está llena de pasión.
La medicina, el derecho, los negocios y la ingeniería son carreras nobles y necesarias para la vida.
Pero la poesía, la belleza, el romanticismo, el amor… son las cosas que nos mantienen vivos.


Prudencia y valor son cosas distintas


Si hay un ideal defendido por John Keating en ‘El club de los poetas muertos’ es aquel que nos hace vivir cada día como si fuera el último: “Carpe Diem”.
Sin embargo, y a pesar de los notables esfuerzos de Keating por alentar a sus alumnos a disfrutar de cada momento, también nos enseñó otra valiosa lección: 
“Hay un momento para el valor y otro para la prudencia. El que es inteligente, sabe distinguirlos”


Elige bien tus palabras


Con la idea de que la poesía, el lenguaje y las ideas bastan para cambiar el mundo, John Keating nos ha enseñado el valor y la importancia de escoger las palabras adecuadas en cada momento.

El objetivo del lenguaje según Keating:

John Keating:
No digan que un hombre está muy cansado, digan que está exhausto.
Y no digan que está triste, digan…
¿Sr. Overstreer?

Overstreet:
¿Deshecho?

John Keating:
Exactamente, deshecho.
El lenguaje se desarrolló por una razón.
¿Cuál es esa razón, Sr. Anderson?
Vamos, ¿eres un hombre o una ameba?
¿Sr. Perry?

Perry:
Para la comunicación.

John Keating:
No. Para impresionar a las mujeres.


Elige tu camino


Una de las razones por las que todos hemos soñado con tener un profesor como Keating es el entusiasmo y la pasión con la que el docente más insurgente de la academia Welton invitaba a sus alumnos a elegir su propio camino, alentándoles a no tener miedo a equivocarse.

John Keating:
Robert Frost dijo: ‘Dos caminos divergían en un bosque y yo tomé el menos transitado. Y eso lo cambió todo’.
Quiero que encuentren su propio camino, en cualquier dirección, con estilo orgulloso, con estilo tonto, como sea”.


Cambia tu punto de vista


En una institución en la que los cuatro pilares son tradición, honor, disciplina y excelencia, John Keating se atrevió a romper las reglas, liberando a sus alumnos de la tiranía establecida, obligándoles a ver las cosas de manera distinta, y enseñándoles que las cosas dependen siempre del ángulo con el que se miren.

John Keating:
Me he subido a la mesa para recordarme a mí mismo que debemos mirar constantemente las cosas de una manera diferente.
El mundo se ve distinto desde aquí arriba.
Si no me creen, vengan a probarlo.


Nada es imposible


Capaz de revolucionar una clase de literatura, cambiar la vida de sus alumnos (y la de muchos de nosotros), escandalizar a un viejo y conservador claustro de profesores, inspirador, leal, y extraordinario, John Keating nos enseñó a vivir la vida sabiendo que nada es imposible.
Esto último, una lección que Neil Perry decidió llevar al extremo.

La conversación:

Todd Anderson: ¿Cómo saldrás en una obra si tu padre no te deja?

Neil Perry: Primero necesito obtener el papel. Después ya me preocuparé por eso.

Todd Anderson: ¿No te matará si se entera que fuiste a una audición?

Neil Perry: No tiene por qué enterarse.

Todd Anderson: Es imposible.

Neil Perry: Tonterías, nada es imposible.


Carpe Diem


Si hay un pensamiento presente durante la película protagonizada por Robin Williams ése es el de aprovechar cada día, un principio con el que el profesor Keating nos enseñó a hacer de cada día algo extraordinario.

John Keating:
Carpe Diem.
Porque somos alimentos para gusanos, señores.
Porque aunque no lo crean, un día todos los que estamos en esta sala dejaremos de respirar.
Nos pondremos fríos y moriremos.
Aprovechen el día, muchachos.
Hagan que sus vidas sean extraordinarias.


Sé un librepensador


“Libera tu mente. Usa tu imaginación. Di lo primero que se te ocurra aunque sean tonterías”.
Éstas son las palabras con las que el profesor Keating intentaba liberar la creatividad e ingenio de uno de sus alumnos.
Porque si algo hemos aprendido en ‘El club de los poetas muertos’ es la importancia de pensar por nosotros mismos.
Es decir, en ser lo que el señor Keating llama un librepensador.

John Keating:
Cuando lean, no consideren sólo lo que el autor piensa, consideren lo que ustedes piensan.


Extrae el meollo a la vida con moderación


Es cierto que en la clase de literatura del señor Keating los estudiantes destrozan libros, se suben a la mesa y cuestionan los más arraigados principios y valores de la educación tradicional.
Pero nadie puede culpar a Keating de no imponer disciplina y prudencia a sus jóvenes pupilos.

La conversación:

Dalton:
¿Y qué hay de Carpe Diem y de extraer todo el meollo a la vida?

John Keating:
Extraer todo el meollo a la vida no significa meter la pata

Dalton:
Pero yo creí que a Ud. le gustaría eso.

John Keating:
No. Hacer que te expulsen de la escuela no denota valentía, sino estupidez.
Porque se perdería grandes oportunidades.


Libérate


Para disgusto del sector más tradicional y conservador de la academia Welton, John Keating se propuso demostrar que la resignación y el conformismo sólo conducen a la desesperación.
Por todo ello, el genial profesor de literatura nos enseñó a no seguir el camino marcado y atrevernos a ir allá donde nadie más ha ido.

John Keating:
“Thoreau dice que la mayoría de los hombres viven en desesperación silenciosa.
No se resignen a ello. Libérense.
No caminen por la orilla, miren a su alrededor.
Atrévanse a ir lejos y encontrar nuevos terrenos”.

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